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"El sufrimiento que padeció Pablo ”
¿Cómo están? El himno es muy, muy bueno, ¿verdad? Creo que ustedes se cautivaron por completo. Sí, han preparado mucho el himno para que podamos oír la palabra. Hechos, capítulo 16:19 yo voy a leer.
19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades;
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20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,
21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.
23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.
27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido.
28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.
29 Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas;
30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
Hasta aquí nada más vamos a leer. Cuando vemos en la Biblia a las personas que creen en Dios, cuando predican el evangelio padecen mucho sufrimiento, eso es lo que vemos. Cuando yo veo cuando estaba en Apgokdong y Jangpalli, al inicio prediqué. Al comienzo hubo dificultad. Yo realmente era carente pero creo que no padecí mucha dificultad por la vida de fe. Este evangelio, cuando lo aceptamos con fe, somos hombres de Dios, obtenemos la vida eterna y obtenemos el perdón del pecado. En el año 1962 mientras que leía la Biblia leí el libro de Levítico y tuve convicción de cómo nuestro pecado fue perdonado por completo. En nuestra iglesia, hablando de eso, también les decía a los jóvenes que debían obtener el perdón del pecado. Era penoso. Claramente era una iglesia en donde creían en Jesús. Aunque sabían que Jesús murió crucificado todos seguían diciendo que eran pecadores, entonces yo fui aislado. Fui al seminario para hacer la evangelización del evangelio.
Cuando nos ponemos a pensar, en este planeta hay muchas iglesias. La mayoría de las iglesias tiene cruz y hay muchos que cantan cómo Jesús ha muerto en la cruz. Nosotros a veces decimos: “no es que hemos sido redimidos realmente como el oro, como la plata que desaparece. Dios Santo, mediante la sangre de ese Cordero hemos sido redimidos”. Claramente por la sangre de Jesús hemos obtenido el perdón del pecado. Cuando uno ora todos dicen que son pecadores. En la mayoría de las iglesias es así. Ese himno que cantamos, imagínense cuánto dolor habrá sentido Jesús al oír esa canción y ver esa figura. “No, tu pecado ha sido perdonado. Yo he sido crucificado por tu pecado, yo derramé la sangre, ahora has quedado más blanco que la nieve”. Sí, el Señor lo va a decir así. Algo doloroso es que la mayoría de las iglesias del mundo entero dicen que nosotros somos pecadores. Nosotros de frente: “bueno, si somos pecadores, Jesús murió en la cruz”. Entonces si uno sigue diciendo que es pecador, está enfrentándose ante el Señor, diciendo que es pecador; se está oponiendo al Señor Jesús.
La gente ¿por qué me dice que yo soy secta? “¿Cómo que hay justo? No hay justo, ni siquiera uno”. Así dicen. “Sí, en la Biblia dice, cierto, justo no hay ni siquiera uno, cierto, y por eso dice: ‘tienes que ser justo’”. Para ser justo Jesús murió en la cruz derramando la sangre; pagó suficientemente la paga, no queda ningún pecado, así lo hizo pero es increíble cuando leemos la Biblia. En la historia del cristianismo cuando vemos, hubo mucha persecución cuando uno predicaba el evangelio. Yo soy un siervo de Dios carente; históricamente soy el pastor más feliz. Aunque estoy anunciando el perdón del pecado no fui a la cárcel, no me persiguieron, como tampoco nadie me pegó.
Cuando vemos el libro de Hechos, el libro que nosotros leemos, Pablo predicó el evangelio en Asia pero continuamente el Espíritu Santo impide que él predique en Asia. “Señor, estoy tratando de predicar el evangelio. Señor, yo quiero predicar el evangelio. ¿Qué pasa, Señor?” Dios no se gozaba en que Pablo predique el evangelio allí, entonces ¿qué hizo Pablo? Fue a Europa a predicar el evangelio. Cuando leemos, hay una mujer endemoniada que predica allí. Esta mujer era sierva de una persona. Ella adivinaba las cosas pero era maravilloso cómo adivinaba: es que el demonio vivía dentro de ella. Esta mujer, las veces que Pablo predicaba: “no, él es realmente el Dios Santo que predica”. Por si ustedes se ríen, yo no exageré la expresión pero todos se rieron. Pablo predicaba el evangelio pero esto lo impedía. “Ojalá hoy no venga esta mujer. Esta mujer loca viene e impide la campaña”. Iba a predicar el evangelio a escondidas pero ¿qué palabra viene a ser importante? Ella venía como si fuese que el demonio le decía para que venga. Ella venía así. Ah, ¿verdad que él se expresa muy bien? A Pablo realmente le hacía enojar, no podía predicar y al final todos se reían y se iban. “Verdaderamente vamos a escondidas de esta mujer”.
Un día ella, cuando él predicaba en un lugar, venía como un demonio porque dentro de ella tenía un demonio. Venía de nuevo. Pablo no podía aguantar. Mirando al demonio le dice: “fuera, en nombre del Señor Jesús”. Entonces en esta mujer obviamente el demonio pierde ante la palabra de Dios y sí, se doblegó y se fue. La mujer estaba en silencio, bajando la cabeza. El problema: ella era esclava, siempre ella ganaba dinero y le hacía ganar al amo pero ya no estaba el demonio y no podía hacer la función de adivina; estaba en dificultad el dueño. Juntando a la gente del mercado ahora comenzó a denunciar: “esta persona ahora está haciendo cosas que nosotros como romanos no podemos hacer”. Entonces Pablo fue golpeado en la cárcel.
Entonces hay personas que están dentro del pecado y hay personas que tienen el evangelio. Una persona predicando el evangelio trata de salvar a aquella persona y siempre hay una persona que se pone en contra y que se opone. Viene a ser una guerra espiritual que no se ve ante los ojos. Pablo mientras que va predicando el evangelio fue encarcelado en la cárcel; cuánto le pegaron. Cuando se despertó ya era de noche.
En la vida de ustedes cuando tienen dificultad, cuando tienen sufrimiento, están enojados. “¿Por qué es así?” Cuando ustedes se enojan de tal manera, el diablo está muy contento. Contrariamente yo predico, entonces Dios obra. Gracias por el sufrimiento. Cuando uno se goza, el Espíritu Santo se manifiesta. No hay necesidad de que perdamos las fuerzas. Veamos o no veamos Dios está con nosotros, Dios nos ayuda y se manifiesta, por eso Pablo fue golpeado; estaba cansado, estaba echado a un lado. Era de noche. Pablo (y Silas) cuando se levantó, estaba en la cárcel, estaba encarcelado. Le golpearon y estaba todo, todo realmente con golpes su cuerpo; se queja. Cuando uno se queja hay condiciones para que se queje; aumenta más. Pablo en lugar de quejarse glorificó a Dios. “Tenemos este evangelio… Sí, golpea”. Él recibió los golpes y estaba feliz, estaba alabando a Dios.
Cuando uno conoce bien esta ley, hay muchas cosas para agradecer, hay muchas cosas por las cuales tenemos que gozarnos. En este periodo, en estos tiempos, en muchas iglesias los hermanos dicen que son pecadores. Muchos pastores predican de esa manera, que uno debe de arrepentirse, que debe confesarse, pero el siervo verdadero de Dios no predica así. De nuevo hablando: “la cruz del Señor Jesús es inútil”; solamente a eso se refiere. El Señor Jesús se crucificó por nuestro pecado. Sea cual fuera el pecado que cometemos, la cruz del Señor Jesús nos lavó de manera pura y la prédica en la que Dios se goza es la palabra en la que nos dice que fuimos despojados del pecado. Hoy en día en la mayoría de las iglesias dicen que son pecadores.
El Señor Jesús realmente perdonó nuestro pecado pero ¿qué es lo que la Biblia dice? Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria del Señor, siendo justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención en Cristo Jesús. ¿Quién es el que dice eso? A todas las personas así les enseñé. ¿Cómo es que no saben? Por cuanto todos han pecado, están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención en Cristo Jesús. Es tan claro, es tan preciso pero muchos dicen que son pecadores; lo único que ven es la palabra pecador y solamente entonces les entra la palabra que les dice a ellos pecadores. Cuando vemos aquí: por cuanto todos han pecado… Aunque así empieza al inicio ¿cuál es el resultado? Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención en Cristo Jesús. Eso es todo.
Crean o no crean, cuando uno acepta con fe esa verdad, el corazón de esa persona y el corazón de Dios se hacen uno. Yo también, hermanos, por la sangre de Jesús a los 19 años obtuve el perdón del pecado; yo iba contando eso. Escándalo ocurrió en nuestra iglesia. Pastor también dice que es pecador, el anciano también dice que es pecador, el diácono también dice que es pecador; todos dicen que son pecadores. En ese momento había un señor llamado señor Park. “Ay, está loco. ¿Por qué él dice que es salvo? ¿Cómo es que puede decir eso? Por completo me aislaron de la iglesia pero lo importante, señores, Dios cómo nos guía hacia Dios; eso es muy importante.
Apóstol Pablo verdaderamente cuando va predicando el evangelio había echado al demonio de una mujer, entonces Satanás trabajó en Pablo y había realmente dicho al trabajador del amo para que diga: “este hombre, ahora por culpa de él ahora nos confunde” y le puso en la cárcel. Si acababa allí, iba a ser bien triste la evangelización de Pablo. La mujer le molestó cuando él iba predicando; echó al demonio. El dueño ya no podía ganar el dinero mediante ella porque habían echado al demonio de ella, había impulsado a la gente del mercado y habían dicho que Pablo era un loco. Siendo golpeado fue a lo profundo de la cárcel. Algo muy importante es desde aquí. Predicando el evangelio le atrapan y él fue encarcelado en lo profundo de la cárcel. Si acaba allí, ya no viene a ser obra de Dios. ¿Amén? Cuando van predicando el evangelio hay dificultad, a veces les pisotean y es cierto que no saben hablar inglés. Cierto, suele suceder, pero en este periodo cuando uno va a la cárcel predicando el evangelio no es así, pues, en esta época, ¿verdad? Por lo cual cuando uno padece esa dificultad, Satanás hace que nosotros nos desesperemos.
Pablo y Silas ¿qué habían hecho? Si ahora vienen, es de noche y no sé si a las 12 se despertaron después de haberse desmayado. Fueron golpeados y les dolía la espalda; ya sentían picazón. ¿Qué debían decir ellos? Silas: “ah, ya estamos fastidiados por esto. No somos ni el tambor pero siempre nos pegan. El evangelio es bueno pero también debemos de sobrevivir, pues. Yendo al campo, vamos a conseguir trabajo y vivir en paz. Cuando salga de la cárcel, jamás voy a volver a predicar el evangelio”. En el corazón de Pablo y
Silas, Satanás en muchísimas ocasiones les había dicho eso. Pablo, siendo golpeado, ahora sentía fastidio, dolor, sufrimiento, pero allí no acaba todo; esto recién empieza. ¿Qué cosa? Es el inicio de algo glorioso. Cuando predicamos el evangelio, Satán nos da la dificultad, nos aflige, hay dolor en la familia. ¿Verdad que suele suceder eso? “Basta, basta, basta, basta, basta”, Satanás nos dice. Qué feliz va a estar Satanás si dejamos todo, ¿verdad? Pablo, siendo golpeado, está en lo profundo. “Ah, ¿qué, qué hacemos? No podemos ni predicar”. Pablo dice: “ah, me muero; ah, me muero”. No, Pablo no actuó así. De repente él empezó a alabar fuertemente a Dios. Esto hizo para acabar con la manifestación de Satanás. Pablo y Silas cuando alabaron a Dios, cuando agradecieron a Dios, los criminales habían oído eso. De repente comenzó a moverse la tierra: hubo terremoto. Se abrieron las puertas y todo fue así. Se había apagado toda la luz. Todos estaban así. El guardián se despertó del sueño y vio que las puertas de la cárcel estaban abiertas. “Cuando se abran las puertas de la cárcel, estoy muerto”. Porque él estaba durmiendo no sabía ni quién abrió. Él pensaba: “ya estoy muerto”. Pensando así él trató de suicidarse. ¿Qué le dice Pablo?
—¡Un momento! –se asustó–. Todos seguimos aquí. No te hagas ningún mal.
El guardia había venido con la luz y vio que nadie se escapó, que todos estaban así; no podía entender el guardia. Todos como criminales debían de escapar; nadie se escapó, todos permanecían allí. El guardia le dice a Pablo:
—Señores, ¿qué tengo que hacer para obtener la vida eterna?
—Cree en el Señor Jesús, entonces tú y tu casa recibirán la salvación.
Aquí cuando leemos esto, Pablo predicó el evangelio y el demonio le molestó; echó al demonio. Vino a la cárcel y le golpearon. No acaba allí: Pablo, cuando alaba a Dios, el guardia recibe la salvación. Después de ello todos, cuando entraron en la cárcel, entraron como pecadores pero al salir salieron como salvos. El guardia le dice: “hoy tenemos una formación de los criminales, desde el que ha entrado al comienzo hasta el número 50. Venga a la clase de formación y luego venga después de tal número”. Empezó a predicar el evangelio y todos los que iban a esa cárcel van como pecadores pero al salir reciben la salvación y salen como salvos. Después Pablo naturalmente sale de la cárcel.
Cuando hay gente que nos ataca, pareciera que va a venir el sufrimiento. El Señor Jesús está junto con nosotros. No hay nadie que nos impida. Verdaderamente yo creo que no soy un pastor normal. En la historia del cristianismo, cuando viene esta persecución, cuando ocurre esta manifestación de la salvación, sin lugar a duda hay persecución, hay sufrimiento, hay personas que se oponen. Yo no tengo persecución, sufrimiento, solo oigo que soy secta. No sé, parece que Satanás no pone mucho interés en mí porque soy de una clase un poquito más baja. Realmente estamos viviendo una vida demasiado tranquila. Cuando vemos en la Biblia, el apóstol Pablo había padecido estas dificultades pero por conclusión todos los guardias habían recibido la salvación. Después de haber cometido pecado, los que van a la cárcel recibían la salvación desde tempranas horas. ¿No les parece?
—Ey, ¿de dónde vienes?
—Es que fui a la cárcel.
—¿De qué cárcel?
—Ah, cierta cárcel.
—Entonces ¿tú habrás recibido la salvación?
—Eso es algo obvio, claro. Entramos como pecadores, salimos como justos.
Dios dentro de nuestra vida nos permite esto. Hay gente que se opone y en la historia del cristianismo esto va continuando. Yo también cuando predico el evangelio nunca he dejado de tener alguna dificultad pero no tiene ni valor realmente para que pueda decir que fue dificultad. Pareciera que vendría la dificultad pero siempre estuvo con nosotros: siempre Dios se manifestó. Dios, si no lo hace de tal manera ¿cómo podrían recibir la salvación las personas que están en la cárcel? Ya todos han recibido la salvación. Entra como pecador, sale como justo y eso es tal cárcel. Mediante esta relación, en esta tierra miles de siervos predican el evangelio y hay interrupción; reciben la salvación, hay manifestación. Es maravilloso.
El pastor Min Chul Lim, después de que fue presidente de nuestra Misión, hubo muchos cambios. Esta mañana él me mostró las cosas que yo debía de hacer. Esta noche me dice que vaya a Daejeon para realizar la campaña. La próxima semana tenemos la campaña en Gwangju, luego la campaña continúa sin parar. Después de Gwangju voy a Incheon para realizar la campaña. Luego tenemos la campaña en la iglesia de Gangnam, luego tengo que ir al exterior: en tal país, tal país, tal país tenemos el programa. Estamos felices, agradecidos. El cristianismo del mundo entero, oyendo nuestro sermón, dice: “esto es la verdad”. En julio tenemos el campamento global. Ahora mismo, miles de personas del exterior vendrán al campamento mundial. Pastor Min Chul Lim está preparando esto, prestando un gran lugar en Busan.
Fácilmente hablando, en este mundo hay gente con dinero, gente que tiene poco dinero, gente sobresaliente, gente que es carente. Eso es la apariencia. Toda manifestación del mundo es la manifestación entre gente que cree en Dios, gente que no cree en Dios. Uno realmente puede ser criticado mientras que va predicando el evangelio. En ese momento la manifestación de Dios empieza a manifestarse en ustedes porque Dios es mucho más superior que Satanás. Dios tiene más poder que Satanás. Por más que si nosotros somos perseguidos, mientras que predicamos el evangelio ¿Satanás nos dejará? A veces hay gente que es asesinada; que claro, no deja de haber gente que va a la cárcel. Cuando vemos la Biblia parece difícil, muy difícil pero ¿cuál es la conclusión? Recibiendo la salvación uno ahora sale de la cárcel y continúa de tal manera. Todos nosotros cuando vamos siendo perseguidos, mientras que vamos predicando el evangelio, cuando nos insultan está bien, no importa.
Los adultos dicen algo bien interesante: realmente uno está satisfecho en el mundo pero cuando le insultan esto realmente no le satisface. Claro, obviamente no se va a satisfacer cuando le insultan, que eso no entra hasta el vientre. Este evangelio se manifiesta día tras día de manera maravillosa. Cuando empezamos la evangelización, un día ¿en qué pensé? “En el sur del Pacífico ¿qué clase de persona viviría? ¿Qué comerían? ¿Cómo vivirían?” Pensé en eso pero los misioneros en donde fuese todos van predicando el evangelio. Verdaderamente es tan, tan, tan precioso cuando vemos a aquella gente que está predicando el evangelio. “Islas, alabad a Dios”, dice. Verdaderamente ellos después de recibir la salvación van cambiando y es maravilloso cuando vemos esa figura. A veces cuando ellos suelen venir a Corea, a veces siento que son tan preciosos. Los misioneros van al exterior y sea cual fuera el país predican el evangelio preciso y hay una manifestación maravillosa. Cuando Dios ve ¿a quién verá? ¿Gente que realmente está siendo perseguida mientras va predicando el evangelio? Solitaria está en la isla. ¿No se fijará en ella? Es maravilloso pero cuando por conclusión lo vemos, verdaderamente no acaba con dificultad, termina con agradecimiento y felicidad. Satanás siempre nos da miedo, nos da angustia a nuestro corazón. Mediante nosotros Dios se goza en anunciar el evangelio. Al comienzo parece difícil, parece sufrimiento pero con Dios este evangelio se anuncia en todo el mundo.
Cuando yo fui a India la vez pasada, fui a una iglesia en donde se reunían como 23 000 personas. Después de dos días fuimos a un lugar porque decían que había un evento. 100 000 personas estaban reunidas allí, 100 000 personas. Señores, uno no puede ver la parte final, el extremo. India no era así pero miren cómo han puesto el sistema de electricidad y uno puede llegar a ver bien el rostro de ellos. “Alcen la mano los que obtuvieron el perdón del pecado”. Todos estaban tan agradecidos, no se imaginan cuánto. Todos los días quería ir allá para predicar el evangelio. Delante de Dios yo estaba muy agradecido. Ellos oyendo este evangelio estaban tan conmovidos, agradecidos. Verdaderamente no quería venir a Corea. No hay ningún problema aunque yo no vuelva a Corea pero nadie me dijo que me quede, entonces tuve que volver. Ahora en adelante hay muchos lugares como aquellos. Oyendo mi sermón en la iglesia, después de dos días reuniendo a la gente en lo del sistema de electricidad… Es tan difícil hacerlo así en Seúl pero en el país de India lo hicieron así. Yo realmente ese día me conmoví tanto. Ellos, recibiendo la salvación, estaban tan felices. Cuando yo veía eso: “realmente esta profesión es tan buena”.
Cuando uno llega a ser pastor es porque no lo probó pero ya no pueden tener otro trabajo. Mucha gente preciosa recibe la salvación. Al comienzo parece difícil pero Dios nos guarda, Dios abre el camino y Dios nos otorga su gracia, nos da su bendición. Señores, el hombre, la vida que va viviendo ¿cuál es la felicidad más grande para el hombre? Viniendo a la iglesia, el que obtenga el perdón del pecado, el siguiente paso ¿qué es? Este perdón del pecado para anunciar a otras personas, hacer el estudio bíblico. No importa que no conozcan bien la Biblia. Estudiando bien, el pecado desapareció. Así, conociendo de tal manera. Ahora cuando uno abre la boca nuestro pecado pasa. Sí, está escrito de esa manera, así uno obtiene el perdón del pecado. Claro, Satanás dice: “no hagas eso, dolor de cabeza, fastidio, ah, dolor de cabeza. Qué vergüenza, no hace falta que hables del evangelio”. Así lo dice Satanás pero “no, esta salvación maravillosa yo la recibí. Yo no puedo estar callada. Si yo recibí la salvación, tengo que anunciar este evangelio”. Esta mañana el que testificó predicó el evangelio. Oyendo cómo la otra persona recibe la salvación, tanta gracia hayamos. Por la sangre de Jesús si han obtenido el perdón del pecado, habrá gente que reciba la salvación mediante ustedes. Al comienzo serán uno, dos, diez máximo al año y eso se doblará. 500 personas, miles de personas recibirán la salvación al año, imagínense. Yo realizo muchas campañas. 100 000 personas máximo han recibido la salvación en mi campaña. Ya que realizo mucha campaña, un millón de personas recibe la salvación, no puedo ni calcularlo pero cuando vemos la Biblia, Pablo predicó el evangelio. Predicando el evangelio fue a la cárcel. Continuamente le impide el Espíritu Santo: “no lo hagas aquí, no lo hagas aquí, no lo hagas aquí”. Entonces Pablo ya no podía más y cuando se dirigía, predicó, fue a la cárcel allí. Esta es la escena en cómo entra el evangelio a Roma. Pablo en Romanos cuando vemos ¿cómo es que dice? Pablo dice: “yo quiero predicar el evangelio a ustedes que están en Roma”. Así empieza. Pablo no fue directamente a Roma. Él fue atrapado, predicando el evangelio, como un criminal. Él va junto a César para ser juzgado y de esa manera él entra y es como un prisionero. Roma se llena mediante el evangelio cuando Pablo llega a Roma. Cuando vemos en la película, hay tanta, tanta gente que recibe la salvación en Roma. Un tercio de la gente recibe la salvación.
Nosotros, por más que predicamos en un gran salón de culto, porque en Seúl hay 100 millones de personas… ¿Verdad que sí son 100 millones? Si son un tercio, ¿cuánto vienen a ser? Tres millones de personas deberían de recibir la salvación. Es precioso cómo vamos predicando el evangelio. Ya nos perdonó todo pecado, solamente tienes que anunciar, predicar a la familia, a los parientes, a los amigos y cuando van haciendo así, Dios claramente estando vivo trabaja en nosotros y pueden descubrir eso. Mientras que yo iba predicando el evangelio, me siento tan agradecido porque es maravilloso cómo Dios obra.
En Apgokdong teníamos tanta hambre y teníamos dificultad. Un día íbamos a predicar en el mercado. Íbamos por el monte (discúlpeme, tenía ganas de orinar). En medio del camino había un lugar donde yo podía orinar. Bajé por un lado. Ah, hermanos, era maravilloso. Las frambuesas, como si fuera que alguien haya cultivado frambuesas; parecía como que Dios las escondió allí para que nadie las viera y cuando yo pasaba por ahí Dios hizo que yo tenga deseos de orinar y me mostró la frambuesa. “Gracias a Dios”, dije y empecé a comer las frambuesas. Mientras que comía las frambuesas acabó todo el horario en el que se abrió el mercado. Hermanos, Dios preparó por mí las frambuesas y justamente hizo para que yo tenga deseo de orinar y bajé un poquito y había tantas frambuesas ahí. Estaba tan agradecido, no se imaginan cuánto. Al comienzo, cuando predicaba el evangelio, yo había pasado mucha hambre. Después de haber predicado yo fui a la peluquería para predicar el evangelio al peluquero que estaba allí. No había espejo en mi casa y cuando fui a la peluquería a ver mi rostro, al comienzo estaba tan delgado y perdí todas las fuerzas. Predicando el evangelio, sin fuerza, volví a la casa. Después de un tiempo, eso no era ningún problema. Mientras que yo vivía por este evangelio, Dios dentro de nosotros, cosas que ni nos imaginábamos…; permitió cosas tan preciosas. Cuando el presidente de Paraguay recibió la salvación estábamos tan agradecidos. Había un embajador de Paraguay. Él vino en busca de mí y me dijo: “pastor, yo quiero tener a usted como mi hermano”. No podía decirle que no, tampoco yo gastaba dinero por ello. Él me dijo hermano desde ese momento. Un día el embajador me buscó a mí.
—Tengo un problema –me dijo.
—¿Qué es? Que venía el presidente de Paraguay. Lo que me dijo el embajador: cuando está como embajador y viene el presidente de su país a tal país dice que es algo, una oportunidad que en toda su vida puede llegar a no tener el embajador porque hasta puede llegar a ser ministro si el presidente lo llega a conocer. Vino el presidente. Él quería hacerlo bien pero no tenía presupuesto y estaba muy preocupado. Angustiado, me preguntó a mí: “por si acaso ¿puede usted enviarnos al coro? Porque al presidente le encanta la música”.
En ese momento teníamos la campaña de Jamsil. Dijimos a la conductora, ella eligió a algunos y fuimos allí. Desde las 7 empezábamos nosotros el concierto; fuimos a las 6. Oyendo que yo llegué, el embajador me dijo que vaya al noveno piso. Fui al noveno piso. Estaba el presidente, estaba el embajador, estaba el ministro; cinco personas. Por primera vez me encontré con el presidente. Realmente no había algo, no había nada que decir delante del presidente. Era la primera vez que me encontraba con el presidente en mi vida. No podía hacer bien eso. “Ah, pastor, a ver, hable, háblele acerca de IYF, también hable de fulano”. Empecé a hablar. Le di el libro El secreto del perdón del pecado y el nuevo nacimiento.
Vine a la campaña. El presidente volvió a aquel país y le dijo al secretario: “¿trae el libro del pastor Ock Soo Park?” El secretario se olvidó, no llevó, entonces la esposa del embajador con ese libro tuvo que ir hasta Paraguay. El presidente leyó el libro y me dijo que quería verme y me invitó. Le dije al presidente: “disculpe, el año que viene en febrero ¿no podría ir en ese momento?” Obviamente no podría decir que no puede. Yo fui en febrero. Recibí un trato que uno ni puede imaginarse. Cuando fui invitado por el presidente, al llegar al aeropuerto había venido gente de la sala presidencial y a todos les dijeron que se sienten y que yo sea el primero en salir. Ellos hicieron todo el trámite de entrada. Desde ese momento yo soy invitado especial del presidente. Hacían de guardia 24 horas y cuando voy a un lugar venía el carro y hacían de escolta al carro. Un día antes de encontrarme con el presidente, llamé a los secretarios y pregunté:
—¿Cuánto tiempo tengo de audiencia con el presidente?
—Máximo 40 minutos.
—Está bien.
Durante 40 minutos ¿cómo usaría el tiempo? Le gustaba la música: íbamos a llevar al coro, iban a cantar dos canciones; serían 10 minutos, diría hola y serían 5 minutos. Calculábamos máximo de 40 quedarían como 20 minutos, pensé. Yo le informé al coro: “cuando el presidente les pregunte, por favor dirán ‘sí’, ‘no’; no dirán otra palabra, por favor. Ya no les voy a llevar al palacio presidencial si no me obedecen esta vez”. El coro es tan obediente, hace tal como le digo. Hice 25 minutos para predicar el evangelio. La hermana, la pastora del pastor de Paraguay, ella desde pequeña creció allí. Cuando voy a las regiones hispanas ella ha traducido hasta hoy en día. Ella tradujo y el presidente recibió la salvación. Quedó rojo de la cara el presidente y sujetó fuertemente mis manos.
Desde el año siguiente, cada año voy para encontrarme con el presidente. Cuando fui a la siguiente temporada el presidente estaba muy enfermo, no podía tratarse y estaba en un hospital universitario. Entró caminando pero ya no podía ni hablar, ya no podía ni caminar. Tres veces tuvieron comité con los doctores y por último una doctora ¿qué es lo que dijo? “Hemos fracasado en el tratamiento del presidente. Nosotros cuando el presidente llegó aquí, él entró caminando pero no puede dar ningún paso, está acostado. El resultado de nuestro tratamiento es esto. Si seguimos, el presidente morirá. El presidente va muriendo. ¿Por qué seguimos encaprichados con este método?”, dice que dijo eso una doctora. Todos se asustaron. Dijeron:
—¿Qué tenemos que hacer?
—Vamos a cambiar la manera del tratamiento.
—¿Cómo vamos a cambiarlo?
—Digamos que él venga y vamos a volver a hacer el tratamiento.
Empezaron a hacer el control. Descubrieron una enfermedad que tenía en el pecho, lo operaron y ya empezó a hablar al día siguiente. El senador fue con él y vino como un cadáver pero el presidente vino vivo; él vino, regresó vivo y estaba muy agradecido. De tal manera podía predicar el evangelio al presidente. Continuamente Dios ¿qué es lo que hace en nosotros? Para que pueda predicarse el evangelio va abriendo los caminos, sea con quien se encuentre, si realmente hemos recibido el perdón del pecado por la sangre de Jesús. El apóstol Pablo mientras va predicando el evangelio ahora es encarcelado, le pegan, pero al final ha sido la ocasión para que se erija la iglesia de Filipos. De la misma manera que está en la Biblia, mediante nosotros que hemos recibido la salvación, Dios se goza en predicar el evangelio. Todos los hermanos en la iglesia de Gangnam no digan que han obtenido el perdón del pecado nada más sino cómo han obtenido el perdón. Aprendiendo detalladamente eso, queremos que compartan eso y deben saber decir eso, no solamente saber decir, hablando deben de dar la vida; debe ser así. Yo no hice nada bien pero empezando a predicar este evangelio, continuamente Dios va abriendo la puerta ante nosotros y era maravilloso. Verdaderamente en un hombre como yo Dios trabaja de tal manera y es maravilloso, es grandioso. ¿Por qué van a ir a una buena universidad de Estados Unidos? Es incomparable con la escuela misionera. Realmente salvamos a un alma más preciosa que el universo. No es que todos tienen que venir al seminario. Si aprenden bien exactamente, aunque no vengan al seminario ustedes pueden conocerlo precisamente.
Ahora, mientras que estamos vivos, la razón por la cual respiramos estando vivos en este mundo tiene que ser el evangelio. Ustedes viven para vivir mejor, por eso si ustedes viven por el evangelio las manos del Señor hacia ustedes se manifestarán de manera distinta. Yo no sabía hacer absolutamente nada, simplemente prediqué el evangelio. Dios me mostró la Biblia y cómo tenía que obtener el perdón del pecado, cómo tenía que predicar; me enseñó esa manera. Cuando predico este evangelio realmente es maravilloso, uno se maravilla. La vez pasada fui a Estados Unidos y en la reunión de pastores del CLF yo hablé horas con el libro de Hebreos. Muchos pastores se asombraron. Yo no conocía ni mucho la Biblia. Conociendo la Biblia, llegando a aprender uno por uno y cuando así hemos predicado el evangelio, Dios delante de ustedes continuamente enviará gente a quien ustedes tendrán que predicar el evangelio: uno, dos, diez, cien, mil. Cuando así reciben la salvación, ustedes serán personas más preciosas que los pastores.
Todo lo que ocurre aquí, el que esté molestando la endemoniada, el haber echado al demonio de esa mujer, al final Pablo tuvo que ir a la cárcel. Yendo a la cárcel ahora los guardias recibieron la salvación. Sea quien fuera el prisionero cuando entra en esa cárcel, todos salen como salvos. Ya que nuestra iglesia está viva, sea quien fuera, cuando entran todos reciben la salvación. Preguntando, aprendiendo, rápidamente uno puede oír el evangelio. Todo lo que ocurre en la Biblia es la manifestación de Dios que quiere hacerlo mediante nosotros. Porque prediquemos el evangelio no es que nos pegan como Pablo, tampoco somos encarcelados en la prisión, ¿verdad que sí? pero si ustedes viven por el evangelio, en la vida de ustedes, ustedes serán sobresalientes en el ámbito en el que se encuentren. En mil millones de cosas Dios les va a ayudar a ustedes.
Hay mucha gente que por la carga se escapa de predicar el evangelio. Deben cambiar el corazón. Viviendo y caminando el camino, pensar en el evangelio. Haciendo el caldo de soja, las hermanas deben pensar en ese evangelio. No pongan en el caldo la Biblia por favor. No lo hagan así. Este evangelio si llena el corazón de ustedes, aunque no sean pastores, aunque no sean ministros, ustedes podrán predicar el evangelio y otra persona recibirá la salvación. Será un gran gozo. Todo se renueva. Llegan a tener la vida. En su vida parece como que uno rejuvenece 10 años y casi uno no envejece. Comúnmente uno llega a tener cabellos blancos nada más pero otro problema no tiene. Dios a nosotros una gracia como esta, maravillosa, desea entregarnos.
Tenemos la gran campaña en esta ocasión. Todos nosotros prediquemos el evangelio y a todos realmente con quien nos encontramos: “yo me congregué en la iglesia. Fui a la iglesia de Gangnam, aprendí cómo obtener el perdón del pecado, obtuve el perdón del pecado; estaba muy feliz. Yo solamente le voy a hablar 10 minutos a usted”. Sí, bueno, con solo ponerse serio: “ah, yo voy a dejar de predicar”, no se pone serio y así predica el evangelio. A las personas que ven por primera vez cuando van al tren, cuando van ahora en el bus… está al lado alguien, ¿verdad? “Si les parece bien, ¿yo puedo hablar de mí? Sí, discúlpenme, parece que están descansando pero yo quisiera contarles esto a ustedes”. Empieza a hablar del gozo de cómo obtuvo la salvación. “Recibí el perdón del pecado. Dios siempre está conmigo y tuve una paz que toda mi vida no me puedo olvidar”. Basta con que uno lo haga así: “está ocupado pero le voy a hablar un poquito más sobre cómo obtener el perdón del pecado, cómo Jesús murió crucificado en el pecado y por el pecado, cómo obtuvimos el pecado del pecado”. Mientras que lo hacemos así Dios dentro de usted obrará.
Yo pensé que no lo iba a hacer bien: “ah, yo también lo logro hacer”. Se asustarán. “Yo prediqué y también esa persona recibió la salvación. Ah, Dios me va ayudando”. Ustedes y Dios se acercarán mucho. En millones de cosas y preocupaciones verán cómo Dios les ayuda. Hermanos de la iglesia de Gangnam, aunque va a la iglesia hay mucha gente que sigue diciendo que es pecadora. No pudiendo obtener el perdón del pecado ofrenda mucho, es diácono, es anciano, pero todos mueren temblando.