Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado
Movimiento Juvenil Salesiano: Algunas Reflexiones Sobre su Origen Carismático, Social y Pastoral P. Hugo Strahsburger S.M. sdb 1. La gestación de la idea de presencia salesiana en sectores poblacionales populares de Macul: la experiencia fundante del MJS Después del golpe de estado del 11 de Septiembre 1973, se vivieron momentos muy dramáticos de persecución y amedrentamiento en las poblaciones de sectores populares donde había habido mucha efervescencia y movimientos políticos, sobre de todo de izquierda radicalizada. El Padre Emilio Pastori, párroco de Macul Sagrada Familia, me invitó a reflexionar sobre lo que pasaba y cómo apoyar las familias y los niños y preadolescentes de las poblaciones afectadas de su Parroquia. Llegamos a la conclusión que Don Bosco nos indicaba el camino una vez más, en ese sector de Macul lleno de tradición salesiana, pues nos pareció hacer un servicio pastoral –en ese tiempo se decía “apostólico”- al estilo del Oratorio de Valdocco, unido a la experiencia que de niño había tenido el P. Emilio en centros vacacionales en los alrededores de Milán, donde se reunían niños durante el verano y se les hacía pasar el día en Colegios, con actividades variadas y comidas, a la luz de la ideología fascista del momento. Entonces decidimos que podríamos hacer un servicio tipo Oratorio a niños y niñas del sector ofreciéndoles lo típico de un Oratorio festivo, pero por varios días –yo había tenido la experiencia del Oratorio festivo dominical de los Salesianos de Valdivia, donde ya desde la Básica se nos invitaba a participar en la catequesis y en los juegos con los niños y adolescentes oratorianos, en los locales del Instituto Salesiano-. Reflexión y posibles líneas de acción Este mirar la realidad (VER) social y la situación de las familias de Macul, que se parecía mucho a varias poblacines del sector Sur y Poniente de Santiago, interpelaba a ir al encuentro de las nuevas necesidades de los niños y adolescentes que estaban sin apoyo, pues la historia se había cortado y aparecía un nuevo modelo político social impulsado por la Junta Militar, que había suprimido y cambiado los lugares de encuentro y de recreación. La Iglesia de Santiago y el decanato de Macul que participaba de la Zona Oriente, tenían un buen Marco Doctrinal para poder reflexionar las nuevas situaciones aunque fuesen nuevas. Incluido la pastoral Juvenil de la Zona Oriente se había organizado como un Movimiento Juvenil de la Zona con su Marco teórico y líneas de Acción comunes, así como los planes de formación de líderes juveniles y una organización de encuentros de representantes decanales. La Teología de la Liberación, si bien ya más decantada críticamente, y el compromiso por el cambio social, eran corrientes muy fuertes desde los años 70.
Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado Así es que el cambio radical del 1973 encontró a la Iglesia con sectores de curas y laicos críticos, con la experiencia de la Unidad Popular y ahora enfrentando una nueva situación política social. Nosotros reflexionamos que Don Bosco, inspirado en Jesús, evangelizador de los pobres y que había llamado a discípulos para construir con el Reino de su Padre, con los valores del amor sin discriminaciones, la verdad, la justicia, la paz, y todo el conjunto del Evangelio de la vida, nos invitaba a crear una experiencia de salvación liberadora para esos niños y niñas y sus familias en un contexto salesiano o de ambiente oratoriano con alegría y confianza, con acogida y respeto a través de las dinámicas propias salesianas de grupos, actividades lúdicas, deportivas, canto, fiesta. Como Don Bosco soñó mucho pero hizo realidad los sueños gracias a sus colaboradores, los jóvenes, sus mismos jóvenes, y adultos bienhechores, habría que buscar los “obreros “ para esta nueva mies. No bastaban las ideas de hacer algo por los necesitados, sino que era necesario buscar colaboradores con los cuales hacerlo. Se presentó esta idea a la Pastoral Juvenil Inspectorial y se quiso invitar a las Hijas de María Auxiliadora a continuar la reflexión y la búsqueda, por comunión de carisma, por ser Familia Salesiana, porque así podríamos llegar a las chiquillas líderes, y porque había HMA que nos eran cercanas pastoralmente. La propuesta fue aceptada en la Pastoral Juvenil. Elementos a considerar para la elaboración del proyecto del nuevo servicio tipo oratorio de Valdocco A modo de síntesis: 1. Mirar la realidad con ojos críticos, centrados en la situación de los niños y adolescentes pobres y sus familias, en un determinado contexto socio político y económico nuevo, con nuevas corrientes y modelos. 2. Reflexionar la misión salesiana, y nuestro rol de sdb, a la luz del “da mihi animas cetera tolle”, a la luz de Jesús Buen Pastor, a la luz de una Iglesia Madre y Auxiliadora del pueblo de Dios, en especial en las personas de sus hijos más vulnerados e indefensos como los niños y adolescentes pobres, cuyos padres, en número significativo, vivían en el temor general. 3. Crear una respuesta para seguir acogiendo, educando, formando, a niños y adolescentes con sus familias con el método del Sistema Preventivo vivido en el Oratorio por Don Bosco y sus colaboradores. 4. Invitar a jóvenes y adultos a participar en la misión salesiana, presentando el modelo educativo pastoral de Don Bosco y a descubrir su vocación de solidaridad con los más necesitados, entrando en empatía con el carisma salesiano. 5. La participación corresponsable en la misión salesiana conlleva una espiritualidad que se va descubriendo y construyendo en la acción y se va desarrollando paulatinamente.
Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado 2. La experiencia de las Colonias Urbanas salesianas Villa Feliz y el rol de los animadores juveniles o monitores. Se esbozó el campo de la misión para el verano, enero 1974, en la Parroquia de Macul. Se haría una experiencia tipo campamento, o tipo oratorio por varios días, o como un Centro juvenil para preadolescentes, de una duración de 15 días. Se saldría a las poblaciones del sector a buscar niños y niñas, conversando con las familias y aprovechando la organización de las Capillas y los contactos de las organizaciones anteriores. También se le llamaría Colonias Urbanas Salesianas “Villa Feliz”, nombres que no despertaban ninguna sospecha. • “Colonias” es lo que siempre se hizo en Chile, para indicar un tiempo de vacación en alguna parte. • “Urbanas”, porque se harían en el mismo sector de los niños y no se les llevaría a otros lugares lejanos. • “Salesianas”, que daría la identidad, ligada a la Congregación Salesiana y a ninguna otra institución que pudiese despertar sospechas. • “Villa Feliz”, para indicar un lugar idílico, algo cercano a los niños, un lugar donde pasarlo bien y estar contentos, sobre todo en los momentos que se vivían. Los niños vivieron allanamientos, vieron muertos en las calles, escucharon conversaciones en sus casas sobre lo que pasaba en los primeros meses del nuevo gobierno. También este nombre no evocaba nada político ni subversivo, al contrario. Pero había que buscar los animadores de todo esto. En los meses de Octubre y Noviembre de 1973, se hizo una campaña en los cursos Primeros y Segundos Medios especialmente de los Liceos de los Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora de Santiago, y en la Parroquia Sagrada Familia de Macul. Se formó una comisión con salesianos y con hermanas, y se procedió a invitar. Se les presentaban a los chiquillos y chiquillas condiciones exigentes, pero dentro de un clima de familia, de confianza y de creer en ellos. Se inscribieron unos 140 chiquillos. Quedando al final alrededor de 100. Se les pidió formarse en unos cursos que nos dio la Universidad de Chile –por convenio a raíz de la venta del Aspirantado de Macul- por una semana, donde se hizo una malla con cursos de salesianidad, de liderazgo cristiano, y dinámicas para niños. La Universidad complementó con otras temáticas adecuadas. Se les pidió régimen interno para ser monitores de las colonias. Permanecer en Macul durante todo el tiempo de las Colonias, durmiendo ahí. Se les dijo que se trataría de hacer una experiencia lo más parecida a lo que hizo Don Bosco en Turín, Valdocco. Hacer de las Colonias un lugar acogedor, lleno de alegría, donde los niños fueran educados en la fe, jugaran, comieran, aprendieran valores, desarrollaran cualidades. A la vez, los monitores o animadores juveniles tendrían la posibilidad de hacer vida comunitaria o de equipo, formarse una personalidad solidaria, de servicio, crecer como personas, educando a los niños presentándose como ejemplos o testimonios de salesianos y salesianas laicos
Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado jóvenes. Aprenderían a aceptarse con los demás, limar sus caracteres, aprender a obedecerse entre ellos de acuerdo a los roles que se darían. Conocerían el espíritu salesiano, celebrarían diariamente su fe juvenil en la Eucaristía, y desarrollarían sus condiciones de liderazgo a través de la reflexión y acción diarias. El contacto con los salesianos religiosos y sacerdotes, y con las Hijas de María Auxiliadora les ayudarían a comprender mejor su papel, a solucionar problemas, sentir apoyo en sus actividades, profundizar su vocación laical, y a abrirse a la vida salesiana consagrada. Se hizo la liturgia de envío y con presencia de salesianos, HMA y sus familiares se inició la Colonia. Y se realizó así la primera Colonia Urbana Salesiana Villa Feliz en Santiago, Macul, en dos períodos, para niños y niñas, por 14 días cada Colonia, con monitores para varones y monitoras para las niñas. De hecho, los niños fueron atendidos tres días menos porque se calculaba la llegada de los monitores para preparar el lugar, y chequear los niños que fueron casi 400 en cada Colonia y luego un día más para la evaluación. Con horarios diarios, con lemas, con atención desde las 9.00 a las 18.00 hrs. cada día se desarrollaron las primeras Colonias. Luego, después que se iban los “colonos” venía la Once de los monitores, la evaluación, la Eucaristía, la cena y luego un momento de preparación del día siguiente. Con los varones mientras estaban en sus sacos de dormir se leían trozos de las Memorias del Oratorio. La formación de los chiquillos y chiquillas apuntaba a la motivación profunda de lo que se estaba haciendo, a gozar con los niños, a vivir la fraternidad entre los monitores, a saber que lo que se hacía era por seguir a Cristo cuidando de sus ovejas más necesitadas, y a vivir la experiencia salesiana con el estilo de Don Bosco: con oración, sacrificio, alegría, creatividad, cercanía a los niños, todo por Dios, mostrando una personalidad de joven educador, portador de valores, y animador de las personas de los niños. Nunca supimos de alguna actividad así. Si bien el Movimiento Scout tenía su sistema de educación y formación con campamentos y programas propios, y existían los campamentos de formación de los Movimientos Apostólicos de la época, como la JEC, la JOC, la AUC. Se puede afirmar que el modelo “las Colonias” fue una creación original inspirada en la tradición salesiana. La hipótesis fue formación en la acción, o reflexión sobre la acción, ambos métodos sustentados por la fe. Y todo en un clima de comunidad. Aunque tal vez no fue tan explícito, después se constató el grado de identidad salesiana que se fue creando en estos jóvenes de la primera Colonia. 3.
El periodo de la poscolonia y la rápida creación del Movimiento Juvenil Salesiano
Terminada la Colonia, a fines de enero de 1974, todos los monitores, sdb y hma nos fuimos a vacaciones y actividades de verano. Nos citamos el Equipo de Colonias, con representantes de los monitores y monitoras y preparamos un Encuentro en Santiago, para todos los que habían participado en la primera colonia.
Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado Allí empezaron a surgir las primeras inquietudes de que “esto no podía terminar así” o que “no había que esperar un año para otra Colonia”, o “si nos sentíamos salesianos y salesianas qué podíamos hacer con esta vocación como laicos y laicas”. Los salesianos y salesianas hma estuvimos muy atentos a estas inquietudes y mirando la Pastoral de la Arquidiócesis, y de Chile, y viendo que los tiempos no eran tan fáciles para crear grupos y movimientos, que podían despertar sospechas políticas, decidimos aprovechar el entusiasmo de los monitores y monitoras, que estaban llenos de la misión salesiana realizada, y querían continuar unidos, invitándoles a formar grupos locales de donde eran los que habían venido a la experiencia de Macul. También nos ayudó mucho la opción por comunidades juveniles que había hecho la Pastoral Juvenil en Chile. Así surgió de adultos consagrados y de jóvenes laicos de un promedio de edad de 16 años, la idea de hacer un Movimiento, formado por grupos o comunidades juveniles con sus asesores y la organización del momento a nivel de Iglesia, con animadores, coordinadores, plan de formación, identidad carismática o de espiritualidad, apostolado característico, fuerte fraternidad, y vinculación eclesial (algunos y algunas de estos entusiastas chiquillos y chiquillas son ahora sdb o hma, o siguen prendados de la vivencia tenida siendo padres y madres de familia). Y surgió el Movimiento Juvenil Salesiano, con unas 10 comunidades iniciales de Colegios, Liceos de los Salesianos y de las Hijas de María Auxiliadora, y Parroquia Sagrada Familia, teniendo como origen el haber participado en la primera Colonia de Macul, y haber conocido y aceptado el espíritu salesiano en misión de servicio juvenil, vinculados a personas religiosas o sacerdotes salesianos. El Movimiento se dio desde el inicio una coordinación juvenil con presencia de un sdb y una hma. Se hicieron reuniones mensuales con temáticas juveniles y salesianas, con la presencia de todos los grupos o comunidades. Había muchas ganas de estar juntos. Fue interesante que en Mayo de ese año vino el Rector Mayor don Luis Ricceri y en una asamblea con el MJS en la Gratitud Nacional, los jóvenes del MJS le dijeron que ellos eran salesianos laicos, pues se sentían identificados con la espiritualidad salesiana y con la misión salesiana. Don Ricceri reaccionó fuerte y les respondió que no eran salesianos laicos, pues los salesianos laicos eran los coadjutores. Los chiquillos volvieron a insistir que eran salesianos laicos jóvenes, lo que no volvió a gustar a Don Ricceri… Mirando la experiencia chilena de los itinerarios o de los caminos formativos de varios Movimientos habidos, en especial de la JEC, vinculada a la Acción Católica –AC- pero que había sufrido una fuerte crisis y ya casi no tenía la fuerza ni la convocatoria de antes, se decidió hacer un itinerario formativo nuevo para encauzar la mística y el entusiasmo que se veía en los primeros jóvenes del MJS. Se aconsejó que las Comunidades Juveniles Salesianas del MJS estuviesen vinculadas a las comunidades locales. Este fue un trabajo arduo en algunas comunidades, pues se tenía presente sólo las Compañías como lo más cercano a Grupos o Comunidades Juveniles vinculadas a la espiritualidad salesiana. Se quiso desde el inicio que fuesen los sdb de una obra local que
Pastoral Juvenil Salesiana Dpto. Voluntariado acogieran a los jóvenes del MJS pues se quería que estos fuesen como una nueva edición de los jóvenes comprometidos con Don Bosco para ser presencia salesiana en medio de los compañeros o del sector juvenil de la obra. Si estos jóvenes se identificaban con la espiritualidad salesiana se podía decir que eran como una presencia salesiana juvenil verdadera, si bien con las virtudes y límites de un adolescente. Esta clave de interpretación de los integrantes del MJS inicial fue muy relevante pues se ubicaba en la línea del liderazgo que hizo Don Bosco en su Oratorio. Se pensaba que estas CJS podían ayudar a los salesianos sdb de una obra a mirar la obra con ojos salesianos pero juveniles, y aportarles desde los jóvenes a su tarea educativa y evangelizadora. Esta idea era discutida, y también la presencia del MJS, que no nació al inicio desde “abajo” sino de una experiencia fuera de la Obra, y animada inspectorialmente. Se estaba gestando una edición especial de laicos jóvenes comprometidos con el carisma de una Congregación, en este caso la Salesiana. El Concilio Vaticano II había insistido mucho en la vocación laical en la Iglesia, hacía unos quince años atrás. En Chile estaban las CVX, vinculadas a los jesuitas. Se iniciaban los franciscanos con su Movimiento Juvenil, y también los Mercedarios. Menos conocidos pero ya presentes los Schoensttatianos y los Pasionistas. Así los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora se encontraron sanamente “presionados” por los jóvenes a formar el MJS de Chile. Surgió al año siguiente el “Manual del MJS” para las etapas que se deberían suceder como camino de experiencia y formación salesiana en el MJS. Así las Comunidades de Encuentro, de Camino y Apostólicas con sus propuesta formativas, con contenidos a desarrollar y tareas a lograr identificando a cada una de las tres etapas con signos y liturgias propias. Este Manual fue esquemático, no muy extenso, pero se consideró suficiente. El apoyo inspectorial fue constante. Fueron surgiendo nuevas comunidades del MJS en las presencias locales, también con resistencia de algunas casas. Se formaron CJS mixtas dada la condición del tipo de obra local. Al tercer año se produjo la desvinculación de las HMA por decisión de la Inspectoría de los sdb. Esto produjo mucho malestar.
Santiago, 6 de Junio 2009