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Manifiesto del Movimiento de Unidad Socialista

(25 de febrero de 2020)

Las fuerzas socialistas que suscribimos la presente declaración, saludamos las medidas del nuevo gobierno en favor de las clases populares, y las posibilidades que se aperturan, pero alertamos que aún estamos muy lejos de la destrucción del viejo régimen, de desmantelar las políticas y estructuras neoliberales y de establecer un sistema político y económico donde toda persona tenga una vida digna y segura, de lograr un régimen democrático y popular que reivindique los intereses inmediatos e históricos de los trabajadores del campo y la ciudad, creadores de la riqueza nacional, así como de los sectores medios, y promueva la verdadera justicia económica y social. El 1° de julio de 2018 fue una fecha relevante en el calendario histórico nacional con una importante repercusión hacia el resto del continente. El triunfo ciudadano y popular que se expresó en la derrota electoral de la perversa y corrupta oligarquía neoliberal que gobernaba, abrió una oportunidad de cambio para nuestro pueblo.

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Este triunfo se inscribe en un proceso de descomposición del régimen neoliberal a escala mundial y de un creciente ascenso de luchas populares en contra del sistema capitalista, como se observa en las inmensas movilizaciones populares de Haití, Puerto Rico, Chile, Ecuador, Bolivia, Francia, etc.

Para superar el neoliberalismo en México, está pendiente una reforma fiscal progresiva que obligue a pagar más a quienes más tienen y así reducir la desigualdad en el ingreso; realizar una auditoría a la deuda pública para dejar de pagar deudas perversas como el Fobaproa; eliminar la “autonomía” del Banco de México para recuperar la soberanía monetaria; crear una banca pública para impulsar el crecimiento sostenido y superar la

M OVIM IENTO C OMUNISTA M EXICANO FEBRERO 28 DE 2 020 recesión; renacionalizar los sectores estratégicos (energía, petróleo, gas, agua, minerales) y propiciar la transición hacia energías limpias; revertir la relación de dependencia propiciada por los tratados de libre comercio con Estados Unidos y Canadá; iniciar un proceso de recuperación salarial para reestablecer el salario digno que marca la Constitución; auditar los fondos de pensiones y derogar los sistemas privados de pensiones (afores), transfiriendo el control de los mismos a los trabajadores, restableciendo el régimen solidario; eliminar el sistema de subcontratación denominado outsourcing que impide gozar de seguridad social y de otras prestaciones a 8 millones de trabajadores y que permite la evasión fiscal de las grandes empresas; realizar una reforma laboral que haga efectiva la jornada semanal de cuarenta horas; democratizar la gestión de las empresas; impulsar la actividad productiva, la generación de empleos y la democracia económica a través del fortalecimiento y democratización del sector público y social de la economía, así como llevar a cabo un nuevo congreso constituyente en el que el pueblo directamente elabore y apruebe una nueva constitución alternativa al neoliberalismo para fundar un nuevo Estado.

El actual aparato de Estado continúa integrado por miles de funcionarios apegados a los privilegios de siempre y acostumbrados a servir a la oligarquía. Son los mismos que desde el poder judicial y otros organismos supuestamente “autónomos” se han negado a reducir sus escandalosos sueldos y protegen a los poderosos y a la delincuencia, son los sindicatos de protección empresarial, las mafias sindicales charras que continúan al frente de la mayoría de las organizaciones sindicales; son los propietarios de los medios de comunicación masiva, y los periodistas y comentaristas corruptos, y los generales que claman por un golpe de estado. En México el dominio de la política económica continúa siendo capitalista neoliberal al servicio del capitalismo monopolista, por lo que no corresponde a la realidad afirmar que ya estamos en una etapa pos neoliberal, ni que en 2020 los cambios iniciales en curso serán irreversibles. El neoliberalismo es un sistema global, un modelo de destrucción impuesto por un puñado de grandes capitalistas dueños de la riqueza del mundo y, para superarlo, se requiere de un largo proceso histórico, tener un elevado nivel de organización ciudadano y popular que permita superar tanto los obstáculos estructurales en que se apoya como las acciones desestabilizadoras del imperialismo. La transformación que México necesita sólo será posible con la participación consciente y organizada de la clase trabajadora y amplias masas populares, con base en el desarrollo de una definición ideológica proletaria y de izquierda que vaya más allá del indispensable combate a la corrupción y la impunidad, de la buena administración del erario y de la ejecución de programas sociales que buscan una mejoría inmediata de las condiciones de vida de algunos sectores del pueblo, pero que no atacan las causas de la desigualdad social, no sientan las bases para una justa distribución de la riqueza y no superan la concentración y acumulación de la misma por las grandes corporaciones capitalistas.

La clave para garantizar la destrucción del viejo régimen, alcanzar mejores condicio-

M OVIM IENTO C OMUNISTA M EXICANO FEBRERO 28 DE 2 020 nes de vida y de trabajo, consiste en que el pueblo se organice de manera autónoma y construya un poder ciudadano y popular de democracia directa, deliberativa y participativa, que impulse políticas que beneficien a la mayoría y no a una casta privilegiada. Ejemplos de ello, son las guardias comunitarias y ciudadanas que han surgido en algunas regiones de los estados de Guerrero y de Michoacán para defenderse de las agresiones de bandas criminales ante la incapacidad del Estado para garantizar seguridad pública, así como los nuevos procesos de sindicalización independiente y democrática que surgieron recientemente en Matamoros, Tamaulipas, luego de una huelga general en las empresas maquiladoras, y otros más.

En contraposición, una de las principales debilidades del movimiento de transformación social que inició el triunfo electoral popular en julio de 2018, es la reducida existencia y alta dispersión de organizaciones autónomas y democráticas de las clases y sectores sociales explotados y oprimidos de la sociedad mexicana. En el caso de la clase trabajadora, su bajo grado de sindicalización y su índice de fragmentación es enorme. El 90 por ciento de los trabajadores mexicanos carece de organización sindical o están bajo el yugo de los sindicatos de protección patronal. La conformación de una clase trabajadora consciente, unificada y participativa, es la asignatura pendiente para construir un verdadero poder popular mayoritario; esta tarea debe extenderse a otros sectores sociales en lucha, como los campesinos, los indígenas, el sector urbano popular, las mujeres y los estudiantes, todo ello con el fin de articular un movimiento político de masas capaz de modificar la correlación de fuerzas en su favor y del interés nacional ante las presiones del imperialismo y la oligarquía nacional. Las organizaciones políticas y sociales de orientación socialista en México, tenemos el reto de aportar propuestas e impulsar la organización y las acciones de masas, que partan de las necesidades más apremiantes de la gente, apunten a la transformación democrática, anticapitalista, eco socialista y anti patriarcal de la sociedad mexicana.

Aun cuando apoyamos las políticas democráticas y progresistas del actual gobierno, y en consecuencia nos deslindamos y condenamos a la derecha golpista que se le opone, mantenemos una actitud crítica ante el vacío de medidas que atiendan los problemas urgentes. Por ello nos oponemos a las consultas insuficientes o simuladas que no cumplen con las normas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo en su Convenio 169, y a los megaproyectos que no están avalados por las comunidades correspondientes, así como al despido de miles de trabajadores del Estado o la utilización de cualquier forma de represión para impedir la libre circulación de migrantes en nuestro territorio que pretenden arribar a los Estados Unidos.

La izquierda socialista mexicana debe trascender visiones únicas, dar pasos en su unidad político organizativa y conformarse como un actor que contribuya a elevar y ampliar el nivel de lucha y organización de la clase trabajadora y las masas populares; ser congruente entre sus planteamientos y su accionar, impulsando las diversas formas de lucha político social, así como todas las formas de participa-

M OVIM IENTO C OMUNISTA M EXICANO FEBRERO 28 DE 2 020 ción y protagonismo popular posibles. Las principales tareas de la izquierda son la organización y la colectivización de las decisiones trascendentales; impulsar una profunda lucha ideológica que plantee la necesidad de transformación de las instituciones y del orden establecido, sustituyéndolo por un nuevo régimen que supere el centralismo y el presidencialismo, en el que predomine la democracia participativa en municipios y entidades federativas y en toda organización de masas; promover la formación política entre la juventud trabajadora y estudiantil; contribuir a la unidad y la articulación de las diferentes fuerzas de la izquierda mexicana para conformar un movimiento político de masas que luche por un proyecto de nación alternativo al sistema neoliberal y un programa de transformación democrático popular que siente las bases para avanzar en la construcción de una sociedad socialista. En última instancia, aspiramos a un socialismo plenamente democrático, libertario e igualitario, en el que cualquier ciudadano sea libre de organizarse y expresar sus ideas, en el que cualquier asunto público sea resuelto colectivamente y de manera pacífica; un mundo sin discriminaciones por motivos económicos, religiosos, de género, preferencia sexual, origen étnico o nacional y en el que no exista ningún interés particular que impida la lucha en contra del cambio climático y en defensa del medio ambiente. En resumen, aspiramos a un mundo sin propiedad privada de los medios de producción social, sin fronteras nacionales, sin Estado, sin clases sociales y en donde todos los seres humanos puedan vivir y desarrollarse plenamente. ¡Proletarios de todos los países, uníos!

POR EL MOVIMIENTO DE UNIDAD SOCIALISTA:

Alternativa Martiana Capitulo México (AMCM); Central Unitaria de Trabajadores (CUT); Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI-ML); Coordinadora Socialista Revolucionaria (CSR); Frente Amplio Socialista (FAS); Frente de Escuelas Democráticas Febrero 25 (FEDEF25); Frente de Organizaciones Sociales de Veracruz (FOSVER); Frente Popular Francisco Villa (FPFV); Frente Estatal de Trabajadores de la Educación y Ciudadanos de Chiapas (FETECCH); Movimiento Ciudadano del Sur (MCS); Movimiento Comunista Mexicano (MCM); Movimiento para la Liberación Nacional y el Socialismo (MLNS); Organización Campesina Popular Independiente de la Huasteca Veracruzana (OCPIHV); Organización Nacional del Poder Popular (ONPP); Partido de los Comunistas Mexicanos (PCM); Partido del Trabajo (PT); Poder de los Movimientos Sociales (PODEMOS).

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