Retazos que se ofrecen y llaman al Derecho de Gentes (rebeliรณn)
DERECHO A REBELIร N
(En memoria de mรกs de 20 siglos de agresiones y 8 de presiones y ocupaciรณn de la naciรณn vasca, del Estado navarro)
PEDRO ESARTE MUNIAIN
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PREÁMBULO
“Leyes y normas que se ejercen, no constituyen derecho perenne” “El derecho existe en vindicar la forma de vivir, en toda sociedad y en todo momento”
Este pequeño libreto que, como toda mi literatura, afronta la subversión del orden establecido autárquicamente en el Estado español, merece un corto prólogo. El problema suscitado es que el Estado asienta su poder en la afirmación de legalidad, y ésta ha de obtenerla de la información que, naturalmente, orienta con sus comunicaciones. La modelación de la historia es, pues, la forma mas útil a sus intereses. España, en sus diversas formas (Hispania como la más conocida), sólo fue una creación artificial del territorio de una dominación romana, posterior provincia del clero católico, y finalmente un nombre donde asentar el imperio monárquico, pretendida nación en los límites del Estado. Todo ello rodeado de una absoluta falsedad histórica. Cuando se hace historia, a 70 años de las grandes masacres del 36, falta todavía un reconocimiento oficial a sus perjudicados, mientras se programan monolitos de recuerdo oficiales para víctimas posteriores, en agravio de otras que lo fueron en la defensa de libertades, no beneficiosas a los intereses de la actual forma de Estado. No se asientan así méritos ni responsabilidades, sino a qué causa sirvieron. Los agravios del poder establecido (tanto más graves en cuanto poder instituido), ni se oficializan, ni se oficializarán. Los monumentos a las víctimas erigidos en Euskalerria escriben la historia de quien impone las leyes sobre las ideas. Así se aporta la ética y moral de los intereses colonizadores sobre nuestro pueblo, con su versión histórica, impuesta, sobre y contra nuestra cultura y los hechos reales. 5
La tesis del poder emanado de Dios se plasma en quien lo aplica. Es la eterna batalla de los ángeles del paraíso con los expulsados del mismo: el arcángel de Dios, expulsando al rebelado Lucifer a los infiernos. Para los que se someten a la lealtad, el purgatorio de reconocer el sistema y costearlo, y para los que no rinden la idea, su pesar consentido, mediante la garantía del olvido en el Limbo. Así que os escribo desde el Limbo. El presente trabajo recopila una pequeña muestra de la eterna disyuntiva: la posibilidad de subvertir el orden constituido, frente a los posicionamientos del poder, según le han convenido, con promesas, engaños, amenazas, etc. En este trabajo, el elector apreciará cómo la tesis de la Potestad es sincronizada en dicotomía con el Derecho de la Ley. Toda rebelión es injusta, y toda Ley, implantada para perdurar el sistema, es asumida por cualesquiera regímenes instituidos a su amparo. Cuando al gobierno del Estado le interesa, puede penar además el delito de fraude de Ley, aunque inversamente, no prevea siquiera analizar el fraude de Ley al Derecho. En este momento, los gobernantes españoles y aprovechados en el poder tienen más miedo al sentimiento de nación vasca que a ETA, y actúan en consecuencia. Necesitan hacer “renegados” que apuesten por “la paz de los cementerios” (Ibarruri dixit) de nuestro ser y derecho a regirnos por nosotros mismos. Deseo pues que el relato de hechos y criterios expuestos, sirvan al lector para discernir.. Son datos que revelan las causas del continuado conflicto y su antigüedad, así como los fines de colonización buscados y ejercidos desde el poder (a mayor o menor imposición, según conveniencia o posibilidades) sofocando “rebeliones”, condenando pareceres y enterrando libertades. La construcción de monolitos en homenaje a las víctimas, se convierte así en una perversión en el traslado del recuerdo a la memoria y su posterior conceptuación histórica. Estos monolitos y placas hacen memoria y al mismo tiempo, historia para el Estado. Nuestros gobernantes, además de hacer el ridículo llenando el territorio de monumentos, componen así la “Historia del “Estado español”, machacando comunicativamente a la población. Nadie encontrará, a la inversa, una política similar del Estado. Mientras se derriban y retiran monumentos populares a muertos en Euskalerria, que no merecen siquiera el reconocimiento oficial, en el resto del Estado sus gobernantes no dedican un solo monolito, piedra, escudo, placa, cuadro o recuerdo en cualquiera de sus formas, que mantenga la memoria de las víctimas vascas, dentro de la responsabilidad del Estado español. Las cunetas de Navarra, Gernika y Durango son ejemplos de un meticuloso y planificado olvido. La ausencia de testimonios, el paso de los años y la falta de recuerdos harán el resto, en el olvido de la verdad. Así se construye la historia oficial (que no la vasca). Flaco servicio a la conservación de la Memoria Histórica de Euskalerria. 6
Sirva pues esta pequeĂąa recopilaciĂłn, como homenaje a quienes se sintieron obligados a defender el derecho primigenio de la sociedad vasca, para regirse por sĂ misma. Pedro Esarte Muniain
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INTRODUCCIÓN
Derecho a rebelión. Y tanto. Estamos tan sobrados de “derecho” como ayunos de capacidad política para ejercerlo consecuentemente y plasmarlo en realidades institucionales, fundamentalmente en la forma básica para que una sociedad o pueblo sea sujeto político en el mundo actual: el estado propio. Nuestro pasado, más y menos antiguo, presenta tantos casos flagrantes de asalto a mano armada (nunca mejor dicho) a nuestras instituciones, a nuestra lengua, a nuestra cultura, en una palabra a nuestro Patrimonio, que bien podemos conocer en propia carne lo que significa el “derecho a rebelión”. Por ello mismo, la historia ofrece una buena muestra de nuestro espíritu insumiso, de nuestra capacidad de rebeldía contra tales atropellos. Parece mentira que estemos donde estamos, en una situación que parece una espiral que se cierra sobre sí misma, desesperante y desesperanzada, sumida en un falso conflicto, al menos en los términos en los que se plantea y que no sabe más que repetir “más de lo mismo” y hacerlo ad nauseam. Parece increíble que no hayamos escarmentado en nuestro propio sufrimiento, en nuestro sentido del derecho y de la justicia, y en la frustración por los escasos réditos obtenidos hasta el momento en nuestra lucha. El texto que sigue está formado precisamente por retazos de nuestra historia en los que su autor, Pello Esarte, ha querido recoger hitos importantes de nuestra capacidad de rebelión. Podrán faltar algunos, o muchos, pero los que están son importantes. Son variados, tanto desde el punto de vista cronológico: desde el siglo XIII hasta el XX, como desde el campo político en el que se desarrollan: el propio reino de Navarra independiente, el reino tras la conquista de 1512, las provincias de Gipuzkoa y Bizkaia, las tierras de Zuberoa o la Vasconia desestructurada del último siglo. Unas historias son más conocidas, otras menos, algunas son casi primicia, pero todas son del mayor interés.
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Los episodios de los siglos XIX y XX son, en general, bastante conocidos, comenzando por la guerra de 1936 y sus secuelas en forma de dictadura; lo mismo vale para “La Gamazada” y las guerras carlistas. No obstante, aparecen hechos muy importantes a pesar de no ser tan conocidos: los intentos, desde Napoleón hasta los carlistas, a favor de la unidad administrativa de Navarra con el resto de Vasconia, el sentimiento nacional a través del memorial de Diputación de 1838 o la oferta oficial al “alzamiento de gentes” por los proisabelinos, saldado con varios fusilamientos. Están también las tesis de Sagaseta de Ilurdoz en oposición a la mal llamada “Ley Paccionada” de 1841. Los Infanzones de Obanos, cuando menos de oído, son muy conocidos, no tanto el ejercicio del Derecho plasmado en el Amejoramiento de Felipe de Evreux en 1330. Tampoco son tan sabidos los hechos sucedidos en Gipuzkoa en los siglos XIV y XV. Es más conocida la posición de Martín de Azpilicueta, que las tesis de Larramendi y de Aguirre sobre el Derecho Real y su subversión, muy interesantes también. La revuelta y asesinato de Matalaz en Zuberoa constituye también un episodio notorio de nuestra historia. A través de todos los hechos narrados por Esarte hay un hilo conductor que es ni más ni menos que una forma de concebir la sociedad y su organización, incluida la política. Se manifiesta la relación de gobernados y gobernantes, con las limitaciones que la organización propia impone a estos últimos por voluntad de los primeros. Evidentemente los procesos que suceden en la Edad Media difieren muchísimo de los actuales, pero el hilo conductor se puede seguir con bastante facilidad y es también ni más ni menos que una visión de la organización social en la que la autoridad se debe a aquél sobre el que la ejerce y a quien debe rendir cuentas. No hay gobernantes absolutos, sino gobernantes al servicio de la colectividad y bajo su control. Toda esta concepción forma parte principal de nuestro Patrimonio social y político. Nos han arrebatado mucho, nos intentan quitar más cada día, pero el espíritu de rebeldía permanece con gran fuerza en nuestra sociedad y se manifiesta de continuo. Un ejemplo bastante reciente tenemos en el movimiento insumiso frente a las “quintas” españolas. Pero, como indicaba al comienzo de esta Introducción, parece que nuestro Patrimonio social y político no incluye ese sentido de la estrategia y de la organización necesarios para afrontar los retos del mundo actual y, en concreto, el de la necesaria recuperación de nuestro Estado para sobrevivir dignamente en el mismo, como sujeto político, y poder ejercer nuestra solidaridad, tan generosa dicen por otra parte, con nombres y apellidos propios, no los que nos ceden “amigablemente” España y Francia. Ahí radica nuestro principal problema. Si hemos sido capaces de afrontar con éxito retos tan importantes como el tránsito de la economía del Antiguo Régimen al capitalismo, si hemos sido capaces de crear un entramado económico y social como es el mundo cooperativo, si hemos sido capaces, en fin, de constituir un movimiento como el de las Ikastolas a favor de 10
la supervivencia y desarrollo de nuestro euskera, tenemos que ser capaces de “incrementar” o “amejorar” nuestro Patrimonio social y político, basándonos en sus rasgos, ya reseñados anteriormente, pero aprendiendo de otras sociedades, de otros países que han accedido a su independencia. Es nuestro reto. Luis Mª Martínez Garate
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PRÓLOGO
La criminalización del dominado y sometido, cuando no exterminado, es un objetivo en la imposición de la ley del más fuerte que, en todos los casos, legisla para el vasallaje del vencido. Impone la ley como Derecho, en vez de servirse del Derecho para hacer la ley. El deseo al auto-gobierno es natural al ser humano, aunque contrariamente ocurre, que se le someta al dominio de la fuerza. El colonizador impone su dominio, otorgando a sus leyes la cualidad de normas del Derecho. Así se suprimen las formas de vida social existentes previas al colonizador, y se aplican las conducentes al dominio. Frente a este “derecho” impuesto se halla el calificado de “Derecho de gentes”, desde que los calagurritanos fueron masacrados por los romanos. El Derecho de gentes fue fundamento en la sublevación de los calagurritanos contra los romanos, en la defensa de Olite frente a los godos, en la batalla contra Carlomagno en el Pirineo, en las luchas frente a la voluntad papal, contra castellanos, aragoneses y hasta cruzados, de los siglos XI al XIII, y hasta contra los reyes extranjeros que se imponían hasta la ocupación del siglo XVI. El continuo historial hasta el presente ha tenido y sigue teniendo vigencia en el sometimiento a las leyes impuestas. La ley no hace el Derecho, y sobre el Derecho (mejor aún sobre el Derecho natural), debe hacerse la Ley. Finalmente quiero dejar claro lo modesto de mi estudio, que se circunscribe a los hechos más relevantes de la relación vasca con los Estados que la someten, sin acudir a las aplicaciones y referencias de la licitud a la rebelión por Derecho de autores de fuera de nuestro Estado, mucho más extensas y favorables. He preferido buscar alrededor de los episodios más cercanos y conocidos, en la realización de este corto trabajo, la legitimidad de la rebelión, y dejar constancia de una realidad histórica, poco resaltada por la historia oficial.
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