Este emprendimiento, que verifica la actividad de los cazadores de focas y luego de ballenas como la primera actividad humana antártica, muy anterior a la etapa de las exploraciones científicas que se continúan hasta nuestros días, es el producto de varios años de averiguaciones, investigaciones, trabajos de campo (1994/2007), verificaciones y análisis de laboratorio, como una contribución al arraigo de la cultura marítima argentina y como un hito más de la presencia argentina en la Antártida. Es la intención de esta publicación contribuir con los objetivos del Año Polar Internacional, llamando la atención mundial sobre la problemática de los polos, en este caso, desde el punto de vista histórico.