Crónica Belén Familia Rodríguez Perea
1986-2014
Nunca pensé que fuese a escribir una crónica del montaje de nuestro Belén, pero ha sido Pedro (TodoTembleque) quien me animó a escribirla cuando se desplazó este año a casa de mi hermana a grabarlo, desde aquí agradecerle el enorme trabajo que realiza por nuestro pueblo sin recibir nada a cambio salvo las numerosas muestras de cariño por parte de todos los vecinos. Pues bien la tradición por parte de mi familia viene de lejos, ya en casa de mi abuelos Conrada y Román había tradición de montar el Belén en Navidad, así mi madre y mis tías Milagros y Paqui (aunque estas últimas más pequeñas) montaban el Belén junto con mi abuela Conrada, a raíz del fallecimiento de mi abuelo Román la tradición se quebró durante unos años, aunque mi madre seguía manteniendo esa ilusión por montarle, así fueron pasando los años, mi madre se casó y cuando mi hermana y yo teníamos 7-8 añitos empezó de nuevo a montar el Nacimiento, al principio mi vecino Jesús le ayudaba a hacerlo, mientras mi hermana y yo no parábamos de enredar, esa imagen me recuerda ahora a mis sobrinos Daniel y Miriam mientras que nosotros estamos con el montaje. Ya ahí empezó nuestra afición a los belenes, recuerdo que íbamos a ver el Belén de mi vecino Jesús, con cantidad de detalles, por aquel entonces nuestro Belén apenas tenía casas, tan solo alguna que otra pequeñita y de corcho, hasta que un año mi vecino nos regaló una casa que había hecho él de madera, que ilusión nuestra primera casa, por aquel entonces poníamos el Belén en casa de mis padres y en el pasillo y tenía unas dimensiones de 1,8 m de largo por 0,6 m de ancho. Nosotros ya íbamos creciendo hasta que decidimos montarle nosotros mismos sin ayuda de mi vecino, íbamos a los pinos a cortar verde para ponerlo entre las montañas, a por serrín a la carpintería del Cordobés… Y ya entorno al año 90 y dada mi afición a las manualidades decido hacer yo mi primera casa para el Belén, y reformo la casa que había hecho mi vecino, ese año montamos el Belén con algún tablero más hasta llegar a los 2,5m de largo por 1m de ancho, mi hermana era la encargada de hacer el montaje de todas las montañas y yo la iluminación, todavía recuerdo aquel año que salió ardiendo la instalación eléctrica, por aquel entonces yo apenas tenía conocimientos de electricidad. Al año siguiente me decido por hacer en el verano el castillo del Nacimiento, y esas navidades nuestro Belén volvería a crecer 1 metro a lo largo, ya llegábamos a los 3,5 m por 1 m de ancho, nuestro Belén comenzó a coger fama en el pueblo y eran numerosas visitas las que teníamos en periodo de vacaciones y nosotros encantados, eso nos animaba a continuar innovando año tras año. El siguiente verano decidí reformar un molino que había hecho en el colegio como manualidad y decidí adosarle un molino para moler el trigo y un pequeño horno, decidimos ponerle luces interiores para darle más realismo lo que me llevo a poner luces en las otras dos casas que teníamos y a habitarlas por dentro con muebles de miniatura, la instalación eléctrica se iba complicando. Así fuimos sacando el
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gusanillo también de mis tías Paqui y Milagros que también lo habían mamado, y mi hermana cuando terminaba de montar el nuestro iba a montar el de mi tía Milagros, mientras que mi tía Paqui, con algo más de gusanillo se decidió por montarlo sola, tal es así que el gusanillo aún en 2014 lo sigue teniendo y año tras año lo monta aunque un “poco” más pequeño que el nuestro.
Llegó el año 1994 y me vine a Madrid a estudiar y esas navidades descubrí en la plaza mayor un mundo nuevo, madre mía lo que había allí de casitas, figuritas, detalles, se me venían a la cabeza cantidad de ideas para hacer en nuestro Belén, veía una casa y pensaba en hacer otra igual con alguna cosita de otra, puff estaba deseando que llegara el verano siguiente para empezar, llega ese verano y hago la casita del herrero y la casa de la hilandera y como el resto de casas decidimos ponerles luces interiores y habitarlas por dentro, a la casa de la herrería le pongo una fuente en el patio, es nuestra primera muestra de agua en el Belén, cada vez el montaje se va complicando con agua, luces, mi hermana a la hora de montarlo inventa más montañas y como no las dimensiones del mismo van creciendo, ya estamos entorno a los 5,5 m de largo por 1m de ancho, mi madre ya cada vez que lo montamos empieza a decirnos que nos estamos pasando que vamos a llegar a la calle, aunque luego lo ve montado y le gusta, fue ella la que nos inculcó la tradición, ya nos empieza a costar montarlo, tardamos día y medio en hacerlo, con ayuda de nuestro padre, siempre al pie del cañón colaborando.
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Al siguiente año decidimos hacer el rio con agua, y como lo hacemos, decido hacer un molde de madera que luego mi amigo Manolo, que por aquellos entonces trabajaba en Composites Guimar, me moldearía con poliéster, ese año también hago una nueva casa que tenía en mente desde hace tiempo, casa tipo castellana con un patio interior con pozo, ese año volvemos a aumentar las dimensiones de Nacimiento hasta los 8 metros de largo, prácticamente todo el pasillo, se nos ha ido de la manos puesto que prácticamente ponemos toda la casa patas arriba, por lo que decidimos el siguiente año cambiar la ubicación a un sitio que no sea de paso y con más espacio, por lo que lo podríamos en lo que nosotros llamamos “porche”, esta nueva ubicación supone un hándicap para el montaje puesto que tenemos que ir montando por fases de dentro para fuera lo que nos obliga, sobre todo a mi hermana que las encargada de hacer todas las montañas, a hacer verdaderas virguerías para poder llevar a cabo el montaje. Este año al tener más espacio (casi 12 metros cuadrados) decido ese verano hacer un lago y un aljibe todo con agua, también recurro a mi amigo Manolo al que le proporciono el molde para que me lo rellene tela y poliéster, un fenómeno trabajando con el poliéster. Decidimos hacer el efecto noche y día con un regulador manual de intensidad, aunque resulta un poco engorroso estar subiendo y bajando manualmente la intensidad de las luces por lo que decidimos comprar un regulador electrónico preparado para belenes. Sigo año tras año haciendo mi visita obligada a la plaza mayor a ver detalles para luego hacerlos nosotros, así decido hacer una casa-cueva, algo que se salga de lo normal que tenemos en nuestro belén, además este año le podremos como novedad cielo azul con tela, nos sigue llevando mucho
tiempo
todo el montaje, casi
tres
días
completos, aunque lo llevamos muy bien puesto que es una afición que nos llena mucho, tanto como para que se nos pase el tiempo volado. Durante el mes y medio que lo
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tenemos montado son muchos los momentos que me salgo, enciendo las luces, la música (Romanza de Bacarisse), el agua del rio, lago y aljibe y me relajo viendo el Belén y disfrutando del momento como si estuviese dentro de él. Pasan los años y tanto yo como mi hermana vamos teniendo menos tiempo, mis obligaciones como estudiante en Madrid me van dejando menos tiempo en los veranos, así lo último que hago es la noria que saca agua del pozo y la casa del alfarero, aun así la ilusión sigue siendo como la del primer día. En la navidad de 2005/2006 decidimos complicarlo un poco más pues montamos el Belén en el sótano de la casa de mi hermana, para nosotros es un reto, tenemos que cambiar toda la instalación de las luces al ser una nueva ubicación la disposición de todas las casas varía, todo el montaje de las montañas varía, este año ocupará el Belén 25 metros cuadrados en forma de cuadrado por lo que se podrá ver por 4 lados, esto es una idea que nos atrae, además en el sótano no ponemos la casa de mis padres patas arriba, este año sin duda fue el que más tiempo nos llevó, fueron 4 días de aquel puente de la constitución (fecha en la que lo solemos montar habitualmente) que dedicamos al montaje, nos quedó muy bien, pero tanto nos costó que decidimos este año no desmontarlo y taparlo hasta el año siguiente.
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Al siguiente año volvimos a colocar pino nuevo en los sitios a los que teníamos acceso y quedó como nuevo, aunque sí que tenemos que decir que la ilusión del montaje se perdió un poco pues prácticamente estaba ya hecho, por lo que tras esta navidad 2006/2007 decidimos desmontarlo. Por diversos motivos entre los que están el hecho de que nacieran dos criaturitas de Dios, mis sobrinos Daniel y Miriam, con lo que ni se nos pasaba por la cabeza montar el Belén pues su cuidado y atención quitaban todo el tiempo a mi hermana, cuñado y a mis padres, tuvimos un parón de 6 años sin montarlo, la gente nos veía por la calle y nos pregunta si íbamos a montar el Belén, ya era una tradición el que la gente fuera a visitar nuestro Belén y nosotros encantados de enseñarlo. Mi madre seguía montando su pequeño Belén, Belén que sigue haciendo aunque nosotros montemos el “grande”.
Mi hermana montó las navidades 2011/2012 y 2012/2013 su “pequeño” Belén con todas las figuras pintadas por ella.
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Así pues en la navidad 2013/2014 decidimos montar el Belén de nuevo y hacer partícipe de nuestra afición a los dos chiquitines, para ellos era una cosa nueva que nunca habían visto, desde primera hora quedaron prendados y nos ayudaron junto con mi padre a montarlo, este año nos costó también bastante pues hacia 6 años que no lo montábamos y hubo que andar restaurando casas que tras ese tiempo se habían deteriorado y despegado muchas piezas, hubo que readaptar la instalación eléctrica a la nueva ubicación puesto que aunque lo montamos en el sótano de la casa de mi hermana el sitio era distinto y las dimensiones también, la superficie que ocuparíamos este año sería de unos 11-12 metros cuadrados, ósea entorno al tamaño de cuando lo montábamos en casa de mis padres. Estas navidades vamos a visitar a Lillo el Belén de Carmelo, el profe de Religión de Daniel y Miriam, precioso Belén con multitud de detalles, observamos muchas cosas que nos gustan y que anotamos como mejoras para el nuestro el próximo año, tales como la iluminación por la noche. Así llegan las Navidades 2014/2015, y a una semana vista de montar el Belén y tras ir dejándolo pasar no hemos preparado nada del nuevo sistema de iluminación, rápidamente nos ponemos manos a la obra, hay que comprar tela, bombillas, madera, pintura… pufff ya estamos en modo ON, esto ya huele a Navidad, llamo a mi hermana, Merce hay que comprar la tela trasera, mira a ver dónde la podemos comprar, yo compro aquí en Madrid el resto de
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material, tras barajar varias opciones nos inclinamos por comprar la tela de Madrid, nos queda poco tiempo para llegar al finde, mi madre nos ve ya que no paramos, yo en Madrid y mi hermana en Tembleque, ya estáis locos –dice mi madre. Decido cogerme el viernes del finde que lo montaríamos de vacaciones, este año hay más trabajo que hacer y es preferible andar más holgados de tiempo. El miércoles antes mi padre, Daniel y mi hermana van a por las ramas de pino, así llega el jueves, llego al pueblo después de trabajar, como y a las 16h estamos ya liados, yo con el nuevo sistema de iluminación, mi padre y mi hermana acarreando todas la cajas, tableros y material necesario para el montaje y los chiquitines que nos ven montando su propio Belén con las figuritas y papel que nos va sobrando, muy mal se ha de dar para que estos dos no continúen con la tradición y nosotros encantados con que así sea ;-) Así tras tres días de montaje el domingo por la mañana estamos montado la tela que cubre los entresijos de debajo de los tableros y que pone fin al montaje de ese año. Lo encendemos todo, incluida la música (Romanza de Bacarisse) y a disfrutar del momento.
Desde aquí animamos a quien aún no haya visto nuestro Belén pues nosotros disfrutamos no solo montándolo sino compartiéndolo con el resto de gente. Y aquí ponemos fin a esta pequeña historia de nuestro Belén deseándoos FELIZ NAVIDAD Y PROPERO AÑO NUEVO!!
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