2 minute read

HISTORIAS PARA JÓVENES

Next Article
PARACELSO

PARACELSO

HISTORIAS PARA JÓVENES

4. EL TESORO ESCONDIDO DEL HOMBRE

Advertisement

Por recomendación del Maestro Conde San Germain, el dueño de la mina, Daniel Rayborn, contactó al geólogo Godfré Ray King. Ni Rayborn ni King tenían idea de cuál era la razón de su encuentro. Pero a medida que se fueron conociendo, sintieron un profundo afecto mutuo entre ellos. King era un discípulo del Maestro, al igual que lo eran Rayborn y sus hijos.

Era la segunda noche de la visita de King al rancho de Rayborn en Wyoming. Nada y Rex cantaron en honor a su invitado. El poder de la voz de Rex y el sonido claro como una campana de la voz de Nada tocaron profundamente a King. Más tarde Nada habló de su madre. Esta había sido una cantante de ópera muy conocida y había transmitido la expresividad vocal a sus hijos. Cuando ella murió, el Maestro San Germain se apareció a los dos hermanos y los consoló: su madre todavía estaba en contacto con ellos, pero tenía una tarea que cumplir fuera de su cuerpo físico. El Maestro le aseguró a ella que protegería a sus hijos para siempre.

La muerte de la madre había ocurrido dos años antes del encuentro en la mina. Y King, el geólogo, acababa de conocer al Maestro Conde San Germain dos meses antes.

Nada le explicó a King el significado de un Maestro: “Cada ser humano tiene dos personas diferentes dentro de sí mismo. Una interactúa con el mundo externo circundante con ayuda de los órganos de los sentidos, los sentimientos y la mente inferior. Esta es la personalidad. La otra, la verdadera persona, el Alma, existe como la conciencia de la persona. Este consciente Alma-Ser es divino, todopoderoso, omnisciente, lleno de amor y compasión. Nadie lo puede influenciar, ni siquiera la persona mundana con la que está conectado.

La persona mundana experimenta el mundo a través de luchas y fracasos hasta el punto en que, cansada de la lucha, se vuelve hacia la persona divina interior,

el Alma, que es su Maestro verdadero, y le pide ayuda. A partir de ese momento, la persona divina apoya a la persona mundana, la personalidad, entrenándola y guiándola.

Para alcanzar su propia divinidad y vencer a la persona mundana, las personas necesitan apoyo divino. Con un profundo deseo de dejar atrás las vicisitudes de miles de vidas de sufrimiento, tristeza y futilidad, las personas reciben ayuda. Con esfuerzos severos para desarrollar amor y compasión divinos, una persona recibirá ayuda para conseguir la meta que le ha sido destinada al hombre desde el principio del tiempo. La recibirá de aquellos que han ofrecido su persona mundana a su propia divinidad -su Alma: Maestros como el Conde San Germain”.

De: Godfré Ray King: La Presencia Mágica. Saint Germain Ediciones. 3ª ed. 2015. King describe su encuentro con el Maestro Conde San Germain en el año 1931. Compilado por: B.K.

Alexey Leonov: Saint Germain

This article is from: