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The Blaze: emoción y baile
ELECTRÓNICA / Han despertado recelo desde sus primeros cortes, como casi todo lo que ha derivado del french touch en los últimos tiempos. ¿Por efectistas? No hay trampa en la pregunta: ellos disponen por y para que la maquinaria de la emoción funcione… y siempre consiguen recibo. Voces graves, coros puntuales, percusión profunda, teclados calmos y, zas, tormenta. Son como esas películas con carteles diáfanos, un solo actor conocido y participaciones en festivales de monóculo. Cannes, Toronto, Berlín. Obras cuya dirección de fotografía es impecable, el guión ingenioso, el soni… ¿La recordaré mañana? Los primos Guillaume y Jonathan Alric saben hacer pasar historias de extrarradio, crisis generacionales, cotidianidad y bucolismo por el filtro de la publicidad. Pero eso no hunde sus aspiraciones. Al contrario, ellos son conscientes del juego. Un juego que les llevó con su primer disco, “Dancehall” (18), a coronar todas las plazas. Ahora quieren repetir, pero con balas bailables. Algo parecido le ha pasado recientemente a Fred Again.., que para medirse ante semejante zafarrancho de directos, ha necesitado de savia nueva. “Jungle” tiene las piezas para gustar a un nicho aesthetic, pero también a públicos más masivos. Buena muestra de lo primero, el single “Dreamer”, o el inicio del disco: radiante. Una canción de cuna al estilo The Blaze, “Lullaby”. Coros vocales dulces, arreglos primaverales y un bajo demoledor que rompe hacia el IDM. Y para regocijo de los que cierran Sónar con gafas de sol y botella de agua, temas como –¡viva los bajos gordos!– “Lonaly”, “Madly” o “Haze”, que les acerca a Acid Arab en el ecuador del disco, estandarizando algo su vertiente más pistera. A destacar, por otros derroteros, la culebrera “Siren” o la prima hermana del “Orbs” de Jamie XX, “Eyes”. A medio camino, progresiones poderosas, como la de “Dust”: arreones que te sacan de un apuro de curro, que te motivan en spinning o te acompañan en un bajón. “Queríamos mantener el aspecto introspectivo que transmite nuestra música, sin olvidar que la gente también viene a bailar cuando nos ve en vivo”. Objetivo conseguido. Los que quieran, sabrán sacarle fallo a este “Jungle”, pero el horizonte de expectativas se ha cumplido. Emoción –rápida– y baile.
Reyko Fantasía Autoeditado
POP / Cómodos en su propio desorden, Reyko construyen un álbum con el que sentirse liberados sin perder su esencia. Una colección pop que enriquecen con nuevos desafíos y que se desarrolla de forma independiente teniendo como único enlace principal la frágil voz de Soleil e incluso perdiéndola al darle el peso a Igor en “All I Ever Do”. Partiendo de un inicio bastante inocentón e inofensivo como es “Tú y yo”, Reyko se apoyan esta vez en la sencillez para entregar cantos al amor y cortes que celebran la vida. Paisajes oníricos, loops de batería resultones y riffs de guitarra que se mueven entre el rock setentas y el pop alternativo de finales de los dosmil. Un híbrido entre la celebración de los temas de soft pop que tantas alegrías les han dado y la intención de dejar claro que son mucho más que una voz frágil y una base pegadiza.
ÁLEX JEREZ