FOTOGRAFÍA
AVES DE LOS ANDES TROPICALES
MURRAY
COOPER
ALETEO
BIRDS OF THE TROPICAL ANDES
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Aleteo; batir de alas.
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Aleteo; wing-beat.
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MURRAY
COOPER
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Copyright © 2015 Murray Cooper Los derechos de este libro son reservados. Excepto con fines de revisión, ninguna parte puede ser almacenada, reproducida o transmitida en forma alguna -sea electrónica o física- sin el permiso escrito del autor, Murray Cooper. This book is copyrighted. Except for the purpose of reviews, no part may be stored, reproduced or transmitted in any form -electronic or mechanicalwithout written permission from the author, Murray Cooper. Fotografía / Photography: Murray Cooper murraycooperphoto.com / murraycoops@gmail.com Textos / Texts: Juan Freile, Murray Cooper, Robert Ridgely, Alejandro Solano-Ugalde, Juan-Manuel Carrión, Jordan Karubian Traducción y edición / Translation and edition: Juan Freile Editor del Proyecto / Project Editor: Murray Cooper Diseño y conceptualización / Design and conceptualization: Kiko Rodríguez kikoplastic.com Asistencia de diseño / Design assistant: Yelina Pino Impresión / Printing: Ediecuatorial 2015
Portada / Cover: Mango Pechinegro / Black-throated Mango
Anthracothorax nigricollis
Amplia distribución tropical / Widespread in lowlands. Anterior / Previous: Guacamayo Ventrirrojo / Red-bellied Macaw
Orthopsittaca manilatus
Amazonía Guyana hasta / to N Bolivia.
Siguientes / Next: Barbudito Verde / Green-bearded Helmetcrest
Oxypogon guerini
E Andes; endémico / endemic Colombia. Águila Andina / Black-and-chestnut Eagle
Spizaetus isidori
Andes Venezuela hasta / to Argentina.
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AVES DE LOS ANDES TROPICALES
ALETEO
BIRDS OF THE TROPICAL ANDES
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INTRODUCCIÓN
MURRAY COOPER
Los Andes tropicales no son solamente la región más biodiversa del planeta, sino también una tierra de enorme belleza natural. Son un paraíso donde las imponentes montañas nevadas dan paso a planicies altoandinas cubiertas de cojines vegetales y otras plantas de frío. Luego, estas planicies se avalanzan abruptamente hacia las laderas andinas, atravesando las nubes del bosque de niebla y su enorme carga de epifitas. Finalmente, las laderas se “aplanan” para dar la bienvenida al vasto bosque lluvioso tropical, como la Amazonía y el Chocó. Las empinadas laderas y vertientes crean una infinidad de hábitats y formas de vida, sin par en el mundo. Esta diversidad de hábitats justifica por qué Colombia, Ecuador y Perú son tres de los cuatro países con mayor diversidad de aves en la Tierra; Colombia es el primero, con una cifra impactante: 1905 especies –muchas más que países gigantescos como Rusia y Estados Unidos ¡en conjunto! Y tengo la suerte de vivir justo en medio de toda esta diversidad –en los bosques lluviosos del Pacífico, en el Chocó ecuatoriano. Por ello, decidir en qué tema especializarme era casi obvio. Debo admitir, sin embargo, que si hubiese tenido idea de lo difícil que iba a ser la fotografía de aves en el bosque tropical, seguramente habría elegido objetivos ¡más estáticos y bajo mejores condiciones de luz! Este libro es la culminación de un largo y por momentos inalcanzable sueño: retratar en su justa medida a la espectacular y asombrosamente diversa avifauna de los Andes tropicales. Ahora siento que estoy cerca de alcanzarlo, tras 14 años de sangre, sudor y lágrimas en selvas remotas, desiertos y páramos de esta estupenda región. Esta ofrenda que traigo –“Aleteo”– ha sido una de mis mayores pruebas; espero haberlo hecho como anhelaba. Han transcurrido nueve años desde que publiqué “Plumas”, pionero entre los libros de fotografía de aves del Ecuador, y mi primer año usando un teleobjetivo de 600 mm. Fue, en definitiva, mi gran aprendizaje en el arte de la fotografía de aves. Pienso que “Plumas” presenta una serie de retratos de aves, pero que carece de aspectos de comportamiento. En estos nueve años transcurridos he mejorado mis técnicas e incluso en cierta medida también mi equipo; las nuevas cámaras digitales con mejor sensibilidad a la luz tenue han hecho el trabajo casi cien veces más fácil porque uso sólo luz natural, sin flash. Esta colección tiene, por tanto, mayor profundidad y muestra más aves en acción, aunque todavía contiene un buen número de retratos, los cuales tienden a mostrar una composición más artística. Todos somos, al final, artistas frustrados y no podemos evitar el añadir nuestro toque creativo cuando nos es factible. Los Andes tropicales son un centro de biodiversidad que fue declarado como el “epicentro global de la biodiversidad” por la Asociación para Ecosistemas Críticos, sin duda una de las autoridades en este tema. Con Andes tropicales nos referimos a todos los países andinos que cubren latitudes tropicales: Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. En el capítulo sobre los Altos Andes, Juan Freile explica bien cómo la topografía de estos países es la clave para entender su mega-diversidad. Por tanto, no entraré aquí en los detalles. Hasta ahora he trabajado extensamente en Colombia, Ecuador y Perú; es decir, en el corazón de los Andes tropicales –¡tres de los países más diversos del planeta son vecinos entre sí! Semejante diversidad apuntala la necesidad de un libro que muestre sus maravillas aviares; todavía no existe una obra que lo haga de modo integral. La región requiere toda la divulgación posible, debido a que sus bosques nativos están sufriendo un acelerado y descontrolado deterioro. Para simplificar las cosas, este deterioro se debe a los controles deficientes que se aplican y a la clásica combinación que se da en los países no desarrollados: poblaciones hambrientas se expanden hacia todos los rincones del país buscando nuevas tierras agrícolas y procurando llevar un plato a sus mesas. A esto se suma la creciente demanda de recursos por parte de los países desarrollados, que genera dependencia económica de actividades extractivas nada amigables con el ambiente. Ojalá con el tiempo estas actividades sean sometidas a controles ambientales más estrictos por parte de las autoridades, y que los ingresos que de ello se obtengan sean invertidos en reforestación, remediación de las áreas afectadas, programas más consistentes de educación ambiental y la creación y manejo de áreas protegidas.
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INTRODUCTION
MURRAY COOPER
The Tropical Andes is not only the planet’s most bird-diverse region, but also a land of phenomenal natural beauty. This fantasy world where towering, glaciertopped peaks level out in high Andean plateau’s covered by strange pincushion plants and other temperate vegetation, dropping down abruptly through misty, epiphyte-laden subtropical cloud-forests, and eventually leveling out into immense tropical rainforests such as the Amazon and Chocó. Such abrupt slopes create an abundance of habitats and life like nowhere else on Earth. This diversity of habitats explains why Colombia, Ecuador and Peru are three of the four richest bird countries in the world; Colombia coming in first with a staggering 1905 species –far more than some huge countries like Russia and the United States grouped together! And I just happen to live right in the middle of all this diversity –in the Pacific rainforests of the Ecuadorian Chocó. Hence, the decision as to what subject matter to specialize in was fairly obvious. I should admit though that if I had had any idea as to just how difficult bird photography is in the rainforest, I am sure I would have chosen a more stationary and better illuminated subject to focus on! This book is the culmination of a long and seemingly impossible dream of doing some justice to the spectacular and ridiculously diverse avifauna of the Tropical Andes. After 14 years of blood, sweat and tears in the most remote rainforests, deserts and paramos of this magnificent region, I now feel like I am getting close. This offering of mine –“Aleteo”– is one of my first true tests as to whether reasonable justice has been done! It has been nine years since I published “Plumas”, one of the pioneering photographic studies on the avifauna of Ecuador, and also my first year with the big 600mm telephoto lens; definitely my apprenticeship in the art of bird photography. I think of it as more of portraiture of birds, lacking in any real depth on the behavioral aspects. It is now nine years down the line and I have improved my techniques and equipment somewhat since then, aided by the latest digital cameras’ low-light sensibility, that have made the job at least a hundred times easier; as I use only natural light, no flash. This collection has a lot more depth, especially in the rarer species, and is more like “birds in action”, even though it still contains a lot of portraits, as they tend to be the more artistically composed. Everyone of us out there is a frustrated artist who can’t help but add that creative touch when possible! The Tropical Andes is a biodiversity hotspot that was declared the “global epicenter of biodiversity” by the Critical Ecosystem Partnership Fund, certainly one of the authorities on the issue. It refers to all the Andean countries lying within the tropics –Venezuela, Colombia, Ecuador and Peru. In the High Andes text, Juan Freile explains so well how the topography of these countries is the key to their mega-diversity, so I won’t go into detail here. Up until now I have worked more extensively in Colombia, Ecuador, and Peru; the true heart of the Tropical Andes, where three of the most diverse countries in the world are neighbors! This grants the need of a book covering their avian wonders, since there is no a single show piece from this area. The region needs as much publicity as it can get, as it is unfortunately suffering from a rapidly accelerating and uncontrolled decrease in its native forests and diversity, due largely (in a very simplified explanation) to poor controls and the classic developing world situation of a hungry population expanding into all corners in a quest for agricultural land and food for the table, whilst the demand of the developed world on their resources brings in a short term economic fix from extractive, environmentally unfriendly industries. Hopefully with time these activities will be under stricter environmental controls and the authorities can put more and more of this income back into reforestation or remediation of these extracted areas, stronger environmental education programs and creating (and managing) protected reserves. The decision to focus my life’s work on birds is directly linked with my passion to help with the conservation of the Tropical Andes. Twenty-four years ago I left my native South Africa to come and work in conservation in Ecuador, where I spent 11 years helping found the 21,000 acre Los Cedros Reserve, in the subtropical forests
Mi decisión de volcar todo mi trabajo en fotografiar aves se relaciona directamente con mi pasión por contribuir a la conservación en los Andes tropicales. Hace 24 años salí de mi Sudáfrica natal para dedicarme a la conservación en Ecuador, donde invertí mis primeros 11 años en apoyar la creación de la reserva Los Cedros (6400 hectáreas) en los bosques subtropicales del Chocó. Al inicio trabajé en levantamiento de fondos y administración de la reserva y la fundación, pero pronto sentí que se necesitaban imágenes para transmitir el mensaje de conservación que portábamos; para cautivar a la audiencia. Se dice que uno puede hablar y hablar hasta que el ganado vuelva a casa… en ocasiones, con nulo resultado. Se dice también que una buena imagen puede llegar directo al corazón. La conexión entre humanos y aves no es exclusiva de estos tiempos en que observar aves se ha tornado frenético. Las aves han sido parte importante de nuestra mitología y cultura desde tiempos inmemoriales; desde las coronas de plumas de los jefes de naciones ancestrales, pasando por la primera herramienta de escritura, hasta el uso de canarios en las minas de carbón… Por ello ocupan un lugar especial en nuestros corazones. En términos de conservación, se considera que las aves son especies clave o indicadores de biodiversidad. El movimiento de conservación del Ecuador necesitaba perentoriamente de imágenes de estas especies clave para comunicar sus mensajes ambientales. Ahora siento que mis fotografías han jugado un rol importante en estas misiones de conservación. Se han utilizado en varias ONG: como el programa de Áreas Importantes para las Aves de BirdLife International, Aves y Conservación, la Fundación Jocotoco y FCAT. Hasta Rainforest Concern ha organizado con ellas grandes exhibiciones al aire libre en Kew Gardens, Londres, para generar conciencia sobre la relevancia de los Andes tropicales. Igualmente, muchas fundaciones pequeñas y proyectos locales de conservación han podido usar mis fotografías, sin costo alguno –sin duda una gran ayuda para sus siempre apretadas economías… Mi sueño esta funcionando, aunque en ciertos momentos de negatividad, cuando siento que no hay esperanza de que la humanidad cambie. Parece casi inevitable que terminemos arrojándonos al tacho de la basura universal, llevándonos con nosotros mucho de la magia que muestra este libro. Por fortuna, en esta región existen varias iniciativas maravillosas, la mayoría de ellas provenientes del sector privado. Al parecer, allí yace la verdadera esperanza. Organizaciones como Conservación Internacional, WWF y otras parecen haber comprendido que las pequeñas reservas privadas no bastan para proteger toda la biodiversidad en el largo plazo. Por ello, se han esforzado por crear corredores de conservación entre las zonas silvestres más grandes e importantes. Entre ellos, destacan el corredor Cóndor-Kutukú, en Ecuador, y el más grande del mundo, aquel que conecta los parques nacionales Manu y Tambopata, en Perú, con el parque nacional Madidi, en Bolivia. Pese al gran aporte del sector privado, a la hora del té, el futuro de las áreas protegidas depende de la implementación efectiva y el fortalecimiento de medidas de protección. Aquí es cuando los gobiernos nacionales necesitan trabajar con las organizaciones no gubernamentales para mejorar la efectividad de las medidas de conservación. Siempre he creído que la estrategia más efectiva es que las grandes iniciativas de conservación se vinculen estrechamente con las comunidades vecinas de las áreas protegidas, convirtiéndolas en guardianas de sus bosques y su agua a través de educación y participación en todos los procesos de conservación. Considero que esta es la única forma de garantizar la conservación a largo plazo de los bosques naturales. Mi anhelo más sincero es que esta ofrenda que hago sea una gota más en la creciente corriente del interés ambiental.
of the Chocó. Initially, I worked on fundraising and administration of the reserve and foundation, but quickly saw the need for images to get the message through, to captivate the audience –as one can talk and talk until the cows come home, with sometimes futile results, but one powerful image can cut straight through to the heart. Birds and humans is not a connection that just recently developed with the modern craze for bird-watching. They have been an important part of our mythology and culture since earliest times: from the ancient chiefs headdress, to the first writing implement, to that poor canary in coalmine... and hence a special place in our hearts! In conservation terms, they are referred to as a key species or biodiversity indicators. The conservation movement in Ecuador was in dire need of good images of these key species to help get the message through, and I can now say that my images have played a major role in local conservation causes, being used extensively in a variety of different NGO’s, such as: Birdlife’s IBA (Important Bird Areas) books, Aves y Conservacion, Jocotoco Foundation and FCAT. Plus Rainforest Concern had huge open-air exhibitions with my images in Kew Gardens, London, to raise awareness for the Tropical Andes. Further, a lot of smaller foundations and conservation causes have also benefited from my photographs, and all have been able to use the images at no cost –a great help for them in their economically pressured situations. My dream is working, even if in those negative “sci-fi” moments I feel that there really isn’t much hope at all for humankind changing our ways. Seems inevitable that we are just going to shop ourselves into a dustbowl, taking a lot of the magic that you see in this book with us. Fortunately, within this region there are some excellent initiatives, almost always from the private sector, but it seems this is where any real hope lies –in the involvement of the private sector. In the understanding that small isolated reserves may not be enough to protect biodiversity in the long run, groups like Conservation International, WWF and others have focused their attention on creating conservation corridors between the larger and more important parks, such as the Cóndor-Kutukú in Ecuador, and the largest in the world that connects Peru’s Manu and Tambopata National Parks with Bolivia’s Madidi National Park. Even with private help, in the end the future of all these parks depends on effective implementation and enforcement of protective measures, and this is where the local governments need to work with all NGOs to improve their effectiveness. Besides these larger initiatives, I firmly believe that one of the most effective strategies is having all these initiatives strongly linked with the local communities in these protected areas, getting them to be the stewards of their forests and water through education and involvement in all the processes. That is the only way that these forests will actually be protected in the long run. Whatever the future holds, it is my sincerest hope that this small offering of mine serves as yet another drop in the growing current of ecological awareness.
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Garceta Sol / Sunbittern
Eurypyga helias
Guatemala hasta / to N Bolivia + E Brasil.
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PRÓLOGO
ROBERT RIDGELY
Murray Cooper es difícilmente un tipo tímido y retraído. Alto, simpático e inquieto, Murray tiende a destacar sin importar donde esté. Murray y yo hemos sido amigos y colegas por más de diez años. Pensé que empezaba a conocerlo bien; que quedaban muy pocas cosas sustanciales que no conocíamos el uno del otro. Y, sin embargo, había una cosa fundamental que no conocía: este libro que ahora está en sus manos –otra obra que realza el estupendo trabajo fotográfico de Murray; una obra todavía mejor que sus libros anteriores de fotografía de aves. ¡Yo que pensaba que Murray pasaba sus días en Nanegalito cuidando las plántulas de café de su finca, tomando breves pausas de vez en cuando para empinarse una cerveza con sus amigos! Sin duda alguna, las modernas cámaras digitales han hecho que la fotografía de aves sea mucho más fácil en el curso de las dos últimas décadas. Mucha gente puede, y de hecho hace, fotos de aves. Yo mismo lo he intentado alguna vez, aunque con menos arrojo que en los tiempos de la fotografía con película. Murray, sin embargo, tiene el don de la concentración: invierte el tiempo y esfuerzo necesarios para conseguir la toma perfecta. Es un auténtico profesional. Y más. En la década transcurrida desde la publicación de su celebrado libro “Plumas, Aves en Ecuador”, Murray ha aprendido mucho sobre las aves y ha expandido el enfoque de su fotografía hacia ciertas regiones de Colombia y Perú. Fruto de ello es este libro en el cual nos ofrece imágenes de muchas de las aves que residen en la región más rica del planeta en términos ornitológicos. A mi criterio, muchas de estas imágenes no son solamente retratos; están al límite de ser arte. Como ornitólogo que soy, los retratos me encantan porque muestran muy bien a las aves. Mire, por ejemplo, las aves pantaneras de la página 30: un Rascón Bogotano y una Becasina Noble, especies que apenas pueden verse un mínimo instante, ¡pero de las que ahora apreciamos hasta los detalles de cada pluma! ¿Cómo lo logra? Más sorprendentes –y para muchos quizás más atractivas aún– son sus fotos que muestran aspectos del comportamiento de las aves, como aquella donde dos machos de Colicerda Verde luchan en una pequeña poza de agua (página 108). Los colibríes son belicosos, pero verlos tan en detalle y en un ambiente tan ajeno a ellos, así sea por un ratito, es de verdad extraordinario. Disfrute, pues, este libro. Deléitese con esta fotografía tan exquisita. Tenemos la dicha en Ecuador de tener a este sudafricano entre nosotros desde hace décadas. Creo incluso que, en este punto, es todavía mejor que compartamos un poco de él con Colombia y Perú. Eso sí, no nos olvidemos que muchas especies capturadas en imagen por Murray están en serio riesgo de desaparecer. Por mencionar un par de ejemplos: el mismo Rascón Bogotano está en peligro por la desecación de la mayoría de humedales en los alrededores de la ciudad cuyo nombre lleva; la Becasina Noble tampoco se queda atrás, aunque para su suerte tiene una distribución mucho más extensa; o esas portentosas Águilas Andinas (adulto y juvenil) en su nido, forman parte de las pocas (unas doscientas) parejas que sobreviven en todo su rango de distribución andino. Y la lista continúa. En Ecuador, me preocupa de modo particular la creciente ambición por construir enormes proyectos hidroeléctricos e implementar grandes extracciones mineras por doquier –unos ya en proceso, otros al menos en planes. Todos estamos de acuerdo en que son necesarios el desarrollo económico y social, pero no a merced de degradar el ambiental del cual dependemos todos, gente y aves por igual. Espero que este libro nos ayude. Que llegue a manos de la gente, tanto en los gobiernos como fuera de ellos, que toma decisiones sobre el uso y protección de los recursos naturales. Que llegue a aquella gente dedicada a la administración de los grupos no gubernamentales que luchan por la protección del maravilloso ambiente que hemos heredado. Y, por último, que llegue a manos de los innumerables turistas internacionales que inundan Ecuador, Colombia y Perú buscando nuestras aves. Las aves son uno de los grandes regalos que Dios nos ha dado; un regalo que, por muchas razones, no podemos darnos el lujo de despilfarrar. Gracias Murray por arrimar el hombro para tratar de que eso no suceda.
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FOREWORD ROBERT RIDGELY
Murray Cooper is hardly the shy, retiring type. Tall, handsome, and boisterous, he tends to stand out no matter where he goes. He and I have been friends and colleagues for well over a decade now, and I thought I was getting to know him pretty well and that there weren’t many important things that we didn’t know about each other. But it turns out there was: you hold it in your hands - yet another volume highlighting Murray’s magnificent bird photography, this one even better than the others. And here I thought Murray was just down in Nanegalito tending to the young coffee plants at his farm, maybe occasionally taking a break to quaff a beer with his buddies! No one can doubt that over the past couple of decades digital cameras have made good bird photography a lot easier. Many can and do take bird pictures, even I make the odd attempt, though far less now than I used to with film photography. Murray, however, is focused: he takes the time and effort to get that perfect shot, a real professional. Even better, in the decade since the publication of his acclaimed “Plumas, Birds in Ecuador,” he’s learned a lot about his subjects and has even expanded the scope of his photographic efforts to include parts of Colombia and Peru. So what we now have is a volume in which some of the avian denizens of the ornithologically richest part of the world are given to us here. I find that many are not merely portraits, they verge on becoming art. The portraits appeal to me as an ornithologist, because they show the birds so well: look, for example, at that pair of marsh birds on page 30, the Bogotá Rail and the Noble Snipe, birds that are hard even to glimpse. Now we see them in feather-by-feather detail! How does he do it? More unusual, and to some probably even more attractive, are images in which some aspect of bird behavior is shown, like the unbelievable pair of male Green Thorntails grappling in a tiny pool of water (pg 108). Hummingbirds are feisty, but to see them so focused, even if for only a moment, on each other in an element so foreign to them is truly extraordinary. So enjoy the book and revel in some of the finest bird photography around. We in Ecuador are fortunate to have had Murray, a native of South Africa, with us for several decades, and I guess at this point it’s even good that we are sharing him some with Colombia and Peru. But always bear in mind, please, that many of the subjects that Murray has captured in his lens are in serious trouble. Just to mention a random few: the Bogotá Rail is endangered by the drainage of most of the marshes around the city whose name it bears; the Noble Snipe just as much, though at least it enjoys a larger range; the stupendous adult and juvenile Blackand-chestnut Eagles on the nest represent a species with no more than a couple hundred pairs across their wide Andean range; the list goes on and on. For me especially worrisome, perhaps especially in Ecuador, is the current push toward massive hydrological development and oil and mineral extraction, occurring or at least proposed virtually everywhere. All will agree that economic and social development is surely needed, but not at the cost of degrading the environment upon which we all depend, birds and people alike. I hope this book will help. Let’s get it into the hands of the individuals, in government and out, who are making decisions regarding resource use and protection, into the hands of the many dedicated people who are running non-governmental groups struggling even now to protect some component of the beautiful environment we all have inherited, and lastly into the hands of the legions of international tourists now flooding Ecuador, Colombia, and Peru specifically to see our birds. Birds represent one of God’s great gifts to us, a gift that for so many reasons we cannot afford to squander. Thank you, Murray, for helping to make the case that we cannot allow that to happen.
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Solรกngel Gorgiamatista / Amethyst-throated Sunangel
Heliangelus amethysticollis
E Andes Venezuela hasta / to Bolivia.
Inca Buchidorado / Golden-bellied Starfrontlet
Coeligena bonapartei
Andes Venezuela, Colombia + Sierra Nevada Santa Marta.
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Arasari Piquipรกlido / Pale-mandibled Araรงari
Pteroglossus erythropygius
Trรณpico / tropics Ecuador + N Peru.
Rayador Negro Americano / Black Skimmer
Rynchops niger
Amplia distribuciรณn tropical / Widespread in lowlands.
Guacamayo Escarlata / Scarlet Macaw
Ara macao
Amplia distribuciรณn tropical / Widespread in lowlands.
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ALTOS ANDES
HIGH ANDES
SUBTRÓPICO
SUBTROPICS
BOSQUE TROPICAL
LOWLAND TROPICS
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ALTOS ANDES
HIGH ANDES
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ALTOS ANDES
HIGH ANDES
Por: Juan Freile
By: Juan Freile
Se dice que el célebre científico alemán Alexander von Humboldt alguna vez dijo que los habitantes del Ecuador andino debían estar locos por vivir tranquilos en tierras tan volcánicas. Palabras más, palabras menos. También se dice que a este reputado explorador le maravillaron los paisajes naturales de los Andes, y que fue uno de los primeros en discutir en términos científicos los gradientes altitudinales de diversidad. Para empezar, pongamos a los altos Andes en contexto. Esta es la cordillera más extensa del planeta (más de 7200 km de largo), la característica geográfica más prominente de América. Inicia al oeste de Venezuela, atraviesa toda Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, y separa a Chile y Argentina en casi toda su extensión hasta sumergirse en el océano en la punta sur del continente. Al norte es más baja, con pocos picos sobre 5000 m de altitud. Su topografía es más quebrada y compleja. En casi toda Colombia se abre en tres ramales (oriental, central y occidental); entre el sur de Colombia y norte de Perú se separa en dos cordilleras (oriental y occidental), unidas entre sí por nudos montañosos. Al sur es más alta (varios picos superan los 6500 m) y más continua; su altitud promedio es superior y alcanza varios kilómetros de anchura desde el sur de Perú hasta el norte de Chile. La evolución de la vida ha alcanzado niveles extremos en esta cordillera, gracias a su compleja historia geológica. En pocas palabras, la biodiversidad de los Andes se explica por dos patrones de recambio constante de especies: 1) a lo largo de la gradiente de elevación; y 2) entre regiones geográficas, cordilleras, laderas y valles.
It has been said that the famous German scientist, Alexander von Humboldt, once stated that people from Andean Ecuador must be crazy for being so calm living beneath so many active volcanoes. It has also been said that this renowned explorer was astonished by the natural landscapes of the Andes, and was amongst the first researchers to discuss altitudinal biodiversity gradients scientifically. First, I will put the High Andes into context. It is the longest mountain range on Earth (more than 7,200 km long), and the most prominent geographic feature of America. It starts in western Venezuela, traverses along Colombia, Ecuador, Peru, and Bolivia, and splits up Chile and Argentina before sinking into the ocean near the southern end of South America. Its northern portion is smaller, with few peaks above 5,000m elevation; its topography is more rugged and complex. Most Colombian Andes are divided into three cordilleras (eastern, central and western); from southern Colombia through northern Peru, it is separated in two cordilleras (east and west) connected by mountain ridges. Its southern portion is taller (several peaks surpass 6,500m) and more unbroken; its average height is greater and it reaches several kilometers in width from south Peru to north Chile. Evolution of life has attained extreme levels in the Andes due to its complex geological history. In brief, Andean biodiversity is explained by two patterns of continuous species replacement: (1) along altitudinal gradients; and (2) across geographic regions, mountain ranges, slopes and valleys.
Empecemos por el tema de la altitud. Los zonas más altas de los Andes del norte (desde Venezuela hasta el norte de Perú) están cubiertas por páramos. En estos ecosistemas predominan las plantas pequeñas y las herbáceas, dándoles aspecto de pastizales de relieve arrugado. En muchos páramos reinan los frailejones, unas elegantes parientes del girasol, cuyas hojas, troncos y flores están recubiertos de “lana”. En Perú se llama jalca a estos ecosistemas. El tipo de páramo y jalca depende del clima, con ecosistemas más diversos y exuberantes en zonas más húmedas. Hacia el sur, las jalcas son reemplazadas por la puna. Esta es más seca y menos diversa; puede llegar a ser bastante árida. La biodiversidad de los Andes se presenta como un pastel de hojaldre: sucesivas “capas” de especies que se reemplazan conforme se desciende –o asciende– las laderas andinas. Estos patrones de reemplazamiento de comunidades hacen de los Andes una de las regiones más biodiversas del mundo. Sobre 4200–4500 m de altitud, casi todo es roca, hielo y nieve. Bajo esta elevación, empiezan a aparecer las primeras plantas pequeñas, de hojas duras, muchas veces peludas. También predominan los pastos. Más abajo, donde el páramo, la jalca y la puna empiezan a perder sus nombres, aparecen los arbustos. Y un poco más allá, los primeros árboles. Luego, cuando se llega a 3200–3400 m (en promedio), se encuentran densos y diversos bosques. Estos continúan hacia abajo en una sucesión de tipos de bosque, con unas especies subtropicales reemplazando a otras andinas, y con mayor abundancia y diversidad de plantas en todos los estratos del bosque. De forma paralela varía la diversidad de aves. Pocas especies son tan audaces para desafiar los vientos gélidos, temperaturas próximas a cero y la consecuente escasez de comida que hay sobre 4000 y más metros. Agachonas (Attagis, Thinocorus), dormilonas (Muscisaxicola), mineros (Geositta) y unos cuantos pinzones (Phrygilus) sorprenden a los andinistas en su ruta hacia la cumbre, y a los pocos pajareros que se aventuran hacia estos inhóspitos parajes. Estas aves llevan su vida a uno de los extremos de la subsistencia: alimentarse de la poca fauna invertebrada y raicillas que encuentran, y buscar refugios abrigados y seguros para nidificar. En algunas zonas de los altos Andes, incluso sobre 4000 m de altitud, hay importantes humedales. En las regiones más áridas del altiplano peruano, boliviano y chileno, estos humedales pueden ser salobres, en ocasiones casi cáusticos. Los célebres salares, por yermos que parezcan, albergan especies notables como flamencos y algunos patos. En regiones más húmedas y un poco menos elevadas los humedales
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Let’s start with the altitudinal issue. The highest zones in the northern Andes (from Venezuela through northern Peru) are covered by paramo –an alpine, mostly herbaceous and rugged ecosystem dominated by small plants and herbs. Vast expanses of paramo are covered by frailejones, which are tall and elegant sunflower relatives with leaves, trunk and flowers coated with vegetal wool. Paramos are called jalcas in Peru. Weather determines what kind of paramo or jalca grow in a given region; more humid areas harbor more diverse and lush ecosystems. Southwards, jalcas are replaced by punas, which are drier and less diverse. Puna can even be very arid. Andean biodiversity comes like a puff pastry: successive ‘layers’ of species replacing each other as one descends –o ascends– along Andean slopes. This pattern of replacement of biological communities makes the whole Andean range the most biodiverse region in the world. Areas above 4,200–4,500m altitude are mostly clad in rocks, ice and snow. A little below these elevations, pioneering small plants, most with stiff leaves, others with hairy surfaces, emerge. Pastureland is also predominant. Lower, paramo, jalca and puna get supplanted by bushes and shrubs. And further down, first trees sprout. Then, at approximately 3,200–3,400m dense and diverse forests begin. These forests keep growing further down in the unceasing replacement of species mentioned above. Subtropical species take over Andean ones; forest strata are more discernible, plant abundance and diversity increase. Bird diversity varies in parallel with plant diversity. A handful of species are brave enough to defy freezing winds, chilling temperature and the resulting shortage of food in areas above 4,000m. Seedsnipes, ground-tyrants, miners, and a few sierrafinches dazzle Andean mountaineers on their way to the summit –and obviously dazzle the few birders that venture into these inhospitable settings. These birds live their lives in extreme survival: they feed in the scant invertebrate fauna and meager roots and vegetal material, and search for safe and warm shelters to nest it. The high Andean region has plentiful wetlands, even above 4,000m elevation. Those in the arid plateaus of Peru, Bolivia and Chile are brackish, sometimes even caustic. Even though the well-known salt flats look rather hostile, they house some duck and, notably, flamingo species. Fresh water wetlands abound in more humid, lower areas. Titicaca Lake stands out, but there are loads of other important wetlands, including some with unique waterfowl like the Junin Grebe, ultraendemic of Junin Lake system (in Peru) or the Bogota Rail and Apolinar’s Wren, both confined to marshes in the Bogota plateau (Colombia).
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dulceacuícolas proliferan. La laguna-mar de Titicaca sobresale, pero otros humedales importantes tienen su propia avifauna acuática, que incluye especies endémicas de un solo sistema lacustre como el Zambullidor de Junín (Perú), o el Rascón de Bogotá y el Cucarachero de Apolinar, ambos endémicos de ciénagas del altiplano cundiboyacense (Colombia). La avifauna de páramos y jalcas no es muy rica, pero tiene sus peculiaridades. Entre los pajonales se escurre el Tinamú Piquicurvo, el Tororoi Leonado, los canasteros del género Asthenes o los chungüis (Cinclodes). En las flores de sus plantas más representativas merodean los barbuditos (tres especies de Oxypogon en los frailejones) y estrellas (cinco especies de Oreotrochilus en las chuquiraguas). Por su parte, los bosquetes predominados por la queñoa o yantza (Polylepis sp.) tienen varias especies estrechamente vinculadas, entre las que destacan el Picocono Gigante y el Azulito Andino. Es interesante destacar que la avifauna asociada a estos bosquetes es más rica en los Andes peruanos y bolivianos, donde son más extensos y diversos. Los ecosistemas de transición entre el páramo y el bosque –algunos ecólogos los llaman ecotono de la línea del bosque– son hogar de algunas especies que se ausentan o se tornan muy raras fuera de estos ecosistemas. Entre ellas se incluyen las cotingas del género Doliornis, pitajos (Ochthoeca), la Tangara Montana Enmascarada, el encantador Tororito Cariluna y algunos colibríes Coeligena, Eriocnemis, Metallura y el singular Colibrí Piquiavoceta. Desde allí hacia abajo se agudiza el recambio de especies. Los géneros de aves andinas más representativos muestran unas especies en este ecotono, otras más abajo en el bosque andino, luego otras hacia el bosque subtropical. Esto sucede con los pinzones Atlapetes, las tangaras Anisognathus, los tororois Grallaria, los tapaculos Scytalopus, los colibríes calzonario Eriocnemis, los pinchaflores Diglossa, los autillos Megascops, los fruteros Pipreola, las reinitas Basileuterus y más. No obstante, este recambio no tiene precisión matemática. Así, es frecuente encontrar juntas especies muy similares y emparentadas entre ellas. ¿Cómo consiguen convivir? ¿Compiten por recursos? ¿Qué factores determinaron su diversificación en condiciones ecológicas similares? La evolución de la diversidad en los Andes plantea más preguntas de las que los científicos alcanzan a responder. Tomemos un respiro, como si estuviésemos en un bosque andino buscando aves. Y continuemos revisando el segundo tema –la diversidad por regiones– antes de que una bandada mixta rompa súbitamente la calma y nos ofrezca veinte o treinta especies en simultáneo. En conjunto, la región andina bordea las 1800 especies. Puede resultar inverosímil si se mira a los Andes sobre un mapa de papel. Pero podemos hacernos una idea si nos adentramos en su complejidad geológica o si recorremos sus intricados paisajes. Los Andes no son una cadena montañosa continua, eso es claro. Para empezar, como vimos previamente, los Andes del norte de separan en tres ramales en Colombia y dos ramales en Ecuador. Entre las cordilleras oriental y central de Colombia está el enorme valle tropical del río Magdalena, mientras que entre las cordilleras central y occidental está el valle del río Cauca, un poco más chico. En Ecuador, las cordilleras oriental y occidental “tan solo” están separadas por un valle longitudinal que promedia 2000 m de elevación. La avifauna en cada cordillera es distinta, como dicta la intuición, porque han estado separadas durante millones de años por barreras geográficas infranqueables. Las comunidades de aves de la vertiente amazónica (de la cordillera oriental) son hasta un 25% distintas de aquellas de la vertiente pacífica (de la cordillera occidental). Para aumentar la complejidad, hay varios valles y depresiones que segmentan a los Andes en sentido este-oeste / oeste-este. Algunos son tan bajos que aíslan complejos montañosos completos como la Sierra Nevada de Santa Marta (en Colombia) o la serranía de Perijá (entre Venezuela y Colombia). Otros dividen a los Andes en regiones biogeográficas distintas, como los profundos valles de los ríos Marañón o Urcubamba (en Perú). Y otros, menos dramáticos, constituyen límites geográficos en la distribución de especies o separan especies emparentadas. Unos pocos ejemplos son los valles de los ríos Patía (Colombia), o los ríos Chota, Pastaza y Zamora (Ecuador). Esta complejidad resulta en un fascinante recambio geográfico de especies y en patrones de endemismo derivados del aislamiento geográfico y ecológico todavía más fantásticos. En el extremo del endemismo está la Sierra Nevada de Santa Marta, que supera las veinte especies endémicas en una serranía pequeña en comparación con el macizo andino. Luego, el endemismo se repite en porciones pequeñas de los
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Bird diversity in paramos and jalcas is low when compared to forested ecosystems, but some special species occur therein. The Curve-billed Tinamou, castaneros (genus Asthenes) and cinclodes (genus Cinclodes) sneak among grass tussocks, while gaudy hummers sip nectar from archetypical paramo flowers (three species of helmetcrests in frailejones, or five species of hillstars in chuquiraguas). Further, Polylepis woodlands –a special kind of forest growing in patches among paramos and jalcas– have a number of bird species tightly associated, including the Giant Conebill and Tit-like Dacnis. It is interesting to note that there are more bird species associated to Polylepis woodland in Peru and Bolivia, where these woodland patches are larger and floristically more diverse. Ecosystems forming a transition between paramos and forests –called treeline ecotone by ecologists– support an interesting assembly of birds, several of which are absent or at least very rare outside this ecotone. Cotingas of the genus Doliornis, some chat-tyrants, the Masked Mountain-Tanager, the lovely Crescent-faced Antpitta, the Mountain Avocetbill and hummingbirds of the genera Coeligena, Eriocnemis and Metallura. Species diversity starts to grow towards more forested, lower elevation areas, with increasing species turnover. Some of the most representative Andean genera have one or two species in treeline, then other species replacing them below this ecotone, and again other species replacing them further down towards the subtropics. Examples of this turnover process include Atlapetes brush-finches, Anisognathus mountain-tanagers, Grallaria antpittas, Scytalopus tapaculos, Eriocnemis pufflegs, Diglossa flowerpiercers, Megascops screech-owls, Pipreola fruiteaters, Basileuterus warblers, and more. Species replacement is not mathematical. This means that often closely related and alike species concur. How do they manage to coexist? Are they competing for resources? Which factors drove their diversification under similar ecological circumstances? Species diversification in the Andes unveils more questions than the answers scientists can provide! Now, lets take a break, as if we were watching birds in an Andean forest, and shift into the next topic –bird diversity by regions– before a mixed species flock suddenly disrupts our relaxation and offers twenty or thirty species simultaneously! Overall, the Andean region has near 1,800 species of birds. It can result quite unbelievable if looking over the Andes on a map. However, we will get a better idea if we study its complex geology in further detail, or if we make a journey across its intricate landscapes. We all know now that the Andes are not a continuous range. As explained before, the northern Andes are divided in three cordilleras in Colombia and two in Ecuador. The vast tropical valley of the Magdalena River runs between the East and Central Andes of Colombia, whereas the narrower Cauca River valley runs between the Central and West Andes. In Ecuador, a long valley lying approximately at 2,000 m above sea level separates the East and West Andes. Bird communities in each cordillera differ because they have been isolated during millions of years by impassable geographical barriers. This means that roughly 25% of birds occurring in the Amazonian slopes of the East Andes do not range into the Pacific slopes of the West Andes. To make things even more complicated, several valleys and depressions slice the Andes in east-west / west-east direction. Some valleys are so low that they completely isolate entire mountain ranges like the immense Sierra Nevada de Santa Marta (in Colombia) or the lower Serranía de Perijá (between Venezuela and Colombia). Other depressions like that of the Marañon and Urcubamba rivers split the Andean range in different biogeographic regions. Other less dramatic depressions represent geographic limits to species distributions or separate closely related species. A few examples include the Patía River (in Colombia) or the Chota, Pastaza and Zamora rivers (in Ecuador). Patterns of geographic species replacements are fascinating, as well endemism resulting from isolation by geographic or ecological barriers. An extreme example of endemism is the Sierra Nevada de Santa Marta, with more than twenty species totally confined to this mountain range, which is small if compared to the colossal Andes. Noteworthy endemism also occurs in small mountain ranges (Perija Thistletail); minute portions of the Andes (examples abound); or very limited, dry Andean valleys (Antioquia Wren). Distinctive and diverse genera of Andean birds – many of them already mentioned to illustrate altitudinal species turnover– are also good examples of geographic replacement and regional endemism. To mention just a few: antpittas (Grallaria and Grallaricula), tapaculos (Scytalopus), finches and brushfinches (Arremon and Atlapetes), spinetails (Synallaxis), hemispinguses (Hemispingus),
Andes como cordilleras aisladas (Chamicero de Perijá); secciones de los Andes (los ejemplos abundan); o valles secos (Cucarachero Paisa). Los géneros más diversos y representativos de los Andes, muchos de los cuales mencionamos ya al referirnos al reemplazo altitudinal, son excelentes ejemplos del recambio geográfico y el endemismo regional. Aquí unos pocos ejemplos: tororoi (Grallaria y Grallaricula), tapaculos (Scytalopus), pinzones (Arremon y Atlapetes), colaespinas (Synallaxis), hemispingos (Hemispingus), cachuditos (Anairetes), canasteros (Asthenes), ángeles (Heliangelus), brillantes (Heliodoxa), tangaras (Iridosornis) e incas (Coeligena). Como si se tratara de un rompecabezas, la distribución de una especie termina en una región determinada de los Andes y es sustituida por la distribución de otra especie. Y así sucesivamente. Hagamos otra pausa. Resumir la diversidad de aves en los Andes puede resultar tan complicado como descifrarla. Hablar de ella puede tomar muchos caminos. Referirse, por ejemplo, a su ecología, a las adaptaciones que han adoptado las especies para subsistir en esta compleja región. Mencionar sus relaciones con los humanos que también habitamos en los Andes. Desde relaciones místicas (el Cóndor Andino en la cosmovisión de los pueblos) hasta relaciones de uso. Desde vínculos culturales (aves andinas en la iconografía de pueblos ancestrales o en nuestra cultura contemporánea) hasta los esfuerzos que hacemos por preservarlas. Más aún si pretendemos hablar sobre los impactos de nuestras actividades en las aves silvestres: la cacería indiscriminada, el tráfico de vida silvestre. Y, sobre todo, la pérdida y deterioro de sus hábitats que ocasiona nuestro crecimiento urbano, agrícola e industrial, y nuestra avidez por recursos mineros y combustibles del subsuelo. Todos estos temas quedarán para una próxima ocasión. Por ahora, disfrutemos de las fotos que vienen. Hagamos de ellas nuestro primer paso hacia los escenarios donde se las puede disfrutar en vivo. Y, después, dejémonos llevar por el placer de observarlas.
tit-tyrants (Anairetes), canasteros (Asthenes), sunangels (Heliangelus), brilliants (Heliodoxa), tanagers (Iridosornis), and incas (Coeligena). As in a puzzle, the distribution of one species starts where the distribution of another one ends, and so on. Ok. A new pause seems compulsory. Summarizing bird diversity in the Andes can be as difficult as deciphering it. Talking about it can take several pathways. For instance, discussing bird ecology and the adaptations Andean birds have developed in order to survive in such a complex region. Or arguing about birds’ relations with people living in the Andes; from mystic associations (the importance of the Andean Condor for Andean civilizations) to utilitarian relations; from cultural links (birds in the iconography of ancient or contemporary cultures) to present-day conservation efforts. Likewise, debating about the effects of human activities on wild birds: overhunting and illegal pet trade; and even worse, habitat loss and deterioration caused by urban, agricultural and industrial expansion, and our voracious demand for non-renewable oil and mining resources. All these topics, though, will be examined later. Now we should simply enjoy the following photos. I believe this book will represent a big step towards getting to know those natural areas out there where birds thrive, and then, to the opportunity to fully delight in seeing them in real life.
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C贸ndor Andino / Andean Condor
Vultur gryphus
Venezuela hasta / to Chile + Argentina.
Tangara Verde / Grass-green Tanager
Chlorornis riefferii
Colombia hasta / to Bolivia. Colibr铆 Picoespada / Sword-billed Hummingbird
Ensifera ensifera
Venezuela hasta / to Bolivia.
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Rascón de Bogotá / Bogota Rail
Rallus semiplumbeus
Altiplano / plateau Bogota; endémico / endemic Colombia. Becasina Noble / Noble Snipe
Gallinago nobilis
Venezuela hasta / to Ecuador.
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Tororito Cariluna / Crescent-faced Antpitta
Grallaricula lineifrons
S Colombia hasta / to S Ecuador. Subepalo Perlado / Pearled Treerunner
Margarornis squamiger
Venezuela hasta / to Bolivia.
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LA FUERZA DEL MIRLO
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THE POWER OF THE THRUSH
Fotografiaba colibríes alimentándose de las estoicas flores altoandinas en los fríos y desolados páramos sobre 4000 m de altitud, en las mismísimas faldas del majestuoso volcán Cotopaxi, cuando me sorprendió una pelea entre una hembra de Mirlo Grande (Turdus fuscater) y una hembra de Pinzón Serrano Plomizo (Phrygilus unicolor). Cuando la pinzón parecía escapar, un macho se unió a su pareja y trabajaron en equipo para capturarla. Por momentos parecía que la pinzón conseguía dar la lucha, pero al final fue derrotada por los mirlos, que terminaron matándola. Esta es la especie más grande de mirlo en el Neotrópico y es una especie muy adaptable, como lo demuestra su exitosa conquista de varias ciudades andinas. Esta adaptabilidad se sostiene en una dieta variada de invertebrados, frutas y pichones de otras aves. Sin embargo, este es el primer registro documentado de cacería de un ave adulta por parte del gran mirlo. Murray Cooper
In the cold, windswept paramos above 4,000 m at the base of the majestic Cotopaxi volcano, I was working on hummingbirds feeding on the hardy paramo flowers when this fight between a female Great Thrush (Turdus fuscater) and a female Plumbeous Sierra-Finch (Phrygilus unicolor) broke out around me. Just as the finch seemed to be escaping, the thrush was joined by her mate, working in tandem to trap the finch. At times, the finch seemed to be fighting back, but in the end it was overpowered by the two thrushes that eventually killed it. This species is by far the largest thrush in the Neotropics and an extremely adaptable bird –as shown by its success in surviving Andean cities. Such adaptability is helped by its varied diet of terrestrial invertebrates, fruits and nestlings. This is, though, the first known record of the Great Thrush hunting and killing an adult bird. Murray Cooper
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Colacintillo Colinegro / Black-tailed Trainbearer
Lesbia victoriae
Colombia hasta / to PerĂş.
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SolĂĄngel Chico / Little Sunangel
Heliangelus micraster
S Ecuador hasta / to PerĂş. Zamarrito Pechidorado / Golden-breasted Puffleg
Eriocnemis mosquera
Colombia hasta / to N Ecuador.
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Barbudito Verde / Green-bearded Helmetcrest
Oxypogon guerini
Cordillera E / endĂŠmico / endemic Colombia. Metalura Verde / Viridian Metaltail
Metallura williami
Colombia hasta / to S Ecuador.
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DUELO INCA
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INCA DUEL
El Inca de Collar (Coeligena torquata) es uno de los colibríes andinos más territoriales. La longitud de su pico le da aspecto de espadachín, más que de peleador de lucha libre, como el colibrí Colicerda retratado en la página 108. La gente siempre se sorprende que estas pequeñas gemas con alas sean en realidad tan belicosas. Se enfrascan en agresivas disputas debido a su naturaleza territorial, aunque imagino que su beligerancia aumenta por la exagerada ingestión de agua azucarada en los bebederos artificiales. La defensa de territorios (o bebederos) suele ser más intensa entre machos. Sin embargo, vale tomar en cuenta que en la imagen de la página opuesta el pleito es entre un macho y una hembra.
The Collared Inca (Coeligena torquata) is one of the most territorial of Andean hummingbirds. Thanks to its long bill, it tends more toward a sword-fighting style than the clenching “smack-down” technique of the thorntail shown on page 108. People are always surprised to learn that these cute little winged-jewels can get themselves into such aggressive battles, due largely to their territorial nature – but I imagine also fueled by their change in diet with the advent of sugar-water feeders. The defending of territories (or feeders) is generally between males, but it is interesting to note –in the image on the opposite page– that the duels can be between a male and a female!
Murray Cooper
Murray Cooper
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Picoespina DorsipĂşrpura / Purple-backed Thornbill
Ramphomicron microrhynchum Venezuela hasta / to PerĂş.
Estrella Ecuatoriana / Ecuadorian Hillstar
Oreotrochilus chimborazo
S Colombia hasta / to S Ecuador.
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Rayito Brillante / Shining Sunbeam
Aglaeactis cupripennis
Colombia hasta / to Perú. Colacintillo Colinegro / Black-tailed Trainbearer
Lesbia victoriae
Colombia hasta / to Perú. Rayito Brillante / Shining Sunbeam
Aglaeactis cupripennis
Colombia hasta / to Perú.
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ColibrĂ Herrero / Sparkling Violetear
Colibri coruscans
Venezuela hasta / to Argentina.
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Inca Buchirrosado / Blue-throated Starfrontlet
Coeligena helianthea
Venezuela hasta / to N Colombia. Metalura Neblina / Neblina Metailtail
Metallura odomae
S Ecuador hasta / to N PerĂş.
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SUBTRÓPICO
SUBTROPICS
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SUBTRÓPICO
SUBTROPICS
Por: Juan Manuel Carrión
By: Juan Manuel Carrión
La presencia de la cordillera de los Andes, esa columna vertebral geológica de la América del Sur, permite el aparecimiento del subtrópico. Las montañas tropicales potencian la existencia de múltiples tipologías bioclimáticas y ecológicas, cada una caracterizada por sus propios elementos de flora y de fauna, que convierten a los Andes tropicales –en la porción que abarca Colombia, Ecuador y Perú– en una de las regiones más ricas en biodiversidad del planeta. Montañas en el trópico, es la clave para entender la riqueza vital enorme de los países tropandinos. Las montañas en el trópico producen un fenómeno sencillo de explicar: el factor altitudinal modifica al latitudinal; conforme ascendemos la temperatura media – cálida en la franja tropical– va descendiendo, y podemos experimentar transiciones que nos llevan de la selva al hielo. En Ecuador, por ejemplo, la ruta que recorre el paralelo cero arranca desde las playas y bosques tropicales húmedos de la Costa, asciende al valle interandino temperado en la Sierra, muy cerca de la ciudad de Quito, sigue subiendo hasta los fríos glaciares del nevado Cayambe, y desde allí baja abruptamente hacia la gran cuenca amazónica. Es una ruta que pasa por más de 20 regiones ecológicas en apenas 350 km en línea recta. En el nevado Cayambe está el único punto geográfico en el planeta en el que es posible marcar simultáneamente y permanentemente en 0° de latitud, 0° de temperatura. El subtrópico se puede definir, de manera general, como el eslabón que conecta o marca la transición entre las regiones tropicales bajas y las regiones temperadas altas. El subtrópico ocupa terrenos de difícil orografía: los flancos externos de la cordillera, sumamente escarpados, en donde el paisaje se aprecia como una sucesión de pliegues de montaña, casi verticales, cubiertos por un exuberante manto verde y surcados por impetuosos torrentes y cascadas. El subtrópico andino es como una pared contra la cual chocan las nubes que son empujadas por el viento desde las regiones tropicales bajas. Aquí, esas nubes se “estacionan” y producen el fenómeno de la neblina que envuelve como con un manto casi permanente al paisaje. Otro nombre genérico para referirse al subtrópico es bosque nublado, justamente por la prevalente presencia de neblina. La casi vertical orografía del subtrópico ha sido una aliada en términos de conservación, pues ha sido una poderosa limitante que ha dificultado la explotación maderera, permitiendo que se mantenga la cobertura vegetal propia. El manto vegetal lo componen árboles de alto porte entre los que sobresalen cedros, palmas, guarumos y muchísimos más, cuyas ramas suelen estar cubiertas por gran cantidad de epifitas; sobre una gruesa capa de musgo crecen bromelias y orquídeas. La diversidad avifaunística del subtrópico es sorprendente. Por ejemplo, en el valle de Tandayapa, muy cerca a Quito, en donde resido, en apenas 50 hectáreas de superficie se han registrado 180 especies, y en todo el valle, que abarca menos de 5000 hectáreas, están presentes más de 300 especies. Hay sitios de observación en donde en un solo árbol de guabo (Inga sp.) en floración se han contado hasta quince especies diferentes de colibríes casi al mismo tiempo. Las tangaras del género Tangara también son abundantes. Suelen moverse en bandadas mixtas y muchos individuos, explorando los árboles con frutos y cobrando también algunos insectos. Entre las aves más destacables, aquellas que se roban el show y el corazón de los observadores de aves, están el Gallo de la Peña Andino. Los tucanes son otro de los atractivos emplumados del subtrópico. Suben saltando entre las ramas en busca de frutos y a veces, sorpresivamente, salen del interior de un tronco ahuecado en donde están anidando. Los trogones, quetzales y momotos constituyen otra presencia embrujadora entre las aves subtropicales; a veces aceptan la presencia cercana de los observadores y hasta parece que, con sus pausados movimientos de la cabeza, están mostrando sus mejores ángulos para una buena fotografía. Rapaces majestuosas, patos que desafían al más audaz nadador contracorriente, aves que cantan con las alas –como el Saltarín Alitorcido–, tororois que se camuflan con la hojarasca –pero que están dispuestas a salir hacia un claro para recibir una lombriz de la mano humana que los protege; garzas, martines pescadores, loros, pájaros carpinteros y muchos, muchos más seres hermosamente emplumados son los habitantes de estos bosques aferrados a las paredes rocosas de las estribaciones andinas. Parafraseando al poeta quiteño Jorge Carrera Andrade: “Hay tantas alas en vuelo… que alzan América al cielo”.
The Andean cordillera, the geological backbone of South America, allows for the existence of subtropical forests. Tropical mountains foster the occurrence of various bioclimatic and ecological elements, each one with its own species of flora and fauna. As a result, the Tropical Andes –Colombia, Ecuador and Peru– harbor the richest biological diversity on Earth. Mountains in the tropics, that is the key to understand the tremendous diversity of life in this region. Tropical mountains produce a pretty straightforward effect: elevation alters latitude. If we move upwards along Andean slopes, mid temperature –which is warm in tropical latitudes– descends, shifting from wet jungles to ice. In Ecuador, the equatorial line crosses from the beach through humid tropical forests, to temperate Andean valleys close to Quito; then up to the bone-chilling glaciers of Cayambe Volcano, and finally down to the vast Amazon basin. This parallel goes through more than twenty ecological regions in barely 350 straight kilometers. The Cayambe Volcano is the one place on Earth where we can mark down 0° in latitude and 0° Celsius in temperature. The subtropical zone can be broadly defined as the link between the tropical lowlands and the temperate Andean zone –or, actually, as the transitional zone. The subtropics are found in rough terrain of the steep outer slopes of the Andes, where the landscape looks like a series of mountain folds, some nearly vertical, clad in evergreen forests and carved by rushing rivers and waterfalls. This region of the Andes acts as a wall against which clouds coming from the lowlands collide. Clouds stay trapped in the subtropics, creating misty conditions that prevail in this zone, which is also consequently known as cloud forest. The steep topography of the subtropics has been crucial for its conservation since it has hindered timber extraction and favored the continued existence of native forests. Forests comprise tall trees like cedar, palms, cecropias, and many more, which support myriads of epiphytes and thick layers of bromeliads and orchids. Bird diversity in the subtropics is outstanding. The Tandayapa Valley, near to Quito –where I actually live– has up to 180 species in roughly 123 acres, and more than 300 species in the entire valley, which barely exceeds 12,300 acres. In some places, a single flowering Inga tree might accommodate up to fifteen hummingbird species simultaneously! Tanagers of the genus Tangara are also abundant. They often travel in mixed-species flocks, gleaning insects among foliage and picking fruits from trees. Some truly superb and famous species, and ones that get to birders’ hearts, include the Andean Cock-of-the-Rock. Toucans are another attractive subtropical bird. They leap between branches searching for fruit, or can rapidly emerge from the tree hole where they nest. Trogons, quetzals and motmots are other enchanting bird shadows of subtropical forests. Sometimes they allow observers to come close, seeming as if they were performing for the photographers with leisurely head movements, displaying their best poses. Imposing raptors; courageous torrent-ducks that challenge the strong currents; antpittas camouflaged within the leaf-litter, but ready to receive earthworms from the friendly human hand that protects them; herons, kingfishers, parrots, woodpeckers... and many, many more beautifully feathered creatures that dwell in these forests growing on the steep mountains and outcrops of the Andes. Paraphrasing the eminent Ecuadorian poet Jorge Carrera Andrade: “So many wings in flight…that they lift America into the sky”.
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Tangara Nuquidorada / Golden-naped Tanager
Tangara ruficervix
Estribaciones / slopes Andes Colombia hasta / to Bolivia.
Yumbo / Toucan Barbet
Semnornis ramphastinus Estribaciones O Andes / W Andean slopes Colombia hasta / to N Ecuador. Tucรกn Andino Piquilaminado / Plate-billed Mountain-Toucan
Andigena laminirostris
Estribaciones O Andes / W Andean slopes Colombia hasta / to N Ecuador.
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Colibrí Maravilloso / Marvelous Spatuletail
Loddigesia mirabilis
Utcubamba, endémico / endemic Perú. Colibrí Cola de Raqueta / Booted Rackettail
Ocreatus underwoodii
Estribaciones / Slopes Andes Venezuela hasta / to Bolivia.
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Clorofonia Nuquiazul / Blue-naped Chlorophonia
Chlorophonia cyanea
Amplia distribución Sudamérica / Widespread South America. Tangara Coroniazafrán / Saffron-crowned Tanager
Tangara xanthocephala
Estribaciones / Slopes Andes Venezuela hasta / to Bolivia.
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Eufonia Ventrinaranja / Orange-bellied Euphonia
Euphonia xanthogaster
Amplia distribución / Widespread. Trogón Collarejo / Collared Trogon
Trogon collaris
Amplia distribución tropical / Widespread in tropics. Gavilán Barreteado / Barred Hawk
Morphnarchus princeps
Montañas / Highlands Panamá hasta / to N Perú.
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Tangara DorsipĂşrpura / Purplish-mantled Tanager
Iridosornis porphyrocephalus
Estribaciones / Slopes O / W Andes Colombia hasta / to N Ecuador.
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Pico de Hoz Puntiblanco / White-tipped Sicklebill
Eutoxeres aquila
Costa Rica hasta / to N Perú. Picoguadaña Piquipardo / Brown-billed Scythebill
Campylorhamphus pusillus
Montañas / Highlands Panamá hasta / to N Perú.
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GALLO DE LA PEÑA
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COCK-OF THE ROCK
Sin duda alguna, el Gallo de la Peña Andino (Rupicola peruvianus) es una de las aves más coloridas, impactantes, bulliciosas y cautivadoras del Neotrópico. Un ave casi mítica para muchos, puede sorprendernos cuando, al caminar aún en la penumbra del amanecer, escuchamos por primera vez sus extrañas vocalizaciones: una cacofonía intrigante que revela la presencia de sombras –que al principio parecen fantasmas– escurriéndose en la neblina. Entre ramas decoradas por musgos, miles de orquídeas y bromelias, con los primeros rayos de luz se vislumbra una silueta que parece emanar un color fosforescente desde adentro: rojo o naranja (dependiendo de donde uno se encuentre en los Andes). La vista se satura y la mente tiene problemas en procesarlo. En sitios muy especiales, casi todas las mañanas y tardes varios machos se unen para bailar y exhibir sus coloridas plumas entre ellos. Sin duda, la emoción de la acción es provocada por una hembra que se acerca a buscar un romance fugaz. Las crestas, picos y aleteos se mueven en cierta sincronía con los cantos y este espectáculo se perpetua con el comienzo de cada día. Alejandro Solano-Ugalde
Undoubtedly, the Andean Cock-of-the-Rock (Rupicola peruvianus) is one of the most strikingly colored, noisy and charming birds in the Neotropics. A near mythical bird for some people, it can astonish us when its uncanny calls are heard for the first time while hiking across the forest under dawn’s dim light. Like ghosts screaming in the mist, the cock-of-the-rock shadows are disclosed by their loud cacophony. Then, with the first beam of sunlight these shadows appear to radiate a stunning red or orange glow (depending on which side of the Andes you are), while perching on moss-laden branches nicely decorated with tons of orchids and bromeliads. Your eyes will be surprised; your mind will work hard to assimilate. Cock-of-the-Rocks select special locations wherein several males clump together to dance and display their colorful dresses. Certainly, all this frantic activity is inspired by a visiting female, which is pursuing a fleeting romance. Crests, bills, and wings are waggled synchronously with calls: an exhibition that is repeated again day after day. Alejandro Solano-Ugalde
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Coronita Pechicastaña / Chestnut-breasted Coronet
Boissonneaua matthewsii
Estribaciones / Slopes Andes Colombia hasta / to N Perú. Colibrí Jaspeado / Speckled Hummingbird
Adelomyia melanogenys
Estribaciones / slopes Andes Venezuela hasta / to Bolivia.
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Tucán Andino Piquinegro / Black-billed Mountain-Toucan
Andigena nigrirostris
Estribaciones / Slopes Andes Venezuela hasta / to N Perú. Tucán Chocó / Chocó Toucan
Ramphastos brevis
Estribaciones / Slopes O / W Colombia hasta / to Ecuador.
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ENDÉMICAS DE SANTA MARTA
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SANTA MARTA ENDEMICS
Entre las zonas del neotrópico con la mayor concentración de especies de aves endémicas –con áreas de distribución pequeñas– se encuentra la afamada Sierra Nevada de Santa Marta, al norte de Colombia. En las mentes de naturalistas, atrevidos expedicionarios y últimamente un importante y creciente número de observadores de aves, se repiten nombres de aves tan peculiares como el Tucancito de Santa Marta, la Tangara de Santa Marta, el Rumbito de Santa Marta, etcétera… Santa Marta, Santa Marta, Santa Marta, casi como un mantra, se labra el nombre de esta importante cordillera. Los números varían, pero lo que impresiona es que existen casi veinte especies de aves que viven allí y en ningún otro lugar del planeta. Esta impresionante biodiversidad se complementa con una de las más bellas vistas cuando se tiene el placer de, a más de deleitarse con sus aves, observar el atardecer desde un mirador y deleitarse con la vista panorámica del mar Caribe!
Of the richest Neotropical regions in terms of endemism –species with small distribution ranges– is the renowned Sierra Nevada de Santa Marta, in northern Colombia. Naturalists, fearless explorers and, in recent times, an important and burgeoning number of bird watchers cannot flee from the echoing words ‘Santa Marta’ in bird names: Santa Marta Toucanet, Santa Marta Mountain-Tanager, Santa Marta Woodstar, etcetera… Santa Marta, Santa Marta, Santa Marta... the name keeps sticking in our minds like a mantra. Figures vary according to different authors, but roughly twenty bird species occur in these mountains and nowhere else in the world. Santa Marta’s impressive biodiversity is coupled with the dazzling panoramic view of sunset from a lookout facing the Caribbean Sea!
Alejandro Solano-Ugalde
Opp.: White-tipped Quetzal (Pharomachrus fulgidus); Left: Santa Marta Toucanet (Aulacorhynchus lautus); Right: Santa Marta Mountain-Tanager (Anisognathus melanogenys).
Op.: Quetzal Dorado (Pharomachrus fulgidus); Izq.: Tucancito de Santa Marta (Aulacorhynchus lautus); Der.: Tangara de Santa Marta (Anisognathus melanogenys).
Alejandro Solano-Ugalde
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Monja Cariblanca / White-faced Nunbird
Hapaloptila castanea
Estribaciones / Slopes Andes Colombia hasta / to N PerĂş. Tangara Berilina / Beryl-spangled Tanager
Tangara nigroviridis
Venezuela hasta / to Bolivia.
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Cuervo Higuero Golirrojo / Red-ruffed Fruitcrow
Pyroderus scutatus
Amplia distribuci贸n Sudam茅rica / Widespread South America.
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BOSQUE TROPICAL
LOWLAND TROPICS
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BOSQUE TROPICAL
LOWLAND TROPICS
Por: Alejandro Solano-Ugalde
By: Alejandro Solano-Ugalde
La gran gama de imponentes bosques que colectivamente son conocidos como el Neotrópico se pueden encontrar desde el sur de México, a través de Centroamérica y gran parte de Sudamérica, incluyendo las placenteras islas del Caribe. Es aquí donde distintas fuerzas geológicas, en combinación con factores bioclimáticos, han dado origen a un rico paisaje en donde ha evolucionado una diversidad de aves casi incontable. ¡Más de 3000 especies! convierten al Neotrópico, sin duda alguna, en la región con mayor riqueza de especies del planeta. Dentro de esta vasta región existe una enorme diversidad de ambientes y tipos de bosques. Para mencionar algunos ejemplos extremos, tenemos las selvas súper húmedas del Chocó colombiano y los desiertos del norte de Perú. Cuando pensamos más en detalle, por ejemplo en las tierras bajas neotropicales, muchas son las imágenes que se vienen a nuestra mente. Sin duda, nuestra memoria nos trasladará a lugares carismáticos, con exuberante vegetación de todas las formas, colores y hasta sabores posibles. De esta compleja y única estructura boscosa, muchos son los ejemplos que evocan nuestras amigas aladas: ¡las aves! Entre las copas de árboles gigantes –a los que me gusta llamar los verdaderos edificios inteligentes– habitan miles de aves; entre ellas, varias miniaturas que llenan el bosque de color, agilidad y alegría. El auténtico gozo está con quien haya disfrutado del súbito destello de un colibrí y en la impresión que este destello nos deja mientras visita con agilidad las más bellas e interesantes flores que adornan un bosque. Como un rayo, batiendo las alas muchas veces más rápido que el latido de nuestro corazón, esta “nano-tecnología” sustentable brinda servicios de polinización a cientos de plantas: desde las fantásticas flores de bromelias que cuelgan a 30 ó 40 m de altura, hasta parches densos en la penumbra del interior del bosque. En estos parches proliferan las platanillas, a las cuales acuden colibríes tan peculiares que llevan el nombre de ermitaños. Tan excepcional es la belleza del plumaje de los colibríes que –lamentablemente– en siglos pasados la moda europea exhibía estas joyas aladas en sombreros de gente que lucía sí, orgullosa, su estatus social… En las páginas que vienen podemos disfrutar, libres de culpa, destellos de complejos colores creados por la fusión de pigmentos y estructuras celulares. Esta combinación única, que prácticamente solo tienen estas curiosas aves, han inspirado al célebre ornitólogo ecuatoriano, Fernando Ortiz Crespo, a sugerir que se cambie el nombre de nuestro continente de América a ¡Colibria! En las siguientes páginas tenemos otra oportunidad única: transportarnos a las selvas húmedas del Chocó, pasear por sus exóticos paisajes donde es posible encontrar al afamado pájaro sombrilla desplegando estructuras y sonidos casi indescriptibles durante su asamblea de cortejo. El macho de esta especie, de apariencia casi bizarra, exhibe un peinado al estilo Elvis Presley y una corbata pendular colgando de su cuello. Es un magneto tanto para investigadores como para observadores de aves. Dichosamente, esta ave ha servido como una especie sombrilla para la conservación. Este término significa que con la conservación de los bosques donde vive una especie generalmente grande y carismática se logra proteger a cientos sino miles de otras especies con las cuales comparte su casa. Viajando hacia el norte, donde viven aves tan raras como el Hormiguero de Magdalena, esta el gigante valle del Magdalena. Aquí se encuentran otras bellas aves como la Lora Cabeza de Azafrán, que con suerte aún se puede encontrar en pequeñas bandadas que vuelan rápidamente entre las copas de los árboles. Su canto es algo estridente y parece emitir un mensaje de alegría, aunque al tiempo de melancolía por la conservación de esta zona vulnerable. Al otro extremo, el son de latitudes más australes nos transporta a sitios con bosques secos y sorprendentes aves que habitan islas de bosque en medio de los extensos desiertos del norte peruano. Entre milenarios algarrobos se pasean aves especiales como la Cortarramas Peruana. Esta especie emite uno de los cantos más peculiares, que dan un panorama acústico único y contrastante con sus áridos alrededores. Su nombre describe el comportamiento de este ave poco común: casi 100% de su dieta es vegetariana, aunque la complementa con algunas bayas y unos pocos insectos. Sin embargo –y sin lugar a dudas– no debemos de perder de vista la imponente idea de las casi interminables selvas amazónicas con guacamayas revoloteando
The broad range of spectacular forests collectively known as the Neotropics run from southern Mexico through Central America, south through most of South America, including the picturesque Caribbean islands. Several geological processes and bioclimatic factors have shaped a complex landscape where a prolific diversity of birds have evolved -more than 3,000 species- that make the Neotropics the richest region in the world bird wise. A wide array of landscapes and tropical forest types exist in the Neotropical region; to mention just a few, we have the super humid rainforest of the Colombian Chocó or Amazon, and then the contrasting dry, desolate deserts of northern Peru. If we muse over Neotropical lowlands in more detail, hundreds of images come to mind as we remember that magical place, so full of luxuriant vegetation and as many shapes, colors, and even flavors, as imaginable. An abundance of feathered creatures –our friendly birds– are a vivid part of that memory from these complex and unique forests. Atop gigantic trees –which I like to call the true intelligent buildings– plenty of birds thrive, including several miniatures that fill the forest with their colors and movement. True magic is enjoying the sudden glow of a hummingbird and the sensations that iridescence triggers in us, while it nimbly visits the luxurious flowers that decorate these forests. Like rays of light, that flap their wings over a 100 times a second, these tiny “sustainable nanotechnology-beings” provide pollination services to hundreds of plant species: from striking bromeliads hanging 30 to 40m up in the canopy, to dense flower stands in the dim understory where heliconia plants abound -visited by a hummingbird group collectively named hermits. Hummingbirds are so flashy that a century ago they were regrettably sold as a fashion accessory in Europe: to be exhibited as jewels on stylish hats that fancy people wore so futilely. In the forthcoming pages we can naturally enjoy the shimmering colors of hummingbirds, created by the combination of pigments and cellular structures. This unique combination, a prime feature of a “hummer” (called Colibrí in Spanish), inspired the prominent Ecuadorian ornithologist Fernando Ortiz Crespo to suggest that we change our continent’s name from America to Colibria! Being transported into the wet rainforest of the Chocó, we have another exceptional chance to ramble through an exotic landscape, this one home to an even more exotic bird -the Long-wattled Umbrellabird. This opulent, large bird displays an odd dress and utters nearly inconceivable sounds during its courtship ritual. The eccentric male umbrellabird with it’s Elvis Presley hairdo and pendulous, feathered tie hanging from its neck, is a magnet for ornithologists and bird-watchers alike. Gladly, it has been used as an “umbrella species” to foster conservation of biodiversity, meaning that the protection of thousands of poorly known species is granted through the saving of habitats where large and charismatic species like the umbrellabird live. If we then move to more northerly latitudes, we arrive to an area where rare birds like the Sooty Ant-Tanager occur. The vast Magdalena Valley is also home to other beauties like the Saffron-headed Parrot, which is irregularly found in small, fastflying flocks that move across the forest canopy. Its calls are quite raucous, and seem to transmit a cheerful message –though sorrowful at the same time, given the critical environmental situation of the valley. Continuing in the other direction from the equator to more southerly latitudes, we will get to dry tropical forests, with exquisite birds that live in forest islands that survive amidst the large deserts of northern Peru. The Peruvian Plantcutter inhabits the millenarian mesquite forests of this region, where its peculiar calls provide a unique acoustic atmosphere to its arid surroundings. This endangered birds name describes an uncommon behavior: nearly 100% of its diet is herbivorous, complemented with only a select few berries and insects. Without a doubt, Amazonian rainforest cannot be left out when talking about the Neotropics -this vast, endless-looking expanse of wet jungle with macaws flying above emergent trees that measure 40, 50 and even 60m tall! In a flash, a super-
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entre las copas de gigantes de 40, 50 ó ¡hasta 60 m de estatura! De repente, ver pasar con su vuelo fugaz a un Halcón Pechinaranja que arrebata una de las últimas y poco precavidas guacamayas de la bandada. El acto de depredación, la polinización, la dispersión de semillas y toda una ecología compleja nos cautiva mientras admiramos aves tan sorprendentes como el Hoatzín, un ser de apariencia casi prehistórica, al que algunos estudiosos relacionaron con los fósiles más antiguos, que sugieren el punto de inicio de la evolución de las aves. La visión de la mega-diversidad no podría ser completa sin mencionar contrastes tan interesantes como las colonias de aves marinas de la costa Caribe sudamericana. Allí, año tras año se congregan cientos de miles de aves. Desde las residentes, que viven allí durante todo el año, hasta las migratorias que viajan todo el continente sin pasaporte o visa alguna, dándonos así el sentimiento más puro de libertad absoluta. Más al sur, ahora en la costa Pacífica, las enormes bandadas de Piqueros de Patas Azules deslumbran al visitante que se pasee por las costas ecuatoriales bañadas por la generosa corriente fría de Humboldt. En estas costas, cientos de gaviotas, gaviotines, cormoranes y muchas más aves decoran las olas y brizas marinas. Aunque sintamos una admiración y fascinación innatas por perpetuar la magnificencia de las tierras bajas del Neotrópico, tanto los bosques secos como las selvas húmedas enfrentan actualmente serios retos. Desafortunadamente, la sobrevivencia de muchas aves tropicales está seriamente afectada por prácticas productivas que depredan los recursos hasta agotarlos. Hemos llegado al punto en que más de una cuarta parte de la bella avifauna que caracteriza a esta gran región se considera en algún grado de amenaza. En conjunto, debemos motivar o tomar acciones para fomentar la conservación de este importante e irreemplazable legado planetario. Tomar este viaje fotográfico fomentará nuestra necesidad de proteger la naturaleza; ¡disfrutemos del viaje!
Tucán Mandíbula Negra / Black-mandibled Toucan
Ramphastos ambiguus
Amplia distribución / Widespread.
Hoatzín / Hoatzin
Opisthocomus hoazin Amazonía Venezuela + Guyana hasta / to Bolivia.
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speedy Orange-breasted Falcon will dive into the flock, attempting to take out any inattentive macaws. Depredation events, along with pollination, seed dispersal, and other ecological aspects fascinate us while observing birds as dazzling as the Hoatzin. This bird looks almost prehistoric; and several ornithologists have allied it with very ancient fossils, representing the starting point in the evolution of birds. In order to complete our overview of tropical megadiversity, we need to mention contrasting elements like seabird colonies in the Caribbean coasts of South America. Several thousand birds congregate on this coastline, both year-round resident species and seasonal migrants -that traverse the entire continent without visas or passports, presenting us with the purest sensation of freedom. Southwards, on the Pacific coast, large flocks of Blue-footed Boobies fascinate observers to these coastlines washed by the generous cold Humboldt ocean current; where hundreds of gulls, terns, cormorants, and other species decorate the sea surf and marine breeze. Even though we have an innate reverence and fascination for the Neotropical lowlands, both dry and wet tropical forests are facing a desperate conservation situation, as the continued survival of many of it’s birds is critically threatened by extractive activities that are depleting natural resources up to collapsing point. To date, one quarter of the entire Neotropical avifauna is threatened with extinction. We should all be aware of this, and take actions to promote the conservation of this irreplaceable legacy that our planet lends us. This incredible photographic journey will surely help encourage and inspire us towards the need for nature conservation. Enjoy the trip!
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Pico de Hoz Puntiblanco / White-tipped Sicklebill
Eutoxeres aquila
Costa Rica hasta / to N Per煤. Loro Carirrosa / Rose-faced Parrot
Pyrilia pulchra
Choc贸 tropical / lowlands Colombia hasta / to Ecuador.
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Habia Ceniza / Sooty Ant-Tanager
Habia gutturalis
Magdalena medio / Mid Magdalena; endémico/endemic Colombia. Carpintero guayaquileño / Guayaquil Woodpecker
Campephilus gayaquilensis
Chocó tropical / Lowlands Colombia hasta / to Ecuador + N Peru.
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Coqueta Crestirrufa / Rufous-crested Coquette
Lophornis delattrei
Amplia distribuci贸n tropical / Widespread in tropics. Coqueta Lentejuelada / Spangled Coquette
Lophornis stictolophus
Estribaciones / Slopes E Andes Venezuela hasta / to N Per煤.
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Alcarav谩n Venezolano / Double-striped Thick-knee
Burhinus bistriatus
Amplia distribuci贸n tropical / Widespread in tropics. Pitasoma Coronirrufa / Rufous-crowned Antpitta
Pittasoma rufopileatum
Choc贸 tropical / Lowlands Colombia hasta / to N Ecuador.
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SOMBRILLAS PARA LA CONSERVACIÓN
UMBRELLAS FOR CONSERVATION
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Encaminarse por primera vez al sitio de despliegue –llamado lek– del Pájaro Paraguas Longuipéndulo (Cephalopterus penduliger) no es sencillo. Sí, los machos de esta especie son grandes y estrafalarios. Y sí, sus resonantes cantos se pueden escuchar a kilómetros de distancia. Mas la actividad en el lek acontece temprano en la mañana, por lo que las búsquedas deben hacerse en la oscuridad que antecede al alba –poco después del amanecer, los machos se dispersan para buscar alimento. Añadamos a esto el hecho de que los pájaros paraguas establecen sus leks en la cumbre de empinadas cuchillas y filos de montañas, en zonas remotas carentes de trochas. Está claro, entonces, por qué cada nuevo lek que se descubre es motivo de celebración. Nuestro equipo ha estudiado los pájaros paraguas desde hace una década en los bosques lluviosos del Chocó, en el noroeste de Ecuador. Aún así, encontrar nuevos leks sigue provocando gran satisfacción personal, y observar a estas magníficas aves brincando y alborotando alrededor sigue siendo una gran recompensa. Desde luego, tenemos razones más contundentes para celebrar los nuevos hallazgos, empezando porque esta especie endémica del Chocó está en riesgo de desaparecer. Así, cada nuevo lek que encontramos es un paso positivo hacia el futuro de este magnífico animal. Empezamos a estudiar el pájaro paraguas porque queríamos entender cómo este ayuda a mantener la dinámica del bosque. Teníamos buenas razones para creer que juega un rol ecológico clave en la dispersión de semillas grandes, como las palmas, debido a que es una de las aves frugívoras más grandes de los bosques del Chocó. Y fue lo que encontramos: que las dispersan gran distancia hacia sitios favorables para su germinación. Además, descubrimos que esta especie no subsiste en parches de bosque pequeños y aislados –que se denominan fragmentos–, y que su ausencia puede tener efectos negativos en la recuperación de estos bosquecitos. Gracias a la preocupación de los habitantes locales, creemos que este pájaro paraguas no está destinado a ser otro triste ejemplo de los impactos ecológicos de las actividades humanas. Por el contrario, esta especie se ha convertido en el eje de nuestros esfuerzos de
Finding your way for the first time to a display site –or lek– of the Longwattled Umbrellabird (Cephalopterus penduliger) is not an easy task. Yes, the males are big and outlandish. And yes, their deep booming calls can be heard over a kilometer away. But, activity at the lek peaks early in the morning –the males are often away foraging for fruit soon after first light– so the searching must be done in the pre-dawn darkness. Add to this the fact that umbrellabirds typically form their leks atop high ridges flanked by steep slopes in remote areas without trails, and you will understand why every new umbrellabird lek discovered feels like a cause for celebration. Our team has been working with umbrellabirds for over a decade in Chocó rainforests of northwest Ecuador, and the thrill of finding a new lek still brings a deep sense of personal satisfaction, and the sight of these birds cavorting and carrying on is a rich reward. Of course, there are bigger reasons to celebrate such a discovery, starting with the fact that this Chocó endemic is at risk of extinction. Every new lek discovered is a step in the right direction for the future of this magnificent beast. We started working with umbrellabirds because we were interested in discovering how they might help to maintain healthy forest dynamics. As it is one the largest avian frugivores in Chocó rainforest, there was good reason to believe that they might play an ecologically important role in dispersing large-seeded fruits like palms. And indeed, they do just that by dispersing seeds long distances and into favorable microsites for germination. At the same time, it became apparent that this species is conspicuously absent from smaller, more isolated patches of forest termed ‘fragments’, and that this absence may have detrimental effects on forest regeneration in these sites. Thanks to intense local concern, Long-wattled umbrellabirds are unlikely to become just another depressing case study of how human activity can impact ecological processes. Instead, the Long-wattled umbrellabird has become a rallying point for local conservation efforts in northwest Ecuador, representing the resilience and hope of local forests and inhabitants, both
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conservación, y representa la esperanza y vitalidad de la gente local, la fauna y los bosques por igual. El pájaro paraguas es el ícono de un programa integral y local de conservación que combina educación ambiental, capacitación, reforestación e iniciativas sustentables. Es un símbolo de optimismo. No consigo subrayar en su justa medida el gran aporte que ha brindado el trabajo de Murray Cooper. Sus fotos de esta increíble especie han hecho mucho más que cautivar a los lectores de este libro, remover sus almas y despertar su imaginación: le han brindado un rostro y una identidad a un sinnúmero de especies de flora y fauna que conviven con el pájaro paraguas, a las cuales este representa. Murray ha permanecido hasta 45 días trabajando con “nuestra” especie y conoce lo que significa buscar un lek del pájaro paraguas en la oscuridad de la madrugada, a más de lo difícil que debe ser enfocar y hacer fotos en tal penumbra. Y ha compartido gratamente los frutos de su trabajo con las poblaciones locales, inspirándolos en sus labores de conservación. Estamos orgullosos de contar con Murray dentro de nuestro equipo de trabajo. Dr Jordan Karubian, Mónica González and Jorge Olivo Foundation for the Conservation of the Tropical Andes (FCAT)
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human and non-human. Indeed, the umbrellabird is the icon of an integrated, grassroots program that combines education, capacity building, reforestation and development initiatives to conserve Chocó habitat. It is a symbol of hope. One cannot stress enough how important the work of Murray Cooper has been in catalyzing this positive trend. Murray’s photos of this incredible bird have done more than move the spirit and capture the imagination of readers of this book: his work has given a face and an identity to countless other species of flora and fauna that the umbrellabird represents. He has spent over 45 days working with “our” birds and knows what it means to search out an umbrellabird lek in the pre-dawn darkness, besides the difficulty of focusing and taking photos in almost pitchdarkness, and has proactively shared the fruits of his labor with local audiences to inspire conservation action. We are proud to consider Murray a member of our team. Dr Jordan Karubian, Mónica González and Jorge Olivo Foundation for the Conservation of the Tropical Andes (FCAT)
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Guacamayo Ventrirrojo / Red-bellied Macaw
Orthopsittaca manilatus
Amazonía Guyana hasta / to N Bolivia. Tucán Goliblanco / White-throated Toucan
Ramphastos tucanus
Amazonía Guyana hasta / to N Bolivia.
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AL SON DE LA SELVA
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JUNGLE BOOGIE
Los saltarines machos son acaso las máximas estrellas del espectáculo del interior del bosque. Han desarrollado algunos rituales de cortejo realmente complejos, muchos de los cuales he podido fotografiar. Ahora pienso que es interesante narrar el trabajo realizado (y la suerte –¡o falta de ella!) para obtener esta serie de imágenes de los saltarines, que me obligó a permanecer más de 35 días, repartidos en tres años, en un escondite en la húmeda y sofocante selva amazónica. Todavía no consigo la imagen perfecta del Saltarín Cola de Alambre (Pipra filicauda). Esta debe mostrar dos machos juntos en la misma rama agitando las fibras de su cola en la cara del otro. Simplemente no ha sucedido en los leks que he visitado hasta hoy. El Saltarín Dorsiazul (Chiroxiphia caudata), en la página 166, me brindó cuatro segundos de danza en 17 días de trabajo, y en todo ese tiempo, ni siquiera conseguí un buen avistamiento de machos bailando por separado. Para llegar a su lek debía caminar dos horas cada madrugada –y dos horas de retorno al anochecer. Una vez, el bosque se inundó, obligándome a vadear las quebradas temiendo encontrar una serpiente venenosa… una mordedura allá solo habría sido mi fin. Eso, ¡con un equipaje de 25 kilos a cuestas! Conseguir buenas fotografías del comportamiento de las aves es agotador. Aunque muchas veces trabajé con biólogos expertos en su campo, en localidades bien conocidas, y pese a que permanecí en mi escondrijo desde el alba hasta la puesta del sol, este tipo de fotografía puede ser poco prometedora. Buena planificación y mínimas expectativas: ¡esa es mi receta para mantener la cordura! Murray Cooper
Possibly the stars of the understory shuffle, male manakins have developed some really intricate mating rituals that I have been privileged to document. I thought it might be interesting to illustrate the work and luck factor (or lack of!) needed to get this spread of manakin images, as it took over 35 days alone in a hide over a 3-year period in the hot and steamy Amazon rainforest. With the Wire-tailed Manakin (Pipra filicauda) shown on these two pages, I still don’t have the perfect image –two males together in the same branch, waving their tail wires in each others’ faces. It just never happened on the lek sites I was focused on! With the Blue-backed Manakin (Chiroxiphia caudata) on page 166, I got four seconds of dance-time in 17 days, and in all that time I never even had any decent views of individual males. Plus, it was a 2-hour walk every morning in the dark to get there, and two hours back at night. Once, the forest flooded and I had to wade all the creeks on the alert for venomous snakes, as one bite out there alone and it is all over. Oh yes, and carrying over 25kg of equipment! Getting good behavioral images with birds is time consuming. Even though I was working with top biologists in this field, on well-studied sites, and was well hidden in my hide from before dawn until dusk, this kind of photography holds few promises! Good planning and zero expectations is my recipe for sanity! Murray Cooper
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Saltarín Alitorcido / Club-winged Manakin
Machaeropterus deliciosus
Estribaciones / slopes O / W Colombia hasta / to N Ecuador Saltarín Rayado / Striped Manakin
Machaeropterus regulus
Amplia distribución tropical / Widespread in tropics.
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Colicerda Crestuda / Wire-crested Thorntail
Discosura popelairii
Estribaciones / Slopes E Andes Colombia hasta / to PerĂş.
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Topacio Fuego / Fiery Topaz
Topaza pyra
Amazonía S Venezuela hasta / to Perú.
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CUCO HORMIGUERO BANDEADO
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BANDED GROUND-CUCKOO
El Cuco Hormiguero Bandeado (Neomorphus radiolosus) pudo haberse llamado “águila hormiguera” por su pico destructor y sus patas de rapaz. Esta ave es sin duda uno de los pesos pesados del interior del bosque del Chocó, en el oeste de Ecuador y Colombia. Luego de 15 días de rastrear a esta especie muy rara y casi imposible de observar, nada podía ser más gratificante que escuchar el golpe vigoroso que produce al chasquear su pico. Por fin teníamos la oportunidad de verlo luego de varios días sin el más mínimo destello del ave. Este cuco-hormiguero está prácticamente confinado a seguir las tropas de hormigas arrieras, por lo que no es sencillo fotografiarlo. Suele permanecer detrás del enjambre de hormigas, ajeno a su presencia, depredando cuanto invertebrado y vertebrado chico logra escapar de las voraces y frenéticas hormigas. Alguna gente dice que también persigue las piaras de pecaríes, pero muy pocos lo han presenciado. Otro aspecto de este cuco-hormiguero es que no es un parásito de nidos, como muchos otros cucos. En las imágenes a continuación se puede ver a los progenitores alimentando a su cría; este fue el primer nido que se descubrió de la especie. Lamentablemente, esta especie endémica del Chocó y amenazada de extinción enfrenta un futuro incierto debido a la descontrolada destrucción de su hábitat - en Ecuador subsiste una pequeña fracción de su bosque, mientras que en Colombia la situación es solo un poco mejor.
The Banded Ground-Cuckoo (Neomorphus radiolosus) could have more appropriately been called a “ground-eagle” –with that deadly beak and raptor-like legs, it is undoubtedly one of the heavyweights of the understory realms of the remote Chocó rainforests of western Ecuador and Colombia. During 15 days of stalking this extremely rare and impossible-to-see bird, there was nothing more exciting than hearing that sharp crack of its beak-snapping defensive call –at last, an opportunity after a few days without even a glimpse of the bird! This species is almost an obligate ant-follower that will generally be found wherever army ants are swarming, so not exactly comfortable to photograph! They hang back at the rear of the swarm, seemingly oblivious to the ants, preying on a variety of invertebrates and vertebrates lucky enough to escape the efficient frenzy of the ants. Some people say that is also chases peccaries, but few have actually seen them together. It is interesting to note that this ground-cuckoo is not a brood parasite like many other cuckoos. As you can see in the following images, parents are coming in to feed their young at this first-ever documented nest. Unfortunately, the future of this endangered Chocó endemic is unknown as the uncontrolled depletion of its habitat increases alarmingly, with only a marginal percentage of its habitat remaining in Ecuador, whilst the situation is only slightly better in Colombia.
Murray Cooper
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Perico Alicobalto / Cobalt-winged Parakeet
Brotogeris cyanoptera
AmazonĂa S Venezuela hasta / to Bolivia.
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BOSQUE SECO TROPICAL
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DRY TROPICAL FOREST
Entre la visión casi generalizada de que los bosques neotropicales son selvas lluviosas e impenetrables, existen los bellos bosques secos. Lo que posiblemente más impactará a quién decide aventurarse hacia estos variados ecosistemas, es la estacionalidad y los cambios drásticos que conlleva. Caminar cuando ha llovido y todo esta verde puede resultar refrescante, en contraste con el pico de la época seca cuando casi todos los árboles se desnudan para exhibir sus ramas y, comúnmente, sus numerosas espinas. Desde el Caribe colombiano, lleno de historias de fiestas alegres y aves impactantes como el fornido Rey Guajiro (Cardinalis phoeniceus), hasta el Pacífico ecuatorial donde se encuentran aves tan diminutas, coloridas y ágiles como la Estrellita Esmeraldeña (Chaetocercus berlepschi), estos bosques están llenos de espectaculares colegas aladas. Unas cantan, otras vuelan, unas buscan insectos, las más fugaces se deleitan libando néctar y hasta existe una de las más especializadas, la Cortarramas Peruana (Phytotoma raimondii), símbolo de la conservación de los milenarios bosques de algarrobo del norte de Perú. Alejandro Solano-Ugalde Op.: Cardenal Guajiro (Cardinalius phoeniceus); Izq.: Estrellita Esmeraldeña (Chaetocercus berlepschi); Der.: Picolete Ecuatoriano (Picumnus sclateri).
It is often believed that Neotropical forests are waterlogged and impassable jungles. However, the lovely tropical dry forests break this “rule”. The most striking feature of dry forests is seasonality and the dramatic changes it brings. Rambling through dry forests after rains, when everything is verdant, is nourishing. In contrast, during the arid season most trees are leafless, exposing their stems, branches and abundant thorns. From the Caribbean region of Colombia, full of cheerful people and exquisite birds like the Vermillion Cardinal (Cardinalus phoeniceus), to the Equatorial Pacific region where tiny, colorful and nimble birds like the Esmeraldas Woodstar (Chaetocercus berlepschi) thrive, all dry forests are clad with gorgeous birds. Some sing, others fly; some search for insects, others enjoy nectar from flowers; and others, like the Peruvian Plantcutter (Phytotoma raimondii) have more specialized diets. The latter species is an icon for the conservation of ancient mesquite trees of northern Peru. Alejandro Solano-Ugalde Opp.: Vermillion Cardinal (Cardinalus phoeniceus); Left: Esmeraldas Woodstar (Chaetocercus berlepschi); Right: Ecuadorian Piculet (Picumnus sclateri).
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Turpial Guajiro / Venezuelan Troupial
Icterus icterus
Tr贸pico / Lowlands N Colombia hasta / to Venezuela.
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Tangara Paraíso / Paradise Tanager
Tangara chilensis
Amazonía Guyana hasta / to Bolivia. Dacnis Ventriamarillo / Yellow-bellied Dacnis
Dacnis flaviventer
Amazonía Venezuela hasta / to Bolivia.
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Mielero Verde / Green Honeycreeper
Chlorophanes spiza
Amplia distribuci贸n tropical / Widespread in tropics. Loro Cabeza de Azafr谩n / Saffron-headed Parrot
Pyrilia pyrilia
Tr贸pico / Tropics Panam谩 E hasta / to Colombia + Venezuela.
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ARCOIRIS VOLADORES
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FLYING RAINBOWS
Pocas son las aves que tan elegantemente decoran, con sus colores, sonidos y vibrante energía, el maravilloso Neotrópico. Las guacamayas adornan tanto los cielos como las altas copas de exuberantes árboles donde disfrutan de semillas y peculiares flores. Volando o perchadas emiten una cacofonía que delata su ubicación. En sus plumas se despliega una gama multicolor que convierte al arcoíris en una paleta para inspirar el más arduo pintor. Pero sin duda, observarlas mientras gozan de un festín de minerales en un saladero es una de las experiencias más cautivadoras, especialmente cuando se levantan en un aleteo multicolor al ahuyentarse por la presencia de algún distraído depredador. Su conservación es prioritaria. Lamentablemente, hay quienes las atrapan para alimentar el tráfico ilegal de mascotas, aunque cada vez hay más conciencia y varias organizaciones trabajan duro en conciliar escenarios de conservación entre poblaciones de guacamayas y poblaciones humanas. Todavía queda mucho por hacer. Sigamos disfrutando del vuelo de estas aladas y coloridas amigas, ¡en libertad!
Few birds are as emblematic as macaws for the Neotropics, elegantly decorating its forests with colors, sounds and vibrant energy. Macaws garnish both the skies and canopies of copious trees, where they cherish the seeds and flowers. Flying or perching, they incessantly chatter, clack and call in cacophony. A kaleidoscopic range of colors is exposed in their feathers, offering the full rainbow as a palette for the avid painter. Watching macaws as they enjoy a mineral-rich clay-lick is one of the most outstanding experiences, especially when a careless predator provokes a multicolored explosion of wings. Macaw conservation is top priority as, unluckily, many people trap them to supply the illegal pet trade. Nowadays, people’s awareness is on the rise and several organizations work hard to improve macaw survival and human population needs alike, even though loads of work is still needed to fully delight in freely flying, colorful macaws!
Alejandro Solano-Ugalde
Opp.: Scarlet Macaw (Ara macao); Blue-and-yellow Macaw (Ara ararauna).
Alejandro Solano-Ugalde
Op.: Guacamayo Escarlata (Ara macao); Guacamayo Azul y Amarillo (Ara ararauna).
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Águila Harpía / Harpy Eagle
Harpia harpyja
Amplia distribución tropical / Widespread in lowlands.
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AUTORES
AUTHORS
MURRAY COOPER
Ha trabajado en documentar la extraordinaria diversidad de los bosques neotropicales desde 1996, especializándose en aves y la micro fotografía, y mantiene una de las colecciones profesionales más importantes de fotografías de aves neotropicales. Ha sido publicado en varias revistas internacionales, incluyendo National Geographic, Time Magazine, entre otros. Ha publicado 8 libros, como: Aves de Colombia, Colibríes de Ecuador, Plumas – Aves en Ecuador. Es también uno de los fundadores de WorldWildZoom, empresa dedicada a la producción de aplicaciones de guías fotográficas de vida silvestre. Nacido en Sudáfrica, pero radicado en Ecuador desde 1991, donde pasó los primeros 11 años trabajando solo en la conservación del Chocó, formando la Reserva Los Cedros de 6 400 Ha. Desde 2002 vive en una finca cafetera en el bosque nublado, y desde entonces está dedicado enteramente a la fotografía y su café.
DR. ROBERT RIDGELY
Uno de los mayores expertos en las aves de Sudamérica y prominente propulsor de las reservas privadas como una estrategia de conservación de aves tropicales en peligro de extinción. Es autor de varios libros fundamentales sobre las aves neotropicales, incluyendo Aves de Panamá, Aves de América del Sur y Aves del Ecuador. Fue uno de los pioneros en el desarrollo del aviturismo en el Neotrópico, así como en la vinculación del aviturismo con el turismo sustentable y la conservación, particularmente en Ecuador junto con la Fundación Jocotoco (de la cual es co-fundador). Bob es actualmente el Presidente del Rainforest Trust y fue Director Internacional de Conservación para la Sociedad Audubon de los Estados Unidos. Leading expert on the birds of South America and a noted proponent of private reserves as a conservation strategy for endangered tropical bird species. He is author of many leading neotropical bird books such as: Birds of Panama, Birds of South America, and Birds of Ecuador. He was one of the pioneers in developing birdwatching tourism in the neotropics, as well as linking that with sustainable tourism and conservation, specifically with the Jococtoco Foundation (of which he
is co-founder) in Ecuador. Bob presently serves as President of the Rainforest Trust, and was previously Director of International Conservation for the National Audubon Society. JUAN FREILE
Biólogo de doble vida. En la una lleva los binoculares colgados al cuello, en una libreta de campo en el bolsillo y libros de aves en la mochila. En la otra, tiene un cuaderno de apuntes, un lápiz, un computador donde teclea rapidísimo y la mirada puesta en el ambiente que le rodea. En la primera, ha escrito treinta y algo artículos y un par de libros sobre las aves del Ecuador. En la segunda, ha escrito otros treinta y más artículos, reportajes y crónicas sobre conflictos socio ambientales del país. Por este lado, trabaja en la revista Ecuador Terra Incognita. Por el otro lado, está “por terminar” el libro “Field guide to the birds of mainland Ecuador”, para Helm Field Guides. An Ecuadorian biologist who leads a double life. In the one he has binoculars around his neck, a field notebook in his pocket, and birdguides in his backpack. In the second he has a notebook, pencil and a computer, where he speedtypes whilst keeping his focus on the problems of the world around him. In the first he has written thirty or so
He has worked in documenting the extraordinary biodiversity of neotropical forests since 1996, specializing in bird and macro photography, and has one of the more important neotropical bird collections. Has been published in National Geographic, Time Magazine amongst others. Also published 8 books, notably: Birds in Colombia, Hummingbirds of Ecuador, Plumas – Birds in Ecuador. He is also one of the founders of WorldWildZoom, a company that produces wildlife photographic guide applications. Born in South Africa, but living in Ecuador since 1991, where he spent the first 11 years working directly in the conservation of the Chocó rainforest, helping found the 16,000 acre Los Cedros Reserve. Since 2002 he lives on a highland coffee farm in the cloud-forest, and is dedicated entirely to photography and his coffee.
publications and a few books about Ecuador’s birds. In the second he has written thirty or so articles about the socio-environmental problems of his country. In this one he works for Terra Incognita magazine, whilst in the other he is finishing the book “Field-guide to the birds of mainland Ecuador”, for Helm Field Guides. ALEJANDRO SOLANO-UGALDE
Originario de Costa Rica, pero ahora vive en Ecuador. Estudió Ecología y Desarrollo Sostenible. Ha trabajado como naturalista residente en el Bosque Nuboso de Monteverde. Ha desarrollado estudios de campo, con énfasis en historia natural, en gran parte de Ecuador. Actualmente guía observadores de aves en los Andes tropicales, y pasa gran parte del año administrando la reserva donde vive: una finca orgánica con bosques de alimentos en donde se produce chocolate de excelente calidad. Native of Costa Rica, now living in Ecuador. He studied Ecology and Sustainable Development. He has worked as a resident naturalist in Costa Rica’s Monteverde Could Forest. In Ecuador, Alejandro has helped with natural history studies and field surveys throughout the country. He currently leads birdwatchers in the Tropical Andes, and spends a good portion of the
year managing the reserve where he lives, growing a food forest with organic cacao, producing top-class chocolate. JUAN MANUEL CARRIÓN
Ornitólogo y artista de la naturaleza involucrado activamente en la conservación como ejecutor de proyectos de comunicación y educación ambiental, y es pionero en la publicación de libros ilustrados sobre las aves del Ecuador. Además, es conductor de documentales de televisión acerca de la naturaleza. Sus pinturas figuran en colecciones públicas y privadas en varios países. Fue Concejal de Quito, y actualmente dirige la Fundación Zoológica del Ecuador. Ornithologist and nature artist actively involved in nature conservation through communication and environmental education initiatives, who pioneered illustrated books about the birds of Ecuador. He also hosts television nature documentaries. His artwork is shown in public and private collections in many countries. He was a councilor of Quito, and is currently director of Fundación Zoológica del Ecuador.
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INDICE
NOMBRE COMÚN
Águila, Andina Harpia Alazafiro Grande Alcaraván Venezolano Amazilia, Buchicastaña Ventrirrufa Añapero Arenisco Arasari Piquipálido Autillo, Canelo Peruano Ventrileonado Avefría Andina Barbudito Verde Becasina Noble Brillante, Frentivioleta Pechianteado Cabezón Barreteado Cardenal, Gorrirrojo Guajiro Carpintero, Canelo Guayaquileño Poderoso Chotacabras Colilira Clorofonia Nuquiazul Colacintillo Colinegro Colibrí, Cola de Raqueta Herrero Jaspeado Maravilloso Picoespada Colicerda Verde Cóndor Andino Coqueta, Crestirrufa Lentejuelada Coronita, Pechicastaña Terciopelo Cortarramas Peruana Cuco, Ardilla Hormiguero Bandeado
6 / 58 204 52 148 114 184 194 16 122 123 196 56 4 / 54 31 97 96 73 192 182 204 145 45 128 84 48 / 66 83 68 101 82 29 108 25 / 27 / 41 146 147 100 119 185 124 174
Cuervo Higuero Golirrojo Dacnis, Carinegro Ventriamarillo Donacobio Ermitaño Colilistado Espátula Rosada Estrella Ecuatoriana Estrellita Esmeraldeña Eufonia Ventrinaranja Formicario Pechirrufo Frutero, Barreteado Escamoso Pechinaranja Gallo de la Peña Andino Ganso Andino Garceta, Nívea Sol Garrapatero Piquiliso Garza Pileada Gavilán, Barreteado Blanco Caracolero Variable Gaviota Andina Guacamayo, Azul y Amarillo Escarlata Verde Mayor Ventrirrojo Habia Ceniza Halcón, Aplomado Pechinaranja Hoatzín Inca, Buchidorado Buchirrosado de Collar Oscuro Jacobino Nuquiblanco Jejenero Coronicastaño Loro, Cabeza de Azafrán Carirrosa
134 121 189 193 171 156 59 / 63 183 88 86 103 102 133 98 71 157 / 180 10 / 125 198 181 89 194 161 40 70 201 / 202-3 20 / 200 / 202-3 185 guarda / 154 144 57 199 141 14 74 60 64 170 112 191 143
Mango Pechinegro Metalura, Neblina Verde Mielero Verde Mirlo, de Agua Grande Monja Cariblanca Pájaro Paraguas, Longuipéndulo Paloma Escamosa Paloma Perdiz Goliblanca Patiamarillo Menor Pato, Aguja de Torrentes Perico, Alicobalto Colimarrón Pico de Hoz Puntiblanco Picoespina Dorsipúrpura Picoguadaña, Grande Piquipardo Picolete Ecuatoriano Pinchaflor ventrirrufo Pinzón, Azafrán Oliváceo Piquero Patas Azules Piranga Capuchirroja Pitasoma Coronirrufa Puntepalo Andino Puntiblanca Pechipúrpura Quetzal, Cabecidorado Dorado Rascón de Bogota Rayador Negro Americano Rayito Brillante Reinita, Pechicastaña Pechinaranja Saltarín, Alitorcido Capuchidorado Cola de Alambre Coroniazul
portada 75 55 190 37 42 130 150 195 129 39 160 36 178 126 94 / 142 62 44 95 183 46 72 87 159 47 149 92 118 132 116 30 18 66 / 67 113 120 164 167 162 167
Dorsiazul Rayado Silfo Colilargo Solángel, Chico Gorgiamatista Subepalo Perlado Suirirí Piquirrojo Tangara, Berilina Caretiblanca Coroniazafrán Dorsipúrpura Montana Encapuchada Nuquidorada Paraíso Santa Marta Verde Topacio Fuego Tororito, Cariluna Pechiocráceo Tororoi, Gigante Jocotoco Leonado Trepatroncos Pinto Trogón, Coliblanco Collarejo Tucán Andino, Piquilaminado Piquinegro Tucán, Chocó Goliblanco Mandíbula Negra Tucancillo Cuellidorado Tucancito de Santa Marta Turpial Guajiro Vireón Cejirrufo Yumbo Zamarrito, Colilargo Pechidorado Pechinegro Zambullidor Piquipinto
166 165 115 50 13 33 158 131 113 85 90 73 79 188 117 28 172 32 106 107 35 34 197 198 89 81 104 105 155 139 199 117 186 185 80 53 51 65 38
INDEX
COMMON NAME
Anhinga Ani, Smooth-billed Antpitta, Crescent-faced Giant Jocotoco Ochre-breasted Rufous-crowned Tawny Ant-Tanager, Sooty Antthrush, Rufous-breasted Ara莽ari, Pale-mandibled Barbet, Toucan Becard, Barred Booby, Blue-footed Brilliant, Fawn-breasted Violet-fronted Cardinal, Red-capped Vermillion Chlorophonia, Blue-naped Cock-of-the-Rock, Andean Condor, Andean Coquette, Rufous-crested Spangled Coronet, Chestnut-breasted Velvet-purple Cuckoo, Squirrel Dacnis, Black-faced Yellow-bellied Dipper, White-capped Donacobius, Black-capped Duck, Black-bellied Whistling Torrent Eagle, Black-and-chestnut Harpy Egret, Snowy Euphonia, Orange-bellied Falcon, Aplomado Orange-breasted Finch,
160 198 32 107 35 106 149 34 144 86 16 80 73 159 96 97 192 182 84 98 25 / 27 / 41 146 147 100 119 124 121 189 37 193 158 36 6 / 58 204 157 / 180 88 57 199
Olive Saffron Flowerpiercer, Chestnut-bellied Fruitcrow, Red-ruffed Fruiteater, Barred Orange-breasted Scaled Gnateater, Chestnut-crowned Goose, Andean Grebe, Pied-billed Ground-Cuckoo, Banded Gull, Andean Hawk, Barred Variable White Helmetcrest, Green-bearded Hermit, Stripe-throated Heron, Capped Hillstar, Ecuadorian Hoatzin Honeycreeper, Green Hummingbird, Amazilia Chestnut-bellied Speckled Sword-billed Inca, Collared Jacobin, White-necked Kite, Snail Lapwing, Andean Macaw, Blue-and-yellow Great Green Red-bellied Scarlet Manakin, Blue-backed Blue-crowned Club-winged Golden-headed Striped Wire-tailed Mango, Black-throated Metaltail, Neblina Viridian
87 72 46 134 103 133 102 112 71 38 174 70 89 40 194 4 / 54 171 181 59 / 63 141 190 184 114 101 29 60 170 161 56 201 / 202-3 185 guard / 154 20 / 200 / 202-3 166 167 164 167 165 162 cover 75 55
Mountain-Tanager, Hooded Santa Marta Mountain-Toucan, Plate-billed Black-billed Nightjar, Lyre-tailed Sand-colored Nunbird, White-faced Parakeet, Cobalt-winged Maroon-tailed Parrot, Rose-faced Saffron-headed Peppershrike, Rufous-browed Piculet, Ecuadorian Pigeon, Scaled Plantcutter, Peruvian Potoo, Andean Puffleg, Black-breasted Golden-breasted Sapphire-vented Quail-Dove, White-throated Quetzal, Golden-headed White-tipped Rackettail, Booted Rail, Bogota Sapphirewing, Great Screech-Owl, Cinnamon Peruvian Tawny-bellied Scythebill, Brown-billed Greater Shining Sunbeam Sicklebill, White-tipped Skimmer, Black Snipe, Noble Spatuletail, Marvelous Spoonbill, Roseate Starfrontlet, Golden-bellied Blue-throated Dusky
73 117 81 104 128 194 130 178 126 143 191 185 183 195 185 92 65 51 53 129 132 116 83 30 52 122 123 196 95 44 66 / 67 94 / 142 18 31 82 156 14 74 64
Sunangel, Amethyst-throated Little Sunbittern Sylph, Long-tailed Tanager, Beryl-spangled Golden-naped Grass-green Paradise Purplish-mantled Red-hooded Saffron-crowned White-capped Thick-knee, Double-striped Thornbill, Purple-backed Thorntail, Green Thrush, Great Topaz, Fiery Toucan, Black-mandibled Choc贸 White-throated Toucanet, Golden-collared Santa Marta Trainbearer, Black-tailed Treerunner, Pearled Trogon, Collared White-tailed Troupial, Venezuelan Umbrellabird, Long-wattled Violetear, Sparkling Warbler, Bay-breasted Blackburnian Whitetip, Purple-bibbed Woodcreeper, Black-striped Woodpecker, Cinnamon Guayaquil Powerful Woodstar, Esmeraldas
13 50 10 / 125 115 131 79 28 188 90 47 85 113 148 62 108 42 172 139 105 155 199 117 48 / 66 33 89 198 186 150 68 113 120 118 197 204 145 45 183
AVES DE LOS ANDES TROPICALES
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ALETEO
BIRDS OF THE TROPICAL ANDES
Los Andes Tropicales albergan la mayor diversidad de aves en el planeta. En ellos viven una de las avifaunas más espectaculares que podamos imaginar; desde el bullicioso y encendido Gallo de la Peña Andino y los saltarines –con sus complejas coreografías– hasta casi la mitad de los colibríes del mundo, todos ocultos en densos y remotos bosques neotropicales.
The Tropical Andes region has the greatest diversity of birds in the world. It is home to some of the most spectacular avifauna imaginable, from the raucous red Andean Cock-of-the-Rocks to manakins with their intricate choreography, and almost half the world’s hummingbirds –all hidden deep inside some of the most remote rain forests on Earth.
Murray Cooper ha capturado la esencia de la fabulosa diversidad en este volumen, que presenta más de 200 impresionantes imágenes; las composiciones tan delicadas y de especies muy raras, algunas casi imposibles de observar. Esta magnífica obra es el resultado de 14 años de explorar los bosques de Ecuador, Colombia y Perú en busca de las sorprendentes y elusivas aves de los Andes Tropicales.
Murray Cooper has captured the essence of that legendary diversity in this volume of over 200 astounding images: the compositions are so intimately crafted, and many of the species featured so rare that they are virtually impossible to see. This phenomenal body of work is the result of 14 years immersed in the forests of Ecuador, Colombia and Peru in search of the stunning, elusive birds of the Tropical Andes.
Me he quedado sin palabras, luego de ver “Aleteo”, para describir el talento y la imaginación en las composiciones de Murray; alterné entre -¡Por Dios!, -¡Wow! y un amplio surtido de gemidos de placer. La singularidad de sus fondos simples y llanos es primordial para brindar claridad y un toque abstracto a su arte de fotografiar aves.
After viewing “Aleteo”, words fail me as to the brilliance and imagination of Murray’s compositions; I alternated between -Oh my gosh!, -Wow! and a variety of groans of pleasure. The discipline he shows in the simplified empty backgrounds is very important to the clarity and abstract quality of his avian art.
Robert Bateman / Artista de Naturaleza / www.batemancentre.org
Robert Bateman / Wildlife Artist / www.batemancentre.org