para no olvidar forjadores de violencia

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Coronel Gustavo E. Rosales Ariza

Universidad Militar Nueva Granada Bogot谩, D.C. Colombia 路 2007 路


COLECCIÓN BODAS DE PLATA Para no olvidar … Forjadores de Violencia ISBN: 978-958-97859-3-5 © Cor. GUSTAVO E. ROSALES ARIZA © Universidad Militar Nueva Granada Primera edición marzo de 2007 Todos los derechos reservados y se acoje en un todo a la Ley 23, Artículo 32 de 1982. Concepto gráfico y armada digital: Mario Mejía Pineda - Oficina de Diseño Gráfico UMNG. Coordinación Editorial: Astrid Botero Franco - Publicaciones y Comunicaciones UMNG. Impresión: Afán Gráfico


A la sagrada memoria de todos los colombianos, sin distingo alguno, que perdieron sus vidas por causa de la intolerancia de sus propios compatriotas.


CONTENIDO

Contenido Contenido

Pág. Presentación

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Prólogo

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Preámbulo

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A Modo de Introducción “La ruta Inconclusa”

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Capítulo I: Génesis de una Violencia Centenaria

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Capítulo II: A la Sombra del Kremlin

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Capítulo III: Los Huérfanos de la Guerra Fría

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Anexo al Capítulo III: Huérfanos de la Guerra Fría

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Capítulo IV: Una Respuesta Equivocada

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Anexos al Capítulo IV: Una Respuesta Equivocada

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Capítulo V: La Quinta Guerra

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Anexos al Capítulo V: La Quinta Guerra

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Capítulo VI: Entre el Terror y la Esperanza

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Epílogo

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Bibliografía

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Crédito General de Imágenes

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PRESENTACIÓN

Presentación Presentación

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Brigadier General CARLOS LEONGÓMEZ MATEUS Rector Universidad Militar Nueva Granada

n el marco de la conmemoración de los 25 años de nuestra Universidad, es muy grato y motivo de orgullo para mí, compartir con la comunidad neogranadina y con la sociedad en general, una serie de publicaciones que reflejan la producción intelectual y científica, y que sumada a la que de tiempo atrás ha venido entregando nuestra institución, enriquecen el patrimonio bibliográfico de Colombia.

Como corresponde a un centro académico de calidad y acreditado, participamos en los grandes debates nacionales e internacionales con la producción de nuestros docentes, investigadores y directivos académicos, quienes ofrecen, desde su rigor y su experiencia de vida, visiones y propuestas que se suman a las de otros ciudadanos, también comprometidos con la solución de los problemas y la propuesta de alternativas frente a los desafíos del siglo XXI, para Colombia y el mundo. En el caso particular de esta obra, la experiencia, la memoria y la investigación complementaria, de forma rigurosa y meditada por parte de su autor, nos ofrecen una perspectiva diferente sobre 7

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el impacto de las decisiones tomadas por aquellas organizaciones armadas que, con su accionar, han dejado a nuestra sociedad en una situación sensiblemente frágil y precaria por la depredación a que han sometido, por más de 40 años, a la institucionalidad y la vida social y económica de Colombia, a pesar de los esfuerzos de sus ciudadanos por superar el espectro de la violencia. En medio de los debates políticos y académicos, y de los análisis de todo tipo que han alimentado una bibliografía especializada, como pocas en el mundo, sigue siendo novedoso que los protagonistas que en su momento vistieron el uniforme y defendieron los principios constitucionales de nuestro país, escriban y compartan sus memorias, apreciaciones y experiencias sobre muchos hechos históricos que marcaron la sociedad de su tiempo y la nuestra. Por ello, no dudo en afirmar que esta obra nos enriquece con ese aporte singular de la vida y la trayectoria de su autor, quien además nos acerca a los eventos recientes de nuestra historia con la autoridad que le confiere haber sido también protagonista de la historia de Colombia y ser, desde la cátedra, la producción bibliográfica y la dirección académica, profundo conocedor de la problemática nacional.

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PRÓLOGO

Prólogo Prólogo

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Doctor MIGUEL POSADA SAMPER

uando un conflicto interno se extiende en el tiempo, y su duración abarca varias generaciones, se pierde, poco a poco, conciencia sobre los orígenes verdaderos del mismo, y se vuelven algo difusas las mutaciones y cambios que ha sufrido en el tiempo. Si a estos efectos del tiempo les sumamos una deliberada tergiversación adelantada por una de las partes, el marxismo, la percepción de la mayoría de las personas se hunde en la confusión. En el conflicto planteado por el marxismo a la democracia colombiana, la tergiversación de los hechos, la llamada Guerra Jurídica, la propaganda y la creación deliberada de mitos, son estrategias dentro del principio de la utilización de todos los medios de lucha. La juventud actual desconoce la responsabilidad de Moscú, capital de lo que denominó el presidente Ronald Reagan “El Imperio del Mal”, o de Fidel Castro y la revolución cubana, en el desangre de casi cinco décadas que ha sufrido Colombia. Para un joven citadino actual, el conflicto siempre ha existido; él no ha conocido otra cosa. Para él, es una especie de fenómeno natural que afecta generalmente a otros en sitios remotos. Para personas mayores, 9

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como el conflicto se vive día a día, los sucesos diarios hacen difícil ver las continuidades o los cambios en su naturaleza. No ha sido así para el campesino, que ha vivido la violencia en forma cercana o personal. Podríamos afirmar que hay dos países; uno que se ha modernizado y urbanizado, a pesar del conflicto; y otro, el país rural, que lo ha sufrido con variada intensidad en distintos momentos. Pero el conflicto llegó finalmente a las ciudades con la restricción de la movilidad por las carreteras por el temor a la llamada “pesca milagrosa”, y con espantosos actos de terrorismo en centros urbanos importantes. CIDEC- Centro de Información sobre el Desarrollo de la Democracia en Colombiaorganización afiliada a la Federación Verdad Colombia, consideró oportuno promover un recuento y análisis, necesariamente resumido, sobre el desarrollo de este conflicto, que facilite a quienes se interesan por estas materias una primera aproximación a un tema tan complejo. Existe un espacio inmenso para que académicos serios aborden el tema con diversos grados de profundidad y desde diversos ángulos. En los hechos de armas, por ejemplo, se podrían analizar miles de incidentes. En las facetas políticas ocurre otro tanto. No se puede, sin embargo, olvidar que el aspecto armado del conflicto no se puede desligar de lo político. El objetivo de las guerrillas marxistas siempre ha sido el acceso al poder, así a este objetivo primario se sume el económico de acumular riqueza. El desarrollo del narcotráfico explica un cambio de magnitud y de intensidad del conflicto a partir de la década del 90. A lo ideológico se suma la guerra por rentas ilícitas, lo que se llama en África los “diamantes sangrientos”, y en nuestro país es, principalmente, la renta de las drogas ilícitas. Las autodefensas, mal llamadas “paramilitares”, que nacieron para enfrentar a las guerrillas marxistas, ante la incapacidad del Estado para defender a los ciudadanos, también se contaminaron posteriormente con el narcotráfico y otros negocios ilícitos. Unos y otros, grupos marxistas o autodefensas, adoptaron métodos terroristas, y ambos se financian, como cualquier mafia, con la extorsión, las drogas ilícitas, la apropiación de recursos públicos y otros delitos. Ambos bandos, igualmente, han penetrado o infiltrado las estructuras del Estado y de la sociedad. Se debate actualmente si la actividad narcotraficante de las FARC y el ELN ha desdibujado la ideología que los anima para buscar el poder. No parece ser así. Se debe recordar que para el marxista no existe contradicción entre los ideales supuestamente altruistas que pregona y los medios espantosos que llegue a utilizar para adelantar el proceso revolucionario. Las FARC y el aparato subversivo que las apoya, lejos de haber abandonado el objetivo de llegar al poder, han buscado nuevas formas y estructuras para desarrollar “todas las formas de lucha”. Eso explica la organización reciente del Partido Comunista Clandestino de Colombia y el Movimiento Bolivariano para una Nueva Colombia. El poder político, la prensa y muchos académicos, han pasado frecuentemente

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PRÓLOGO

por alto la diversidad de las formas de lucha. Nunca ha existido una política permanente que enfrente al aparato subversivo en todas sus dimensiones y en todas sus iniciativas: la propaganda, la infiltración de las instituciones públicas y privadas, la guerra jurídica, la diplomacia en el extranjero y la utilización de organizaciones civiles de fachada. Ni siquiera existen todos los instrumentos jurídicos que permitan enfrentar la subversión en todos estos ámbitos. Las actitudes de los diferentes gobiernos frente al conflicto han oscilado entre el apaciguamiento y la mano dura. La represión se encomendó a las Fuerzas Militares, pero el resto del Estado no cumplió lo que le correspondía frente a las otras actividades de la subversión. Sólo hasta el gobierno de Álvaro Uribe, con la Política de Seguridad Democrática, se definió con claridad que todos los estamentos del Estado tienen que cumplir un papel para enfrentar el reto de los violentos. Sin embargo, aún en este período presidencial, la rama judicial y la Procuraduría, no parecen comprender su responsabilidad. Esta ausencia de una política permanente, y la falta de una comprensión clara de la naturaleza de la amenaza que enfrenta la sociedad, tuvo como resultado que en varias oportunidades la victoria militar sobre determinados grupos violentos estuvo al alcance de la mano, pero una decisión política desacertada impidió el triunfo de las instituciones. Este libro destaca también el papel del comunismo internacional y del Partido Comunista Colombiano en la creación y dirección de las FARC a través del adoctrinamiento de algunos de los guerrilleros liberales enfrentados a gobiernos del partido Conservador. Pero el comunismo venía de atrás, del partido socialista y del partido socialista revolucionario (PRS). Muy pronto, este socialismo, inicialmente idealista, muestra su inclinación a la violencia. Además, de ser un movimiento autóctono que admira la revolución bolchevique, pronto pasa a ser controlado por Moscú directamente. Más adelante, la subversión reflejaría las distintas tendencias que asume el comunismo internacional, y se conforman cuatro grupos guerrilleros importantes, además de otros menores: Las FARC-EP, de línea stalinista; el ELN, de línea cubana; el EPL, línea Pekín y el M-19, de más difícil ubicación, organizado por Jaime Bateman, antiguo miembro del PCC y de las FARC. El tronco, sin embargo, del cual se desprende todo, es el Partido Comunista Colombiano. Es el semillero de los líderes de todos los grupos. Describe el texto los distintos intentos por lograr la paz a través del diálogo, y cómo las FARC y el ELN nunca fueron sinceros en sus negociaciones. Los procesos que terminaron con la reinserción del M-19 y del EPL fueron exitosos porque estas dos agrupaciones enfrentaban el exterminio. Recomendamos especialmente la lectura de las notas. Estas reflejan algunos de los detalles más interesantes de la investigación que sustenta el documento.

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PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

Esperamos que la lectura de este documento facilite la comprensi贸n del conflicto sangriento que ha sufrido Colombia a las nuevas generaciones, y le recuerde a los mayores, los episodios m谩s importantes que han caracterizado la confrontaci贸n entre los grupos armados y la sociedad colombiana representada en las instituciones leg铆timas.

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PREÁMBULO

Preámbulo Preámbulo

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Coronel GUSTAVO E. ROSALES ARIZA

sta investigación que adquiere ahora el carácter de un libro dado a la publicidad en la oportunidad de las Bodas de Plata de la Universidad Militar “Nueva Granada” pretende, ajustándose a la objetividad, recoger aspectos relevantes de lo que ha sido la lamentable historia de la sedición en Colombia, y de cómo surgieron y subsisten los forjadores de una violencia que para muchos observadores resulta endémica y para otros una guerra eterna “inútil, costosa y sin gloria” 1

Sin entrar a debatir tales percepciones, lo que no admite controversia es el hecho que reivindicaciones sociales alimentadas por la apatía, y en ocasiones con el concurso de una dirigencia indiferente en su mayoría a las realidades nacionales, ha sido una de las causas generadoras de un conflicto, más bien de la 1 Tomado del título del libro de la obra sumatoria de conflictos que del General Alfonso Mejía Valenzuela: “Una guerra inútil, costosa y sin gloria” quienes pretendieron Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1988.

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solucionarlos por la vía de la ilegalidad armada terminaron inmersos en las prácticas más despreciables del terrorismo y de los negocios ilícitos. Y dentro de este entorno de degradación, la corrupción, la impunidad, la politiquería y la exclusión que impide el desarrollo pleno de la democracia, han contribuido, por la antipatriótica actitud de sus gestores, a retardar el logro de la solución a una crisis de proporciones inauditas. Es decir, al logro de la paz. La paz, un objetivo nacional que no puede dar más esperas. El contenido de este trabajo se inicia, en su introducción, con la evocación de una vivencia personal; fue una época en que alternaron los estragos del bandolerismo con los reinicios del accionar subversivo. Los capítulos que le siguen recogen la trayectoria, hasta nuestros días, de un proceso violento que enluta para siempre las páginas de nuestra historia. Se ha tratado de una apretada exposición, la que es posible resulte apenas un resumen de nuestra tragedia y sus protagonistas, esos forjadores de violencia que con distintos pretextos han causado y, continúan causando, desolación y muerte. Aún así, el país no ha sucumbido; por el contrario se sobrepone a la adversidad, y surge siempre, como el ave fénix; allí reside la grandeza de Colombia, un patrimonio del que siempre debemos enorgullecernos. Las páginas de este libro permitirán, a unos, recordar con dolor las afugias que la violencia proporcionó a quienes vivieron esas etapas durante gran parte del siglo pasado; a otros, especialmente los de las nuevas generaciones, a concluir, que no hay derecho a que sus vidas se desarrollen, injustamente, dentro de circunstancias de violencia que debían de haberse superado. Para no olvidar, es una frase que precede al título de este estudio. Quizá he debido agregar otra: Para no ¡repetir!

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INTRODUCCIÓN

Preámbulo

A modo de introducción “LA RUTA INCONCLUSA”

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an pasado, dijo el coronel, más de cuarenta años; fue a principios de 1960 y lo recuerdo como si fuera ayer. Un hombre que podría contar con unos treinta años, agregó, se hallaba inclinado sobre la base de la ventana que separa las oficinas del comando del Batallón de Artillería “Tenerife”, en Neiva, del pasillo y sus arcadas cercanas a la plaza de armas. El sujeto dialogaba con uno de los funcionarios de la Ayudantía, y su propósito era el de hablar con el comandante a fin de ofrecerle sus servicios y los de sus gentes como guías del Ejército para la ocupación de Gaitania2, localidad ubicada en el sur del Tolima. El hombre se llamaba Pedro Antonio Marín, pero era más conocido como Manuel Marulanda Vélez, nombre que adoptó en homenaje a un líder sindical y correligionario suyo; los compañeros de lucha y subalternos le llamarían 2 Inspección perteneciente al municipio de Planadas (Tolima), con una población “Tirofijo”: y así también lo de 2.000 habitantes. Actualmente está identificarían sus víctimas y las constituida como resguardo indígena de la étnia Paez (Nasas). autoridades.

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Municipio al sur del Tolima que limita al norte con Rioblanco y Ataco; al occidente con el departamento del Cauca; al sur y al oriente con el Huila. Surge como asentamiento en 1932 y es elevado a la categoría de municipio, segregado de Ataco, en 1966. Desde su creación emerge como un centro de gran dinamismo, eje agropecuario y comercial con nexos económicos con el departamento del Huila. Cuenta actualmente con una población estimada de 28.808 habitantes (resultados Censo General 2005).

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Guerrillero comunista oriundo de las comunidades indígenas de Natagaima; al iniciarse como insurgente se hizo llamar Fermín Charry Rincón. Conformó uno de los tres destacamentos móviles, que tenían como perspectiva la creación de movimientos de masas en zonas receptivas al influjo comunista, en compañía de Manuel Marulanda, hasta instalarse en Riochiquito. Fue Jefe de las guerrillas comunistas de la región de Gaitania. Acogió sus crímenes a la amnistía el 24 de junio de 1959. Era miembro del Comité Central del Partido Comunista. Asesinado por hombres del “General Mariachi”, el 11 de enero de 1960 en una de las calles de esa población. Su muerte preparó la vía para el surgimiento de “Tirofijo”. Ver en “El Espectador”, “Charro Negro muerto en refriega de exguerrilleros”, Martes 12 de enero de 1960, Páginas 1 y 16. Ver en: “Bandoleros, gamonales y campesinos”, Gonzalo Sánchez G y Tonny Meertens. Bogotá: El Ancora Editores, 1983. 4

Guerrillero liberal, llamado “General Mariachi”, llegó a comandar algo más de 600 hombres. Conformó con otros jefes guerrilleros liberales el “Movimiento revolucionario del suroeste del Tolima”, época en la cual ejerció el dominio sobre el Municipio de Planadas. Al instalarse el Frente Nacional, cesó en su actividad y se declaró partidario de éste; entonces; fue amnistiado y sin perder su condición de jefe, reconocida por el gobierno del Tolima, asumió de hecho las funciones de comandante de la policía rural de Planadas, conformada por sus antiguos subalternos. Pretextando la presencia de supuestos abigeos incursionó sobre 5

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El hombre de los tres nombres, continuó el Coronel – quien reflejaba en su relato la reflexión que sobre lo trascendente impone el paso de los años - no se hallaba en esa instalación militar solamente para orientar a las tropas en la marcha a lo largo de una tortuosa topografía rumbo a Gaitania; ruta que, en su condición de Inspector de la carretera Neiva – Gaitania – Planadas3 en el tramo El Carmen- Gaitania, conocía muy bien, pues ostentaba tal cargo burocrático desde 1958. Ni tampoco exclusivamente para vengar por mano ajena, en este caso la del Ejército, el asesinato de su jefe Jacobo Prias Alape, alias “Charro Negro”4 y dos de sus compañeros, hecho ocurrido días atrás en ese lugar, 11 de enero de 1960, y ejecutado por una horda de bandoleros dirigidos por Jesús María Oviedo alias “Mariachi”5, declarado anticomunista y tenebroso exguerrillero liberal al servicio de los terratenientes locales y hasta del propio gobierno departamental. Y, aunque el personaje ejecutado, Prias Alape, ocupaba un alto cargo dentro de las autodefensas impulsadas por el partido Comunista, a Marín Marulanda – Tirofijo - le impulsaba su presencia en el Batallón “Tenerife” un propósito superior a la venganza por sí misma; se trataba de preservar la esencia del método de lucha, impuesto por el partido: la organización y vigencia de las autodefensas populares, 6 embrión de las futuras guerrillas. Y eso lo sabía muy bien Marulanda. Y por eso estaba allí. Gaitania, al igual que otros núcleos o zonas rojas controladas por el partido comunista poseían un valor político y estratégico; a escala reducida sí, pero al fin y al cabo importante dentro de la doctrina de autodefensa vigente en ese entonces. En pequeños caseríos como Gaitania o en asentamientos minúsculos como Marquetalia7 en veces apenas puntos de referencia geográficos pero que sumados unos y otros implicaban un control territorial, se asentaron las autodefensas campesinas comunistas, verdaderos microcosmos del partido y a la vez retaguardia de sus guerrillas. Localizadas en el sur del Tolima, oriente del Cauca, Villarrica y


INTRODUCCIÓN

Sumapaz, entre otras áreas, las autodefensas constituirían la base de los grupos armados que con el correr del tiempo y la indiferencia de la clase política, tan ajena a lo social y tan inmersa en la ambigüedad conceptual, llegarían a constituir las FARC—EP. ¿Lo intuyó así Marulanda seis años antes de crearse formalmente esa organización?. De todas maneras, con o sin la colaboración ofrecida por quien llegaría a ostentar el dudoso privilegio de ser llamado el guerrillero más antiguo del mundo, el Ejército ocupó Gaitania y a renglón seguido a Planadas de donde habían partido los asesinos del legendario “Charro Negro”. La doble ocupación efectuada por las tropas no iría a satisfacer a ninguno de los dos bandos en conflicto, comunistas o “comunes” y guerrilleros “limpios”8. Los primeros no recuperaron a Gaitania y los segundos perdieron a Planadas. A mediano plazo los antiguos contendores tomarían rumbos opuestos; los “limpios” serian absorbidos por el sistema y los comunistas, a despecho de los acuerdos a que habían llegado algunos de sus lideres regionales con el gobierno y pretextando falta de garantías para la acción política, resolvieron consolidar sus autodefensas y desarrollar la denominada “combinación de todas las formas de lucha de masas” 9 a tal punto que el gobierno, el congreso y la gran mayoría de la opinión pública, las identificaron como “Repúblicas Independientes”10. Someter al imperio del orden y la legalidad a una de ellas, Marquetalia, en mayo de 1964 en operación militar anunciada con anticipación por el gobierno y rechazada por el aparato político de la subversión con mucha antelación a su inicio, fue a la vez el punto de partida de la aparición formal –luego de un proceso evolutivo, político y militarde las FARC-EP y también una de las tantas causas, que a juicio de esa organización delictiva y de algunos analistas ha prolongado el conflicto colombiano desde ese entonces hasta nuestros días.

Gaitania, aprovechó la ocasión para saldar cuentas con su viejo rival, Charro Negro. Interrogado por el corresponsal de el Espectador en Neiva (enero 12 de 1960) acerca de esos hechos, declaró: “Yo y mis hombres podemos asegurar que los ganados robados allí iban a parar y que ellos (los comunistas) son los autores de las muertes de algunos campesinos de estas regiones. Esos pudieron ser los antecedentes, los que no quiero extender para no referirme a otros problemas afrontados por nosotros para vivir en paz”. El Espectador No. 15.600 Pág. 16 fecha citada. Fue asesinado a mediados de los 70. Ver en: Op.cit., Gonzalo Sánchez, Páginas 54, 87, 91 – 93. El Comité Central del Partido Comunista, planteó el 22 de octubre de 1949 “(...) al proletario y al pueblo la necesidad de defenderse, replicando a la violencia de los bandidos facistoides con la violencia organizada de las masas”. Un año más tarde en el XIII Pleno de ese organismo señala a los comunistas la tarea concreta de “organizar la autodefensa en todas las regiones amenazadas por actos reaccionarios”. Ver en “Los orígenes del movimiento armado comunista en Colombia (1949 – 1966), Eduardo Pizarro Leongómez, Revista Análisis Político, No. 7, Bogotá: mayo a agosto 1989, Páginas 7 – 32. Ver en: Historia del Partido Comunista, Medófilo Medina, “VII Congreso del PCC”.... desarrollado en la clandestinidad a mediados de abril de 1952, Bogotá: CEIS – INEDO, 1989, Página 47. 6

Caserío bautizado así por “Charro Negro”. Ubicado al sur del Tolima sobre las estribaciones del Nevado del Huila en la margen derecha del río Ata. Contaba con algo más de 30 casas, donde vivían un número similar de familias. Se constituyó en asentamiento de los líderes insurgentes Manuel Marulanda Vélez, Isauro Yosa y otros. 7

El origen de estas diferencias podría atribuirse a las actitudes excluyentes e intransigentes de la dirigencia comunista de una parte y a las lealtades partidistas de sus rivales. “La connotación entre unos y otros, implicaba una diferenciación clave independientemente de que quienes conservaban las adhesiones partidistas 8

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quisieran adjudicarse a sí mismos una connotación de limpieza”; ver en “Memorias de la colonización y de las guerras en el Sumapaz”. Bogotá: CINEP, 1990. La tesis de la necesidad de combinar todas las formas de lucha, incluyendo la lucha armada, fue por primera vez aprobada en el IX Congreso del Partido, realizado clandestinamente en junio de 1961, y sería ratificada en el XXX Pleno del Comité Central del Partido Comunista en junio de 1964, e incluida de manera sistemática en las “Tesis sobre el movimiento armado”, aprobadas en el X Congreso del PCC en 1966. Eduardo Pizarro Leongómez, Op. cit., Página 30. Ver en: Discurso de Gilberto Vieira, Secretario del PCC en el acto de clausura de la III Convención de la UNO, “Tribuna Roja”, No. 10, órgano del MOIR, Octubre 10 de 1973. 9

Durante el gobierno del Presidente Alberto Lleras Camargo, en un encendido discurso pronunciado ante el Senado el 25 de octubre 1961 por el Senador Álvaro Gómez Hurtado, fue denunciada la existencia de “Repúblicas Independientes” donde al decir suyo gobernaban los “bandoleros”, entre las más conocidas estaban: Marquetalia, el Pato, Guayabero, y Riochiquito. Ver en: La Nueva Prensa, No. 29, Páginas 1416, 50-54. Noviembre 1 – 7, 1961. En “La Paz la violencia: testigos de excepción”, Arturo Alape, Bogotá: Planeta, 1985. Páginas 236 – 259. 10

Su origen se remonta a 1924 cuando se liquida el entonces Partido Socialista. Se funda por iniciativa de los asistentes al Tercer Congreso obrero a finales de 1926, participaron entre otros María Cano, Francisco de Heredia y Tomás Uribe Márquez. La creación del PSR significó una derrota para los anarquistas y economicistas, su existencia fue breve (1926 – 1930), y dio paso a la fundación del PCC. Ver en Historia del Partido Comunista, Medófilo Medina, “Antecedentes del PCC”, Tomo I, Bogotá: CEIS, 1980, Páginas 99 – 108. En “Gente muy rebelde”, René Vega Cantor, “1924:1929 antecedentes y fundación del Partido Socialista Revolucionario”, Bogotá: Ediciones Pensamiento Crítico, Tomo IV, 2002. Páginas 120 – 138. 11

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Observados los resultados de aquella controvertida operación y sin el ánimo de disminuir el alto espíritu de servicio y entrega al país que en esa oportunidad y en todas aquellas en que se ha demandado su intervención han demostrado nuestras Fuerzas Militares, y en este caso específico la del Ejército Nacional, es preciso reconocer que tanto política como militarmente tal decisión del Gobierno, máximo nivel del planeamiento estratégico, la llamada Operación Marquetalia fue un éxito parcial. En efecto tan sólo tres meses después de ejecutada la operación, la dirigencia más destacada de la guerrilla comunista, incluyendo a la que se esperaba reducir en Marquetalia, se congregó en Riochiquito, Cauca (Primera conferencia guerrillera, septiembre de 1964), para crear el llamado “Bloque Sur”, embrión que fue de las FARC; dos años más tarde (Segunda Conferencia Guerrillera, abril de 1966) la organización adoptaría su actual denominación luego de imponerse el criterio militar sobre la opinión de las directivas políticas del partido. Marquetalia, significó para la insurgencia “un antes y un después”. Un antes, que se remonta a la explotación que hiciera, en los años treinta del siglo pasado, el Partido Socialista Revolucionario11, antecesor del Comunista, de las siempre insatisfechas angustias sociales de los sectores reprimidos de la población a las cuales se sumaban las reivindicaciones de indígenas y campesinos relativas a la tenencia de sus tierras, usurpadas por la avidez incontrolable de los terratenientes, causas estas con las que se ha pretendido justificar los orígenes del conflicto. Y un “después” desde 1964 a nuestros días, en que aferrándose a los motivos anteriores, la guerrilla unificó esfuerzos, desplazó la dirigencia del partido y asumió directamente el accionar político-militar, acordó en 1984 un cese al fuego12 que al romperlo frustró una esperanza de paz e incursionó, en el campo político pretendiendo compartir a un mismo tiempo lo legal, su partido13, con lo ilegal, su grupo armado. Todo un imposible ético y político que culminó con la desaparición de un


INTRODUCCIÓN

movimiento que en otras condiciones bien podría haber usufructuado un espacio político. La guerra entonces, sostenida del brazo del narcotráfico y del terrorismo por las FARCEP, es ahora, en este después de Marquetalia, el quehacer de ese grupo insurgente al cual el gobierno del Estado está obligado –con el concurso de todos los colombianos- a derrotar. Otros grupos rebeldes sin vínculos formales con el casi autoextinguido partido comunista, pero atraídos por los éxitos del experimento castrista en Cuba o acogiéndose supuestamente a diferentes líneas de acción del 12 Acuerdo de la Uribe firmado el 28 de marxismo-leninismo en otras latitudes, como el ELN, EPL, marzo de 1984, en la Presidencia de ADO y otros de escasa vigencia hicieron su aparición 14. Belisario Betancur (1982-1986) entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP y al cual Su accionar, sumado a los despreciables actos del adhirieron la Autodefensa Obrera ADO y bandolerismo15, enturbiaron el panorama nacional. El los destacamentos Simón Bolívar y Antonio Nariño del ELN, producto de las M-19 fue otra expresión, con otro estilo; quizás la guerra negociaciones en Corinto y Hobo. como espectáculo. Dentro de ese horrendo escenario 13 En el marco del Acuerdo de la Uribe de los años 60 y principios de los 70, el Estado pudo nace la Unión Patriótica como brazo colapsar; no sucedió así, por dos causas: la mano de político de las FARC. La UP alcanza gran protagonismo político eligiendo 14 Dios y la templanza de las Fuerzas Militares. parlamentarios, algunos de los cuales “¿Qué es lo negociable para el Estado?” preguntó Marulanda en su condición de Jefe de las FARC-EP, en carta enviada el 20 de noviembre de 2001, languideciendo ya el fracasado intento de negociación de la administración Pastrana, a los representantes de los poderes públicos, al clero y a la dirigencia gremial. La pregunta la planteaba dado que desde su óptica poco y a lo mejor nada de lo acordado en la Agenda Común poseía, ante las reservas de orden legal, posibilidades de ejecución. Desde luego no obtuvo respuesta; mal podrían los requeridos haberse pronunciado cuando desde el principio de las aproximaciones para el logro de la paz no se consideró que el objetivo final de la negociación consistiría en una reforma estructural del Estado con fundamento en la plataforma política de las FARC-EP. La pregunta más bien ha debido partir del gobierno a la insurgencia: “Que es lo negociable para las FARC-EP?”. De seguro Marulanda, soportado en su ideario hubiese contestado: Negociable, nada. ¡Nosotros queremos el poder para gobernar!

ostentan hoy (2004) posiciones de responsabilidad dentro de las FARC-EP, más de 300 concejales, decenas de diputados y alcaldes populares. Se inicia entonces una cadena de atentados contra sus integrantes entre otros: Leonardo Posada, Pedro Nel Jiménez, Jaime Pardo Leal y Bernardo Ossa; mueren más de 3.500 dirigentes y militantes. El Estado colombiano reconoció recientemente su responsabilidad. 14 El Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL), incluso el Movimiento 19 de abril (M-19) surgen por escisión de las FARC, o del tronco común, el Partido Comunista. Otros grupos de corta trayectoria son el Ejército Revolucionario de Colombia (ERC), el Pedro León Arboleda (PLA), las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL) y el Movimiento de Autodefensa Obrera (MAO).

El bandolerismo no puede ser entendido como un simple residuo de la violencia, sino como la expresión armada característica de una de sus etapas “(...) ser bandolero significa ante todo, haber perdido la legitimidad política”. Op.cit., Gonzalo Sánchez, Página. 48. 15

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PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

El hombre de los tres nombres, Marín-Marulanda-Tirofijo, sabía desde 1960 que la ruta que conducía al ignoto caserío de Gaitania era parte de aquella que podría llevarlo a Bogotá. En esas anda, ruta inconclusa, pero transcurrido casi medio siglo no ha logrado su meta final. Ni la logrará nunca, salvo que la dirigencia del Estado, en un acto incalificable, convierta las victorias militares en derrotas políticas y se acomode en aras de un acuerdo de paz a reestructurar el Estado a la forma política, la comunista, ya mundialmente superada. Y eso de seguro tampoco sucederá; la ruta entonces quedará, para fortuna de Colombia, irremediablemente inconclusa. En estas y otras cavilaciones prosiguió sumido el Coronel, dando prioridad en sus recuerdos a un hecho que hoy le resulta insólito.

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Portadilla CapĂ­tulo I: Ataque del ELN, Barrancabermeja (Santander) marzo 3 de 2000. Archivo Comando EjĂŠrcito.


GÉNESIS DE UNA VIOLENCIA CENTENARIA

“Desde 1821 estamos divididos. La división no ha acabado todavía, a través de los tiempos se ha prolongado, valiéndose de diferentes símbolos, protestando diversos principios y proclamando distintos nombres…”16

Génesis de una violencia centenaria Génesis de una violencia centenaria

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a frase que antecede expresada en 1842 por don José Eusebio Caro, ilustre colombiano posee, transcurrido más de un siglo y medio, plena vigencia. Su autor aludía a las discordias entre bolivarianos y santanderistas, las que por diversas causas no exentas de personalismos, proyectaron sus herederos políticos a través de dos décadas que tuvieron su inicio en 1821, si no antes, sin haberse aun logrado la total posesión de los reductos coloniales que mantenía el decadente imperio español en el continente. La discordia traducida en violencia transcendió al ciclo vital del señor Caro y se extendió, valiéndose de razones políticas y otras causas mezquinas, a todo lo largo del siglo XIX prolongándose con ferocidad, provista de irracional sectarismo, y pretensiones de guerra revolucionaria en el siglo XX y llegando, soportada en el terrorismo, a nuestros días. Caro José Eusebio, 1842; citado por Rafael Pardo Rueda en su obra “La Historia de las Guerras”, Ediciones B, Colombia S.A., primera edición, 2004. 16

La muerte, palabra expresada por el equivocado e

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infortunado “cura guerrillero” Camilo Torres Restrepo, seis veces en la parte final del comunicado17 en que anunció su incorporación a la subversión, sería desde el principio de nuestra existencia republicana un horroroso argumento para definir las diferencias o para justificar los procedimientos. Y así fue; y los grandes dieron el ejemplo. El General Francisco de Paula Santander sin miramiento alguno ordenó la ejecución, consumada el 11 de octubre de 1819 en Bogotá y desprovista de un juicio apropiado, de los comandantes españoles, 39 en total, capturados tras la derrota que sufrieran en el Puente de Boyacá; actitud, del llamado “hombre de las leyes”, cruel e innecesaria. Bolívar de su parte había ya, desde 1813, expedido el terrible decreto de la “guerra a muerte” y por el cual el súbdito español o el americano realista que no se sometiera a la causa independentista “será irreversiblemente pasado por las armas”; siete años después, 1820, en Trujillo (Venezuela) y en el mismo lugar en que lo había dispuesto, procedió a derogarlo regularizando así la guerra. Los realistas por su parte, contribuyeron más que ningún otro a estimular el espíritu de venganza; Pablo Morillo, argumentando la belicosidad de quienes pretendía pacificar y contrariando las instrucciones de la metrópoli en el sentido de actuar con ecuanimidad, desató su propia violencia caracterizada por la crueldad sobre un pueblo que aún tenía presente, como antecedente no muy lejano en el tiempo, la traición del ArzobispoVirrey Caballero y Góngora al desconocer las capitulaciones impuestas al movimiento de los comuneros (1781) y que culminó con las ejecuciones, horriblemente ejemplarizantes, de José Antonio Galán y sus compañeros de lucha. La injusticia engendró la venganza, y ésta la violencia. La muerte como trágico final se convertiría en una de las características más repulsivas y desgraciadamente muy presente, en el proceso evolutivo de la historia de Colombia. Descontada la absurda guerra entre federalistas y centralistas durante la denominada “Patria Boba”, en realidad lucha estéril y ajena a los ideales de autonomía regional pues se trataba en el fondo de imponer el sistema federal “a fin de que las oligarquías regionales pudieran conservar los privilegios adquiridos durante la época colonial sobre las formas de tenencia y aprobación de la tierra...” 18, nuestro país sufrió entre 1830 y 1902, nueve guerras civiles formales, así: 1830 tras la disolución de 17 Proclama del cura guerrillero Camilo la Gran Colombia y que puso fin al intento de dictadura Torres R, 7 de enero de 1966, anunciando del General venezolano Rafael Urdaneta; 1839 o su incorporación al ELN. “Guerra de los supremos” o de los conventos que más 18 Mejía Valenzuela Alfonso, general de bien podría identificarse como la de los nuevos señores artillería, excomandante General de las Fuerzas Militares de Colombia, feudales, prestos a conservar sus liderazgos regionales; exembajador en Argentina, en “Una 1851, de conservadores a liberales; 1854, contra la guerra inútil, costosa y sin gloria“, Tercer Mundo Editores, 1998, Bogotá. dictadura de Melo; 1860, liderada por el General Tomas

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Cipriano de Mosquera, antiguo conservador, contra el gobierno de Mariano Ospina R, antiguo liberal venido a conservador; 1876-1877, nuevamente de conservadores contra liberales; 1885 que puso fin al sistema federal; 1895, de liberales contra el gobierno de Rafael Núñez, antaño liberal transformado en conservador y finalmente la de 18991902, o “Guerra de los mil días” entre liberales y conservadores que dejó miles de víctimas, arruinado el país y contribuyendo a la lamentable separación de Panamá. Y, como si todo esto fuera poco, resulta que también durante la vigencia del federalismo se dieron al interior de los Estados o entre éstos o desde el gobierno central hacia ellos, una serie de enfrentamientos. Arturo Alape 19 afirma que “entre 1863 y 1884, mal contadas se dieron en Colombia 54 mini-guerras civiles en los Estados soberanos, que podemos resumir así: de conservadores contra liberales 14, de liberales contra conservadores 2 y de liberales contra liberales 38”. Aún sin reponerse de los graves efectos morales y materiales que dejaron en Colombia tanto la llamada guerra de los mil días (1899 – 1902) como la separación de Panamá (1903), el país debió presenciar los primeros conatos de insurgencia. A 1916 se remonta el más significativo de ellos: la irrupción de un grupo de indígenas caucanos liderados por Quintín Lame, sobre la población de Inza, reivindicando la posesión de sus tierras, arrebatadas según ellos por terratenientes del departamento a despecho de las ordenanzas españolas que desde la época colonial le reconocían derechos sobre éstas. Movimientos similares se registraron, por causas parecidas o por otras motivaciones de injusticia social en Arauca, Huila, Magdalena y Cundinamarca, cerrándose la segunda década del siglo con diversas expresiones de inconformidad las que durante los años veinte y siguientes serían aprovechadas por extremistas de diverso origen incentivando la lucha de clases; un medio criminal de ejercer la política: el proselitismo de la mano de la muerte. Un hecho aun más grave correría paralelo con tamaña insania. Se trató de la otra violencia; la surgida del sectarismo político estimulado por las dirigencias locales no exentas del apoyo de las directivas centrales de los partidos tradicionales, organismos integrados en su mayoría por personas que alimentaban viejos rencores, secuelas de los odios que generaron las guerras civiles del siglo anterior, especialmente de la última y de la cual subsistían muchos protagonistas. Ramsey,20 exhaustivo investigador del conflicto colombiano, afirma que a partir del cambio de régimen 19 Alape Arturo, “La Paz, la violencia: en 1930, al igual que había ocurrido en el pasado y que testigos de excepción“. Planeta Colombiana, Editorial. 1985, Bogotá. a su vez se repetiría en 1946, “los dirigentes políticos de los dos partidos condujeron a sus seguidores a unas 20 Ramsey Russell, en “Guerrilleros y soldados”, Tercer Mundo Editores, Bogotá cuantas guerras civiles limitadas”. 1981.

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Para controlar las situaciones de violencia política que afectaban a toda la región andina del país se acudió a la policía de entonces21, institución de carácter descentralizado y extremadamente politizada conforme a los intereses de la escala de gobernantes, del nivel local al nivel nacional, y cuya aparición en escena creó una violencia igual y en veces mayor que aquella que pretendía eliminar, caracterizada por la más absurda y cruel represión. El citado Ramsey añade que por entonces se hizo visible “un nuevo ingrediente representado por miembros recientemente electos de los cuerpos de Policía Departamentales, aun no nacionalizados, en Departamentos densamente poblados del interior y quienes participaron en actos políticos de represión selectiva”. A la violencia oficial se opuso, por simple sentido de supervivencia, la violencia de los particulares. Una y otra tuvieron entonces un elemento común que las identificó: la atrocidad. Se trataba, como forma de ejercer esa violencia, del “homicidio proditorio y pervertido” a que se refiere Gutiérrez Anzola, y que llevó conexas las más infames depredaciones incluyendo el genocidio, las violaciones, los incendios y la destrucción o el despojo, a conveniencia criminal, de los bienes del adversario. De aquella irracional violencia partidista que habría de prolongarse con mayor ímpetu a raíz de los acontecimientos del nueve de Abril de 1948 que desencadenó el vil asesinato del líder liberal Jorge E. Gaitan Ayala, baste indicar que en solo el Departamento de Santander fueron devastadas poblaciones de tradición conservadora como el pueblo de Guaca que vio reducida, entre 1931 y 1936, un 6% de su población; o la de Capitanejo que también, con sacrificio de liberales, presentó resultados similares. La solución fue entonces, reemplazar la Policía politizada por el Ejército. “He ahí el origen y las causas”, anota Rosales Ariza22, “de la participación en el conflicto de una institución como el Ejército Nacional que, inspirado en los más altos ideales patrios, inició su tarea a modo de “apaga incendios” y la cual a estas alturas de nuestra tragedia, algunos señalan como un “actor” de ella pretendiendo trasladarle una responsabilidad histórica que le corresponde a la dirigencia política ausente de las 21 A nivel nacional la Policía contaba con muy pocos efectivos; en 1931 la mayoría realidades sociales y económicas de país”; agregando de ellos, 1374 agentes, se concentraban que “el Ejército hubo de multiplicarse para intentar en Bogotá. La verdadera fuerza de la Policía se hallaba en las llamadas Policías apagar ese incendio nacional que habían provocado al Departamentales las cuales, anota unísono la intolerancia política y la represión oficial”. Ramsey, “los Comandantes de tales destacamentos, por lo general muy poco profesionales, eran elegidos por los Alcaldes o dirigentes políticos locales, quienes a su vez tenían obligaciones con sus Gobernadores“. Rosales Ariza Gustavo E., coronel (r), en “El Ejército y los grupos rebeldes“, Credencial Historia, Instituciones de Colombia. Printer Colombiana S.A. Bogotá 2003. 22

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Un año antes de su asesinato, Gaitan presentó una lista de 53 poblaciones de 11 Departamentos en las cuales, afirmó, los conservadores habían asesinado a liberales; Laureano Gómez, en la orilla contraria, se le había anticipado publicando en 1930 su propia relación de los muertos conservadores a manos de liberales, ignorando años después la represión, a cargo de la Policía


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simpatizante del conservatismo, desatada contra los liberales en Boyacá y otras regiones. German Castro23 nos presenta, refiriéndose al caso de Caicedonia (Valle), que bien podría haber sido el de otros municipios, que “según los abuelos del pueblo, en Caicedonia, no hay parque, una sola cuadra, ni si quiera una esquina, donde durante la violencia, no se hubiese cometido un asesinato”; y “en donde con el visto bueno de los directorios liberal y conservador formados por acaudalados gamonales han elaborado “listas negras” -listas de matar– que incluyen aun a las mismas autoridades que intentan administrar justicia”. Si se tratara de periodizar las etapas de la violencia en Colombia, circunscribiéndolas a las que han afectado a las cuatro últimas generaciones, habría que remontarse a la que se inicia con el cambio de régimen en 1930. En efecto, desde ese entonces, como consecuencia de un hecho histórico que puso fin a la hegemonía conservadora de casi medio siglo, parte la lucha sectaria que se prolongaría hasta 1953, año en que asume el poder el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla al derrocar al presidente constitucional Laureano Gómez Castro. Los 23 años transcurridos durante este período fueron testigos de la más aguda violencia partidista que hubiese vivido nuestro país; ninguno de los dos partidos tradicionales en el poder, el Liberal de 1930 a 1946, y el Conservador de 1946 a 1953 pudo controlar, y hay quienes piensan que por el contrario estimularon, tan penosa situación. El asesinato del líder liberal Jorge E. Gaitán, el 9 de abril de 1948, originaría la presencia y acción de las guerrillas liberales, infiltradas por comunistas, que sólo cesarían su acción en 1953 como consecuencia del golpe de estado militar en la esperanza que se hiciera cierta la promesa del General-Presidente: “No más sangre, no más depredaciones a nombre de ningún partido político. No más rencillas entre hijos de la misma Colombia inmortal”24. La paz, la tan ansiada y necesaria paz, tan sólo duraría un año; desengañados los liberales con el gobierno de Rojas en el que veían una prolongación del régimen conservador, sus partidarios del Tolima (Tirofijo, entre otros) reanudaron la violencia y los comunistas de su parte hicieron lo propio con sus autodefensas en Villarrica. Se iniciaría así una nueva etapa, de 1954 a 1958 que culminaría con la caída de Rojas Pinilla y la instalación, un año después, del Frente Nacional. Si las guerrillas liberales y su contraparte conservadoras, muchas de ellas al mando de los que se autonombraron “Generales”, los llamados “Generales del monte”, según se decía, General “Mariachi”, General “Peligro”, etc…, se avinieron al diálogo, la negociación y la amnistía a la cual no se acogieron aquellos tristemente célebres que transformaron el accionar

Castro Caicedo Germán en “Colombia Amarga”. Planeta Colombiana S.A. Bogotá 1986. 23

En el texto de la alocución del Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, al asumir el poder presidencial el 13 de Junio de 1953. 24

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político por el bandolerismo salvaje (Desquite, Sangre Negra, Efraín Gonzáles y otros) que azotaron al centro del país (Tolima, El eje Cafetero y Santander) de 1963 a 1970, no pasó lo mismo con los comunistas; éstos ya desde la Segunda Conferencia Regional del Sur, Octubre de 1953, patrocinada por sus correligionarios del Tolima, habían afirmado que…”El gobierno militar se ha propuesto, de un lado, ganarse la simpatía de las masas, aislar al movimiento guerrillero de su base social. Mientras de otro lado, se ha dirigido a utilizar a algunos caudillos y jefes guerrilleros liberales ilusionados por el gobierno militar en su lucha contra el Partido Comunista”…con lo cual se dio inicio a una nueva versión de la violencia, o sea aquella que ha buscado como pretexto la supuesta validez de reivindicaciones sociales, con visos ideológicos, ya bajo la influencia del comunismo soviético (FARC), del castrismo (ELN) o del maoísmo (EPL) extendiendo, los primeros, su acción a nuestros días, reemplazando la causa política por el terrorismo indiscriminado. Otros grupos de corta existencia hicieron su aparición pretextando motivaciones ideológicas, tal fue el caso del Movimiento de Autodefensa Obrera (ADO), causante del asesinato en 1978 del ex-ministro Rafael Pardo Buelvas. Situación diferente presentó el M19, sin nexos manifiestos con el comunismo, que con un equivocado perfil nacionalista y un accionar sensacionalista desató una etapa de violencia que tuvo su máxima expresión con el asalto al Palacio de Justicia en 1985. Del apretado resumen anterior se puede colegir que la violencia en Colombia, o el conflicto interno, como suele denominarse, comprende cuatro grandes etapas así:

La primera, de 1930 a 1953, que se refiere a la violencia partidista.

La segunda, de 1954 a 1958, que comprende el resurgimiento de las guerrillas liberales y la acción de las autodefensas comunistas.

Una tercera dentro de la cual y sin relación alguna con las guerrillas surgió el fenómeno del bandolerismo; esta etapa, está relacionada con la actividad de una insurgencia con motivaciones ideológicas, de 1958 a 2002, caracterizada por la aparición de diversos grupos de diferentes posturas ideológicas, dando lugar dentro de un proceso evolutivo de la insurrección a la llamada: “Guerra Revolucionaria” a la que se opondrán las denominadas: “Autodefensas”.

Y finalmente el período actual, el terrorismo que pretenden justificar los delincuentes afirmando que dentro de su concepto de la guerra revolucionaria prolongada, ese es un medio para el logro del poder. Desde luego un criterio inaceptable que debe ser extirpado.

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“El Bogotazo”, 9 de abril de 1948. Actos de violencia durante la protesta por el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán. (fotografía Manuel H. Rodríguez, (fotomanuel_h@hotmail.com).

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¿Cuantos años hace que Colombia padece la violencia? Algunos analistas se remontan al 9 de abril de 1948; otros van más allá y toman como punto de partida el cambio de régimen en 1930 que dio inicio al período de la violencia partidista y sectaria; pero otros más incluyen a todo el siglo XIX con su bagaje de guerras civiles. Los que sostienen esta última posición se identifican con quienes piensan que la violencia en Colombia es consustancial a nuestra idiosincrasia. Y es posible que, muy a pesar de todos, ellos en parte tengan la razón; pero aun así unos y otros poco abordan la principal causa: ella es la intolerancia. Superada la intolerancia y en consecuencia abiertas las mentes al debate, éste si consustancial a la democracia, la violencia y el conflicto dejarán de ser eternos.

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Izq. Jacinto Cruz Usma alias “Sangrenegra” en compañía de otro bandido apodado “Tarzán”, abril 4 de 1962. Archivo El Espectador.

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Portadilla Capítulo II: Ataque de las FARC municipio de San Luis (Antioquia) diciembre 11 de 1999. Archvo Comando Ejército.


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“Hermanos en Lenin, salud y revuelta” 25

A la sombra del Kremlin

A la sombra del Kremlin 1. Del Socialismo al Comunismo

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on arengas como “Viva el pueblo libre y soberano”26 el sector artesanal y la incipiente clase obrera conmemoraron por primera vez en Colombia, el primero de mayo de 1914, el Día 25 Forma de saludo utilizada por socialistas, de los Trabajadores. La iniciativa influenciados por el comunismo, en los partió de la Unión Obrera primeros años de la creación del Partido Colombiana, germen que fue del Socialista en Colombia; citada por Renan Vega Cantor en su obra “Gente muy denominado Partido Obrero Rebelde”, Vol. 4, Ediciones Pensamiento creado en diciembre de 1915 por Crítico, Bogotá, 2002. un grupo de trabajadores quienes 26 En “El Domingo”, semanario bogotano en su Manifiesto fundacional, de tendencia socialista; citado por Renan Vega C. en la obra mencionada. reproducido por el periódico que como órgano de expresión 27. La publicación, de corta existencia, se tituló “El Partido Obrero”. crearon27, indicaron que el nuevo movimiento era el “único capaz 28 Ibídem. Bogotá, enero 22 de 1916; por Medófilo Medina en “Historia de sacar avante los intereses del citado del Partido Comunista de Colombia”, proletariado”28. CEIS, Bogotá, 1980.

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El Partido Obrero no constituía una agrupación política definida, pues carecía de una plataforma ideológica propia; por el contrario se preciaba así mismo como la expresión de la antipolítica, entendida ésta como el forcejeo entre los partidos tradicionales en su lucha por el poder, y que habían sumido a Colombia en el caos producido por las continuas guerras civiles impidiendo así el desarrollo del país y, consecuencialmente, desde su óptica, en el deterioro de la superación individual y colectiva de un amplio sector de la población, en este caso el de la clase artesanal y obrera. Una corriente que con el paso del tiempo se apoderaría del pequeño contingente que conformaba el Partido Obrero, sería la socialista; ésta, con mayor consistencia ideológica, había hecho su aparición a inicios del siglo XX y pretendía que sus orígenes, más que en los pronunciamientos producidos en Europa, específicamente en Francia, se remontaban a las pretensiones de los artesanos que se manifestaron en diversas expresiones ocurridas desde mediados del siglo anterior. Identificados por su común repulsa a la política tradicional colombiana y unidos por sus propios intereses, obreros y socialistas desembocaron juntos en la conformación del Partido Socialista fundado en 191929 , el cual también acogió entre sus miembros a integrantes del llamado “radicalismo liberal”, sector de ese partido que se oponía a cualquier tipo de entendimiento con su rival, el conservador, punto en el cual poseían total coincidencia ideológica con el nuevo partido socialista que además se preciaba de anti-clerical y anti-imperialista. Figuras descollantes del Partido Socialista fueron Juan de Dios Romero, miembro del Sindicato Central Obrero de Colombia, Carlos Melguizo, Marco T. Amorocho, quienes figuran entre sus fundadores, y María de los Ángeles Cano Márquez, legendaria activista y una de las primeras mujeres que en Colombia agitó las banderas rojas revolucionarias; nacida en Medellín en 1887 llamada: la Flor Roja del Trabajo, además de la Madrecita, la Flor Revolucionaria y la Virgen Roja, asumió, desde una postura radical, las reivindicaciones de los obreros, especialmente del Magdalena Medio durante la década de los años veinte del siglo pasado. 29

Carlos Melguizo, en el prólogo a la obra “Conferencias Socialistas” de Juan de Dios Romero, 1920, citado por Renan Vega C; obra mencionada. 30

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“El Socialismo es, sin lugar a duda, un partido revolucionario, pero revolución no es derramamiento de sangre, persecución, odio y exterminio...”30 Con esta concepción calificada de “tibia” por los aprendices de Lenin, este primer Partido Socialista estaba condenado a desaparecer. En efecto, durante el Congreso del Partido Socialista de 1924 se produjo una profunda división entre quienes aspiraban al reconocimiento por parte de la III Internacional (socialismo revolucionario) y los que querían proseguir dentro de la línea inicial (socialismo reformista). A la postre se impusieron los primeros y el resultado fue la creación de un nuevo ente político, el Partido Socialista Revolucionario, PSR, que existió hasta 1930 con el claro dominio de la línea comunista, la cual logró la adhesión


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del PSR a la Internacional Comunista (IC)31. Una consecuencia de esta adhesión fue la designación de una comisión especial que se hizo presente en la celebración del X aniversario de la “Revolución de Octubre” en Moscú (1927). Pasando de la palabra a la acción el PSR, inclinado a las conspiraciones 32, no fue ajeno al desarrollo de dos hechos de especial significación:

La “Huelga de las Bananeras”, acaecida en noviembre de 1928 durante el gobierno de Abadía Méndez33, y que culminó con la muerte violenta, en circunstancias que aún hoy en día son objeto de controversia, de algunos de los participantes a los cuales el gobierno tildó de secuaces del comunismo internacional culpando a ese movimiento, léase también al PRS, de generar el caos mediante la insurrección a fin de establecer un régimen bolchevique, y

La denominada “Insurrección Bolchevique de 1929” que consistió en una serie de levantamientos armados que tuvieron como escenarios principales a San Vicente de Chucuri (Santander), El Líbano (Tolima) y la 31 El Comité Central Ejecutivo del PSR, en Estación de “La Gómez” (Puerto Wilches, 1929, procedió a plantear “la necesidad e inmediata de la organización celular Santander) durante los días 27 y 28 de julio de vital y la bolchevización de nuestro partido“, 1929, en los cuales se produjeron ataques a las en circular del PSR, citada por Medófilo alcaldías municipales, cuarteles de policía, oficinas Medina. telegráficas y estaciones ferroviarias. Esta intentona 32 El PSR había auspiciado la conformación revolucionaria que no logró, como aspiraba, del CCCC (Comité Central Conspirativo Colombiano) en 1927, con el propósito extenderse por todo el país y cuyas acciones más de promover la insurgencia. En 1929, por beligerantes ocurrieron en El Líbano en las que ejemplo, el llamado Comité Socialista de Tumaco envió una circular reservada a los participaron unos 3.000 conjurados, fue trabajadores afiliados indicando que... rápidamente controlada por el gobierno en “está próximo el día en que Usted debe estar listo para entrar en armas contra el acciones que recibieron el respaldo de los partidos actual régimen. Es preciso que las cabezas de las autoridades rueden por el suelo y tradicionales.

Las aproximaciones del PSR a la Internacional Comunista se materializaron luego de que esta última diera respuesta, en febrero de 1929, al informe que los revolucionarios socialistas criollos enviaran a Moscú a propósito de la huelga de las bananeras; tal acto de sumisión implicó que se diera curso a las instrucciones del Kremlin encaminadas a poner en práctica los elementos básicos para la conformación del Partido Comunista. Consecuencialmente, el Pleno ampliado del PSR, reunido en Bogotá el 5 de julio de 1930, procedió

se implante cuanto antes el régimen Comunista...”. Ambos pronunciamientos se hallan incluidos en la obra ya citada de Renan Vega C.

Abadía Méndez Miguel, Presidente de Colombia durante el período 1926-1930, presidió el último gobierno de la llamada “hegemonía conservadora“; temeroso de una insurrección comunista de la cual el Gobierno decía tener serios indicios, tramitó la Ley 69 de 1928 por la cual se dictaban “disposiciones sobre la Defensa Social“ más conocida como “La ley Heroica” y que sus detractores calificaron de totalmente represiva. 33

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a protocolizar la fundación del Partido Comunista de Colombia; su aparición oficial se produjo el 17 de julio, a los pocos días de su creación formal, fecha en que organizó una especie de desfile inaugural desde el centro de la capital hasta la Plaza de Bolívar y que culminó, por las provocaciones de sus dirigentes, en desordenes rápidamente controlados (reprimidos, dirían después los comunistas), por la fuerza pública. El Partido Comunista de Colombia había sido creado y su primera aparición pública correspondió al talante que le caracterizaría en adelante.

2. El PC: de 1930 al 9 de abril de 1948 o el tránsito por la ruta hacia la insurgencia. Elemento fundamental en el proceso que transformó al PSR en el PCC fue el denominado “Grupo Comunista”; éste, conformado por jóvenes intelectuales de diferentes tendencias de la izquierda colombiana 34, especialmente bogotana, que manifestaba admiración por los acontecimientos acaecidos en la lejana Unión Soviética, hallaron en el emigrado ruso Savitski35 una fuente de primera mano para conocer y también entusiasmarse con los hechos históricos e ideológicos que antecedieron a la “Revolución de Octubre” (1917) y se desarrollaron en ésta. El “Grupo Comunista” o más bien los grupos comunistas, pues fueron varios, hicieron su aparición en 1923, logrando alguna aceptación entre los nuevos sindicatos y difundiendo manifiestos cuyo contenido era fiel copia de los planteamientos esbozados por la Internacional Comunista. Las ideas de Lenin y especialmente la invitación a la lucha de clases fue sostenida por estos grupos, 34 Entre estos jóvenes intelectuales se destacándose entre ellos la figura de Luís Tejada a quien hallaron Moisés Prieto, Luís Tejada, Gabriel Turbay, Luís Vidales y otros personajes que el ya citado M. Medina considera, en relación con el años después obtuvieron una amplia partido comunista, “como uno de sus esclarecidos figuración nacional en las letras y la política; aunque no todos, como fueron precursores”. los casos de Prieto y Turbay, militaron finalmente en el comunismo.

Savitski Silvestre citado por Medófilo Medina en la obra mencionada, había sido oficial de caballería del Ejército Rojo; llegó a Colombia procedente de Panamá a principios de los años veinte y abrió en Bogotá una tintorería que le sirvió de fachada para sus actividades proselitistas. Fue expulsado del país en 1925. 35

La representación del llamado Proletariado (obreros y artesanos) fue predominante durante los primeros Plenos del Partido Comunista. 36

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Creado el partido, conforme a las directrices formuladas por Moscú, el Pleno de sus fundadores procedió a elegir un Comité Central compuesto por dieciocho miembros y a designar a uno de estos, Guillermo Hernández Rodríguez, como su primer Secretario General. En su declaración programática el nuevo partido se definió como una fuerza revolucionaria integrada básicamente por el proletariado y los campesinos, siendo el primero de estos su principal componente36 . Con un énfasis anti-imperialista el partido


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se fijó como metas, entre otras, el reparto de tierras, la expropiación sin indemnizaciones, la preeminencia de los sindicatos sobre los patrones, las reivindicaciones obreras y los derechos de la mujer, la nacionalización de empresas de capital extranjero y la separación de la Iglesia y el Estado. Consecuente con sus planteamientos, el partido inició de inmediato su labor de agitación laboral especialmente en la Costa Atlántica y el centro del país; objetivo importante lo fueron los trabajadores del río Magdalena (tripulaciones de buques y obreros portuarios) por tratarse esta vía fluvial del principal eje de transporte, en ese entonces, del país. No fue sino hasta el Tercer Pleno del partido en 1935, en que se resolvió extender la acción proselitista, a lo que Lenin llamó “el proletariado agrícola”, tarea que se inició sobre arrendatarios y asalariados del campo aprovechando las constantes disputas entre éstos y los propietarios y basando su acción en lo que dicho Pleno indicó en el sentido de que “el centro de los movimientos en el campo lo constituye la lucha por la tierra”.37 Viotá, en Cundinamarca y por extensión la región del Sumapaz, fueron el primer escenario de las actividades subversivas del Partido Comunista38. El partido consideró a Viotá como su “baluarte inexpugnable” pues allí, según Medina, “el individualismo del pequeño productor agrario había sido debilitado, y se crearon así las condiciones para el surgimiento de la organización de los trabajadores que el partido comunista supo aprovechar gracias a un trabajo tesonero.” La aparición formal del partido comunista coincidió con el ascenso al poder del Presidente Enrique Oyala Herrera (1930 –1934), de tal manera que le correspondió a este mandatario enfrentar los primeros envites de esa agrupación, ya fueran los que surgieron de las huelgas patrocinadas por ellos o las de su oposición abierta o panfletaria a la reforma fiscal propuesta por la Misión Kemmerer39 y 37 Medina Medófilo en “Historia del a los contratos de explotación petrolera acordados con Partido Comunista de Colombia”; obra compañías estadounidenses; en el primer caso el pago citada. cumplido de los intereses causados por la deuda externa 38 La acción proselitista del PC en Viotá se que proponía tal misión era opuesto a la moratoria que remonta a finales de 1930 con ocasión de su intervención en las huelgas de apoyaban los comunistas; y en el segundo, una finqueros y peones ocurridas en esa concesión petrolera atentaba, según éstos, contra la región. soberanía nacional. Aplicando un lenguaje más 39 La Misión Kemmerer, procedente de los demagógico que realista, los comunistas hallaron eco Estados Unidos, llegó al país llamada por en algunos sectores radicalmente anti-imperialistas muy el gobierno del Presidente Pedro Nel Ospina en marzo de 1923. La primera del gusto de quienes recelaban del intento de los Estados actividad de esta misión fue el estudio de nuestra realidad económica mediante el Unidos por afianzar su hegemonía en el Continente. Dentro de un ambiente de agitación interna se produjo el primero de septiembre de 1932, la incursión

contacto y discusión con cámaras de comercio, sociedades de agricultores y agentes oficiosos regionales. (Banco de la República www.banrep.gov.co).

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peruana al Puerto de Leticia, que en un principio la dictadura de turno del Perú atribuyó a exaltados comunistas, expresión que mereció el rechazo solidario de sus colegas criollos. La ola de incontenible nacionalismo que causó en el país la agresión peruana incluyó a la militancia comunista cuya dirigencia actuó con cuidadosa moderación frente al problema, quizá para no unirse del todo al entusiasmo belicista que caracterizó al conservatismo. Primando seguramente el sentido de patria sobre lo partidista, los comunistas entraron en receso activista hasta la finalización del llamado “Conflicto Amazónico”. Terminado el conflicto Colombo-Peruano y alcanzada la paz mediante el Protocolo de Río, el partido regresó con mayor impulso a sus tareas proselitistas. Los Sindicatos Agrarios y las Ligas Campesinas, embrión estas últimas de las futuras autodefensas, hicieron su aparición desarrollándose con vigor en las regiones occidental y oriental del país. La conformación de las Ligas Campesinas incluía una invitación a “Crear bloques de campesinos y peones contra los terratenientes” 40, lográndose, según el citado Medina, el “mérito histórico... de haber difundido la organización de los pequeños propietarios del campo, de los pequeños arrendatarios...” 41. Con el tiempo tal consigna variaría por la de suspender los arrendamientos, posesionarse de la tierra y proceder a “organizar rápidamente los destacamentos armados para defenderlas”. 42 Desde entonces (1935), afirma sin ambages Medina, “comenzó a gestarse concreta, históricamente, lo que mucho más tarde había de plasmarse en la vida y los documentos del partido: La política de combinación de todas las formas de lucha”. En el horizonte se avizoraban ya las nubes de tormenta que tiempo después se convertirían en un diluvio de terror sobre Colombia. Paralelo con sus objetivos a corto y mediano plazo, el Partido procedió a confiar la tarea de agitación en el campo al fervoroso comunista Víctor Julio Merchan, quien cumplió con éxito reconocido por sus colegas la tarea asignada, en tanto que en el ámbito urbano hizo lo propio Ignacio Torres Giraldo, recién llegado de Moscú, nombrado por el citado Tercer Pleno como nuevo Secretario General, destacada figura del partido y primero de sus miembros en lograr una curul en la Cámara de Representantes (1935) con ocasión de las elecciones para Concejos, Diputados y Representantes. 43 Y, a propósito del tema, vale destacar que también los comunistas lograron presencia como ediles en algunos Concejos Municipales; uno de ellos, Manuel Marulanda 40 Medina Medólifo. Obra citada. Vélez, de quien “Tirofijo” tomaría uno de sus nombres, 41 lo fue del Concejo de Medellín. Sin querer Ibídem. desaprovechar las ventajas de la democracia para lograr 42 Ibídem. ubicarse en los cuerpos colegiados, los nuevos políticos 43 Torres Giraldo que había permanecido incursionaron paralelamente en actos atentatorios contra en la Unión Soviética como integrante del el orden público, lo que les acarreó en muchas Sindical Internacional desde 1929 regresó al país en 1934. oportunidades la detención transitoria; uno de los

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afectados con tal medida fue Gilberto Vieira W., quien con el tiempo lograría escalar las más altas posiciones del partido. En tanto el comunismo lograba ampliar su radio de acción, otros sectores políticos del país se enfrentaban en una lucha feroz que llegó a poseer características de guerra civil no declarada, desarrollada especialmente en Boyacá, Santander, Tolima, Cundinamarca, Cauca, Huila y la Zona Cafetera, y protagonizada por seguidores del liberalismo y el conservatismo, producto del revanchismo, el sectarismo político y la ignorancia, tolerados por la cúpula de sus partidos y la no disimulada aceptación de las autoridades civiles y policiales de la provincia colombiana y que tantas muertes y desolación causaron durante varias décadas. Ni siquiera las reformas laborales y sociales contenidas en el programa de la “Revolución en Marcha” del Presidente Alfonso López Pumarejo, (1934-1938) sucesor de Olaya, pudieron contener la ola de violencia que con diferentes pretextos estimularon tanto los responsables de la confrontación partidista como los nuevos voceros del marxismo internacional. Coincidente también con los lamentables sucesos que acaecían en Colombia, otras formas de violencia se desataban en lejanas latitudes, especialmente en Europa. Al emerger y ascender al poder los partidos de extrema derecha en Italia y Alemania, se iniciaron allí, con extensión a otros países, terribles persecuciones contra los integrantes de los partidos de izquierda, especialmente con los afines al comunismo. La Guerra Civil Española (1936-1939), que culminó con el triunfo de la derecha representada por el falangismo, aportó también resentimientos entre las distintas vertientes de la izquierda; las cuales, encabezadas por el comunismo, hicieron causa común, en su lucha contra todas las formas del fascismo. Desde Colombia el partido comunista procedió a solidarizarse con sus pares europeos; sin embargo, moviéndose al vaivén de los acontecimientos, guardó calculada prudencia cuando el mundo quedó atónito ante una alianza ideológicamente imposible: el Pacto de no Agresión Germano-Soviético, más conocido como el pacto Molotov-Ribentopp (agosto de 1939) con el cual los comunistas soviéticos facilitaron a los nazis la invasión a Polonia, su reparto conjunto y el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial. Un nuevo reacomodamiento de la posición del comunismo criollo, esta vez definitivo, se presentó cuando la Alemania Nazi, dos años después, rompió sin previo aviso el citado pacto e invadió a la Unión Soviética, potencia que a la postre terminaría acomodándose en el carro de la victoria aliada (1945). La Guerra Fría se avecinaba y con ella las tensiones entre el capitalismo liderado por los Estados Unidos de Norte América, y el comunismo por la Unión Soviética, que colocarían al mundo, durante medio siglo, al borde de una nueva Guerra. El PCC, sujeto a los dictados de Moscú, actuaría en consecuencia. El fin de la segunda Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría fueron prácticamente coincidentes en lo interior con el retorno al poder del partido conservador (1946), que

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el PCC juzgó como una restauración de la represión. Al iniciarse en 1948 la izquierda radicalizada y el comunismo, sintiéndose objeto de una persecución oficial por parte del nuevo régimen, consideraron que era necesaria la unidad popular para derrotarlo. En este sentido se llegó a expresar que “hay un enemigo común instalado en el poder, y para poder derrotarlo y derribarlo es preciso la unión de todos los hombres de buena fe, comunistas, liberales, sindicatos, obreros, conservadores inclusive”. 44 Dentro de este ambiente de violencia, tensiones y recelos políticos, se instaló en Bogotá la IX Conferencia Panamericana la cual, dentro del escenario de la Guerra Fría, se veía abocada a considerar como una amenaza para el continente los intentos de expansión del comunismo soviético. Desde luego el partido comunista colombiano, actuando en concordancia con los intereses de la Unión Soviética, se declaró contrario a la realización de dicha conferencia, para lo cual utilizó los medios propagandísticos que consideró necesarios45. No por coincidencia con la fecha de la celebración de la Conferencia, ni con el pretexto de asistir a la conmemoración del primer centenario del Manifiesto de 1848 de Marx y Engels cumplido en Bogotá en el mes de marzo, se hicieron presentes en la capital destacados activistas de los partidos comunistas de la América Latina; su presencia obedecía al interés de cooperar en el fracaso de la reunión hemisférica46. Informes de inteligencia propios, a los que se sumaron los provenientes de los Estados Unidos, dejaron entonces muy claro para el gobierno Nacional que el partido comunista con apoyo del exterior realizaría todos los esfuerzos posibles para sabotearla. En esas circunstancias sólo faltaba la causa: y ella fue el asesinato del líder popular y jefe del partido liberal doctor Jorge Eliécer Gaitan, nefando crimen ocurrido el 9 de abril de 1948, de cuya autoría intelectual nunca se obtuvieron pruebas que señalaran como causante directo al partido comunista colombiano. No obstante, el gobierno Nacional, basado en los indicios iniciales, culpó de 44 . En Vanguardia del Pueblo, Bogotá del 2 al 8 de marzo de 1948, inserto por M. inmediato al partido comunista de ser el responsable Medina en la obra citada. del hecho y sus consecuencias, procediendo a romper 45 Russell W. Ramsey en su obra las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. “Guerrilleros y Soldados” Edición Tercer Mundo, Bogotá, abril de 1980, afirma que “El partido comunista colombiano empezó la distribución de unos 50.000 volantes y 3.000 afiches contra la Conferencia Panamericana. Entre los comunistas extranjeros se encontraban delegados de Chile, México, Guatemala, Venezuela y Cuba. Con el correr de los tiempos llamaría la atención la presencia del entonces estudiante cubano Fidel Castro R., futuro dictador de Cuba , y quien justificaría su asistencia aduciendo que lo hizo en condición de observador del evento. 46

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Una observación al escenario que facilitó el desarrollo de los violentos hechos ocurridos el 9 de abril, se hace necesaria para comprender el desencadenamiento de aquella hecatombe. De una parte hallamos los efectos continuados por las retaliaciones de origen partidista que se remontaban hacia 1930 con ocasión del fin de la hegemonía conservadora y que se incrementaron en 1946, al retornar este partido al poder. Tales efectos se materializaron en las muertes violentas de cientos de


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colombianos producidas por bandas de asesinos que supuestamente actuaban en nombre de las fracciones políticas que decían representar. El dirigente conservador Laureano Gómez47, el hombre que según el poeta Guillermo Valencia “solo se podía amar u odiar”, venía denunciado desde 1930, a raíz del cambio de régimen, la persecución y asesinato de sus copartidarios; años más tarde y en circunstancias similares, el líder liberal Jorge E. Gaitan48 haría lo mismo en relación con sus copartidarios. El nor-oriente, el centro y el sur-occidente del país fueron las áreas más afectadas, en particular los dos Santanderes, Norte y Sur, Cundinamarca, Tolima, Huila, Boyacá y Valle. A estas despreciables acciones criminales a las que se conoció como “la primera violencia política”, habría de seguirle una segunda en los Llanos Orientales y en las mismas citadas regiones, incluso en otras, con efectos colaterales resultantes del magnicidio. Otro elemento a considerar fue la actuación en ese período, sectaria y falaz, de una parte de la fuerza pública, en particular de la policía de entonces, organismo que fue manejado irresponsablemente a criterio de mandatarios regionales de los distintos niveles conforme a sus intereses políticos, convirtiendo esa Institución en un cuerpo incapaz de proporcionar garantías de seguridad y que 47 Laureano Gómez Castro, líder del por el contrario se constituyó en un agente más partido conservador, elegido Presidente de la República para el período 1950 – 1954, generador de violencia. Ramsey, atribuye a Gonzalo sin oposición pues el partido liberal se Canal Ramírez, estudioso que fue del acontecer abstuvo de concurrir a las elecciones aduciendo falta de garantías, gobernó tan colombiano, la declaración según la cual la Policía solo un año ya que por motivos de salud Nacional “era un cuerpo peligrosamente sectario en el debió encargar de la Presidencia al cual no se podía confiar”49 . Por su parte el dirigente Designado Roberto Urdaneta A. dentro de una crisis político-militar reasumió la liberal Carlos Lleras Restrepo, futuro Presidente de Presidencia el 13 de junio de 1953 y fue Colombia, afirmó en ese entonces que “...hay derrocado en la misma fecha tras el golpe de Estado producido por el Teniente departamentos donde el solo anuncio de la llegada de General Gustavo Rojas Pinilla, la Policía provoca un éxodo masivo de ciudadanos Comandante de la Fuerzas Militares. liberales, amenazas, robos de cédulas a los ciudadanos, 48 Jorge Eliécer Gaitan Ayala, Jefe de la encarcelamiento abusivo, violación de mujeres y en fracción del partido Liberal conocida como “gaitanismo”. Fue candidato muchos casos robos y asesinatos, casos que llenan los disidente a las elecciones de 1946; la archivos de la Policía Departamental durante los dos división presentada dentro de su partido permitió el regreso de los conservadores últimos años”50. Para contrarrestar semejante situación al poder representados por Mariano el Gobierno, acosado por el caos que producían los Ospina Pérez (1946-1950). El asesinato de Gaitan, el 9 de abril de 1948 motivó acontecimientos descritos, debió acudir al Ejército los trágicos hechos conocidos como “El Nacional y lo comprometió de tal manera que a fines Bogotazo”, que dieron paso a una nueva de 1946 servían como Alcaldes, con soporte etapa de violencia en Colombia. constitucional basado en el llamado “Estado de Sitio”, 49 Russell W. Ramsey en su obra 202 militares; el hecho de que 46 de éstos lo hicieran “Guerrilleros y Soldados”. Edición Tercer Mundo, Bogotá, abril de 1980 en Boyacá y 33 en los Santanderes, indica la gravedad 50 Ibídem. de la situación en esos departamentos. Aunque en

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muchísimo menor número en relación a los desmanes producidos por la Policía, no estuvo exento el Ejército de ocasionarlos en algunos casos aislados, situación que permitió confirmar las reservas del mando militar en cuanto a la conveniencia de involucrar a esa Institución en el manejo y recuperación del orden público. Una consecuencia de ello fue el conocimiento directo que obtuvo el Ejército acerca de la irresponsabilidad de la clase política en el desencadenamiento de la violencia y su participación en ella; desde luego éste seria un factor contribuyente del malestar de los cuadros de mando que tanta influencia tendría sobre el desarrollo del golpe de Estado que ocurriría tiempo después. Completa el escenario el partido comunista colombiano, recién salido de una crisis interna (1947) provocada por las diferencias de concepto, a nivel directivo, de cómo desarrollar su anhelada revolución51. El PCC había logrado ubicar en el Congreso a un senador y cuatro representantes; se hallaba en su mejor momento con una importante influencia sobre la C.T.C52, en particular dentro del sector de la industria petrolera, y contando con el no disimulado apoyo de la Embajada de la Unión Soviética. De los 500 casos de agitación laboral producidos en esa época a través de paros y huelgas, especialmente en los campos del transporte, la construcción y la explotación petrolera, el PCC pudo atribuirse la gran mayoría. No fue extraño al escenario indicado, lo que acontecía en el sistema internacional. Dentro del contexto de la guerra fría surgió la llamada “Doctrina Truman” (1947) por la cual los Estados Unidos se comprometieron a frenar el expansionismo soviético ya presente en Europa Oriental y en China; desde luego era indispensable para la seguridad de los Estados Unidos impedir el auge comunista en el continente, razón por la cual el gobierno de ese país se dio a la tarea de auspiciar regímenes totalitarios de corte militar en la América Latina, aun a costa de sacrificar sus propias convicciones democráticas; el resultado fue la proliferación de dictaduras militares adversas totalmente al comunismo y esperanzadas de recibir como contrapartida una fuerte ayuda económica que no se dio, pues la prioridad en este sentido la poseía Europa a través del “Plan Marshall”. No obstante, y con las reservas que producía tal política de U.S.A., en detrimento del hemisferio, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos se vieron forzados a aceptar la petición estadounidense de declarar al comunismo 51 como el principal enemigo de la paz y la estabilidad Durante el V Congreso del PCC, se produjo una fuerte división entre los democrática en el hemisferio. Pero para muchos seguidores del director del partido (Vieira) latinoamericanos, la distante Unión Soviética no y los de su secretario general (Duran); este último creó el Partido Comunista Obrero constituía la amenaza más importante; la principal que a la postre fue superado y absorbido amenaza según ellos, nacionalistas y radicales de por las mayorías que seguían las tendencias doctrinarias de Vieira. izquierda, estaba representada por los mismos Estados Unidos y su política imperialista de la cual daban buena 52 Confederación de Trabajadores de Colombia. cuenta sus intervenciones en Centroamérica y el Caribe

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durante las primeras décadas del siglo XX, acompañadas de su participación en la exploración, administración y comercialización de los recursos vitales para la economía. Tal percepción se extendía también sobre los aliados europeos de los Estados Unidos, particularmente Inglaterra, poseedora aun de enclaves coloniales como Belice y las Islas Malvinas, situación que irritaba con razón a los guatemaltecos y argentinos y por solidaridad al resto de los latinoamericanos. Estas manifestaciones de nacionalismo que se traducían en posturas anti-imperialistas fueron muy bien aprovechadas por los partidos comunistas existentes en la América Latina, para su propio beneficio. Fue dentro del contexto indicado que se levantó el escenario en que debía producirse la Novena Conferencia Panamericana; las circunstancias en lo interior y lo exterior no pudieron ser más adversas. ¿Le cupo al Partido Comunista Colombiano, por sí solo o con la cooperación foránea, la responsabilidad del asesinato de Jorge Eliécer Gaitan, detonante que fue de los monstruosos acontecimientos ocurridos el 9 de abril de 1948?. Históricamente no existe prueba alguna que lo comprometa, es más, el partido se sumó a las manifestaciones de rechazo que de inmediato se sucedieron. De lo que sí no queda duda es que explotó la situación estimulando activamente el vandalismo que siguió al crimen, en la esperanza que éste permitiese el desencadenamiento de una revolución violenta que le permitiera acceder al poder o al menos compartirlo. De ello dan fe su participación en las fallidas asonadas producidas en Barranquilla, Barrancabermeja y otras ciudades del país, especialmente en su capital. ¿Tomó de sorpresa al PCC el asesinato de Gaitan, de tal manera que su proyecto de revolución violenta no fue viable? Es lo más probable. ¿Tomó de sorpresa al PCC que el gobierno lo culpara del crimen y sus nefastas consecuencias? Se presume que también. Y frente a esta impugnación, a la que siguió la represión que les sirvió de argumento para convertirse en victimas, procedió a poner en ejecución su ya planeada organización de autodefensas, mecanismo fundamental de su llamada “resistencia”, es decir de la acción guerrillera comunista en Colombia.

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Portadilla Capítulo III: Ataque de las FARC municipio de Suárez (Cauca) enero 31 de 2000. Archivo Comando Ejército.


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Los huérfanos de la guerra fría

Los huérfanos de la guerra fría 1. Las FARC; de Génova a El Davis; génesis del terror.

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“... Y seguimos ajusticiando bandidos por campos y veredas... En ese primer empuje de ajusticiamientos, pues tumbamos, hasta donde yo me di cuenta por ahí unos veinticinco” 53.

ue en Génova, municipio del actual departamento del Quindío, al finalizar la década de los años cuarenta. Veinticinco hombres que incluían a catorce primos, entre ellos a Pedro Antonio Marín, resolvieron conformar un grupo para oponerse a la violencia de sus enemigos políticos. “Pronto corrió el rumor de nuestra existencia y pronto llegaron muchachos dispuestos a la pelea. En poco tiempo conformamos un núcleo de cincuenta hombres desarmados. Entonces, solo existía una forma de conseguir armas: quitárselas a los conservadores”. 54 El que más tarde adoptaría el nombre de Manuel Marulanda Vélez, un joven de escasos 20 años, que había logrado salir con vida de la matanza de Ceylán (27

En “Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo” de Arturo Alape. Editorial Planeta S.A.; Colección Booket. Marzo 2004 Bogotá. 53

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de noviembre de 1949), perpetrada por conservadores del Norte del Valle contra liberales de ese municipio y que había huido a Génova, tras meses de ocultamiento en busca de un refugio familiar, explicó años después que la causa principal y tal vez la única del accionar de esa agrupación fue la venganza; convertir a sus perseguidores en perseguidos y hacer justicia por su propia mano aniquilando a sus adversarios... “Al primero que ajusticiamos fue a Miguel Pareja, jefe “pájaro” de la región, ordenador de muchas muertes, sectario conservador.... Y seguimos ajusticiando bandidos por campos y veredas... En ese primer empuje de ajusticiamientos, pues tumbamos, hasta donde yo me di cuenta por ahí unos veinticinco”.55 La tarea de ese grupo familiar entre quienes surgió espontáneamente como líder el ya apodado “Tirofijo”, consistió en realizar en el área circunvecina a Génova, tanto en el Valle como en el Quindío, una especie de “Operación limpieza”, vale decir la exterminación física de la contraparte conservadora y de las autoridades que la apoyaban. Envalentonados con sus primeros “éxitos”, el grupo decidió pasar de los asesinatos puntuales a acciones de mayor envergadura; y fue así como optó por apoderarse, mediante incursión armada, de Génova, o sea de la propia cabecera municipal en hecho previsto para el 7 de agosto de 1950, fecha en que asumiría la presidencia de la República el fogoso y temido jefe conservador, doctor Laureano Gómez Castro. Advertidas las autoridades de las intenciones del grupo, procedieron a reforzar con tropas la localidad y rechazaron el ataque hasta convertirlo en una total derrota para los asaltantes. Frustrado por su fracaso y huérfano de un apoyo político proveniente de las directivas del partido liberal al cual decía defender, “Tirofijo” resolvió abandonar la región de sus mayores y buscar otras áreas y otros parientes: el sur del Tolima y sus primos distantes, los Loayza. Acompañado de los pocos parientes que decidieron seguirlo hasta el sur del Tolima para continuar su lucha contra el régimen conservador, Pedro A. Marín penetró el área por la vía que de Neiva conduce a El Carmen y Gaitania en busca de Gerardo Loayza, jefe guerrillero liberal, y de sus hijos los tristemente celebres “Veneno”, “Agarre”, “Tarzan” y “Calvario”56. El encuentro se produjo en el sitio denominado “La Ocasión” sobre el río Cambrín, afluente del Saldaña que con el Atá, que también lo es, definen una región en la que sobresalen los municipios de Santiago Pérez, Ataco y Chaparral. El escenario geográfico coronado por el Nevado del Huila, centro de conflictos agrarios y disputas políticas, se constituyó en el teatro de operaciones 55 original de un movimiento insurgente que con el correr Ibídem. de los tiempos llegaría a constituirse en la mayor amenaza 56 Citados en ese orden por Arturo Alape contra la existencia del Estado colombiano. en la obra ya mencionada.

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El escenario, intrincado paisaje de desafiantes alturas y abundantes cursos de aguas, es un sector de la cordillera central que posee obligantes pasos hacia el Cauca, el Valle, el Huila y el Quindío; rico en cultivos de café, plátano y madera y asiento de una población compuesta especialmente por colonos e indígenas, trabajadores que habían sido victimas de la violencia ejercida ya por la represión oficial o por los terratenientes ávidos de mayores riquezas. Desde el punto de vista geoestratégico el escenario era y es valiosísimo para el que lo posea, y dominarlo fue entonces el objetivo estratégico de la incipiente insurgencia. De una insurgencia que imaginaba poseer unos elementos comunes en su accionar: en lo político, una identificación con la causa liberal, protegiendo a sus integrantes de la persecución oficial y atacando a su contraparte; en lo económico: luchar por la tenencia de la tierra; en lo social: alcanzar las reivindicaciones que pretendían. Y todo eso sin ninguna meta política definida pero sí con un similar método de acción: el asesinato frío y a mansalva de sus adversarios o la emboscada aleve a las tropas que intentaban restablecer el orden. Paradójicamente accionaban en el Tolima, pero sus jefes eran oriundos de otras zonas; el padre de Gerardo Loayza figura entre los fundadores de Génova; y “Tirofijo”, también quindiano, así como otros cabecillas eran originarios de diferentes regiones del país. No obstante la existencia de elementos comunes, estos serían precisamente los puntos de divergencia que producirían más tarde la separación de las huestes de los dos parientes. Sin dependencia formal de las directivas liberales del Tolima y mucho menos del Directorio Nacional en Bogotá, este grupo que ya optaba por identificarse como guerrillero fue extendiendo su accionar hacia sectores vecinos del resto del Tolima, el occidente del Huila y el nor-oriente del Cauca. Rioblanco, La Herrera, El Limón, Ataco, Chaparral, Planadas y Gaitania en el Tolima; Aipe, Praga, San Luís y el Carmen en el Huila; Riochiquito en el Cauca. Todos esos pueblos, cabeceras municipales o corregimientos, fueron testigos de aquella miserable guerra que con pretextos políticos solo produjo desolación y muerte. ¿En qué momento el partido comunista desplazó totalmente a los supuestos liberales del ejercicio de la acción guerrillera? En vez de un momento habría que referirse más bien a un proceso que culminó con la supremacía comunista bajo el liderazgo de Tirofijo. Ello encuentra su explicación en varias situaciones; coyunturales unas, sectarias otras, y de aproximación ideológica las más. Dentro de este contexto se presenta en primer lugar la retirada por presión del Ejército, hacia el sur del Tolima, del brazo armado de la autodefensa comunista del Chicalá (Chaparral) bajo el mando militar de José A. Castaño, alias “Richard”, y la orientación política de Isauro Yosa, alias “Mayor Lister”, quienes siguiendo las orientaciones del Comité Central del Partido Comunista habían organizado allí una

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célula desde fines de 1949. El comunismo había hallado un terreno abonado por la intransigencia de los latifundistas para cumplir la Ley 200 o de tierras, producto tardío e incompleto que contenía las reformas que sobre tenencia de la tierra y participación campesina en su explotación, se había expedido en 1936. La retirada de “Richard3 y “Lister”, cumplida bajo el nombre de “la Columna de Marcha”, se produjo en 1950; su propósito era unirse, sin perder la identidad, a las huestes liberales, incluidas las de “Tirofijo” y las de los Loayza. Previamente los grupos comunistas en retirada conformaron, bajo el mando único de Yosa (Lister), el que denominaron “Ejército Revolucionario de Liberación Nacional”. Coincidentes Yosa y Loayza en su repulsa hacia el régimen conservador, resolvieron aunar esfuerzos y crear el “Estado Mayor Unificado del Sur” asignándose a los comunistas un sector de concentración. Ese sector tuvo como puesto de mando el legendario lugar conocido como El Davis; municipio de Rioblanco, Tolima. El Davis, un enclave establecido en la parte alta de la cordillera, localizado entre el río Cambrín y la quebrada La Lindosa, fue sede del destacamento comunista de ese nombre, dirigido por una especie de Estado Mayor, con funciones militares y de gobierno sobre una población en su mayoría desplazada, de origen liberal, que aceptó la imposición de un verdadero sistema comunista caracterizado por la economía comunitaria, fruto del trabajo colectivo. “Tirofijo”, en “Cuadernos de Campaña”;57 nos proporciona directamente una descripción de El Davis ... “ fue fundado en la cumbre de una montaña que se empina partiendo de la hoya hidrográfica de la quebrada de Lindosa. Hacia el sur es cortado por la profunda depresión en cuya parte más baja se alberga el lecho del arisco río Cambrín... Los hombres de la guerrilla lo tomaron en cuenta para establecer aquí la sede central de toda una cadena de destacamentos... Aquí imperaban una organización y disciplina militar... Esa organización civil - militar se inspiraba en el sistema de funcionamiento de los cuarteles de tropa y la organización y dirección civil de una ciudad...”. Las diferencias entre comunistas y liberales no tardaron en presentarse. “Nosotros vivimos y actuamos en el sur del Tolima, la tierra donde crecimos, nuestra propia geografía. Nada tiene por que atarnos a una tierra tan lejana como Rusia. Y eso piensan los comunistas de El Davis que piensan como si fueran rusos... Ellos son ellos en su forma de pensar y nosotros somos nosotros en nuestro 57 “Cuadernos de Campaña” texto pensamiento liberal” afirmó Loayza 58 “Yo había atribuido a Manuel Marulanda Velez cambiado un poquito de rumbo en el pensamiento. La como su testimonio de vida guerrillera. Ediciones Abejón Mono. 1973. idea no era quedarse rezagado en la lucha 58 anticonservadora ...” 59 diría más tarde “Tirofijo”. Este, En “Las vidas de Pedro A Marín, Manuel Marulanda, Tirofijo” de Arturo Alape, obra que según José Modesto Campo en su presentación al ya citada. texto “Cuadernos de Campaña” se hallaba vinculado 59 Ibídem. desde 1951 al partido comunista, decidió romper con

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las guerrillas liberales y en la llamada “Conferencia de Horizontes” convocada por Loayza en 1952 para definir la relación con los comunistas, protocolizó la división. Como allí se dispuso la expulsión de los comunistas de El Davis, “Tirofijo”, en un acto trascendental de su existencia, abandonó el lugar con sus seguidores más fieles, incluyendo a su padre Pedro Pablo y a su hermano Jesús, y enrumbó hacia otro, tan legendario para ellos, los marxistas, como El Davis: Marquetalia. Allí confluirían, luego de un incierto deambular por Riochiquito en el Cauca al mando de Charro Negro.

2. Las FARC: de El Davis a Marquetalia; hacia la conformación de una estructura. “Digamos, lo de Marquetalia para nosotros y no de otra manera es el símbolo del comienzo de la lucha guerrillera de 1964 hasta hoy. Eso tiene importancia para nosotros, porque en cada uno de los capítulos de la lucha, hay un lugar que tiene un comienzo. ¿Cierto?” (Pedro Antonio Marín, a Tirofijo)60. El Davis había dejado una profunda huella en el grupo guerrillero. Allí se estableció a plenitud el anhelado proyecto, a su vez orden del partido, de la autodefensa campesina comunista; allí se dieron cita, forjaron estrecha amistad y se identificaron en sus propósitos quienes llegarían a conformar la cúpula inicial del mando insurgente: Lister, Charro Negro, Ciro Trujillo Castaño, Marcos Guaracas, Timochenko, entre otros. Desde allí recibieron y lanzaron ataques de todos y contra todos sus enemigos: el Ejército y los liberales limpios, sus anteriores aliados; de allí desertarían para regresar a sus huestes de origen los guerrilleros liberales conocidos como Mariachi y Arboleda quienes invitarían a “Tirofijo” a hacer lo mismo. “Yo no era de esa condición humana... pensaba en cosas más avanzadas que ser un traidor y un miserable revanchista”.61 Y allí también Tirofijo, por insinuación de Martín Camargo y Pedro Vásquez, proselitistas de las ideas marxistas enviados desde Bogotá para realizar un curso político, adoptó su segundo nombre, Manuel Marulanda Velez, en honor a un correligionario suyo ex-Concejal de Medellín, activista comunista desde las épocas de María Cano y muerto en diciembre de 1950 en Bogotá, al parecer como consecuencia de las torturas a las que lo sometió el servicio de inteligencia oficial. “El 60 Ibídem. nombre me parece bueno, pero que lo pueda llevar yo, 61 Ibídem. no sé, es demasiada la responsabilidad”62 contestó el guerrillero a la propuesta. “Así me bautizaron 62 Ibídem. políticamente... Así me quedé y así continuaré”. 63 63 Ibídem.

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El ascenso al poder del Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, el 13 de junio de 1953, produjo sobre los movimientos guerrilleros efectos casi inmediatos. La atención del nuevo gobierno se centró especialmente en la desmovilización de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales, las más fuertes del país, asunto que logró con el apoyo de las directivas de ese partido político. Pero en el Tolima la situación no se resolvió como lo esperaba el gobierno: Las guerrillas liberales, conocidas como los “limpios”, (liberales limpios de influencias extrañas, según dijeron) acordaron con la firma de sus principales jefes (Loayza, García, Mariachi y Santander) un compromiso con el gobierno...”no solamente nos entregamos gustosos sino que estamos dispuestos, si así no lo exige el gobierno, a colaborar con él para extirpar a los verdaderos maleantes (léase los comunistas) que no atienden el patriótico llamado del Gobierno” 64. Por su parte el partido comunista, que vacilaba entre limitar su acción exclusivamente hacia las autodefensas o proseguir la lucha armada, decidió ante el temor que Rojas Pinilla, anticomunista consumado, declarara ilegal al partido como en efecto sucedió un año después del golpe militar, negarse a la entrega de armas y... “antes por el contrario por que todos los campesinos dispongan cada día de mejores elementos de defensa de sus intereses y contra todo intento del gobierno y la reacción de repetir cualquier forma de violencia contra el pueblo laborioso”.65. La declaratoria de ilegalidad del partido comunista surgida del Consejo de Ministros el 10 de junio de 1954 y formalizada por la llamada Constituyente en septiembre de ese mismo año, por 36 votos contra 19, expresó en su Artículo primero “Queda prohibida la actividad política del comunismo internacional. La Ley 64 Ibídem. Este acuerdo tendría corta reglamentará la manera de hacer efectiva esta vigencia pues los guerrilleros liberales prohibición”66. La consecuencia inmediata fue el empleo aduciendo falta de garantías no lo de las Fuerzas Armadas del Estado en contra del aparato cumplieron estrictamente. En 1957, tras el fin del gobierno de Rojas Pinilla, se logró comunista instalado para la época en Riochiquito un nuevo convenio, esta vez definitivo. (Cauca), Marquetalia y Villarrica (Tolima), Viotá y la región 65 En Conclusiones de la II Conferencia de Sumapaz (Cundinamarca). Al partido comunista la Regional del Sur, Octubre 28 de 1953 declaración de ilegalidad no debió sorprenderle ya que inserto como Anexo 5 en “Las FARC de la autodefensa a la combinación de todas durante la Segunda Conferencia Regional del Sur, las formas de lucha, 1949-1966”. Eduardo octubre de 1953, celebrada en el Tolima, se expresó Pizarro León Gómez. Tercer Mundo Editores. IEPRI. 1991 Bogotá. que “...El gobierno Militar ha propuesto de un lado 66 ganarse las simpatías de las masas, aislar el movimiento Ibídem. guerrillero de su base social, mientras de otro lado, se 67 Inserto en “El Ejército y los Grupos ha dirigido a utilizar algunos caudillos y jefes liberales Rebeldes”; Gustavo E. Rosales Ariza, Revista Credencial, Historia. Instituciones ilusionados por el gobierno militar en su lucha contra el de Colombia. Printer Colombiana S.A. partido Comunista!” 67 . 2002.

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Jacobo Arenas y Manuel Marulanda Vélez. Archivo Comando Ejército.


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El fugaz período de paz, de escaso un año, gestado por el Gobierno Militar de Rojas Pinilla, había terminado; y con su fin, también el primer período iniciado en 1947, de la violencia en Colombia68. Esa primera etapa tan hábilmente aprovechada por los comunistas para obtener ganancias propias dentro de aquella hecatombe surgida del sectarismo político, traducido en miles de muertes violentas a manos de asesinos de uno y otro partido, tiene su origen en la equivocada reacción oficial para restablecer el orden público alterado como consecuencia del cambio de régimen político en 1946. La violencia pasó del campo al pleno recinto del Congreso; el proyecto inicial del Presidente Ospina Pérez para establecer un Gobierno de “Unión Nacional” había fracasado ante la intransigencia de la oposición que respaldaba su actitud en incontrovertibles hechos producidos por una represión 68 oficial desencadenada por la policía politizada y El General Álvaro Valencia Tovar en su obra “Testimonio de una Época” (Planeta auspiciada por las autoridades locales a las que se sumaba Colombiana S.A. 1992) indica que la el antipatriótico propósito de politizar también al cronología del conflicto en Colombia presenta, entre otras las siguientes fases: I Ejército69. La consigna lanzada por el propio Ministro Fase 1947 – 1953, Violencia partidista, de Gobierno, José Antonio Montalvo de “a sangre y pausa, gobierno, gobierno militar. Por su parte Pizarro León Gómez en la obra ya fuego” (12 de septiembre de 1947) a sus partidarios es mencionada, pero bajo la óptica de la un triste ejemplo de la locuacidad violenta e evolución de la Guerrilla Comunista irresponsable, que caracterizó a los políticos de entonces. durante el período de la violencia es bastante coincidente con el General El asesinato de Jorge Eliécer Gaitan el 9 de abril de 1948 Valencia; para Pizarro el primer período y sus terribles efectos fueron la expresión más alta de la va de 1949 a 1953 y lo identifica como “Autodefensa y lucha guerrillera”. Arturo violencia de aquella infortunada etapa de la historia de Alape en “La Paz, La Violencia Testigos de Colombia que se extendió por todo el país. excepción”, indica que entre 1947 – 1957 se extiende el hecho histórico conocido como la Violencia que comprende un primer período, 1947 – 1953. De alguna manera los ilustres investigadores coinciden en una realidad; la primera violencia va desde el cambio de régimen político, 1946 hasta la llegada al poder de Rojas Pinilla en 1953. El General Valencia Tovar inserta en la obra citada, la circular secreta originaria del Ministerio de Gobierno a cargo de Luís Ignacio Andrade, en 1949, en la cual se recomienda con carácter urgente a los Gobernadores, Intendentes y Comisarios, entre otros aspectos... “Urgentísimo obrar sobre amigos para que formulen el mayor número posible solicitudes becas Escuela Militar...”. 69

Darío Echandia, jefe liberal y expresidente de la República, así calificó el hecho. 70

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Dentro de ese turbulento ambiente que incluyó el cierre del Congreso de mayoría liberal, se produjo la abstención de ese partido, argumentando faltas de garantías, a las elecciones presidenciales de 1950. La llegada al poder del temido jefe conservador Laureano Gómez, quien había calificado al liberalismo de un nuevo “Basilisco”, figura mitológica desproporcionada; un partido, según él, con una cabeza pequeña pero aun así comunista, y los violentos disturbios acaecidos en Bogotá el 6 de septiembre de 1952, contribuyeron a exacerbar los ánimos sectaristas y violentos que se prolongaron hasta 1953, año en que mediante un Golpe de Estado, calificado también de “Golpe de Opinión”70 asumió la presidencia el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, para entonces Comandante General de las Fuerzas


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Militares. Fue un acontecimiento que el país recibió lleno de alborozo y esperanza; una esperanza que en breve tiempo, al deteriorarse la imagen del gobierno, se transformaría en frustración. De las zonas de influencia comunista las autodefensas de Villarrica y Viotá tenían para el Gobierno Militar especial prioridad en cuanto a su recuperación para el Estado se refiere, razón por la cual dispuso el despliegue militar en esas zonas dándose así inicio, con la llamada “Guerra de Villarrica”71 a un segundo período de violencia que se extendería a otras regiones y por otras causas 72 hasta 1957. La operación militar sobre Villarrica, una de las más grandes en hombres y medios emprendida por el Ejército con apoyo de la Fuerza Aérea, se inició en abril de 1955 y estuvo a cargo del Destacamento del Sumapaz creado para tal fin, que impuso en el área medidas de excepción. El partido comunista, y así lo confirmó su secretario general Gilberto Vieira, ordenó la resistencia a ultranza, tarea que asignó a “Richard” y “Lister” llegados del sur del Tolima, en tanto que confió a Ciro y Marulanda emprender acciones ofensivas en Riochiquito y Marquetalia. Aunque con un alto costo en vidas de militares y civiles y la afectación de su imagen política, el gobierno recuperó la región pero no obtuvo la rendición de su enemigo; éste, como lo haría después en Marquetalia, sustrajo del área antes de que fueran aniquilados a más de quinientos guerrilleros, y dividiéndolos en tres grupos los dirigió hacia El Pato (Richard), el Guayabero (Gavilán) y El Duda y Medellín del Ariari (Prada y Veneno). Un cuarto grupo se dirigió al sur del Tolima en busca de Ciro y Marulanda. El problema en vez de haber quedado reducido se extendió a otras áreas geográficas que nos son hoy en día bastante conocidas. El abandono del poder, el 10 de mayo de 1957, de Rojas Pinilla y su reemplazo por una Junta Militar de Gobierno, condujo a un nuevo y corto período de paz. Las guerrillas liberales del Tolima, cuyo jefe máximo era Leopoldo García, alias “General Peligro”, procedieron esta vez definitivamente a deponer las armas y los comunistas, siguiendo instrucciones de la dirigencia del partido, cesaron la confrontación armada concentrándose en vigorizar sus autodefensas. Con antelación la Región del Sumapaz en Cundinamarca y Villarrica en el Tolima habían sido escenario de la violencia partidista (1948 – 1953) en los cuales adquirió celebridad, negativa por cierto, el dirigente agrario Juan de la Cruz Varela. 71

Instalado el Frente Nacional, las guerrillas firmaron los respectivos acuerdos de paz; las liberales el 28 de agosto de 1958 con las rúbricas de sus apodados “generales” Loayza, Peligro y Mariachi entre otros y los comunistas del sur del Tolima lo hicieron el 2 de septiembre del mismo año, culminando así la segunda etapa en el discurrir cronológico de la violencia. Curiosamente Manuel Marulanda (en el documento aparece como Manuel M. Vélez) y Ciro Trujillo Castaño

Otras causas que desataron este segundo período de violencia fueron: La reactivación de las guerrillas liberales desilusionadas del nuevo gobierno y el empleo de exguerrilleros de ese partido como fuerza de choque contra organizaciones comunistas. 72

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firmaron como “ex–mayores”. El “ex-mayor Marulanda” pasaría entonces muy complacido a ingresar en la nómina de su odiada burocracia en la condición de Inspector de Carreteras del tramo El Carmen – Gaitania, sector del proyecto Palermo – Palmira. Para justificarse diría años más tarde que “era una forma clandestina, sin que ellos pensaran que yo seguía siendo comunista, para que me confiaran muchos de sus planes”. Sin embargo la paz no llegaría aún al atormentado departamento del Tolima; la violencia se trasladaría entonces, personificada en criminales que como los ingratamente recordados “Desquite” , “Tarzan”, “Chispas” y “Sangre Negra”, así como Efraín González en Santander, secuelas de la confrontación anterior, asolaron la región durante el período conocido como del “bandolerismo” que se extendió de 1958 a 1964 y que sólo culminaría cuando por acción del Ejército se exterminaron tales antisociales y sus secuaces. En el ínterin los comunistas, en estratégico receso, afianzarían sus organizaciones de autodefensas; Marquetalia una de ellas. La iniciación de una cuarta etapa de la violencia, de 1964 en adelante, tipificada por la escalada de la insurgencia comunista, tiene sus antecedentes en el asesinato de Jacobo Prias Alape, “Charro Negro”, ocurrido, como se anotó, en Gaitania el 11 de enero de 1960 por agentes de Mariachi. Charro Negro, que recientemente había regresado al área luego de asistir a un Congreso del partido en Bogotá y era el verdadero jefe de la autodefensa, se aprestaba a convocar a sus subalternos para transmitirles las instrucciones del secretariado; su muerte, que Mariachi intentó justificar, sería cobrada diecisiete años después, 1977, cuando éste a su turno cayó asesinado en Santiago Pérez (Tolima). Desaparecido “Charro Negro”, Marulanda se transforma en el nuevo líder militar y político; recibe la herencia con ánimo reivindicatorio y luego de calculada espera, pasó a la ofensiva. Los objetivos: los antiguos guerrilleros liberales al servicio del gobierno departamental y la fuerza pública, que según él, favorecía a sus enemigos. Y desde Marquetalia, ahora ya no sólo sede de la autodefensa, sino también puesto de mando de su organización militar, partió con brío la reacción armada comunista que en especial se incrementó en el segundo semestre de 1963. Su actividad guardaba estrecha relación con la tesis aprobada en el IX Congreso del Partido, Junio de 1961, según la cual el pueblo .. “puede verse obligado a tomar la vía de la lucha armada como forma principal, aunque no única... la vía revolucionaria en Colombia puede llegar a ser una combinación de todas las formas de lucha” 73 .Tal tesis sería ratificada, luego de la operación Marquetalia, en el XXX Pleno del Comité Central en junio de 1964, igualmente en el XXXI y más tarde, como política oficial, en el X Congreso del PCC en 1966.

Incluida en la obra ya citada de Pizarro León Gómez y atribuida a Gilberto Vieira, Secretario General del PCC. 73

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Pero si ese era el plan de los comunistas y su brazo armado, las Fuerzas Militares previendo lo que vendría acometieron el más importante proceso de


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profesionalización de su historia, cuyas secuelas habrían de extenderse hasta el presente. A la cúpula de mando había llegado por sus incontables méritos el General Alberto Ruiz Novoa74, uno de los militares más valiosos que con auténtico sentido de patria ha servido al país; a su alrededor y con su estímulo giró un grupo de Oficiales Superiores tan brillantes como él, y cuyos nombres y ejecutorias son patrimonio invaluable de la institución castrense. Se diseñó entonces el “Plan Laso”, tan aborrecido por los comunistas y sus áulicos, pues su ejecución significó reducir su campo de acción; se trataba de restar a los subversivos el apoyo de la población civil, tan trascendental para ellos, y hacer llegar la presencia del Estado a todas las regiones afectadas e identificando a su vez las causas originarias de la violencia con el fin esencial de obtener la colaboración de la población para el logro de la paz. La acción cívica – militar, sin perjuicio del accionar operativo con unidades especializadas, sería su complemento. La subversión y sus simpatizantes internacionales, muy dentro del contexto de la Guerra Fría, se dieron a la tarea de presentar el “Plan Laso” como una imposición de los Estados Unidos aduciendo incluso que su nombre correspondía a las iniciales de un supuesto “Latín American Security Operation” – LASO - ágil recurso de acción sicológica que aún hoy encuentra incautos crédulos. Nada más lejos de la verdad. Interrogado recientemente el General Ruiz Novoa75 sobre el particular manifestó que le había denominado “LASO” en el sentido de atraer la población, pero que bien podría haberse titulado con cualquier otro nombre. Y de paso negó con firmeza cualquier tipo de influencia estadounidense en el planeamiento y ejecución de las operaciones militares. El 21 de octubre de 1961, el senador Alvaro Gómez Hurtado, en la plenaria de la corporación acusó al gobierno de tolerar la existencia de cinco “Repúblicas independientes”: Marquetalia, una de ellas, en donde se hallaba afectada la soberanía nacional; el pronunciamiento, que se apoyó en los desafueros que Marulanda venía desarrollando, incluyendo asaltos a poblaciones y emboscadas a la Fuerza Pública, causó conmoción y la cuestión de Marquetalia entonces rebasó los campos de la controversia nacional. Preguntado el Ministro de Guerra de entonces, General Ruiz Novoa, en entrevista concedida para “El Tiempo” sobre esa situación, expresó “..Sobre estas gentes ejerce influencia el bandolero “Tirofijo”. La ha ejercido durante 74 Ruiz Novoa Alberto, Oficial de diez años. Esas gentes campesinas, buenas por Infantería, Comandante del Batallón Colombia en Corea, Excontralor General naturaleza, dedicadas al cultivo de la tierra, han tenido de la República, Excomandante del que llenar el vacío de la autoridad con una autoridad Ejército y posteriormente Ministro de forzosa, la de los forajidos. Existe una especie de Guerra. gobierno que cobra impuestos, impone sanciones y los 75 En entrevista al General ( r ) Alberto Ruiz obliga a decir que pertenecen a determinada tendencia Novoa, por el autor de esta investigación, en mayo de 2004. política. “Tirofijo” es el árbitro, constituye un gobierno 76 Arturo Alape. Obra citada. impuesto por el terror y por la fuerza”.76.

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La decisión de ocupar Marquetalia correspondió al propio Presidente de la República, Dr. Guillermo León Valencia, quien en su alocución del primero de Enero de 1964, expresó que en ese año serían acabadas las “Repúblicas independientes”. El Comando General de las Fuerzas Militares, inició entonces el planeamiento correspondiente. El derribo de una avioneta de la empresa de Aerotaxi por parte de la guerrilla y el posterior asesinato del piloto del helicóptero que acudió al rescate de las víctimas y de su acompañante, un Capitán del Ejército, el 2 de marzo de ese año, precipitaría la acción militar. El nombre de “Operación Marquetalia”, quizás por la connotación que tuvo el área geográfica y la autodefensa allí localizada, prevaleció sobre su denominación formal u “Operación Soberanía”, más apropiado a la misión que le correspondía. A nivel del Ejército se le denominó “Plan Meteoro”, cuya ejecución fue asignada a la Sexta Brigada a órdenes del entonces Coronel Hernando Currea Cubides 77, uno de los oficiales más brillantes al servicio de la institución militar. La concentración, despliegue y aproximación de las tropas al objetivo se efectúo entre el 15 de marzo y el 15 de abril de 1964, y la fase final a partir del 28 de mayo, para lo cual se emplearon tres batallones cuyos efectivos, más los apoyos logísticos, se estimaron en 1.500 hombres 78 a los cuales había que agregarles una unidad del Batallón Colombia que a 77 Hernando Currea Cubides, Oficial de órdenes del entonces Teniente Coronel José Joaquín Artillería, alcanzó el grado de General. Fue Comandante General de las Fuerzas Matallana Bermúdez 79 efectuó el desembarco Militares y Ministro de Defensa durante aéreotransportado, el 14 de julio, sobre el reducto final. toda la administración del Presidente Misael Pastrana Borrero; ya en situación La resistencia guerrillera, intensa en unos cuantos de retiro fue embajador en Portugal y sectores, no impidió la ocupación del área y el desmonte Guyana y primer Rector de la Universidad Militar Nueva Granada. de la autodefensa, pero la destrucción física de ésta no se obtuvo totalmente habiendo logrado sustraerse del 78 Valencia Tovar Álvaro, en “Testimonio de una época” . Planeta Colombiana área, para preservar sus efectivos, en dirección a Editorial S.A., Bogotá 1992, páginas 470 Riochiquito. No haber continuado su persecución en y 471. “Operación Meteoro”. “El plan preparado por el E-3 (Coronel Valencia tierras caucanas fue una decisión política y no una Tovar) …Segunda Penetración hacia decisión militar. Marquetalia y aisladamente de la zona, con los batallones Boyacá, Roocke y Tenerife. Total aproximado 1.500 hombres, destinados en su mayor parte a cubrir la extensa región de Gaitania, Planadas, Órganos, Aipecito, San Luis, Aleluya y el carmen.” Matallana Bermúdez José Joaquín, Oficial de Infantería, alcanzó el grado de General; fue Director del DAS y Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares. Desde el inicio de su carrera militar se distinguió como uno de los oficiales más competentes del Ejército. 79

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Pocas operaciones en la historia militar han sido, como la Operación Marquetalia, objeto de tanta información previa; la reserva militar no existió y la posible fecha de su iniciación era prácticamente un “secreto a voces”, lo que dio margen para que el partido comunista orquestara una campaña en su contra, tanto en Colombia como en el exterior. No habiendo obtenido su propósito el PCC contraatacó urdiendo una versión, que el General Valencia Tovar con toda propiedad


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“Guerrilleros de los Llanos”, 8 de septiembre de 1953. General Alfredo Duarte Blum recibe un informe de las tropas rebeldes por parte del guerrillero liberal Dumar Aljure, acompaña al General, Guadalupe Salcedo líder de los rebeldes. Archivo El espectador.


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calificó como “Leyenda Negra de Marquetalia”. Allí no hubo ninguna asesoría de militares de Estados Unidos, mucho menos efectivos de ese país; ni se emplearon armas bacteriológicas, ni bombas de intenso poder de destrucción, ni los veinte mil efectivos a que aludió después el ideólogo de las FARC Jacobo Arenas, ni tierra arrasada, ni ninguna de las falacias inventadas por los comunistas para enlodar al Ejército y hacerle creer a la opinión pública que su “resistencia” en Marquetalia había sido la consumación del heroísmo. Nada más lejos de la verdad y nada más cerca de la mentira. Los comunistas replegados en Riochiquito trataron de reagrupar sus fuerzas y rediseñar sus futuras acciones con base a las experiencias obtenidas en Marquetalia. En septiembre de ese año realizaron allí la primera conferencia guerrillera del Bloque Sur; uno de sus primeros resultados, violento como correspondía a sus actuaciones, lo constituyó la matanza de Inza, el 17 de mayo de 1965, seguida por el saqueo y destrucción a que fue sometida la población y el asalto a un bus en el que perecieron varios religiosos. Poco después, septiembre del mismo año, realizaron la Conferencia Nacional de Autodefensas en Tierradentro, cercano de Riochiquito, sitio este último que desde el 15 de ese mes ya había sido ocupado por el Ejército. Tiempo más tarde, (15 de abril al 9 de mayo de 1966), convocarían la II Conferencia del Bloque Guerrillero del Sur de Colombia, de donde surgieron formalmente las FARC. En el documento fundacional de las FARC, más conocido como la “Declaración Política de la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur3 80 se puede apreciar la disparatada jerga comunista que se lanza con fantasiosa demagogia contra “los planes del imperialismo yanqui de apoderarse definitivamente de nuestro país engulléndose lo que queda de la industria nacional, el comercio y el trabajo de todos los colombianos ...” y, luego de sus recurrentes ataques al “gobierno testaferro de los imperialistas” y hacer el acostumbrado análisis apocalíptico de la situación del país, indica que...” Frente a todo lo anterior los destacamentos guerrilleros del bloque sur, nos hemos unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C.), que iniciarán una nueva etapa de lucha y de unidad con todos los revolucionarios de nuestro país...”. 81 . Las FARC habían nacido formalmente “engulléndose”, y valga su propio término, nada menos que a los organismos directivos de su partido. En adelante lo militar primaría sobre lo político.

Inserta como anexo en el “Diario de la Resistencia de Marquetalia” Jacobo Arenas. Ediciones Abejón Mono, Serie Historia y Testimonio. Editorial Paz y Socialismo. Praga 1969. 80

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Ibídem.

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3. El ELN: De Simacota a la indecisión.

“Ni un paso atrás; Liberación o muerte (Nupalom)”82.

En vísperas de la tan anunciada “Operación Marquetalia” (marzo – abril, 1964) ocurrió un hecho que hoy nos resulta interesante; o tal vez curioso y quizás premonitorio. Tres distinguidos clérigos pidieron y obtuvieron una audiencia con el Comandante del Ejército, General Jaime Fajardo Pinzón; su propósito: viajar a Marquetalia, dialogar con la guerrilla y evitar el choque armado. El mando militar accedió a la petición; no así, los superiores jerárquicos de los levitas83. Los sacerdotes que intentaron tal mediación fueron German Guzmán Campos, Camilo Torres Restrepo y Gustavo Pérez. Hoy, uno se pregunta: ¿y si el Cardenal Luis Concha Córdoba hubiera autorizado el proyecto de Camilo Torres, futuro paradigma del ELN, tendríamos los colombianos un panorama distinto?. No había transcurrido un año desde aquel episodio, cuando el 7 de enero de 1965 un grupo desconocido hasta entonces, integrado por unos 30 hombres y una mujer, irrumpió en la población de Simacota (Santander) lanzando consignas revolucionarias y asesinando al Suboficial Comandante de la Policía local y a tres agentes. Había nacido así el autodenominado “Ejército de Liberación Nacional” (ELN); sus primeros jefes: Fabio Vásquez Castaño, en lo militar, y Víctor Medina Morón en lo ideológico. Tras ser reducido por sus superiores, descontentos con las posiciones políticas que había asumido, al estado laical (marzo 1965) Camilo Torres, el integrante de una prestante familia, el antiguo seminarista que explicaba el catecismo a los soldados del Cantón Norte, el aventajado alumno de sociología de la Universidad de Lovaina, el ex-decano del Instituto de Asuntos Sociales de la ESAP, el ex-capellán de la Universidad Nacional y el impulsor del movimiento de izquierda Frente Unido, dio el paso trascendental de su vida: ingresó al ELN. La 82 “Ni un paso atrás, liberación o muerte”. Consigna del ELN. proclama o comunicado anunciando su incorporación a la guerrilla, firmado conjuntamente por Vásquez 83 Este hecho y otros de mayor interés sobre el periplo revolucionario de Camilo Castaño, Medina Morón y el propio Camilo, dejó Torres son consignados por el General Álvaro Valencia Tovar en su obra “El final sorprendido al país. Se trató, Camilo Torres, de un idealista que desengañado por el escaso eco producido por su discurso

de Camilo”, Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, 1976. “Negado permiso a sacerdotes para ir a Marquetalia”, El Tiempo, 1 de mayo de 1964.

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político, optó por la lucha armada. En alguna ocasión justificó su proceder al expresar: “una vez emprendido el camino de la Revolución, todo retroceso se convierte en traición al pueblo”. Camilo Torres halló la muerte en combate con el Ejército el 15 de febrero de 1966; tan solo había transcurrido un poco más de un mes (desde finales de 1965) de su vida como guerrillero. “Yo iré hasta las últimas consecuencias” había dicho y así fue. 84 Refiriéndose al trágico destino de Camilo Torres, “El Tiempo”, en su editorial del 18 de febrero de ese año, 85 anotó: “Si alguna responsabilidad de este triste episodio incumbe a alguien, ha de ser a los comunistas que quisieron utilizar la ingenuidad entusiasta de Camilo y su prestigio indudable para inducirlo al error, mientras ellos permanecían cobardemente en la sombra”. El partido comunista por su parte, y como era de esperarse, en comunicado aparecido en su órgano de difusión “La Voz Proletaria” el 24 de febrero de 1966, expresó que “su nombre servirá de ejemplo para las juventudes revolucionarias de Colombia” La primera transcripción, recogió el sentimiento de muchisimos colombianos; la segunda interpretó a una minoría que desde décadas atrás había escogido la violencia como su medio de expresión. El ELN, como movimiento revolucionario, se había gestado desde mediados de 1964 inspirado en la experiencia cubana y estimulado por su líder, Fidel Castro, quien patrocinó el desplazamiento a Cuba, ese año, de quienes se convertirían en los jefes iniciales del grupo guerrillero. Acompañado su entrenamiento con los principios de combate anotados por el “Che Guevara” en texto sobre “Guerra de Guerrillas”, y en los ideológicos expresados por el francés Régis Debray en “Revolución en la Revolución”, los fundadores culminaron en Cuba su proceso de preparación; al regresar al país y conformar su pequeño ejército procedieron al planeamiento de su primera acción: la ya citada de Simacota.86 Así nació el ELN, contemporáneo de las FARC (década de los años sesenta), amalgama de idealistas provenientes del área universitaria; comunistas de la línea castrista, sacerdotes de la llamada “Teología de la liberación”, exguerrilleros de origen liberal y extremistas de izquierda sin rumbo definido. Una fusión 84 Ibídem. de diversas tendencias que no tardó en presentar 85 Ibídem. divisiones en su interior. El secuestro, o sea, la “retención” como forma de obtener finanzas87 sería un medio de 86 Rafael Pardo Rueda, en su obra “La lucha; los ataques a la infraestructura vial y energética historia de las guerras” indica que de los veintisiete becarios que viajaron a Cuba”, del Estado y el sembrado de minas, su destructora once recibieron preparación política y manera de hacer la revolución. militar y siete fundaron el ELN. Ediciones B. Colombia S.A. Bogotá. 2004. Alias Gabino dirigente del ELN citado por Pardo Rueda. 87

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Estos dos grupos de insurgentes, las FARC y el ELN, son los huérfanos de la Guerra Fría; el comunismo como


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“Camilo Torres y otros en armas”, El Tiempo, 1965.

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su fuente de inspiración ideológica desapareció entre la polvareda que dejo el derrumbe del “Muro de Berlín”; pero ellos no; ellos prefirieron ejecutar malabares ideológicos para justificar su existencia. No han convencido a nadie, por el contrario al haber colocado la guerra por encima de la política, quedaron sin carta de presentación. Para retornar a la política, sin desmedro de la acción delictiva, seria necesario acudir a una recurrente estrategia, la estrategia del engaño 88.

En el caso particular del ELN, el actual proceso de aproximación entre el gobierno nacional y esta agrupación tendiente al logro de la paz, permite abrigar la esperanza de que ella puede ser posible a partir de una Acuerdo Base, tal como se desprende del comunicado titulado “Conclusiones de la 4ª Ronda, cumplida en La Habana (Cuba), entre el 20 y el 25 de octubre de 2006. (ver anexo). 88

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Torre No. 70, destruida por la acción de la cuadrilla Carlos Alirio Buitrago del ELN, el 19 de marzo de 2000.


ANEXO AL CAPÍTULO III HUÉRFANOS DE LA GUERRA FRÍA


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CONCLUSIONES DE LA 4ª RONDA EXPLORATORIA GOBIERNO NACIONAL Y EL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL ELN Jueves 26 de octubre de 2006 1.

Las delegaciones del Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, dan por finalizada la Cuarta Ronda de la Fase Formal Exploratoria que se adelantó en La Habana, Cuba, entre el 20 y el 25 de octubre de 2006.

2.

Las reuniones de la Cuarta Ronda se adelantaron en un clima de diálogo constructivo y madurez política, que permitió ubicar con claridad puntos de encuentro y tratar con mutuo respeto las diferencias.

3.

Hemos evaluado de manera constructiva el trabajo adelantado durante la Fase Formal Exploratoria, que permite entregar al país un balance positivo, para la continuidad del proceso. Entre los logros alcanzados se destacan: voluntad de las partes; identificación de las partes; establecimiento formal de la mesa; acompañamiento de la Comunidad Internacional; inicio de la creación de ambiente para la paz; inicio de la participación de la sociedad y prudencia de las partes para favorecer el diálogo.

4.

Al concluir la cuarta ronda podemos señalar que hemos logrado avanzar en el diseño del proceso, estableciendo dos ejes estructurantes hacia un Acuerdo Base: Ambiente para la Paz y Participación de la Sociedad. Gobierno y ELN presentaron sus propuestas sobre agenda temática.

5.

La participación de la Comunidad Internacional ha sido significativa para el avance de este proceso de paz. Agradecemos a la República de Cuba y a las delegaciones que se hicieron presentes su compromiso con nuestro esfuerzo. La Habana, Cuba, octubre 26 de 2006 Por el Gobierno Nacional,

Por el ELN,

Luís Carlos Restrepo Ramírez

Comandante Antonio García

Alto Comisionado para la Paz

Comando Central, ELN

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El Alto Comisionado para la Paz, Luis Camilo Restrepo, el Embajador de Colombia en Cuba, Julio Londoño Paredes, Antonio García y Francisco Galán, miembros representantes del Ejército de Liberación Nacional ELN, durante la rueda de prensa, al término de la Segunda Ronda - Fase Formal Exploratoria. La Habana, Cuba., febrero 27 de 2006. Oficina de Prensa Alto Comisionado para la Paz



Portadilla CapĂ­tulo IV: Atentado de las FARC, municipio de Granada (Antioquia) diciembre 6 de 2000. Archivo Comando EjĂŠrcito.


UNA RESPUESTA EQUIVOCADA

“Empuñamos un fusil por una sencilla razón: nos estaba agrediendo la guerrilla, estaba matando millones de colombianos y el Estado no asumió la responsabilidad que le correspondía”.89

Una respuesta equivocada

Una respuesta equivocada

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olombianos, expresó el presidente Betancur en su discurso de posesión, levanto ante el pueblo entero de Colombia una alta bandera blanca de paz. La levanto, dijo, ante los oprimidos, la levanto ante los perseguidos, la levanto ante los alzados en armas, levanto la bandera blanca de la paz ante mis compatriotas de todos los partidos y los sin partido de todas las procedencias. 90.

Consecuente con su propósito, el mandatario creó la Comisión de Paz, cuyos efectos prácticos quedaron desarrollados en la Ley 35 de 1982, por la cual se otorgó una amnistía incondicional y amplia a la que se acogieron algunos de los 89 En entrevista de Salvatore Mancuso a la grupos insurgentes. “La amnistía revista Semana, 10 de Agosto de 2003, inserto en “Salvatore Mancuso, su vida” no es la paz”, proclamó uno de de Glenda Martínez, Grupo Editorial los voceros de la rebelión, Norma, Bogotá, 2004. significando con ello que ésta 90 Citado por Carlos Ronderos en sólo se haría evidente si a tal “Rebelión y Amnistía” la historia del siglo XX contada por sus protagonistas. Editorial concepción le seguía una Planeta Colombiana S.A., Bogotá, 2003.

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ampliación del espacio político que posibilitara introducir reformas al esquema vigente, restrictivo según ellos, del logro de las aspiraciones de sectores marginados de la sociedad. Las FARC, de ese entonces, correspondieron al gesto presidencial, en 1984, con una tregua que no implicó, pues la ley no lo previó, la entrega de armas. John Agudelo Ríos, quien dirigió la comisión de paz, indicó que tal postura, conocida como el Acuerdo de la Uribe (28 de marzo de 1984) comprometió a esa agrupación en la base de un partido político. “Lo que cumplen después, en realidad, con la aparición de la Unión Patriótica”91 dijo Ríos, y de tan triste destino frente a la intolerancia, habría que agregar. Por su parte Jacobo Arenas, ideólogo del movimiento subversivo, manifestó: “... pensamos que si la tregua se cumple, si se llega a la firma de un tratado de paz, nosotros nos vamos a transformar en un partido político. Si hay apertura democrática y si hay reformas de las costumbres políticas en Colombia, saldremos a la plaza pública a disputarle las masas al partido liberal y al partido conservador”.92. Dentro de un ambiente de recelos, el proyecto Betancur no logró la plenitud de su propósito. En junio de 1985 los acuerdos de paz con el M-19 se rompieron; la tragedia del Palacio de Justicia sería su consecuencia. Con las FARC, sucedió otro tanto, y la ilusión de alcanzar la paz se desvaneció. Un elemento perturbador, no por nuevo menos grave, habría de sumarse a la serie de obstáculos que se interpondrían a los propósitos del gobierno Betancur; se trató de la intolerancia que impide la controversia ideológica y prefiere la confrontación; allí se encuentran los inicios de las autodefensas. En agosto de 1984, un grupo económico regional acusó al gobierno de querer imponer, mediante las negociaciones de paz, una reforma agraria y hundir los campos en la miseria. “’¿Por qué atacarlos (a los ganaderos, propietarios e inversionistas agrarios), con una reforma agraria y con la impunidad de las invasiones, después de haberlos dejado indefensos frente a la guerrilla comandada por Moscú?”.93 La prevención expresada anteriormente por la dirigencia del departamento de Córdoba, hecha pública en los medios de comunicación, se hallaba originada en las acciones delincuenciales del llamado Ejército Popular 91 Ibídem. de Liberación (EPL), grupo de tendencia maoísta que 92 Ibídem. había hecho su aparición en la década de los 60, 93 En publicidad política pagada, El tomando como sede de su accionar el Nudo de Tiempo 17 de agosto de 1984, citado por Paramillo, desde donde se extendió por el Sinú y el Valle Mauricio Romero en su obra “Paramilitares y Autodefensas, 1982del río San Jorge produciendo un debilitamiento 2003”, Colección Grandes Temas del significativo de la economía cordobesa que fue IEPRI, Editorial Planeta Colombiana S.A., Bogotá, 2003. consecuencia de los secuestros, extorsiones, invasiones,

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asesinatos y hurto de ganado que colocaron al departamento en un estado colindante con el terror. Se estimó entonces, que una negociación con la insurgencia rompía el equilibrio a favor de ésta. Como quiera que una fracción del EPL, dentro del ambiente de desconfianza reinante no se acogió a la amnistía del gobierno Betancur, y las FARC hicieron lo propio, las consecuencias a corto plazo que produjeron las mutuas intolerancias se reflejaron en el siguiente ejemplo: desde sus inicios hasta los primeros cuatro meses de ese año (1995) habían sido robadas 100.000 cabezas de ganado en Córdoba, los secuestros de ganaderos superaban los 500, más de 50 habían sido asesinados, con unas pérdidas para el negocio ganadero cercanas a los 900 mil millones de pesos. Juan Camilo Restrepo, en un análisis posterior, indicó que “el abandono de tierras por el desplazamiento en años recientes suma cerca de cuatro millones de hectáreas, cifra que casi triplica la tierra redistribuida en cuatro décadas de reformas agrarias”. 94 Como puede observarse, la intolerancia no solamente impidió la paz, sino que produjo efectos catastróficos sobre la economía nacional. Mauricio Romero en su obra “Paramilitares y autodefensas, 1982 – 2003”95 sostiene que la interacción de tres mecanismos: Polarización, Competencia y Fragmentación, facilitaron el surgimiento de las autodefensas, identificando al primero de ellos como el rechazo de las elites regionales a las políticas de paz del gobierno, al segundo como la ingerencia del narcotráfico promovido por intereses locales para financiar los grupos de vigilancia privada opuestos a quienes apoyaban las guerrillas, y al tercero como a un supuesto favorecimiento de las Fuerzas Armadas a la acción de los nuevos grupos contrainsurgentes. Tal interacción que tuvo como común denominador la oposición a las negociaciones de paz y a las reformas que de ella pudieran derivarse, dio “vía libre a la formación de grupos contrainsurgentes privados, con fuertes conexiones con el aparato estatal”.96. Independientemente de compartir o no la visión anterior, lo cierto es que la ausencia del Estado estimuló la impunidad, la que a su vez “legitimó el uso de la violencia como forma de resolución de conflictos” (Romero, obra citada) y convirtió a las autodefensas en actores de éstos, tan delincuentes como su contraparte, cuya presencia en una posible negociación que conduzca a la paz en 94 Ibídem. Colombia se hizo imprescindible. Las AUC se han definido “como un movimiento político – militar de carácter antisubversivo en ejercicio del uso del derecho de legítima defensa, que reclama transformaciones del Estado, pero no atenta contra él”. 97 Asimismo, esta organización estuvo conformada por una estructura jerárquica, que contó con una Dirección

95 Romero Mauricio, “Paramilitares y autodefensas, 1982 – 2003”. Colección: Grandes Temas, IEPRI, 2003. Editorial Planeta Colombiana S.A., Bogotá 2003.

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Ibídem.

Constitución de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. Abril 18 de 1997. 97

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Política y Militar (compuesta por cuatro miembros), un Estado Mayor, (con nueve miembros) y finalmente, aparecen cada una de las Autodefensas Regionales (siete en total), integradas a su vez, por bloques y frentes. La presencia de las AUC en veintitrés departamentos, con más de 150 frentes de guerra y con un cuerpo armado aproximado de 17.000 hombres, evidenció su carácter organizativo con despliegue operacional que abarcó todo el país 98. No obstante, se debe tener en cuenta que esta organización, fue producto realmente de una confederación de autodefensas en su mayoría independientes y ya existentes en varias regiones del país, en departamentos como Córdoba, Santander y Norte de Santander y las regiones del Magdalena Medio, los Llanos Orientales, la Sierra Nevada y Urabá, entre otras. Prácticamente transcurrió una generación desde el intento de paz del Presidente Betancur, y con argumentos que en su fondo contenían similares motivaciones a las presentadas en sus inicios, las autodefensas, ante el peligro de que las conversaciones del Caguán culminaran en un acuerdo de paz contrario a sus intereses resolvieron, entre 1998 y 2000, duplicar sus efectivos y por lo tanto sus acciones criminales, recibiendo de su contraparte una respuesta similar. La esperanza de un acuerdo político negociado esta vez también se frustró, y la perspectiva de una posible transición hacia el logro de una paz extensiva y estable que en consecuencia derivara en un posconflicto, se esfumó. Conocer el surgimiento y la expansión de este movimiento en regiones determinantes como el Magdalena Medio (Puerto Boyacá), Córdoba y Urabá, teniendo en cuenta que los primeros síntomas de este fenómeno se gestaron de manera particular en estas regiones, es esencial para comprender y explicar la expansión por el resto del país. La aparición de las autodefensas o más bien su reaparición, pues éstas eran comunes durante las épocas de la violencia sectaria – “parte de la rutina política como resultado de la competencia electoral de los actores armados en diferentes regiones” 99 o como medio para enfrentar las bandas de forajidos, dentro del contexto de la intolerancia característica de la década de los años ochenta, tuvo su mayor expansión en la región del Magdalena Medio pronto extendida a otras áreas del país con el pretexto, en esta ocasión, de protegerse de la acción terrorista de los grupos insurgentes; sin embargo en el fondo de esa supuesta justificación subyacía tanto el 98 Colombia: Negociar con los paramilitares, Internacional Crisis Group. temor de una inclusión de la guerrilla en un nuevo orden “Guerra y droga en Colombia”. Informe político, como la comprobación de que ésta, sobre América Latina Número 11. Enero aprovechando la tregua auspiciada por el gobierno de 2005. Página 14. 99 Betancur, estaba duplicando sus efectivos. Romero Mauricio, obra citada.

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Durante la siguiente administración, Virgilio Barco, las autodefensas ya contaban con ciento cuarenta organizaciones y constituían un serio problema cuyo manejo no hallaba un criterio común de solución en las altas esferas gubernamentales; ya era notoria la interrelación entre el cartel de Medellín, vale decir el narcotráfico, con las autodefensas del Magdalena Medio100. La ley de sometimiento a la justicia, impulsada por el gobierno Gaviria para facilitar la entrega de narcotraficantes y la promulgación de una nueva Constitución, paralela con la desmovilización de algunos grupos insurgentes entre los cuales figuran el M19 y el EPL permitió a su vez, la desmovilización de la mayoría de los grupos de autodefensa, lo cual derivó en un receso de sus actividades (1991), incluyendo a las de Urabá que habían sido creadas en 1987, bajo el nombre de Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), verdadero germen de las AUC, en respuesta a las acciones delictivas de las FARC y el EPL. Desaparecido o más bien disminuido este último, un cese de actividades de las ACCU era presentable. Pero las FARC, en su afán de control territorial, llenó el vacío dejado por el EPL, en esa y otras regiones, lo que dio lugar a la reaparición de las ACCU, esta vez con mayores y siniestros propósitos. Tratando de reducir tanto la delincuencia común como las organizaciones guerrilleras, el gobierno Gaviria expidió el Decreto No. 356 de 1994 que reglamentó los servicios de seguridad privada, autorizando el empleo de armas de corto y largo alcance, marco legal que dio origen a las llamadas “Convivir” (Cooperativas de Vigilancia Rural), versión rural de los citados servicios. En noviembre de 1997 la Corte Constitucional declaró inexequible parte de dicho Decreto, en especial en lo relacionado con el uso de armas, restringiendo su empleo a la fuerza pública y disponiendo su devolución al Comando General de las Fuerzas Militares, con lo cual virtualmente desparecieron las 414 Convivir que existían en el país. La corta existencia de estas organizaciones originó controversias que fueron estimuladas, en la mayor parte de las veces, por elementos que estimaban su presencia como embriones de las Autodefensas, generalización que, con algunas salvedades, no correspondió a la realidad. En 1997, se confederaron bajo el liderazgo de Carlos Castaño, jefe de las ACCU que había sucedido a su hermano Fidel, la gran mayoría de las organizaciones de autodefensas las cuales, so pretexto de la incertidumbre creada por el intento de negociación políticas del gobierno Pastrana con las FARC, incrementaron de cuatro mil a ocho mil sus efectivos. “Aquí existían miniejércitos en diferentes zonas, feudos con poder armado ... Todos grupos armados al margen de la ley, antisubversivos, pero su fuerza se orientaba solamente a la defensa de sus intereses ...

La organización delictiva “Muerte a Secuestradores” (MAS), creada por el cartel de Medellín poseía vínculos con las autodefensas de Puerto Berrio. 100

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Castaño lideró la labor de convencer a cada una de estas solitarias y disímiles fuerzas sobre la necesidad de la unión, con un solo comandante, un solo brazalete, un único uniforme y con norte político que cada uno respetará 101. El propio Castaño afirmó “... Copiamos los mismos métodos de la guerrilla y así la enfrentamos.... sostengo que valió la pena dar de baja en la región de Urabá a unos doscientos guerrilleros de civil y a unos cien uniformados”102. Así nacieron las AUC103, Autodefensas Unidas de Colombia; una alianza de antisubversivos narcotraficantes, propietarios temerosos, unos pocos ex-militares despistados y politiqueros sin escrúpulos que le adeudan al país y a la humanidad la explicación de sus incontables crímenes...”. 104 La más grande multinacional del crimen, cuyos ingresos provienen de la extorsión, el secuestro y 101 Gómez Hernán, en “Mi confesión, el narcotráfico” eran según Castaño, las FARC 105 . Carlos Castaño revela sus secretos” de Mauricio Aranguren, Editorial Oveja Observadas hoy las acciones y procedimientos de las Negra Ltda., Bogotá 2001. AUC, ¿cuál es la diferencia? . 102

Ibídem.

103 Las AUC representaron el 56% de todas las Autodefensas; a ellas hay que agregarle otros grupos independientes como las Autodefensas del Bloque Central Bolívar (29%); del Meta y Vichada (7%), Elmer Cárdenas (7%) y Casanare (6%) que se han vinculado al Proceso de Paz. Un análisis contenido en “Coyuntura de Seguridad”, informe especial Abril – Junio de 2005 de la Fundación Seguridad y Democracia actualiza los porcentajes anteriores y estima que el conjunto de las Autodefensas podría estar constituido por unos 18.000 efectivos de los cuales el 35% correspondería al Bloque Central Bolívar, el 50% a las AUC y el resto repartido entre los grupos ya indicados. Para septiembre de 2005 se habían desmovilizado unos 10.500 miembros de las Autodefensas provenientes especialmente de las AUC. 104 Tan sólo en el período comprendido entre 1997 y 2000 según el Ministerio de Defensa, las AUC asesinaron a 1.142 personas producto de 116 masacres. Ver estadísticas en “Los grupos ilegales de autodefensas, 2000 Dijin”, inserta por Romero en la obra citada. Al 2002, la cifra de homicidios incluyendo los anteriores causados por las autodefensas se elevo a 4.500.

En Aranguren Mauricio, obra citada, 2001. 105

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El 16 de junio de 2003, el Presidente de la República Doctor Álvaro Uribe Velez, hizo pública la que denominó “Política de Defensa y Seguridad Democrática”. En la carta introductoria al documento, el Primer Mandatario indicó que “la recuperación del orden y la seguridad, requisitos para la vigencia real de las libertades y los derechos humanos, era y es la preocupación central de su gobierno”. Y, avanzando en el desarrollo de su propósito indicó también que “todos son bienvenidos a la democracia”, que no hay contradicción entre Seguridad y Democracia pues “la seguridad garantiza el espacio de discrepancia” siendo necesario distinguir entre el derecho de discutir y la conducta criminal. Sentenció igualmente el Presidente que “cuando el Estado castiga implacablemente el crimen y combate la impunidad hay plenas garantías para ejercer la oposición y la crítica”. Consecuente con su pensamiento, la política de Defensa y Seguridad Democrática, fijó como uno de sus objetivos el de reforzar y garantizar el Estado de Derecho en todo el territorio nacional a fin de proteger los derechos de todos: el de las instituciones democráticas y desde luego los de la población.


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Un afortunado mecanismo para lograr el control territorial ha sido el empleo del instrumento coercitivo del Estado, la Fuerza Pública y las Agencias de Seguridad. Los resultados de esta actividad se han traducido en la pérdida significativa del espacio de maniobra de los agentes de inseguridad. Para el caso que nos ocupa las llamadas Autodefensas presentaron conforme estadísticas formales incluidas en la citada política de Defensa y Seguridad Democrática, la siguiente evolución:

Entre 1998 y 2002 produjeron, ya por asesinatos colectivos o individuales, la impresionante cifra de 4.500 homicidios que acabaron con el proyecto de vida de esos compatriotas, y generaron en otros angustiantes problemas en todos los ordenes de la seguridad humana, siendo el desplazamiento forzoso de decenas de miles de colombianos, una de sus consecuencias más atroces. 106

A partir del 2002 la cifra de asesinatos presentó una importante disminución, hasta tal punto que tan despreciable acción criminal decayó considerablemente con relación a las cifras ya citadas, como lo demuestra el hecho de que durante los seis primeros meses de la suspensión de hostilidades, las masacres se redujeron en más del 70% y los asesinatos en un 38%.

¿Y cuales han sido las causas para que las Autodefensas bajaran el ritmo a su accionar delictivo? Fundamentalmente dos:

Los positivos resultados presentados por la aplicación de la política de Defensa y Seguridad Democrática; en especial la recuperación del control territorial que les restringe el espacio de acción, y

La conclusión a que la dispersa dirigencia de esas organizaciones pudo haber llegado en el sentido de que su argumento inicial, según el cual el Estado no brindaba la necesaria protección frente a la arremetida de su contraparte, ya no era valido por cuanto como consecuencia de la citada política se viene dando lo contrario. El Estado cuando posee un gobierno capaz de ejercer la autoridad, si puede ofrecer y garantizar la protección deseada.

Fue y es dentro de estas circunstancias que la acción del gobierno y en particular la correspondiente a la oficina del Alto Comisionado para la Paz hizo posible que se diera, de manera unilateral por parte de los tres

A raíz del sometimiento del jefe paramilitar Salvatore Mancuso a la Ley de Justicia y Paz, “El Tiempo”, en su edición del 21 de enero de 2007, indicó que este sujeto no había confesado ante la autoridad ni el 5% de sus crímenes, anotando que al Bloque Catatumbo la Policía le atribuye 7.300 de los 8.133 muertos en Norte de Santander en cinco años”. Por su parte la revista Cambio (22 al 28 de enero de 2007, No. 708) atribuye al Director de la Fundación Progresar, de Cúcuta, Wilfredo Cañizares, con respecto a la confesión de Mancuso (300 asesinatos): “es que tiene que responder por 5.200 crímenes cometidos entre 1999 y 2004 sólo en el área metropolitana de Cúcuta, y por 11.200 ocurridos en Norte de Santander”. 106

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bloques mayoritarios de las Autodefensas, un cese de hostilidades; requisito este indispensable, establecido por el Presidente, para adelantar un proceso de paz. Producido este hecho, y al amparo de la ley 782 de 2002, el Gobierno designó una Comisión exploratoria que halló viable la negociación. El resultado de la fase exploratoria iniciada en diciembre de 2002, produjo, seis meses después, julio de 2003, el denominado “Acuerdo de Santa Fe Ralito para contribuir a la Paz en Colombia”, que permitió las desmovilizaciones y estimuló la esperanza de culminarlas antes del 31 de diciembre de 2005107. El resultado final del proceso de negociación con las AUC, sometido a la verificación de la OEA, se tradujo en la expedición de la Ley de Justicia y Paz, que estimula, no obstante el pesimismo de sus críticos, la anhelada esperanza de paz. ¿Tuvo sentido una negociación con las autodefensas? Desde luego que sí; la paz está consagrada en el ordenamiento colombiano como un derecho fundamental de carácter individual que de todas maneras tiene la connotación de lo colectivo, porque para su ejercicio se requiere necesariamente del concurso de todos. En consecuencia, un proceso de paz con un grupo armado cuya génesis fue contrarrestar a otro grupo armado, fue viable y necesario. ¿Son capaces las Fuerzas Armadas de retomar el control y repeler a la guerrilla? Sí lo son y así lo vienen demostrando; será necesario incrementar el número de sus efectivos de tal manera que se pueda garantizar, sin perjuicio de la acción de las Fuerzas Armadas en otras áreas, la seguridad en las zonas anteriormente controladas por las Autodefensas.

Al finalizar el año 2006, se habían desmovilizado 31.671 miembros, cifra que superó ampliamente a los cálculos iniciales acerca de los reales efectivos de las AUC; el número de armas entregado se ubicó en 18.051 de diferentes tipos, cifra que se estima importante por cuanto resulta, en promedio, superior a las que se han entregado en otros procesos de paz en el mundo. La presente investigación no aborda los efectos conexos al denominado paramilitarismo, como es el caso de la llamada “parapolitica” cuya investigación corre a cargo de la autoridad judicial correspondiente. 107

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ANEXOS AL CAPÍTULO IV UNA RESPUESTA EQUIVOCADA


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RESOLUCIÓN 185 DEL 23 DE DICIEMBRE DE 2002 POR LA CUAL SE INTEGRA UNA COMISIÓN EXPLORATORIA DE PAZ ENTRE EL GOBIERNO NACIONAL Y LOS GRUPOS DE AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA RESOLUCIÓN 185 23/12/2002 Por la cual se integra una Comisión Exploratoria de Paz. El Presidente de la República, en ejercicio de las atribuciones conferidas por la Ley 782 de 2002, por medio de la cual se prorroga la vigencia de la Ley 418 de 1997 prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y se modifican algunas de sus disposiciones, CONSIDERANDO: Que el artículo 22 de la Constitución Política establece que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento; Que el artículo 8° de la Ley 418 de 1997, modificado por el artículo 3° de la Ley 782 de 2002 establece que los representantes autorizados expresamente por el Gobierno Nacional, podrán realizar actos tendientes a propiciar acercamientos y adelantar diálogos con los grupos armados organizados al margen de la ley; Que los siguientes grupos armados organizados al margen de la ley han declarado públicamente un cese de hostilidades y su voluntad de iniciar acercamientos con el gobierno para buscar opciones para la paz y la reconciliación nacional: Autodefensas Unidas de Colombia, AUC; Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar, BCB y Vencedores de Arauca; y el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformada por las autodefensas del sur de Casanare, Meta y Vichada; Que es necesario integrar una Comisión Exploratoria de Paz, para propiciar acercamientos y establecer contactos con los citados grupos de autodefensas y buscar opciones para la paz y la reconciliación nacionales, RESUELVE: Artículo 1°. Integrar una Comisión Exploratoria de Paz para propiciar acercamientos y establecer contactos con los Grupos de Autodefensas Unidas de Colombia, AUC; con las Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar, BCB, y Vencedores de Arauca; y con el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformada por las Autodefensas del Sur de Casanare, Meta y Vichada. Artículo 2°. Designar como representantes del Gobierno Nacional en la Comisión Exploratoria de Paz a los doctores Eduardo León Espinosa Faccio-lince, Ricardo Avellaneda

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Cortés, Carlos Franco Echevarria, Jorge Ignacio Castaño Giraldo, Gilberto Alzate Ronga y Juan B. Pérez Rubiano. Artículo 3°. La Comisión Exploratoria adelantará sus labores con la más estricta confidencialidad. De los desarrollos y avances del proceso informará al país, exclusivamente, el Alto Comisionado para la Paz Artículo 4°. La presente Resolución rige a partir de la fecha de su expedición. Comuníquese y cúmplase. Dada en Bogotá, D. C., a 23 de diciembre de 2002.ÁLVARO URIBE VÉLEZ El Ministro de Justicia y del Derecho encargado de las funciones del Despacho del Ministro del Interior, Fernando Londoño Hoyos El Ministro de Justicia y del Derecho, Fernando Londoño Hoyos. La Ministra de Defensa Nacional,

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REUNIÓN COMANDANTES AUC Las AUC estamos dispuestas a hacer un gran aporte para la paz de nuestro país, generando condiciones que nos permitan creer en las fortalezas del Estado y sus instituciones, las cuales consideramos han tomado rumbos y fuertes vientos de cambio. Una negociación que favorezca al país y proteja los integrantes políticos, militares, y sociales del Movimiento Nacional de Autodefensas, consideramos es una racional manera de encarar el nuevo milenio en busca de las convivencia y estabilidad de la gobernabilidad. En este marco, es el compromiso de cada uno de los Comandantes presentes y firmantes que el Movimiento Nacional de Autodefensas llegará hasta el final en este proceso de negociación, el cual conducirá a la reinserción a la vida civil del país, siendo claro que toda nuestra relación Territorios – Hombres – Armas, están en servicio en este momento histórico que vivimos. Nos comprometemos a que si uno de nosotros se margina de este proceso el conjunto de la Organización asumirá la totalidad de sus territorios e integrantes; esto sería independiente del resultado final en la negociación actual. Así mismo, este acuerdo queda como un principio fundamental que debe ser asumido totalmente en el caso en que una de las fuerzas aliadas defina más adelante reintegrarse al actual proceso de negociación. Conservar y construir la unidad de mando es la única forma para salir airosos y ser alternativa para el conjunto del pueblo colombiano que en un determinado momentos nos vio como una esperanza real y posible. A la presente firman, SALVATORE MANCUSO ADOLFO PAZ JOSÉ VICENTE CASTAÑO DIPOM SALVATORE MANCUSO BLOQUE NORTE - ACCU RAMIRO VANOY CUCO BLOQUE MINEROS - ACCU HERNAN HERNÁNDEZ BLOQUE CONJUNTO CALIMA - ACCU ADOLFO PAZ BLOQUE PACIFICO - ACCU RICARDO LEAL BLOQUE CACIQUE NUTIBARA - ACCU

ALBERTO MEMIN BLOQUE OCCIDENTE ANTIOQUEÑO - ACCU RENÉ RODRÍGUEZ BLOQUE SUROESTE ANTIOQUEÑO - ACCU JORGE PIRATA BLOQUE CENTAURO Y BLOQUE CAPITAL - ACCU COMANDANTE ÁGUILA BLOQUE CUNDINAMARCA - AUC ALEJANDRO TABARES BLOQUE ACSUC - AUC PEDRO PONTE BLOQUE BANANEROS - ACCU Montañas de Urabá, febrero 13 de 2003

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COMUNICADO GOBIERNO-AUC MARZO 21-2003 COMUNICADO A LA OPINIÓN PUBLICA El Gobierno Nacional y las Autodefensas Unidas de Colombia AUC, informan a la opinión publica, que durante los días 20 y 21 de marzo, se reunieron el equipo negociador de las AUC y 34 dirigentes militares y políticos de la Organización con el señor Alto Comisionado para la Paz y la comisión Exploratoria nombrada por el señor Presidente de la República, con el fin de continuar la dinámica de este proceso de acercamiento. Delegados de la Iglesia Católica estuvieron presentes en condición de facilitadores. Como conclusiones de este encuentro, las partes informan lo siguiente: La fase exploratoria de diálogo entre el Gobierno y las AUC sigue avanzando para sentar las bases de una negociación, con el propósito de llegar a una reincorporación de los miembros de las AUC a la vida civil. Las partes mantienen su voluntad de encontrar caminos para la paz del país. El Gobierno ha insistido en que es requisito para avanzar en el proceso mantener y perfeccionar el cese de hostilidades declarado por las Autodefensas, y en especial suspender todas las acciones que afecten a los civiles. Las AUC han reiterado su compromiso con este objetivo. Las partes convocan a la Comunidad Internacional y a la sociedad colombiana a respaldar todos los esfuerzos que lleven a la reconciliación nacional y que fortalezcan el Estado de Derecho. Las partes invitan a las fuerzas políticas, sociales y gremiales a aportar ideas y hacer compromisos para ayudar a que este proceso sea exitoso y lograr así una salida concertada para la reconciliación y la paz nacional. Por el Gobierno Nacional: LUIS CARLOS RESTREPO

Por las Autodefensas Unidas de Colombia SALVATORE MANCUSO CARLOS CASTAÑO 21 de marzo de 2003

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ACUERDO DE SANTA FE DE RALITO PARA CONTRIBUIR A LA PAZ DE COLOMBIA El Gobierno Nacional y las Autodefensas Unidas de Colombia A.U.C., como resultado de la Fase Exploratoria adelantada entre las partes a partir del mes de diciembre de 2002, ACUERDAN: 1. Definir como propósito de este proceso el logro de la paz nacional, a través del fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y el restablecimiento del monopolio de la fuerza en manos del Estado. Las AUC reiteran que su mayor aporte a la nación en este momento histórico es avanzar hacia su reincorporación a la vida civil y contribuir al fortalecimiento del Estado Social de Derecho. Las partes se comprometen en este proceso, conscientes de dar un paso que aporta de manera efectiva a la construcción de la autentica paz que espera y merece la nación colombiana. 2. Para el cumplimiento de este propósito, las Autodefensas Unidas de Colombia se comprometen a desmovilizar a la totalidad de sus miembros, en un proceso gradual que comenzará con las primeras desmovilizaciones antes de terminar el presente año y que deberá culminar a más tardar el 31 de diciembre de 2005. El gobierno se compromete a adelantar las acciones necesarias para reincorporarlos a la vida civil. 3. Las Autodefensas Unidas de Colombia valoran muy positivamente las recomendaciones finales de la Comisión Exploratoria y coinciden en que las mismas constituyen un norte adecuado para el proceso de paz entre el gobierno nacional y las AUC. 4. Acuerdan que a partir de las recomendaciones del informe final de la Comisión exploratoria, se da por terminada la fase de exploración del proceso de paz, para dar inicio a una etapa de negociación. 5. Crear las condiciones para que en un tiempo prudencial se concentren -con las debidas garantías de seguridad-, los miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia, en sitios previamente acordados. La concentración de sus integrantes incluirá todos los rangos de mando, disponiendo de las garantías que para tal efecto se convengan entre las partes. Dichas zonas contarán con la presencia permanente de la fuerza pública. 6. Las Autodefensas Unidas de Colombia ratifican su compromiso con el cumplimiento del cese de hostilidades, como expresión de buena voluntad y continuarán con sus esfuerzos para lograr que sea totalmente efectivo.

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7. Las Autodefensas Unidas de Colombia comparten el propósito del Gobierno de una Colombia sin narcotráfico y respaldan las acciones del Estado colombiano contra este fenómeno que destruye la democracia, la convivencia, la economía y el medio ambiente. 8. Agradecer la presencia permanente de la Iglesia Católica en este proceso de paz e invitarla a seguir acompañándolo, como garantía de transparencia y compromiso de las partes con la paz de Colombia. 9. Convocar la solidaridad y el compromiso nacional para fortalecer al Estado y construir las condiciones que hagan posible la desmovilización y reincorporación a la vida civil de los miembros de las A.U.C. Piden a los diferentes sectores nacionales y a las comunidades locales que apoyen los esfuerzos institucionales para consolidar la seguridad, la convivencia y el desarrollo. 10. Exhortar a la comunidad internacional a respaldar los esfuerzos para defender y fortalecer la democracia colombiana y a prestar su concurso para desactivar los factores de violencia que afectan a Colombia.Con este acuerdo, el Gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia responden al anhelo nacional de una Colombia en paz con oportunidades y garantías para todos. Por el Gobierno Nacional: LUIS CARLOS RESTREPO Alto Comisionado para la Paz Por las Autodefensas Unidas de Colombia AUC: HERNAN HERNÁNDEZ RAMIRO VANOYLUIS CIFUENTES FRANCISCO TABARES ADOLFO PAZ JORGE PIRATAVICENTE CASTAÑO CARLOS CASTAÑO SALVATORE MANCUSO

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TESTIGOS Miembros de la Comisión Exploratoria de Paz Carlos Franco Jorge Ignacio Castaño Eduardo Espinosa Gilberto Alzate Ronga Ricardo Avellaneda Juan B. Pérez Rubiano Facilitadores del proceso por la Iglesia Católica Monseñor Germán García Monseñor Julio Cesar Vidal Padre Leonidas Moreno Santa Fe de Ralito, 15 de julio de 2003


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Un total de 126 hombres del bloque Suroeste Antioqueño se desmovilizarón y entregarón sus armas en un evento realizado en el corregimiento Alfonso López. En la foto el Alto Comisionado recibiendo las armas. Enero 30 de 2005. Corregimiento Alfonso López, Antioquia. Oficina Prensa Alto Comisionado para la Paz.


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El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, recibe las armas de los integrantes del Bloque Central Bolívar-Sur de Bolívar, durante la ceremonia de desmovilización. Santa Rosa del Sur, Bolívar. Enero 31 de 2006 Oficina Prensa Alto Comisionado para la Paz.



Portadilla CapĂ­tulo V: Atentado del ELN, municipio de San Francisco (Antioquia) abril 6 de 1999. Archivo Comando EjĂŠrcito.


LA QUINTA GUERRA

“Yo diría que Marulanda es una combinación, ideológicamente hablando entre Pancho Villa y José Stalin, es decir entre el agrarista y el comunista”.108

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ontra nosotros se han desencadenado, en el curso de los últimos 45 años, cinco guerras: una, a partir de 1948; otra, a partir de 1954; otra a partir de 1962; otra, a partir del 18 de mayo de 1964 cuando los altos mandos declararon oficialmente que ese día empezaba la “Operación Marquetalia”; y ésta que enfrentamos a partir del 9 de diciembre de 1990 cuando el dictador Gaviria y los altos mandos iniciaron la operación de exterminio contra el secretariado de las FARC en Casa Verde...”109. Ese es el resumen que el propio 108 Morris Ackerman, comentario incluido Marulanda hizo en 1993, en el en “Las verdaderas intenciones de las FARC”, publicación de Corporación desarrollo de la Octava Observatorio para la Paz. Intermedio Conferencia Nacional Guerrille- Editores, Bogotá, 1999.. ra, de su accionar durante casi 109 Marulanda, con ocasión del 45 medio siglo, liderando una aniversario de la creación de las FARC, supuesta lucha revolucionaria pero los datos cronológicos centrales provienen del texto del “programa que, so pretexto de reivindica- agrario” que contiene frases similares, ciones sociales, ha sumido al país proclamado por el bloque sur en 1964, referidos a los primeros quince años de en el dolor, la desesperanza y la insurgencia.

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violencia desatada por él y su organización, caracterizada por llevar como método de acción la suma de todas las más despreciables manifestaciones de los crímenes de lesa humanidad. ¿Ha sido Marulanda, como lo expresa Ackerman “una combinación anacrónica entre José Stalin y Pancho Villa”? Con el mejicano quizás se asimilan en lo rudos y primitivos. Doroteo Arango (Villa) jamás enlodó su causa recurriendo a los negocios ilícitos como fuente de financiamiento; fue un agrarista, a quien no podemos imaginar sosteniendo un movimiento con recursos provenientes del cultivo de alucinógenos. Provocar a los Estados Unidos, de pronto sea un rasgo en común, aunque Marulanda debería recordar que una incursión de Villa sobre Columbus (USA) tuvo como respuesta inmediata una invasión estadounidense (1916) al territorio de Méjico 110 y quizás, también evocar, la experiencia ajena nunca sobra y menos a estas alturas de su ya decadente ciclo vital, el final trágico de Villa: murió asesinado en Parral (Chihuahua, Méjico). Con José Stalin, dictador soviético y arcaico paradigma de Marulanda, es posible hallar simetrías: una, el odio por “los perros burgueses y reaccionarios”, peyorativos de que hacia gala el Zar Rojo para referirse a los compañeros de la vieja guardia revolucionaria a quienes liquidó; otra, la insensibilidad ante el valor de la vida de sus oponentes. A Marulanda no le ha interesado poseer como referentes a los revolucionarios latinoamericanos, ni siquiera a Castro o a Guevara, comunistas como él; mucho menos a Pancho Villa o a Emiliano Zapata. Para Marulanda su norte ha sido la Unión Soviética; su doctrina el comunismo; su paradigma, los estalinistas. Ahora, Marulanda está en su “quinta guerra”; la más larga por cierto y también la más cruel y atípica que un supuesto revolucionario ha emprendido: una conjunción de asesinatos, actos de terrorismo, contradicciones ideológicas, engaños y narcotráfico; una guerra que ha conducido explotando la población trashumante que integra sus fuerzas, efectivos más ávidos de obtener un sustento para sobrevivir que creyentes en militar bajo las banderas de una causa. He ahí a su “quinta guerra”, aquella que los historiadores del futuro habrán de calificar como la guerra contra la sociedad. Las fuerzas invasoras de USA, alcanzaron a penetrar hasta vecindades de la capital y estuvieron comandadas por el General John Pershing, quien en 1917 se haría famoso como comandante del cuerpo expedicionario de USA en Francia, durante la Primera Guerra Mundial. 110

Guaraca Jaime, testimonio en “Colombia y las FARC-EP origen de la lucha guerrillera”. Luís A Matta. Editorial Txalaparta, País Vasco. 1998. 111

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Si hemos de dar crédito al insurgente Jaime Guaraca, fue en la llamada Asamblea Guerrillera, del 20 de julio de 1964, tras Marquetalia, que produjo el “programa agrario de los guerrilleros”, en donde se resolvió que “nuestra lucha no sería sólo por autodefensa, nos convertiremos en guerrilleros revolucionarios... y que el área para hacerlo ya no sería sólo esa zona, sino Colombia entera”.111 Meses más tarde, octubre de 1964, como consecuencia de la


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Las calles y casas de los pobladores del municipio de San Francisco (Ant.), fuerón arrazados con armas no convencionales como cilindros de gas, por las FARC y el ELN el día 05 de abril de 1999. Archivo Comando Ejército.


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Primera Conferencia Nacional Guerrillera, se crea el “bloque armado del Sur” que tendrá como área de acción a los departamentos de Tolima, Cauca y Huila. En mayo de 1966 se instaló en la región del Duda, con Jacobo Arenas como su mentor ideológico, la Segunda Conferencia del Bloque Sur, en donde se decidió, luego de las acostumbradas críticas al “imperialismo yanqui”, a la “oligarquía” criolla y al gobierno calificado de “fiel testaferro de los imperialistas”, reivindicar supuestos objetivos económicos y sociales, como consta en la declaración emitida al cierre de la Conferencia (abril 25 a mayo 5 de 1966) que “frente a todo lo anterior los destacamentos guerrilleros del Bloque Sur nos hemos unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)... para impulsar la lucha de las grandes masas hacia la insurrección popular y la toma del poder para el pueblo” 112. Entre la Primera (1964) y Sexta Conferencia Guerrillera (1978) no se registró un avance significativo; “su crecimiento, afirma Eduardo Pizarro, fue vegetativo con avances y retrocesos”113; no obstante durante esos años las FARC, desde el punto de vista estructural, lograron un crecimiento de sus efectivos y un ajuste significativo de su línea de mando al crear paulatinamente seis frentes, consolidar su Estado Mayor y organizar el Secretariado; este último como su máximo organismo de dirección política y estratégica, sin perjuicio todo ello de su estrecho vínculo con el partido de cuyo Comité Central formaron parte activa, lo cual implicaba su representación en todos los congresos formales de esa organización. Fue la Séptima Conferencia (Cubarral, Meta, mayo de 1982) el verdadero hito que marca el actual derrotero de esa organización. La Séptima Conferencia produjo el rediseño de la acción político-estratégica de las FARC, denominación a la cual se agregaron las letras EP (Ejército del pueblo); se produjo allí un claro divorcio entre el ala militar, las FARC-EP, y la dirección del partido comunista. En adelante, las FARC-EP y su secretariado serian partido y ejército. Consecuencia inmediata de tal replanteamiento fue la reestructuración de su plan estratégico; lanzado formalmente en 1989 al ser aprobado por el llamado “Pleno Ampliado de Uribe”. La nueva concepción fue delineada en la llamada “Campaña Bolivariana por una Nueva Colombia” a desarrollar en cuatro fases, a lo largo de ocho años, contados a partir de enero de 1990, e identificando su “centro de despliegue estratégico”, la cordillera oriental, sobre el cual se desataría una ofensiva general previa. En “Declaración Política de la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur”, citada por Jacobo Arenas en “Diario de la Resistencia de Marquetalia”, Editorial Abejón Mono, Bogotá, 1972 e inserto por Luís Alberto Matta, obra citada. 112

Pizarro Leongómez Eduardo, “Las FARC de la Autodefensa a la combinación de todas las formas de lucha, 1949-1966”. Tercer Mundo Editores. Bogotá, 1991. 113

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El nuevo plan estratégico o “campaña bolivariana” por una nueva Colombia, fue concebido para que se cumplieran las siguientes fases: Primera Fase: (1990-1992): alcanzar una fuerza de 18 mil hombres, cuya incorporación y dotaciones exigiría una inversión de 56 millones de dólares, la cual por sí sola explica la vinculación al narcotráfico.


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El 30 de julio de 1999 fue destruido el Municipio de Nariño departamento de Antioquia, por la cuadrilla 47 de las FARC. Archivo Comando Ejército.


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Segunda Fase: (1992-1994): lograr una fuerza de 32.000 hombres (no cumplido) con una inversión de 200 millones de dólares (cumplida con creces).

Tercera Fase: Si se lograba lo anterior pasar a una primera ofensiva general, con énfasis en la cordillera oriental, definida entonces y hoy, como el “centro del despliegue estratégico”. Esta fase no fue lograda, gracias a la acción de las fuerzas militares y de policía.

Cuarta Fase: de repliegue estratégico a la espera de condiciones favorables que les permitan el retorno a la fase 2. Esa es su actual situación.

Si bien la Séptima Conferencia produjo un redireccionamiento estratégico de mucha importancia, aprobado, como se anotó, por el Pleno Ampliado de 1989, fue en la conferencia siguiente (Octava Conferencia 1993) en donde se definió la estructura militar necesaria para desarrollar el plan estratégico ya mencionado; se trató de la creación de los llamados “Bloques de Frentes” o sea la organización territorial-militar; cinco bloques y otras unidades mayores con jurisdicciones, mando y controles definidos, los cuales están integrados por diferentes “frentes” de los que, a su vez, dependen cuadrillas, organización ésta que les ha permitido una descentralización operacional, que desarrolla las directrices del secretariado, permitiéndoles en consecuencia una mayor libertad de acción en el ámbito regional, sin perjuicio de intentar lograr un objetivo político y estratégico común. En síntesis, para el año 2004, el reajuste estructural iniciado diez años atrás, le había permitido a las FARC, contar con 7 bloques de Frente, 2 comandos conjuntos y un bloque móvil, integrados por 70 cuadrillas, 25 columnas móviles, 4 frentes urbanos, una escuela de capacitación y 21 unidades menores, que conformaban una fuerza superior a los trece mil combatientes a los cuales deben sumarse las organizaciones de apoyo logístico, las reservas, las milicias urbanas, la infraestructura política interna y las redes creadas para su soporte internacional; esquema que en su conjunto puede aproximar su fuerza real a unos veinticinco mil efectivos. Desde luego, una organización de esta magnitud requiere de una fuerte financiación; ha sido el narcotráfico, sin lugar a dudas, la principal fuente generadora de los recursos económicos que tal esfuerzo delincuencial ha requerido. Un análisis del desarrollo del proceso histórico de las FARC a partir de las decisiones tomadas en la Séptima Conferencia, nos presenta una organización dispuesta mediante la combinación de todas las formas condenables de lucha y el aprovechamiento de las circunstancias políticas que le fueran favorables, incluyendo la torpeza de la clase dirigente, al logro de su objetivo: La toma del poder. Resulta interesante observar que en el mismo año, 1982, en que el gobierno de turno derogó el Estatuto de Seguridad y

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expidió la Ley General de Amnistía que permitiera evolucionar hacia un acuerdo de cese al fuego y tregua (Acuerdo de Uribe, 1984), las FARC resolvieron fortalecer política y militarmente su organización; en tanto que en el primer escenario, el político, con la creación de la Unión Patriótica lograron mediante alianzas, que esta célula partidista obtuviera una importante representación en los cuerpos colegiados (13 congresistas, 18 diputados y 335 concejales); en el segundo, el militar, procedieron a triplicar sus efectivos. Luego de la ruptura del Acuerdo de Uribe (marzo de 1984) y su prórroga (marzo de 1986) provocada por un alevoso ataque de las FARC a una patrulla del Batallón “Cazadores” (1987), esta organización auspició la conformación de la “Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar”114 (CGSB) en 1987 y que aglutinó o al menos lo intentó sin éxito, a la mayor parte de los movimientos insurgentes existentes en esa época y con la cual, luego del controvertido ataque de las fuerzas gubernamentales al enclave militar de las FARC en Casa Verde (diciembre 9 de 1990), el gobierno propició una serie de aproximaciones, tendientes a la búsqueda de una solución negociada al conflicto, que se decidieron en los contactos de Cravo Norte (inicios de 1991), a los cuales le siguieron reuniones formales en Caracas (junio de 1991) y Tlaxcala, México, (Marzo de 1992), último intento de paz realizado en el exterior y que fracasó al negarse la coordinadora, alegando carecer de un consenso, a un cese de hostilidades inmediato propuesto por el gobierno. ¿Existió durante este período de acuerdos y rupturas, una verdadera voluntad de paz por parte de las FARC? Evidentemente que no; las FARC lo que hicieron fue manejar el tiempo y el espacio para fortalecerse mediante el incremento de su actividad delincuencial; prueba de ello fue que entre 1991, año de los contactos en Cravo Norte y Caracas y 1992, año de la última reunión, Tlaxcala, la organización delictiva realizó las siguientes acciones115:

Actos terroristas Secuestros Asalto poblaciones Asesinato civiles

1991 304 402 35 158

Las FARC, que seis años antes, mediante el acuerdo de Uribe se habían comprometido a condenar y desautorizar “nuevamente” el secuestro, la extorsión y el terrorismo “en todas sus formas y contribuirán a que termine su práctica, como atentados que son contra la libertad y la dignidad humana” 116 , posición que

1992 178 171 25 134 La Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, estuvo integrada por las FARC-EP, el ADO y parte del ELN. 114

Fuente: Estadísticas oficiales en “40 años de historia narcoterrorista”, publicación del servicio de inteligencia del Ejército. 115

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En el numeral 2, del Acuerdo de Uribe.

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ratificaron un año después en el Acuerdo de Prolongación de la Tregua117, extendiendo su condena al chantaje o boleteo, al narcotráfico y el reclutamiento de adeptos, jamás cumplirían lo acordado. Se trató simplemente de aplicar su estrategia del engaño. Observado desde hoy tal intento de paz, lo que no excusa que en su momento la dirigencia del Estado lo hubiera previsto, resulta claro que las FARC no tenían la sincera intención de lograr tal propósito; lo contrario habría ido en contravía de su planeamiento político-estratégico ya definido con el Pleno ampliado en 1989, mediante el lanzamiento de la “Campaña Bolivariana por una nueva Colombia” cuyas fases, al menos la primera de ellas, se hallaban en pleno desarrollo. La Octava Conferencia, como se anotó “cumplida luego del fracaso de las aludidas negociaciones, al proceder a la reestructuración militar, actualmente vigente (bloques de frentes) y al fortalecimiento de su aparato financiero, se constituyó en el verdadero punto de no retorno” a una eventual salida negociada del conflicto. En adelante, unas FARC más poderosas en lo militar y más radicales en lo político, se constituirían en un interlocutor intransigente, convencida de su capacidad de enfrentar al Estado en plano de igualdad. El lanzamiento de su “plataforma política para un gobierno de reconstrucción nacional” producto también de la Octava Conferencia y presentado posteriormente como un ambicioso plan de gobierno de diez puntos, se convertiría en un norte político, al que recurren, a conveniencia, desde entonces. ¿Cómo lograron las FARC alcanzar, a partir de la Octava Conferencia (1993) un desarrollo tan grande? La respuesta la hallamos en su financiación a través del narcotráfico. Thoumi, citado por León Levi Valderrama118 en un estudio sobre el tema, anota que “El colapso de los países socialistas llevó a que las guerrillas tradicionales perdieran el apoyo financiero dado por la Unión Soviética y Cuba, el que fue suplantado con creces por los impuestos’ a los plantíos de coca y amapola y al tráfico de drogas”. De los impuestos iniciales, el “gramaje”, las FARC, estimuladas por el colapso de los carteles de la droga y prevenidas ante el auge de las autodefensas, procedieron 117 En el numeral 4 del Acuerdo de a desarrollar una participación más activa en el negocio, Prolongación de la Tregua. de tal manera que “... entre 1996 y 1998, asumieron el 118 Thoumi Francisco, Ventajas control total del tráfico de drogas local primero en competitivas ilegales, citado por León Levi Valderrama, asesor de la Fuerza Aérea, Putumayo y luego en Caquetá...”119 investigación sobre el tema, septiembre de 2005.

Internacional Crisis Group, Guerra y droga en Colombia, informe sobre América Latina No. 11, enero de 2005. 119

Presidencia de la República, Ministerio de Defensa Nacional, Política de Defensa y Seguridad Democrática, Bogotá, 2003, inserto en la citada investigación. 120

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En desarrollo del “negocio cocalero” las FARC, evolucionaron, durante la década de los noventa, de una actividad de cobro de impuestos a la del ejercicio pleno de su comercialización. Un estudio del Ministerio de Defensa, aparecido en el año 2003120. y con relación al período en mención, indica:


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En la fotografía se observa como quedó en ruinas el corregimiento de Arboleda, departamento de Caldas después del asalto de a este por las FARC. (29 jul. 2000). Archivo Comando Ejército.


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1991- 1992 Regulación policiva del comportamiento de los narcotraficantes y miembros de las Cocinas en el Caguán. 1995-1996 Organización de las marchas de cocaleros contra la fumigación y contra la presencia del Ejército. 1998 – 1999 Establecimiento de precios de sustentación. Restricción al ingreso de compradores de pasta de coca por temor al ingreso del paramilitarismo. Inicio de la competencia por la compra de parte de los paramilitares. 1999 Segunda propuesta de sustitución de cultivos por parte de las FARC para llevar a cabo en Cartagena del Chairá. 2000 Comercialización de la pasta por parte de las propias FARC. Una visión del involucramiento de las FARC en el narcotráfico, según lo afirma el citado “Internacional Crisis Group”, al manifestar que éstas tienen presencia en todas las áreas de potenciales cultivos nuevos identificados por UNODC en 2003 por satélite”, nos permite observar que al menos 43 organizaciones subalternas de este grupo subversivo se hallan involucrados en la gestión cocalera, cubriendo amplias zonas del norte, centro y sur del país, destacándose que las estructuras pertenecientes al bloque sur son “las que recaudan mayor cantidad de ingresos dado que en su zona de operaciones están los departamentos de Caquetá y Putumayo, dos regiones que cuentan con un alto grado de desarrollo de las cultivos de coca” 121; se calcula que allí se hallaban bajo control directo de las FARC, 69.000 hectáreas de cultivo de coca, que corresponderían al 70% del total. Los cálculos más benévolos, en particular el contenido en el Informe de Desarrollo Humano 2003, indicaron que en los últimos años las FARC habían obtenido ingresos anuales de 342 millones de dólares de los cuales 204 (41.9%) procedieron de la droga; un estudio de la Junta de Inteligencia Conjunta (JIC) de 2002 citado por León Levi Valderrama, indica que el rubro más significativo de los ingresos provienen del “tráfico Ilícito de sustancias sicoactivas” que incluye: cultivos ilícitos, utilización de pistas de aterrizaje y comercialización de productos derivados de la coca y la amapola “de los cuales obtiene un ingreso mínimo estimado en US$ 384.804.595 anuales. Otros cálculos elevan tales ingresos a una suma cercana a los US$ 450.000.000, a los cuales se descontarían unos cien millones de dólares empleados en los insumos utilizados y en la reposición de los laboratorios destruidos por la fuerza 121 Ferro Medina Juan y Uribe Ramón, pública. Como puede observarse la media de ingresos citados por León Levi Valderrama, investigación mecionada. que resulta de los cálculos citados se ubica en los US$

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Los habitantes del Corregimiento de Arboleda (Caldas), Observan como quedo destruida la iglesia después del asalto perpetrado por las FARC el día 29 de julio de 2000. Archivo Comando Ejército.


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350.000.000 anuales, suma exorbitante y suficiente para sostener ampliamente el costo del aparato delincuencial insurgente convertido hoy en permanente amenaza para la existencia del Estado. Para el año 2005, el Ministerio de Defensa estimó los ingresos anuales de las FARC en US$ 600.000.000 en tanto que Planeación Nacional los aprecio entre 500 y 800 millones de dólares122. Soportada en su autonomía financiera, las FARC aprovecharon el comprometimiento del poder del Estado, en su lucha sin cuartel durante la década de los noventa contra los carteles de la droga, y de la debilidad del gobierno de turno, producto de la crisis provocada por el proceso 8.000 y la incertidumbre que este incalificable hecho debió provocar al interior de fuerza pública, para intentar pasar a la tercera fase de su plan estratégico, o sea el de la primera ofensiva general con dirección al centro de su despliegue estratégico. Sus lamentables “éxitos” logrados sobre las tropas gubernamentales, a saber: Puerres, Las Delicias, La Carpa, Patascoy y El Billar, fortalecieron esa organización al punto de atreverse a requerir del Gobierno Samper, el despeje, por primera vez, de dos localidades como requisito para iniciar cualquier tipo de dialogo; pretensión que fue rechazada gracias a la erguida oposición de las Fuerzas Militares. Fue en ese escenario de debilidad gubernamental, que el nuevo gobierno, Pastrana Arango, (1998-2002) debió intentar la reanudación de dialogo que condujera a una solución política del conflicto; su costo: el despeje militar, durante más de tres años, de cuatro municipios del departamento del Meta y uno del Departamento de Caquetá 123. Así nació la llamada “Zona de Distensión”, un área que abarcó 43.200 kilómetros cuadrados y sobre la cual el Estado perdió transitoriamente el ejercicio de su soberanía 124 y le permitió a las FARC robustecerse en lo militar, lo político y en el ejercicio del narcotráfico. Todo aquello, una frustrada esperanza, se inició y terminó mal. Al desplante de Marulanda al Presidente Pastrana, en el innecesario acto 122 “El Tiempo”; jueves 22 de febrero de de apertura 125 del proceso de paz, prosiguió el 2006 la información indica que el 38% de los ingresos son destinados a la interminable manejo de la llamada “Agenda Común para producción de drogas ilícitas. el cambio hacia una nueva Colombia” (La Machaca, 6 123 Meta: La Uribe, Mesetas, Vista de marzo de 1999) controvertido por impracticable; un Hermosa y la Macarena. Y en Caquetá: inventario de reformas y cambios estructurales que mal San Vicente del Caguán. podrían asumir unos negociadores carentes de la 124 El 23 de octubre de 1998, ordenó la representabilidad nacional. Mal podía funcionar una desmovilización del área, medida que negociación dentro del fuego, que motivaba el forcejeo entró en vigencia el 7 de noviembre de ese año. de las partes por un mejor posicionamiento estratégico. 125 Pero especialmente, mal podría avizorarse un final feliz El inicio formal del proceso, con asistencia de invitados nacionales y a sabiendas de que las FARC solo tenían un objetivo: extranjeros se produjo el 7 de enero de obtener el poder, o en el peor de los casos, compartirlo. 1999. La ausencia de Marulanda dio lugar al comentario sobre “la silla vacía”. El lanzamiento, exhibicionista por demás, por parte de

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“La silla vacía” Enero de 1999. Tirofijo no acude a la cita con el Presidente Pastrana. El Tiempo.


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las FARC del “Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia”, (abril 29 de 2000), un reciclaje del partido comunista, indicó en buena parte su aspiración política. No fueron pocos los escollos que el gobierno hubo de intentar salvar en la esperanza de culminar con éxito su obstinado propósito; se requirió de tres encuentros entre Pastrana y Marulanda, de al menos otros tantos acuerdos para superar dificultades provocadas por la intransigencia de las FARC, de la intervención, inoficiosa por cierto del delgado de la ONU, y las ofertas de buenos oficios de países amigos. Nada valió; el mes de enero de 2002 fue testigo de dramáticos esfuerzos para salvar lo insalvable. El 20 de febrero de 2000, tras agotar su paciencia, el Gobierno Pastrana procedió a la ruptura definitiva de los diálogos. El audaz secuestro de un avión de la empresa “Aires” y el plagio de un conocido congresista, Eduardo Gechen Turbay, que utilizaba la aerolínea, coincidente con la voladura de un puente en Antioquia, fueron los motivos; la ruptura hubiera podido suceder antes, es más, debería de haber sucedido; el asesinato de la familia Turbay en el Caquetá y el de la exministra Consuelo Araujo, sumados a las acciones delictivas que figuran en el siguiente cuadro, así lo ameritaban:

Actos terroristas Secuestros Asalto a poblaciones Asesinato civiles

1998 410 881 46 296

1999 234 769 82 512

2000 209 403 62 351

2001 317 858 32 45

El 21 de febrero, las Fuerzas Militares iniciaron la recuperación del área desmilitarizada; y dos días después, el 23 de febrero, el Presidente Pastrana, acompañado del mando militar retornó a San Vicente del Caguán y, en acto simbólico, izó la Bandera Nacional en el Batallón Cazadores, el mismo cuyas instalaciones, tres años antes, había dispuesto entregar a la insurgencia. Las FARC, por su parte, en un comunicado fechado el primero de marzo con ocasión de la ruptura, expresaron: “termina el mes de febrero de 2002 con la declaratoria de guerra del Presidente Pastrana que puso fin a los diálogos con las FARC-EP creando una nueva etapa de violencia estatal en la vida política nacional que nadie sabe en que pueda terminar”126.

Numeral 1 del comunicado emitido por los “Voceros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP”. 126

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No sabían, las FARC, en que podría terminar “una nueva etapa de violencia”; pero si sabían de cómo reiniciarla: el terrorismo, una manera infame de proseguir su “quinta guerra”.


ANEXOS AL CAPÍTULO V LA QUINTA GUERRA


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DE LAS ESPERANZAS FRUSTRADAS ACUERDOS DE URIBE Con el fin de afianzar la paz nacional, que es pre-requisito indispensable para la prosperidad general del Pueblo colombiano, y para logar el desarrollo de la actividad social y económica sobre bases de libertad y de justicia, la Comisión de Paz y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, acuerdan los siguientes puntos: 1.

Las FARC-EP ordenarán el cese al fueron y demás operativos militares a todos sus frentes en el país, a partir del día 28 de mayo de 1984 a las 00:00 horas, fecha que podrá posponerse, como máximo, hasta por dos meses, si fuere necesario. La orden de que antes se habla se mantendrá indefinidamente si el señor Presidente de la República, doctor Belisario Betancur, corresponde a este gesto efectivo de paz con una orden semejante suya, dada a todas las autoridades civiles y militares bajo su jurisdicción, en la oportunidad debida.

2.

Las FARC-EP condenarán y desautorizarán nuevamente el secuestro, la extorsión y el terrorismo en todas sus formas y contribuirán a que termine su práctica, como atentados que son contra la libertad y la dignidad humanas.

3.

La orden del señor Presidente de la República se cumplirá únicamente respecto de los grupos y personas que acaten y respeten estas bases y no infrinjan la ley penal.

4.

Una Comisión Nacional y representativa de las fuerzas implicadas en los enfrentamientos, designada por el señor Presidente de la República, será encargada de la verificación de todas las disposiciones contenidas en este acuerdo, con la finalidad de consolidar el proceso de pacificación. La Comisión creará subcomisiones en Florencia (Caquetá), Vista Hermosa (Meta), Barrancabermeja (Santander), Saravena (Arauca), Santa Marta (Magdalena), Medellín (Antioquia), Neiva (Huila), Orito (Putumayo) y Cali (Valle), y podrá asesorarse de personas extrañas a ella para estudiar, con su concurso, en las regiones o sitios en que fueren conducentes sus servicios, las quejas o reclamos por hechos que pudieren interferir el anhelo nacional de paz y seguridad. La Comisión funcionará por todo el tiempo que fuere necesario y podrá acordar sus propios reglamentos.

5.

La Comisión Nacional de Verificación funcionará en Bogotá y se trasladará periódicamente para sesionar, con plenas garantías de acceso y libre tránsito, a una de las siguientes localidades, a elección del señor Presidente de la República: a. San Juan de Arama, Granada y Vista Hermosa, en el Meta; b. San Vicente del

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Caguán, Caquetá; c. Colombia, Huila; d. Dolores y Prado, Tolima; e. La Uribe, Meta. El gobierno dotará a la Comisión de todos los elementos necesarios de comunicación para el mejor desempeño de sus funciones y expedirá a sus miembros las credenciales indispensables para garantizar el libre tránsito y seguridad. 6.

Cuando a juicio de la Comisión de Verificación, hayan cesado los enfrentamientos armados, se abrirá un período de prueba o espera de un (1) año para que los integrantes de la agrupación hasta ahora denominada Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) puedan organizarse política, económica y socialmente, según su libre decisión. El gobierno les otorgará, de acuerdo con la Constitución y las leyes, las garantías y los estímulos pertinentes. Durante este mismo período el gobierno tomará las medidas necesarias para restablecer en las zonas de violencia la normalidad civil.

7.

Los integrantes de las FARC-EP podrán acogerse a los beneficios de la ley 35 de 1982 y decretos complementarios, cuando llenen las condiciones en ella y en ellos establecidas. En el Plan Nacional de Rehabilitación el gobierno dará prelación a los colombianos que han padecido, directa o indirectamente los estragos de la violencia para el restablecimiento de derechos injustamente conculcados como consecuencia de la alteración del orden público y la inseguridad social.

8.

La Comisión de Paz das fe de que el gobierno tiene una amplia voluntad de:

a)

Promover la modernización de las instituciones políticas, dirigidas a enriquecer la vida democrática de la nación, e insistir ante las Cámaras en la pronta tramitación de los proyectos sobre reforma política, garantías a la oposición, elección popular de alcaldes, reforma electoral, acceso adecuado de las fuerzas políticas a los medios de información, control político de la actividad estatal, eficacia de la administración de justicia, impulso al proceso de mejoramiento de la administración pública y nuevas iniciativas encaminadas a fortalecer las funciones constitucionales del Estado y a procurar la constante elevación de la moral pública.

b)

Impulsar vigorosamente la aplicación de una política de reforma agraria en reconocimiento a que los problemas de la tierra están presentes en los actuales conflictos sociales, y las demás acciones de las agencias del Estado dirigidas a ampliar permanentemente los servicios al campesinado para mejorar la calidad de su vida y la normal producción de alimentos y de materias primas para la industria, para lo

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cual dispone del instrumento jurídico contenido en el artículo 32 de la Constitución Nacional, que establece la dirección de la economía por el Estado. c)

Robustecer y facilitar la organización sindical, de usuarios campesinos y de indígenas, las asociaciones cooperativas y sindicales, en favor de los trabajadores urbanos y rurales, así como sus organizaciones políticas.

d)

Hacer constantes esfuerzos por el incremento de la educación a todos los niveles, así como de la salud, vivienda y el empleo.

e)

Mantener su propósito indeclinable de que para la protección de los derechos que a favor de los ciudadanos consagran la Constitución y las leyes y para la conservación y restablecimiento del orden público, sólo existan las fuerzas institucionales del Estado, de cuyo profesionalismo y permanente mejoramiento depende la tranquilidad ciudadana.

f)

Promover, una vez establecida la paz, y tal como ocurrió en otras oportunidades iniciativas para fortalecer las mejores condiciones de la fraternidad democrática, que requiere perdón y olvido, y del mejor estar en lo económico, político y social de todo el pueblo colombiano.

9.

la Comisión de Paz estima que los enunciados anteriores presentan un notable mejoramiento de las condiciones objetivas para la acción política y electoral y reitera su invitación a los sectores comprometidos en acciones disturbadotas del orden público, a que se acojan a la normalidad y apliquen sus talentos y prestigio a la conquista de la opinión pública por procedimientos democráticos y pacíficos.

10. El presente acuerdo será válido respecto de cualquier otro grupo alzado en armas que exprese su decisión de acogerse a él, previa manifestación de tal voluntad hecha al gobierno por intermedio de la Comisión de paz. Para facilitar la adhesión a este acuerdo de los grupos que deseen hacerlo, se realizará una reunión con todos ellos en el lugar y la fecha que las partes convengan. 11. Este acuerdo para su validez requiere la ratificación del señor Presidente de la República. Para constancia se firma el presente documento en La Uribe, Municipio de Mesetas, Departamento del Meta, a los 28 días del mes de marzo de 1984. FIRMADO: POR LA COMISIÓN DE PAZ Jhon Agudelo Ríos, Presidente; Rafael Rivas Posada, Samuel Hoyos Arango, César Gómez Estrada, Alberto Rojas Puyo, Margarita Vidal Puyo.

Por el Estado Mayor de las FARC-EP: Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Jaime Guaracas, Alfonso Cano, Raúl Reyes.

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ACUERDO DE PROLONGACIÓN DE LA TREGUA 09-DIC-85 La Comisión de Paz, Dialogo y Verificación y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, convencidas que la política de paz puede culminar satisfactoriamente, tal como lo anhela el pueblo colombiano, han decidido introducir al Acuerdo de la Uribe, firmado el 28 de marzo de 1984 y ratificado en su oportunidad por el señor Presidente de la República, doctor Belisario Betancur, las siguientes precisiones y adiciones que, a juicio de ambas partes, permitirán no sólo superar los problemas y obstáculos que se han presentado hasta el momento, sino avanzar en forma rápida hacia una paz definitiva, que asegure la Concordia Nacional: 1.

El Gobierno y las FARC reiteran su lealtad al Acuerdo de la Uribe y su decisión de continuar trabajando por una paz real, bien a que aspiran todos los ciudadanos y que puede alcanzarse a pesar de las limitaciones económicas de un país en desarrollo, si existe empeño continuo y conjunto de crear un orden social más justo. Por lo anterior, las FARC hacen un llamado vehemente al gobierno, al Congreso y a los partidos políticos, a la iglesia, a los gremios de la producción y del trabajo, a los medios de comunicación social y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a que sumemos esfuerzos para construir juntos una Colombia más democrática más justa económicamente y con iguales oportunidades para todos.

2.

Las FARC expresan su sincera disposición de continuar adelantando el actual proceso de paz con el ciudadano colombiano que constitucionalmente, presida al próximo gobierno.

3.

Las FARC colaborarán a que los debates electorales que se avecinan se desarrollen en forma ordenada y pacífica, de modo que todos los ciudadanos, independientemente del partido o movimiento político a que pertenezcan, puedan expresar sin temores y sin coacción física, moral o económica, su libre voluntad en las urnas.

4.

Las FARC ratifican su condena al secuestro y extorsión, hecha en el Acuerdo de la Uribe y en otros documentos suyos. Condenan también, el chantaje o boleteo en cualquiera de sus formas, el narcotráfico, el atentado personal, la desaparición de personas, la tortura, la justicia por mano propia, provengan de donde provenga, así como el reclutamiento de adeptos con fines militares o de adiestramiento militar y la presencia de hombres suyos portando armas o uniformes de uso privativo de las Fuerzas Armadas, en reuniones públicas, en lugares poblados o frente a conciudadanos inermes.

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LA QUINTA GUERRA

5.

Las partes firmantes de este documento instan a todos los hombres y mujeres de Colombia, sin distingos de ninguna clase, a movilizarse y a luchar contra el terrorismo de cualquier procedencia, para defender el bien colectivo, el patrimonio público y la tranquila convivencia de una patria que pertenece a todos por igual.

6.

Las FARC, como lo han venido haciendo al desplazar hacia el trabajo político a muchos de sus hombres, intensificarán el proceso de incorporación de sus efectivos a la vida política y social, a la actividad civil y productiva, de modo que en un período de tiempo razonable sus actuales integrantes se vinculen a la plena normalidad institucional para lo cual deberán existir amplias libertades y plenas y reales garantías para el ejercicio de la actividad política.

7.

El gobierno de acuerdo con lo establecido en la Constitución y las leyes, otorgará a la Unión Patriótica y a sus dirigentes las garantías y seguridades indispensables para que puedan desarrollar, en forma idéntica a la de las demás agrupaciones políticas, su acción tanto proselitista como electoral. El gobierno hará recaer todo el peso de la ley sobre el ciudadano o la autoridad que conculque sus derechos o niegue, eluda o desconozca las garantías que les corresponden. También otorgará el Gobierno a las FARC las garantías y libertades que requieran para el proceso de incorporación de sus efectivos a la actividad política.

8.

Las FARC exhortan, comedidamente, a los medios de comunicación, hablados y escritos, a manejar las noticias que puedan afectar el orden público, de la manera más imparcial, objetiva y veraz que les sea posible, como medio de evitar que los delincuentes comunes y los grupos paramilitares continúen escudándose en los movimientos guerrilleros y, especialmente en las FARC, para cometer impunemente, toda clase de delitos, y sigan socavando, como lo han venido haciendo, el propio proceso de paz.

9.

Las FARC reiteran al Gobierno su petición de levantar el Estado de Sitio en el tiempo más breve posible y de garantizar el cese del fuego, ordenado por el señor Presidente de la República el 28 de mayo de 1984, a fin de que el país regrese pronto a la normalidad civil; de combatir de manera más decidida a los grupos paramilitares que se han apoderado de algunas zonas del país; de dar a la Unión Patriótica un tratamiento más equitativo en los medios oficiales de comunicación y de restablecer a través de ellos, la verdad de lo que ocurre en el proceso de paz.

10. Autodefensa Obrera -ADO- y los destacamentos Simón Bolívar y Antonio Nariño, del ELN, firmantes también de acuerdos de paz, hacen suyo el presente documento

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PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

y lo suscriben para reafirmar su disposición de continuar trabajando por el fortalecimiento del proceso de paz, que busca restablecer la convivencia democrática entre los colombianos. 11. Las partes Asignantes de este documento adicionan y amplían el Acuerdo de la Uribe, en los términos que acaban de consignarse, pensando en los altos intereses de la Nación y en la necesidad que existe de afianzar la paz, como medio de garantizar no sólo la continuidad y el desarrollo democrático del país, sino el sosiego y la seguridad de todos los ciudadanos. 12. El presente acuerdo requiere, para su validez, de la ratificación del señor Presidente de la República. Para constancia, se firma en la Uribe, departamento del Meta, a los dos -2- días del mes de marzo de 1986. POR LA COMISIÓN DE PAZ DIALOGO Y VERIFICACIÓN (Fdos.) John Agudelo Ríos Margarita Vidal de Puyo Rocío Vélez de Piedrahita Antonio Duque Alberto Rojas Puyo Braulio Herrera Hernando Hurtado Carlos Morales José Corredor Núñez POR EL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARCEP Manuel Marulanda Vélez

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Jacobo Arenas Alfonso Cano Raúl Reyes Timoleón Jiménez Por la Dirección Político Miliar de Autodefensa Obrera (ADO) Héctor Fabio Abadia Rey (preso político) Carlos Efrén Agudelo Miguel Ángel Márquez Esteban Zamora Por los Destacamentos Simón Bolívar y Antonio Nariño ELN Ernesto González Manuela González


LA QUINTA GUERRA

06 de Mayo de 1999 AGENDA COMÚN POR EL CAMBIO HACIA UNA NUEVA COLOMBIA 1. Solución Política Negociada Se buscara una solución política al grave conflicto social y armado que conduzca hacia una nueva Colombia, por medio de las transformaciones políticas, económicas y sociales que permitan consensos para la construcción de un nuevo Estado fundamentado en la Justicia Social, conservando la unidad nacional. En la medida en que se avance en la negociación, se producirán hechos de paz. De ahí, el compromiso que debemos asumir todos los colombianos con la construcción de la paz, sin distinción de partidos, intereses económicos, sociales o religiosos. 2. Protección de los Derechos Humanos como responsabilidad del Estado. 2.1 Derechos fundamentales. 2.2 Derechos económicos, sociales, culturales y del ambiente. 2.3 Tratados internacionales sobre Derechos Humanos. 3. Política agraria integral. 3.1 Democratización del crédito, asistencia técnica, mercadeo. 3.2 Redistribución de la tierra improductiva. 3.3 Recuperación y distribución de la tierra adquirida a través del narcotráfico y/o enriquecimiento ilícito 3.4 Estímulos a la producción. 3.5 Ordenamiento territorial integral 3.6 Sustitución de cultivos ilícitos y desarrollo alternativo 4. Explotación y conservación de los recursos naturales. 4.1 Recursos naturales y su distribución. 4.2 Tratados internacionales 4.3 Protección del ambiente sobre la base del desarrollo sostenible. 5. Estructura económica y social. 5.1 Revisión del modelo de desarrollo económico 5.2 Políticas de redistribución del ingreso 5.3 Ampliación de mercados internos y externos. 5.4 Estímulos a la producción a través de la pequeña, mediana y gran empresa privada.

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5.5 Apoyo a la economía solidaria y cooperativa. 5.6 Estimulo a la inversión extranjera que beneficie a la nación. 5.7 Participación social en la planeación. 5.8 Inversiones en bienestar social, educación e investigación científica. 6. Reformas a la justicia, lucha contra la corrupción y el narcotráfico. 6.1 Sistema judicial. 6.2 Órganos de control. 6.3 Instrumentos de lucha contra la corrupción. 6.4 Narcotráfico. 7. Reforma política para la ampliación de la democracia 7.1 Reformas a los partidos y movimientos políticos. 7.2 Reformas electorales. 7.3 Garantías a la oposición. 7.4 Garantías para las minorías. 7.5 Mecanismos de participación ciudadana. 8. Reformas del Estado 8.1 Reformas al Congreso. 8.2 Reforma administrativa para lograr una mayor eficiencia de la administración pública. 8.3 Descentralización y fortalecimiento del poder local. 8.4 Servicios públicos. 8.5 Sectores estratégicos 9. Acuerdos sobre Derecho Internacional Humanitario. 9.1 Desvinculación de los niños al conflicto armado. 9.2 Minas antipersonales. 9.3 Respeto de la población civil. 9.4 Vigencia de las normas internacionales 10. Fuerzas Militares. 10.1 Defensa de la soberanía. 10.2 Protección de los Derechos Humanos. 10.3 Combate a los Grupos de Autodefensa. 10.4 Tratados internacionales 11. Relaciones internacionales 11.1 Respeto a la libre autodeterminación y a la no-intervención

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LA QUINTA GUERRA

11.2 Integración regional latinoamericana. 11.3 Deuda externa. 11.4 Tratados y convenios internacionales del Estado. 12. Formalización de los acuerdos. 12.1 Instrumentos democráticos para legitimar los acuerdos. Por el Gobierno Nacional

Por las FARC-EP

Víctor G. Ricardo Fabio Valencia Cossio Nicanor Restrepo Santamaría Rodolfo Espinosa Meola María Emma Mejía Vélez

Raúl Reyes Joaquín Gómez Fabián Ramírez La Machaca, mayo 6 de 1999

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PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

01 de Marzo de 2002 Comunicado Los Voceros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC-EP informan: 1.

Termina el mes de febrero de 2002 con la declaratoria de guerra del Presidente Pastrana que puso fin a los diálogos con las FARC-EP, creando una nueva etapa de violencia estatal en la vida política nacional que nadie sabe en que pueda terminar.

2.

La decisión presidencial fue tomada para satisfacer los intereses y las exigencias de la casta politiquera liberal-conservadora, los gremios económicos, el paramilitarismo bajo la dirección de un sector del alto mando militar y de la policía, los grandes medios de información y la embajada norteamericana.

3.

En el área de los cinco Municipios han sido arrojadas centenares de bombas, cada una de 250 y 500 kilogramos de explosivos, que han causado incendios forestales, destruido carreteras, puentes, salones comunales, casas de campesinos y el asesinato de 3 civiles, dos de ellos niños y heridas a otros cuatro entre ellos una señora en estado de embarazo. Es una clara expresión del terrorismo de Estado que se ensaña contra la población y la infraestructura al servicio de las comunidades, mientras le reclama a la insurgencia por su accionar en respuesta a la violencia estatal.

4.

Roto el proceso de manera unilateral por el Presidente Pastrana, las FARC-EP no reconocen ninguna autoridad que represente el Estado en estos cinco Municipios al igual que en todo el territorio nacional.

5.

Hemos escuchado las declaraciones de los candidatos presidenciales Serpa Uribe, Juan Camilo Restrepo, Uribe Vélez y Noemí Sanín como pregoneros de guerra camuflados tras un discurso de paz, mientras saludan a sombrero quitado, la decisión presidencial de acabar con el proceso, y hablan de condicionar a la insurgencia para reiniciar las conversaciones en un próximo gobierno.

6.

Las propuestas hechas por los candidatos de condicionar a la insurgencia exigiéndole gestos unilaterales, repiten la fórmula que llevó al Presidente Pastrana a romper los diálogos sin mencionar para nada la necesidad de cambios que beneficien al pueblo en lo económico, político y social y defensa de la soberanía nacional. Los candidatos del bipartidismo liberal-conservador no son alternativa ya que ofrecen lo mismo de siempre. Es por esto, que llamamos a no votar por ellos ni por ninguno de los

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aspirantes a la Cámara de Representantes y al Senado de la República en todo el país porque ninguno de ellos va a legislar a favor de los intereses del pueblo y quiEn pretenda hacerlo será asesinado como lo muestra la historia reciente de la Unión Patriótica. 7.

Los politiqueros de siempre con el Presidente a la cabeza, visitaron San Vicente del Caguán tres días después de la ruptura, con fines electorales, ofreciendo resolver problemas y construir obras que no realizaron en tres años y medio de gobierno.

8.

Se agrega a la comitiva presidencial en el Caguán, la presencia de militares norteamericanos para que no quede duda de quién imparte las Órdenes que Pastrana cumple sumisamente en desarrollo del antipatriótico Plan Colombia.

9.

A ocho días de roto el proceso quedó claro que el pueblo colombiano no quiere la guerra. La guerra siempre le ha sido impuesta desde arriba por la oligarquía liberalconservadora, como una forma de perpetuar sus privilegios de clase, asegurar las medidas económicas que favorecen a los ricos y acrecentar las ganancias del complejo industrial militar mientras sumergen en la miseria a 33 millones de compatriotas.

10. Llamamos al pueblo colombiano a continuar la lucha de manera organizada por conquistar la paz con justicia social y plena soberanía como lo proponemos en la Plataforma Para un Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional. Montañas de Colombia, marzo 1 de 2002 Raúl Reyes Joaquín Gómez Carlos Antonio Lozada Simón Trinidad Andrés París

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Portadilla CapĂ­tulo VI: Atentado de las FARC, municipio de Granada (Antioquia) diciembre 6 de 2000. Archivo Comando EjĂŠrcito.


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“Nuestro conflicto, más que una guerra, es un desbordamiento delincuencial, de orden criminal y terrorista que de naturaleza militar.”127. “El conflicto en Colombia sobrepasó hace años los límites pacíficos. Se superó asimismo… El costo del conflicto armado ha sido devastador”128.

Entre el terror y la esperanza Entre el terror y la esperanza

C

on el falso pretexto de que el conflicto colombiano resulta atípico, pues según sus promotores éste posee unas causales y desarrollos que no lo asemejan a otros en el mundo, los grupos armados ilegales vienen, sin reato 127 Puyana García Gabriel, Brigadier alguno, desatendiendo todas las General, “Vivencias de un ideal, Editorial normas consagradas en el Guadalupe Ltda., Bogotá, 2001. Derecho Internacional 128 Alberto Mendoza Morales, En “Un Humanitario (DIH), en particular costo devastador; Sociología del Conflicto”; El Tiempo, 26 de diciembre las previstas en el artículo 3, de 2006. www.eltiempo.com. común, del Convenio de Ginebra 129 El artículo 3 del Convenio de Ginebra de 1949, que se refiere a un de 1949, que se refiere a un conflicto conflicto armado no armando de carácter no internacional, dice a este respecto: “1) Las personas que 129 internacional . Una de sus no participen directamente en las expresiones es el terrorismo que hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las afecta tan gravemente a la armas y las personas puestas fuera de población civil y que se ha combate por enfermedad, herida, manifestado no sólo en la detención o por cualquier otra causa, serán tratadas en todas las circunstancias perdida de vidas, desapariciones, con humanidad (…) A este respecto se

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PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

destrucción del patrimonio público y privado, siembra de minas, invalideces, desarraigo de cientos de miles de compatriotas y muchísimas secuelas conexas, constituyen actos de salvajismo sin limites que alguno de sus forjadores se atrevió a justificarlos como hechos propios de la “cotidianidad de la guerra”. No han valido a los subversivos los llamados angustiosos a la sensatez, la cordura y la humanización de sus acciones, que desde el interior del país y el exterior les han hecho organizaciones gubernamentales y no gubernamentales para que cesen tan despreciables prácticas. Poco y quizás nada puede esperarse “de lo que fuera una insurgencia ideológica y hoy no es otra cosa que una cáfila de bandidos”. 130 El Consejo Económico Social de la ONU, a través de la Comisión de Derechos Humanos en su 62º período de sesiones, atendió y distribuyó el informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre la situación de éstos en Colombia durante el año de 2005131, del cual citamos: - Pudo observarse la persistencia de graves infracciones cometidas por los grupos armados ilegales, en particular las FARC-EP y los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Con sus acciones incumplieron las normas humanitarias y atacaron a la población civil. Las guerrillas, en particular de las FARC-EP y en menor medida el ELN, continuaron cometiendo homicidios, masacres, actos de terrorismo, amenazas y ataques a la población civil, toma de rehenes, utilización de minas antipersonal, prohíben en cualquier tiempo y lugar, por reclutamiento de niños y niñas y ataques a la misión lo que atañe a las personas arriba mencionadas: a) Los atentados contra la médica. Los paramilitares violaron repetidamente su vida y la integridad corporal, compromiso de cese de hostilidades y persistieron especialmente homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, en la comisión de homicidios, amenazas y ataques las torturas y los suplicios”. Pensamiento contra la población civil, toma de rehenes, tortura y Jurídico No. 13, op.cit., p. 132. En “El orden de la guerra, las FARC-EP: entre la tratos humillantes y degradantes, desplazamientos organización y la política” Juan Guillermo forzados, reclutamiento de niños y niñas y actos de Ferro Medina y Graciela Uribe Ramón; Centro Editorial Javeriano, CEJA, 2002, violencia sexual. (Pág. 3). Bogotá.

130 Álvaro Valencia Tovar, General, en “Perspectivas del 2007”, Clepsidra, El Tiempo, viernes 5 de enero de 2007. www.eltiempo.com.

Documento E/CN 4/2006/009. “Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia”. 20 de enero de 2006. 131

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- El total desconocimiento y desprecio por los deberes humanitarios por la guerrilla, en particular de las FARC-EP, pudo observarse en la persistencia de la comisión de graves infracciones. Se registraron homicidios, masacres, ataques y amenazas a la población civil, ataques indiscriminados, actos de terrorismo y tomas de rehenes. Se observaron también desplazamientos forzados, irrespeto a la


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Esta es otra víctima mas de los atentados efectuados por los guerrillos de las FARC contra la poblacion de Tarazá en el departamento de Antioquia (15 abr. 2001). Archivo Comando Ejército.


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inmunidad de la población civil, utilización de minas antipersonal, reclutamientos de niños y niñas, y ataques a la misión médica.(Pág. 24) A lo anterior es preciso agregar el irresponsable reclutamiento de menores de edad que realizan los grupos armados ilegales, violatorios de los Derechos del Niño y la Ley de la Infancia, tal como lo registra el informe del Secretario General de la ONU al Consejo de Seguridad, y al que recientemente se ha referido el representante de UNICEF en Colombia.132 ¿Atendieron los grupos armados ilegales estos llamamientos de las Naciones Unidas?, desde luego que no lo hicieron; y su accionar delictivo hubiera podido ser mayor a los denunciados, pues persistencia no les falta, de no haber 132 En “Niñez y conflicto: información útil para la acción”, Paúl Martín Representante sido por la contundente acción del Estado reflejada en de UNICEF en Colombia. El Espectador, la política de Defensa y Seguridad Democrática semana del 7 al 13 de enero de 2006. www.elespectador.com. ejecutada exitosamente, no libre de inmensos sacrificios, pero plena de firmeza patriótica, por las Fuerzas Armadas 133 Tampoco deberá olvidarse las acciones de Colombia. criminales desarrolladas por los “carteles de la droga” que sumieron a Colombia en uno de los más desastrosos períodos de su historia; a los jueces, magistrados, periodistas, militares, políticos, candidatos, funcionarios de todos los poderes del Estado y particulares que fueron vilmente asesinados por los sicarios del narcotráfico les recordaremos siempre con respeto y profunda admiración. Haber truncado la vida promisoria de Luís Carlos Galán, tan prontamente, nos llena aún pasados los años, de un profundo dolor. De igual manera, aunque por otras causas no menos despreciables, las muertes de los dirigentes de la Unión Patriótica, movimiento político que bien hubiese constituido una alternativa democrática.

Si bien se observa y se siente una nueva sensación de seguridad, ello no puede permitir suponer que la derrota de los violentos se halle próxima; desgraciadamente no es así, al menos en el futuro inmediato. Se requerirá acompañar sin reservas, el esfuerzo que cumple el brazo armado legal del Estado para obligar, ya por la vía militar o por la que resulte de una negociación sin claudicaciones, a reducir a los actores del crimen, pues éstos han abandonado un ideario político que jamás ha debido soportarse en el delito.

Informe Especial en Coyuntura de Seguridad, Fundación Seguridad y Democracia, julio-septiembre de 2006, estadística 1996-2005 con base en el Observatorio de Minas antipersonal del programa presidencial de Derechos Humanos.

De la memoria colectiva en los colombianos no habrá de olvidarse el sufrimiento que a sus compatriotas ha producido el accionar delincuencial de los grupos armados ilegales. 133 Baste recordar algunos de ellos:

En tanto que la subversión ignoró el Tratado Internacional que prohíbe “el empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonal”, el Estado le dio cumplimiento antes del vencimiento de dicho Tratado, concluyendo su compromiso el 24 de octubre de 2004.

- Los efectos del sembrado de minas antipersonal, 7.065 eventos entre 1996 -2005 134 , reflejados en la muerte o invalidez de más de 5.000 víctimas ocurridas en 567 municipios ubicados en 31 de los 32 departamentos del país,135 es decir que el

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El municipio de Nari帽o, departamento de Antioquia fue destruido en un 75%, las FARC dejar贸n sentir todo su odio y poder contra la poblaci贸n civil. Archivo Comando Ej茅rcito.


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50% de los municipios colombianos se vio afectado por esta situación atribuible a todos los grupos irregulares con énfasis en las FARC-EP. 136 Un informe del Ministerio de Defensa137, octubre de 2006, que comprende el período 1990-2005, sitúa el número de victimas en 5.528, de las cuales 1.772 corresponden a personal civil y 3.556 a miembros de la Fuerza Pública, destacando que el 49% de las victimas ocurrieron en los departamentos de Antioquia, Meta, Bolívar y Caquetá. Conforme a lo indicado por el citado Observatorio “cada sobreviviente le cuesta al Gobierno 250 millones de pesos lo que significa que, por cuenta de la guerra, el país ha perdido medio punto del PIB en rehabilitación de las victimas de las minas antipersonal”.138 - Las desapariciones forzadas, que en algunos casos no exime al Estado y que la asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (ASFADES) calcula que entre 1977 y 2004 se produjeron 7.800 desapariciones registradas y otro tanto no registradas; la Fiscalia por su parte indicó 7.702 casos entre 1982 y 2005 en tanto que la Vicepresidencia los aprecia en 4.177 (1997-2005) y la Cruz Roja Internacional en 3.600 (1994-2005). No obstante las divergencias de cálculos, que, a su vez la ocasionan las diferencias en los períodos utilizados, la cifra de desapariciones forzadas ocasionadas por el conflicto son aterradoras, siendo sus principales causantes las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupo que encabeza todas las formas de crueldad. A propósito del tema el Fiscal Delegado ante la Unidad de Justicia y Paz, Doctor Juan Carlos Goyeneche, expresó…las cifras de las fosas comunes dejadas por los Paras’ en Colombia se asemejan más a los de la antigua Yugoeslavia que a las de Chile… El futuro (2007) en cuanto a exhumaciones lo veo negro… las cifras dan frío. En Atlántico tendríamos 136 que desenterrar más de 500 personas, en Antioquia y Logros y Retos de la Política de Defensa y Seguridad Democrática. Mindefensa. Norte de Santander, más de 400, en Putumayo más de Octubre 2006. 300, y en Caquetá, más de 200.139. ¿Qué pensaran sobre 137 En “Coyuntura de Seguridad”, esto los patrocinadores, de todos los pelambres, de sus Fundación Seguridad y Democracia, ya autodefensas?. citada. En “Hechos del Callejón” PNUD, Año 2, noviembre de 2006. 138

Juan Goyeneche, Fiscal Delegado ante la Unidad de Justicia y Paz, en “El Espectador”, semana del 31 de diciembre de 2006 al 6 de enero de 2007, www.elespectador.com . 139

Por su parte el Fiscal General de la Nación, Mario Iguaran, expresó que “su despacho tiene información de al menos cuatro mil fosas comunes con restos de victimas de los paramilitares”. Ver “El Tiempo” 31 de enero/06; ampliado por RCN-TV, misma fecha.

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- En cuanto a los actos de terrorismo propiamente dichos, el informe oficial del Ministerio de Defensa revela que entre los meses de enero y octubre de 2006 se sucedieron 570 atentados terroristas en Colombia, materializados mayoritariamente en voladura de torres de energía y de oleoductos. Aunque tal cifra resulte preocupante para quien no conozca lo ocurrido en períodos anteriores, baste anotar que ella corresponde a la tercera parte de lo acaecido en el año 2002, lo cual se traduce en un hecho a favor de la política de seguridad vigente. No obstante, la persistencia de la subversión en


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A los menores que son reclutados en las filas de los grupos al margen de la ley, se les deconoce su esencia como seres humanos, para ser convertidos en una mĂĄquina de guerra, niĂąos guerrilleros de las FARC, zona de despeje, enero de 1999.


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la ejecución de hechos vandálicos obligará al gobierno y a todos los colombianos de bien a continuar realizando los esfuerzos que sean necesarios para eliminar ese flagelo. Hechos tan despreciables como el ataque de las FARC a la población inerme de Bojayá, para no citar los cientos de casos similares que acostumbraban realizar en el pasado, no pueden ser ni olvidados ni perdonados. No conviene a la Colombia de hoy y del futuro vivir adormecida ignorando su tragedia. - Y a todo ese panorama de terror, que ubica a Colombia entre las naciones más violentas del mundo, hay que sumarle la angustiante situación de los desplazados, efecto que es de la irracional acción de los grupos ilegales. Todo un drama humano aún lejos de cuantificar y evaluar en su inmensa dimensión; tan solo este hecho bastaría para condenar a todos los actores ilegales responsables de una tragedia abominable. No es necesario acudir a las estadísticas para conocer el número de sus victimas, es suficiente con verlas diariamente en los cruces de calles y avenidas de las grandes ciudades implorando una ayuda para sobrevivir. En el año 2006, conforme a estadísticas oficiales, los casos se redujeron a 570. 140

Al respecto, en el punto 10 de las recomendaciones contenidas en el Informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, se indica: La Alta Comisionada insta a las FARC-EP, al ELN, a las AUC y a los demás grupos armados ilegales a que liberen de inmediato y sin condiciones … La Alta Comisionada insta a las FARC-EP, al ELN, a las AUC y a los demás grupos armados ilegales a que liberen, de inmediato y sin condiciones, a todas las personas tomadas como rehenes. También los insta a que reconozcan, sin limitaciones, las garantías establecidas por la normatividad humanitaria para personas privadas de la libertad por motivos relacionados con el conflicto armado interno… 141

Un estudio de la Organización “País Libre” indicó que según las cifras, en 1362 casos no se conoce el autor, setecientas sesenta y tres personas están en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuatrocientos doce del Ejército de Liberación Nacional (ELN), doscientos setenta y nueve de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y, doscientas setenta y dos de la delincuencia común. (información divulgada por RCN, enero 9 de 2007). 142

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- No podría terminarse esta afectada e incompleta alusión al terror sin referirnos a la más abominable de sus prácticas: el secuestro. Con solo anotar que entre el año 2002 y el 2006 ocurrieron 2885140 plagios, la mayoría de ellos realizados por los grupos armados ilegales, bastaría para aglutinar a todos los colombianos en la defensa de la libertad. Ese don y derecho fundamental del ciudadano, el más preciado de todos, es el que le ha sido negado y vilmente atropellado por quienes pretenden ser reivindicadores de la justicia. La subversión ha puesto oídos sordos a los llamamientos contundentes de la comunidad nacional e internacional para que cese en esa acción y proceda a la liberación inmediata de todos los secuestrados que mantiene en su poder141, conforme a sus conveniencias pueden los delincuentes transformar un secuestro extorsivo en uno de pretexto político, con lo cual pretenden, mediante la figura de un “canje de prisioneros”, obtener dividendos en favor de sus intereses orientados a un iluso reconocimiento internacional del estatus de beligerancia. Mal podría la Comunidad Internacional concederlo pues el mundo civilizado no propicia ningún acto atentatorio contra la vigencia de los derechos humanos. 142


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Estas son las víctimas inocentes del atentado perpetrado por los gerrilleros del eln contra el oleoducto colombia en el caserío de Machuca donde más de 90 personas perdieron la vida. (18 oct. 98).


PARA NO OLVIDAR ... FORJADORES DE VIOLENCIA

- ¿Es posible albergar la esperanza de hallar la tan anhelada paz a que aspiramos los colombianos? La esperanza debe, aunque ilusoria por ahora, mantenerse; es más, debe estimularse. Por lo pronto, la política de seguridad gubernamental existente debe convertirse en una política de Estado; sus resultados, 143cada vez más efectivos, pueden permitir que los grupos armados ilegales reflexionen y al fin entiendan que sus métodos terroristas los alejan sin retorno de cualquier posibilidad de lograr el poder, pues sólo han obtenido la repulsa de todo el país.

143 Ver,-Cuaderno de análisis 01/06 del Instituto de Estudios Estratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. www.umng.edu.co - Logros y retos de la Política y Defensa y Seguridad Democrática: Ministerio de Defensa, octubre 2006. - Balance contra la subversión, General Fredy Padilla de León, Comandante General de las FFMM, enero 3 de 2007. www.mindefensa.gov.co. - Informe del Ministro de Defensa Doctor Juan Manuel Santos, Cartagena del Chaira, diciembre 21/ 06. www.mindefensa.gov.co. - Análisis de coyuntura. Fundación Seguridad y Democracia; evaluaciones presentadas en 2006.

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EPÍLOGO

“Mire, Comandante, déjese puesto este reloj, que este reloj va a dar la hora de la paz”144.

Epílogo Epílogo

L

a hora de la paz nunca fue dada; Marulanda no estaba, ni está interesado en observarla. A él y sus seguidores los domina una violencia compulsiva que no admite razonamientos que impulsen la convivencia; nada puede contenerles y todo su propósito de vida, una supuesta sumatoria de reivindicaciones sociales que ellos mismos desvirtúan con su accionar violento, se desarrolla alimentando ideas obsesivas que no admiten la existencia de principios distintos a los suyos. Inmersos en esa tendencia, no les es posible considerar alternativas serias de paz; se llega incluso a justificar las acciones demenciales. Tal los casos de sus inhumanas acciones en Bojayá (mayo de 2002) y del Club El Nogal (febrero de 2003), despreciables actos de terrorismo 144 Víctor G. Ricardo, dirigiéndose a que dejaron centenares de Marulanda, según el Ex-presidente victimas inocentes, repudiados Andrés Pastrana Arango en “La palabra como lo fueron por toda la bajo el fuego”, Capítulo V, Primeros contactos con las FARC; Editorial Planeta sociedad colombiana y la Colombiana S.A., Bogotá, 2005.

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comunidad internacional. Pero no han sido solo las FARC; el ELN por su parte, en el caso de Machuca (octubre de 1998), aquella localidad que “ardió como una bola de fuego”, (El Espectador octubre 18 de 1998) se limitó a lamentar el hecho, sin que ello le impidiera proseguir su enloquecida cadena de actos criminales. Las AUC al igual que sus supuestos adversarios, han padecido de esa violencia compulsiva; las masacres de Naya (Cauca) y la Caucana (Antioquia), en abril de 2001 “signo de la bajeza del hombre”; como afirmara el Comandante de la Tercera División del Ejército, y de Mapiripan (Meta) tres años antes (1997), así lo confirma; sin embargo ahora pretenden que la sociedad les perdone la atrocidad de sus actos. Los anteriores son apenas, y qué triste es utilizar esta última palabra, algunos de los hechos criminales protagonizados por la subversión en los años recientes; si nos remontamos al pasado inmediato, el holocausto del Palacio de Justicia (noviembre de 1985) protagonizado por el M-19, sobreviene a las mentes de las gentes de bien aquel injustificado acto de infame terror. Miles de inocentes colombianos han perecido dentro de esta hecatombe de violencia, que ha azotado al país por varios decenios. De la violencia sectaria de mediados del siglo anterior, se pasó a la violencia fomentada por el comunismo; y al desaparecer éste, por sus huérfanos y sus contradictores. El ingrediente del narcotráfico, constituirá el último impulsor de tanta demencia. Los insurgentes abandonaron, si es que verdaderamente las tenían, sus motivaciones ideológicas; su causa fue reemplazada por el negocio del tráfico de estupefacientes, y su sistema de lucha por la acción terrorista. Por lo tanto, cambiaron también el norte político, aun a costa de la menguada simpatía, producto del desconocimiento de la situación real del país, que podían poseer en los escasos círculos internacionales que los apoyaban. Sus acciones, carecen de credibilidad; es apenas lógico: el mundo civilizado rechaza el crimen y la violencia. El país reclama que la subversión deponga de su mente la violencia compulsiva; que se encamine de una vez por todas por la ruta de la paz; que acaricie la esperanza de permitir el desarrollo y el progreso de Colombia. Nada es imposible; de pronto Marulanda decide, hastiado de violencia, ver en el reloj, la hora de la paz

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BIBLIOGRAFÍA

Bibliografía Bibliografía • •

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Alape Arturo, “La Paz la violencia: testigos de excepción”, Editorial Planeta Colombiana S.A. Bogotá, 1985. Alape Arturo “Las vidas de Pedro Antonio Marín, Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo”. Editorial Planeta Colombiana S.A.; Bogotá 2004. Aranguren Mauricio “Mi confesión, Carlos Castaño revela sus secretos” Editorial Oveja Negra Ltda., Bogotá 2001. Castro Caicedo German, “Colombia Amarga”. Planeta Colombiana S.A... Bogotá 1986. CINEP, Bogotá, 1990. “Memorias de la colonización y de las guerras en el Sumapaz”. Gutiérrez Anzola Jorge. “Violencia y Justicia” Ediciones Tercer Mundo, Bogotá, 1962 Mata Luis, “Colombia y las FARC-EP origen de la lucha guerrillera”. Editorial Txalaparta, País Vasco, 1998. Medina Juan Guillermo y Uribe Graciela “El orden de la guerra, las FARC-EP entre la organización y la política”; Centro Editorial Javeriano, CEJA, Bogotá 2002. Medina Medófilo. “Historia del Partido Comunista” CEIS – INEDO, Bogotá, 1989 Mejía Valenzuela Alfonso, “Una guerra inútil, costosa y sin gloria”, Tercer Mundo Editores, Bogotá 1998... Melguizo Carlos, en el prólogo a la obra “Conferencias Socialistas” de Juan de Dios Romero, 1920, citado por Renan Vega C.

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OTRAS FUENTES CONSULTADAS

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BIBLIOGRAFÍA

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OTRAS PUBLICACIONES

Periódicos El Tiempo, El Espectador , Revistas Semana y Cambio, conforme a las citas de pie de página.

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CRÉDITO GENERAL DE IMÁGENES

Crédito General de Imágenes Crédito General de Imágenes

Pág.

Ataque de las FARC municipio de San Luis (Antioquia) diciembre 11 de 1999. Archivo Comando Ejército.

1

Portadilla Capítulo I: Ataque del ELN, Barrancabermeja (Santander) marzo 3 de 2000. Archivo Comando Ejército.

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“El Bogotazo”, 9 de abril de 1948. Actos de violencia durante la protesta por el asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán. (Fotografía Manuel H. Rodríguez, (fotomanuel_h@hotmail.com).

29

Izq. Jacinto Cruz Usma alias “Sangrenegra” en compañía de otro bandido apodado “Tarzán”, abril 4 de 1962. Archivo El Espectador.

31

Portadilla Capítulo II: Ataque de las FARC municipio de San Luis (Antioquia) diciembre 11 de 1999. Archivo Comando Ejército.

33

Portadilla Capítulo III: Ataque de las FARC municipio de Suárez (Cauca) enero 31 de 2000. Archivo Comando Ejército.

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Jacobo Arenas y Manuel Marulanda Vélez. Archivo Comando Ejército.

55

“Guerrilleros de los Llanos”, 8 de septiembre de 1953. General Alfredo Duarte Blum recibe un informe de las tropas rebeldes por parte del guerrillero liberal Dumar Aljure, acompaña al General, Guadalupe Salcedo líder de los rebeldes. Archivo El Espectador.

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Torre No. 70, destruida por la acción de la cuadrilla Carlos Alirio Buitrago del ELN, el 19 de marzo de 2000. Archivo Comando Ejército.

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Pág.

El Alto Comisionado para la Paz, Luis Camilo Restrepo, el Embajador de Colombia en Cuba, Julio Londoño Paredes, Antonio García y Francisco Galán, miembro representantes del Ejército de Liberación Nacional ELN, durante la rueda de prensa, al término de la Segunda Ronda - Fase formal Exploratoria. La Habana, Cuba., febrero 27 de 2006. Oficina Prensa Alto Comisionado para la Paz.

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Portadilla Capítulo IV: Atentado de las FARC, municipio de Granada (Antioquia) diciembre 6 de 2000. Archivo Comando Ejército.

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Un total de 126 hombres del bloque Suroeste Antioqueño se desmovilizarón y entregarón sus armas en un evento realizado en el corregimiento Alfonso López. En la foto el Alto Comisionado recibiendo las armas. Enero 30 de 2005. Corregimiento Alfonso López, Antioquia. Oficina Prensa Alto Comisionado para la Paz.

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El Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, recibe las armas de los integrantes del Bloque Central Bolívar-Sur de Bolívar, durante la ceremonia de desmovilización. Santa Rosa del Sur, Bolívar. Enero 31 de 2006. Oficina Prensa Alto Comisionado para la Paz.

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Portadilla Capítulo V: Atentado del ELN, municipio de San F r a n c i s c o (Antioquia) abril 6 de 1999. Archivo Comando Ejército.

97

Las calles y casas de los pobladores del municipio de San Francisco (Ant.), fuerón arrazados con armas no convencionales como cilindros de gas por las FARC y el ELN el día 05 de abril de 1999. Archivo Comando Ejército.

101

El 30 de julio de 1999 fue destruido el municipio de Nariño Departamento de Antioquia, la cuadrilla 47 de las FARC. Archivo Comando Ejército.

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En la fotografía se observa como quedó en ruinas el corregimiento de Arboleda, departamento de Caldas después del asalto a éste por las FARC. (29 jul. 2000). Archivo Comando Ejército.

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Los habitantes del Corregimiento de Arboleda (Caldas), observan como quedó destruida la iglesia después del asalto perpetrado por las FARC el día 29 de julio de 2000. Archivo Comando Ejército.

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CRÉDITO GENERAL DE IMÁGENES

Pág.

“La silla vacía” Enero de 1999. Tirofijo no acude a la cita con el Presidente Pastrana. El Tiempo.

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Portadilla Capítulo VI: Atentado de las FARC, municipio de Granada (Antioquia) diciembre 6 de 2000. Archivo Comando del Ejército.

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Esta es otra víctima más de los atentados efectuados por las FARC contra la población de Tarazá en el departamento de Antioquia (15 abr. 2001). Archivo Comando Ejército.

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El municipio de Nariño, departamento de Antioquia fue destruido en un 75%, las FARC dejarón sentir todo su odio y poder contra la población civil. Archivo Comando Ejército.

133

A los menores que son reclutados en las filas de los grupos al margen de la ley se les desconoce su esencia como seres humanos, para ser convertidos en una máquina de guerra, niños guerrilleros de las FARC, zona de despeje, enero de 1999. Archivo Comando Ejército.

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Estas son las víctimas inocentes del atentado perpetrado por los gerrilleros del ELN contra el oleoducto colombia en el caserío de Machuca donde más de 90 personas perdieron la vida. (18 oct. 98). Archivo Comando Ejército.

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AGRADECIMIENTOS

Al darse a la publicidad está investigación que pretende contribuir al conocimiento de un aspecto de la historia de Colombia, el autor expresa sus más sinceros agradecimientos a la Universidad Militar Nueva Granada y en particular a su Rector, Brigadier General Carlos Leongómez Mateus, por permitir y estimular su edición; a los Señores Generales Alberto Ruíz Novoa, Alvaro Valencia Tovar y Luis Eduardo Roca Michael, y al Mayor Carlos Gil G., por las entrevistas concedidas; al Doctor Miguel Posada Samper, al Centro de Información sobre el Desarrollo de la Democracia en Colombia (CIDEC), y al Brigadier General Fernando Millán por el apoyo recibido para su culminación, a los doctores Pedro Ballesteros Bayona y Vladimir Juyar B.; y al Capitán Cesar Augusto Castaño Rubiano por su tarea en la labor de investigación y revisión, a María del Pilar Yepes de la Torre por su labor de digitación; a Mario Mejía Pineda por su apoyo en diseño y diagramación y finalmente al Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de nuestra Universidad por la cooperación recibida.


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