Jueves 21 de enero de 2016
Gravísima ausencia en ideario presidencial HELMER VELÁSQUEZ
Sin el campo es imposible gobernar.
No es propósito de esta nota, criticar con acritud el discurso de asunción al mando –cada vez más limitado, por cierto– del Presidente de la Nación; eso ya no tiene mayor importancia. Se trata de colocar en su justo término, la ausencia más notable de aquella perorata: El Agro. No hubo una sola referencia a las ingentes necesidades de la producción agrícola y el problema agrario. Aquel discurso de excelsa forma y enorme flaqueza de contenido, dejó fuera la referencia a uno de los pilares de la generación de ingreso y empleo en este país. Cualquiera podrá indicar, “bueno es un olvido y que en todos los discursos ha habido olvidos”; sin embargo tratándose de una de las
actividades económicas que más aporta al PIB y absorbe la mayor cantidad de la PEA, un olvido de esa envergadura es difícil de admitir. Así que o estamos frente a un yerro, de enorme magnitud o el desarrollo del campo no encaja en los planes de quienes administrarán este cuatrienio el Estado. Mucho menos encajará, el impulso al desarrollo agrícola desde la perspectiva de la Agricultura Familiar. El perfil del nuevo Ministro de Agricultura parece confirmarlo, se trata –dice la prensa nacional– de un empresario de la agroexportación sin experiencia en gestión pública. Hasta ahora se desconoce su propuesta de trabajo, lo cual impide conocer la orientación que imprimirá al ministerio o por lo menos su rango de intenciones. Otra cuestión que abona a nuestras razones del porqué de la grave ausencia discursiva, es que esta no es nueva: hurgando en las ideas de gobierno, que presentó el partido oficial –en la campaña electoral– el rubro desarrollo rural y en específico agro y agricultura; es absolutamente magro. No hay absolutamente nada sustantivo. Así que no parece que estemos frente a un olvido generado por la emoción del momento. Se trata –hasta que se demuestre lo contrario– de una postura político-económica, que puede tener nefastas consecuencias para el país. Así que estando en los prolegómenos de un gobierno “de renovación nacional” parece el momento oportuno para que organizaciones campesinas, cooperativas agrícolas, productores a pequeña escala y centros de pensamiento y acción social vinculados al campesinado, hagan saber al nuevo Ejecutivo, que sin el campo no solamente no es posible gobernar, sino que el desarrollo nacional no tiene ninguna posibilidad de salida. Ni siquiera la política de Seguridad Alimentaria –si existe– tendrá futuro sin elevar la producción de alimentos. Usted decide presidente Morales Cabrera. FUENTE: Columna de opinión publicada en la página 16 del diario elPeriódico.