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Editorial

Macarena García Oliver. Directora Movicarga. macarenagarcia@movicarga.com

Empieza la cuenta atrás… 23 de septiembre

Ya me dice mi madre que soy una optimista redomada. Sólo a mí se me ocurre intentar este verano arreglar un papel de la seguridad social para una de mis hijas. Creo que subir el Annapurna hubiese sido más sencillo. Los funcionarios que se han quedado de guardia, te dicen, no muy amablemente, ya que les estás interrumpiendo su periodo estival, que todo se hace ya telemáticamente, que obviamente falla, y cuando consigues reclamar a alguien que no sea un robot, te espetan que esperes a septiembre que haya más gente. Cómo se nota que no viven de los clientes.

Es maravilloso ver cómo todos hemos vuelto a trabajar normalmente con esta pandemia puñetera, que todavía colea, mientras hay algunos que le siguen sacando jugo a la situación sin ningún tipo de remordimientos. Me refiero a ese colectivo llamado “funcionarios”. Ya se sabía que en su ADN tenían un gen especial que les permite ser impermeables a cualquier alteración de la conducta humana, pero esta situación les ha venido como anillo al dedo.

Que me expliquen a mí porque todo hijo de vecino puede volver a trabajar de forma normal y ellos no. Se ha ralentizado toda actuación con la administración por el artículo 33. Echan la culpa al Covid de todo el papeleo que se retrase o no puedes hacer. No cogen el teléfono, no te atienden, te mandan a hacerlo telemáticamente…que alguien me explique para que queremos tantos miles y miles de funcionarios que nos podíamos ahorrar, si es verdad que la gestión on line va a ser tan inigualable.

Si una empresa privada hiciera lo mismo que la Administración, se iría a la quiebra en 3 meses. Y aquí estamos nosotros, patrocinando un ejército de funcionarios cuya única preocupación es cubrirse unos a otros y escabullirse para trabajar lo menos posible.

Pasó el verano, y ha estado plagado de las ineptitudes de nuestro querido gobernante, el cuál se ha pegado un verano que no hemos tenido ninguno, disfrutando del patrimonio nacional previa limpieza de La Mareta en Lanzarote, por un importe de 90,000 euros. Y cómo no, tener a punto la cancha de baloncesto, que se ha ganado el chaval después de un año de destrozar España y de ponernos la luz a precio de caviar.

Yo es que afortunadamente de socialismo y comunismo entiendo poco, pero alguien que conozca a esta gente, ¿me puede aclarar si estas cantidades es lo que se gasta una familia de clase media socialista todos los veranos antes de las vacaciones para poner a punto su casa? Si a ello le sumamos la ineptitud de este buen hombre en todos los conflictos internacionales, tenemos como resultado un dirigente estéril a nivel político. Porque su ego y avaricia pueden por encima de todo, dos propiedades de un líder que son incompatibles con el éxito.

Es importante que de vez en cuando te pares a hacer un examen de conciencia, piensa en lo que estás haciendo, si hay cosas que mejorar o si hay aspectos que cambiar, a nivel personal y profesional, porque al final todo va ligado. Cuando trabajas con gente, es importante que conozcas su opinión y que la tengas en cuenta, te ayudará a ver las cosas con otra perspectiva. Aquellos que desde su sillón se han creado una barrera de ego que es impermeable a la crítica constructiva, difícilmente avanzarán con su equipo. Escuchar es la clave para ser un buen jefe, al igual que reconocer los logros de los que te rodean, insuflar fuerzas a quien flaquee y hacer que tu equipo esté motivado. Esto que parece fácil, no muchos lo saben llevar a cabo. Conocí no hace mucho a un empresario que le hizo una encuesta anónima a sus trabajadores, pidiéndoles que pusieran en un papel aspectos que les gustaban y que les disgustaban de él como jefe. El experimento no salió como él esperaba, muchas fueron las críticas y no supo tragarlas con la cantidad de humildad suficiente como para que esa píldora de análisis le hiciese mejorar. Se enfadó con su equipo y camina por la vida creyéndose poseedor de la verdad. Esa persona nunca será un buen líder, ni en esta vida ni en la siguiente.

Quien me conoce sabe mi pasión por rodearme de gente feliz, de esa gente que intenta siempre estar de buen humor, de la que te demuestra que está, de la que aunque se vaya, su huella permanece, de esas que su abrazo es verdadero, de las que cumple su palabra, de las que oyen música dentro de su cabeza y bailan sin motivo, de esas sin duda, que sueñan despiertos, pero nunca viven dormidos, de esos que llevan dentro un eterno verano… por eso estos Premios Movicarga van a ser tan especiales, porque tenemos mucho que celebrar y porque muchas de esas personas especiales estaréis allí para celebrarlo.

Gracias a todos los sponsor, sin los cuáles no podríamos hacer la pedazo de fiesta que serán los premios. Gracias a mi equipo, y sobre todo a mi inestimable e insuperable Encarni, sin la cuál ya os digo que no habría premios.

Septiembre lo marco en el calendario con el boli de la ilusión, y este año mucho más.

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