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Editorial
El calzado pisa el acelerador
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El sector del calzado es una industria tradicional, de origen artesanal, con una larga historia que se remonta miles de años en el tiempo y que ha evolucionado de una manera muy lenta. Las modas, los materiales empleados y las técnicas de fabricación han cambiado, obviamente, pero la evolución se ha producido con morosidad, una extrema cautela que le ha permitido a esta actividad manufacturera mantener siempre cierta vinculación con la tradición.
La pausada transformación experimentada por la industria del calzado durante toda su trayectoria parece haberse acelerado en los últimos años. Incapaz de mantenerse al margen de la explosión innovativa vivida en otras disciplinas, como la digitalización o la robotización, el sector zapatero se ha sumado a la revolución que trae consigo la industria 4.0 y se encuentra inmerso en un proceso de cambio inédito en su historia. Esta transformación implica todas las fases del calzado, tanto los diseños como los canales de venta, sin olvidar los materiales ni las tecnologías implicadas en la fabricación del zapato.
De este modo, comprobamos cómo las tendencias en moda están decantándose por un calzado cada vez más deportivo, donde prima la comodidad mientras se abandonan los modelos más formales y clásicos. Este cambio en los gustos del consumidor afecta de igual manera a los materiales utilizados en la confección del zapato. La creciente concienciación social en favor del medioambiente y el bienestar animal favorece la aparición de nuevos materiales alternativos al cuero (asociado, seguramente de manera equivocada, con prácticas crueles con los animales y con graves impactos en el entorno natural). El consumidor también exige últimamente mayor protagonismo a la hora de diseñar sus zapatos. Así, la personalización de calzado se ha erigido en una de las grandes tendencias que ningún fabricante con aspiraciones a crecer en el futuro se atreve a desoír. La implicación del usuario en la confección de sus pares provoca a su vez la aparición de nuevas tecnologías que lo facilitan, tales como la realidad aumentada o la impresión aditiva en tres dimensiones. Y, por supuesto, en esta sucinta relación de innovaciones disruptivas relacionadas con el calzado no podríamos dejar de mencionar la extensión del uso de internet y herramientas digitales, tanto en la fabricación como en la comercialización de zapatos e incluso en la prescripción de las tendencias de moda de la mano de blogueros e infl uencers. Todos estos cambios, en mayor o menor medida, ya son visibles en nuestro sector; y, con más o menos intensidad, continuarán desarrollándose en un futuro inmediato. No hablamos de entelequias de ciencia-fi cción, sino de realidades tecnológicas y tendencias en los hábitos de consumo vigentes en el presente, puede que aún de forma poco evidente, pero que, sin lugar a dudas, se popularizarán en poco tiempo. Y lo más emocionante de esta aceleración experimentada por la industria del calzado no es ya constatar la vigencia de las innovaciones antes referidas; sino tener la certeza de que todavía están por venir otras nuevas tecnologías, por descubrir desconocidos materiales o por aplicar técnicas difíciles de imaginar hoy en día. El secreto del éxito de las marcas de zapatos pasará entonces por saber incorporar con inteligencia todas estas innovaciones, con el objetivo de ser más efi cientes y productivos, sin desdeñar en ningún caso una herencia milenaria que nos conecta con una actividad artesanal con siglos de historia.