LUIS CAÑADAS
Paisajes y bodegones [1980 / 2000]
CRÉDITOS Catálogo
Exposición
Edita Ayuntamiento de Almería
Museo de Arte Doña Pakyta (Almeria) Del 31/10/2018 al 6/01/2019
Colaboran Diputación Provincial de Almería Fundación de Arte Ibáñez Cosentino
Producen Fundación de Arte Ibáñez Cosentino estudio-53 (www.estudio-53.com)
Texto © Juan Manuel Martín Robles
Organiza Ayuntamiento de Almería
Dirección de Arte Juan Manuel Martín Robles
Colaboran Diputación Provincial de Almería Galería Acanto (Almería)
Impresión digital Fundación de Arte Ibáñez Cosentino Depósito legal AL 2482-2018
Comisario, diseño y coordinación Juan Manuel Martín Robles
Luis Cañadas Pintor indaliano en Madrid Juan Manuel Martín Robles Comisario de la exposición
M
iembro fundador del Movimiento Indaliano, novísima apuesta artística y cultural surgida en la adormecida Almería de posguerra a la que quedó vinculado en su juventud, participando en las principales convocatorias que, bajo la totémica protección del prehistórico Indalo y los alientos del incansable Jesús de Perceval –artista, ideólogo y principal agitador del Movimiento–, proyectaron el Arte almeriense más allá de las fronteras provinciales durante la segunda mitad de la década de 1940, como la Exposición Indaliana en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid (1947), el VI Salón de los Once (1948) o la I Bienal Hispanoamericana de Artes (1951), Luis Cañadas (Almería, 1928 – Madrid, 2013) se fue desvinculando progresivamente de la agrupación almeriense –como ocurriese con otros integrantes de aquel revolucionario grupo considerado uno de los primeros hitos de la renovación de la pintura española de posguerra y uno de los referentes de la vanguardia andaluza de la primera mitad del siglo XX– tras su participación en el Salón organizado en 1948 por la dorsiana Academia Breve de Crítica de Arte. Momento a partir del cual inició un continuo proceso evolutivo que le llevaría, sin olvidar nunca sus raíces mediterráneas y la propia esencia de lo indaliano como concepto estético, hasta la madurez artística. Un proceso, iniciado en la ciudad almeriense con la que nunca se produjo la desconexión total –como queda patente tanto por los numerosos encargos pictóricos y murales que aquí desarrolló a partir de la década de 1960, como porque con cierta frecuencia volvió para exponer individualmente en la Galería Parriego (1973, 1975), el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros (1979), la Galería Argar (donde expuso de forma regular entre los años 1984 y 2004) o la Galería Jover (2009, 2010)–, que alcanzará su plenitud en 1963, tras su traslado definitivo a Madrid. Instante a partir del cual la inflexión que su asentamiento en la gran urbe produjo en los temas escogidos y en la forma de trasladarlos al lienzo –pasando de la brillante luz y el rico colorido de sus escenas costumbristas y vistas urbanas realizadas en Almería a la paleta casi monocroma que caracterizará las pinturas de corte pesimista y nostálgico que ejecutó a partir de su llegada a la capital de España–, así como la influencia que en su obra comienza a percibirse de pintores que habían hecho del paisaje contemporáneo una vía expresiva de especial atención –pensemos en Benjamín Palencia y la segunda Escuela de Vallecas– asociaría al pintor almeriense tanto con Madrid, sus paisajes –con especial atención por las zonas alejadas del centro urbano– y sus habitantes –representados como seres anónimos, observados por el pintor con cierto pesimismo y carácter crítico–, como con las vistas, inmensas, áridas y luminosas –aunque con una luz distinta a la trasladada en sus anteriores paisajes almerienses–, de la meseta castellana.
Unos temas que, sumados a los bodegones, las flores y los interiores –con predilección por el espacio de trabajo del artista– que también representó con asiduidad, protagonizarían la producción de décadas y serían objeto de análisis crítico con motivo de las diferentes individuales celebradas en galerías madrileñas tras su llegada a la gran urbe. Luis Cañadas y la crítica de arte madrileña Con especial interés siguió las diferentes muestras de Cañadas en Madrid el también almeriense Antonio Manuel Campoy a través de las páginas de ABC. Diario en cuya edición del día 10 de marzo de 1965 dejaba constancia el crítico nacido en Cuevas del Almanzora de la primera exposición individual de Cañadas en la capital española. Una muestra, celebrada en la Galería Quixote (Plaza de España, 11), para la que el pintor seleccionaría un conjunto de pinturas, de raíz almeriense –en palabras de Campoy, «nos ofrece su soleada, reseca versión de las tierras de Almería, alucinante sinfonía de ocres y grises, de tierras que parecen modeladas naturalmente por el sol y el poniente erosivos»–, y mosaicos, de «belleza entre opulenta y contenida», realizados junto a su «discípulo» José Leal, según indicase Campoy en su crónica. Cinco años después de aquella primera exposición madrileña, en 1970, Cañadas iniciaba una estrecha relación comercial con la Galería Círculo 2 (Manuel Silvela, 2), donde expondría de forma individual durante los otoños de 1970, 1972, 1974, 1976 –muestra cuyo catálogo de sala contó con texto de José Hierro, reproducido posteriormente con motivo de su individual almeriense de 1994–, 1978 y 1980. Seis ocasiones en las que, a través de sus últimas creaciones seleccionadas, dejaría constancia tanto de la evolución plástica y solidez estética de un artista con voz propia, como de su total inmersión en el ambiente artístico madrileño y su proyección nacional –hecho constatable igualmente por su inclusión, durante los años que nos ocupan, en colectivas como ‘Once artistas contemporáneos’ (1973, Nueva Galería Lienzo) o ‘Crónica de la pintura española de posguerra’ (1977, Galería Multitud)–, tal y como podemos rastrear a través de las críticas publicadas en las columnas del diario ABC y la revista Blanco y Negro, respectivamente, por los influyentes críticos Antonio Manuel Campoy y Javier Rubio: «Luis Cañadas es un pintor indaliano, sí, pero no ha caído en la trampa de confundir una estética con un asunto […] Su pintura está dentro de él, melancolizada por una realidad que él traduce a colores soleados, con una hondura y una sensibilidad que no será fácil comparar». [CAMPOY, A. M. «Crítica de exposiciones». ABC (Madrid), 30/10/1970] «Su paisaje no es nunca el pie forzado de un esteticismo apto ya para toda suerte de gustos; es, por el contrario, la síntesis geográfica y sentimental de unas regiones que el pintor ha estudiado e interpretado muy originalmente. Sus escenas del suburbio se pueden incluir ya en lo más característico de la pintura testimonial de nuestra época». [CAMPOY, A. M. «Crónica y crítica». ABC (Madrid), 11/11/1972] «…la obra de Luis Cañadas, integrada en la ciudad, en cualquier gran ciudad, depurada de localismos y tipismos fáciles, en busca del paisaje, el suburbio o el barrio “arquetípico”, con unos personajes que tienen validez humana en cualquier rincón del mundo. Porque el pintor no busca sofisticados pretextos para recoger la realidad, la vida
que le rodea, sino que sale a la calle o al campo con el lienzo, los tubos de óleo y los pinceles y refleja como el espejo del novelista. Por eso sí, con todo el oficio y la sensibilidad que le caracterizan y armonizando sin estridencias la Naturaleza y la ciudad “en construcción”, en renovación y crecimiento continuo». [RUBIO, Javier. «Luis Cañadas». Blanco y negro (Madrid), 6/11/1976] «Luis Cañadas se nos aparece siempre comprometido en una tarea de ascesis, de desprendimiento de lo accesorio e innecesario. Su obra, cada vez, es más una esencia de ella misma. Renuncia a los –para él– fáciles lujos de la materia y el color exultantes, se ensimisma en los puros esquemas de sus paisajes, en la sutil matización de sus composiciones más preocupado por lo que su pintura tenga de testimonio de sensibilidad que de crónica de lo externo». [CAMPOY, A. M. «Crítica de exposiciones». ABC (Madrid), 29/10/1978] «He aquí un pintor que, sin renunciar del todo a lo que inicial y duraderamente pudo caracterizarlo –el paisaje–, se ve solicitado hoy por motivaciones más comprometidas, más testimoniales de su tiempo y de su sociedad […] Cañadas sigue pintando paisajes, pero se diría que ya no son el gran motivo de su pintura. Esta, llegada ya a su madurez, quiere ser testimonio vivo de unas gentes que, al margen de los sonoros acontecimientos, prosiguen su dramático ir y venir por nuestras ciudades». [CAMPOY, A. M. «Crítica de exposiciones». ABC (Madrid), 9/11/1980] Tras la exposición inaugurada el 7 de octubre de 1980 en la Galería Círculo 2 –a la que Campoy dedicó la certera crítica de la que hemos extractado las palabras que inmediatamente preceden a estas líneas–, no volvería a hacerse eco la prensa local de ninguna otra individual de Cañadas en Madrid. Ciudad con la que, hasta el final de sus días, mantuvo una prolongada relación cultural –siendo asiduo, al igual que otros artistas indalianos, a tertulias como las del Café Gijón o el estudio de la pintora Beppo– y profesional, a través de su participación en colectivas como ‘Madrid visto por sus pintores’ (1982 y 1983, Ayuntamiento de Madrid), ‘Pintores andaluces’ (1988, Sala de la Caja de Ahorros de Granada), el VII Salón de los Trece, organizado en septiembre del año 2000 por la Obra Social de CajaMadrid, o la Exposición-homenaje a Toulouse-Lautrec que en 2001 organizase la Academia Libre de Arte y Letras de san Antón en las salas de la Embajada de Francia en Madrid. BIBLIOGRAFÍA: Vanguardias de la pintura almeriense y su presencia internacional (2009) | BOCERO, Antonia. Creación y trayectoria del Grupo Indaliano (2009) | CAMPOY, A. M. «Arte y artistas. Crítica de exposiciones». ABC, 10/03/1965 | CAMPOY, A. M. «Crítica de exposiciones». ABC, 29/10/1978; 30/10/1970; 9/11/1980 | CAMPOY, A. M. «Crónica y crítica». ABC, 11/11/1972 | CAMPOY, A. M. «Pintores andaluces». ABC, 1/12/1988 | CAMPOY, Antonio Manuel. Diccionario crítico del arte español contemporáneo (1973) | DÍAZ RAMOS, Antonio. «Artes». En Almería (tomo II) (1983) | DURÁN DÍAZ, Mª Dolores. Historia y estética del Movimiento Indaliano (1994) | DURÁN DÍAZ, Mª Dolores. Luis Cañadas, poesía de la pintura indaliana (2017) | GALINDO, Carlos. «Toulouse-Lautrec, recordado por 56 pintores en el centenario de su muerte». ABC, 17/09/2001 | GAMONAL TORRES, Miguel Ángel. «Pintura contemporánea». En Historia del Arte en Andalucía. Medio siglo de Vanguardias (1994) | GONZÁLEZ-BARBA, Andrés. «Diego Gadir sube “otro peldaño” en su carrera con su presencia en el VII Salón de los Trece». ABC, 1/10/2000 | ROMERO-MIURA GIMÉNEZ, Fausto. Los indalianos (2016) | RUBIO, Javier. «Luis Cañadas». Blanco y negro, 6/11/1976 | T. H. D. «Desaparece Beppo, la última pintora de la bohemia madrileña». ABC, 9/02/1989.
Niños con bodegón Acrílico/papel. 33,9 x 48,8 cm. Colección estudio-53
Bodegón con frutero y uvas Acrílico/papel. 34 x 48,8 cm. Colección estudio-53
Bodegón con frutero y peras Acrílico/papel. 33,9 x 48,8 cm. Colección estudio-53
Bodegón con frutero y botella Acrílico/papel. 33,9 x 48,8 cm. Colección estudio-53
Violín con flores Acrílico/papel. 54,8 x 71,7 cm. Colección estudio-53
Vista nocturna Acrílico/papel. 41 x 55 cm. Colección estudio-53
Entrada al jardín Acrílico/papel. 33,9 x 48,8 cm. Colección estudio-53
Paisaje Acrílico/papel. 36,7 x 59 cm. Colección estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 37 x 45 cm. Colección estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 36,9 x 54 cm. Colección estudio-53
Paisaje ร leo/lienzo. 60 x 73,5 cm. Colecciรณn estudio-53
Camino con cipreses AcrĂlico/papel. 49 x 34 cm. ColecciĂłn estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 49 x 60 cm. Colección estudio-53
Paisaje invernal Óleo/lienzo. 49 x 60 cm. Colección estudio-53
Ropa tendida Óleo/lienzo. 26 x 34 cm. Colección estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 100 x 100 cm. Colección estudio-53
Paisaje ร leo/lienzo. 45 x 54 cm. Colecciรณn estudio-53
Paisaje ร leo/lienzo. 59 x 59 cm. Colecciรณn estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 37 x 45 cm. Colección estudio-53
Paisaje Óleo/lienzo. 36,9 x 45 cm. Colección estudio-53
Luis CaĂąadas
Paisajes y bodegones [1980-2000] del 31/10/2018 al 6/01/2019