El Sonido

EL SONIDO

3. MEDIR LAS PALABRAS EVITANDO ASÍ PALABRAS INNECESARIAS (3)

Así, las personas que están acostumbradas sólo a hablar y no a actuar hacen que los demás caigan también en el mismo error. Enseñar a obrar se enseña obrando y no hablando. Esta historia ilustra claramente esto, ya que el dueño no había enseñado al perro a inclinarse ante el rey sino que sólo le había enseñado a hablar y el perro lo repetía.

Del mismo modo podemos nosotros también repetir las palabras de las Escrituras Sagradas, pero estas son sólo instrucciones que hay que poner en práctica. No tiene sentido el hablar de los preceptos, ya que estos están para ser practicados. Mientras nos siga gustando tanto hablar seguiremos siendo inefectivos a actuar.

Hablar mucho no deja que actuemos. Tiene que haber un equilibrio entre nuestras palabras y nuestras acciones. Tiene que haber un equilibrio entre nuestros pensamientos y nuestras reacciones. Mientras que nuestros pensamientos se manifiestan sólo en palabras pero no en obras, nuestra voluntad seguirá estando quebrada.

Es importante que midamos nuestras palabras y que digamos sólo lo que sea necesario, ocupándonos más por hacer y por permanecer en silencio. Muchas veces nos olvidamos de la hora y de nuestras obligaciones cuando hablamos con exceso y con frecuencia solemos olvidarnos de nuestros deberes Inmediatos. Por ello se recomienda que tengamos un diario para darnos cuenta de las veces que hemos hablado innecesariamente y evitarlo en el futuro.