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Saturno
SATURNO MUERTE Y RESURRECCIÓN
EL SOL, LA LUNA Y SATURNO 4
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El sistema nervioso del cuerpo físico del hombre está bajo el control de Saturno. Por eso, cada vez que ocurre un suceso desagradable, lo primero que se siente afectado es el sistema nervioso. Cuantas más aversiones, decepciones, obstáculos y retrasos tengamos, más se altera nuestro sistema nervioso. El nerviosismo, la parálisis y la neuralgia se deben a la influencia de Saturno. La conexión entre las funciones del cerebro, las actividades motrices y las sensoriales, están gobernadas por una influencia combinada de los dos planetas fríos: la Luna y Saturno. El calor del Sol en el plano físico se irradia a través de un punto cerca del diafragma, y Saturno le causa impedimentos si sus aspectos con la Luna y el Sol son maléficos. El diafragma divide la parte superior de la inferior del tronco y tiene la forma del signo zodiacal de Leo. Hasta llegar al cuerpo físico, la energía solar es recibida por el diafragma. Si se produce mucha presión en el plexo solar, la vitalidad baja y el diafragma pierde su fuerza, lo que trae como resultado una caída del alma. Mantener el diafragma en orden apropiado es un aspecto físico importante en la práctica espiritual.
De modo que cuando la Luna y Saturno no están bien aspectados con el Sol, el diafragma se siente afectado. Así también, cuando Saturno no está bien aspectado con la Luna, éste afecta al sistema nervioso. La detención de cualquier órgano mediante la pérdida de peristalsis de los nervios y de los músculos es causada por Saturno. Cuando Saturno no está bien aspectado con la Luna, actúa sobre los nervios, y cuando no está bien aspectado con el Sol, actúa sobre el diafragma. Cuando Saturno está bien aspectado, protege.