Consecuencias de la crisis económica Jaime Ornelas Delgado

Consecuencias de la crisis económica

Jaime Ornelas Delgado

“Vivimos en un mundo que es cada vez más caótico, lo que es muy normal durante el periodo de la desintegración de un sistema histórico.”

Immanuel Wallerstein

Esta contradicción significa que, la competencia entre capitalistas, los lleva a impulsar de manera anárquica el crecimiento de la producción con creciente rapidez. La búsqueda de as crisis económicas son una de las peculiaridades del desarrollo del capitalismo. Entre los orígenes de estas crisis, se encuentra la contradicción fundamental de ese modo de producción: la contradicción existente entre el creciente carácter social de la producción y su apropiación privada, condición que genera una creciente desproporción entre el valor de la producción y el rezago del consumo, cuyo aumento es siempre relativamente inferior al incremento del valor producido. En palabras de Marx, el origen de las crisis de sobreproducción se encuentra en: “La contradicción entre las condiciones en que la plusvalía se produce y las condiciones en que se realiza” (Marx, El Capital, FCE, t. III: 244). L

la máxima ganancia, impulsa a los empresarios a sostener una continua innovación tecnológica aplicada al proceso de producción, dado que esto les permite aumentar el monto de valor producido, elevándose, al mismo tiempo, la masa de plusvalía creada en el proceso de producción y de la cual se apropia el dueño de los medios de producción y comprador de la fuerza de trabajo. En cambio, el consumo personal crece débilmente, o por mejor decirlo, relativamente más lento que la magnitud y velocidad del valor de la producción; así, en un momento determinado, el valor producido enfrenta una estrecha base del consumo debido al reducida parte que del valor producido por el trabajador se les entrega a ellos mismos en forma de salario. Las mercancías producidas, en consecuencia, no encuentran salida, se dificulta la conversión de los bienes producidos en dinero requerido por el capitalista para reiniciar el

M OVIMIENTO C OMUNISTA M EXICANO MAYO 01 DE 2 020 proceso de producción; la producción de valor se detiene y sobreviene la crisis económica. La desproporción producción-consumo, con el tiempo, genera una sobreproducción relativa de mercancías, cuyo valor no se realiza; crecen, entonces los inventarios, aumenta el valor producido y no realizado; las acciones bursátiles pierden sustento y se produce el crack de las bolsas; las empresas reducen su producción; aumentan el desempleo y la pobreza; el consumo personal y productivo se reduce, llevando a la ruina a miles de pequeñas y medianas empresas, precisamente aquellas que proporcionan la mayor parte del empleo, lo cual debilita, aún más, la demanda efectiva. Este tipo de crisis, tienen una virulencia de distinta magnitud e intensidad, pero siempre son destructivas, sin embargo, la superación de la fase crítica del ciclo es preciso hacerla bajo una modalidad de acumulación distinta a la que entró en crisis. La experiencia histórica del siglo XX, muestra que crisis como la actual marcan el fin de una modalidad del capitalismo y el inicio de otra, con mayores o menores diferencias. Lo singular de este momento, es que el capitalismo, tiene que resolver la crisis de sobreproducción y sobreacumulación mundial y, al mismo tiempo, enfrentar una de las peores pandemias que haya conocido la humanidad. De esta coincidencia deriva las dificultades por las que atraviesa en este momento el capitalismo. En México, la crisis ha sacudido los fundamentos de la modalidad neoliberal y la hace cada vez más inviable. Esta situación, está lejos de significar el surgimiento de un nuevo modo de producción, aunque si puede significar un cambio en la modalidad de acumulación que se define con la solución del conflicto suscitado entre los distintos grupos de la clase dominante, esta vez mediado por un gobierno con un proyecto propio de nación. En nuestro país, la crisis detonada por la pandemia del coronavirus, ha traído consigo la caída de la producción y frenado el proceso de acumulación, que ahora tiene a la burguesía exigiendo apoyo gubernamental y recurriendo al capital financiero del exterior para proteger las inversiones foráneas; y ha tenido efectos devastadores para la población: desempleo, alza especulativa de los precios de bienes de consumo y desesperación de aquellos trabajadores informales (más del 50 por ciento de la PEA), que, por las características de su actividad, carecen de ingresos. La crisis, sin embargo, puede convertirse en el final del neoliberalismo si, a sus factores seculares, se agregan las peculiaridades de la situación actual, que requieren la atención urgente que una economía de mercado no les puede prestar: reforzar el sistema de salud que parta de considerarla como derecho humano y no como mercancía; contribuir a detener los catastróficos efectos del cambio climático ocasionados por el insustentable modo de producción y consumo capitalista, así como enfrentar problemas como el alimentario y el aumento incesante de la pobreza y la desigualdad, el desempleo, la educación y la vivienda, entre otros, que hacen ver la necesidad de un modelo distinto, sustentado en una nueva relación entre Estado y mercado, que incorpore la racionalidad pública para reducir la anarquía propia de la economía de mercado, relación que se traduciría en un nuevo ciclo de desarrollo social, apuntalado por una economía cuya expansión se sustente en el mercado in-

terno, la democracia directa y participativa en la que las determinaciones fundamentales del camino a seguir sean definidas en el marco de una sociedad igualitaria e incluyente. En síntesis, la crisis del neoliberalismo podría superarse dando paso a una nueva modalidad de acumulación, que dependerá de la manera como se resuelva el conflicto de las distintas fracciones burguesas entre sí y de ellas con un gobierno democrático que encabeza un proyecto cercano a la población que lo apoyó masivamente en las elecciones de 2018. Tal es la contradicción principal del periodo político que empieza a abrirse en México.