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Personas Mayores desde los 65 años en adelante

Hay un porcentaje de jóvenes que se encuentra afectado en un nivel grave en su ciclo de sueño, como consecuencia de la pandemia. Siendo éstas las afirmaciones con mayor afectación que se recogen de la encuesta. El 30,8% indica que siempre/casi siempre “Te cuesta quedarte dormido(a) o te despiertas durante la noche, o despiertas cansado(a)” El 37,7% indicó que se “Te duermes tarde chateando con tus amigos, jugando o viendo videos”.

II. Análisis y conclusiones

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Según los resultados la mayoría de las/os jóvenes vive en casa, lo que podría representar un aspecto positivo al estar en confinamiento por tener mayor espacio. Algunos factores positivos para la salud mental en tiempos de confinamiento, se considera continuar con las actividades esenciales, lo que es ampliamente logrado por el grupo encuestado debido a que la gran mayoría ha tenido continuidad en sus estudios y además tienen acceso a computador e internet. Se infiere que en el grupo encuestado hay mayor contención, porque la mayoría indica valorar el tiempo que pasan con la familia. Lo que a la vez repercute en menos conductas auto agresivas. Según los resultados se reflejan altos índices de sensación de incertidumbre del futuro, esto puede influir en los niveles de concentración, en la memoria e incide en problemas del sueño.

ENCUESTA 4

RESPONDE: Adultos entre 19 y 59 años

I. Análisis de resultados.

La encuesta se aplicó a 359 personas, de las cuales 78,3% corresponden a sexo femenino, y 21,7% a sexo masculino. Agrupando las edades por rangos, un 13,2% tiene entre 19 y 28 años, un 60,4% tiene entre 29 y 48 años, agrupando el mayor número de casos; y el 26,4% tiene entre 49 y 64 años.

Un 45,1% es de nacionalidad chilena, en tanto 54,1% son migrantes, siendo en su mayoría de nacionalidad peruana (23,8%) y venezolana (18,2%). Del total de extranjeros encuestados, un 72% reside hace más de 3 años en Chile.

Respecto al nivel de escolaridad, un 44,1% ha cursado estudios técnicos y superiores, mientras que un 31,2% posee enseñanza media completa. Quienes señalan no haber finalizado la educación media o básica es un 21,7%.

Respecto a las condiciones de habitabilidad, la gran mayoría señala vivir con familiares (86,1%). Un 52,3% vive en departamento, mientras que 21,4% vive en casa, y 21,1% vive en pieza.

Un 25,3% de los encuestados señala tener un familiar en situación de dependencia o discapacidad.

Casi la totalidad de los encuestados refiere tener acceso a teléfono celular, en comparación al 18% que tiene acceso a telefonía fija, y aproximadamente la mitad de los encuestados tiene acceso a internet a través de computador o Tablet.

La mayoría de las personas encuestadas (61,8%) señala no tener empleo o una fuente de ingresos regular.

Por último, la mayoría de los encuestados (78.6%) participarían en talleres virtuales.

Respecto de la percepción de los encuestados sobre los efectos que la pandemia y cuarentena ha tenido en sus hábitos, ánimo y conducta, se observa en términos muy generales que la mayoría de las personas refirieron efectos moderados.

En relación al efecto a nivel anímico o afectivo, se observa que más de la mitad de los encuestados refiere sentirse ansioso y/o estresado “a veces” o “moderadamente” (56%). Le sigue quienes refieren sentirse “siempre” o “casi siempre” ansioso y/o estresado, con un 34.8%. Mientras que el 9.2% dice sentirse “nunca” o “casi nunca” ansioso y/o estresado.

Por otra parte, aproximadamente la mitad de los encuestados refiere sentirse irritable y/o enojarse fácilmente “a veces” o “moderadamente” (51,5%), mientras que a quienes les ocurre “siempre” o “casi siempre” y “nunca” o “casi nunca” son porcentajes similares (24,8% y 23,7% respectivamente).

De manera similar, la percepción de los encuestados sobre sentirse deprimido, triste, melancólico y sin ánimo, poco más de la mitad (55.2%) señala una frecuencia “a veces” o “moderadamente”. Un 24,8% refiere que le ocurre “siempre” o “casi siempre”, y un 20,1% le ocurre “nunca” o “casi nunca”.

Más de la mitad de los entrevistados (56.3%) refiere preferir “nunca” o “casi nunca” estar solo (sin interés de compartir con su familia), más de un tercio de los entrevistados (35.7%) refiere que prefiere estar solo “a veces” o “moderadamente”, y sólo un 8,1% refiere que “siempre” o “casi siempre” prefiere estar solo.

En relación a la percepción de sentir ganas de desaparecer o no existir, la mayoría de los encuestados señala no ocurrirle “nunca o casi nunca” (62.2%), y casi un tercio de los encuestados le ocurre “a veces o moderadamente”.

Respecto al miedo al futuro, el porcentaje de quienes refieren que le ocurre “nunca” o “casi nunca” y “a veces” o “moderadamente” es similar (38.4% y 35.1% respectivamente). Mientras quienes refieren sentir miedo al futuro “siempre” o “casi siempre” son un 26.5%.

Sobre el miedo a perder el trabajo, casi la mitad de los entrevistados (49%) refiere tener miedo a perder el trabajo “siempre” o “casi siempre”. Quienes señalan sentir este miedo “a veces” o “moderadamente” corresponde al 22,8%; y casi un tercio de los entrevistados (28.9%) refiere que “nunca” o “casi nunca” tiene miedo a perder el trabajo.

Respecto al miedo a enfermarse o que alguien de su familia se enferme, la mayoría de los encuestados (69.6%) refiere “siempre” o “casi siempre” tener este miedo, en tanto un 24% señala ocurrirle “a veces” o “moderadamente”.

Relacionado con lo anterior, un 39% refiere que “siempre o casi siempre” piensa mucho acerca de la pandemia, y 42.3% señala que “a veces o moderadamente” piensa mucho sobre la pandemia.

Con respecto a aquellos indicadores que se refieren a los efectos de la cuarentena en sus hábitos y rutinas cotidianas se encuentra, por una parte, que un 43.7% refiere que le cuesta concentrarse en su trabajo o en los quehaceres diarios “a veces” o “moderadamente”, un 39,8% le cuesta concentrarse “nunca” o “casi nunca”, y un 16.4% le ocurre “siempre o casi siempre”.

Respecto a si percibe que se le olvidan las cosas fácilmente, el mismo porcentaje de encuestados señala ocurrirle “nunca o casi nunca” y “a veces o moderadamente” (42,3%), mientras que al 15,3% le ocurre “siempre o casi siempre”.

Sobre la percepción de dificultad para organizar una actividad o mantener una rutina, poco más de la mitad le ocurre “nunca o casi nunca” (52.4%), en tanto que un 38,2% percibe que le ocurre “a veces o moderadamente”. Sólo un 9.5% refiere que “siempre o casi siempre” tiene dificultad para organizar una actividad o mantener una rutina.

Quienes perciben sentirse con una mayor sobrecarga en la realización de las actividades domésticas “siempre o casi siempre” y “a veces o moderadamente” corresponden a un 29.8% y un 35.7% respectivamente.

En cuanto a los hábitos de sueño, un 41.2% refiere que “siempre o casi siempre” le cuesta conciliar el sueño, se despierta en la noche y/o despierta cansado; y a un 43.2% le ocurre “a veces o moderadamente”. Un 15.6% manifiesta no tener efectos en la cantidad y/o calidad del sueño.

Respecto a los hábitos de alimentación, casi la mitad de los encuestados (49%) refiere que no tiene ganas de comer o come mucho “a veces o moderadamente”, y un 23.1% refiere “siempre o casi siempre”.

Por último, la gran mayoría de los encuestados refiere que en los últimos 3 meses no ha iniciado o aumentado el consumo de alcohol, cigarros o drogas (81,6%). Respecto a los efectos de la pandemia en las relaciones interpersonales y conducta, casi la mitad de los encuestados (48.5%), refiere que “a veces o moderadamente” se siente irritable, se enoja o discute fácilmente, mientras que a un 17% le ocurre “siempre o casi siempre”.

La mayoría de los encuestados (59.1%) refiere que “nunca o casi nunca” evita el contacto con los demás, mientras que un 31,5% evita el contacto con los demás “a veces o moderadamente”, y un 9,5% lo hace “siempre o casi siempre”.

La gran mayoría (87.5%) señala que “nunca o casi nunca” ha tenido ganas de agredir a otros o de auto agredirse.

De igual manera, en un porcentaje similar los encuestados refieren que durante la pandemia “nunca o casi nunca” ha sufrido algún tipo de violencia o maltrato durante la pandemia (85.8%), mientras que un 12,5% señala haberle ocurrido “a veces o moderadamente”.

Para finalizar, respecto de efectos de la pandemia a nivel de malestares físicos, como bruxismo, dolores musculares u otros, un 29% señala que éstos son “siempre o casi siempre”, y un 42,6% le sucede “a veces o moderadamente”. Mientras que un 28,4% señala no tener efectos en esta área.

II. Análisis cualitativo de resultados.

En relación a los efectos percibidos por los encuestados de la comuna de Santiago en relación a las consecuencias sobre la pandemia y la cuarentena; se observa que estos efectos se concentran principalmente en el ámbito emocional y de rutinas, actividades diarias, y en una menor medida presentan efectos en el ámbito de las relaciones interpersonales de los encuestados.

En el ámbito emocional, se puede observar que el mayor impacto se produce en el nivel de estrés y ansiedad percibidos por los encuestados, representado un 90,8%, entre quienes señalan sentirse ansiosos, estresados con una frecuencia de “a veces” a “siempre”.

Los factores que podrían estar relacionados con un mayor nivel de estrés y ansiedad en los encuestados, es el miedo que se relaciona con la posibilidad de enfermarse o que un familiar se enferme en primer lugar (93,6%), y a perder el trabajo en segundo término (71,8%). También un mayor nivel de estrés y ansiedad, podría relacionarse con que más de la mitad de los encuestados respondieron “a veces/moderadamente” a “siempre/casi siempre” (65,5%) siente mayor sobrecarga en sus actividades diarias.

Asimismo, como el miedo a enfermar, a perder el trabajo y la sobrecarga de las actividades diarias producto de la pandemia y cuarentena, otro factor que podría estar relacionado con sentir un mayor nivel de estrés y ansiedad en los encuestados, dice relación con la manifestación de los síntomas de malestar físico tal como bruxismo, dolores musculares u otros, de los que responden de “a veces o moderadamente” a “siempre o casi siempre” (71,6%).

También los trastornos del sueño como respuesta al alto nivel de estrés y ansiedad se estarían presentando en los encuestados, quienes manifiestan presentar dificultades para mantener rutinas de sueño, relacionadas con la cantidad y calidad del sueño los que respondieron “a veces o moderadamente” a “siempre o casi siempre” (84,4%).

Con respecto al ámbito de la alimentación se puede observar cambios en el apetito, 72,1% los encuestados respondieron que “no tiene ganas de comer o come mucho” respondieron “a veces o moderadamente” a “siempre o casi siempre”.

Asimismo, las dificultades de concentración y organización de las actividades cotidianas podrían relacionarse con un mayor nivel de estrés y ansiedad.

En segundo lugar, se observa una alta presencia de síntomas del ánimo depresivo dentro de los encuestados, sumando un 80% entre quienes expresan sentir un ánimo triste y desánimo de “moderadamente” a “siempre”. Llama la atención que lo anterior no se vería relacionado con una mayor necesidad de aislamiento y actitudes de evitación en la convivencia dentro del hogar (lo que es un indicador frecuente cuando hay presencia de ánimo depresivo); lo que estaría dando cuenta que el contacto interpersonal y la convivencia dentro del grupo familiar podría ser un factor de apoyo necesario dentro del contexto de cuarentena.

Dentro de los efectos emocionales de la pandemia aparece como tercer lugar de frecuencia la percepción de la irritabilidad. Quienes señalan sentirse irritables “moderadamente” y “siempre” suman un 76,3%; y quienes señalan enojarse y discutir fácilmente “a veces” y “siempre” suman 65,5%.

Respecto a las manifestaciones conductuales de la irritabilidad, es decir, la agresión en distinto grado hacia sí mismos o hacia otros, el reporte de frecuencia de dichas conductas está afectas a la deseabilidad social, por lo que pudiera ser mayor a lo declarado por los encuestados.

Así también, podría estar relacionado a las condiciones de habitabilidad, ya que la mitad de los encuestados (52,6%) viven en departamentos y un 25,1% de los encuestados viven en pieza. Sumando un de total de 75,7%, lo que podría relacionarse con mayores niveles de estrés y ansiedad y que podría impactar en los efectos emocionales y conductuales de la percepción de irritabilidad y/o que se enojen fácilmente.

III. Conclusiones.

A través del análisis cuantitativo y cualitativo de la encuesta COVID-19 en adultos desde 19 años hasta 59 años 11 meses de la comuna de Santiago, podemos señalar que los encuestados en primer lugar, manifiestan en un porcentaje significativo (90,8%), que estarían presentando un alto nivel de estrés y ansiedad, los cuales se concentrarían en el ámbito emocional y en el ámbito las actividades de sus rutinas diarias.

El estrés y ansiedad señalados por los encuestados estaría influyendo o relacionado fuertemente en la percepción del miedo a enfermar y/o que se enferme un familiar cercano de Covid-19, y en segundo lugar el miedo a perder su trabajo.

Sentirse estresado y ansioso en los encuestados, se refleja en la dificultad de mantener rutinas de sueño, cantidad de horas que dispone para dormir y calidad del sueño.

Asimismo, la alteración percibida por los encuestados en mantener una rutina de alimentación equilibrada, al señalar que comen poco o demasiado, estaría mostrando una dificultad para mantener hábitos saludables de alimentación.

En un segundo lugar, también es preocupante que un 80% de los encuestados expresen sentir desánimo, sentirse más triste, y deprimidos/as, lo que se suma a lo ya señalado e influye de manera negativa toda vez que manifiestan sentirse más irritables y/o se enojan fácilmente; así también, puede relacionarse con las sensaciones de malestar físico, dolor de cabeza, estomago, bruxismo, dolores musculares, entre otros, que podrían dar cuenta de la somatización de los de las variables antes mencionadas, influyendo negativamente en su sensación de bienestar y calidad de vida.

Si bien no es posible concluir que los efectos emocionales son una consecuencia directa del contexto de pandemia y cuarentena, ya que podrían haber preexistido a este contexto, estos pudieran haberse exacerbado durante este período. Asimismo, es importante recalcar que es normal y esperable que el experimentar un contexto social mundial adverso genere diverso tipo de reacciones socioemocionales y conductuales, y no necesariamente dan cuenta de alteraciones significativas de la salud mental. Sin embargo, es importante que puedan acceder a apoyo e intervención oportuna, para que no se cronifiquen y deriven eventualmente en patologías psicológicas o psiquiátricas.

ENCUESTA 5

RESPONDE: Personas Mayores de 60 años. Análisis de resultados.

En términos descriptivo se puede señalar que la variable SEXO del total de 419 encuestas realizadas a adultos mayores desde los 59 años en adelante, el 82,1% corresponde a personas de sexo femenino y un 17,9% del sexo masculino.

En cuanto a la ESCOLARIDAD de un total de 419 encuestas realizadas, el 34,6% corresponde a personas que cuentan con nivel de escolaridad enseñanza media completa, un 29% corresponde a personas sin escolaridad, 18% corresponde a personas con nivel de escolaridad segundo de humanidades, 11% corresponde a básica completa y un 6,2% corresponde a básica incompleta.

La variable NACIONALIDAD, de un total de 413 encuestas realizadas, el 91,5 % corresponde a personas con nacionalidad chilena y un 8,5% pertenece a nacionalidad, peruana, venezolana, otras.

En relación a la NACIONALIDAD EXTRANJERA y TIEMPO DE RESIDENCIA EN CHILE, de un total de 50 encuestas aplicada, el 62% de las personas llevaría más de 3 años en Chile, un 34% llevaría un periodo de tiempo entre 1 año y 3 años y el 4% lleva menos de 1 año.

Con respecto a las PERSONAS QUE HABITAN CON EL ADULTO MAYOR (¿Con quién Vive?), de un total de 419 personas encuestadas el 53% refiere vivir con familiares, el 38,9 % refiere vivir solo, el 8,1 % viviría con amigos o conocidos.

Referente AL RECIBO DE PENSIÓN, de un total de 416 encuestas, el 83,4 % refiere recibir pensión, el 16, 6 % señala no contar con pensión.

Con respecto al DESARROLLO DE ACTIVIDAD REMUNERADA ANTES DE LA PANDEMIA, de un total de 415 encuestas realizadas, el 78,1 % refiere no realizar actividad remunerada antes de la pandemia, el 21, 9% refiere que si realizaba actividad remunerada antes de la pandemia.

Referente al TIPO DE VIVIENDA, de un total de 419 encuestas aplicadas, el 42, 5 % refiere vivir en departamento, el 52,7 % indica vivir en casa, y el 4,8% señala vivir en pieza.

Respecto a SITUACIÓN DE DEPENDENCIA O DISCAPACIDAD de los miembros de la familia, incluido el adulto mayor, de un total de 414 respuestas, el 79,5 % refiere no tener familiar en situación de dependencia o discapacidad, incluyéndose a la persona encuestada. Un 20,5% refiere vivir con una persona en situación de dependencia o discapacidad, incluyendo a la persona encuestada.

En el ACCESO A RED FIJA DE TELEFONO, de un total de 419 encuestas un 59%9 refiere contar con red fija de teléfono, un 40,1% refiere no contar con red fija de teléfono.

En el ACCESO A TELEFONO CELULAR, de un total de 419 personas encuestadas, el 81,1% refiere contar con teléfono celular. Un 18,9% refiere no contar con teléfono celular.

Referente AL ACCESO A COMPUTADOR O TABLET CON INTERNET, de un total de 419 encuestas, el 66,8% refiere no tener acceso a computador o Tablet con internet, y un 32,2% refiere contar con acceso a computador o Tablet con internet.

II.- En relación a indicadores clínicos

SE HA SENTIDO ANSIOSO, ESTRESADO un 50,6% refiere sentir estrés y ansiedad de manera moderada, un 26% refiere sentir estrés y ansiedad siempre o casi siempre y un 23,4% refiere sentir estrés y ansiedad nunca o casi nunca.

SE HA SENTIDO IRRITABLE, ENOJADO (A) un 45,6 % refiere sentirse irritable, enojada en una frecuencia a veces o moderadamente. Un 12,2% refiere sentirse irritable, enojada en una frecuencia siempre o casi siempre. Un total de 42,2% refiere sentirse irritable, enojada en una frecuencia nunca o casi nunca.

SE HA SENTIDO DEPRIMIDO (A), SIN ANIMO, TRISTE DESMOTIVADO, un 51,6 % refiere sentirse desanimado, desmotivado, triste y deprimido en una frecuencia a veces, moderada. Un 25,5% refiere sentirse desanimado, desmotivado, triste y deprimido en una frecuencia siempre /casi siempre. Un 22,9% refiere sentir desanimo, desmotivación tristeza, deprimido en una frecuencia nunca /casi nunca.

PREFIERE ESTAR SOLO (A), NO TIENE GANAS DE ESTAR CON SU FAMILIA, el 64% refiere no preferir estar solo sin su familia, un 27,9% refiere sentir moderadamente/ a veces ganas de no querer estar con su familia y un 8,1 % refiere nunca o casi nunca querer estar con su familia.

TIENE MIEDO A NO PODER MANTENERSE ECONOMICAMENTE, un 43,2% señala temor moderado a no poder sostenerse económicamente. Un 30% presenta temor con frecuencia siempre o casi siempre de no poder sostenerse económicamente. Un 26,5% presenta nunca o casi nunca temor a sostenerse económicamente.

En relación a la memoria, SE LE OLVIDAN FACILMENTE LAS COSAS COTIDIANAS COMO EL DIA, LAS FECHAS, DONDE DEJO LAS COSAS, de un total de 419 encuestas un 45,1% refiere olvido en frecuencia moderada, un 47% refiere un olvido en frecuencia nunca o casi nunca y un 7,9% refiere olvido siempre o casi siempre.

TIENE MIEDO A ENFERMARSE O QUE ALGUIEN DE SU FAMILIA SE ENFERME, de un total de 419 respuestas se señala que un 48,9% siempre o casi siempre presenta el temor a enfermarse o que alguien de su familia se enferme. Un 34,6 % señala temor moderado a enfermarse o que alguien de su familia se enferme. Un 16,5% presenta nunca o casi nunca temor a enfermarse o que otro se enferme.

TIENE DIFICULTAD PARA CONCILIAR EL SUEÑO, DESPIERTA VARIAS VECES EN LA NOCHE, SE LEVANTA CANSADO, de un total de 419 encuestas, un total de 45,1% refiere tener moderadamente /a veces dificultades para dormir. Un 25% de presenta siempre o casi siempre problemas para dormir. Un 29 % presenta nunca o casi nunca problemas para dormir.

SE HA SENTIDO SOLO EN TIEMPO DE CUARENTENA, un 44,9% refiere que nunca se ha se sentido solo en esta cuarentena. Un 34,1% refiere a veces o moderadamente sentirse solo en esta cuarentena. Un 21 % experimentaría siempre o casi siempre sentirse solo en esta cuarentena.

HA TENIDO AUMENTO EN EL CONSUMO DE ALCOHOL, DROGA O CIGARRILLO, un 94% refiere no tener este aumento de consumo de alcohol, droga o cigarrillo. Un 1% refiere una frecuencia de consumo de alcohol, droga o cigarrillo de siempre casi siempre, y un 5% de a veces y moderadamente.

HA TENIDO MOLESTIAS FISICAS, DOLORES MUSCULARES, BRUXISMO U OTROS, un 51,3% refiere que estas dolencias las ha tenido en frecuencia moderada, un 25,1 % señala tenerlas siempre, casi siempre y 23,6 % señala nunca o casi nunca.

TIENE MIEDO A PERDER A DISMINUIR CAPACIDAD FÍSICA A CAUSA DEL CONFINAMIENTO PROLONGADO, de un total de 419 encuestas un 48% refiere tener miedo moderadamente a perder su capacidad física, un 25,8 % presenta siempre o casi siempre este temor. Un 26, 3 % refiere una frecuencia de nunca o casi nunca de la presencia del temor a perder su capacidad física a causa del confinamiento.

DURANTE EL CONFINAMIENTO HA SENTIDO GANAS DE HACERSE DAÑO, De un total de 419 encuestas, un 93,3% señala que nunca o casi nunca ha sentido ganas de hacerse daño, un 5% refiere que en una frecuencia moderada sentido ganas de hacerse daño, un 1 % tenido ganas de hacerse daño.

DURANTE LA CUARENTENA HA DISMINUIDO SUS GANAS DE COMER O COME EN EXCESO, un total de 34,8 % refiere cambios en los hábitos alimenticios ya sea aumento o disminución en las ganas de comer, este porcentaje se presenta en una frecuencia moderada. Un 55,5% refiere una frecuencia de nunca o casi nunca en el aumento o disminución de las ganas de comer. Un 9,3% refiere una frecuencia de siempre o casi siempre en el aumento o disminución en las ganas de comer.

DURANTE LA CUARENTENA HA TENIDO ACCIDENTES DOMESTICOS, un 87,8 % refiere no haber tenido accidentes domésticos, Un 12,2 % refiere que si ha sufrido accidentes domésticos.

CONOZCO Y ME COMUNICO CON MIS VECINOS, De un total de 419 encuestas, 72,5% refiere conocerlos y comunicarse con ellos. Un 27,5 no refiere conocerlos y no comunicarse con ellos.

PARTICIPO EN JUNTA DE VECINAL, TALLERES, CLUB DEPORTIVO, CLUB DE ADULTOS MAYORES U OTRA ORGANIZACIÓN DE MI COMUNA. un 70% refieren participación en el medio comunitario. Un 30% refiere no participar en el medio comunitario.

TENGO FAMILIARES Y/O VECINOS A QUIENES PEDIRLE AYUDA CUANDO TENGO UN PROBLEMA O URGENCIA (HACER UN TRÁMITE, ACOMPAÑAR ALMEDICO, HACER COMPRAS) un 82,3 % refiere contar con el apoyo de familiares o vecinos para acudir en caso de urgencia y realizar trámites varios. Un 17,7% refiere que no contar con este apoyo de familiares o vecinos para acudir en caso de urgencia y realizar trámites varios.

CUENTO CON INFORMACIÓN PARA ACCEDER A LOS BENEFICIOS ESTATALES Y/O TRÁMITES VARIOS COMO REGISTRO SOCIAL DE HOGARES, PENSIÓN, BONOS Y NUEVOS BENEFICIOS. De un total de 418 encuestas, un 50,2% refiere no contar con información de los beneficios estatales. Un 49,8% refiere contar con información acerca de beneficios estatales y/o trámites Varios, como registro social de hogares, pensión, bonos y nuevos beneficios.

II. Cruce de Variables:

La variable de nivel de escolaridad en adultos mayores nos indica que la gran mayoría tienes competencias de lectoescritura lo que resulta en un factor favorable para la generación de material de psicoeducación y promoción temáticas, sin embargo, al cruzar con el bajo nivel de conectividad vía internet, este grupo aún necesita de material escrito para entregarles información.

Respecto de la nacionalidad un gran porcentaje es chileno/a, sin embargo, existe un porcentaje de personas mayores de origen venezolano que al venirse a Chile han dejado de lado su plan de vida y al no tener apoyo para reorganizarlo, podría generar episodios de angustia y depresión.

Variable Pensión y el miedo a no mantenerse económicamente, dice relación con que, si bien las personas mayores no han sufrido perdida de sus ingresos al recibir pensiones, esos ingresos pueden no ser suficientes para cubrir las necesidades básicas de la vida diaria, sumado a esto que muchas familias que los apoyaban

económicamente, actualmente no pueden hacer. Tampoco realizaban actividades remuneradas por tanto sería el único ingreso el que resulta insuficiente.

Variable conectividad, en este sentido una gran mayoría tiene teléfonos celulares y por lo tanto tienen un canal de comunicación, lo que se relaciona a la capacidad de acceso a información que se puede entregar sin embargo no necesariamente tiene acceso a internet, ya que un gran porcentaje no tiene Tablet o computador con internet. Sugiere la necesidad de digitalización y conectividad para medios digitales de información. Las personas tendrían que acceder presencialmente a los trámites y servicios y dependen mucho de un externo para poder resolver temas de la vida diaria. No saben usar sus teléfonos celulares y no saben si ellos tienen internet. Hay mucho miedo a entregar claves por internet, tienen acceso a cuenta rut, pero no saben hacer transacciones en línea y continúan entonces realizando sus trámites de forma presencial. Esta poco acceso o baja conectividad afecta de manera directa con la expectativa de cada uno de autoeficacia, y la sensación de autonomía, lo que tiene un componente sicológico importante ante la posibilidad de sentirse excluido de la sociedad actual. El mensaje que reciben es que no están a tono con la gran mayoría que puede resolver de manera digital una gran cantidad de necesidades de la vida diaria.

Variable estado emocional y variable contacto con redes familiares y comunitarias. La sintomatología observada se encuentra dentro del rango normal esperado respecto a estrés, ansiedad y desmotivación, sin embargo, el porcentaje de personas que está siendo afectado por esto es alto. Por su parte la característica de la pandemia impacta en una de las necesidades más importantes de las personas mayores que es la socialización, la interacción con el otro y el medio externo, restringiendo el contacto físico y por lo tanto la interrupción de las actividades sociales que eran parte de su rutina. Esto explicaría un aumento en los síntomas a largo plazo en la medida que no se diseñen programas que permitan la socialización desde otro tipo de canal o plataforma.

Respecto de la variable de acceso a la información acerca de beneficios, el 50% refiere que cuenta con esa información sin embargo y en referencia a la variable de conectividad existe la interrogante acerca de la capacidad real de acceder a beneficios vía remota u on-line.

En referencia al indicador de miedo a disminuir la capacidad física, se observa un alto porcentaje que presenta este miedo, sin embargo, un gran porcentaje no ha tenido accidentes domésticos, lo que puede deberse a la falta de movilidad dentro del hogar, esto sumado a que una gran mayoría vive con familiares que también se encuentran en el domicilio y por lo tanto podrían estar generando un apoyo en la realización de las actividades domésticas.

Las variables de estrés, depresión nos dicen que lo manifestado se encuentra dentro del margen de lo esperable en un contexto como el de pandemia y por tanto sufren de la misma forma que otros grupos los efectos de esta.

Las experiencias previas se resolvían de forma comunitaria, pero la característica de la pandemia te aísla más, puesto que sugiere que existe además de una distancia social existe una distancia física, eliminando la posibilidad de apoyo comunitario lo que en contexto de crisis es fundamental para poder salir adelante de lo que basalmente ya estaba institucionalizado. Lo que se relaciona con la variable de preferir está solo, se interpreta que buscan estar en contacto con familiares.

Respecto a la disminución de la memoria, lo observado se encuentra dentro de los márgenes esperados en el actual contexto, no así responde a la etapa de ciclo vital y sugiere programas que apunten a que estos porcentajes no se eleven más producto del confinamiento y la baja actividad de ejercicio mental

III. Tendencia en los datos en Salud Mental:

En relación a los indicadores clínicos proporcionados por la encuesta, se pueden relevar variables de tipo emocional, cognitivas y conductuales. Entre los resultados obtenidos se puede apreciar que al menos la mitad de las personas encuestadas mantienen en el rango moderado síntomas como la ansiedad, irritabilidad, dificultades en el sueño, tristeza y melancolía.

En casi el 48% de los casos existe una preocupación constante con frecuencia de siempre o casi siempre por el contagio de algún miembro de la familia o de la persona encuestada. Síntomas que serían esperados en un contexto de crisis, de interrupción abrupta de las rutinas diarias y de la incertidumbre que conlleva el contexto sociosanitario.

De acuerdo a lo anterior y para efectos de evaluación de estos indicadores se podría hipotetizar que la población de adulto mayor encuestada se encontraría sobrellevando el proceso de confinamiento de una manera esperada. No obstante, lo anterior cabe mencionar la importancia de hacer alusión a algunas características comunes a este grupo etario, las cuales condicionarían los efectos, proyección del confinamiento y distanciamiento social a nivel de salud mental, medidas de las cuales no tenemos certezas de término. Además, nos permitiría tener una mirada más ajustadas a los efectos propios de este este grupo etario.

Cabe señalar que los efectos de la pandemia COVID-19 también estarían determinados por las condiciones de vulnerabilidad anteriores al inicio de la pandemia. Es decir, las consecuencias de la pandemia tendrán mayor o menor repercusión dependiendo de las condiciones, sociales, psicológicas y medicas previas. Las condiciones de vulnerabilidad frente a esta crisis sociosanitaria han llevado a que los adultos mayores adopten medidas preventivas de confinamiento más restrictivas que otros grupos, lo que perfectamente podría converger en efectos negativos sobre su salud, además

debido a su perfil de riesgo, es probable que la población de personas mayores sea de las últimas a las que se les permita abandonar el confinamiento.

Finalmente cabe destacar una pregunta que todas luces resulta un tanto paradójica, ¿por qué estas medidas de protección para los adultos mayores podrían aumentar su vulnerabilidad? La ciencia ha demostrado que existe relación estrecha entre nuestros estados emocionales y la salud de nuestro sistema inmunológico, de modo que la falta de contacto social, el aislamiento, bien podrían resultar en una inhibición de los genes encargados de la respuesta ante amenazas virales. En un estudio publicado el 2017 en decir, se encontró que ciertos estresores sociales como el rechazo, la separación y la pérdida de personas queridas, la sensación de estar sometido a permanente evaluación y los conflictos interpersonales, pueden aumentar la actividad proinflamatoria del organismo. Steven Cole denominó respuesta transcripcional conservada ante la adversidad la reacción del organismo frente a una amenaza, desconexión social o indefensión caracterizada por una activación de genes que favorecen la respuesta inflamatoria. Por lo anteriormente expuesto, los expertos distinguen entre confinamiento y aislamiento social, llamando a que distancia física no se traduzca en aislamiento o sensación de abandono.

La idea es que la familia y personas cercanas se mantengan cerca de los adultos mayores mediante videollamadas o llamadas telefónicas regulares. El Dr. Andrés expuesto, los, experto en medicina familiar y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de los Andes, propone también tener precaución en relación a no quitar autonomía a los adultos mayores producto de la sobreprotección”. Cabrera, E. A. (2020). Actividad física y efectos psicológicos del confinamiento por covid-19. Revest INFAD de Psicología. International Journal of Developmental and Educational Psychology., 2(1), 209-220.

IV. Análisis Comunitario y de Redes Sociales.

En relación con los análisis de esta variable, señalaremos lo siguiente:

La participación social en las personas mayores se entiende como la integración del individuo en las diversas instituciones, asociaciones y redes informales de la comunidad. El ser parte de una agrupación de carácter social o comunitario se relaciona con sentimientos de integración y como una potencial fuente de apoyo social.

La participación social o comunitaria es, por tanto, una fuente de apoyo social, dado que la agrupación le otorga a la persona que participa apoyo emocional, apoyo instrumental y apoyo informativo. Asimismo, la red de apoyo comunitario actúa como recurso protector o amortiguador en situaciones de estrés, promoviendo una mejor salud física, mental y el bienestar y durante la vejez que es muy necesaria.

La actividad comunitaria es un mecanismo protector en la vejez y que promociona un envejecimiento exitoso. Sus beneficios son múltiples: biológicos, psicológicos y sociales, y además se potencian entre ellos, por ejemplo, una mejor salud física repercute en una mejor salud mental. La participación social es un recurso psicosocial que genera el bienestar integral previene el aislamiento. Este espacio que genera la participación social le entrega al adulto mayor, reconocimiento, rol e identidad dentro de un grupo. Pero uno de los elementos que tiene mayor incidencia en el bienestar general de las personas mayores es el hecho de que la participación actúa como un mecanismo protector o amortiguador en situaciones de estrés.

Como resultado de la encuesta se puede señalar que en términos generales este grupo de adultos mayores ha logrado enfrentar los efectos de la pandemia manteniendo dentro de lo esperable síntomas de tristeza, irritabilidad, ansiedad, y ritmos circadianos.

Si bien los resultados darían a entender que la intervención en este grupo etario no sería necesaria, es preciso señalar que las características de esta pandemia promueven altos niveles de incertidumbre e impacta de manera directa en el proceso de socialización y participación comunitaria, variables consideradas factores protectores para bienestar físico, social y mental.

Aun no es posible establecer los reales efectos que tendrá esta pandemia por lo que el desafío giraría entorno a la entrega de herramientas que le permitan adaptarse a las nuevas formas de relacionarse, incorporando el factor digital como medio o canal para entregar información, relacionarse y optar a beneficios.

EQUIPO PROFESIONAL RESPONSABLE:

CENTRO ATENCIÓN A LA FAMILIA

• Solange Mestre • Solange Pallavicini • Marcos Gutiérrez • Marcela Inostroza • Alejandra Hoogma

OFICINA LOCAL DE LA NIÑEZ • Macarena Cortinez • Gyslaine Venegas

OFICINA STGO JOVEN • Nora Muñoz

OFICINA MIGRANTES • Andrés Brito

OFICINA DEL ADULTO MAYOR

• Jocelyn Silva • Anita Acevedo • Sandra Carreño.

desarrollosocial@munistgo.cl

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