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Editorial

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RUTHMANN

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Macarena García Oliver. Directora Movicarga. macarenagarcia@movicarga.com

Los que nos van a pagar las pensiones…

Leía un artículo sobre las peculiaridades de los jóvenes de hoy en día (jóvenes me refiero a los que empiezan su vida laboral, no a mis amigos y a mí que nos seguimos considerando jóvenes ). Un estudio que analiza sus inquietudes, sus aspiraciones, sus miedos y rechazos, y una serie de sandeces (la mayoría de ellas), que me hacen cuestionar si tanto análisis no se nos está yendo de las manos.

El 29,6% de los españoles menores de 25 años se encuentran en paro. Somos el peor país de la UE en paro juvenil. Hay una realidad clara, falta mano de obra prácticamente en todos los sectores, pero en el nuestro, de problema, ha pasado a ser un problemón. Lo triste es que hay trabajo, pero no les convence lo que hay.

En ese estudio, calificaban a los jóvenes de “sensibles emocionalmente y menos tolerantes a la frustración”. Vamos lo que viene siendo "unos flojos que se ahogan en su vaso de agua cuando algo no les sale como ellos quieren”.

Dicen que son “Sensible al rechazo y a la crítica”, o sea, que toda la vida hemos estado aprendiendo, fallando, levantándonos, volviéndonos a caer y aprendiendo de los errores, pero ahora no puedes criticar si algo está mal, porque hieres sensibilidades. Y si resulta que haces algo mal, ¿te aplaudimos para que no te frustres y no te den ataques de ansiedad?

Los jóvenes hoy en día, dice el estudio, que son altamente demandantes. Claro, todo derechos pero ninguna obligación, así nos va… Demuestra primero de qué pasta estás hecho, como hemos hecho todos, y con el tiempo, el día que lo merezcas, podrás demandar. Mejor sería si su esfuerzo estuviese destinado a hacerse imprescindible y no demandante.

Continua el estudio explicando que los jóvenes también son cuestionadores, expresando abiertamente sus emociones y pensamientos. Yo tampoco tengo filtro y no por eso estoy de bajón continuo porque no salgan las cosas como quiero.

Otra que me hace mucha gracia: “Tienden a deprimirse cuando las cosas no suelen ser como lo esperan. Y están condicionados a premios, recompensas y negociaciones. Son altamente creativos y evaden el sufrimiento”. Ya si metemos el componente masculino / femenino no te quiero ni contar. En este momento la meritocracia es una palabra que pocas personas conocen porque los comunistoides la han querido enterrar bajo cortinas de humo, para hacer creer a los pobres ciudadanos que todos merecen algo, pues no. Te lo ganas, como toda la vida de Dios, que además es muy gratificante, no por ser mujer ni hombre, ni perro, ni flauta. Te lo ganas por méritos propios y disfrutas de la verdadera victoria. a borregos que a lobos. Es más fácil dirigir analfabetos que eruditos. Está en nuestra mano hacer que nuestro sector avance en formación continua, hacer que la empresa sea un lugar donde el trabajo bien hecho, la ambición, las ganas, la ilusión y tu buen hacer sea recompensado.

Afortunadamente las asociaciones se están organizando para que la formación en nuestro sector sea cada vez más activa. Hay Centros de Formación Profesional, como mis amigos de Humanejos, que están volcados en formar a gente específicamente para nuestro sector. Pero el camino es largo y la demanda de personal es una necesidad, no un capricho.

Muchas empresas cuentan con plantillas avejentadas, y no es malo, porque esa experiencia es un valor añadido, pero es necesario ir pensando en que esas personas que se jubilarán en los próximos años, deben pasar poco a poco el relevo a nuevas generaciones, y eso no se hace de la noche a la mañana. No esperes a que llegue el momento de jubilación de alguna de tu gente para meter otra persona. Los conocimientos de esas personas que dentro de poco se retirarán, son un tesoro que deben compartir con las generaciones que vengan.

Será complicado, pero debéis buscar gente con inquietud, con ideas, con ganas y sobre todo, gente que os sume. Kus Damato supo ver en Mike Tyson lo que nadie más vislumbró. Supo que sería un campeón. Ser Kus Damato, enseñar el negocio a aquellos que sepáis que lo valorarán como vosotros hacéis. Porque no sabemos los combates que nos quedan por delante. Lo fácil es tirar la toalla y solo lamentarte. Lo difícil es mantenerse en el ring hasta que suene la campana del último asalto, y que sea tu mano la que se alce y no la de tu oponente.

No caigas en el error de quejarte y no hacer nada. Empieza a hablar con centros de formación profesional y elige con sabiduría a aquellos que formarán parte de tu equipo. No dejes que otro venga y lo haga antes que tú.

Actúa, no te limites a dejar pasar el tiempo. Nadie va a hacer los deberes por ti. Esto no es la escuela, es la guerra. Ve a por la victoria siempre.

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