L a s p o e t a s s e b u r l a r o n d e l i n f i e r n o
Sin Introducción Querido lector, yo no busco un propósito filosófico moral en la realización de esta obra, lo que está mal o lo que está bien no es de mi interés, y mucho menos es de mi jurisdicción, la definición de bien o de mal es obviamente subjetiva, no busco agradarle por medio de mis escritos y aunque me encantaría desagradarle esa es su elección no la mía, ¡libre albedrio! Lo único que quiero es ser leída, y si le parece que eso es mucho pedir, tenga en cuenta que quiero ser leída como la poesía barata que se olvida, ser leída como los poemas cortos que se dedican a la gente errante y hermosa de carácter, ser leída brevemente como las cartas escritas por los amantes de la complejidad y del encierro. Le recomiendo que lea a mugre vaginal de manera transitoria, como el fuerte viento que solo levanta las hojas pisadas y revuelca los caminos dejados, algo de una noche, tan pasajero y tan fugaz como las palabras, porque los planteamientos ideológicos y los argumentos no están para grabarlos en el cerebro a manera de ecuaciones y teoría, están para entenderlos, para masticarlos y tragarlos o mejor aún, para escupirlos después de saborearlos, ¡libre albedrio! Aquí no juego con las palabras para expresarme, es una danza de letras, una danza para conquistarlas, traté de amar maniáticamente a las palabras pero a lo único que llego es al odio, nada de raro en mí, las palabras se me esconden, se me deslizan por los dedos como la furiosa lluvia, ellas no temen ser leídas equivocadamente, a ellas les excita ser efímeras, por eso las odio a morir porque ellas quieren ser amadas, no encarceladas, no olvidadas, piden mucho esas malparidas, ellas quieren ser únicamente amadas, ¿cómo se puede amar a las palabras? ¿dígame cómo?, si son entes que viven en un tiempo limitado, no se pueden conocer materialmente,
inconscientemente ellas son la estructura de la imaginación, lo que amamos no son las palabras, lo que amamos es la idea que ellas crearon para materializar un recuerdo o un hecho o una imagen, ellas nos controlan, nos penetran, nos manipulan, pero en realidad nosotros no las podemos ver, sabemos que ellas están en ese rincón de las ideas, en ese mundo, deseando ser amadas, asqueadas de solo ser pensadas, ellas ya no quieren solo danzar y danzar, ellas desean ser abusadas, es que esas malparidas en realidad piden mucho, a veces se me olvida que alguna vez las intenté amar, hoy se me olvidó que ya no debo besarlas, en las noches se me olvida que desde ayer las empecé a odiar, ayer se me olvidó que hoy las intenté conquistar.
Carne Radiactiva
I N D E X
VAGINA CUELLO UTERINO PERIMETRIO MIOMETRIO ENDOMETRIO
V A G I N A
El Jardinero Una historia, una corta historia quería escuchar Azucena, buscaba la historia en el pasado de su abuelo, el problema era el abuelo, una persona seria, que no contaría una historia así por así, sacar de su boca algún cuento que satisfaga la ansiedad de historias, le costaría, pues aquel abuelo, aquel viejo, ese hombre padre sin querer serlo, esposo sin amar, estaba decidido a llevarse sus historias y no volverlas a contar, el miedo al pasado, el miedo a ponerse a recordar las atroces vivencias, las muertes en sus brazos, no quería que Azucena se enterará de que él era un asesino. Ya era muy tarde con las palabras, si pudo soportar 60 años de clandestinos crímenes, que serían horas de vida que le quedaban, la culpa ya no lo atormentaba, ya era parte de él, las noches llenas de pesadillas ya eran parte de su vida nocturna. Azucena no dejaría de insistir, era muy lista para lograr sus pequeños placeres, insignificantes para unos, metas para ella, buscaba la historia perfecta. La verdad, siempre la verdad, el temor a la verdad, el engaño, el placer del engaño, la otra cara de la verdad, pero el dolor de engañar a la joven le dolía más, era un asesino profesional, no por profesión sino por placer, degollar y desmenuzar los cuerpos de bellas damas era su verdadero orgasmo, una enfermedad incurable.
¿Cómo suavizar aquella historia para su nieta?, no existían las palabras precisas para endulzar la muerte, los diferentes asesinatos que cometió en un principio eran accidentales luego la rutina los volvió pasiones atormentadas. Ya no le quedaba mucho tiempo en ese cuerpo. — Que más da— se dijo. Él comenzó su historia, la historia que tanto buscaba la joven. Margarita era el nombre de la bella mujer que atendía en el bar, una hermosa flor trabajando de cantinera, yo tenía 20 años, era un pelado, me enamoré de esa flor, sus piernas, su ombligo desprotegido, sus enormes tetas, todo de ella me atraía, siempre le coqueteaba y ella me correspondía con una sonrisa de oreja a oreja. Pero no podía confiarme de ella, aquella sonrisa que me enloquecía solo era parte de su trabajo, Margarita siempre la usaba para los nuevos clientes, la gente que por curiosidad se acercaban al maloliente bar. El bar no era nada novedoso, nada memorable, pero la sonrisa de Margarita era un ancla para los hombres que podían soportar la cerveza tibia y el aguardiente caro, yo era uno de ellos, sin excusas y con trabajo en casa, todas las tardes a eso de las seis, me acercaba al bar solo para ver a la hermosa Margarita. —Dos cervezas por favor— le dije a Margarita. Le regalé una cerveza a ella, en su rostro se notaba la sed, su cuello se veía tan sabroso, mis dientes con ganas de morderla, tantas ganas de agarrar sus nalgas, la observaba y no disimulaba mi antojo, ella se tomó la cerveza como si fuera un jugo de maracuyá, y yo me tomé mi cerveza con ganas de tomar más, tomé hasta que ella cerrara el local, la invité a salir, pero ella se negó.
—No salgo con pelados—, me contestó y de nuevo me sonrió, se despidió con un beso maternal en la frente. No podía sentirme más humillado, yo con unas ganas de comérmela con las manos y ella me sale con esas maricadas, me dejó frío, sin duda su sonrisa era el más hermoso engaño. Azucena escuchando atentamente a su abuelo, notaba lo inspirado que se encontraba, ella no esperaba que de la nada su abuelo se abriera así con ella, él solía ser alguien solitario y misterioso. —Con que pelado, —; continuó su historia. —Ya verá lo que es un hombre me dije con determinación. La agarré muy duro del brazo, y de una manera brusca violé sus carnosos labios, agarré su seno izquierdo, toqué sus firmes nalgas, hasta la mordí, aquella solo se dejaba, no me apartó, solo se dejó, ese fue mi primer contacto de Margarita, después fue fácil, la invitaba a bares, tomábamos arto, luego fuimos amantes de cama, amantes de la noche. No sé si era amor, nunca experimenté tal cosa, después de cada encuentro sexual, quedaba tan vacío como Margarita, me enamoré de su delicioso cuerpo, pero aborrecía su alma, sin palabras, sin despedidas, solo me alejé de Margarita, cosa que terminó afectándola, se aferró tanto a mí. ¿Quién es la pelada ahora?, me rogaba que lo hiciéramos, pero ya sus pétalos me sabían a podrido. Su intensidad aumentó y yo me había aburrido de ella, ya la había leído, no era un libro, era un simple folleto de algún anuncio, fácil de leer y lleno de imágenes. ¿Qué hacer con la pobre Margarita?, aun así, no quería que nadie se aprovechara de ella, no la quería y tampoco quería que nadie la quisiera, no quería que nadie excepto yo viera el
lunar ubicado en la nalga derecha de ella. Ese lunar que de alguna forma me pertenecía. Ella siguió de mesera en el mismo bar, su sonrisa ya no bastaba para mantener el bar, eventualmente quebró y la única persona que tenía era yo. Terminó viviendo conmigo, aunque yo ya ni la determinaba después de cogérmela todas las noches. Vivíamos en una habitación entre una casa de extraños, cosa de locos, ese cuarto estaba diseñado solo para mí, pero llegó Margarita con su sonrisa de anuncio, tan falsa que arruinó mi paz. En una noche de drogas fuertes y el imperdible alcohol presente como una puta barata, me habló el arcángel San Gabriel, el guerrero, de mente bélica, fue él quien me insinúo que el cuello de Margarita se vería más hermoso atado con una soga, fue por culpa de él que con rabia la até y la ahorqué con una soga, ella no se podía mover, ella perdió, me gané su última respiración, me gané su último beso, me gané sus últimas palabras, me gané su último orgasmo y su última mirada, con ojos hinchados y rojos, con la piel de la cara morada casi negra, ¿qué hago con el cuerpo?... Azucena no parpadeaba y con un grito atrapado en la garganta no podía creer lo que escuchaba. Su abuelo pausó un momento la historia, se levantó y salió de la habitación. Azucena pensó que Margarita era otra flor entre la colección de su abuelo, Rosa su abuela, Gardenia su primera hija y Dalia su madre, en vez de un jardín de mujeres, lo que tenía era un cementerio en su memoria. Su abuelo regresó con dos copas y una botella de su mejor acompañante, un whisky añejo, se sirvió y le sirvió a la joven, miró el reloj.
—No me queda mucho tiempo— dijo el abuelo de Azucena. Eso mismo pensaba cuando tenía el cuerpo de Margarita chorreando sangre en la habitación. La joven asustada por el monstruo que empezaba a descubrir, entendió la extraña devoción que le tenía su abuelo a San Gabriel. —No me queda mucho tiempo—repitió el Abuelo de Azucena—; mientras se tomaba un trago de su whisky.
C.R. & Pusikat
C U E L L O U T E R I N O
Una polilla verde, una niña con una falda verde, el calor abrumante, y por el desvelo el sueño es abundante. Soñé con una verde polilla, y con una niña de falda verde que chilla, chilla y chilla como una oruga verde, pobre niña de falda verde. La niña perdió su vestido no está en el parque, ni en el armario, está perdido. La niña perdió su vestido, el señor del sombrero se lo llevó, antes de la hora del té él se había ido. Se lo arrancó, el del sombrero no se lo dejó, por eso la niña llora porque él se desvaneció como la aurora. Noether
Mutilarse los dedos. Arrancarse las uñas. Golpearse los dientes con un martillo. Cortarse la lengua. ¿Qué se sentirá sacarse los intestinos por el abdomen? ¿Qué sensación existirá al rasgarse la piel con un rastrillo? ¿Moriré lento si me clavo puntillas? Esperar a la muerte, me cansé de esperarla, y también me cansé de esperar a Isabel, y de esperar a Javier. Javier había escrito un libro de poemas, nadie lo leyó, por eso él se mutiló los dedos, Isabel engañó a Javier y él se enteró, por eso él le arrancó las uñas de los pies a Isabel. Isabel no fue al trabajo, no soportó el dolor por eso se tiró a un tren, me cansé de esperar a Isabel. Javier se enteró de la muerte de Isabel. David el hijo de Javier se enteró que su madre se murió, él se deprimió, el lloró, se intentó suicidar, le echó la culpa a su padre, lo quiso matar, pero falló al intentarlo, quería golpearle los dientes con un martillo, los dientes de Javier estaban desprotegidos. El padre ahorcó a su hijo, le cortó la lengua a David y dio como ofrenda la lengua de su hijo al demonio caníbal. Javier le compra bazuca al Superior, Javier siempre sopla en el parque junto con Esteban. A Esteban le da miedo Javier, porque Javier siempre le cuenta todo lo que le sucede, Esteban teme ser asesinado por Javier. Al Esteban lo encontraron muerto en el parque, ¿por qué a él? ¿por qué no me pasó a mí? ¿que necesito hacer para que me encuentren muerta? Necesito un asesino. Se busca un asesino. Busqué a Javier, pero él siempre anda perdido, ni en la casa, ni en el parque, ni en los bares, ni en los callejones, ni en los puteaderos, ese malparido se abrió, se asustó o se embaló, salió corriendo, pobrecito se malviajo, me cansé de esperar a Javier. La Indecisa
P E R I M E T R I O
La represión, la represión al no gritar, falta la emisión de palabras revolucionarias, carencia al desechar las letras inservibles, no a la represión, si a la guerra, coge un revólver y por favor mata al hijo de Dios, la etimología en las ciudades en guerra, la etimología en la perversión de la cabeza del hombre. El combate empezó cuando los guerrilleros trataron de emboscar a un pelotón de fusileros en medio de una zona selvática. ¿Teología de la Liberación?, ¿con qué fin inventaron esa corriente teológica?, ¿cuál es la procedencia de esa teología?, ¿de qué mierdas me vienen a hablar ahora?, ¿cuál liberación?, ¡¿díganme cuál liberación?! Mi liberación es gritar y si es posible matar a aquellos que no me dejan gritar. ¿Cómo matar si ni siquiera puedes hablar? La dificultad de cometer un asesinato, la dificultad en matar al contrincante opresor, amarrar las cuerdas vocales es represión, el opresor o la opresora hablan de una pobreza, pobreza material, esta pobreza denota opresión, en la teología de la liberación hay una opción preferencial por los pobres, pobre de mí que quiere ser libre, para el tirano y para el individuo que se deja del tirano, la escasez económica o la carencia de lo necesario para vivir y desarrollarse en esta sociedad material es pobreza, ¿en realidad eso es la pobreza? pobre de mí que busca libertad, pobre de mí que ama la guerra y adora a la Santa Muerte, pobre de mí que prefiere odiar que amar, porque odiar es más fácil y más mediocre, pobre de mí que observa los moretones en mi piel pensando que luché y gané, ¿en realidad eso es la pobreza?
y si soy pobre ténganme lástima, si soy pobre sé que me voy a salvar, que me voy pal cielo, eso lo dijo Jesús anoche por los medios de comunicación, ¿en realidad eso es la pobreza? La definición de la pobreza es una vil mentira, los supuestos pobres no están pobres, nos manipulan todos los sentidos, dese cuenta, los que creen que están pobres les falta imaginación, la teología de la liberación busca liberarnos, pero a la vez nos limita. Adiós al intento de liberación. ¡Adiós intento de liberación! Morir es libertad, las flores son para los muertos en guerra, las flores no son para los vivos, hacen una alusión a la belleza que se ubica después de la muerte. En un sitio cubierto por una tupida selva no había flores, ni una sola flor, las flores se vistieron de negro para acostarse sobre las tumbas de los que buscaron a la libertad en esos montes. ¿Le encontraron una pipa? ¿Una pipa con un anillo de plata en la parte media de la boquilla? Sus cartas y sus pertenencias confirmaron su muerte en combate. Morir es liberarse, pobre de mí que quiere ser libre pero aún no quiere morir, pobre de mí que anhela leer poemas para que el mar los escuche, pero el mar no se puede ver desde este monte. Morir es libertad.
Carne Radiactiva
M I O M E T R I O
Tres Ideas Para Suicidarse Idea número uno: Instrucciones para un suicidio silencioso Llena tu tina de agua tibia, limpia tu asquerosa presencia, no recapacites, no lo pienses tanto, pon música para relajarte, te recomiendo que escuches Ensemble of Silence de Empyrium, escúchala a todo volumen, sopla el silencio, escúchalo. En el minuto 1:33 cada gota hace parte del agua, consúmela. Minuto 2:57, ten miedo, puedes orinarte o cagarte si es necesario, ya todo vale una gran puta mierda, ¡grita!, grita porque vas a dejar de respirar aire, no llores, llorar no sirve para nada. Minuto 4:20 la calma, la calma después del descontrol y el no orden perfeccionista, no recuerdes, no dejes que el cerebro gobierne el silencio, deja que el silencio te gobierne, deja que ensamble el silencio el agua, ve hundiéndote, deja que el agua entre por tus fosas nasales, oídos y poros, que suba a tu cerebro, solo húndete de a poco, deja que el agua te aplaste el esternón, y te entiese los tendones. En el minuto 6:00 excítate, ten placer, tócate por última vez, siéntete, date una última bocanada de aire. Minuto 6:33, deja de temblar y húndete completamente. Minuto 7:38 el picor por todo el cuerpo, el frío y los pellizcos del agua, la tristeza suavizando la miseria, los ojos nublados pero no por el llanto, la congelante niebla y la suspensión de la respiración. Minuto 9:22 olvida tu existencia, olvida que estás respirando agua, que el silencio fue el único que te acompaño, que ahogarse no es dolor es placer, olvida tu acto cometido, olvida que te suicidaste, olvida que te olvidaste del silencio, y lo dejaste solo en la tina, olvida que te olvidaste.
Idea número dos:
Un hermoso regalo para su cuerpo Llegan las incómodas festividades, el cansancio sobre su columna vertebral apuñala sus neuronas, la depresión aparece hasta en el armario, ni los plones remueven la fatiga y el estrés, ¿qué regalarle a su exhausto cuerpo?, cuando él no quiere ropa ni zapatos, no quiere comida ni poemas de amor. Regálele un anillo de bodas, un anillo barato y fácil de conseguir, que se ajuste a la medida del cuello de su cuerpo, le aseguro que su cuerpo se lo agradecerá. Compre una soga gruesa, resistente, de una longitud considerable, del color que usted desee y la textura que le parezca más conveniente. No es necesario envolver el regalo. Realice en un extremo de su soga el nudo del ahorcado ( ver figura No. 1 ), proceda a elegir el lugar adecuado para colgar su soga, recuerde que no debe ser un lugar concurrido, es su noche de bodas, un encuentro romántico entre usted y su cuerpo.
Figura No. 1: Descripción gráfica paso a paso de la realización del nudo del ahorcado.
Compre un buen vino, le aconsejo que sea un vino seco para humedecer la garganta, se debe beber todo el vino, no debe quedar ni una gota en esa botella. Como objeto de decoración ubique una silla en la parte inferior de la soga colgante, debe ajustar la silla de tal forma que su cuerpo al pararse sobre ella quede con la cabeza al frente del agujero de la soga, coloque el anillo al cuello de su cuerpo, remueva la silla con una patada.
No se preocupe, el peso del cuerpo hará que el nudo corredizo ajuste de manera brusca el anillo al cuello de su cuerpo. Disfrute su velada. Idea número tres: Una pizca de autocanibalismo Cansada o cansado de comer carne de res, carne grasosa de cerdo, carne contaminada de pollo, o tener que lidiar con las molestas espinas del pescado. Le tengo la solución y no se sorprenda es totalmente gratis y saludable. ¡Autocanibalismo!, así es, el consumo de carne humana es un deleite para el paladar, no necesita ir al supermercado a comprarla, que mejor que su propia carne, eso sí le recomiendo comer con anticipación frutas y verduras para que la carne de su cuerpo sea más sabrosa. ¿Cómo preparar carne humana para poderla consumir?, es muy sencillo, primero tiene que ducharse en una tina que contenga agua a una temperatura muy elevada y si usted prefiere agregar unas cuantas hierbas saborizantes mucho mejor, como por ejemplo tomillo y laurel, unos cuantos dientes de ajo no estaría mal y por último añada sal al gusto. Si su piel se quema por la temperatura del agua no se altere esto genera una textura adecuada para su consumo. Para disfrutar de una buena carne usted no necesita ser un gran chef, ni elaborar sofisticadas salsas para acompañarla, entre más simple mucho mejor. Después de la ducha, seque con suavidad su piel, si usted desea puede aplicar aceite de oliva en toda la piel de su cuerpo, y si usted es amante de la sangre le sugiero que se ubique sobre una mesa quirúrgica, para que no se desperdicie ningún jugoso fluido al realizar los cortes. Usted puede jugar con los cortes que desea hacerle a su carne, usted elije los utensilios que desea usar. Le invito a que use un cuchillo cocinero para los cortes más profundos y finos, junto con un tenedor trinchante
para sostener el jugoso bocado, también puede usar un hacha de cocina para remover las extremidades que usted le plazca consumir primero. Disfrute cada corte y cada bocado, no necesita acompañar los bocados con bebidas costosas, solo tiene que depositar su sangre en un vaso o en una copa de vidrio, la sangre es la bebida más saludable. Devore cada pedazo de su cuerpo, devore todo lo posible, cómase sus órganos, chúpese sus grasosos y sangrientos dedos, cada bocado es la excitación materializada, cada mordisco es el deseo animal, ese instinto desatado, y como postre, remuévase los ojos y mastíquelos como si fueran golosinas, sin visión déjese guiar por la gula. Bon appétit.
Carnera
E N D O M E T R I O
p o e m a s p a r a l o s p e n d e j o s e n a m o r a d o s
Pronuncié su nombre más de dieciséis veces, no creo que me haya enamorado, ya no creo en eso, pronuncié su nombre lentamente, recordé su rostro y todo lo que hacía parte de la estructura de su cuerpo, no creo que sea una obsesión, ¿será que me he enamorado?, siempre ansío verlo, lo intenté invocar porque él es desorden, él es tan caótico como los duendes que residen en los bosques. Hace mucho tiempo, cuando él dormía delicadamente sobre las sábanas, con su espalda descubierta y mostrando su piel tan cerca a su corazón, con su espalda cubierta de lunares negros y redondos, se los conté todos, leí su espalda, jamás adiviné si había algún código secreto en sus lunares, y si hay un código a manera de carta, que solo sea para mí, no quiero que nadie más los lea, lo contemplé todo, lo contemplé mientras dormía y respiraba, mientras el soñaba, más de dieciséis lunares negros tenía en su espalda, pero de todos los lunares que observé y sé que me hacen faltan algunos por observar y contarlos, contarlos todos, porque son solo míos, hay un lunar que en realidad me vuelve loca, un lunar grande que se ubica sobre la piel del lado izquierdo de su cuello, un lunar que me encanta, un lunar perfecto en color y en forma tan libre, él produce libertad, un lunar en el cuello que combina con su voz, un lunar que cuando lo extraigo de mis recuerdos me hace sonreír, más de dieciséis lunares tenía él en su espalda pero solo un lunar en su cuello, solo un lunar, un punto final, un hermoso lunar, más de dieciséis minutos duré contemplándolo, ¿será que me he enamorado? María
A partir de este momento, renuncio a usted, a todo lo que representa en mí, a las multiples vivencias que alguna vez tuve la oportunidad de disfrutar a su lado, a todo lo que me enseñó y sin querer terminé aprendiendo, al temblor de mi cuerpo cuando posa sus ojos sobre los míos, me despido de todas sus palabras, desisto de sus pensamientos que con toda lógica me superan, renuncio a su presencia permanente en mi memoria, abandono todas sus ideas, todas nuestras conversaciones, renuncio a los días y noches que llevan su nombre, ya no me pertenecen las largas esperas que hacía solo por el simple hecho de verlo. Me gusta creer que me libero de usted, pero realmente usted se libera de mí. Tengo la certeza de que al alejarme de usted podré descubrirme, ser más de lo que no soy y así poder estar por siempre a su lado, que es realmente lo que más quiero. Pensé que sería sencillo derrochar las palabras hablando de usted, pero me di cuenta que las palabras se quedan cortas y se agotan cuando se trata de escribir lo que es. A veces lo odio, culpo a todos los caminos que me llevaron a usted, a ese final que nunca empezó, como la peor forma de perder el tiempo, pero es difícil odiar a la persona que pudo ser lo mejor que le pasó, un ser que en su esencia es tan singular y sublime. Traté de explicarme y auto consolarme de que no me merecía, pero la cosa es que nunca me ha pertenecido. Y sin despedida y con el vago recuerdo de que alguna vez me conoció, lo guardo en mi recuerdo y fuera de ninguna vergüenza admito que a pesar de todo no lo puedo odiar, porque no hay hora del día en que no esté en mis pensamientos, nadie acepto que usted es mucho más que yo, superando así a cualquiera que lo intente, gracias porque ahora lo veo en todas partes y todos tienen algo de usted, pero usted no es como nadie. Histérica Aliviada
mugre vaginal vol. β ESTRUCTURAGUIÓNYARTE carneradiactiva
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C.R.
EDITORDECONTENIDOENJEFE mugre vaginal
ESCRITORESCOLABORADORES «Carne Radiactiva-C.R.; Carnera; María; Histérica Aliviada; Noether; La Indecisa; Pusikat.»
DERECHOSDEAUTORYDERECHOSCONEXOS m u g r e v a g i n a l © 2019 by c a r n e r a d i a c t i v a all rigth reserved
PRIMERAIMPRESIÓN sietedeoctubrededosmildiecinueve s.e., de mugre vaginal Hecho en el Excusado
🚽 N. del E.: Los personajes, eventos o circunstancias, y las historias que aparecen aquí son totalmente reales, yo no me ando con maricadas. Cualquier similitud a personas existentes (ya sean vivas o muertas), eventos, instituciones, o lugares, con tentativa de sátira, son pura coincidencia. Queda prohibida la reproducción no autorizada por cualquier medio de la presente obra, de acuerdo con la ley de derechos de autor. Solicitar su digitalización a terceros es ilegal, incluso si es para limpiarse el culo o para uso personal.
y el verdadero peligro de morir de aburrimiento mucho antes que de sobredosis