Temprano en la mañana salimos con la maestra al parque a reconocer todo lo que aprendimos sobre colores y matices y lo más grandioso fue encontrar que había una mariposa con todos ellos impregnados en sus alas. - Maestra ¿quién la pintó? - Nadie Teresita, la naturaleza las hizo así . - ¿Y a la naturaleza quién le enseñó a pintar? - Nadie mi niña, la naturaleza es sabia. - Que bueno maestra, entonces vamos a pintar. - Perfecto Teresita, ¿qué quieres pintar? - Esa mariposa que acabamos de ver. - Muy bien, saca tu paleta de colores y dibuja tu mariposa. Pasaron horas y yo me deleitaba pasando mi pincel, una y otra vez, sobre unas alas hermosas y en mi mente se paseaba una y otra vez la bella mariposa del parque. Llegó la hora de volver al aula y yo abrazada de mi lienzo, mis pinceles y mi paleta caminaba orgullosa de mi obra, hasta temía que en cualquier momento
pudiera mi mariposa volar. Acomodamos nuestras grandiosas obras en el aula. Al día siguiente vendrían nuestros padres a ver la exposición. Yo estaba segura que la mía sería la más admirada. Mis compañeros habían pintado de todo: el parque, las flores, las bancas y hasta unas palomas, todas lindas. Esa noche por desgracia hubo un gran aguacero y el aula se mojó, todo se malogró. Las pinturas quedaron derretidas y fundidas con el piso. Tuve pena y volví al parque a llorar, y de repente, la misma mariposa estaba posada en mi hombro. Ella sabía que la extrañaba y que estaba en mi mente y muy despacio al oído me susurró: “llévame contigo al aula”. Así lo hice y de pronto se posó sobre el lienzo mojado por la lluvia, parecía que era parte del mismo. Nadie se percató que estaba viva y sus alas pegadas a la tela. Era un milagro. Ahora es parte de mi vida, mi compañera, mi confidente… Solo yo sé que sigue viva como el día que la conocí.
PINTURA CON RELIEVE
ยก A PINTAR ! Amarillo
Azul
Rojo