Identidades Nuevo León

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IDENTIDADES nuevo le贸n

r u b 茅 n m a r c o s y a l e j a n d r o c a r ta g e n a



IDENTIDADES nuevo le贸n


Curaduría Catálogo Carlos Aranda Márquez Diseño Editorial Eduardo Leyva

D.R. © 2006 FONDO EDITORIAL DE NUEVO LEÓN

Impreso en México ISBN 970-9715-20-8

Queda prohibida la reproducción parcial o total de la obra por cualquier medio -incluido el electrónico-, sin permiso escrito por parte de los titulares de los derechos.




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En la formación de una cultura se conjugan factores derivados de herencias, temperamentos, condiciones y circunstancias que se muestran en la identidad, investidura natural del individuo. Cuando el tiempo incide en el perfil de origen a través de la fusión de costumbres, de transformaciones tecnológicas o, simplemente por el abandono de ciertas prácticas que se suplen por nuevos procedimientos, emerge una identidad renovada. Corresponderá a académicos y promotores recuperarlo para preservar la memoria. Rubén Marcos y Alejandro Cartagena, se han dedicado a redescubrir a los nuevoleoneses, a ponerlos frente al espejo en un plano espontáneo, en el que pueda surgir su gesto habitual. Cristalizar este proyecto en un libro conllevó la colaboración del Fondo Editorial de Nuevo León con la Universidad de Monterrey y su Centro de Información Regional sobre las Artes Visuales, ambas instituciones comprometidas en la difusión de la creación artística del estado. Vayan nuestros parabienes al entusiasmo y al talento de Rubén y Alejandro quienes con cámara en mano, recorrieron el estado para actualizar el cedulario del nuevoleonés, y dejar su testimonio en estas Identidades Nuevo León que recoge y materializa sus experiencias.

Roberto Salinas Director del Programa y del Departamento de Arte Universidad

de

Monterrey



Geografías imaginarias y aldea global / Carlos Aranda Márquez

Empecemos por el primer problema epistemológico: ¿Cómo designar nuestro objeto de estudio? Identidades Nuevo León, el proyecto de fotografías de Rubén Marcos y Alejandro Cartagena, elude desde un principio nuestro proceso de análisis. Veamos en frío lo que sucede: los artistas decidieron tomar fotografías de pobladores de 25 municipios de los 51 que constituyen el estado de Nuevo León. Las poses de cada sujeto son simples y ninguna de las 850 personas escogió y vistió ropas de gala para ser fotografiados. Sus ocupaciones no muestran ningún rasgo sobresaliente ni tampoco su atuendo nos manifiesta un índice específico; los que decidieron posar solamente dan su nombre y a qué se dedican. Ahora bien, ¿cómo podemos acercarnos a esta investigación visual? Y ¿qué es? Desde la invención de la fotografía, hemos visto los usos documentales que se le han dado al medio: tarjetas de visita, carnets de identidad, pasaportes, identificaciones carcelarias y hospitalarias y en nuestra historia contemporánea, su uso más conspicuo radica en el hecho de que el Instituto Federal Electoral ha tomado registros fotográficos de los adultos mayores de 18 años en todo el país. El siguiente problema que debemos abordar es ¿cuál es la preocupación central de los fotógrafos al emprender esta serie? En un principio, existe una proposición formal por averiguar si hay un rasgo étnico o cultural, regional, un alma; un algo que defina a estas personas como típicamente neoleonesas. Creo que podemos entender esto si lo contrastamos con lo que ocurre en otros estados de la república. Citaré un caso que conozco: en Oaxaca, los oriundos del Valle de Oaxaca donde se construyó la capital, llamada Oaxaca de Juárez, se autonombran los propios y a las otras dieciséis etnias las llaman los extraños. Modo sutil de ejercer el control económico, con un cierto resabio de racismo velado. Las personas de afuera del estado no alcanzan ni siquiera una denominación


Las vestimentas, el lenguaje y las costumbres son definitorios en el caso de Oaxaca pero no en el de Nuevo León. Por el contrario, su indumentaria habla de una globalización presente, que abarca desde preocupaciones tribales hasta mimetizaciones urbanas para confundirse con el grupo. Tendríamos que usar otros marcadores sociales o culturales para poder contestar esta pregunta. Identidades Nuevo León tiene varios nobles antecesores. Creo que podemos comenzar a aprehender el problema si analizamos sus genealogías. Empezamos por aquéllas del siglo XIX. Una vez que se popularizó el uso de la fotografía como una herramienta para identificar personas, los miembros de las clases pudientes hicieron de las famosas Carte de Visite un requisito social para poder ser aceptados en sociedad. Más adelante, Alphonse Bertillon, jefe de investigación criminal de la policía parisina, desarrolló una teoría antropométrica para identificar delincuentes y como parte de su método fotografió a personas encarceladas en Francia a finales del siglo XIX para concluir que la formación genética podía demostrar fehacientemente quién era un ladrón y quién no. En la primera mitad del siglo XX, un artista alemán creó una nueva modalidad en la concepción del retrato. August Sander fotografió todos los oficios desde el ladrillero hasta el canciller en sus entornos naturales. A mediados de la década de los años cincuenta, el fotógrafo estadounidense Edward Steichen se hizo cargo de un proyecto muy ambicioso en el cual participaron muchos artistas alrededor del mundo: The Family of Man reflejaba una esperanza frente a la barbarie más reciente de la segunda guerra mundial y se tradujo en una magna exposición itinerante y un catálogo con poemas escogidos por Steichen. En México, conocemos, entre otros, dos proyectos fundacionales: Sumil Ilel de los artistas Enrique Cantú y Enrique Cava, quienes retrataron al submundo del arte en la ciudad de México en la década de los años ochenta. Este libro de los muertos reune unas tres mil fotografías de directores de museos, galeristas, artistas, curadores y entre otras faunas, los cazacocteles profesionales. En Nuevo León, el artista Juan Rodrigo Llaguno recupera la tradición de la fotografía dominguera naif con su proyecto Retratos de domingo. Identidades Nuevo León presenta otros problemas como investigación visual de un estado del país. Cada persona retratada ofrece varias lecturas, una de ellas es cómo se ha integrado a la vida social de su municipio y al mismo tiempo, cómo inventa o crea una identidad propia frente al otro. La mayoría de los jóvenes ofrecen un mensaje de asertividad frente al mundo adulto pero también codifican sus modos de pertenencia a determinados 10

grupos dentro del conjunto.


Veamos una parte de la franja: un cholo será siempre el personaje más marginal porque se imagina como miembro de una tribu cuyos nexos vestimentarios están emparentados con la mara salvadoreña, el cholo del este de Los Angeles, California, o los cantantes hip hoperos de Detroit y a todos estos grupos sociales se asocia una idea de violencia territorial, negación del mundo como les fue heredado por sus padres y un tipo de música que los une. El otro lado de la moneda son las jovencitas niñas bien, vestidas al último grito de la aldea global. Pero, cada rasgo juvenil está diseñado para que encaje en geografías tan diversas como Filipinas, Paraguay o las adolescentes del Uncertain States of Europe, investigación realizada por el arquitecto Stefano Boeri sobre esa rara franja de productividad agrícola de los países más ricos de Europa que contratan la mano de obra más barata de los antiguos países de Europa del Este, hoy integrados al Mercado Común Europeo. Pero Identidades Nuevo León se mueve en otros sentidos. Es un proyecto que reclama viajes, gente formada en los días calurosos del verano o los inclementes días fríos del invierno, la incertidumbre de si este sujeto entiende la mecánica básica de la pose o si aquella señorita es muy seductora para el proyecto. El fondo blanco, la inexpresividad anhelada en los rostros y el encuadre someten a nuestros sujetos pero las personas traen sus bagajes y se escapan del cliché de la foto. Su carisma o su ausencia se extrapolan con fuerza y cada uno empieza a reclamar su lugar en el álbum familiar. Entonces, vemos que los grupos sociales de cada municipio cobran una personalidad propia. El rostro y el gesto generan una nueva gramática que permite imprimir un sello propio a cada persona. Rubén Marcos y Alejandro Cartagena enfrentaron el reto de proponer un modo de lectura del “alma neoleonesa”. No intentan hacer un estudio visual del INEGI ni tampoco un Domesday Book del estado, y al mismo tiempo evitan el panfletarismo. Identidades Nuevo León es un espejo a través del cual podemos reflexionar, qué rasgos nos hacen únicos y cuáles nos convierten en seres universales. Al final la verdadera fuerza de este trabajo radica en la transformación de la preocupación artística del proyecto inicial, en una escultura social.

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Querencias y retratos /

José Luis Solís Olivares

Y tú... ¿de quién eres? El retrato tiene su verdadera validez en relación al contexto y sus inferencias, este concepto y las imágenes del presente libro me regresan a cuando tenía ocho años y visitaba el pequeño pueblo tamaulipeco donde mis padres crecieron: Comales. En aquella ocasión me dirigí a una tienda cercana a la casa de los abuelos; cabe aclarar que esos establecimientos eran todo un encanto y revelación para un niño que había pasado la mayor parte de su vida en el D.F. ¿En qué consistía el encanto? Sencillo: La “Tiendita” del pueblo fronterizo tenía más productos americanos que mexicanos (por ejemplo había más de 4 tipos de sweetarts). En aquel día descubrí que había un deleite mayor que el hedonismo infantil. - Y tú... ¿de quién eres? Silencio de mi parte ante el extraño cuestionamiento que la amable mujer detrás del mostrador de la “Tiendita” me hacia. - Tú has de ser Solís. Tal fue mi asombro ante el acto de prestidigitación que los Milkyway, Three Muskeeters, Snickers y Butterfingers desaparecieron de mi atención. - Sí, me llamo José Luis Solís. - Seguro eres del doctor Hernán, porque hablas como gente de la capital... por cierto ¿cómo está mi madrina Socorrito? Regresé corriendo a la casa de los abuelos -sin chocolates ni sweetarts- a contar el insólito acontecimiento de adivinación que había experimentado. A mis padres no les sorprendió tanto el hecho, mi madre volteo a ver a la abuela. - Oiga doña Lucy... ¿qué me dice de la ahijada? ¿Podemos identificarnos los nuevoleoneses por alguna característica en particular? ¿Será posible decirle a alguien por su fenotipo que debe de ser de Ramones o Lampazos? ¿Existe el rasgo característico de Mina? A grandes rasgos -y en búsqueda de rasgos- es

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difícil y superfluo buscar respuestas fisonómicas que satisfagan clasificaciones como las de comportamiento de Lawrence o estructuralistas a la Levi Strauss. Luego entonces... ¿Qué busca el presente libro? ¿Clasificaciones? ¿Identificaciones? ¿Revelaciones de lo norteño? ¿Arquetipos? ¿Darwinismo neoleonés? Considero que el valor primordial de las imágenes incluídas es revelar como uno hace esfuerzos por adecuarse a su entorno, si bien los rasgos físicos pueden darnos ciertas guías identificatorias, lo imperante en el volumen que sostienen en sus manos es la capacidad de las representaciones para adentrarnos a la forma en que los habitantes del Nuevo León deambulan e intentan mimetizarse en su entorno. En Identidades Nuevo León impera la narrativa inherente sobre el fenotipo adjetivador, el símbolo en contra del folklorismo, la actitud sobre la pose, el modus vivendi vs. arquetipo, el semblante vence a la adjetivación y la querencia se renueva en cada imagen. Y regresando a la tiendita... No creo que tenga rasgos comaleños, pero en lo que sí creo es en los esfuerzos familiares por acercarnos al pueblo fronterizo. Mi padre tiene una veintena de cuentos de la comarca y en sus ensayos psicoanalíticos regresa a su pueblo de manera consciente e inconsciente; mi tía Alicia Olivares García junto a mi madre María del Socorro fundaron una casa museo en el pueblo a manera de honrar la estirpe de la familia Olivares García y de esa manera aportar al fomento de la cultura en nuestra comarca; en la década de los noventa escribí mi primer obra teatral centrando la trama en la vida de Abel Quezada y su relación con Comales. Yo me sentí más comaleño, pero mis caracteres físicos no se transformaron, es decir, existe una empatía al entorno, mimetizamos nuestra apariencia y conciencia a la región que nos da herencia, espiritualidad y existir. En Identidades Nuevo León Rubén y Alejandro juegan con el imaginario colectivo y su “deseo” por identificar lo norteño, sus retratos más que mostrar, cuestionan lo que significa vivir en el estado, al ver las fotografías uno termina con sed de 38 grados, capas muy finas de polvo en el pelo, olor a mezquite, gusto por el trabajo, shoping, futbol, tono de celular y taconeo de bota. Más que dar a conocer la gente de Nuevo León, los autores logran su mejor punto al revelar cómo viven, sueñan, trabajan, coquetean, retan, bromean, presumen y defienden su intimidad los nuevoleoneses. La muestra de imágenes es un claro ejemplo de la imposibilidad (y a la vez la inutilidad) de la identificación-clasificación-adjetivación. Lo que si es un hecho incuestionable es el ritual al que nos someten los fotógrafos, ritual intrusivo e hipnótico que nos obliga a cuestionarnos ¿Y tú... de quién eres? ¿De donde 14

vienes? En fin... ¿Cuál es tu querencia?


Habrías de darme razón Los retratos intelectuales existen, lo que es más, me he dedicado a cultivarlos y multiplicarlos en los últimos años. En orden de adentrarnos en lo expuesto cito a continuación una parte del anteproyecto con el que los autores concursaron y ganaron el apoyo del programa del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Nuevo León: Así como existen ideologías y costumbres distintas, también hay una diversidad fenotípica entre sus habitantes, pero, ¿cómo y quiénes somos los habitantes de Nuevo León? Al omitir iconografía municipal por medio de la utilización de un fondo neutro, se pretende lograr el aislamiento del sujeto fotografiado de su medio ambiente tridimensional quedando sólo su registro en un plano bidimensional y una ficha técnica con su nombre, ocupación y municipio, logrando así la unificación que enfrentará al espectador con una realidad más objetiva de quiénes y cómo somos. Tuve el gusto de conocer a Rubén y Alejandro cuando el presente libro era un retrato intelectual apenas vislumbrado en su inquietud creativa. Recuerdo que cuando impartí en el Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León el curso “La relación forma, fondo, objeto de estudio y función en la creación de proyectos artísticos” me encontré con los autores cuando su retrato intelectual estaba dotado de pasión y creatividad, pero adolecía de metodología y sustento; ambos desplegaban una ansia creadora envidiable y no está de menos aclarar que en el curso se revisaron más de 15 proyectos distintos y desde un principio éste que hoy vemos fue el eje metodológico para intentar traducir visiones artísticas y retratos intelectuales en proyectos. Nunca olvidaré las sesiones en que se discutía la naturaleza del proyecto y sus alcances artísticos en contraposición de sus referenciales etnográficos e histográficos; el proyecto sedujo al grupo rápidamente, de ahí que los comentarios al anteproyecto deambulaban del sarcasmo a la adulación, o bien, a la confrontación despiadada para ver si no era una serie de fotografías “postalosas”. Realizar una serie fotográfica, en formato 35mm de habitantes de los diferentes municipios de Nuevo León. Se busca una visión estética, objetiva y fenotípica, que saque de contexto y aísle al sujeto fotografiado (uso de fondo neutro), mostrando así diferencias y similitudes que dejan a un lado estereotipos preexistentes de quienes son los habitantes del Estado y enfrentando al neoleonés a una reconsideración de su propia identidad frente a la identidad de los retratos

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¿Lo lograron? La respuesta no interesa, lo que realmente interesa es ver cómo lo evolucionaron, es decir, cómo pasaron del retrato intelectual a la traducción artística, cómo validaron sus conceptos en estéticas significativas, cómo evolucionaron sus posturas en composiciones catárticas, cómo transformaron su retrato intelectual en un retrato de la idiosincrasia del neoleonés. En el rancho dirían: ¿Habrías de darme razón? ¿Qué se traen los muchachos tomándole a la gente con una sábana detrás? ¡Güercos sonzos! Pura gente de uno Siempre he considerado que un buen libro de retratos debe contener dos elementos primordiales para su funcionamiento, por un lado debe incitar a un efecto emocional claro y contundente que te lleve a introspecciones y recuerdos vivenciales, vivo ejemplo de lo anterior son las reflexiones acerca del pueblo de Comales de la primera parte de este texto; el segundo elemento debe crear en el público una necesidad narrativa de recrear el mundo de los “seres” que habitan los retratos; comento el segundo punto. En la primera foto del libro descubro a un abuelo buscando la eterna magia detrás del lente, le siguen los hermanos Martínez, próximos medio-izquierdo y centro-delantero del seleccionado nacional de futbol, luego el güero Ramón que se dirige al banco, a continuación una mujer orgullosa de su figura como de sus celulares, así como alguien que disfruta su pelo despeinado tanto como vestirse de rayas que combinen con el extensible de su reloj, uno que sabe que “el que busca encuentra”, un cholo que se considera artista como el “bato ese que me toma fotos”, el plácido semblante de un hombre de campo que nunca sufre de calor y puede usar sin problema alguno playeras negras debajo de su camisa, al ranchero tozudo que refleja en su hebilla de cannabis el desafío al contrato social, al güero Treviño que piensa cómo le va a hacer para reparar el guardaganado de su Compadre Melitón, a Camelia que no podía desperdiciar la oportunidad de lucir su top nuevo con su maquillaje rosa de ojos que le hace juego al collar y pantalón, al Rambillo que lucha por los jóvenes en acción, a La Mirna que siempre supo que si ella lo hubiera querido habría sido reina del pueblo el año pasado (¡Fácil!), a las hermanas Hernández que les contaron que andaban tomando fotos en la plaza, seguidas de las Camelitas que se arreglaron mejor “pa’ eso de las fotos” y rematando a las Martínez que fueron a dar una vuelta en el carro y se detuvieron a tomarse una foto, entonces veo al padre que yo quisiera ser cuando tenga hijos adolescentes, sigue el que afirma: “¡levanto pesas de a madre güey!”, luego el incrédulo adolescente que todavía no sabe a ciencia cierta si es libre su 16

expresión o loco su corazón, tenemos a padre e hijo que saben que en México hay dos cosas


sagradas: familia y futbol, “si me tomas una foto te doy uno de mis dulces.. pero sólo uno ¡eh!”, fíjense hasta la Monalisa envidiaría la sonrisa afable y sin compromisos de Amelia y su hijo Conradito, como si lo oyera... “Mira, mira...tan curiosos estos fotógrafos”, y parece decir: “Doña Amelia para servirle a usted y a la comunidad de mi pueblo”, no hay duda: distintas pero bien amigas, ¡¡¡All right, you are a star darling!!!, “Don Chano su atento y seguro servidor”, ¿Quién dijo que no hay influencias del Glam Rock en Nuevo León?, “Este chalecito lo hice el otoño pasado...”, El Clan del Backpack, “Hay que salir derechitas, derechitas prima”, “Oficial Manuel Villarreal Villarreal para servir al Estado Libre y Soberano de Nuevo León”, “Sobrex, sobrex tómame como quieras”, ¿Se acuerdan del famosísimo retrato de una mujer afgana con ojos verdes en la portada de un National Geographic?, otro que no sabe “por qué chingados tengo los ojos verdes”, Sin quererlo la paleta monocromática al gris quedó perfecta, ¿Y qué me dicen de la paleta monocromática al rosa?. Y la escala del verde al azul no canta nada mal las rancheras, perfecto ejemplo de la inmigración alemana en Nuevo León, qué cosa tan bella es la anarquía en rosa, Pedro que desde chico le gustó cantar “se levanta en un mástil mi bandera, como un sol entre ...” pero siempre se preguntó que eran los Céfiros y los Trinos, “Tu de negro y yo de arco iris mamá”, “¿Y tú de quién eres muchacho? Pareces de los Marcos”, a la señora Longoria con su saco favorito comprado en sale en McAllen, a ella desde chiquita le gustó que le tomaran fotos sonriendo, “No se espante mija, no se espante... es sólo una foto”, qué lindos prometidos, “mmmmmmmhhhhhhhhhhh”, “aaaaahhhhhhhmmmmm”, Igualitas, igualitas, ¡Ajua chingá!... y que viva el norte cabrones, “La vida me dio dos tesoros...”, “Me paro aquí nada más así...”, la Tía “borrada” como si dijera: “aquí... pura gente buena”, a la nieta de la Tía “borrada”, la “borradita” diciendo: “Éste es mi papá ...¿qué les parece?”, “Mira muchacho la primera vez que me tomé una foto fue en un estudio en Monterrey, en aquel entonces...”, si en gringolandia Black is beauty en Nuevo León Black is beautyful too, en efecto al Lic. Catarino desde chiquillo le gustó el cabrito, “Órale, órale... vamos a tomarnos la foto... no te hagas hermanito”, moda perfecta para esta temporada de calor (pero eso sí con bolsas negras), y finalmente mi amiga Oly con esas líneas en el rostro que me recuerdan a las pinturas de Modigliani (afortunado mi compadre Adolfo al casarse con ella). He aquí las historias que veo en este libro. Historias de gente de uno. ¿Cuáles encuentra Usted? Ciudad de Nuestra Señora de Monterrey. Junio de 2006.

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i d e n t i d a d e s































































c a t รก l o g o


Gerardo y Marco Ramírez Varela Estudiantes Anahuac, N.L.

José Ángel Leal Empleado Centro Comercial Allende, N.L.

Guadalupe Martínez Mendoza Cordinadora Pats Fuller Anahuac, N.L.

Víctor Manuel Maldonado Torres Cantautor Apodaca, N.L.

José Alfredo Guajardo Guerra Estudiante Apodaca, N.L.

Gilberto Guadalupe Padilla Empleado Aramberri, N.L.

Pompeyo Vázquez García Trabajador de obra Aramberri, N.L.

Francisco Urazaida Núñez Agricultor Aramberri, N.L.

Luis Arizpe Guerra Agricultor Cadereyta, N.L.

Reina Castillo Ramírez Estudiante Cadereyta, N.L.

Juan Andrés Sandoval Benítez Obrero de carreteras Cerralvo, N.L.

María Martínez Estudiante Cerralvo, N.L.

Alexa Flores y Juliana Guajardo Estudiante / Estudiante General Bravo. N.L.

Anna Lilia y Paula M. Martínez Estudiante / Estudiante Doctor Arroyo, N.L.

Cindy de León / Alejandra Olivares Estudiante / Estudiante China, N.L.

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Jesús Hernández / Jael A. Hernández Martín Hernández V. Estudiante / Estudiante / Abogado Escobedo, N.L.

Ángel Ruíz Estudiante Escobedo, N.L.

Juan Manuel Negrete Empleado Garcia, N.L.

Juan J. Carrizales / Esav Carrizales Emplaedo / Estudiante Garcia, N.L.

Isela Michel Cruz Gómez Estudiante Cerralvo, N.L.

Jorge Y. Rivera / Esmeralda Salinas Estudiante / Empresaria General Bravo, N.L.

Artemio Villarreal Asistente en Parroquia General Bravo, N.L.

Alfonsina Pedraza Fuentes Ama de casa Lampazos, N.L.

Cristina Kennington / Norma Torres Psicóloga / Arquitecta Guadalupe, N.L.

Beatriz E. Domínguez Carrillo Agente de telemarketing Guadalupe, N.L.

Héctor Ramón Salinas López Pensionado Guadalupe, N.L.

Aram Abisal Ambris Campos Estudiante Guadalupe, N.L.

Valeria Sánchez Villarreal Estudiante Guadalupe, N.L.

Nerick Garza / Glenda M. Zapata Estudiante / Estudiante Guadalupe, N.L.

Liliana P. Parra / Salia J. Escobedo Estudiante / Estudiante Iturbide, N.L.

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Jorge Moreno Policía Iturbide, N.L.

Edgar Alan Luna Carpintero Guadalupe, N.L.

Joely Marín Estudiante Juárez, N.L.

Eusebio Pérez Desempleado Juárez, N.L.

Gilberto García Espinoza Comerciante Juárez, N.L.

Maury E.Tijerina Rodríguez Estudiante Lampazos, N.L.

Priscila Sánchez / Erick Mata / Isidro Mata Ama de casa / Estudiante / Estudiante Lampazos, N.L.

Alejandro Treviño Estudiante San Pedro Garza García, N.L.

Yessica Treviño Pacheco Desempleada Linares, N.L.

Julio César Aldape Garza Estudiante Linares, N.L.

Angélica del Carmen Carranco / Diana Elisa García C. Ama de casa / Estudiante Monterrey, N.L.

Amelia Zúñiga Espinoza Directora del DIF

María de la Paz Barona Garza Ama de casa Monterrey, N.L.

Marcia Domínguez de la Cruz Empleada de Nestlé Monterrey, N.L.

Tania Serna Estudiante Monterrey, N.L.

Mier y Noriega, N.L.


Kelly Datwyler / Rodrigo Cruz Maestra / Abogado Monterrey, N.L.

Carlos González Cruz Diseñador gráfico Monterrey, N.L.

Héctor Santos Gibbs Arquitecto Monterrey, N.L.

Evelyn García / Orfelinda Garza Empleada / Maestra jubilada Monterrey, N.L.

Dimas García Agricultor Mier y Noriega, N.L.

Eddie Zapata Martínez / Santos José Zapata Estudiante / Estudiante Doctor Arroyo, N.L.

Robert Larose Boucher Profesor Montemorelos, N.L.

Sonia Chaveznava Dentista Sabinas, N.L.

Adrián Herrera / Allison Herrera Empleado Sabinas, N.L.

José Martín Ochoa Elizondo Emplesdo Sabinas, N.L.

Héctor Eliut Esprunceda Raga Empleado Santiago, N.L.

Conrado Limas Pérez Empleado administrativo San Nicolás de los Garza, N.L.

Iradiar Reyna / Alexis U. Rivera Estudiante / Estudiante Santa Catarina, N.L.

Nora Fernández / Alicia Santa Cruz Empleada / Empleada San Nicolás de los Garza, N.L.

Olivia Medina Diseñadora San Pedro Garza García, N.L.

José Ovidio González López Jubilado Guadalupe, N.L.

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>www: identidadnl.com<


s e m b l a n z a s


Alejandro Cartagena. (Santo Domingo, República Dominicana, 1977) Reside en Monterrey desde 1990, donde cursó la licenciatura en Administración del Tiempo Libre. En 2004 comienza su actividad como fotógrafo. Ha tomado cursos y talleres con artistas y curadores como Enrique Méndez de Hoyos, Gerardo Montiel Klint, Yolanda Andrade, Aristeo Jiménez, Mariana Gruener, Carmen Lozano, Carlos Aranda y Armando Cristeto entre otros. En 2005 realizó dos exposiciones individuales, “Fragmentos de la Isla” y “Fotografía y Texto” en el Corredor del Arte de San Nicolás de los Garza y en la Galería Regia de Monterrey, respectivamente. También participó en una serie de exposiciones colectivas entre las cuales destacan “Nuestra Fotografía 2005” en el Museo Metropolitano de Monterrey, “Estatal 05” en el V Encuentro de Fotografía de Nuevo León, “Gracias a la Vida” organizada por la Galería Emma

Molina en San Pedro Garza García, “Coordenadas Privadas” curada por Armando Cristeto en el FARO, en la Ciudad de México, y “Reseña Plástica Nuevoleonesa 2005” en la Casa de la Cultura de Nuevo León, entre otras. Ese mismo año obtuvo menciones honoríficas en los concursos “Fotografía Juvenil de San Nicolás”, “Nuevo León a través de la Lente” y “El Patrimonio Cultural de Nuevo León a través de sus Fotógrafos”. Es co-creador del Proyecto “Identidad: Nuevo León” (www.identidadnl.com) ganador de la Beca FONECA 2005 del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León. En 2006 presentó la individual “Espacios Habitables”, curada por Marcela Torres, en la Casa de la Cultura de Nuevo León y en la Galería del Gran Parque de San Nicolás, e “Identidades: Nuevo León”, curada por Carlos Aranda, en la Fototeca del Centro de las Artes.

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Rubén Marcos Marcos. (Monterrey, Nuevo León. México, 1968) Ingeniero en computación por la Universidad de Monterrey, estudió fotografía en Barcelona, España en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y en la Escuela de Imagen y Diseño (IDEP) con reconocidos profesores como Tino Soriano, Paco Elvira, Enric de Santos, Jesús Mico y Ferdinando Sciana, este último fotógrafo afiliado a la agencia Mágnum. En México ha participado en múltiples talleres con fotógrafos y artistas como Mary Ellen Mark, Aristeo Jiménez, Yolanda Andrade, Gerardo Montiel Klint y Mariana Gruener. Ha sido seleccionado en el “Salón de la fotografía de Nuevo León”, en 2004 y 2006, “Estatal 04” y “Estatal 05”, en las ediciones 2004 y 2005 de “Nuevo León a través de la Lente”, en la que obrtuvo mención honorífica. Quedó como finalista del concurso “Luces de América” organizado por National Geographic en 2004. En 2005 fue también seleccionado en la “XXV Reseña Anual de la Plástica Nuevoleonesa 2005” y en la colectiva “El Patrimonio Cultural de Nuevo León a través de sus Fotógrafos”. Ese mismo año participó en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca con la exposición “El Tule”. Es co-creador del proyecto “Identidad: Nuevo León” ganador de la beca del FONECA 2005 del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, muestra curada por Carlos Aranda Márquez que en 2006 se expuso en la Fototeca del Centro de las Artes y se reproduce en este libro. Tiene varias publicaciones en web sites culturales y ha impartido el taller “Fotografía de Ciudad”.

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Este libro se terminó de imprimir en agosto de 2006, en los talleres de Gráfica, Creatividad y Diseño, S.A. de C.V. para los interiores se utilizó papel Couché mate de 150 gr. y Couché semimate de 250 gr. para los forros.



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