Hace mucho tiempo, en un bosque lejano y verde se encontraba la fábrica más grande de huevos de pascua. El gran y feroz lobo se volvió el dueño de la fábrica.
HacĂa que los conejitos trabajaran todo el aĂąo sin parar. Ellos tenĂan buena fama de artistas, se dedicaban a hacer, decorar y rellenar miles de huevos.
El gran lobo no los dejaba descansar, pues le gustaba ser rico y comprarse trajes caros. Daba mucho miedo y los conejos no se atrevĂan a decirle que era un terrible jefe.
Cada dĂa los conejitos estaban mĂĄs cansados y tristes. Su trabajo fue empeorando.
Los huevos de pascua se rompĂan fĂĄcilmente, los colores de la pintura se volvieron grises y los dibujos quedaban torcidos.
Y así, uno a uno, fueron tomando valor, y decidieron hacer un plan para escapar del lobo.
No podemos solo escapar del lobo, él volvería a la fábrica y podría maltratar a otros. Hay que asustarlo para que no vuelva nunca más!
- ¡El otro día vi a un conejo enorme que pasó por afuera! ¡Podemos pedirle ayuda, es más grande que el lobo!
AsĂ, una noche todos los conejitos huyeron en busca del gran conejo. Corrieron por el bosque hasta que se toparon con un animal gigante.
Ven se los dije, es enorme
¿Quién es enorme?-
e
Una voz molesta preguntó. Habían despertado al animal, se dió la vuelta... en efecto era grande.
-Oh, disculpe gran señor conejo, queríamos pedir su ayuda para asustar al lobo… hace que trabajemos hasta el cansancio, ¡es muy cruel con nosotros!
No soy un conejo enorme, amigos. ¡Soy un oso! Claro que puedo ayudarlos! El lobo es muy injusto y no debería de aprovecharse de alguien más pequeño que él. No se preocupen, yo me encargaré.
Al día siguiente en la fábrica, los conejos esperaban la llegada del lobo para inspeccionar. Pero no llegó, ni ese día, ni esa semana, ni nunca más.
Los conejitos se quedaron con la fábrica y las riquezas del lobo. Decidieron seguir trabajando pero ahora podían descansar diariamente y los fines de semana salían a visitar a su amigo el oso.
Todos estaban felices con su trabajo, y los huevos de pascua estaban quedando mรกs bonitos que nunca.