Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma
En Latinoamérica la palabra coolhunter se empezó a utilizar hace menos de una década, y si lo traducimosal español sería algo así como “cazador de cosas chéveres”, sin embargo quienes se dedican a esto, además de vivir en la ciudad en la que se persiguen las tendencias y movimientos urbanos, tienen la capacidad de predecir qué va a pasar en el campo de la cultura, arte, arquitectura, fotografía, moda y consumismo, por lo que vienen siendo beneficiosos a la hora de hacer un estudio de mercado. Según Marta Belmonte, investigadora de tendencias y actual CEO y Analista de un blog llamado Entropía, “El coolhuntingno es buscar lo que es cool, el coolhunting es buscar aquello que mueve el deseo”, y no se equivoca pues además afirma que Colombia, especialmente Bogotá, es un sitio donde se ven las ganas y el entusiasmo de ser un país en el que todo es posible. Sin embargo, lo que más llama la atención es que Bogotá se ha vuelto el foco de empresas y franquicias
reconocidas internacionalmente, y aquí es donde es pertinente decir “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma”, pues evidentemente ellos vinieron a nosotros y nos damos cuenta al salir a las calles y ver como nos han invadido marcas provenientes de muchas partes del mundo, que sin duda alguna han visto un mercado potencial en Colombia. Entonces, es cierto que coolhunters internacionales nos han cazado, y le han dado un giro de 180° al mercado del país, puesto que marcas como Forever 21, Victoria's Secret y próximamente GAP y Claire's, que son asequibles para el bolsillo de estratos medios, han llegado para quedarse, y como dice Sergio Ignacio Soto, Director de Fenalco Antioquia, “los empresarios colombianos no deben temerle a la competencia, sino a la incompetencia”. Es decir, que esto no representa una amenaza para los emprendedores locales, sino una oportunidad para que la sociedad tenga la oportunidad de escoger y para que ellos se esfuercen por tener un valor agregado. Además no solamente han llegado marcas dirigidas a las masas, sino otras caracterizadas por el lujo, como Dolce & Gabanna y Tiffany& Co, con precios más elevados y con un nicho más exclusivo, anteriormente identificado en el país. Tampoco han arribado franquicias únicamente relacionadas con la industrial textil, pues Starbucks, competencia de Juan Valdéz, como muchos lo llaman y sitio consagrado como escenario digno para fotografías, que posteriormente el consumidor publica en Facebook, twitter, instagram y demás redes sociales (esperando recibir muchos likes) llega a Colombia en el 2014. Ya no es necesario pasear por la Gran Manzana, por los Campos Elíseos, ni por Bal Habour en Miami Beach para sentirnos cool, pues al parecer los coolhunters de otros países nos han etiquetado como una sociedad con un
consumismo potencial y en constante crecimiento, tanto asĂ que han decidido invadirnos. Si esto no es la prueba mĂĄs clara de que la capital colombiana tiene muchas tendencias que cazar, entonces ÂżquĂŠ esperan?... esta es la oportunidad para reinventarnos, ser los coolhunters de nuestras propias tendencias, pensar out of the box y dejar a un lado la incompetencia, para seguir siendo merecedores de compartir centros comerciales con marcas tan reconocidas mundialmente.