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Sanat Kumara
SANAT KUMARA
SER Y CONVERTIRSE (2)
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El ser es eterno. El convertirse es temporal. Ser es el estado natural. Convertirse es una transformación con un propósito. Uno no puede ser su transformación. Uno debería permanecer original en todo momento y manejar el estado transformado. El ser es inmutable. Las personalidades son mutables. La inmutabilidad no puede conocerse cuando uno está hundido en lo mutable. Durante el día, como ya dije antes, jugamos muchos roles. Para cada rol nos convertimos en una personalidad diferente; nos convertimos en esposo, padre, coetáneo, amigo, trabajador, viajero, orador, comensal, y así sucesivamente. Pero en todos estos el ser es constante. El ser es un principio continuo. El convertirse empieza y concluye. Vivir es de las cosas que empiezan y acaban, es vivir en el ciclo de nacimiento y muerte. Nacer es comenzar. La muerte es la conclusión. Pero el ser está antes que el nacer y después del morir, y está durante toda la encarnación. El ser está todo el tiempo. Existe antes de encarnarse. Existe durante la encarnación. Y existe después de la muerte. Existe en todo momento, sin tener en cuenta el nacimiento y la muerte. Pero la personalidad nace y muere con cada encarnación. Un alma tiene diferentes personalidades en diferentes encarnaciones. Puede tener personalidad masculina o femenina. Puede tener personalidad asiática o europea, americana, australiana o africana. Estas variedades de personalidades son variedades de vestidos, como los pantalones, camisas, saris o panjabis. Identificarnos a nosotros mismos con la envoltura es ignorancia. Identificarnos con el morador interno es conocimiento. Por este motivo, Sanat Kumara nos recuerda que cada uno de nosotros es un alma y, por lo tanto, tenemos que funcionar como alma, un ser, una persona, un Purusha. Esto nos permitirá darnos cuenta de la fraternidad de las almas