Lecturas de Hojarascas

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Lecturas travas de

Hojarascas

Claudia Rodríguez Violeta Alegre ... i

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Freida Frida Cartas

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© del texto, Claudia Rodríguez, Frieda Frida Cartas y Violeta Alegre. © Ilustración pág. 5, Poshumanos, de Ornela Pocetti. © Ilustración pág. 11, Amenaza en el Triángulo de las Bermudas, de Nina Kunan. © de las fotos de tapa y pág. 9, MAFIA (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs). © de la presente edición, Cooperativa de trabajo Muchas Nueces Ltda.

Corrección: Chanchajistán www.chanchajistan.com.ar

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Lecturas travas de

Hojarascas Activistas y poetas trans-travas enviaron a Susy Shock los textos que siguen a continuación, luego de haber leído Hojarascas, el reciente poema-manifiesto de la autora, editado por Muchas Nueces en mayo de 2017. Esta publicación tiene la particularidad de encontrarse en construcción, ya que la convocatoria y recepción de lecturas queda permanentemente abierta. Aquellas palabras de Claudia Rodríguez (Chile), Frieda Frida Cartas (México) y Violeta Alegre (Argentina) se reúnen a continuación a modo de presentación de la publicación.


Claudia Rodríguez Chile

Cuánto embargo.

Cuánto oprobio y alevosía. Qué artera su fe. Cuánta incriminación y decomiso. Cuánta invasión, arrebato, cuanto escamoteo. Cuánto enajenar. Cuánta tirria por los colores. Cuánto sermón, cuánta matraca, cuánta rociada para negarnos. Cuánta exclusión para invadir. Cuánta especulación. Tanta palabrería para omitir nuestros nombres. Qué asco por la ternura de la infancia fea. ¿Cuánto electroshock? Tanta luz para torturar. Cuánto esclavizar para que no estorbemos, para prohibir y conspirar. Cuánto confiscar para someter y acorralar. Cuánto despreciar para imputar, decomisar y hacer desaparecer. Qué dictadura de las esquinas al atardecer. Cuánto incriminar, perseguir y enrejar para que callemos. Tantas matemáticas para suprimir. ¿Cuánto electroshock? Cuánto desmantelar para que la ciudad no sea nuestra. Cuánto empobrecernos para que seamos travestis mudas, sin leyendas, sin cuentos.


Cuánto perjurio, cuánta querella, cuánta amenaza para eliminarnos. Cuánta arquitectura para expulsarnos. Tanto escupo a los barrios. Cuánto palacio, cuánto edificio, cuánta ingeniería para mantenernos mudas. Cuánto jardín, cuánta decoración, cuánta escenografía para exterminar nuestros cuerpos. Cuánta psiquiatría. ¿Cuánto electroshock? Cuánta prohibición, cuánto grito, cuánta molotov para hacernos desaparecer. Cuánta psicología para acorralarnos. Cuántas heridas, cuántas cicatrices, cuántas infecciones, cuántos escupos. Cuántos cadáveres nos tienen mudas. Cuánto explotar para penetrar y vencer. Cuánto odio, mamá. Pero, ¿qué sería de Buenos Aires sin las travestis?


Frieda Frida Cartas Trans-feminista de a pie México

Hoy más que nunca en una América cisexista,

heteronormada y progresistamente normalizadora, el texto de Susy Shock se hace harto necesario y aparece puntual y poéticamente rabioso como la luz del fuego. Y es que ya no podemos esperar más. Se agotó el tiempo, se acabó la tregua. No más tolerancia ni paciencia. Porque como bien dice la artivista sudaca, en estas suaves, duras, tristes y aún palpitantes Hojarascas, es bien fácil dolerse de la violencia de género y los crímenes tanto físicos como sociales perpetuados a diario, bien fácil que es indignarse por la discriminación y exclusión: “Pero resulta que somos nosotras, las que siempre ponemos las muertas...” Y más que las muertas, las asesinadas, porque no nos morimos solitas y por la teoría de la espontaneidad, nos matan ustedes, los normales y su mundo natural, dicotómico, misógino y binario. México ocupa estadísticamente a nivel mundial el segundo lugar después de Brasil en asesinatos por trans-misoginia de personas trans, travestis, transgénero y transexuales. Y ni siquiera nos reconocen esas muertes porque para empezar no nos consideran mujeres y menos víctimas de trans-misoginia. No les somos pues, dignas. La sociobiología y pelotudez genitalista celestial sigue


divinamente rectora aún en pleno siglo XXI, ¿viste? Aunque después de asesinadas tampoco se nos tiene respeto por la identidad, feminidad, cuerpo, figura o devenir que elegimos vivir y hemos autoconstruído: “Desconocen estas muertes como antes desconocieron estas vidas…” Pero si para que hoy nos volteen a ver o nos escuchen, o al menos nos respeten, tenemos igualmente que desconocerles, lo haremos sin reparo y sin titubeos, pero ya estuvo bueno, como decimos acá en México, porque las travas no somos “diversas”, ni anhelamos “un baño”, ni nuestro sueño es casarnos para cumplir después del sagrado rito la casita cajita feliz Mac Donald’s, lo van sabiendo, y si quieren un blanco fácil donde disparar que sea su propia conciencia, o si buscan un instrumento polite donde retratar su altruismo humanista y su inclusión a los cuentos de toda la vida, que hurguen en su propia miseria de siempre. Si tal parece que nos han colocado como las pobres de entre las pobres para después “regalarnos” riquezas de avances y discursos, pues las revoluciones surgen desde abajo y de la precarización, que no les falle la memoria porque de ahí también saldremos.


En este contexto Hojarascas de Susy Shock se hace necesario hoy más que nunca, y su llamado ante: “¿Cómo se mata a una sola de nosotras sin matarnos a todas?” es simple: Hagamos algo porque nadie más lo hará por nosotras, ni las que se dicen abocadas y preocupadas por las mujeres y la violencia de género. Nadie hará nada. Hagamos algo más que un retuit, un like o un discurso plausible y la foto en los diarios de la buena conciencia, la moral masiva y la gran circulación. Hagamos ahora, ya no hay tiempo. Hagamos juntas porque aunque parece que estamos solas y separadas, no lo estamos, nos tenemos a nosotras y a las otras trans, a las otras travas. Hagamos ahora, hagamos juntas: “Como armar la olla grande de la risa, y de que ahí comamos todas, para exorcizar la desesperanza juntas, aunque ese “todas juntas”, también nos cueste, porque el trabajo más sutil que han hecho, es desclasarnos, destravestizarnos, despojarnos de las otras, para serles blanco fácil, así una a una…” Y ya es tiempo de que les paremos, que se enteren que no más, que cuando gritan “Ni una menos”, es en realidad ni una más de todas nosotras, no vamos a seguir poniendo las muertas, ni el cuerpo, ni las lágrimas, ni nuestros nombres o rostros. Que les quede claro.

“No queremos ser más esta humanidad”



Violeta Alegre Argentina

V

oy a aprovechar todo! primero, que inevitablemente antes de pensar y sentir a hojarascas, pienso en su autora, que es “La Susy”, con quien compartimos tantas charlas, tanto rompernos la cabeza, tanto pensar-nos, en cómo y qué hacer, y que ese hacer sea colectivo, cuidado, amoroso. Susy me impuso naturalmente la palabra “abrazo”, que no solo es contenernos, sino cuidarnos, que es despedida y encuentro (despedidas y encuentros que también son particulares en nosotras las travas) encuentros esperados, espera… y pienso en cuanto la hago esperar a veces, pero ella sabe que yo la abrazo, y la agradezco a ella en TODOS mis abrazos… porque LA AMO. Cuando nos sentamos en MU esa noche con Claudia Rodríguez, en donde Claudia presentaba su libro de poemas, Susy saco como 20 hojas ¿un poema nuevo? y ahí se lanzó… Hojarascas es hartazgo sin rodeos, yo me la imagino a Susy parada enfrente de un policía leyéndolo , o un político, o a la mismísima heterosexualidad, a la heterosexualidad le veo dos rostros, y son de falsa moral, es hipócrita, a esa se la leemos desnudas. Hojarascas es memoria, es un grito a todxs para que hagamos tribu, es reconocer a lxs enemigos y no solo para tenerlos en “la mira trava” sino para que hagamos algo en donde seamos nosotras las protagonistas,


abrazadas, lucidas, confiando en nosotras mismas y corriendonos de esa ignorancia que tanto quisieron imponernos y hasta donde muchas veces nos creemos. La esperanza está presente en el fracaso, y debe ser ahí en donde comenzamos a lagrimear, porque nos encontramos, nos reconocemos. Dice todo lo que no sabemos decir, o cómo decirlo, o cómo pensarlo, pero se siente. Yo encuentro a mis compañeras, me encuentro a mi, encuentro el privilegio de Susy al tener una herramienta tan poderosa en sus escritos, que convierte en poesía, manifiestos, sentimientos. Gracias!!!



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