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GUA SOBRE PAPEL
ACUARELISTAS ALMERIENSES
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GUA SOBRE PAPEL ACUARELISTAS ALMERIENSES
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GUA SOBRE PAPEL ACUARELISTAS ALMERIENSES antolín alejandre josé canteras alonso manuel domínguez enrique durán federico escudero dionisio godoy aureliano juárez carmen martínez miguel san pedro juan tijeras rafael vergel julio visconti
CRÉDITOS Edita Ayuntamiento de Almería Colaboran Diputación Provincial de Almería | Fundación de Arte Ibáñez Cosentino Coordinador Juan Manuel Martín Robles Textos Juan Manuel Martín Robles | María Dolores Durán Díaz | José Luis Muñío Antonio Reina Serrano | Antonio Cobos | Antonio Manuel Campoy | Manuel del Águila | Mª Carmen Fdez. de Capel Baños | Pilar Quirosa-Cheyrouze Bartolomé Marín | Paco Urrutia | Trino Tortosa | Joan Lluis Montané | Rafael Vergel | Alfredo Ureña Uceda Dirección de arte Juan Manuel Martín Robles Impresión digital Fundación de Arte Ibáñez Cosentino © de la edición Ayuntamiento de Almería © de los textos Los autores Depósito Legal AL 1192-2017
Portada Enrique Durán: Arrecife de las Sirenas (detalle)
ÍNDICE Agua sobre papel. Doce acuarelistas almerienses Juan Manuel Martín Robles
7
Antolín Alejandre Ruiz
11
José Antonio Canteras
19
José Antonio Canteras Alonso
22
Manuel Domínguez. Selección de textos
29
Enrique Duran. Sinceridad y verdad de la acureala
37
Federico Escudero. Notas biográficas
53
Dionisio Godoy Rollón
61
Aureliano Juárez. Análisis de su obra
75
Carmen María Martínez. Selección de textos
81
Miguel San Pedro. Selección de textos
89
Juan Tijeras. La acuarela, primer plano y composición centrada
95
Mª Dolores Durán Díaz
José Luis Muñío
Antonio Reina Serrano
Antonio Cobos | Antonio Manuel Campoy | Manuel del Aguila
Juan Manuel Martín Robles
Juan Manuel Martín Robles
Mª Dolores Durán Díaz
Mª Carmen Fdez. de Capel Baños
Pilar Quirosa-Cheyrouze | Bartolomé Marín | Manuel del Aguila | Paco Urrutia
Trino tORTOSA
Joan Lluis Montané
Rafael Vergel. El Arte como actividad vital
101
Julio Visconti, acuarelista
109
Rafael Vergel
Alfredo Ureña Uceda
Dionisio Godoy Rollón María Dolores Durán Díaz Historiadora del Arte e investigadora
Breves apuntes biográficos 1
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ionisio Godoy Rollón nace en la España convulsa de 1932. En él se podría continuar el conflicto unamuniano que traslada satíricamente en su nivola2 Amor y pedagogía de que «¿el niño nace o se hace?». Su abuelo Emiliano Godoy fue un notable pintor decimonónico, su padre era un excelente miniaturista y Jesús de Perceval era uno de esos familiares algo alejados en el parentesco pero de trato frecuente en la familia. A estos antecedentes genéticos habría que sumar su gran afición ya desde niño a la pintura y en general a todo lo referente a la cultura, aficiones que desarrollaría de pleno en su etapa de instituto: periódico escolar, teatro, carteles… en el marco de la efervescencia cultural de la ciudad de final de la década de los años 40, con los Indalianos y Celia Viñas empeñados en sacar a Almería del páramo artístico de la España franquista. La influencia de Celia Viñas es algo muy notorio en toda su vida, quedando patente en su primera Exposición de óleos y acuarelas, en 1954, donde la propia Celia Viñas firmaría su presentación en sociedad. Un año antes había participado en una exposición colectiva, en donde las excelentes críticas recibidas le animaron a seguir en el mundo de la pintura. Pero eran años difíciles, donde vivir del arte era un lujo al alcance de muy pocos. Dionisio toma el camino de la delineación y trabaja como tal casi exclusivamente en la Junta de Obras del Puerto. Entre los años 50 y 60 su bagaje artístico se limita a esporádicas incursiones donde su facilidad para el dibujo le sirve para conseguir unos ingresos extras. Así, participa en el diseño de establecimientos importantes de entonces como Confecciones Ruiz Venegas, Molina Hermanos, La Tijera de Oro, Cafetería Coímbra, Estudio de fotografía Viky Gómez, Calzados Parriego… o se dedica al diseño de banderines, algo muy frecuente de esos años… Palacio de la Ópera, París (detalle)
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Es en la década de los años 70 cuando retoma con fuerza y vigor su dimensión artística, realizando exposiciones tanto individuales como colectivas (Almería, Jaén, Lorca, Castellón, Madrid, Valencia, Las Palmas de Gran Canaria, Córdoba…) y recogiendo siempre el reconocimiento de la crítica, del público y de los diferentes certámenes en los que participa, obteniendo algunos premios destacados: I Salón de la Pintura Almeriense (1970), III Salón Nacional del Movimiento de Artes Plásticas de Valdepeñas (1971), Exposición Nacional Homenaje a Zabaleta en Quesada, Jaén (1971), I Premio Nacional de Valladolid de Acuarela (1972), XX exposición Provincial de Pintura (1972),Exposición Nacional de cuadros de pequeño formato de Málaga (1974),VIII Premio Nacional del mini cuadro y mini esculturas de Madrid (1974), Premio “Cantón” de Dalias (1974), Concurso de “Castillos Españoles” de la Asociación Española de Amigos de los Castillos celebrado en Almería (1974),Certamen Provincial de Pintura “Fiestas del Sol en la Sierra” de Fiñana (1974), I Feria Nacional del Libro (1975), XXVII Exposición Nacional de Artes Plásticas, Valdepeñas(1976), Uva de Oro de la Casa Regional de Almería en Madrid (1977), “Ciudad de Vera” (1977), “Populares Odeón” a la mejor labor pictórica del año (1979)… Su valía pictórica ya es reconocida incluso fuera de nuestras fronteras provinciales siendo nombrado en 1975 delegado representante en Almería de la Asociación Nacional de Pintores y Escultores. Desde entonces es convocado habitualmente para participar en colectivas de los mejores acuarelistas españoles. Paralelamente a su actividad artística participa activamente en la dinamización cultural de la Almería de la Transición: inaugura su propia galería de arte en el Paseo de Almería, la Galería de Arte Parriego; es miembro activo en la refundación del Ateneo de Almería; es miembro fundador y redactor habitual en la revista Andarax, Revista de artes y letras; y participa cotidianamente en la prensa local escribiendo artículos sobre pintores almerienses del siglo XIX. La década de los 80 y 90 solo aumentan su prestigio como acuarelista y como agente cultural, destacando el encargo por parte de un periódico local del diseño de unas monedas con la iconografía más características de la historia almeriense. El éxito fue tal que le encargan posteriormente repetirlas con las imágenes de las cofradías de la ciudad. Y en 1990 cumple una de las ilusiones de cualquier adulto, ser un Rey Mago en la cabalgata de la noche de Reyes. 62
Dionisio sigue exponiendo y recogiendo premios en Almería y por toda la geografía nacional: Certamen Provincial de Fiñana (1983); “Nuestra portada” convocado por la Junta del Puerto de Almería (1987); III Certamen de Concurso de Pintura del MOPU (1990), donde su obra Balcón, fachada del Palacio de San Telmo, futura sede de la Junta de Andalucía, consigue el primer premio; Premio de Artes Plásticas y Arquitectura “Jesús de Perceval” de la Casa de Almería en Barcelona (1992); Primer Certamen de Pintura “Comarca de los Vélez” (1994); Premio Gaudí de Acuarela en Córdoba (1994)... Con la llegada del nuevo siglo, y ya jubilado desde 1994, Dionisio sigue realizando exposiciones periódicas, destacando la antológica realizada en 2004 con motivo del 50 aniversario de su primera exposición individual. Paralelamente se termina de consolidar la imagen pública de Dionisio que pasa a ser llamado como jurado donde antes participaba como pintor, o siendo reclamada su presencia y asesoramiento en muchos de los actos culturales de la ciudad (comitiva oficial de Almería en la Expo 92 de Sevilla, inauguración del Auditorio Maestro Padilla, actos con motivo de los Juegos del Mediterráneo 2005, reinauguración del teatro Apolo o la más reciente apertura del Museo de Arte Doña Pakyta). En 2006 es incluido entre los redactores del Diccionario Biográfico de Almería, editado por el IEA y del Diccionario Biográfico Español, de la Real Academia de la Historia en 2009. Participa con sendos artículos en los catálogos de dos de las exposiciones retrospectivas pictóricas recientes más importantes celebradas en la provincia: “El impulso creador de la burguesía almeriense. La pintura de la modernidad, 1850-1936” y “Vanguardias de la pintura almeriense”. Ese mismo año publicó Artistas andaluces en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1856-1936)3 y posteriormente, en 2014, Diccionario biográfico de artistas almerienses 1800-19004. En 2015, editado por la Diputación de Almería, se publica Dionisio Godoy, un romántico de la acuarela, libro antológico sobre su obra que recoge de forma exhaustiva sus vivencias y fundamentos estéticos y que queda enclavado en el seno de una exposición que recogía lo más granado de su obra pictórica. Y ya situándonos en el presente, 2016, destacar algunos de sus últimos reconocimientos: un artículo en la Revista Velezana5; la monografía en la Revista de Acuarelistas de Andalucía6; el reciente homenaje de la población almeriense de Senés, imponiéndole el escudo de la localidad y la placa conmemorativa, a través de la 63
exposición permanente “Dionisio Godoy, memoria de nuestro pasado”, donde se pueden contemplar las fotografías de 43 acuarelas suyas sobre Senés y otros pueblos de la comarca, que pintó en la década de los años sesenta y setenta y que son el testimonio gráfico de la región hace 50 años; o el recibido por el diario La Voz de Almería a través de los II Premios de la Comarca de Filabres, en la categoría “Comunicación y Arte” por reflejar los paisajes de esta zona en su obra y el haberse ganado, a través de su trabajo de años, el cariño de toda la comarca. La pintura de Dionisio Godoy Dionisio crece y se desarrolla con la herencia genética y artística de los pintores de principio de siglo a través de su abuelo Emiliano Godoy, contempla en la lontananza generacional a los indalianos, se alimenta de las posiciones utópicas de la transición y se construye su propio mundo cromático dentro de los acuarelistas españoles. Entre sus obras, no prodiga el retrato, pero sus rostros están plenos de expresividad, movimiento, simbología. Caras ajadas de ancianos que retratan un ambiente social más que al individuo en sí. Sus paisajes, plenos de tejas árabes con sus pizarras grises y frías, paredes encaladas de un blanco reverberante, salpicadas de minúsculas flores de agresivos colores que enamoran al espectador, transmitiendo la paz y serenidad de los pueblos de nuestra infancia. Pero, aunque a él le cueste admitirlo, son sus motivos arquitectónicos, fachadas góticas o barrocas, portadas de palacios o catedrales, los que sobrecogen por su espectacularidad.Relieves imposibles que parecen emerger de la superficie del papel y nos recuerdan por su virtualidad a las manchas creadoras de los impresionistas. Obras expuestas Senectud Conjunto de tres rostros de ancianos donde las pinceladas líquidas consiguen transmitir el peso y el paso de los años vividos. Manchas aparentemente al azar enmarcan sus cabezas, resaltando aún más, si cabe, los trazos someros que configuran su piel, curtida por el paso del tiempo y que nos muestran todas sus vivencias de un tiempo que ya les ha sobrepasado.Ojos vivos, desafiantes, que nos invitan a adentrarnos en su ayer y elucubrar sobre su pasado. Y como siempre, el inexistente y sorprendente blanco, en este caso moldeando y esculpiendo desde la nada, barbas y cabello, dándole toda la fuerza visual a unas figuras intemporales. 64
Paisaje Urbano, Plaza de Cibeles La carismática fuente madrileña ha sido motivo de inspiración pictórica de Dionisio Godoy reflejando su peculiar visión de la diosa madrileña en un atardecer plomizo y enmarcado por los suntuosos edificios del entorno. Así, en el cuadro, casi pasa desapercibida en la vorágine de los coches, la amplitud de la plaza, la fastuosidad del Palacio de Buenavista que le resta el protagonismo al situarla en la perspectiva en segundo plano tras la fuente, el edificio del Banco de España, y el edificio Metrópolis como eje de todo el cuadro y punto de la bifurcación de la calle de Alcalá y la Gran vía que actúan como improvisados punto de fuga. Y entre tanta belleza arquitectónica, camuflada crematísticamente con los jardines, casi se intuye, más que preside la plaza, la fuente de la Cibeles. La obra presenta un plástico alargamiento del paisaje al presentar un frente casi monocromático que ocupa toda su anchura inferior con un espacio inusualmente vacío de coches, en referente simétrico a cielo plomizo, lo que le da a la pintura un cierto aspecto visual panorámico. La pincelada suelta y rápida de la acuarela transforma los edificios en más etéreos que sólidos, especialmente el Banco de España con su fachada blanco azulada, donde son las sombras quienes enmarcan el relieve. Edificios señeros que en la acuarela transmiten su alma y majestuosidad al entorno. Pero una vez recorrida la arquitectura y casi paralelamente a la admiración por los detalles fugaces que hacen plenamente reconocibles a los edificios, es el cielo madrileño quien capta y atrapa al espectador. Un cielo plagado de manchas con todas las gamas posibles del celeste donde hay espacios de un blanco inmaculado que configuran halos de nubes atravesados por una reverberación luminosa a modo de sol poniente que quiere despedirse de los madrileños asomando entre nubes y edificios antes de desaparecer por el horizonte.
Monasterio de los Jerónimos. Lisboa7. Hay monumentos que identifican a una ciudad e incluso a un país, y esto es lo que le ocurre al Monasterio de los Jerónimos, en Lisboa, en esta ocasión plasmado en acuarela por Dionisio Godoy. Y aunque la siguiente afirmación es muy subjetiva, en esta ocasión, esta obra también podría identificar perfectamente al pintor. Nos presenta Dionisio la portada meridional de la fachada principal del monasterio, tantas veces fotografiada por los millones de turistas que se quedan fascinados por la espectacularidad de sus relieves. La pintura muestra la maestría del pintor esbozando unas esculturas que
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parecen imposibles de conseguir con los trazos rápidos y pigmentados de la acuarela, donde el fondo blanco del papel pasa a ser por las sombras introducidas en relieves de la pared. Espacialmente parece difícil de conseguir directamente, pues nuestra razón añadiría capas para sobresalir y nunca haría un efecto de vaciado. El arte de Dionisio, a través del pincel, consigue ese efecto tridimensional que nos deja perplejos a primera instancia para más tarde recrearnos en cada uno de los cuerpos de la obra: el arco que enmarca las puertas, las diferentes esculturas que se elevan hasta el cielo; la virgen de Belém que parece literalmente que se despega de la ventana central;la solución arquitectónica que estira todo el conjunto en etéreo sin fin… Y ya repuestos de tanta belleza aparecen los detalles: la enorme cristalera enmarcada por esbeltas columnas; la crestería de la parte superior; las personas embelesadas que admiran la fachada y que comparten protagonismo con aquellas que simplemente transitan, como la vida misma; el propio color albero que impregna casi todo el cuadro, piedras de la fachada, suelo, sombras… Una obra de pintura maestra que ha sabido capturar la esencia de una joya arquitectónica.
Palacio de la Ópera, París (La danza de Jean-Baptiste Carpeaux) Al contemplar este cuadro, llama la atención que aunque es evidente la intención de Dionisio Godoy de plasmar la insigne obra del escultor francés, el espectador rápidamente focaliza su atención hacia el centro del cuadro donde se ubica el arco sombrío sobre la escalinata en el que un grupo de personas reposa sentada tranquilamente bajo la mirada impertérrita del grupo escultórico. Hay que hacer un esfuerzo visual para dirigir la mirada hacia este, donde el danzante es rodeado por bailarinas todos ellos completamente desnudos. Parece que todo es superfluo y que enmarca al vano del pórtico, el balcón superior, la recargada farola, incluso los propios escalones… todo acompaña a las personas sin rostro que simplemente están allí, a los pies de la Ópera de París.
Palacio de San Telmo (Sevilla) Primorosa recreación de la portada del famoso edificio de la Junta de Andalucía donde el color busca sorprender al espectador tanto como la imagen en sí, ofreciéndole una visión muy particular del mismo. El azulado pálido de los relieves se confunde con el propio cielo y se difumina en el tejado a dos aguas, mientras que el resto de la fachada en tonos mucho más intensos hace de marco natural de la portada. Al margen del resultado estético, parece asombroso que realmente con solo 66
un color azulón y ligeros toques oscuros se pueda plasmar una fachada renacentista con relieves, columnas, huecos, imágenes, arcos, balaustrada…. Las personas de la puerta le dan, como hace habitualmente en este tipo de cuadros, un toque mucho más humanista y acogedor, con un toque detallista y anecdótico en el personaje que mira su móvil, en lugar de prestar atención al edificio, cruda metáfora de la realidad que nos envuelve.
Patio Granadino, Colegio de Notarios Parece consecuente que un pintor sepa reflejar la belleza del modelo (persona, objeto, monumento o paisaje…) en la superficie de un lienzo a través de su arte, pero generalmente es la confrontación entre lo real y el cuadro interpretado por el artista quien determina su maestría, por lo que a más belleza real más difícil será transmitir esa sensación al espectador. El patio del Colegio Notarial de Granada (Casa Palacio de los Ansoti) es una de las joyas de la capital de la Alhambra, lo que ya es competir en la categoría de lo sublime. Esbeltas columnas sustentan una galería superior con balaustrada y rico artesonado, circunvalando a su vez a una cantarina fuente, en un ambiente muy andaluz. Como siempre, el blanco del papel actúa como elemento estructurador de todo el armazón arquitectónico del conjunto, que en esta ocasión se ve acompañado por un comedido aporte cromático de plantas que desde macetas o estructuras colgantes salpican de múltiples tonalidades verdes y amarillas todala obra. La madera del artesonado en la zona superior y las ocres baldosas del suelo enmarcan aún más si cabe esta composición que parece impregnada de una armonía que envuelve a fuente, plantas y columnas y que Dionisio Godoy ha sabido transmitir al espectador.
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NOTAS 1. DURÁN DÍAZ, María Dolores. Dionisio Godoy, un romántico de la acuarela. Almería: Instituto de Estudios Almerienses, 2015. 2. Concepto que crea Miguel de Unamuno para referirse a sus novelas totalmente alejadas de las previsiones psicológicas de sus personajes (Niebla, Amor y Pedagogía o Abel Sánchez). 3. GODOY ROLLÓN, Dionisio. Artistas andaluces en las exposiciones nacionales de Bellas Artes, 1856-1936. Málaga: Fundación Unicaja, 2009 4. GODOY ROLLÓN, Dionisio. Diccionario biográfico de artistas almerienses 1800-1900. Málaga: Fundación Unicaja. 2014. 5. DURÁN DÍAZ, María Dolores. «Sentimientos Velezanos de Dionisio Godoy». En Revista Velezana, 34 (2016). 6. DURÁN DÍAZ, María Dolores. «Paisajes de una vida. Dionisio Godoy, pintor almeriense». En Acuarela Información, 8 (2015). 7. Este cuadro formó parte de la colección de pinturas con la que se inauguró el Museo de Arte Doña Pakyta (Almería).
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Monasterio de los Jerónimos, Lisboa (2006) Acuarela sobre papel. 95 x 65 cm. Colección M. Dolores Durán Díaz
Patio granadino (2007) Acuarela sobre papel 65 x 50 cm. Colección particular
Palacio de la Ópera, París (2001)
Acuarela sobre papel 65 x 50 cm. Colección particular
Palacio de san Telmo, Sevilla
(2016) Acuarela sobre papel 95 x 65 cm. Colecciรณn del artista
Plaza de Cibeles, Madrid (1998) Acuarela sobre papel. 70 x 100 cm. Colecciรณn particular
Senectud (2016) Acuarela sobre papel. 48 x 38 cm (cada pieza). Colecciรณn del artista
este libro se imprimió con motivo de la exposición homónima celebrada en el Museo de Arte de Almería del 3 de noviembre de 2016 al 15 de enero de 2017