Zenbakia Número
90
Urria octubre octobre
2014
Nafarroa Navarra Navarre
1,5 €
El saqueo de la memoria: proyección en los Golem El día 2 de octubre, a las 20:00 de la tarde, en los cines Golem, asistiremos a la proyección del documental (DVD) “Iruñea. Izanaren hondamendia. El saqueo de la memoria”. El objetivo de este material audiovisual ha sido el de dar a conocer y sensibilizar a la población en torno a los sucesivos ataques que las autoridades de esta ciudad vienen cometiendo contra distintas formas del patrimonio histórico. El euskera, los yacimientos arqueológicos que aparecen en el subsuelo de la ciudad, edificios simbólicos... todo lo que remita a la memoria que esta ciudad tiene de su pasado y su cultura, acaba siendo laminado por las decisiones institucionales. Este documental, que Nabarralde ha editado y repartimos con la revista Kazeta del mes pasado, se presentará ante el público en esta ocasión. Hemos invitado a agrupaciones culturales, peñas, artistas, movimientos, personalidades, agentes sociales y políticos de todas las tendencias, para que asistan a esta presentación. Los periodistas Joseba Santamaría (Diario de Noticias) y Reyes Ilintxeta (Euskalerria Irratia) serán los encargados de gestionar el acto. Sería de desear que, como miembros de Nabarralde, llamáramos a y convocáramos a amigos y personas con interés en estas cuestiones para que el acto reciba una máxima atención.
Diada 2014
Eskozia, porrot estua Mobilizazio eta herri bultzada hori gabe, indar metaketa bide erdian geratzen da
Eskoziako erreferendumak prozesu independentistei buruzko ikasgai praktikoa eta interesgarria eskaini digu. Bihoa aurretik eredugarria izan dela, demokratikoa eta akatsik gabea… Eta hor dago tranpa. Izan ere, erabakitzeko eskubidea errespetatzen duen modelo politiko ingelesa gustuz hartuko genukeen arren, batez ere Espainiako egoerarekin alderatzen badugu, azpiko aldea ikusi zaio. Alegia, boterea dela galdeketaren benetako kudeatzailea, beldurra, nazioarteko harremanak, komunikabideak eta “demokrazia” idealizatu horren bestelako adierazpenak administratzen dituena. Indarren arteko desoreka, establishmenta eta hura desafiatzen duenaren artekoa, oso nabaria da. Edozein modutan, prozedura legalarekiko izan dezakegun zuhurtasunaz haratago, “erabakitzeko eskubidearen” beste gabezia batzuk, Eskozian planteatu den bezala bederen, herri mobilizazio
Prozesua ingeles erara kudeatu da, oso modu zuzen eta zibilizatuan… eta herria kalera atera gabe
eza eta independentismoa arrazoi ekonomikoetan oinarritzea izan dira. Izan ere, prozesua ingeles erara kudeatu da, oso modu zuzen eta zibilizatuan… eta herria kalera atera gabe. Hau da, herria mobilizatu gabe, jendea zuzenean edo afektiboki motibatu gabe. Eta mobilizazio eta herri bultzada hori gabe, indar metaketa bide erdian geratzen da (eta dena da beharrezko Estatuaren aurkako norgehiagokan, kontuan hartu bestela Ibarretxe Planarekin gertatu zena). Baina independentzia lortzeko biderik onena demokraziaren gauzatzea dela planteatzeko moduak ere huts egin du. Kontzientzia nazionala landu gabe, oinarrian zapaldutako eta mugatutako nazio bat dagoela azpimarratu gabe, herri egiten gaituzten sinbolo eta ezaugarriak nabarmendu gabe, ez baita independentziaren aurkako indarrei aurre egingo dien eta beste egoera bat desio duen borondate erabakigarria, kementsua eta ekintzailea aktibatzen.
La Diada de este 2014 culmina un ciclo extraordinario, tras las movilizaciones multitudinarias de 2012 y 2013. El éxito de su organización se cifra en las 1.800.000 personas que contabilizó la Guardia Urbana de Barcelona. Y el significado de este acontecimiento viene definido por el enunciado de la reivindicación que se ha inscrito de forma pacífica, festiva y masiva en esa imagen simbólica: la V de la Vía catalana a la independencia. Detrás de todas las argumentaciones, monsergas y especulaciones, en efecto, destaca con nitidez una idea central, un objetivo único y compartido: ¡Independencia! A diferencia de las anteriores celebraciones, la Diada de esta ocasión ha adoptado una forma estática, fija, inmóvil en su escenificación de la V con las franjas de la bandera catalana y sólida como una roca humana que afirma su voluntad de ser. Esta concentración de voluntades es resultado de muchos factores. Como es conocido, por delante pueden citarse los aspectos materiales, económicos, fiscales y reclamaciones de esta naturaleza. Pero a nadie se le escapa que el telón de fondo de esta marejada social tiene raíces más profundas, vinculadas a los sentimientos compartidos por toda una colectividad, relacionados con su país, su comunidad, su lengua, memoria, capacidad de decisión... soliviantados por una agresión constante y una humillación permanente a manos de los poderes del Estado (que compartimos). Quizás en Catalunya haga falta una clase política que sepa liderar esa formidable voluntad colectiva, expresada en la Diada. Pero ese calor reivindicativo del proceso catalán (por la lengua, la cultura, la dignidad... Por la independencia), esa energía social, es lo que se ha echado de menos en Escocia.
Nabarralde SL · info@nabarralde.com · www.nabarralde.com · Tel. (34) 948 21 10 57 · Bidankoze kalea 3 · 31014 Iruñea NAFARROA · LG: NA-2449/2005 · ISSN. 1885-2181
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Pello Iraizoz: “Pamplona será un ciudad gris triste y anodina. Una ciudad desmemoriada” los pamploneses con este patrimonio?
El 2 de octubre se presentará en los Cines Golem de Pamplona el documental “Pamplona: el saqueo de la Memoria”. El escultor Pello Iraizoz, miembro de la Plataforma defensa Plaza del Castillo y de Nabarralde, participa en este proyecto.
Ha ocurrido muchas veces y la denuncia ciudadana ha calado. La gente está muy sensibilizada con este tema, ha entendido la importancia que tiene el patrimonio, y por eso, ha querido defenderlo. Con el euskera ha pasado lo mismo, hace cuarenta o cincuenta años no era importante para mucha gente, pero hoy en día la gente está muy sensibilizada con el euskera y con el patrimonio, y lo valoran mucho más.
En el documental se muestran una serie de ataques al patrimonio histórico cultural de Pamplona por parte de las autoridades. ¿Qué está pasando en Iruñea? ¿Por qué suceden estas cosas? La destrucción del Patrimonio que se está llevando a cabo es sistemática e ideologizada. También hay corrupción e intereses clientelares oscuros pero es indudable que hay motivos ideológicos detrás de estas actuaciones. Las administraciones, el poder, tienen una visión de la historia parcial y sesgada, y el relato que cuenta la ciudad, las pruebas históricas, les molestan. Al igual que un asesino trata de destruir las pistas del crimen, las administraciones navarras destruyen las pruebas históricas. Y la destrucción del patrimonio es algo muy grave en todos los sentidos: histórico, turístico, identitario, humano… El documental también subraya la idea de que Iruñea es la capital de todos los vascos. ¿Los ataques que ocurren aquí, por tanto, afectan a todos los vascos? ¿Qué pierde un vitoriano cuando se destruye el Palacio de los Reyes de Navarra? Lo mismo que un navarro. Pamplona, como capital de los vascos, tiene un valor sentimental histórico y simbólico que atañe a todos los vascos. El problema es que la conciencia nacional del patrimonio de Iruñea se ha perdido. Durante muchos años se ha trabajado la división entre vascos y navarros, y por eso un vitoriano o un bermeano no es consciente de este patrimonio y
Y una vez más, es una plataforma ciudadana, Iruñea Capital, la que denuncia esta estrategia contra la identidad de la ciudad. Normalmente son los Estados y administraciones lo agentes que cuidan del patrimonio. ¿Aquí pasa lo contrario?
no percibe estos ataques como una agresión contra los vascos. No es lo mismo que se destruya el patrimonio de un pueblo pequeño de Italia a que se haga en Roma. La destrucción del Coliseo de Roma atañería tanto a un romano como a un milanés. Y esos es lo que no entendemos en nuestro país. Además, también está el valor universal del patrimonio. Por lo tanto, cuando se destruye, perdemos todos. Uno de los ejemplos más flagrantes es quizá la Plaza del Castillo. Joseba Asiron la califica en el documental de “expolio cultural”. Tú estuviste en las movilizaciones de aquellos días. ¿Cómo es posible que se permitan este tipo de actuaciones desde las universidades y otras instituciones?
La destrucción del Patrimonio que se está llevando a cabo es sistemática e ideologizada
Las universidades han tenido mucha culpa de lo que ha pasado, no porque lo hayan incitado, pero han mirado para otro lado. Detrás de esto, también hay una actitud política. En las universidades, los puestos directivos son cargos políticos y por eso no se han implicado en el tema. A toro pasado, algunos profesores universitarios nos han dicho que hubieran debido de hacer algo, pero el mal ya está hecho. Los especialistas en el tema son los que hubieran debido denunciar las actuaciones en la Plaza del Castillo y sin embargo fue la sociedad civil la que salió a la calle. Estos ataques al patrimonio han generado muchas veces una fuerte contestación vecinal. ¿Por qué se identifican
Efectivamente. La sociedad civil es la que está peleando y las administraciones en cambio, movidas por motivos políticos, son las ejecutoras. Esta destrucción no es casual ni gratuita. Es una cuestión de Estado (español), está claro que un pueblo sometido sufre más destrucción de patrimonio que uno soberano. Si los ciudadanos no hacen nada por impedirlo, ¿cómo será Pamplona dentro de 50 años? Pues una ciudad como la que ellos quieren, triste, gris y anodina. Una ciudad desmemoriada. Y cuando eso ocurre, se vuelve manipulable, no tiene personalidad. Lo que se busca es que Iruñea pierda sus referentes y se vuelva manipulable. La amnesia es una de las peores formas de dependencia, porque el amnésico olvida quién es, donde vive, donde trabaja etc. Si Pamplona se vuelve amnésica será totalmente dependiente de otros países, de sus historias y culturas.
Nafarroa, Euskal Herriaren ardatza / La conciencia navarra de Euskal Herria / Navarre, l’ Etat basque / Nafarroa, Euskal Herriaren ardatza / La conciencia navarra de Euskal Herria / Navarre, l’ Etat basque
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La lucrativa industria de la Historia Estatugintza Jose Mari eta herrigintza Esparza Zabalegi Eneko Bidegain BERRIA
La editorial Txalaparta ha sido aludida, y sacudida, en estas páginas en la polémica entre Víctor Moreno y Fernando Molina. Rompo gustoso una lanza contra este último, profesor universitario de los que se sienten con pedigrí para meterse con las editoriales vascas que no les publican y que, según él, somos parte de una “lucrativa industria que fabrica productos de memoria para el consumo exclusivo de lectores abertzales”. Aparte de la envidia insana que rezuma la frase, Molina nos muestra más de lo mismo: los independentistas vascos fabricamos una historia para el presente mientras que la casta universitaria a la que él pertenece son doctores que, sin pasiones espurias, diseccionan nuestro pasado con bisturí de cirujano. Y sin embargo, después de 30 años de editor (y creo coincidir en esto con la mayoría de mis colegas) se aprende que, dejando aparte numerosas y honrosas excepciones, los departamentos de Historia de nuestras universidades rebosan, mucho más que en otras disciplinas, de maleantes, de cronistas oficiales, de vagos que no han desatado un legajo en su vida y de guardaespaldas (algunos muy profesionales, eso sí) del orden establecido. Y que su cometido principal es ocultar todo polvo de antaño que pueda explicar incómodos lodos de hogaño. Por eso anatemizan cuanto no controlan. La historia viene de atrás. Cuando a los vascos se nos negaba la universidad (¿o ya me lo estoy inventando?), los cronistas oficiales de España eran los únicos reconocidos para contar la Historia: Correa, Nebrija o Mariana fueron los primeros apologistas de la unidad del imperio, del mismo modo que los susodichos lo son hoy día de la unidad de España. Eso sí, siempre so capa de academicismo y erudición. Del Diccionario Geográfico-Histórico de España, el primero en su género, editado en 1802 por la Real Academia de la Historia, solo aparecieron los dos primeros tomos, relativos a los cuatro territorios vascos, con la sola intención de cuestionar los fueros vasconavarros. La manipulación de la Historia al servicio del príncipe es muy anterior al nacimiento de la primera editorial nacionalista. Por ejemplo, hasta ayer mismo todas las Historias generales del País Vasco, sin excepción, incluían al conjunto de los territorios vas-
Euskal Estatua, nolakoa eta nola lortu? Gogoeta berriak agertu dira azken aste eta hilabeteetan, eta zenbait eskema ere hausten ari dira. Gero eta gehiago hasi dira argiki erraten Ipar Euskal Herria ez dela nehoiz izanen euskal estatu baten parte. Ez bederen nazioarteko araudien araberako independentzia prozesu baten bidez. Beste bide batzuk bilatu beharko dira Zazpiak Bat ametsa bermatzeko. cos, o de las “naciones vascas”, que decía Zamacola en 1818. Una de las últimas fue la Historia General del País Vasco, editada en 1981 por Haranburu y dirigida por Caro Baroja. Y esto es así porque el sintagma País Vasco y Navarra no tiene tradición alguna y es rarísimo encontrarlo antes de 1977. Pues bien, ahora aparecen libros como Historia del País Vasco y Navarra en el siglo XX, coordinado por Jose Luis de la Granja, que por mucho catedrático de Historia Contemporánea de la UPV que sea, muestra cómo se puede poner la Historia, desde el título, al servicio de la última ventolera política. Luego dice, con todo desparpajo, que “la Historia se sigue usando en Euskadi como arma política del presente”, (El País, 2-XI-2002) refiriéndose, claro está, a los demás. Y si un miembro de la Real Academia de la Historia como Olaechea (lesakarra para más inri) escribe que la mayoría de los navarros en el siglo XVIII hablaba vascuence pero que “no se sentían vascos”, ¿habrá que ser catedrático de la UPV para poder decir que eso es una garrulada? Frente a la servidumbre de esa casta intelectual siempre hubo en el País una historiografía autóctona, patriótica podríamos llamarla. A los pioneros Ohienart y Moret les siguieron luego otros (Zamacola, Xaho, Garat…) hasta llegar a los nacionalistas. ¿Alguien cree que la pasión abertzale desdora la obra del vetusto Campión o del jovencísimo Miguel de Orreaga? Y hablando de editoriales ideologizadas (¿cuál no lo es?) ¿puede negarse el valor de los fondos bibliográficos de editores comprometidos, como López de Lezaun, Herrán, Unzurrunzaga, Aranzadi, Irujo o García Enciso? ¿Qué universidad habría sido capaz de editar la magna Enciclopedia de los Estornés?
Las universidades vascas, capadas por la tijera colonial, han estado de espaldas a la sociedad y a sus demandas sobre el conocimiento del pasado, y por eso se ha visto tantas veces desbordadas por la iniciativa popular. A Jimeno Jurío la casta académica le despreció por investigar los temas candentes de nuestra Historia: Orreaga, conquista, Guerra Civil, estatuto vasco, extensión del euskera… Cruel paradoja, le negaron hasta acceder a la universidad. Los fusilados del 36 todavía estarían ocultos si Altaffaylla hubiera esperado asesoramiento de los señores catedráticos. Pedro Esarte, un carnicero de Baztán enterrado durante años entre legajos, sorprendió a todos con el primer gran libro sobre la conquista de Navarra. Jamás nos hubiéramos enterado de la esencia histórica de Diario de Navarra si Víctor Moreno no lo hubiera divulgado. La falsa polémica sobre la invención de Euskal Herria, su territorialidad o su cartografía histórica hace tiempo que debería haber sido resuelta por una universidad realmente vasca. ¡Hay tantos ejemplos! Y entrando ya en el relato de las últimas décadas, (la Euskal Memoria, que tanto pavor les produce) hemos visto catedráticos de Historia Contemporánea sostener sin vergüenza que del País Vasco se han tenido que marchar 300.000 personas; falsificar sin pudor cifras de víctimas y ocultar descaradamente la represión de Estado sobre nuestro pueblo. Al final, como ocurrió con la Guerra Civil, la represión franquista, el centenario de la Conquista de Navarra, la destrucción de Donostia, etcétera, serán las iniciativas populares, los investigadores comprometidos (universitarios o no) y las editoriales como las nuestras quienes, al margen de esa casta, divulgarán lo ocurrido en esos años, tan cercanos, tan ocultos.
Oraingoz, indar harreman aski handi bat izatekotan, EAEn legoke, eta horrek zabaldu du euskal estatua EAEra mugatzeko hipotesia. Hala ere, erreferendum bat eginen balitz, independentziaren aldekoek irabaziko ote lukete? Horretan ere duda handiak daude. Horregatik, batzuek proposatzen dute estatua lortzearen arrazoia ez izatea euskal nazioa edo nortasunaren gaia, baizik eta demokrazia. Hurbileko erabakiguneez gain, proiektu independentistak landu behar ditu ekonomia eta gizarte arloetako gai guztiak, euskal estatu batek eguneroko bizitzan zer hobe lezakeen erakusteko. Argudio berriekin lortu nahi da euskal nazioarekin identifikatzen ez direnak ere euskal estatuaren alde egotea. Zaila da pentsatzea bere burua espainiar edo frantses sentitzen duen batek estatu horretatik ateratzearen aldeko hautua egin lezakeela.
iraun badute, iraun dute beren indarrez. Eta gaur egun oraino baldin bada euskal estatu baterako gogoa, euskal nortasunak iraun duelako da. Bistan da gainerako arloak lantzea funtsezkoa dela estatu bat sortzeko. Baina ez dezagun ahantz nortasuna dagoela proiektuaren oinarrian: argudio hori kaltegarritzat jotzea eta bigarren planoan utzi edo baztertu behar dela erratea, nortasunaren borroka galdu dugula aitortzea bezala da. Abertzaletasunaren izenean, azken mende erdian egin diren giza eskubideen urratzeei begirako autokritika egin beharko da, bai. Baina mendeetan zehar herri txiki baten deusezten ibili eta ibiltzen direnek ere aitortu beharko dute herri honi jasanarazi eta jasanarazten diotena. Eta onartu beharko da erreparazio historiko bat, gure hizkuntzaren, kulturaren eta nortasunaren alde. Hori ez bada egiten, ezin dugu adierazi hiru nazio sentimentu daudela Euskal Herrian, naturala balitz bezala. Eta gaur egun oraino nagusi diren bi naziotasun horiek segituko dute nagusi izaten; eta diskriminazio positiboaren bidez euskara nagusitzen bada, kexatuko dira.
Helburua ez da estatua lortzea estatua lortzeagatik, baizik eta herri honek bizirik irautea, euskaldun gisa existitzea
Kasu guztietan, nortasun gatazka ez da hain erraz ezabatuko. Gaur egun, hiru nazio sentimentu nagusi daude Euskal Herrian. Ezin da ukatu, halaber, hiru nazio sentimentu horietatik bi nagusitu direla indarrez eta mendeetako zapalkuntzaren ondorioz: gure nortasuna, hizkuntza eta kultura gutxietsiz, zokoratuz eta debekatuz; jazarpenaren bidez, batzuetan gerren bidez, kolonizatuz, beren nagusitasun militar, ekonomiko, politiko, administratibo, kultural eta komunikatiboaren bidez. Euskarak eta euskal nortasunak
Helburua ez da estatua lortzea estatua lortzeagatik, baizik eta herri honek bizirik irautea, euskaldun gisa existitzea. Hori bermatu ahal izateko nahi dugu estatua. Eta, hala ere, ez da aski izanen. Batetik, Espainiarekiko nortasun lotura sendoa izanen litzatekeelako. Bestetik, zazpi herrialdeak ez liratekeelako estatu horretako parte izanen. Nehor ez denean estatu, denen artean zerbait eraikitzea zaila da, baina egin daiteke —eta egin da azken hamarkadetan—. Zati bat estatu bada, ongi pentsatu eta diseinatu beharko da beste zatiarekiko harremana; menperatuaren esku segitzen duena ez ahanzteko, eta harekin ere eraikitzeko herria. Ustezko pragmatismoak ez ditzala zapuztu azken urteetako ametsak eta proiektuak.
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Desconexión: la hora del liderazgo Ferran Requejo ARA El escritor Jorge Luis Borges contrastaba la actitud tan diferente de portugueses y españoles después de perder sus imperios respectivos. Mientras que los primeros se refugiaron en una actitud nostálgica, de añoranza por la pérdida, los segundos, decía Borges, han seguido actuando como si aún tuvieran un imperio. Es este fondo de imperialistas-sin-imperio, de actitudes autoritarias y arrogantes, lo que sigue reflejándose en la mayoría de las instituciones, partidos y medios de comunicación españoles. De hecho, estos tres actores viven en un mundo mentalmente muy diferente del de la mayoría de ciudadanos de Cataluña. Se aprecian diferencias nacionales tanto en los lenguajes empleados como en la diversa interpretación y jerarquización de los valores liberales y democráticos.
El Estado es y seguirá siendo hostil a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos del país
La vía del acuerdo se ha intentado varias veces en los últimos cien años. Los resultados, siempre decepcionantes, están a la vista. Para una mayoría de catalanes, permanecer dentro de este Estado significa diluirse, empequeñecerse, no poder proyectarse al mundo desde su personalidad diferenciada. Significa hipotecar la calidad de la vida política, económica, social, nacional y cultural de las generaciones futuras. En otras democracias plurinacionales este pacto ha sido posible, pero no hay ningún indicador que haga pensar que sea plausible en nuestro contexto. La cultura política española lo impide. El Estado es y seguirá siendo hostil a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos del país. Francamente, aunque hay soluciones institucionales en la política comparada, en el caso español no veo posible llegar a ningún consenso estable (y con garantías de cumplimiento) que resuelva el problema de fondo. Las ofertas, cuando vengan, serán pobres, antiguas, muy insuficientes. El Estado español es un Estado de derecho torcido: obliga a los ciudadanos de Cataluña a permanecer en él, en contra de la voluntad de la mayoría. Impresentable.
2) Desarrollar una clara e intensa política de internacionalización, que esté liderada por el gobierno de la Generalitat.
Llegados a este punto y para tener éxito colectivo, tres palabras clave de futuro: movilización, internacionalización y liderazgo. Creo que sigue siendo imprescindible mantener las seis condiciones siguientes:
En los momentos actuales resulta decisiva la función de liderazgo de las instituciones y de los partidos. La ciudadanía ha dado pruebas sobradas de que responde. Ahora son los partidos los que tienen que demostrar que están a la altura del momento. Todo apunta a que Cataluña deberá proceder a una desconexión, tan tranquila como sea posible, de la legalidad y de las instituciones españolas. El proceso
1) Continuar construyendo una sólida mayoría social interna a favor de una decisión democrática y de un proyecto independentista moderno.
3) Establecer una unidad sin fisuras importantes entre los partidos políticos que están a favor del proceso político actual. Hay que evitar fracturas en todo lo que sea decisivo para el país. Este es un elemento clave del éxito del proceso. 4) Seguir implementando una congruencia de objetivos y estrategias entre las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil. 5) Ofrecer un proyecto independentista inclusivo, dirigido a toda la ciudadanía con independencia de la lengua que se hable, de la clase social a que se pertenezca, de qué religión o no religión se mantenga, etc. El proyecto independentista debe ser transversal: cualquier ciudadano debe poder sentirse cómodo. 6) Reforzar el liderazgo político de prestigio, identificable desde cualquier punto del mundo globalizado.
actual conduce a la desconexión (Eric Clapton, ‘Unplugged’). Las instituciones y los partidos que apoyan el proceso tienen ante sí el reto de liderazgo más importante de las últimas décadas. Deberán decidir cuál es el momento de la desconexión, un tema que no es fácil, y cuáles son las decisiones para llegar al mismo. Deben ofrecer a la ciudadanía objetivos claros y estrategias de éxito consensuadas y plausibles. Hay que renovar los compromisos. La votación de la ciudadanía y la desconexión del Estado se pueden producir, como mínimo, a partir de tres escenarios diferentes: 1) La consulta del 9-N. Para que fuera efectiva para la desconexión habría que hacerla con todas las garantías legales y procedimentales que legitimen su resultado. Sin estas garantías el resultado sería significativo, pero también fácilmente deslegitimable (dificultades logísticas de implementación, participación insuficiente, escepticismo internacional). Hay que calcular bien costes y beneficios. Una radicalidad de los partidos podría ser un indicador de ingenuidad estratégica. Las prácticas de insumisión serían una señal clara de la determinación ciudadana, pero previsiblemente no despertarían acciones de apoyo de los gobiernos de otras democracias y de la UE. Si finalmente no se hace la consulta del 9-N, posibles movilizaciones aparte, aparecen dos escenarios alternativos: 2) Elecciones al Parlamento con sentido plebiscitario. En este caso es necesario haber estudiado bien
la conveniencia de establecer si es mejor que, como mínimo CiU, ERC, ex-PSC, independientes, etc, se presenten en una lista única o en listas separadas. Primero vendría la legitimidad del voto ciudadano en favor de la independencia, después la desconexión institucional. Se requeriría una movilización continuada de la sociedad, una intensa campaña internacional que mostrara la imposibilidad de resolver la situación a la británica, digamos, y decisiones con incidencia también internacional. En este escenario sería conveniente un Gobierno políticamente tan amplio como fuera posible, así como la mayoría parlamentaria que le apoyara. Obviamente, para implementar con garantías de éxito interno e internacional este escenario hay que estar preparados con solvencia. Sería un paso decisivo. La independencia se debería proclamar cuando fuera realista poder aguantarla y desarrollarla. Habría que disponer de unas estructuras de Estado que garantizaran que la Generalitat fuera el único poder político efectivo y persistente en Cataluña. Que un nuevo poder perdure, decía Raymond Aron -un político y pensador nada sospechoso de radicalismo-, es la condición de su reconocimiento; el derecho internacional acaba siempre sometiéndose a la realidad. 3) Desconexión y referéndum. Finalmente, la ciudadanía podría votar en referéndum después de que las instituciones catalanas hubieran llevado a cabo la desconexión política. Es un escenario más arriesgado, ya que no contaría con una legitimación previa de carácter electoral. Pero es otro escenario posible y no hay que descartarlo.
Es necesario que los liderazgos políticos actúen con mucha profesionalidad y con la máxima unidad. En caso de fracaso por desunión o precipitación, no importaría mucho que hubiera tenido las mejores razones en el momento anterior: todos los partidos quedarían retratados como unos profesionales incompetentes, menos que mediocres, que habrían tomado prestada la potencia de un proceso político hacia la recuperación de la dignidad y de las libertades colectivas del país que tenía el soporte de la mayoría de los ciudadanos. Señores y señoras de los partidos, ¡eviten convertirse en el eslabón débil del proceso! Utilicen conjuntamente las luces largas, piensen desde una política de país, y no desde la ideología, la mera moralidad o los intereses particulares. Y marginen el uso del retrovisor de la desconfianza entre ustedes. El mundo nos seguirá mirando intensamente en los próximos meses. Hay que hacerlo bien. Y se puede hacer bien, incluso muy bien. Pero hay que evitar errores importantes que podrían ser definitivos. El país dispone de suficientes recursos económicos, sociales, intelectuales y organizativos para salir reforzado del momento actual. La internacionalización será clave a partir de cierto momento, pero lo que será más decisivo es lo que se decida en el interior del país. Es la hora de una movilización ciudadana más constante. Es la hora de una clara internacionalización. Pero, sobre todo, es la hora del liderazgo. De un liderazgo de altura. Con mentalidad de Estado.
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Historia y método analógico
Euskadi Nafarroa da
Mikel Sorauren ¡Admirable la preocupación por hacer de la ciencia histórica una disciplina libre de condicionantes; particularmente de quienes la consideran instrumento de sus oponentes dialécticos para deformar la perspectiva correcta de la realidad; pecado del que acusan a tendencias historiográficas contrarias a las propias! Al considerar las reflexiones de Fernando Molina en Historia y nación: subordinación equívoca (Diario de Noticias.16.8), no puedo sino concluir en lo razonable de las mismas. No obstante, pienso, por mi parte, que pueden explicar muchas situaciones, o no ser aplicables en ningún caso. En definitiva no dejan de ser unas analogías y la analogía por si misma no lleva a conclusiones. La historia constituye una disciplina, la más cuestionable por la complejidad del objeto que examina y, en mayor medida, por los intereses a los que sirve. Afirmación esta de carácter positivo, al exigir del historiador ser consciente de los compromisos que él mismo tiene en la investigación y del subjetivismo -porque el mismo historiador es sujetocon que contempla la materia; aunque no sea sino en la elección de los elementos que integran su relato. La mayor de las estulticias que puede tener lugar en este terreno es la autoproclamación de la objetividad de este relato y de la imparcialidad con que se ha procedido en su ejecución. No hay razón para el desencanto, siempre que no se pretenda otra cosa que contribuir a la objetividad, dejando la puerta abierta a las aportaciones ajenas y hasta a las contrarias. Gerard Noiriel (1996) reconoce sin ambages que el conjunto de la Universidad está dirigido a la justificación del Estado. ¿Y cuál es la función de la historia? Se entiende el afán de los medios académicos dedicados a las denominadas ciencias humanas por entrar en los terrenos y seguir métodos de elaboración que sigan los pasos de las ciencias de la naturaleza, en las que los aspectos objetivos se presentan más asequibles. Todo investigador se encuentra obligado a perseguir estos fines y únicamente cabe calificar de intelectualmente deshonesto, o con prejuicios, a quien se reclame libre de condicionantes. Desde esta perspectiva no es razonable que determinados medios académicos pretendan atribuirse condiciones de modelo;
La historia constituye una disciplina, la más cuestionable por la complejidad del objeto que examina y, en mayor medida, por los intereses a los que sirve
es más cierta esta afirmación en un terreno tan escabroso como el de la historia. En definitiva toda colectividad y grupo humano tiene un referente histórico que contribuye a su cohesión y utiliza como justificación de su proyecto de grupo y realidad colectiva. La historia ante todo es explicación. La intelectualidad española -al igual que otras, aunque tal vez con métodos más bruscos- ha practicado y practica la depuración de modelos y selección de pensadores. Ni Fernando Molina, ni ningún otro, son justos cuando descalifican a autores que insisten en revisar relatos históricos oficiales o mayoritarios. Que este hecho parezca denunciar a quienes ocupan puestos en el cursus honorum de los claustros del Alma mater... ¡Cada uno será consciente en mayor o menor medida de
sus méritos! En todo caso será el debate quien ponga a cada cual en su sitio. Por lo que respecta al hecho nacional, aspecto que suelen destacar determinadas corrientes historiográficas desde fuera de la institución, tampoco parece razonable descalificarlo de la forma en que se ha hecho habitual desde los círculos oficiales. Se ha convertido en un lugar común, que parece no exigir mayor argumentación, afirmar rotundamente que la realidad nacional es creación de la cultura moderna. Ahora va a ser cierto que el afán por conocer el pasado, remoto o más cercano, no responde a un interés de concretar un relato que proporcione cohesión a las naciones actuales. Dejaremos, desde luego, que los seres humanos del pasado se hayan sentido solidarios entre sí, desde una perspectiva que respondía a su propio interés. Aceptaremos que la expresión de lo que sea una nación -colectividad con un interés inmediato en una organización autónoma- ha experimentado modificaciones diversas y se ha llegado a expresar de manera variada. No obstante no hay razón para que un colectivo nacional contemporáneo no pueda sentirse identificado con otro histórico del que ha podido recibir la parte más importante de su idiosincrasia y patrimonio. La solidaridad de una colectividad en tanto que grupo diferenciado es un hecho universal en el tiempo y en el espacio, frente a la hostilidad de otra colectividad semejante, o mediante la identificación en elementos culturales específicos que aseguran al individuo y cohesionan al grupo. Son estos factores básicos en la configuración de lo que se denomina nación, no in-
ventados en ningún caso por los Estados-Nación modernos, que se han limitado a redefinirlos con una perspectiva de exclusión frente a quienes reclaman proyectos de Nación y Estado diferentes. Entre estos deben incluirse a las naciones que los actuales Estados pretenden absorber, u otros congéneres rivales. Molina carece de razón para descalificar a quienes elaboran historia desde la perspectiva de la nación navarra como Estado de los vascos. ¿No existe acaso un hilo conductor entre los antiguos vascones y los planteamientos del soberanismo navarro actual? No se propugna en ningún caso que la citada perspectiva se haya manifestado como un bloque cerrado y sin fracturas, únicamente la perduración de elementos a través del proceso histórico que hacen comprensible la realidad actual. En todo caso es obligado afirmar con rotundidad las vinculaciones de la realidad presente con el pasado. Recordaré a Molina a este propósito a sus colegas de Universidad Álvarez Junco, Fontana y Villares, cuando se sienten en la obligación de presentar una nueva Historia de España (Crítica/ Marcial Pons). Es aquí en donde queda en evidencia la finalidad nacional que encierra toda empresa histórica y en este caso con el condicionante de responder a un proyecto de nación respaldado por la realidad estatal concreta de España y refractario a los proyectos nacionales de Navarra y Cataluña. Quienes tienen mayor obligación de ser cuidadosos con los prejuicios nacionalistas son aquellos que afirman: ...nos ancêtres les gaulois..., al modo de Lavisse, o inician la Historia de España con el visigodo Ataulfo.
Sebastián Martija Arruti NOTICIAS DE GIPUZKOA La disposición transitoria cuarta de la actual Constitución española establece el procedimiento mediante el cual la actual comunidad foral Navarra se podría incorporar a la comunidad autónoma vasca si así lo quieren sus instituciones y el pueblo navarro. El dicho de “Nafarroa Euskadi da” fue así incluido por las fuerzas nacionalistas que estuvieron en el proceso constituyente del año 1978. Viéndolo desde el punto de vista del tiempo transcurrido, quizás fue un error estratégico de las fuerzas nacionalistas vascas. La realidad histórica dice que las provincias que hoy forman la comunidad autónoma vasca estuvieron dentro del reino de Navarra hasta principios del siglo XIII, que fueron conquistadas por la fuerza por el rey de Castilla Alfonso VIII. Es decir, el reino de Navarra fue durante cientos de años, el reino de todos los vascos o “vascones”. En estos momentos, en los que se hablan de cambios en la Constitución con el tema del derecho a decidir, quizás deberíamos de plantear el cambio de esa disposición transitoria y que fuese la comunidad autónoma vasca la que se integrara en la Navarra. Si esta posibilidad existiese de verdad, no me cabe ninguna duda, que tanto las instituciones vascas como el pueblo vasco, verían con buenos ojos este primer paso, para volver a constituir el antiguo reino de los vascos. Supongo que Navarra no se atrevería a rechazar, el volver a incorporar territorios, que se le quitaron por la fuerza y sólo nos quedaría por resolver, el problema de Iparralde.
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Navarra foral y… ¿española? Ander Muruzabal Señora: Si se tratase de otra provincia, podíamos pensar en imponer la ley general, empleando la fuerza si fuere preciso; si se tratase de Navarra aisladamente, aún podíamos ir por ese camino, pero debemos comprender que Navarra tiene a su lado a las tres Vascongadas, y que si se apela a la fuerza contra aquella, harán causa común todos los vascos, y con ellos todos los carlistas de España, que provocarían un levantamiento en aquellas provincias para darle carácter general, y en tal caso se encadenará nuevamente la guerra civil. General Martínez Campos a la Regente María Cristina. S.XIX
Hace unos días un sondeo del CIS para el Instituto de Estudios Estratégicos hacia saltar todas las alarmas de los sesudos comentaristas y tertulianos que pululan por los platós de la Villa y Corte… No es la pérfida Catalunya con un 22,2% de españoles ni la separatista Euzkadi con un pobre 10,2% quienes se sienten más desafectos a la idea de la españolidad, es la españolísima Navarra, solo un exiguo 2,9% de su población se siente española, la que encabeza el ranking de apátridas peninsulares.
Jesús Pérez de Viñaspre En la primavera del 1199 los castellanos invadieron el Reino de Navarra por el Oeste y sometieron a un duro asedio a Vitoria ; los vitorianos a cuyo mando estaba Martin Ttipia resistieron 9 meses, rindiéndose en Enero de 1200. Mientras duró el asedio el rey castellano Alfonso VIII siguió conquistando el resto de fortalezas de la Navarra occidental ( Alava, Guipuzcoa, Duranguesado ), excepto la Sonsierra, resistiendo Treviño y Portilla que a la postre, y en un contexto de negociación y armisticio, fueron intercambiados por Inzura y Miranda de Arga. Estos son los datos de la invasión castellana del 1200, invasión causante de grave quebranto para el futuro de Navarra por cuanto se vió privada de toda su costa, puertos, barcos, astilleros, ferrerías, diezmos e impuestos obtenidos sobre el pase de mercancías, además de sus territorios y habitantes que quedaban sometidos al yugo castellano. En suma, la invasión del 1200 supuso el verdadero inicio de la pérdida de la independencia de Navarra. Tanto la resistencia de Vitoria, Treviño y Portilla, como la aparición de restos de combates en los trabajos arqueológicos realizados en castillos situados en las zonas atacadas por los castellanos (Aitzorrotz, Zaitegi, Mendikute…) evidencian que hubo resistencia armada. Si a esto añadi-
Los ha habido incluso más osados que se han lanzado a explicar este dato por la estructura autonómica del estado y por las competencias en educación de las CCAA. Solemne majadería en el caso navarro puesto que esa capacidad de autogobierno de Navarra ha existido, en mayor o menor grado, siempre y ni el mismísimo Caudillo tuvo a bien suspenderla. Más curioso todavía hubiera sido el resultado si los encuestadores del CIS hubieran decidido encuestar también una pequeña muestra de los “otros” navarros ya que a la vista del resultado obtenido lo mismo había más navarros franceses que españoles. A fin de cuentas ya lo dice el dicho popular “Navarro soy lo primero, español si me conviene y si me tocan los fueros, francés el año que viene” y el dicho en cuestión tiene unos cuantos añitos. A lo mejor a todos estos tertulianos les hubiera convenido leer la respuesta que dio el General Martinez Campos a la Regente María Cristina en 1894 cuando esta le pidió consejo para imponer por la fuerza el recorte de la capacidad fiscal de
Navarra impulsado por su ministro de Economía; Germán Gamazo, y que encabeza este escrito. Pero volviendo al título del artículo, y como bien dijo en sede parlamentaria la diputada por Navarra; Uxue Barkos, “Navarra, o Foral o española” porque es esa característica dual del fuero, al final la capacidad incondicionada de los navarros de legislar sobre si mismos, la que hace que Navarra pueda estar integrada en el Estado Español, siempre que este respete su fuero, pero la que a la postre le impide ser española en el amplio sentido del concepto, puesto que Navarra jamás cederá esa capacidad legislativa propia. Se sorprenden, igualmente, los tertulianos de que con estos datos no haya un movimiento independentista mucho más fuerte en Navarra. No hay ningún problema, que triunfen las tesis de grupos como UPyD o C’s, últimamente bastante extendidas por los cenáculos centrales del bipartidismo que ya hemos leído suficientes ataques al fuero por parte de dirigentes del PP o el PSOE, y se encontraran
con un movimiento independentista serio antes de que cante un gallo. Parece mentira que lo viera un general liberal del S. XIX o un dictador fascista del XX y ciento setenta y cinco años después haya ciegos políticos que sigan sin enterarse. Pero es que además ese movimiento independentista tendría absolutamente toda la legitimidad, y si me apuras legalidad constitucional que ahí esta la Adicional
Primera, que España niega a los procesos catalán y vasco. No olvidemos que Navarra fue un reino hasta 1839 y que por tener, tenía hasta fronteras con España, y no nos olvidemos tampoco de los otros navarros que a día de hoy son ciudadanos de la República francesa pero que son tan navarros como los que habitamos al sur del Pirineo.
Recordando a Martin Ttipia mos las aportaciones documentales de Idoia Arrieta que revelan citas expresas sobre agresiones militares y destrucciones centradas en villas guipuzcoanas como Getaria y Donostia, así como documentos que aparecieron con anotaciones al margen sugiriendo “tener ojo” con el contenido de dicha documentación, corroboran de modo determinante y concluyente la realidad de la guerra y de la resistencia que opusieron los habitantes de la Navarra Occidental, refutando y desmintiendo la existencia de “pacto o voluntaria entrega”. La estrategia que utilizaron los castellanos para consolidar el dominio y subordinación de los nuevos territorios conquistados se basó en dos pilares. Por una parte, feudalizaron la sociedad dejando el poder a los señores vascongados que traicionaron a Navarra ; por la otra,crearon una línea de frontera (llamada de malhechores ) entre lo que hoy son las Provincias Vascongadas y la Comunidad Foral de Navarra con la concentración de la población a todo lo largo de ella, en una serie de villas fortificadas (Kontrasta, Kanpezu, Salvatierra, Segura, Villafranca, Tolosa, Hernani...). Esta frontera no era natural puesto que no había una división étnica, cul-
tural, económica, geográfica ni de ninguna otra característica que la definiera como tal. Era una frontera artificial en un lugar en el que nunca antes había existido. Esta partición territorial y humana de carácter político generó el surgimiento de una nueva identidad, entre ellas la vascongada. Los navarros no conquistados que vivían en el Reino de Navarra que seguía independiente, se reconocían como navarros (denominación política) aun continuando siendo vascos. Por contra, los navarros conquistados no podían llamarse navarros (motivo de traición de lesa patria para los castellanos) por lo que adoptaron la denominación etnolingüística de vasco (vascongado). Peor suerte tuvieron los treviñeses quienes, al cabo de cierto tiempo, fueron doblemente aherrojados pasando a ser directamente castellanos. Durante 3 siglos Castilla promovió campañas de hostigamiento hacia Navarra desde la línea de villas fortificadas que dieron lugar a luchas fratricidas, las cuales mantenidas a lo largo de tanto tiempo inevitablemente deberían dejar huellas y marcas profundas en las poblaciones. Y efectivamente surgió una conciencia de partición,
de fractura radical, de ser de otra tierra, de ser enemigos… A esta nueva conciencia se añadió el olvido, inducido por el dominante, de la causa de la partición, lo que conllevó la aceptación por parte del dominado de las señas de identidad instigadas por aquél. Esta política de Estado (Castilla, España) ha buscado tras la invasión y división territorial, artera y sibilinamente, la creación de nuevas identidades a partir de una situación homogénea con el objeto de conseguir el debilitamiento del sujeto histórico y político. Nueva identidad, nueva ideología, nueva realidad. Y de estos mimbres se valió Castilla para que guipuzcoanos, alaveses y vizcaínos tomaran parte en la conquista de la Navarra independiente (1512). Y de la misma manera posteriormente, España hizo lo propio para que requetés navarros y alaveses conquistaran Guipúzcoa y Vizcaya en 1936-1937. Los sucesos del 1200 y sus consecuencias tienen implicaciones importantísimas en la situación política actual de nuestro pueblo. Es la causa y origen de la división política y mental de la Euskal Herria que hoy conocemos, que se plasma en los centros de decisión, sea en la administración, sea en las leyes, sea en la aplicación de política lingüística, sea en la orga-
nización del territorio, sea en los símbolos… pero sobre todo en el tema de la identidad. Y así los parámetros que el dominante aplica a la ciudadanía de Euskal Herria es la de vascos y navarros, vascos nacionalistas y no nacionalistas, navarros y franceses, navarros y vascos… El que los habitantes de Vitoria, Treviño y Portilla no se rindieran y resistieran a los invasores castellanos es una demostración de heroísmo, es una prueba evidente y manifiesta de lealtad hacia el Reino de Navarra, que sin embargo se olvida sistemáticamente porque no deja de ser una verdad incómoda ya que, por una parte recuerda el gran esfuerzo de sus pobladores para seguir siendo navarros, y por otra, evidencia que no hubo voluntaria entrega y sí una conquista a sangre y fuego. Recordando a Martin Ttipia y a los vitorianos, treviñeses y portillanos del 1200 que resistieron el embate castellano defendiendo su navarridad, queremos evocar la unidad del sujeto político de nuestro pueblo, unidad esencial a mantener ante los desafíos inminentes que deberemos arrostrar para la consecución de la recuperación del Estado de Navarra y de nuestra libertad como pueblo.
Nafarroa, Euskal Herriaren ardatza / La conciencia navarra de Euskal Herria / Navarre, l’ Etat basque / Nafarroa, Euskal Herriaren ardatza / La conciencia navarra de Euskal Herria / Navarre, l’ Etat basque
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Gutaz oroit
Nola imajinatu zer erabaki Beñi Agirre Irailaren 15ean Antoni Batistak hitzaldia eman zuen Iruñean. Katakrak kulturgunea beteta zegoen, jakin-min handia baitzegoen Katalunian daramaten prozesuari buruz. Antonik honela hasi zuen bere hitzaldia: “Zertan ari garen eta nora goazen zuei adierazteko, nor garen eta nondik gatozen kontatu behar dizuet, ezen bestela, ezin da ulertu nire herrialdean gertatzen ari dena” Euskal Herriko alderdi politiko abertzale eta gizarte mugimenduetako buru askok, ordea, zera diote: “Orain ez da zer garen eta nondik gatozen eztabaidatzeko garaia, baizik eta zer izan nahi dugun gure buruari galdetzeko momentu historikoa”. Antoni Batistak argiki esplikatu zigun Katalunian gertatzen ari den gizarte zibilaren inplikaziorako gako nagusiak. “Historia propioa dugu”, eta gertaera gogoangarri batzuk aipatu zituen: Bartzelonako konderriaren sorrera eta kohesioa, Espainia eta Frantziako borboitarren krudelkeria, 1714ko suntsipenaren ondorengo Kataluniako erakundeen botere hustuketa eta azken urteotako agresioaren kontrako erresistentzia. Bilakaera eta hausnarketa horien ondorioz datorkie katalanei herri izatearen sena, bai eta gizarte kohesioa eta etorkizunean zein bidetik jo erabakitzeko adostasun zabala.
Ana Telletxea Batek daki nondik datorren haize hau. Nondik nora, eta handik hona. Esanen nuke itsas usaina duela, lehorrean; mezuz betea datorrela, botilarik gabe. Hain da indartsu, ezen begiak nekez eusten ahal baititut zabalik. Leiho-hegian, tinko, jasotzen ari naizen sentsazio guztien inbentario azkar eta zalapartatsua egiten ari da oharmena. Ea zer dakarren. Uda da, baina gaurko gauak, bereziki, negua dirudi. Gauez, ordu ez-ohikoetan, etxeko pareta eta sabaipean urtaroen arteko diferentzia ez da nabarmena. Eguzkiak ekarriko ditu ñabardurak egunsentian. Eta lekutuko gara. Haizeak badu zer dantzatu gaur. Ekimenez heldu da. Euriak amorrazioa balu. Masailean ur tanta hotzek ematen dizkidaten astinduek jarri naute babesean nagoela; nahi dudanean ihes egin diezaioket ekaitzari. Zer dio, ordea? Deszifratu nahi nuke. Etxarteak ilundu dira farolen argi-indarra erabat lausotuz. Baina ez dut leihorik itxi, geldi nago neurea ez dirudien asmo batek eskatuta. Behartuta. Egon, entzun behar dut. Noizbait utziko baitio haserrealdiari, agian ez baita haserrea ere. Eta firin-faran hasiko da. Laster hori ere ez. Laster literatura geldituko
Dena delakoagatik ekaitzaldi honek eskatu du arreta. Zerua goibeldu da egin diezaiogun hargatik galdeketa. Une bat galdegiten dute, zerbait esplikatzeko. Etorri bezala, gauzak joan egiten direlako. Eta une ororen sakonean beste zer ikas badelako
da bakarrik, ohi gisaz. Eta orduan urrutiko nonahiko haize honek bueltan beste zerbait eramanen duela eginen dugu desio. Betiereko gomuta. Haize honen sorburura. Etorri den indarraz baliatu eta aske izan dadin ziztu ozen hori. Landa-lurrak korritu, ibaiak zeharkatu, bideak astindu; harat-honat ibili. Fiua doinu lirain bizi dadin ortzimugan, zori artean. Literaturak eman diezagun arnas berri. Behar baitugu denek ere. Dena delakoagatik ekaitzaldi honek eskatu du arreta. Zerua goibeldu da egin diezaiogun hargatik galdeketa. Une bat galdegiten dute, zerbait esplikatzeko. Etorri bezala, gauzak joan egiten direlako. Eta une ororen sakonean beste zer ikas badelako. Hodeiak urruti baitzaizkigu, tximistak eta trumoiak. Urreratzen direnean so egiten diegu soilik. Ezezagun dugu sabai horren solasa. Eta irudituko zaigu bihar enarak ez duela jakinen nora doan, ziztu bizian arituko den arren; ortzian ibiliko dela noraezean, haizez haize aterpe bila. Bizitza larria delako, izatez ere. Baina badu itxaropenik. Behar du, biziko bada; behar izan du, aitzina egiteko. Eta enara horrek bilatuko du babes, aurkituko du ohatze. Gerorrek eginen dugun bezala.
Joaquim Verde i Llorente-k argitaratu berri duen artikulu batean, Bartzelonako konderri eta Aragoiko erresumaren pasarte aipagarrien errepasoa egin ondoren, zera esaten du: Katalunia, bere tradizio politikoan, ondare ez material izugarriaren jabe da. Historia ez ezagutzeak eta kontatu digutena faltsutu izanak esplika dezake zergatik Kataluniak bere erakundeei, arau eta tradizio juridikoari (behar bezala eguneratuak) inoiz uko egin ez arren ez duen lotura egin euren legitimitate historikoa eta demokraziaren oinarrien artean. Horiek lotzeak ahalbidetuko digu, behin politika gaztelarraren tradizioaren zama gainetik kenduta, gure tradizio politikoa berreskuratzea eta eguneratzea. Hori bera bailitzateke, hortaz, gizartearen heziketan baliabide indartsu eta ezinbesteko herri duintasun eta autoestimua berreskuratzeko. Hemen, ordea, iragana arbuiatu eta oraina ulertzea konplikatuegia dela diotenek gidatu nahi dute herri honen etorkizuna. Gu nahi duguna gara eta izango gara!, esaten digute. Bakoitzak bere nahi partikularra duen herri honetako koadrila politiko, identitario edo kultural-linguistikoetakoak ados jartzea berez eta naturaltasunez etorriko denaren ustean edo. Zein buruzagi politikok, edo gizarte zibilaren aitzindarik, edo herri mugimenduk gidatu dezake Euskal Herria, Nafarroa historikoa, demokrazia berreskuratzeko bidean, herri hau zer den eta nondik datorren ez badaki edo axolarik ez badio? Gure erakunde eta arau historikoen legitimazioa (euskal-nafar errepublikaren beharretara egokituak) eta demokraziaren arteko lotura egitea ezinbestekoa da (ez dago demokraziarik herritarrak subirano ez direnean, esaten genuen Noain 2009an). Horrela, Zuzenbide Piriniarra eta gure herriaren historia hobeto ulertzeaz gain, konkisten bidez menderatu zuten eta berriz ere libre nahi dugun nafar (euskal) Estatuaren zilegitasuna argiago adieraziko dugu. Espainiak eta Frantziak desegin zuten baskoien Estatu haren ondorengo legitimoak gara; beraz, subjektu politiko gara ondorio guztietarako. Azken finean, zer izan garen, zer garen eta etorkizunean nora joan nahi dugun argitzeko eta adierazteko ezinbesteko tresna da herri honen bilakaera historikoa ezagutzea. Besteak beste, gure hizkuntza propioa balioztatzeko, euskaldunon kulturan emakumeen papera eta pertsonen arteko berdintasuna inplementatzeko, auzolanean aritzeko eta jarduera ekonomiko guztiaren jabe izateko, gure lurralde azpiegitura eta diseinuaren burujabe izateko, munduko gainerako gizakiekin solidaritatea guk geuk erabakitzeko, gu geu izateko. Alegia, nafar hiritarrak izanik euskaldun libreak izateko erabakia imajinatu ahal izateko.
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Jesse James en la historia vasca Angel Rekalde La película Tierra de audaces (1939) cuenta la vida de Jesse James. En este clásico de la cinematografía americana, uno de los personajes afirma: “Jesse fue un proscrito, un bandido, un delincuente... Pero no creo que América se avergüence de Jesse James”. Cualquiera que haya disfrutado de estas películas, con todos los reparos ideológicos que se le puedan oponer, sabe que la vida de Jesse James forma parte del relato de EEUU, de la memoria de la construcción del país, de sus grandezas, tropiezos y agarradas históricas... Y en ello, no me cabe la menor duda, también forma parte de la acreditada capacidad que demuestra esa sociedad para atraer masas de inmigrantes de los orígenes más dispares del mundo. Para integrarlos, asimilarlos, darles una identidad y ofrecerles un entorno de cohesión social y futuro. Menciono esta referencia cinematográfica por lo chocante que resulta este capítulo de la memoria y la historia entre nosotros. A diferencia de la citada Tierra de audaces, la sociedad vasca sí se avergüenza de nuestros Jesse James. Las figuras de nuestro relato han de ser progresistas, feministas, solidarias y revolucionarias. Si no, las borramos. Las silenciamos como enemigas del pueblo. O, sencillamente, pasamos del rollo de la historia, porque nos da reparo y bochorno todo lo antiguo y/o primitivo. Sin embargo, resulta significativo descubrir cómo dos procesos
independentistas próximos, en construcción, Cataluña y Escocia, saben utilizar la fuerza de la historia, y trabajan la recuperación de la memoria histórica. Cataluña, sin ir más lejos, ha elegido la fecha del 300 aniversario de la derrota y ocupación de Barcelona para marcar el día de su consulta soberanista. Nabarralde ha organizado, un año más, un curso de historia vasca, de Navarra, Euskal Herria (que todo es lo mismo), curso que se imparte a distancia, on line, gracias a los recursos que Internet permite en este momento. Como ya lo venimos practicando, se trata de estudiar la historia del país desde nuestra propia perspectiva, no desde la habitual que es la de los Estados español y francés; una visión en la que no existimos más que como circunstancias colaterales. No hace mucho un titular de cátedra académica se burlaba de estos estudios porque no están apadrinados por instancias ministeriales. Es decir, por la autoridad competente. Es lógico y natural. Sin embargo, en esta ocasión el curso, organizado con la Federación de Ikastolas de Navarra, sí viene acompañado de los correspondientes créditos para quien le interese. En sus lecciones de 1976 Michel Foucault explica cómo la historia no es una disciplina neutra. No es una ciencia al uso -lo cual no le exime de utilizar métodos científicos-. Siempre presenta un cierto grado de interpretación y, en ello, de subjetividad. Según dice, se desarrolla “por los efectos del po-
La sociedad vasca sí se avergüenza de nuestros Jesse James. Las figuras de nuestro relato han de ser progresistas, feministas, solidarias y revolucionarias. Si no, las borramos
der”. Es el lugar privilegiado en el que se elaboran procesos implícitos de legitimación, por supuesto, de la dominación política. “La historia es siempre la historia del poder -cita Yves Charles Zarka, al hilo de las lecciones de Foucault- en el doble sentido en el que el poder es a la vez su sujeto y su objeto. No se contenta pues con describir el devenir del poder, sino que ella misma es un acontecimiento del poder: un discurso del poder sobre sí mismo. Un modo para el
vencedor de culminar su victoria por el relato que la justifica”. Estamos hablando, pues, de la construcción de las sociedades, siempre desde la perspectiva de la dominación. Foucault entiende, frente a ello, otra tarea que consiste precisamente en desvelar los resortes de la historia del poder. Que parte del campo de los vencidos para escribir la historia de quienes fueron sometidos. Se trata de una tentativa de liberar los
discursos sometidos, los ‘discursos de las revueltas en las que perdura la tradición de otra legitimidad que reivindica sus derechos e intenta hacerlos prevalecer’. En definitiva, lo que propone Foucault es el intento de derrocamiento de la historia oficial, que es la del poder. Pero para ello es imprescindible reconocer el valor de este conocimiento y recuperar la presencia de nuestros Jesse James.
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