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El Maestro

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Reseñas De Libros

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EL MAESTRO

85. STHULA-SUKSHMA-SAKARANANTARAKHELANAM PARIPALANAM

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El que juega y rige en los planos causal, sutil y denso de la Existencia 2.

Los seres humanos están atados por la objetividad, por el cuerpo, por sus deseos, por sus conceptos e incluso por los conceptos de sabiduría. En tanto que haya una atadura de cualquier tipo, esta sigue siendo una atadura. Una caja de oro es tan caja como una de acero. Los seres que están atrapados en sus ismos, doctrinas, filosofías, teorías y conceptos no están tan libres como lo estarían sin ellos. Es esta libertad la que uno mismo debe desarrollar con la ayuda de aquel que disfruta ya de tal libertad. Sólo el que ya no está atado puede liberar al que todavía lo está.

Cuando se encuentra el gusto por esta libertad, el hombre no se preocupa de ningún otro tipo de libertad. La libertad interior hace posible la libertad total. Luchar por la libertad exterior es alejarse de ella.

Un Maestro es juguetón debido a la libertad de que disfruta. Puede estar con el mundo, pero no está en el mundo. Está a flote en el río de la vida y ni siquiera necesita nadar para permanecer a flote. Permanecer a flote es un esfuerzo; estar a flote es el estado de ausencia de esfuerzo. A esa ausencia de esfuerzo se la llama juego. Incluso aquellos que son juguetones disfrutan más durante el juego que aquellos que juegan para ganar. Jugar para ganar supone una causa para jugar. Jugar por jugar no tiene causa. Un niño juega; no tiene causa para jugar. Es su estado natural. No tiene el concepto de ganar o perder. Tales niños se considera que están más cerca de lo Divino. Una actitud así, como de niño, es de mayor ayuda que una actitud intelectual o una actitud infantil. Desde el estado infantil al estado como de niño discurre el Sendero. El Maestro

camina por el Sendero y llega a ese estado. Entonces se hace consciente del amor Divino en él.

El amor lo rige todo. El amor es más poderoso que el poder. El poder tiene su antídoto en el amor. Los hombres poderosos pueden ser subyugados por el amor puro. Aquel que es una encarnación de amor es el rey de reyes, ya que rige el corazón de los seres. Los seres de su entorno se ofrecen a él para ser dirigidos. Él no funciona con ninguna normativa. El amor no es una función; es el estado natural y último de nuestra propia SEIDAD. En esa SEIDAD uno se ve en todo y todo en Uno.

Muy temprano por la mañana recuerdo las sandalias sagradas del Maestro en la cámara interna de mi corazón.

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