Depósito Legal: B-28.873-2012
NÚMERO 2 2012
Editorial Domo Arigatô, Mr. Roboto! ¿No os ha sucedido alguna vez que después de salir de fiesta un viernes por la noche, gastando suela por los bares del casco antiguo de la ciudad, escanciando cerveza por el gaznate en un pub lleno de gente que no habla tu idioma, o levantando chupitos con un grupo de alegres muchachuelas, os habéis despertado, al día siguiente, en una sauna llena de hombres de negocios japoneses que te miran con recelo por tu uniforme de almirante de la marina, y te piden explicaciones por los destrozos causados en el aparcamiento por el caballo percherón en que llegaste? ¿No?, ¡¿No?! Está bien, supongo que esas cosas solo me pasan a mí… En fin, lo cierto es que estamos teniendo un sentimiento similar en el Montacargas. Cuando apenas habíamos terminado de vender todo el pescado en el Salón del Comic, nos encontrábamos, de repente, en un bar convenientemente cercano, brindando con jarras de espumosa, todos los miembros de la tripulación llevando los despojos del uniforme; rememoramos las prisas y los imprevistos de última hora, además de los numerosos amigos que acabábamos de hacer. De la barra seguían llegando las rondas mientras contábamos el botín amasado, leíamos en voz alta otros fanzines mientras los criticábamos con extremada saña, y, en general, nos reíamos a mandíbula batiente de todos los frikis y la organización del Salón del… Bueno, lo que estuvimos haciendo no viene a cuento. Al día siguiente, nos despertamos con resaca y, vaya, resultó que ya era el Salón del Manga. Entonces pensamos: “estamos exhaustos, no tenemos tiempo para perder en estas memeces de fanzines que no dan para ganarse la vida. Aún estamos cabalgando la ola del éxito con el que fuimos recibidos con el primero: no hay motivo para hacer un fanzine nuevo y para un público nuevo. ¿Cómo de irresponsables seríamos si nos apresuráramos a sacar otro número, motivados solamente por el vergonzoso y culpable impulso de codiciar la atención de las masas y sentir de nuevo el reconocimiento incondicional de los fans?” Pues eso. Que bienvenidos al Montacargas Oriental. P.D.: Este fanzine no comparte ni hace apología de comportamientos tales como la pesca de ballenas, el sexo consentido con colegialas y el uso del jengibre en las comidas. Por otro lado, admiramos la cultura japonesa ‘aunque tengan sus cosillas’.
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Sumario Sake
4
Reseñas
78
Gojira
10
Yoshio
80
Maldición
18
La primera flor
86
Yama-Uba
23
Gautama
91
Yuri Story
29
Bushido
98
Ying & Yang
34
Bajo control
107
Pato laqueado
44
Oneesan
116
Vacaciones niponas
48
Autores
124
Purikura
52
Agradecimientos
125
En tiempos de fotocopias
53
Samurai poseido
54
La Geisha y el Dragón
57
Devorador de luz
60
Oiran
62
You Win!
64
Yakuza otaku
66
Tinta aguada
69
Yorii
70
I, II, III
71
Moonlight samurai
74
Kusatta Ninger!
75
Ratazilla
76
Bunny Bulma
77
Ilustración de portada Pedro Moya Maquetación Agrio Imprime PUBLIDISA www.publidisa.com El Montacargas es un fanzine colectivo y sin ánimo de lucro realizado por alumnos y ex alumnos de la Escola Joso. Podéis contactar con nosotros en fanzine.montacargas@gmail.com visitar nuestra web fanzinemontacargas.blogspot.com o página de Facebook: Fanzine ElMontacargas.
SAKE por Alicia grande
SAKE - ALICIA GRANDE
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SAKE - ALICIA GRANDE
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SAKE - ALICIA GRANDE
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SAKE - ALICIA GRANDE
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SAKE - ALICIA GRANDE
9
GOJIRA por BENNY
GOJIRA - BENNY
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GOJIRA - BENNY
12
GOJIRA - BENNY
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GOJIRA - BENNY
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GOJIRA - BENNY
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GOJIRA - BENNY
16
GOJIRA - BENNY
17
MALDICION por sEBASTIÁN puñales
MALDICION - SEBASTIAN
19
MALDICION - SEBASTIAN
20
MALDICION - SEBASTIAN
21
MALDICION - SEBASTIAN
22
YAMA-UBA por VILLAIN
YAMA-UBA - VILLAIN
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YAMA-UBA - VILLAIN
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YAMA-UBA - VILLAIN
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YAMA-UBA - VILLAIN
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YAMA-UBA - VILLAIN
28
YURI STORY por LAURA SURRà
YURI STORY - LAURA SURRA
30
YURI STORY - LAURA SURRA
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YURI STORY - LAURA SURRA
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YURI STORY - LAURA SURRA
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YING & YANG por JORGE SENTís
YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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YING & YANG - JORGE SENTIS
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PATO LAQUEADO por MARCHUG
PATO LAQUEADO - MARCHUG
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PATO LAQUEADO - MARCHUG
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PATO LAQUEADO - MARCHUG
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VACACIONES NIPONAS por DANI CAMPOY (DIBUJO) Y JORGE SENT铆s (gui贸n)
VACACIONES NIPONAS - CAMPOY + SENTIS
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VACACIONES NIPONAS - CAMPOY + SENTIS
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PURIKURA - VIMENKA
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EN TIEMPOS DE FOTOCOPIAS - JM POLLS Brevísima crónica de algún como y algún porqué del Manga en nuestro país. Aunque parezca imposible, hubo un tiempo en que aquí no se leían mangas. Eran los días en los que Son Goku y sus compatriotas de papel impreso aparecieron por la península en formato fotocopia, haciendo crecer el ansia por conectar con el excitante mundo del cómic que se presuponía en el país del Sol Naciente. No importaba la calidad de la impresión, ni siquiera si el dibujo era original o una burda copia dibujada por lector aficionado. Las fotocopias, cual pepitas de oro, eran el ejemplo de la existencia de la gran mina. Hoy en día nadie sabe a ciencia cierta cómo empezó todo, de donde salió la primera fotocopia de Dragon Ball…Pero lo cierto es que la primera dio pie a una segunda y esa a otra, y ello derivó en un imparable proceso de intercambio y compraventa; La fotocopia se convirtió en un fenómeno y la fotocopiadora se elevo a nivel de icono mediático. El delirio tuvo su punto álgido en el salón del Cómic de Barcelona, donde una exposición de decenas de fotocopiadoras celebraba el fenómeno espontáneo de la fotocopia Manga…Pero tal como la fiebre llego, desapareció de igual modo. Las editoriales nacionales no podían ser ajenas por más tiempo a los nuevos aires estéticos provenientes de ultramar y llegaron por fin, Son Goku, sus parientes y tras ellos el infinito universo del cómic japonés. Suena a leyenda, pero puedo dar fe que, pese al énfasis impuesto en algunas de estos párrafos, todo es verdad. Ese fue el principio, así era el Manga en tiempos de las fotocopias. Josep Mª Polls, Jefe de estudios de la Escola Joso
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SAMURAI POSEIDO - GABRIEL RAMOS
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SAMURAI POSEIDO - AGRIO Samurai Poseído Los chillidos de las mujeres al ser forzadas, los gritos guturales de los guerreros al saberse muertos antes de cruzar las espadas, y los llantos de los niños todavía, casi cuatro siglos después, siguen resonando en sus oídos, produciéndole gran placer. Nadie, de entre todos los que le sirvieron, habría creído que Katsuo pudiera gozar con el más mínimo sufrimiento; atento con todos sus súbditos, desde el más humilde campesino hasta su más alto consejero, generoso y agradecido con su pueblo y piadoso con sus enemigos, a quienes siempre daba la oportunidad de redimirse, prometía pasar a los anales de la historia como uno de los más modélicos y bondadosos daimyō del antiguo Japón. Pero el paso de los siglos no es una ciencia exacta, y siempre depara algún que otro giro inesperado. Durante la visita de una caravana comercial procedente del único enclave extranjero de la isla, el de los holandeses de Dejima, un objeto llamó poderosamente la atención de Katsuo: un oscuro catalejo profusamente decorado y de exótica manufactura. El samurai pagó sin discutir el precio que los mercaderes pedían por él, y se retiró a atender sus asuntos gubernamentales, anhelando la llegada de la noche para poder disfrutar, en solitud, de su nueva adquisición. Estrellado el cielo y ya en sus aposentos, Katsuo sacó el catalejo de la caja que lo guardaba, acariciando el artefacto mientras admiraba sus detalles, jamás vistos anteriormente por él o cualquiera sus eruditos. Satisfecho con la inspección exterior, decidió comprobar si el instrumento funcionaba, por lo que se asomó a la ventana para mirar a través de él, y, en el momento en que fijó su pupila sobre la lente, se le heló la sangre: ante sus ojos, todo su han era arrasado por los clanes enemigos, su pueblo masacrado y los supervivientes llevados como esclavos. Entre las llamas de lo que era su palacio, distinguió una siniestra figura cornuda, que se deslizó hacia él, dejando un rastro de negrura a su paso, y moviendo su bífida lengua, susurró unas ominosas palabras en su oído. Tan inevitable era la tragedia como tentador el pacto; su modélica gestión había desatado los recelos del resto de daimyōs e, incluso, del Shogun, por lo que, en pocas semanas y sin previo aviso, sus tropas caerían sobre el feudo de Katsuo, aniquilando todo rastro de humanidad en un imperio que no podía permitirse abandonar el yugo y la espada. Todos estaban condenados, incluso la sabia figura del bondadoso samurai, encarnada en él más que en ningún otro noble, pero todavía había una oportunidad de sobrevivir eternamente a la desgracia, y se la ofrecía esta extraña bestia cornuda. Recientes hallazgos revelan, por el diario de su hombre de confianza, el pavor que éste sintió al ver el rostro trastornado de Katsuo ordenando que no se le molestase hasta que diera orden de reunir a todo el pueblo a las puertas del palacio.
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SAMURAI POSEIDO - AGRIO Pasaron las horas, y, cuando el sol empezaba a fundirse en el horizonte, tiñéndolo todo de rojo, sonaron las campanas que llamaban a todos los súbditos a personarse frente a las estancias de su daimyō. Se abrieron las puertas del principal balcón, y allí estaba Katsuo, el bienquerido samurai, enfundado en su armadura que, sorprendentemente, desprendía un extraño halo verde, y sosteniendo su espada en alto. Hombres y mujeres, extasiados por la imponente estampa de su amo, gritaron aterrorizados en cuanto éste lanzó un grito inhumano y empezó a salmear en una lengua ignota, mientras, con ágiles movimientos de katana, se infligía severos cortes en los puntos flacos de su armadura, regando en sangre a todos los congregados y mostrando una sorprendente mueca de placer ante las reacciones de pánico de éstos. Sus siervos más próximos intentaron abalanzarse sobre él para frenar semejante locura, pero era demasiado tarde; Katsuo clavó el arma en sus entrañas y saltó al vacío, cayendo en medio de la multitud y provocando que estos, cubiertos por su todavía caliente sangre, huyeran despavoridos. La noticia de tan blasfemo suicidio corrió como la pólvora por toda la isla de Honshu, y sirvió de excusa para que el propio Shogun ordenase arrasar un han tildado de maldito, presa de herejes y perversas influencias extranjeras. Los oficios funerarios de Katsuo se vieron interrumpidos por la irrupción de las tropas imperiales, que masacraron a una población todavía conmocionada por lo acaecido. Entre los escasos supervivientes, esclavos la mayoría, corría el rumor de que, durante el asalto, se podían oír unas terribles carcajadas procedentes de la caseta funeraria en la que reposaban las cenizas de su antiguo daimyō, y que ensordecían, incluso, los gritos de los que, en esos momentos, eran asesinados. Sea como sea, y pese a los intentos por parte de los distintos Shogun de acallar las habladurías, distintos escritos y crónicas bélicas de la época, mencionan, aunque veladamente, la misma inquietante carcajada sonando en las grandes batallas y asedios del periodo Edo, en Japón y, al mismo tiempo, en el otro extremo de Eurasia, cientos de navegantes llegaban aterrorizados a su destino tras haberse cruzado con la fantasmal y verdosa nave del Holandés errante. ¿Qué horribles artefactos descubrieron los neerlandeses en sus viajes por medio mundo? ¿Cuánta eterna maldición esparcieron por doquier? Solo los que tienen todo el tiempo del mundo poseen la respuesta. Agrio
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LA GEISHA Y EL DRAGON - LAMA
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LA GEISHA Y EL DRAGON - JORGE SENTIS La Geisha y el Dragón En los días antiguos, en la isla de Honshû, en la tierra bañada por el sol naciente, había un señor que gobernaba sobre todas las cosas. Mas no tenía dominio sobre sí mismo, pues quienes reinaban sobre él eran el deseo frustrado y el anhelo insatisfecho. Todos sus vasallos eran felices, siendo la felicidad un sentimiento persistente en la próspera región y, extrañamente, un sentimiento esquivo para él. Cansado de esta situación, armó a algunos de sus hombres y cogió un barco para hacerse a la mar, a la conquista de aquello que le faltaba. ‘No ha habido nunca geisha en Japón que no supiera encender en un hombre la llama del deseo’, pensaba el señor. Buscó y encontró a una geisha que se decía era la mejor de las islas, y le pagó para que le acompañara y tocase para él durante cuarenta días y cuarenta noches. La geisha aceptó. Acompañó al señor y tocó el shamisen para él, pellizcando con soltura las cuerdas del instrumento, y conversaron día y noche, incesantemente, pues ella venía del continente y atesoraba muchas anécdotas. Pero el señor pronto se aburría y tuvo suficiente. Bajó por la gruta de una montaña, donde se decía había un dragón que concedía deseos a quien tuviera la fortuna de encontrarlo. Cuando él y sus vasallos ya no podían respirar y ni recordar la luz del sol, solo entonces encontró al dragón, una gran sierpe astada. El señor formuló toda clase de deseos, pero ninguno le satisfacía. El dragón lo tomó como algo personal, e insistió en concederle más. El señor no obstante, se dio por vencido, y marchó. Poco se sabe de lo que pasó al señor después de aquello… pero al poco llegó a la cueva del dragón la geisha que había conocido el señor, preguntando por él. El dragón le dijo que ya hacía tiempo desde que marchó. De todos modos, le ofreció a la geisha un deseo. La geisha pidió un shamisen nuevo, y el dragón quedó cautivado tanto con la música, que le dio una orquesta entera. Y ella escuchó su música como nunca, ahora que ya no tocaba sola… así que siguió tocando para el dragón. Y el dragón siguió concediéndole deseos para que tocara.
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LA GEISHA Y EL DRAGON - JORGE SENTIS No tardaron en olvidarse del señor y su absurda búsqueda: ‘¡Qué estúpido!’ decían ‘Siendo señor, no sabía que la felicidad es hacer feliz a otros, no a uno mismo’. Pasaron los años y de la gruta del dragón dejó de llegar la música. Quien descendía al corazón de la montaña encontraba allí a la serpiente magnífica, tumbada perezosa sobre el costado, dando la espalda a la geisha, que estaba rodeada de riquezas y tesoros imposibles, aunque ella parecía que no les daba valor alguno. De vez en cuando el dragón exclamaba: ‘¡Mujer, trabajo muy duro para que puedas tener todo lo que se te antoja, y ya ni siquiera tocas la música como lo hacías antes!’, a lo que la geisha respondía ‘¡Música! ¡Eso es en todo lo que piensas! ¿Cuándo vas a levantar el culo y salir de esta maldita cueva?, ¡Estoy harta de esta maldita cueva! Jorge Sentís
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DEVORADOR DE LUZ - JOKIN
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DEVORADOR DE LUZ - GABRIEL RAMOS Devorador de luz Era temprano para morir aquella noche, todavía no, no antes de mi cometido. En cuanto mi jefe me encomendó llevar una carta sellada por el mismísimo maestro Akitsushima, me cegó tanto la prisa que olvide mi espada. Ya no importaba, después de lo que paso en la carretera periférica de la ciudad, cerca de nuestro templo, era de vital importancia que el mensaje fuese entregado lo antes posible a Dōngyíng, capitán de la guardia nocturna. Esos malditos desgraciados... Creían que por ser de la guardia nocturna pueden actuar a su antojo. Solo eran meros novicios de su guardia, pero sus actos fueron penados con la muerte; al fin y al cabo, aunque solo fuera un sirviente de Akitsushima, maestro de nuestro templo Ginzuishou, tenía un gran valor para nuestro propósito. Desconocíamos los motivos que les llevaron a matarlo, pero ahora que estoy muerto no quedan misterios para mí. Oscurecía a cada paso que daba mientras entraba velozmente en Hikaru, ciudad de oscuras anécdotas y resplandecientes logros. Era enorme, lo suficiente para que cualquiera que no deseara ser visto pudiera esconderse durante meses, lo cual me daba ventaja. El capitán de la guardia nocturna todavía no tenía noticias de lo ocurrido, y por lo que sabíamos, uno de sus guardias novicios consiguió escapar cuando los capturamos tras haber asesinado al sirviente. El súbdito trasladaba lejos del templo un pequeño cubo plateado y adornado con gemas de color azabache, oscuras como el alma que contenía: un demonio devorador de luz, capturado de las profundidades que acechaban el templo. A pesar de su discreta apariencia, los guardias lo tomaron por un ladrón y acabaron con él. El cubo no fue encontrado cuando dimos con ellos. Sentía que algo seguía mi sombra... No tarde mucho en escabullirme de las miradas inquietas de los soldados de la ciudad, ya que mi vestimenta del templo sin llevar la espada propia de sus guerreros, empuñadura y hoja de oro, llamaba la poderosamente la atención. Pero por algo confió en mí el maestro Akitsushima para hacer llegar el mensaje sellado. No solo era hábil por mis dotes con la espada, sino también por mi sigilo. Quedaba poco para llegar al cuartel de la guardia nocturna y entregarle el mensaje sellado a Dōngyíng, creía estar a salvo entre las sombras de los grotescos edificios de la ciudad, pero no fue así... Ojos brillantes como mil soles me cegaron mientras apenas pude intuir como una forma, desde uno de los tejados, saltaba hacia mi mientras susurraba estas palabras en mi cabeza que darían paso a mi repentina muerte: -No me atrapásteis mientras escapaba de vuestras espadas doradas, este guardia nocturno me esta sirviendo bien... ¡Uno a uno la gente de tu templo estáis condenados a MORIR, mi SED DE SANGRE es y será INSACIABLE!Gabriel Ramos
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OIRAN - LEYRE
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OIRAN - LEYRE
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YOU WON! - PEDRO MOYA
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YOU WON! - AGRIO Desde que tengo uso de razón me recuerdo con un mando entre las manos. Horas y horas luchando sin otra arma que mis pulgares, agudizando mis reflejos hasta límites insospechados o exprimiéndome el cerebro con todo tipo de puzzles y acertijos. Y solo, sin ayuda ni –sería impensable- un entrenador, como los deportistas de aquel entonces. Cuando un joven Ussain Bolt batió casi un sigo de records de velocidad, otros tantos habíamos batido infinidad de sagas y procesadores artificiales, pero a ojos del resto de la sociedad, mientras que la primera marca era objeto de admiración y abría todos los informativos del planeta, nuestro logro y tenacidad se resumían en una sola palabra: frikis. Como yo, millones de jóvenes eramos despreciados, tratados como parias e, incluso, ¡Como enfermos!, cuando lo único que hacíamos era consagrarnos a nuestra pasión, a una competición que, con el paso del tiempo, ya no fue solamente contra la máquina, sino contra millones de jugadores. ¡Una cifra con la que ni la mayor de las olimpiadas habría soñado! Quizás fue esa creciente popularización y el inexorable avance del progreso y las nuevas generaciones los que nos llevaron adonde estamos ahora, en una situación de igualdad con el resto de deportistas, siendo atletas de lo virtual y campeones entre masas, reconociendo, finalmente, nuestra condición y esfuerzo. Pero de lo que no hay duda, es de que sin la entereza y aplomo de miles de frikis, jugones, hikikomoris o cualquier antiguo término despectivo con el que se referían a nosotros, todo esto no sería posible. Por todos ellos, por todos vosotros, van estos primeros juegos olímpicos con modalidad virtual. Dad al mundo real lo mejor de vuestos avatares. YOU WON! Discurso de Hiro Amagawa en la ceremonia de inauguración de los J.J.O.O. del 2028, primer miembro del COI en representación de las disciplinas del videojuego, y presidente del Equipo Olímpico Japonés.
Agrio
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YAKUZA OTAKU - ADRIAN BUSTO
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YAKUZA OTAKU - JORGE SENTIS Yakuza Otaku -Así que vuelvo a la lavandería, y le pregunto a Daisuke si se ha ocupado del asunto. -¿Y se había ocupado del asunto…? El hombre se secó las gotas de sudor de la frente y se aflojó el nudo de la corbata, dejando ver algunos de sus tatuajes debajo de la camisa, como si de una camiseta interior se tratase. -No, no se había ocupado del asunto, ¿y sabes por qué? –contuvo su discurso un momento, desencadenando suspense con una calada al cigarrillo-. Por esa maldita mierda del anime. Esa mierda nos está robando a nuestros hijos. Me dice que no había podido matar al tipo, y me dice que fue porque Son Goku no lo aprobaría. Y yo pensando ‘este no es el hijo que yo he criado’: mi chico habría apretado el gatillo seis veces sobre ese usurero ingrato hasta que no quedaran balas en el revólver. -¿Son Goku? ¿Quién es ese Son Goku? ¿Uno de esos hijos de puta del puerto que nos han estado robando? -su socio se incorporó crispado en el taburete, dejando luego el vaso de barato bourbon japonés sobre la barra. -Que va… es uno de esos anime. Una especie de ‘Super-Man’ japonés. Te digo una cosa: mi hijo se equivoca. Yo he visto la serie y ese crío con cola de mono es un matón. ¿Dice que salva al mundo, no? ¡Gilipolleces! La mitad de los villanos de la serie solo hacen daño a inocentes para obligarle a pelear, como Celula, Vegeta o Piccolo. Quieren medirse con él: lo único que tendría que hacer para salvar vidas es dejar de ir proclamándose ‘el mejor luchador del mundo’ y ganando torneos de artes marciales. -Así fue como se cargaron a Katsuro, por ir fardando en el barrio de los Tong. -Exacto. Igual. ¿Y sabes qué? Se pone a criticarme como padre. Me culpa por ir a la cárcel y perderme su infancia, ¿Y que me dices de tu querido Goku?. Aún con mujer e hijos nunca ha dejado de buscar pelea. Y cuando lo matan, y tardan un año en reunir las bolas de dragon
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YAKUZA OTAKU - JORGE SENTIS y resucitarlo, lo primero que hace siempre es volver a la pelea. -El jefe solo tardó seis meses el año pasado en reunir el dinero de tu fianza. -Claro… Así que al final me planté y le dije: ‘Hijo: estás adorando a un hombre que nunca se dignó a buscar trabajo para poner un puñetero plato de comida sobre la mesa. Yo visto y doy de comer a mi familia sin tener que destruir planetas en el proceso. Solo mato a un par de soplones por semana. -¿Y qué te dijo? ¿Le hiciste recapacitar? –el tipo da un trago largo a su copa. -Ha dejado de ver Goku, pero ya no quiere ser yakuza. Quiere ser ninja como Naruto… -Mierda de animes… Jorge Sentís
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TINTA AGUADA - LEO
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YORII - LEO PACIAROTTI
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YING & YANG I - -HILKENv HILKEN
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YING II - HILKEN & YANG - HILKEN
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MOONLIGHT SAMURAI - DIEGO IIIBERNARDO - HILKEN
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YING & YANGSAMURAI MOONLIGHT - HILKEN JORGE- SENTIS DIEGO BERNARDO
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KUSATTA NINGEN! - ALEX FERREIRO
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RATAZILLA - VIMENKA + PACIAROTTI
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BUNNY BULMA - LEO PACIAROTTI
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RESEÑAS - ERNESTO GOMIS + AGRIO DRAGON BALL, EDICIÓN LIMITADA 20 ANIVERSARIO Con motivo del vigésimo aniversario de la mítica serie en España podremos adquirir en el marco del Salón del Manga de Barcelona 2012 la reedición de Dragon Ball, la obra por excelencia del genial Akira Toriyama. Sobran las presentaciones ante el que fuera responsable de innumerables horas de diversión en nuestra infancia. Goku, Bulma, Krilín y compañía vuelven para brindarnos las divertidas y emocionantes aventuras con las que disfrutamos ante el televisor y ante las míticas “series” blanca y roja. Tanto si no tuviste ocasión de sumergirte en el mundo de Goku, como si eres un fan nostálgico, la obra de Papá Tori es de lectura obligatoria para todo aquel que se precie de gustarle el manga y el género de aventuras. Akira Toriyama, Dragon Ball. Planeta DeAgostini Cómics. Edición limitada 20º aniversario. 2 volúmenes. 45 euros.
TEkkON kINkREET En Tekkon Kinkreet seguimos las andanzas de dos hermanos: Shiro y Kuro. El primero es inocente e infantil, mientras que el segundo es violento y protector para con su hermano… y es que ambos viven en el peligroso distrito de Takara-chô, hervidero de mafias y corrupción. Taiyou Matsumoto, autor poco conocido en nuestro país, consigue con un estilo propio y bastante alejado de los estándares del manga, construir una historia atrayente y con mucha personalidad, cuyos principales atractivos son el contrapunto entre los dos hermanos y la evolución psicológica de ambos así como la personalidad que el autor otorga al propio distrito de Takara-chô, que acaba por ser un personaje más. Taiyou Matsumoto, Tekkon kinkreet. EDT. Volumen único. 600 páginas en blanco y negro. 20 euros.
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RESEÑAS - ERNESTO GOMIS + AGRIO PESADILLAS Katsuhiro Otomo nos enseñó con Pesadillas algunas de las claves de su estilo en trabajos posteriores (principalmente en Akira, su obra maestra). Pesadillas nos cuenta el duelo entre Cho-sam, un anciano, y Etsuko, una niña, ambos con extraordinarios poderes psíquicos. El anciano es un peligroso asesino que encontrará como único obstáculo a la niña, que será la única en hacerle frente. Ambientada en un agobiante bloque de pisos japonés, la disputa sirve también a Otomo para hablar de forma velada sobre algunos miedos de la vida moderna (la deshumanización gradual de la sociedad y la violencia inherente al ser humano). Su trazo preciosista, agobiante y detallado, contribuye a crear un excelente thriller de terror. katsuhiro Otomo, Pesadillas. Norma Editorial. Volumen único. 240 páginas en blanco y negro. 13 euros. TOkIO ES MI jARDíN Nouvelle manga, procedente de Francia, como David Martín, el protagonista de este cómic, un galo afincado en Tokio en calidad de representante de una marca de coñacs. Descubridor y gozoso de la vida nipona en todas sus vertientes excepto en la laboral, se verá en serios aprietos en cuanto su jefe, tras dos años de nefastas ventas, decida ir a comprobar cómo se desenvuelve su empleado. Ante esta situación, Martín, tendrá que poner toda la carne en el asador para que tanto su empleo como una incipiente historia de amor no se vayan al garete. Pese a que el argumento no pinta mal y está bien resuelto, es inevitable comparar esta obra con otras de sus autores, Boilet y Peeters, y, francamente, sale perdiendo. Ni la aceptable narrativa ni el encanto de los personajes logran eclipsar sus anteriores trabajos, lo cual, ojo, no significa que Tokio es mi jardín sea un mal cómic, sino que Espinacas o Las Ciudades Oscuras son grandísimos tebeos. Por lo tanto, os la recomendamos, pero no sin antes haber echado un vistazo a los otros dos títulos. Fréderic Boilet y Benoît Peeters, Tokio es mi jardín. Ponent Mon. Tomo único, 150 páginas en blanco y negro. 12,50 euros.
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YOSHIO por ROCHA
YOSHIO - ROCHA
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LA PRIMERA FLOR por Cristina ubero
LA PRIMERA FLOR - CRIS UBERO
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GAUTAMA por RUBENFER
GAUTAMA - RUBENFER
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BUSHIDO por ERNESTO GOMIS (DIBUJO) y H茅ctor gomis (GUI贸n)
BUSHIDO - ERNESTO GOMIS
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BAJO CONTROL por AGRIO
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ONEESAN por MÓNICA GARCÍA (DIBUJO) y JORGE SENTÍS (GUIón)
ONEESAN - MONICA + SENTIS
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