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Febrero de 2009 • Año 5 Número 70
S A P O N N IÓ C U A C E R UCIÓN - NO PASE - P
Cobertura de la nota roja La prensa no inventa los hechos violentos, pero podría variar la forma de reportarlos. Análisis del género que algunos consideran la oveja negra del periodismo
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El irresuelto conflicto de Nuestro Diario pone en evidencia las contradicciones que desgastan a su dividida redacción
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Vice Rafael Espada asegura que la Ley de Acceso a la Información Pública “no es para perseguir ni meter preso a nadie”
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N IÓ C U A C E R P R A S A P RECAUCIÓN - NO
La cobertura de la
NOTA ROJA En 2008, en Guatemala cayeron presa de la violencia seis mil 338 personas, hubo cientos de víctimas por accidentes de tránsito, millares de detenidos por violar las leyes y una innumerable cantidad de emergencias atendidas por los cuerpos de socorro. Ese tipo de hechos constituyen la materia prima de la nota roja.
Por Miguel González Moraga, periodista
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onsiderada por algunos como la oveja negra del periodismo, la nota roja es el género informativo por medio del cual se reporta sobre sucesos en los que se encuentra implícito algún modo de violencia. Los medios guatemaltecos siempre han divulgado sobre este tipo de hechos, pero con mayor énfasis desde 1998, cuando surgen los periódicos populares Al Día y Nuestro Diario, los cuales se convirtieron en éxito comercial. Esta forma de presentar las noticias es identificada como aquella que echa mano de los encabezados impactantes y las imágenes crudas, que ayudan a las audiencias a ver las desgracias ajenas y les sirven para regocijarse con la seguridad
propia. Es, ni más ni menos, sensacionalismo, el cual “pretende —tal vez sañudo— la sorpresa, el susto, la apelación constante del lector, y concibe el periódico como un espectáculo cuyo fin principal consiste en divertir y entretener”, según definición del español Álex Grijelmo, autor de El
estilo del periodista, uno de los manuales más actualizados. Aunque se nutre de hechos reales, muchas veces se generalizan las acusaciones contra los periodistas de alentar al morbo y hacer culto de la violencia, por cómo informan de ésta. No se trata de dejar de reportar los hechos, pero sí
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de darles enfoques distintos a los actuales.
Cómo se cuenta
Cómo entrevistar a víctimas ■ En todo momento, se
debe tratar a las víctimas con dignidad y respeto, de la misma manera en que nos gustaría ser tratados si nos encontráramos en la misma situación. ■ Identificarse claramente en el momento de la entrevista. La primera reacción puede ser dura, especialmente por parte de los padres de infantes víctimas. ■ Un reportero puede decir que siente mucho la muerte de la persona, pero nunca “yo le comprendo” o “yo sé cómo se siente”. No debe sorprender si la persona a la cual se está entrevistando responde “lo
consignarlos ha convertido a la nota roja en una especie de inventario macabro de la vio-
siento no es suficiente”. ■ No abrumar a la persona entrevistada. Se debe hacer preguntas con tacto. Por ejemplo: “¿Puede decirme algo a cerca de la vida de Juan?” o “¿cuáles eran las actividades preferidas de Juan? o ¿cuáles eran sus pasatiempos favoritos?”. ■ Se debe ser especialmente cuidadoso al entrevistar a los familiares de alguien que esté desaparecido. Hay que intentar clarificar que la intención es desarrollar un perfil de las vidas de las personas y no la de escribir sus obituarios. Fuente: www.dartcenter.org
lencia, donde la descripción del crimen cabe en 20 palabras. La constante es consignar los
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Basta tomar un periódico, sintonizar un radionoticiario o ver uno televisado para saber cómo se cuentan las tragedias o los crímenes. “Descuartizada”, “Matan a 3 choferes”, “Trailerazo”, “Vuelco mortal”, “Lo linchan”, “Matan a ladrones”, “Mata a su familia”, “Acribillados” y “Asesinado” fueron algunos de los titulares de los diarios más populares del país durante enero pasado. Mientras tanto, en radio muchas veces las descripciones incluyen detalles que podrían ser considerados innecesarios, como los gritos de una madre que acaba de reconocer el cadáver de un hijo o que “había masa encefálica” en la carretera. En el caso de la televisión, impactan las imágenes de un niño que es ingresado por los bomberos a la emergencia de un hospital después de haber sido baleado, las de personas acribilladas enfrente de concurridos negocios o las de quienes agonizaron en el chasís retorcido de un bus. En ocasiones, a personas que han logrado escapar de la delincuencia se les vuelve a poner en situación de vulnerabilidad. Ejemplo de ello es lo ocurrido el 9 de febrero pasado en un sector de la zona 12 capitalina, cuando una mujer embistió a dos delincuentes con su vehículo y logró derribarlos de la motocicleta en que se conducían. Mientras La Hora y Prensa Libre omitieron el nombre de la víctima, con el fin de protegerla, elPeriódico sí la identificó. La gran cantidad de asesinatos y el escaso espacio en algunos medios impresos para
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hechos, pero no explicar las motivaciones, lo cual es concebido por los estudiosos de los efectos de los medios como “promoción del miedo social”.
Contra las imágenes morbosas
■ Hay que enfocarse en la vida de la Cuerpos ensangrentados tendidos en la vía pública, rodeados por curiosos —incluidos infantes—, familiares de víctimas clamando al cielo, mientras realizan su labor bomberos, policías o agentes del Ministerio Público (MP); automotores destrozados o con perforaciones de bala, individuos filmados o fotografiados mientras riñen en la calle, cadáveres aún humeantes después de un linchamiento… Todo lo mencionado es parte de la realidad cotidiana. Sin embargo, la prensa lo magnifica o reduce, según las políticas editoriales de los medios, siempre y cuando éstas no sean guiadas por el “sentido común” de editores o productores. La prensa no inventa los sucesos, pero podría variar la forma de reportarlos. Por ejemplo, no es conveniente que los reporteros entrevisten a víctimas mientras son trasladadas a centros asistenciales. O que lo hagan con los familiares de aquéllas a las puertas de las morgues. En el primer caso, se puede acudir a voceros de los bomberos o de la Policía; en el otro, a médicos forenses. Los expertos recomiendan no divulgar imágenes de hechos que puedan resultar perturbadores para amplias franjas de audiencias. En el caso extremadamente necesario, sostienen que pueden ser difuminadas, divulgadas en blanco y negro o, como ya lo hacen algunos diarios, fotografiar sólo detalles: una mano inerte, una prenda de la víctima en primer plano o una infografía que ayude a entender los hechos.
La infancia…
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Cómo escribir sobre víctimas
Con frecuencia, la prensa informa sobre niñas, niños o adolescentes víctimas de la violencia o en conflicto con la ley. El 28 de enero pasado, por ejemplo, los medios dieron cuenta del intento de secuestro de una adolescente de 15 años y la captura de cuatro sujetos, ocurrido en la zona 5 capitalina. Ese mismo día, el vespertino La Hora divulgó el hecho y aunque no precisó el nombre de la víctima, sí lo hizo con el de su progenitora. Similar fue la cobertura, al día siguiente, de Prensa Libre.
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persona, en aquello que la hace especial: su personalidad, sus creencias, su ambiente (alrededores, pasatiempos, familia y amigos), sus gustos y aversiones. Siempre se debe reportar con veracidad. Al hablar con la víctima por primera vez, ésta quizá se encuentre distraída o aturdida por los acontecimientos. Se pueden usar detalles pertinentes que ayuden a describir las vidas de las víctimas o que les dé una imagen cercana. Por ejemplo: “A Juan le encantaba tocar la guitarra por las tardes para entretener a su familia, pero también le ayudaba a escaparse del estrés que su trabajo generaba”. Hay que evitar usar detalles sangrientos o escabrosos que sean innecesarios. El periodista se debe preguntar si las imágenes son pertinentes para la historia o provocarán un daño innecesario a algunos lectores o miembros de la audiencia. Usar palabras simples y claras. Citas y anécdotas que parientes y amigos de la víctima cuentan cuando describen la vida de la persona, especialmente aquellas que relatan cómo la persona superó algunos obstáculos en su vida. Pida fotografías de la víctima que sean recientes (pero devuélvalas lo antes posible). De esta manera, se conoce cómo era la persona en vida. Fuente: www.dartcenter.org
Mientras tanto, Nuestro Diario destacó el suceso y difundió las identidades de madre e hija, acompañada de una fotografía del dorso de la joven y el rostro de la mamá. Al Día, por su parte, publicó la identidad de ambas e imprimió dos fotografías con los rostros de ellas.
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Otras prácticas La prensa es una de las instituciones con mayor credibilidad en el país. Esa gran ascendencia social debe servir para revisar la forma como se reporta en la actualidad sobre la nota roja y variar los “contratos de lectura” que han establecido con sus audiencias. La nota de sucesos debería no sólo contar el crimen ocurrido, quién es la víctima y el victimario y las circunstancias de éste, sino también explicar su impacto social. Además, debe analizarse la forma gráfica en que son reflejados los hechos, cómo se redactan las notas y cómo se representa a la niñez. ¿Se quiere reafirmar la cultura del miedo y la inacción política en materia de seguridad o reportar la nota roja para promover la acción ciudadana, que brinde contextos y propuestas de solución? El análisis debe provenir de periodistas, medios, académicos y audiencias —consejos de lecto-
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Consejos para reporteros gráficos ■ Como muchas veces son los primeros
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en llegar al lugar de los hechos, tal vez enfrenten situaciones peligrosas y reacciones violentas por parte de policías o pobladores. Por lo tanto, si la situación se torna muy peligrosa no se debe dudar en abandonar la escena. La vida de una persona es mucho más importante que una foto. Se debe tratar a las víctimas de una tragedia con dignidad y respeto. Como casi siempre se registra muchas imágenes sangrientas, el fotógrafo debe preguntarse si éstas son lo suficientemente importantes históricamente o demasiado gráficas para sus lectores o audiencia. Hay que hacer todo lo posible para no violar el sufrimiento de cada persona. El reportero gráfico es un ser humano que debe cuidar su estado mental y admitir sus emociones ante colegas, amigos o cónyuges. Fuente: www.dartcenter.org
res, defensores de los lectores o de veedurías ciudadanas—, pero no de instancias oficiales, siempre interesadas en resaltar los errores de la prensa para tratar de regularla.
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Siglo Veintiuno, en una nota de un solo párrafo, divulgó el nombre de la menor de edad y el lugar del plagio. elPeriódico, que usualmente no reporta ese tipo de hechos, en el pie de su foto de portada imprimió el suceso y el nombre de la joven. Salvo Prensa Libre y La Hora, el resto de medios violaron el derecho de la víctima menor de edad a permanecer en el anonimato, como establece la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, promulgada en 2003. En hechos como el descrito, los medios sólo deberían mencionar las características generales que ayuden a la audiencia a entender el contexto del suceso, pues no es conveniente revictimizar a quienes han sufrido hechos violentos.
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