Ascensión del Señor Evangelio según
san Lucas 24,46-53
7º Domingo de Pascua (C) «Y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.» Lc 24,51 Producciones G.P. Copyleft 2016
Caracas ─ República Bolivariana de Venezuela
Evangelio - según san Lucas (24,46-53) Y añadió: —Así está escrito: que el Mesías tenía que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día; 47 que en su nombre se predicaría penitencia y perdón de pecados a todas las naciones, empezando por Jerusalén. 48 Ustedes son testigos de todo esto. 49 Yo les enviaré lo que el Padre prometió. Por eso quédense en la ciudad hasta que sean revestidos con la fuerza que viene desde el cielo. 46
7º Domingo de Pascua (C)
Después los condujo [fuera,] hacia Betania y, alzando las manos, los bendijo. 51 Y, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén muy contentos. 53 Y pasaban el tiempo en el templo bendiciendo a Dios. 50
Evangelio Hoy - según san Lucas (24,46-53)
El Resucitado no se «rinde», es comprensivo con sus discípulos y por eso de nuevo, recurre a la Escritura y les abre las mentes para que entiendan. Así, la comunidad de discípulos termina todo un proceso formativo, recordando las palabras y los signos del Maestro durante su vida pública. Ellos y ellas quedan ahora habilitados para ser testigos en todo el mundo, comenzando por Jerusalén.
Reflexión I
7º Domingo de Pascua (C)
«Entonces les abrió la inteligencia para que comprendieran la Escritura.» (Lc 24,45)
Evangelio Hoy - según san Lucas (24,46-53)
Asumiendo nuestra carne, Jesús introdujo en el ser humano la gloria de la divinidad; ahora, subiendo al cielo, introduce a la humanidad en la divinidad. Gracias a Cristo nos aguarda un futuro glorioso. Mientras caminamos hacia ese futuro, somos herederos de los dones y las promesas que Jesús ofreció a los suyos y a su Iglesia: la lectura de las Escrituras, el testimonio misionero, la comunidad de creyentes y el don del Espíritu.
Reflexión II
7º Domingo de Pascua (C)
Jesús nos ha dejado el
relevo. Somos testigos de su vida, muerte y resurrección. No somos superhombres ni supermujeres, sino gente sencilla, con capacidad de adoración, con alegría dentro, con la bendición en las manos y en los ojos, con muchas historias de justicia y solidaridad humana para contar y compartir con los pobres.
Fuentes bibliográficas:
La Biblia de Nuestro Pueblo es la versión pastoral de la Biblia del Peregrino. Su edición está orientada a facilitar la lectura, la oración, la meditación y el actuar cristiano de cada día. La Buena Noticia de cada día es una aportación de Verbo Divino para contagiar la alegría del Evangelio a la vida diaria de todos los creyentes
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