Agustina, e que nació gu u a y nac con a brillant árbo
p h d h ¡lin ¡ilum verda pétalos est Agustina es la familia, l amarillo, pe un poco má dice siemp -Agustina n del bosque de nosotras para mante hacer que l visiten se s a un mundo Sin embarg dejar de so
Instrucc
Pídele a tus papitos o a un fam
es una pequeña hada en un árbol de uayacán ubicado en un hermoso bosque al sur del Ecuador y donde cada año cen miles de hadas alas de color amarillo te que vuelan de ol en árbol y saludan
lugares maravillosos que su amigo Mirlo Aventurero le cuenta cada vez que regresa de sus largos viajes. Cuéntame, Mirlo Aventurero, tú que has volado mucho, ¿cómo es este país de duendes y hadas? -Es un país hermoso que esconde rincones mágicos
palabras que las hacen sentir orgullosas de su belleza: ¡Qué hermosa está hoy!, ndo su color amarillo!, mina como un adero sol!, ¡hoy sus tán tan suaves! s la más inquieta de le gusta su bosque ero sueña con volar ás lejos. Su madre le pre: no puedes alejarte e porque cada una s es muy importante ener su magia y los humanos que lo sientan transportados o de fantasía. go ella no puede oñar con aquellos
amarillas donde tú naciste y yo he volado y he cantado en cada rincón. Estuve mucho tiempo en el Yasuní, donde me divertí volando entre los gigantescos árboles y descubrí a cientos de aves amigas. Conocí las lagunas de El Cajas que
ciones:
de las montañas. Visité los Llanganates cuyos cerros esconden muchos tesoros. -Cuéntame Mirlo Aventurero, cuéntame todo lo que has visto- le pide Agustina a su amigo. - Volé hasta el Podocarpus donde hay miles de árboles y conocí a muchos colibríes, loros y tucanes. Fui al bosque de Puyango donde el tiempo
miliar que te lea este cuentito
ha convertido sus árboles en gigantes de piedra. Conocí los manglares guardianes de las costas, que se enredan como escudos protectores y sirven de vivienda de muchos animales y también visité las islas encantadas donde crecen las tortugas gigantes. Fui al Oriente y vi sus tribus escondidas en la selva. Vi personas escalando los nevados de la Sierra y navegando por los ríos correntosos. Volé de norte a sur y en cada viaje descubrí las maravillas que la naturaleza le dio a este país. Agustina se recuesta sobre una pequeña rama de un árbol de guayacán y mira al cielo, pone su pequeña mano en la mejilla, suspira, dibuja todas esas imágenes en su cabeza y entonces se siente feliz. -¡Gracias Mirlo Aventurero por contarme lo hermoso que es mi país, algún día lo recorreré! -Hoy he descubierto que mi misión es hacer de este bosque un lugar mágico del que todos puedan disfrutar.