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Mensaje Del Mes

MENSAJE DEL MES

ARIES

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Aries, el fuego de la vida misma.

Aries es el signo de la primavera. Es el signo de la nueva vida que emerge en el equinoccio de primavera. Aries inicia el nuevo año espiritual. Es el signo del guerrero de “todas las cosas nuevas”. Como primer signo de fuego del zodiaco, Aries emerge desde las profundidades del acuoso Piscis, el último signo del zodíaco. Piscis, con sus aguas sagradas, mantiene las semillas de luz reunidas en los once signos anteriores. En el equinoccio de primavera, Piscis entrega esas semillas a Aries y el fuego de Aries las inunda y penetra hasta su centro, y ahí se enciende un fuego verde, titilante y radiante.

Los procesos cósmicos son los que permiten que las diminutas plantas verdes broten y crezcan cada año como por arte de magia. Cuando se planta una nueva semilla, observa las dos diminutas hojitas verdes que brotan. Se parecen al signo de Aries -dos brotes verdes de fuego ¡o los dos cuernos de un carnero! Una vez que se han presentado los fuegos de Aries, entonces Tauro, un signo de tierra de gran fuerza y constancia, cuida y se ocupa de los brotes que crecen.

Aries inicia.

Aries es la energía que inicia. A través de Piscis, todos los doce signos de Aries reciben energías cósmicas desde una o más de las estrellas de la Osa Mayor. Aries recibe la luz de los rayos 1 y 7, dos estrellas de la Osa Mayor.

El primer rayo contiene la voluntad, la fuerza y el poder creativo de Dios, el Padre. Este es el poder y la influencia que Aries hace fluir a la Tierra cada año. Es el fuego del primer rayo el que llama a la vida vegetal a brotar, a la

vida animal a aparearse y tener crías. Tras un largo tiempo de iniciar e introducir nuevas ideas, Aries tiene la ayuda del 7º Rayo para anclar estas ideas y las fuerzas dentro de la Tierra. El 7º Rayo también es responsable de anclar los nuevos arquetipos, nuevos ritmos para la nueva era, la civilización y cultura acuariana. Las ideas así iniciadas por Aries quedan resguardadas por Tauro y, a continuación, Géminis informa de ellas a todos.

Regentes de Aries.

En astrología los regentes son los planetas, un signo o una constelación que fluye para llegar a la Tierra. Marte y Mercurio son los regentes de Aries. Aries es el signo que nos ofrece a cada uno las experiencias que forman nuestra identidad propia. Aries fluye a través de Marte a nivel de la personalidad, y a través de Mercurio a nivel del alma. Al principio, con Marte somos atrevidos en Aries, donde con el tiempo nos damos cuenta de que existimos. Más adelante, cuando empezamos a desarrollar nuestras mentes, experimentamos el fluir de Aries a través de Mercurio. Empezamos entonces a quedar impresionados con ideas procedentes de la Mente de Dios. Marte nos ayuda a actuar sobre ellas.

Aries Despierta a la Humanidad a Nuevas Ideas.

Todos los primeros impulsos se despiertan en Aries. Esta es la tarea de Aries. Desde la mente de Dios fluyen ideas para que la humanidad mejore. Estas ideas descienden sin rumbo y pasan por el signo de Aries para emerger más tarde en el océano y en el mundo de la materia. Por eso es en Aries donde ocurre y toma forma la primera idea para iniciar la actividad. Aries es, por lo tanto, el “lugar de nacimiento de las ideas” que son, en realidad, impulsos espirituales procedentes de Dios que buscan tomar forma.

Signo de Fuego, Agni es Fuego.

Aries, un signo de fuego, está en contacto con la Mente de Dios, que también es un fuego conocido como Agni. Aries mantiene para nuestro universo los fuegos eléctricos cósmicos de Dios que alimentan y nutren con calor e intensidad a la Tierra y sus reinos. Este es también el mismo fuego que destruye todo aquello que ya no se necesita, de manera que

pueda emerger lo nuevo. En esta época estamos experimentando este fuego destructor en nuestro mundo. Se lo llama la “tierra ardiente”.

Un Mantram de Fuego de Aries.

Busco el Camino; ansío saber. Veo visiones y fugaces impresiones profundas. Detrás del Portal, al otro lado, está lo que llamo hogar, porque el círculo casi ha sido hollado en su totalidad y el fin se aproxima al principio.

Busco el Camino. Mis pies han hollado todos los caminos. El Camino de Fuego me llama con irresistible atracción. Nada en mí busca el camino de la paz; nada en mí ansía la tierra. Que el fuego ruja; que las llamas devoren; que se queme toda la escoria; que se me permita trasponer ese Portal, y hollar el Camino del Fuego. (A.A. Bailey: La Luz del Alma, p. 99-100)

Compuesto por Risa D’Angeles.

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