EXPOSICIÓN: PINTURA GRANADINA ENTRE DOS SIGLOS.

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PINTURA GRANADINA ENTRE DOS SIGLOS PAISAJES Y TIPOS


Editan: Ayuntamiento de Almería | Fundación de Arte Ibáñez Cosentino Colabora: Diputación Provincial de Almería Texto: © Juan Manuel Martín Robles Dirección de Arte: Juan Manuel Martín Robles Diseño y maquetación: © Fundación de Arte Ibáñez Cosentino Impresión digital: Fundación de Arte Ibáñez Cosentino Edición digital del catálogo de la exposición PINTURA GRANADINA ENTRE DOS SIGLOS, celebrada en el Museo de Arte Doña Pakyta de Almería, del 30 de junio al 13 de septiembre de 2020.


La pintura granadina entre dos luces. Artistas para un cambio de siglo JUAN MANUEL MARTÍN ROBLES Comisario de la exposición

«A las poéticas del Romanticismo sucede, en el ámbito de la pintura granadina, una práctica

populista legataria de los hallazgos teórico-prácticos del Modernismo y el Impresionismo tanto como del propio pensamiento romántico o de la vasta tradición pictórica del Siglo de Oro español». Así resumía el profesor Henares Cuéllar (1995, p. 16) el panorama pictórico granadino de la segunda mitad del siglo XIX. Un periodo complejo y de transición durante el cual la mayoría de los artistas afincados en la ciudad de la Alhambra practicaron un costumbrismo posromántico inspirado en el mito de Granada. Una particular propuesta estética caracterizada por el gusto por lo pequeño, lo amable, «lo real» (Aróstegui y López, 1974, p. 20) y la luminosidad propia de una urbe del Sur, al tiempo que indisolublemente vinculada a la demanda del escaso coleccionismo local y de los curiosos viajeros que llegaban a la ciudad ansiando encontrar en ella –y en los productos de sus artistas– la imagen que de la misma se había perpetuado a través de la literatura de viaje, que ya en el último tercio del siglo XIX comenzaba su renovación gracias a la estancia en Granada de pintores como Fortuny, Rusiñol o Casas. Insignes artistas cuya llegada supuso para la plástica local un soplo de aire fresco en el camino hacia una modernidad comedida, sin concesiones a la Vanguardia, que se perpetuará a través de la influencia ejercida por aquéllos en diversas generaciones de pintores locales. El primer paso hacia la modernidad lo darían los artistas granadinos influenciados por Mariano Fortuny Marsal (Reus, 1838 – Roma, 1874), quien en 1870 llegó a la ciudad buscando en ella «la luz del sur, la luz de efectos del sol, de los paisajes y callejuelas marroquíes, la primera a la que se acostumbró su vista» (Cerrillo, 1992, p. 28). Una búsqueda que le llevó a iniciar una incesante labor pictórica en las calles de una ciudad cuyo clima y singularidad «le permitieron trabajar al aire libre y a plena luz» (Martí, 1999, p. 37), y que pronto derivó en un profundo cambio en el hacer de los pintores locales, quienes observaban como aquel joven pintor llevaba al lienzo, con una técnica distinta a la que ellos empleaban –más moderna y suelta– los más bellos rincones urbanos.


Una nueva línea de trabajo se abría para los pintores granadinos que, aunque acostumbrados a trabajar en el interior del taller cuadros de temática religiosa, retratos o naturalezas muertas iluminados artificialmente, rápidamente supieron valorar los encantos de la luz y el paisaje de la ciudad. Así, bajo el influjo del maestro reusense, la realidad, en sentido estricto, impregnó la producción pictórica contemporánea local, y las calles y rincones de la ciudad, junto a las escenas costumbristas, comenzaron a ser tema prioritario en los óleos y acuarelas de los pintores locales que se exponían en escaparates comerciales y certámenes artísticos celebrados en Granada. Una ciudad cuyos creadores, partiendo del magisterio de Fortuny, abandonan los tonos oscuros de antaño y comienzan a derivar hacia los nuevos modelos estéticos que la burguesía naciente demanda, siendo común a partir de entonces, y con especial incidencia tras la creación de la Sociedad de Acuarelistas, la apuesta local por una «pintura de género, realista [...], de técnica preciosista y detallista» (Santos, 1999, p. 16). Como señalase el erudito y crítico de arte granadino Francisco de Paula Valladar, destacando la importancia de la estancia de Fortuny en la ciudad: «Cuando se le vio pintar de aquella maravillosa manera; cuando se comprendió que el amaneramiento en el dibujo y el convencionalismo en el color, eran los que imperaban en nuestra decadente escuela pictórica, estudiósele con afán; brilló la aurora de un renacimiento artístico» (V., 1882). Un panorama esperanzador el planteado por Valladar, excepcional conocedor del devenir de la plástica local contemporánea, que se mantendría ya hasta bien entrado el siglo XX. Tiempo durante el cual la luz, los temas agradables y la preferencia por una paleta cercana a la levantina serán características asimiladas por la plástica granadina. Manifestación que, desde el último tercio del siglo XIX, «rehuyó todo afán tremendista, los tintes sombríos, los temas trágicos» (Aróstegui y López, 1974, p. 13). Santiago Rusiñol (Barcelona, 1861 – Aranjuez, 1931) llegó a Granada, por recomendación de Ángel Ganivet, en 1898 acompañado de parte de la pléyade que conformaba el grupo modernista de Sitgets. Rusiñol, quien entonces practicaba «una pintura luminosa con una pincelada menuda y vibrante» (Segura, 1999, p. 8), y Ramón Casas i Arbó (Barcelona, 1866 – 1932) –éste en menor medida– trasladaron hasta Granada opciones artísticas novedosas como el Impresionismo y el Modernismo. Dos alternativas que, aunque en la mayoría de los casos se fundieron en la estética granadina con un realismo fin de siglo y un costumbrismo de ascendente decimonónico, tuvieron, a partir de la estancia del grupo catalán en la ciudad, representantes y seguidores cuya paleta plena de luz optó por una nueva opción paisajística y una técnica renovada, abandonándose el preciosismo fortuniano y acentuándose el alejamiento de la plástica granadina respecto a la España negra.


Junto a estos hitos, también la estancia de Cecilio Plá y Gallardo (Valencia, 1860 – Madrid, 1934) o Antonio Muñoz Degrain (Valencia, 1840 – Málaga, 1924) marcaron una pauta definida en la plástica local, puesto que con ellos se produjo una nueva revitalización del paisajismo. Dentro de la amplia nómina de artistas plásticos que en Granada desarrollaron su actividad durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX podemos encontrar un numeroso grupo de artistas cuyas carreras marcarán el devenir de las principales opciones estéticas contemporáneas: desde la pintura de historia y religiosa hasta el “casacón” fortuniano y el costumbrismo local, pasando por un paisajismo pleno de luz o un Impresionismo de corte modernista inspirado en la influencia de Rusiñol. Propuestas que, dejando al margen la producción pictórica de historia o religiosa, tendrán en Granada representantes de primer orden como Julián Sanz del Valle (Santa Fe (Granada), 1828 – 1911) y José Larrocha (Granada, 1850 – Buenos Aires (Argentina), 1933), a su vez maestros de buena parte de los artistas pertenecientes a la escuela pictórica fin de siglo local; Tomás Martín (Granada, 1858 – Madrid, 1919) y Manuel Ruiz Sánchez Morales (Baza (Granada), 1857 – Madrid, 1922), representantes del paisajismo y la tradición acuarelista granadina de entresiglos; Eugenio Gómez Mir (Granada, 1877 – 1938), pintor especialmente vinculado a la propuesta colorista de Rusiñol; o George Apperley (Vetnor-Isla de Wight (Gran Bretaña), 1884 – Tánger (Marruecos), 1960), continuador durante las primeras décadas del siglo XX de un posromanticismo pictórico afecto a la estética simbolista. Artistas todos ellos representados en la selección que bajo el título Pintura granadina entre dos siglos: paisajes y tipos aquí presentamos.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

ARÓSTEGUI MEGÍAS, A. y LÓPEZ RUIZ, J. (1974) 60 años de arte granadino. Granada: Aula de Cultura del Movimiento | CERRILLO RUBIO, L. (1992). Mariano Fortuny. Madrid: Historia 16 | MARTÍ AYXELÁ, M. (1999). «Mariano Fortuny Marsal en Granada». En Fortuny en Granada. Familiares, amigos y seguidores. Granada: Fundación Caja de Granada | MARTÍN ROBLES, J. M. (2002). Don Francisco de P. Valladar Serrano (1852-1924). Crítica, historiografía y teoría del arte. Crítica musical y musicología. Antropología cultural: las fiestas y tradiciones locales andaluzas y granadinas (tesis doctoral) | SANTOS MORENO, M. D. (1999). De Fortuny a Morcillo. Granada: Ayuntamiento | SEGURA BUENO, J. M. (1999). “Prólogo”. En SANTOS MORENO, M. D. (1999). De Fortuny a Morcillo. Granada: Ayuntamiento | V. (1882). “Mariano Fortuny”, El Defensor, nº 776



Julián Sanz del Valle (Santa Fe (Granada), 1828 – 1911) Alhambra, Generalife y Albaicín (1892) Acuarela/papel. 25,1x49 cm. Firmado y fechado: Valle 92 (ángulo inferior izquierdo) Colección particular


José de Larrocha González (Granada, 1850 – Buenos Aires (Argentina), 1933) Paisaje de Granada Acuarela/papel. 16,1x11,8 cm. Firmado: JLarrocha (ángulo inferior izquierdo) Colección particular


José de Larrocha González (Granada, 1850 – Buenos Aires (Argentina), 1933) Paisaje de Granada (Carrera del Darro) Acuarela/papel. 17,5x12,5 cm. Firmado: JLarrocha (ángulo inferior derecho) Colección particular


Tomás Martín Rebollo (Granada, 1858 – Madrid, 1919) Guitarrista (1910) Acuarela/papel. 34,6x28,1 cm. Firmado, localizado y fechado: Martín Rebollo. Granada 1910 (ángulo inferior izquierdo) Colección particular


Manuel Ruiz Sánchez Morales (Baza (Granada), 1857 – Madrid, 1922) Granadina (circa 1889) Acuarela/papel. 42,2x23,7 cm. Firmado y localizado: Ruiz Morales. Madrid (ángulo inferior derecho) Colección particular


Manuel Ruiz Sánchez Morales (Baza (Granada), 1857 – Madrid, 1922) Carmen granadino Óleo/cobre. 20x14 cm. Firmado: Ruiz Morales (ángulo inferior derecho) Colección particular


Manuel Ruiz Sánchez Morales (Baza (Granada), 1857 – Madrid, 1922) Flamenca en un carmen del Albaicín (Granada) Óleo/cobre. 20x14 cm. Firmado: Ruiz Morales (ángulo inferior derecho) Colección particular


Eugenio Gómez Mir (Granada, 1877 – 1938) Carrera del Darro (Granada) Acuarela/papel. 31,9x24,2 cm Firmado: Gómez Mir (ángulo inferior izquierdo) Colección particular


George Apperley (Vetnor-Isla de Wight (Gran Bretaña), 1884 – Tánger (Marruecos), 1960) Enriqueta y Jorge (la mujer y el hijo del pintor) (1936) Lápiz, carboncillo y clarión/papel. 15x11 cm. Firmado y fechado: Apperley 22/4/36 (ángulo inferior izquierdo) Colección particular



George Apperley (Vetnor-Isla de Wight (Gran Bretaña), 1884 – Tánger (Marruecos), 1960) Lamento por Orfeo (1924) Técnica mixta/papel. 25,4x35,5 cm. Firmado y fechado: Apperley 24 (ángulo inferior izquierdo) Colección particular



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