Aunque Carolina, la menor de mis hermanos, nació con un problema que le impide caminar, siempre nos ingeniamos para que se divierta y participe de nuestros juegos y aventuras. Por eso, en mi familia, las vacaciones son momentos inolvidables. Apenas termina el año escolar, nos reunimos a planear las vacaciones. Un año solemos ir a la Sierra y otro a la playa. Así podemos disfrutar de ambos ambientes y hacer nuevos amigos. El año pasado fue el turno de la playa. Cada mañana, luego de esos ricos desayunos que hace mi mamá, todos juntos íbamos a disfrutar del mar. En el trayecto a la playa, mis hermanos y yo nos turnábamos para empujar la silla de ruedas de Carolina y hacíamos una carrera. ¡Nos
reíamos como locos! En la playa inventamos todo tipo de juegos. En muchos de ellos Carolina participó como jueza y en otros compitió. A ella le encanta jugar con las olas y deslizarse en la tabla de bodyboard. El año pasado fue especial porque conocimos a un grupo de chicos con quienes nos hicimos amigos. Juntos armábamos castillos de arena gigantescos y jugábamos a la guerra de bolas de arena. ¡Fue tan divertido! Aunque estábamos en vacaciones y no debíamos despertarnos temprano como en los días de clases, igual íbamos a la playa desde las primeras horas. Solo nos separábamos para ir a almorzar. Pero luego volvíamos y nos quedábamos hasta que el sol se ocultaba. Mamá y papá nos ayudaban a prender fogatas y solíamos cantar y contar historias. Y la que mejor las cuenta, sin duda, es Carolina. Este año iremos a la montaña, todos estamos tan entusiasmados que casi no podemos esperar. Las vacaciones en familia siempre son momentos felices.
JUGAR EN FAMILIA
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Para armar el dado copia la ďŹ gura en la cartulina.