PREGÓN CARNAVAL DE TEMBLEQUE 2012
Buenas tardes a todos y gracias por estar aquí. Antes de comenzar quisiera dar las gracias al Alcalde de Tembleque y a sus concejales por contar conmigo para dar el pregón de los carnavales de este año. Cuando me llamó Jesús y me propuso hacer este pregón, la verdad es que no sabía por dónde empezar, pero lo que sí tenía claro es que para mí era todo un honor poder dirigirme a vosotros como pregonero, no solo por lo que este acto en sí mismo implica, sino porque para mí era una oportunidad de oro para daros las gracias. Gracias a todos por acogerme entre vosotros cuando llegué a Castilla‐La Mancha hace ya más de 12 años. Gracias por llenarme de recuerdos imborrables durante los 4 años que estuve viviendo en este maravilloso pueblo. Y, sobre todo, gracias por los amigos que aquí conservo y que seguro lo serán para toda la vida. Y después de este pequeño discurso empecemos con el pregón. Me apropio de algunos versos del Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita, para narraos la batalla entre Doña Cuaresma y Don Carnal, origen y alma de los festejos que hoy empiezan. Estaba don Tocino con mucha otra Cecina, tajadillos y lomos, henchida la cocina, todos muy bien dispuestos para la lid marina. La Cuaresma, más lenta, demostró ser ladina. Como es don Carnal muy grande emperador y tiene por el mundo poder como señor, las aves y las reses, por respeto y amor, se presentan humildes, pero tienen temor.
Estaba don Carnal ricamente instalado en mesa bien provista, sobre opulento estrado; los juglares, ante él, cual señor venerado; de todos los manjares estaba bien colmado. Cuando vino la noche, ya después de la cena, cuando todos tenían la talega bien llena, para entrar en contienda con la rival serena, dormidos se quedaron todos enhorabuena. Como había el buen hombre muy de sobra comido y, con la mucha carne, mucho vino bebido, estaba abotargado, estaba adormecido; por todo el real suena de alarma el alarido. Todos amodorrados fueron a la pelea; forman las unidades mas ninguno guerrea. La tropa de la mar bien sus armas menea y lanzáronse a herir todos, diciendo: -“¡Ea!” Ya conservaba pocas de sus muchas compañas; el jabalí y el ciervo huyen a las montañas, le van abandonando las otras alimañas, las que con él quedaron no valen dos castañas. Si no es por la cecina con el grueso tocino -que estaba ya amarillo, pasado y mortecino y luchar no podía de gordo, sin el vino-, se encontraría aislado, rodeado y mezquino. La mesnada del mar reunióse en tropel, picando las espuelas, dieron todas en él; no quisieron matarle, tuvieron pena de él y, junto con los suyos, le apresan en cordel. Trajéronlos atados, para que no escapasen, ante la vencedora, antes que se librasen; mandó doña Cuaresma que a don Carnal guardasen y que a doña Cecina y al tocino colgasen.
Mandó colgarlos altos, a modo de atalaya; que, para descolgarlos, allí ninguno vaya. Pronto los ahorcaron en una viga de haya; el sayón va diciendo: -“Quien tal hizo, tal haya.”» Mandó que a Don Carnal custodiase el Ayuno; cerrado lo tuviesen, no lo vea ninguno si enfermo no estuviese, o confesor alguno; que le diesen al día tan sólo manjar uno.
Sabemos todos que Doña Cuaresma ganó. Hasta el Domingo de Ramos, que Don Carnal escapó. Pero hasta que tenga lugar la batalla disfrutemos del vino, mientras haya. Y por orden del Señor Alcalde hago saber, como es mi obligación y deber, que el Carnaval empieza a correr para comer, bailar y beber. Mas tengamos cierta mesura, que si hay una cosa segura es que madre, mujer y cura tuvieron la mano siempre bien dura… Y como sabéis lo malo que soy hablando, casi peor que una vaca nadando, que mejor, para ir terminando que hacerlo, como siempre, cantando.
TANGUILLO AL CARNAVAL DE TEMBLEQUE Me dijo un día el Alcalde que si el pregón yo quería dar. Y yo le dije que canto, que soy muy torpe pa’ hablar que de palique voy falto pero cantando yo voy. Suenan ya por Tembleque los carnavales con charangas y murgas y las borracheras de mil chavales. Coge ya tu careta y sal a bailar que después ya habrá tiempo de descansar. Que salte la plaza igual que una feria, ¡Por Jesús Nazareno! que caras más serias. Vamos temblequeños que estamos de fiesta, Que son carnavales, no tiempo de siesta. Y Juana la Loca dijo Que Tembleque era una villa Y hoy digo yo ¡paisanos, Pasadlo de maravilla! Tómate unos buenos vinos y luego un chicle de menta, si no verás luego en casa la poca gracia de tu parienta. ¡Pero estamos de carnavales Y esto hay que hacerlo aunque uno lo sienta!
TANGUILLO DEL RECORTE Esas tijeras de poda que aquí en la Mancha tanto se usan, que hay que pensar en ahorro pero pa’ mi que ya abusan. Vamos a estar hasta el gorro de tanto racanear. Estaba tranquilamente en el consultorio, llegó Doña Asunción con una factura de laboratorio. A partir de mañana vamos a ahorrar o nos quedamos sin hilo pa suturar. Estamos los enfermeros buscando el pan de cualquier manera, entre cura y cura venderé churros para el que quiera. Y en las fiestas del pueblo hasta el tiovivo sale muy caro, moverán a pedales los cacharritos los tíos del paro. Y Gracia que ya sabemos que tiene mu mal carácter dice que se va mañana pa’ casa en un vuelo charter. Y Don José muy tranquilo, que gusta mucho del cante, dice que se queda en casa tomando un vino a esperar que escampe Que aquí entre otros y unos l’echamos huevo’ a salir p’adelante ¡Que Temblequeños y Guardiolos Tienen lo que hay que tener por aquí delante!