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Slowthai y la angustia del inadaptado
Method Records
RAP PUNK / La batalla que Tyron tiene con su instinto se refleja a la perfección en “UGLY”
Una lucha cuerpo a cuerpo con sus demonios que casi siempre termina dejando al artista en el suelo rodeado de un charco de sangre y sin ver la salida. Este nuevo salto en su trayectoria es un agrio loop de dolor, incredulidad, falta de aceptación y angustia por parte de una figura que quiere encajar en la sociedad actual pero no sabe cómo hacerlo. “UGLY” refleja un Tyron que no solo hace música para sanarse a sí mismo, sino que busca que su mensaje se expanda a un público cada vez mayor. Es por eso que esta última entrega está generando división de opiniones entre los oyentes colocando al artista contra las cuerdas todo el tiempo, como si estuviera en una película de Aranofsky en la que tiene su propio corazón en la mano y no para de estrujarlo. El alma punk con la que se desarrolla “UGLY”, empujada por Dan Carey (Kae Tempest), hace que este mensaje de resistencia sea aún más poderoso con un Slowthai que está cómodo y auténtico dentro de este estilo. “It’s okay to cry, okay to cry” grita en “HAPPY”, la que es sin duda el hit del álbum con permiso de ese gran arranque inicial de “Yum” y “Selfish” en el que concentra todas sus miserias en apenas unos minutos. Ethan P. Flynn (FKA twigs) se cuela como uno de los nombres que más empujan los pequeños detalles que hacen de “UGLY” un gran proyecto. En especial, su participación en la creación de la fantástica “Tourniquet” donde colabora también Taylor Skye de Jockstrap. La llegada de Fontaines D.C. en las guitarras del corte que da nombre al álbum es otro de los grandes momentos del álbum. Y, sin duda, la apuesta de introducir a Sega Bodega en la producción de “Feel Good”, con la participación de Shygirl en los coros del tema, es todo un acierto.
ÁLEX JEREZ
POP / Todo el mundo necesita su particular banda sonora comming of age. Y si no existe, habrá que hacerla. Ésta debió de ser la reflexión de Wesley Joseph antes de ponerse con su segundo largo “Glow”, un álbum en el que se evoca una atmosfera cálida e intimista donde auto-explorarse entre inseguridades y un contexto inestable. A partir de avant-R&B, nos presenta a un rapero que hace pop, melodías funk y arreglos electrónicos. Sus letras giran entorno a saber si uno podrá estar a la altura. Una dualidad constante entre lo que es y lo que anhela ser. Destacan “Cold Summer”, que reúne todo el potencial de convertirse en un trend de TikTok; y la balada-rap experimental “Light Light”, en la que su voz pasada por autotune acaba por ser parte de la instrumentación. Finaliza sin desvelar cuál es esta otra versión de sí mismo que busca incansable, pero logra afinar un formato altamente pop y distintivo dentro del rap-R&B, que ya es mucho. EVA SEBASTIÁN
FLAMENCO / Esta oda a las pequeñas cosas, a, como canta en “Mi barrio”, “la vida son los detalles”, despega rebosante de compás y alegría, con la nave espacial que va “De Jerez a Plutón”, dedicada al gran Miguel Benítez, pasando, con mucha guasa y cachondeo, a la rumba-bacala “La makinita”, para seguir saboreando la verbena de felicidad sin pausa de “Los bares”, donde “la vida se pasa mucho mejor”, donde la vida “se ve de otro color”. El más poliédrico, divertido y mutante de los bailaores-cantaores, único en su especie, con el flamenco, el rock y la inspiración por bandera, puede zapatear con la misma frescura y pellizco en los ritmos reggae y soleados de “La Zalamera”, arrancarse por bulerías con “Mentira es”, o revisitar el himno “El vino y el pescao”, de aquellos superhéroes de barrio con los que hizo equipo en G-5 (Kiko Veneno, Muchachito Bombo Infierno y los Delinqüentes). DAVID PÉREZ MARÍN
Cora Yako Cora Yako Intromúsica/ Altafonte
INDIE POP / El segundo álbum de Cora Yako muestra su bien entendida fijación por los noventa, en una obcecación que resulta determinante a la hora de definir perfil y consecuencias de la referencia. “Cora Yako” viene protagonizado por ese indie-pop de guitarras con sabor (ya) añejo, que tan bien han sabido entender los madrileños en un total de diez canciones con mayoría de singles en potencia que mezclan melodías y distorsiones. Una obra al amparo de la sombra de Los Planetas, Dinosaur Jr, Weezer, Ash, Australian Blonde, Ride, The Smashing Pumpkins, Pixies, Jimmy Eat World o Sugar, retahíla de referentes todos ellos que, en el caso del cuarteto, solo cabe entender como merecido cumplido. Unas preferencias que, trasladadas al castellano, resuenan tan familiares como irresistibles, en una propuesta perpetrada por un grupo que puede que tenga poco de original, pero con una chispa no demasiado frecuente.
RAÚL JULIÁN
Inhaler Cuts & Bruises Polydor/ Universal
POP / U.S. Girls ya había coqueteado con la música disco y el funk en discos anteriores pero en “Bless This Mess” se lanza de cabeza a la pista y quita el polvo a su bola de espejos. No es el movimiento más innovador del momento (todavía resonando los últimos trabajos de Jessie Ware, Dua Lipa o Beyoncé), pero lo hace bajo su propio prisma, con ese toque más alternativo y extraño. La de Toronto estrena maternidad y, en vez de regalarnos un disco de nanas y susurros a su bebé, Meg Remy se viste de Kylie Minogue y sale a bailar, aunque cuanto más se aleja de la pista más pierde el disco, siendo un perfecto ejemplo de esto la canción titular, que no termina de encajar, ni de emocionar. A pesar de todo es un buen disco de una artista que sigue hablando de los males de nuestro tiempo, eso sí, esta vez bajo la vieja bola de espejos y con una colección de canciones destinadas tanto a tu cerebro como a tu culo. SERGIO ARIZA
INDIE POP / Inhaler responden a un tipo de grupo que se pasea, no sin riesgo, por esa fina línea que separa un indie-pop de bonito cuño y la canción algo hortera apta para la radiofórmula. Los irlandeses hacen equilibrios una y otra vez a lo largo del que es su segundo elepé y apostillan melodías contagiosas colocadas en canciones de rápida asimilación que, dependiendo del momento, resultan más o menos aprovechables. El cuarteto juega en una liga similar a la de Razorlight, The Kooks, Blossoms, Delays o The Pigeon Detectives y, con temario algo facilón y mensaje intrascendente, pueden llegar a sugerir que se tratan del típico placer culpable. Porque, al mismo tiempo, resultan dotados con cierto atractivo difícil de obviar. El mismo que motiva que “Cuts & Bruises” se disfrute de manera intermitente, mientras el grupo escala niveles de popularidad en Reino Unido con un producto conscientemente suave. RAÚL JULIÁN
Nacional Internacional
1 CRIM Cançons de mort
2 SFDK Inkebrantable
3 Vera Fauna Los años mejores
4 Madee Conundrum
5 Tomasito Agustisísimo
6 Los Mejillones Tigre EL fuego
7 Lildami Dummy
8 Cora Yako Cora Yako
9 Monteperdido Daño Físico
10 Juan Rios Aware
Los Mejillones Tigre
El fuego Boomerang
ROCK / Prepararos para sentir “El fuego” (23) en el cuerpo y bailar en una verbena tropical bajo un nuevo grito de guerra: “¡La cumbia es el nuevo punk!”. Los Mejillones Tigre vuelven a la carga con su segundo largo y, conservando su esencia tropicalista y salvaje, suben la apuesta y aumentan su ecléctica paleta sonora, con un extra de psicodelia garagera de ida y vuelta que te poseerá por mucho que te resistas. Del sabrosón y acelerado “Dale Candela” inicial, a esos sudorosos y pegadizos “40 grados (o más)”, pasando por esa pócima de garage para la alegría con “Agua de fuego”. Pura fantasía selvática a cada surco y por encima de todo: cumbia en vena. A fuego lento y empapada de LSD (“Lamento lisérgico”), o con adictivo ritmo endiablado que te empujará a “bailar pogo tropical” sin pausa (“La cumbia es el nuevo punk”). Un disco perfecto para darle una buena patada al frío.
1 Fever Ray Radical Romantics
2 Yo La Tengo This Stupid World
3 Algiers Shook
4 The Nude Party Rides On
5 Slowthai UGLY
6 Gorillaz Cracker Island
7 Zulu
A New Tomorrow
8 Skrillex Quest For Fire
9 Kali Uchis Red Moon In Venus
10 U.S. Girls Bless This Mess
POP ROCK / Ya nos sembraron en el pecho “Dudas y flores” (20) con su imprescindible debut, y esos son los aromas que germinan y crecen como lisérgicas enredaderas de neón en este segundo largo, más intimista y doméstico aún. Costumbrismo en vena a base de una personalísima poética de lo cotidiano, empapada de sones rumberos y tropicalistas, con un extra de soleado pop etéreo y caleidoscópico, rebosante de matices y atmósferas ensoñadoras. Una envolvente y refrescante brisa que te atrapa pasando por raíces sureñas y olas que funden sones multiculturales de las dos orillas, como en la arabesca “No quiero nada”, junto a Carmen Xía. Del galope ska con regusto a Pony Bravo en “Casa carreras”, o ese reggae “venenoso” de “Mira lo que tengo”, donde late fuerte la influencia del maestro de pelo plateado… un Kiko Veneno con el que hacen equipo a la perfección en la joya de la corona, “Martes”.
DAVID PÉREZ MARÍN