CRóNICA DE LA CORRIDA DE AGOSTO DE 1987
CON MOTIVO DE LAS FERIAS Y FIESTAS EN HONOR A NUERSTRO PATRON JESUS NAZARENO, EL EXM. AYUNTAMIENTO DE TEMBLEQUE HA PROGRAMADO UN FESTIVAL TAURINO EN LA PLAZA MAYOR DE LA VILLA. PARA REMEMORAR SUS ORIGENES COMO PLAZA DE TOROS, INAGURADA EN 1624 POR EL REY DE ESPAÑA FELIPE IV. EL CARTEL QUE NOS PRESENTA EL FESTEJO, NOS ANUNCIA QUE LOS NOVILLOS TOROS QUE SE LIDIARAN SERAN DE LA GANADERIA DE Don. VICTOR FERNANDEZ VEGA, DE LA FINCA DE LAS INFANTAS DE ARANJUEZ. (MADRID). SE LIDIARAN TRES NOVILLOS TOROS, QUE SERAN LIDIADOS POR LOS SIGUIENTES DIESTROS: JUAN CARLOS PALACIOS (REJONEADOR ) JUAN ANTONIO CARRETERO (MATADOR DE TOROS ) LUIS CARLOS ARANDA (NOVILLERO ) QUE SERAN ACOMPAÑADOS POR SUS CORRESPONDIENTES CUADRILLAS DE BANDERILLEROS. La corrida empezará a las 6,30/h de la tarde con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide.
Una hora antes de la hora fijada para el comienzo de la corrida, fueron abiertas las puertas de la plaza, la cual se encontraba totalmente engalanada, con banderas nacionales y tapices con los escudos de España, Castilla la Mancha y el escudo de la Villa de Tembleque. La gente fue llegando abundantemente hacia la plaza desde todas las calles que a ella llegaban .Media hora antes del comienzo de la corrida, los tendidos de la plaza estaban totalmente cubiertos de público. Todos estábamos emocionados porque era la primera vez que asistíamos a una corrida de toros en nuestra Plaza mayor, y de verdad que estaba bonita y coqueta; también todos los presentes teníamos un puntito de emoción al recordar que en 1624, el entonces Rey de España Felipe IV, estaba allí, igual que ahora estábamos nosotros, para inaugurar la Plaza como Coso taurino, según nos cuentan las crónicas de la época. A las 6,30/h se abrieron las puertas de cuadrillas de la plaza, y empezó un pequeño desfile, encabezado por la Agrupación Musical Cristo del Valle de Tembleque; a continuación, una berlina de época tirada por dos hermosas mulas y engalanada para el evento, repleta de temblequeños ataviados con trajes manchegos y andaluces; a continuación seguía el desfile cuatro bellas señoritas, las Reinas de las fiestas acompañadas por cuatro guapos mozos de la localidad. Cerraban este desfile inicial tres caballistas con caballos muy bien presentados y engalanados al efecto. A continuación se inició el paseíllo con los espadas y rejoneador anunciado para el festejo. Tras el paseíllo y con el permiso de la Autoridad que presidía el festejo se inicio la corrida. En primer lugar actúo el
Rejoneador JUAN ANTONIO PALACIOS, el primer toro era un toro negro zaino un poco bizco del cuerno derecho y de unos 350 Kg. de peso, flojo de manos y reservón, que no permitió mucho lucimiento al rejoneador. Lo recibió enfrente de toriles y le propinó tres rejones de castigo, dos de ellos en todo lo alto y el tercero un poco caído, costándole carios intentos dado la mansedumbre del morlaco. Antes de poner el primer rejón de castigo y debido a la arena o tierra que habían extendido por el ruedo para adecentarlo, y el riego que echaron por algunas zonas se quedó el piso resbaladizo y fue el motivo por el que el caballo del rejoneador rodó por el suelo, con gran riesgo que lo corneara el toro al caballo y al rejoneador, pero solo se quedó en un susto para el jinete y un leve puntazo al caballo. Después de cambiar de montura, y con un caballo tordo muy bien engalanado, puso dos pares de banderillas a una mano y dos pares de banderillas a dos manos, todas ellas en el morrillo del astado. Siguió con un par de banderillas cortas, tras tener que efectuar varias entradas al toro, que se emplazó junto a las tablas y no era nada fácil colocarles las cortas; al final lo consiguió, ante el regocijo del respetable, que le ovacionó con fuerza. Cambiando el presidente de tercio, el caballero se dispuso a matar con el rejón de muerte, fallando en varias ocasiones y tras dos medios rejones de muerte, el rejoneador tuvo que echar pie a tierra para intentar atronar al novillo con el verduguillo.Pero fue misión imposible para el rejoneador, que en su primer intento de descabello, el animal cabeceó brúscamente, lanzando el descabello al tendido e hiriendo levemente a una espectadora que se encontraba en las gradas de sombra, (minuto 6’ del último vídeo) teniendo que ser atendida por los Servicios médicos en la enfermería que se había preparado en la biblioteca Municipal.
Inmediatamente se solicitó por la megafonía de la plaza la presencia del Equipo Médico (minuto 8’:10’’ del último vídeo). Incidente que por suerte solo quedó como susto y anécdota, dado que la lesión causada fue de carácter leve. El público empezó a protestar, al ver que el Caballero no era capaz de atronar al animal. Fue cuando el matador de toros también anunciado en el cartel, José Antonio Carretero, y con permiso de la Autoridad, de un certero descabello acabó con la vida del animal.
En segundo lugar se lidio un toro, negro listón y cornigacho para Juan Antonio Carretero, que demostró su torería y bien hacer desde el principio, recibiendo al astado con varias verónicas y chicuelitas, rematando con airosas revoleras, lo que calentó al respetable, que le aplaudió con ganas. A petición del público, sabedor que este diestro es un buen banderillero, se le insistió para que fuera él mismo el que pusiera las banderillas, a lo que el maestro asedio. A los acordes de un bonito pasodoble, el maestro puso tres pares de banderillas que brindó al público. El primero, al encuentro en el centro de la plaza dejando los palos muy juntos en todo lo alto del novillo. El segundo por dentro junto a las tablas, que también los dejó en todo lo alto, y el tercero, tardó un poco en centrarse con el animal, pero consiguió un buen par de dentro a fuera con buena colocación de los palos, saliendo de la suerte jugueteando con el animal. El público estaba entregado y le dio una fuerte y larga ovación .El matador cogió un par más de banderillas, que las colocó al quiebro, en todo lo alto del morrillo del toro, gran ovación y el respetable gritaba: ¡torero, torero, torero…!
La faena la brindó al público, que tras el tercio de banderillas estaba totalmente entregado. La inicia con unos pases de tanteo y probando ambos pitones, siguiendo con tres naturales con la mano derecha y el pase de pecho, muy jaleado por toda la plaza. La gente pedía con insistencia música, y al fin, la banda de música acompaño toda la faena con un pasodoble muy torero. Carretero siguió por el pitón derecho con otra tanda de naturales con la derecha, pasándose al toro muy cerca del fajín. Con la izquierda dio unas buenas series de naturales rematados con el de pecho, pero por el pitón izdo. El toro recortaba más, por lo que el maestro volvió al pitón derecho, así pues, el toro tenía más y mejor recorrido, y una embestida más clara. Terminando la faena con recortes muy toreros, y con un abaniqueo con la muleta en la cara del novillo, y una serie de manoletinas y pases cambiados, que enardeció más al público, que no paraba de aclamar al matador y de decirle ¡torero, torero, torero..! Una vez que el maestro consideró que el toro no tenía más dentro, se dirigió a la barrera para coger el estoque de matar. Pero tanto el público como el torero querían más, le instrumentó unos pases en redondo que puso a la plaza en pie. Acabó con el toro de una certera media estocada de efecto rápido. La plaza se vino abajo aclamando al torero y pidiendo los máximos trofeos para el diestro, que le fueron concedidos por la presidencia. Dio una triunfal vuelta al ruedo mostrando las dos orejas y el rabo concedidos por su fenomenal actuación, tanto en banderillas como con la muleta. Durante la triunfal vuelta al ruedo no faltaron varios tragos de alguna bota de vino, (de buen vino manchego) que le ofrecieron al matador.
En tercer lugar actúo el novillero LUIS CARLOS ARANDA, al cual le tocó un novillo negro listón y cornigacho, que impresionó en su salida por las carreras que dio por el ruedo y las embestidas a los burladeros, pero poco a poco fue perdiendo esa fuerza inicial. JOSE CARLOS ARANDA, lo recibió con pases de tanteo y para fijarle un poco la embestida al animal, para después estirarse con varias verónicas y una revolera, para terminar esta primera tanda con el capote. El toro, poco a poco fue parándose y embistiendo a los capotes con prontitud, pero tenía pocas fuerzas en los cuartos delanteros. Fue banderilleado por la cuadrilla que acompañaba a Aranda, poniendo dos buenos pares, de los tres que le pusieron al novillo. JOSE CARLOS ARANDA, también brindó el novillo; lo hizo a su apoderado, que se encontraba en el burladero junto a los toriles. Inicia la faena con pases de rodillas por bajo y sigue con naturales con la derecha, a pesar que le molestaba bastante el viento, lo que le descubría ante el novillo y no le fue fácil conseguir continuidad en las tandas de naturales que intentó dar al toro. Muy pronto el toro se vino abajo, y por mucha voluntad que demostró el novillero, no conseguía dar más de dos pases seguidos, lo que deslucía las series. Pero a pesar de todo, la gente le aplaudía con fuerza, por la voluntad que demostraba, y la música también acompañó a su faena de muleta. Cuando el novillero se cansó de insistir una y mil veces ante la apatía del animal, se decidió a entrar a matar, propinándole una casi entera en buen sitio, pero fue necesario
el descabello, y al segundo intento acabó con la vida del novillo. El público pidió con insistencia la oreja del novillo, a lo que la Presidencia accedió, pero el alguacilillo no respetando lo concedido por el Presidente le entregó al torero las dos orejas y el rabo. Bueno, para eso estábamos de fiesta, y en un festejo que pasará a la historia, mientras que esta sea la última corrida de toros celebrada en la Plaza Mayor de toros de Tembleque; la primera fue el 9 de febrero de 1624 y fue presidida por el Rey de España Felipe IV.
QUE PRONTO PODAMOS VER LA PROXIMA CORRIDA DE TOROS EN ESTA ENTRAÑABLE Y BONITA PLAZA DE TEMBLEQUE. SERIA BONITO, PERO NO ES FACIL, AUNQUE TAMPOCO IMPOSIBLE. Por: Emilio Moraleda.