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Estimados amigos: El camino del MJS en nuestro país se remonta al año 1976, son mas de 30 años de innumerables jóvenes que han respondido al ideal de Don Bosco de formar “Buenos Cristianos y Honestos ciudadanos”. A nivel de la Sociedad Salesiana y el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, se han realizado encuentros a nivel local, inspectorial, nacional, regional y mundial para compartir experiencias y direccionar el camino del MJS de acuerdo con los contextos particulares de nuestras presencias, buscando responder a los retos de la generación del siglo XXI en nuestro país fruto de ese proceso actualmente caminamos de la mano en el marco del Plan formativo para Animadores de las Hijas de María Auxiliadora (F.M.A.) y Salesianos (S.D.B.). En el año 2000 del 6 al 13 de agosto en el Colle Don Bosco- Italia se reunieron representantes de todas las regiones del mundo (los 5 continentes) donde hay presentes Religiosos Salesianos e Hijas de María Auxiliadora y participaron del FORUM MUNDIAL DEL MJS y la Jornada mundial de juventud en Roma. Por Colombia participaron cuatro representantes: El P. Mario Restrepo, sdb Delegado de Pastoral Juvenil - COM y el Sr. Felipe Valencia de AJUSAL de la Inspectoría San Luís Beltrán- COM, Cristina Álvarez – JUSEV – Inspectoria de Nuestra Señora de Chiquinquirá y el Exalumno Salesiano Sr. Juan Andrés García Vanegas – Equipo de Asociacionismo de la Inspectoría Salesiana San Pedro Claver COB; además de los anteriores en el Equipo coordinador del Forum se encontraban el P. José Raúl Rojas Bohórquez, sdb y la Hna. Ruth del Pilar Mora, fma quienes en ese momento eran miembros del Dicasterio de Pastoral Juvenil de la Sociedad de San Francisco de Sales (Comunidad Salesiana) y del Equipo del Ámbito para la Pastoral Juvenil del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora con sede en Roma-Italia respectivamente. El tramo que recorremos hace parte de ese camino interminable en la búsqueda de la construcción de una patria más solidaria e igualitaria para todos. Cordialmente,
P. MARCO CESAR RIVEROS ROJAS. Sdb Delegado para la Pastoral Juvenil Inspectoría San Pedro Claver - COB
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LINEAS DE COMPROMISO A partir de la síntesis personal que los participantes realizaron, recogiendo toda la experiencia del Foro, se han identificado las siguientes líneas orientativas para el futuro camino del MJS. A. EN EL CAMPO DE LA ESPIRITUALIDAD 1. Asumir la experiencia de fe con la espiritualidad de lo cotidiano. Hacer de la vida cotidiana el lugar de encuentro con Dios, descubriendo su presencia en los jóvenes, sobre todo en los más pobres, hasta llegar a vivir con coherencia la síntesis fe-vida hacia opciones de santidad evangélica. Esta espiritualidad de lo cotidiano nos llevará a vivir nuestra vida con gozo, optimismo, esperanza; a tener una visión positiva de los jóvenes y a colaborar en la construcción de una comunidad Eclesial sensible y abierta al mundo juvenil. 2. Revitalizar algunos elementos importantes de esta espiritualidad. 2.1. Interioridad. Favorecer el encuentro personal con Jesús a través de la interiorización de la Palabra de Dios, la frecuencia asidua a los sacramentos y una continua práctica de la oración personal y comunitaria, encarnada en la vida de cada día a imitación de María, que conservaba y meditaba todo en su corazón. 2.2. Discernimiento. Cultivar el discernimiento espiritual que nos lleve ha descubrir nuestra propia vocación en la sociedad y en la Iglesia, y que favorezca un estilo de vida cristiana verdaderamente evangelizador de los jóvenes sobre todo de los alejados.
2.3. Acompañamiento. Promover un presencia activa de los salesianos, salesianas y animadores entre los jóvenes; dedicar tiempo a escucharles y a acompañarles; un acompañamiento personal y comunitario, continuo y sistemático, al servicio de un proyecto de vida auténticamente evangélico. 3. Transmitir con la vida la Espiritualidad Juvenil Salesiana. Ser testigos de la EJS no sólo en nuestros ambientes sino también más allá de ellos, compartiendo la experiencia de esta espiritualidad y los valores del sistema preventivo con los jóvenes, abriéndonos a las vivencias de los mismos jóvenes y a otras espiritualidades. Para
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favorecer esta comunicación es necesario promover nuevos lenguajes, símbolos y expresiones adecuados a la cultura del mundo juvenil actual. B. EN EL CAMPO DE LA ACCION. 1. Potenciar la acción del MJS en el ámbito socio-político. Mantener una presencia activa en las instituciones civiles, políticas y sociales que trabajan el ámbito de la juventud, ya sea en municipios, asociaciones, etc; en los momentos especiales donde se escuche la voz de los jóvenes; en los medios de comunicación... Sobre todo nos comprometemos a mantener una presencia activa como MJS en los ámbitos escolares y educativos. 2. Integrar la fe y la vida. Anunciar el Evangelio y sus valores, no en teoría sino a través de compromisos prácticos definidos en un proyecto de vida, de tal manera que el voluntariado refleje una opción definitiva y constante. 3. Renovar la opción preferencial por los pobres. El MJS debe abrirse a los más pobres y promover una educación para todos/todas, debe salir fuera de los muros conocidos para salir al encuentro de los inmigrantes, los últimos, los más pobres allí donde ellos están; debe responder concretamente a los problemas (violencia, droga, homosexualidad, sida, madres solteras...) y realidades comunes (apatía, soledad, individualismo...) de los jóvenes. Creemos que puede hacerse desde la creación y/o el desarrollo de centros de acogida, centros juveniles, centros de espiritualidad, etc. Con el corazón en la mano, el MJS pide encarecidamente a las congregaciones SDB y FMA que hagan una opción clara por los más pobres y necesitados. 4. Promover la formación integral práctica no sólo teórica. Una formación que desarrolle las capacidades humanas y profesionales, que nos prepare para una intervención socio-política, que acompañe los procesos de maduración de la fe a través de itinerarios diversificados y que incida en los aspectos fundamentales de nuestro carisma salesiano. 5. Incrementar el protagonismo de los jóvenes en el MJS. Encontrar espacio y momentos para tomar la iniciativa pese al riesgo, el miedo y la inseguridad que ello implica, siendo los últimos responsables del futuro del movimiento.
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C. EN EL AMBITO DE LA COMUNION Y DE LA COORDINACION. 1. Hacer crecer el MJS como expresión del compromiso educativo y misionero de toda la Familia Salesiana. Esto requiere que los miembros de los diversos grupos de la FS, jóvenes y adultos, consagradas/os y laicos/as, trabajen juntos, con un proyecto coordinado y corresponsable, evidenciando las cosas comunes. Espacios privilegiados de compromiso común serán: la formación continua y permanente de las/los educadoras/es, la proyectualidad unitaria en la comunidad educativa, la presencia entre los jóvenes más pobres. 2. Promover un mejor conocimiento de los Santos de la Familia Salesiana. Esto requiere un diálogo-confrontación más directo e inmediato con las personas y los lugares en los cuales han vivido nuestros santos, que representan la riqueza de nuestro carisma. Es necesario reservar una atención específica a las personas y a la espiritualidad de Madre Mazzarello, modelo de interioridad y de contemplación. 3. Evidenciar mayormente y con más significatividad la inserción en la Iglesia y la colaboración con otras entidades educativas que trabajan en el mismo territorio a favor de los jóvenes, especialmente de los más pobres. Esto requiere una adecuada formación, la capacidad de dialogar, la aceptación de las diferencias, un camino de estima y de tolerancia en el respeto recíproco. 4. Robustecer el MJS con un mínimo de estructuras de comunicación y de coordinación. Esto requiere un mayor intercambio de información, noticias, experiencias, utilizando las modernas posibilidades informáticas y también los encuentros comunes a diversos niveles y según las posibilidades. Para un movimiento que tiene su fuerza en el compartir los valores y experiencias, más que en la organización e institución, es importante cuidar los procesos de comunicación y de intercambio.
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CARTA A LOS JÓVENES DEL MJS (Don Antonio Doménech, sdb- Consejero General SDB para la Pastoral juvenil y Sor Georgina Mc. Pake, fma Consejera General FMA). Queridos/as amigos/as, Hermanos y Hermanas: El mes de Agosto pasado recordábamos con emoción y gratitud el encuentro mundial del MJS (Forum 2000) celebrado hace un año con muchos de vosotros en el Colle Don Bosco y la participación a la Jornada Mundial de la Juventud en Roma. Durante este año habéis recibido en las Inspectorías el libro del Forum que recoge los textos de las distintas intervenciones y otros materiales del encuentro, entre los cuales son particularmente importantes los mensajes programáticos del Rector Mayor, de la Madre y el Documento Final elaborado por vosotros mismos. Habéis recibido también los dos vídeos, realizados por la Procura Misionera Don Bosco de Turín en los cuales se presentan las características del Movimiento Juvenil Salesiano y de la Espiritualidad Juvenil Salesiana. Estos han sido pensados como materiales de apoyo para la reflexión y la profundización de los grupos en los diferentes contextos. Tales subsidios quieren prolongar el evento del Forum y pueden ayudar a darle fecundidad en la animación y en el crecimiento del MJS en todo el mundo salesiano. En los meses pasados el Dicasterio SDB y el Ámbito FMA para la Pastoral Juvenil se encontraron para reflexionar sobre la animación del MJS a nivel mundial y elaboraron algunas orientaciones que ahora queremos compartir con cada uno de vosotros. 1. La identidad del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) Los jóvenes del Forum, acogiendo la invitación del Rector Mayor se proponían, en el Documento Final, esta línea de acción: “Hacer crecer el MJS como expresión del compromiso educativo y misionero de toda la Familia Salesiana”. El MJS es patrimonio de toda la Familia Salesiana, expresión de su misión común: la educación y la evangelización de los jóvenes y de la gente del pueblo (Cf. Carta de comunión, 21 y Carta de la misión, 4). Esto requiere el compromiso de todos para compartir la identidad del MJS y trabajar con un proyecto coordinado y corresponsable. De vez en cuando aquí y allá surge la pregunta: ¿qué es el MJS? Sintéticamente reafirmamos que el MJS es la comunión de todos los grupos y asociaciones juveniles que, manteniendo su autonomía organizativa, se reconocen en la espiritualidad y en la pedagogía salesiana y quieren compartir y coordinarse entre sí. El MJS es pues una realidad abierta a todos los grupos, desde aquellos de amplia acogida en los cuales se desarrollan con intencionalidad educativa los intereses deportivos, culturales, sociales etc. de los jóvenes, hasta aquellos más comprometidos en un camino de fe y de formación más sistemática. Ningún grupo juvenil animado por la Familia Salesiana debe considerarse extraño al MJS. Es muy importante no cerrar el horizonte del MJS a un solo tipo de grupos; al contrario, es importante crear y promover, ya a nivel local, una verdadera comunión y coordinación entre los diferentes grupos y asociaciones presentes: deportivos, culturales, misioneros, de formación cristiana, de voluntariado etc. Promover espacios, momentos en donde se exprese y se comparta juntos la propia identidad, los valores de la Espiritualidad Juvenil Salesiana, programar iniciativas
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comunes al servicio de los otros jóvenes del territorio, ayudarse en la formación de los respectivos animadores etc. Os recordamos las palabras del Rector Mayor: «El MJS está en vuestras manos; este encuentro es un signo de su crecimiento y de su madurez del Movimiento en la Familia Salesiana. Don Bosco quería que el asociacionismo salesiano fuera no solo para los jóvenes, sino de los mismos jóvenes, de modo que en él se sintieran y fueran verdaderos protagonistas». 2. Referencias comunes para la programación de los próximos años en el MJS El Documento Final del Forum debe ser para todos los animadores de los grupos y asociaciones del MJS una plataforma de animación para los próximos años. Por esto os invitamos a tomarlo como punto de referencia en las programaciones a todos los niveles (local, inspectorial, regional…). Sería oportuno escoger cada año, entre todas las líneas de compromiso que en él se proponen, algunas más adecuadas al propio contexto para profundizarlas y hacerlas operativas. Otro elemento importante de comunión y de animación para todo el MJS del mundo es la carta anual que el Rector Mayor os envía en ocasión de la fiesta de Don Bosco. El la piensa y os la escribe para que sea objeto de lectura, de reflexión y de estudio en vuestros grupos. En la carta de este año os recordaba las grandes celebraciones del Forum y de la Jornada Mundial de la Juventud y os proponía, siguiendo el mensaje del Papa a los jóvenes, de profundizar en la escucha de la Palabra de Dios en la vida de cada joven y animador del MJS. A nombre de Don Bosco y de Madre. Mazzarello os saludamos con mucho cariño y confiamos vuestro camino a la guía materna de María.
Sor Georgina McPake, fma Consejera General FMA para la Pastoral Juvenil. P. Antonio Domenech, sdb Consejero General SDB para la Pastoral Juvenil y
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MENSAJE DEL RECTOR MAYOR A LOS JÓVENES DEL MOVIMIENTO JUVENIL SALESIANO (MJS) 2007 Se presenta aquí el texto del Mensaje que el Rector Mayor, don Pascual Chávez Villanueva, ha mandado a los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) con ocasión de la Fiesta de Don Bosco el 31 de enero de 2007. El Mensaje, escrito en forma original, quiere ofrecer una palabra que el mismo Don Bosco envía a los jóvenes hoy por medio de su Sucesor.
Queridísimos: Sucesor de un soñador, he tenido yo también un sueño y os lo quiero contar, con la misma sencillez y confianza con que nuestro Padre Don Bosco se confiaba a sus jóvenes en las “buenas noches” en Valdocco. He soñado que él mismo os escribía personalmente este mensaje, casi como una nueva Carta desde Roma. Yo sólo le he prestado solo mi mano (y mi ordenador). He aquí el mensaje de Don Bosco. Leedlo con la misma sencillez y el mismo amor de sus jóvenes. Un cariñoso saludo de mi parte. Don Pascual Chávez Villanueva Rector Mayor
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Queridísimos jóvenes: Aunque lejanos en el tiempo, pienso en vosotros y os siento cercanos con vuestro deseo de vivir, de ser felices. Sostengo con mi oración vuestras aspiraciones más hermosas y estoy a vuestro lado en vuestros momentos difíciles. Vosotros sois mi vida y por esto estas palabras mías son las palabras de quien os ama tiernamente en el Señor Jesús. Querría tener todo el amor dulce y fuerte de mi mamá Margarita para hablar a vuestro corazón y comunicaros la gran pasión por la vida que ella me transmitió desde niño. En su corazón de madre latía el corazón de Dios amante de la vida, y yo he aprendido a reconocerlo en la esplendente y cálida luminosidad de las auroras y de los casos, como en el pobre que llamaba a la puerta de casa. La mamá encontraba las palabras justas, los gestos esenciales para expresar con sencillez el amor que abrazaba la vida. Un amor que cubría y curaba la herida profunda abierta por la muerte de mi padre. Las mismas palabras tiernas y fuertes os las dirijo yo a vosotros, queridos jóvenes. La vida es el don más precioso que habéis recibido: ¡respetad, defended, amad y servid la vida, toda la vida y la vida de todos! El Dios apasionado de la vida no tolera que se trafique con la vida del hombre. Los seres humanos no son materia de mercado. Ha habido tiempos, y desgraciadamente no han terminado, en los que los seres humanos se vendían y compraban. Sucedía en las calles de Valdocco, como sucede hoy en las plazas y en las calles de vuestras ciudades.
Nunca he olvidado lo que he visto en las cárceles y en las calles, en la terrible realidad de todos los días. Ha cambiado mi vida: y así decidí gastarla para liberar a los jóvenes de todas las cárceles, las materiales y las de la soledad, de la tristeza, de la ignorancia, de la delincuencia, del extravío, de la desesperación. Los míos eran tiempos tristes, pero también vosotros vivís acontecimientos dramáticos en los que todavía domina el desprecio por la vida humana, la violencia terrorista, el abuso y la explotación de niños y mujeres. Frente a tal realidad no podéis permanecer indiferentes, sobre todo como jóvenes. De vosotros debe nacer una nueva energía, un movimiento que comunica la pasión de Dios por la vida del hombre. Quiero mostraros, queridos jóvenes, el camino para responder a esta misión y para vivir una vida plena, feliz y fecunda. El secreto es la amistad con Jesucristo. En Él se manifestó la
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misericordia y la ternura del Dios que ama la vida. Él entró en lo profundo de las vicisitudes humanas, únicas y maravillosas; gastó toda su vida liberando, salvando y dando vida todos los oprimidos por el mal; conoció no sólo la alegría y la amistad; sino también el dolor, la persecución y la muerte. Pero, al dar la propia vida por amor y resucitando de la muerte, dio origen a una vida plena y para siempre. Su resurrección es como la erupción de un volcán que demuestra que en el interior del universo arde ya el fuego de Dios, que actúan ya las nuevas fuerzas vitales de una vida transfigurada. Para comprender y vivir este misterio que está en el corazón de la vida, queridos jóvenes, debéis levantar la mirada. « ¿Qué ves, Jeremías? », pregunta el Señor al profeta. «Veo un ramo de almendro» (Jer.1,11-12). El almendro es el árbol primero en florecer y anuncia la primavera. El estado de vela deja entrever al profeta el invisible ramo florecido. Sólo el ojo atento y vigilante logra captar este milagro, el milagro de la vida que renace después del invierno. Para comprender vuestro corazón, el misterio profundo de la vida, debéis ser vigilantes, con los ojos atentos e iluminados de la fe. Levantad los ojos de la distracción cotidiana que os conduce a un vacío de pensamiento, comenzad a hacer vivir la parte más profunda y más íntima de vosotros mismos, entregaos a la oración que os revelará las profundidades del corazón de Dios y de vuestro corazón de hombres y mujeres. De los pozos profundos de vuestra alma sacad un nuevo sentido de las cosas, una visión amplia de la historia, la fraternidad que nace del corazón de Cristo Resucitado, que se manifiesta en la Iglesia. Ésta es el “sacramento” de la misericordia de Dios en este mundo. Es la casa de Dios accesible, cálida y acogedora, el lugar de la escucha del sufrimiento del hombre, en particular de los jóvenes y de los pobres. Vuestra sociedad, al menos la occidental, es más rica, pero debe tener presentes las nuevas pobrezas. Y la Iglesia no puede situarse en otro lugar sino junto a la cruz de Jesús, fuente de resurrección. Su puesto está cerca de los pequeños, de la gente agotada y herida, de los que no cuentan o han quedado fuera de la caravana triunfal del progreso. Cristo, una vez más, es crucificado fuera de la ciudad, en los márgenes de la historia. La Iglesia “samaritana” debe estar allí: los pobres son su “tierra santa”. Y esta tierra santa es el terreno fecundo de vuestro compromiso juvenil. La Iglesia debe hacer visible, de modo transparente, la belleza y el amor de Dios que quiere vivir en medio de nosotros, hoy. Y vosotros, queridos jóvenes, debéis construir esta Iglesia como Cristo la quiere, rostro de la misericordia del Dios de la vida. Éste es el camino que ha querido enseñar a mis queridos jóvenes de Valdocco y que os invito a construir en vuestros ambientes juveniles. Valdocco no era un espacio anónimo como la calle, sino una verdadera casa acogedora, un ambiente humanísimo, rico de valores y del calor de la familia. Mi madre Margarita puso todo el cuidado y la ternura de una madre. Yo he puesto todo el amor de un padre. Como un verdadero padre de familia, he dado a mis hijos
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una casa, los vestidos, el pan, el trabajo, la instrucción, la diversión. He acogido con tanta pasión esta misión que pedí al Señor me hiciera encontrar y poder acoger a tantos jóvenes y de liberarme de todo lo que no era su interés. El oratorio llegó a ser un lugar de vida y de agregación juvenil, donde las esperanzas y las iniciativas de los jóvenes, su lenguaje y su protagonismo encontraban acogida, promoción y espacio. Caminaban en una verdadera maduración de hombres y de cristianos, entusiastas de la vida, según el espíritu de libertad del Evangelio. Las vigorosas personalidades maduradas en Valdocco son la prueba de ello: de Domingo Savio a Miguel Magone, hasta los pioneros misioneros Cagliero, Lasagna, Costamagna, Fagnano y tantas otras figuras de gran relieve. Yo educaba la libertad y la creatividad de mis jóvenes: los quería iluminados acerca de los motivos de sus decisiones; daba todo el espacio debido a la razón; multiplicaba las clases de catecismo y las “buenas noches”, en que explicaba por qué y cómo se debe creer. Quería muchachos enérgicos en sus opciones, sin respeto humano. Los estimulaba a tomar iniciativas en todos los campos. No los mantenía en clausura por temor del mundo. Nos abríamos con valor a las parroquias, a las necesidades de la ciudad, de la Iglesia, del mundo. Era un ambiente increíblemente rebosante de vida y de entusiasmo. Éramos conscientes de poder cambiar el mundo, y el amor que nos unía era ya la señal. Sueño que cada obra mía es como mi primer Oratorio, y pienso en vosotros para hacer realidad mi sueño. Mi sueño es ver a los jóvenes que encuentran a Cristo y encuentran en Él el sentido y la alegría de la vida, la respuesta a sus esperanzas e ideales, su papel en la Iglesia y en el mundo. Mi sueño es veros a vosotros, jóvenes del Tercer Milenio, como remedio del presente, desarrollando vuestros talentos y vuestras energías de bien, consumiéndolos en el servicio de los demás, de modo que se rejuvenezca la sociedad y la Iglesia. Mi sueño es veros misioneros de vuestros amigos, haciendo visible en los acontecimientos de todos los días el rostro de Cristo en el que cada uno se reconoce. Este sueño mío se concreta en el compromiso mío y de toda la Familia Salesiana de ser cada vez más clara y explícitamente promotores de la cultura de la vida, contra todo lo que puede amenazarla o disminuirla, portadores del amor de Dios, padres y maestros de espíritu, guías inteligentes y capaces de acompañaros en la búsqueda de proyectos de vida hermosos y comprometidos. En este empeño contad siempre con la ayuda materna de la Auxiliadora, la Virgen de los tiempos difíciles, que fue siempre para mí una Madre y una Maestra y que ha prometido poner bajo su especial protección a cuantos entran en una casa salesiana. Poned en Ella toda vuestra confianza y también vosotros veréis florecer los milagros en vuestra vida.
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Queridos jóvenes. Sentidme siempre cerca de vosotros; uno solo es mi deseo, el de veros felices ahora y siempre, siguiendo el camino de las bienaventuranzas evangélicas, para poder participar todos juntos en la gran fiesta de la vida en el cielo. Turín, 31 de enero de 2007. Sac. Gio Bosco