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Factibilidad e impacto socioeconómico

Posibles escenarios a corto y medio/largo plazo

Al construir los escenarios, se han tomado en cuenta dos aspectos: (1) se ha considerado la viabilidad de cada uno de los instrumentos en función de las diferentes barreras legales, conductuales, comerciales y administrativas; además, (2) se ha evaluado el impacto socioeconómico (bajo, moderado o alto) de los instrumentos que mantienen la vivienda asequible para el usuario final.

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Los siguientes instrumentos han sido identificados como los más prometedores en función de su viabilidad y su impacto positivo en la equidad de los hogares, que incluyen:

OIS1 Cesión de uso para cooperativas

OIS2 Bonus de espacio residencial mediante oficinas ventanilla única

OIS4 Suficiencia energética vía impuestos de propiedad

OIS6 Política Catalizadora de edificios de cero emisiones (operacionales y embebidas)

OIC3 Espacios flexibles

OIC4 Acreditación de Estándares de Alta Calidad Ambiental

OIC5 Green Neighbourhoods as a Service (GNaaS)

Las diferentes combinaciones potencialmente viables entre los tres tipos de instrumentos (ver Figuras 04 y 05) representan escenarios realistas y alcanzables que pueden fomentar la descarbonización del entorno construido en el corto y mediano/largo plazo.

Recomendaciones normativas

Como resultado de esta investigación y análisis, surgen varias recomendaciones normativas

Muchas de ellas corresponden a aspectos regulatorios que permiten la adaptación del sector de la construcción a nuevos modelos de producción. Sin embargo, muchas otras se basan en cambios en el modelo de comportamiento, en los incentivos existentes en el mercado inmobiliario o en otros aspectos. A continuación se exponen las principales conclusiones:

• Los instrumentos para reducir las emisiones operacionales durante la etapa de uso del edificio dominan las políticas actuales, y se requiere una investigación adicional sobre soluciones de suficiencia y circularidad para reducir las emisiones embebidas mientras se llenan las brechas de conocimiento y de implementación.

• Las autoridades locales y regionales son los principales actores en la descarbonización del entorno construido y deben participar en la definición y articulación de políticas correspondientes; las agencias locales deberían ser puntos focales para renovaciones profundas de un solo paso.

• Al establecer Oficinas de Ventanilla Única, las agencias locales deben ser centros de asistencia técnica y sensibilización ambiental para todos los grupos de usuarios, incluyendo hogares vulnerables, a través del apoyo a sus proyectos de rehabilitación, promoción del cambio de comportamiento y la participación de agentes de todos los actores a lo largo de la cadena de valor.

• Los promueven la suficiencia deben ser reforzados con medidas específicas para permitir nuevas formas de vida (como el coliving y las cooperativas de vivienda), apoyados por el marco regulador actualizado nacional para permitir incentivos fiscales que recompensen la suficiencia en el sector de la construcción.

• La prevención de la pobreza energética ser integrada en el diseño e implementación de políticas y programas para abordar los efectos distributivos y garantizar que la ola de renovación no tenga un impacto negativo en los grupos vulnerables.

• La financiación combinada y estructurada que combina inversión privada y pública a través de esquemas específicos de renovación o modernización relacionados con la suficiencia, la circularidad y el marco SER deben ser reforzados.

Entre las principales recomendaciones de política obtenidas a través de la investigación, se debe destacar la necesidad de explorar aún más el desarrollo de esquemas relacionados con la suficiencia y la circularidad en las etapas tempranas del ciclo de vida de los edificios. Los instrumentos existentes solo cubren la fase de uso del edificio y no consideran las emisiones embebidas. Para ello, se deben establecer objetivos y vías claras para fomentar la aparición de nuevos modelos de negocio en estas fases. La integración de ciertos enfoques de circularidad y suficiencia en el marco regulador existente y en sus revisiones futuras (EPBD, CPR, Directiva de Marco de Residuos) debería ser una prioridad.

Aunque se han intentado aplicar esquemas e incentivos circulares y de suficiencia a través de una concepción holística del ciclo de vida del edificio, desde la planificación y fabricación del producto hasta la fase de fin de vida, la investigación realizada ha demostrado ser infructuosa para identificar estos instrumentos en las fases

Partamos de la base: no hay energía verde |

Comunidades energéticas, una manera participada de generar energía |

Los entornos escolares y su papel transformador ante los retos de la sociedad |

Regeneración urbana: El papel del planeamiento urbanístico en la revitalización de barrios degradados

La inminente redistribución del espacio público en la ciudad |

Salud Ambiental: Un desafío para la gestión urbana en los próximos años

Diferencia entre la restauración de ecosistemas y las soluciones basadas en la naturaleza: ¿por qué es importante? |

De la innovación abierta en la empresa a ecosistemas empresariales colaborativos |

Expectativas vs realidad de la Inteligencia Artificial |

Industrias Culturales y Creativas y la irrupción de la Inteligencia Artificial |

Administración electrónica, innovación al servicio de la ciudadanía |

PARTAMOS DE LA BASE: NO HAY ENERGÍA VERDE

En la actualidad nuestra sociedad ha de hacer frente a uno de los procesos de transición energética más importantes de la historia. El reto es equiparable al comienzo del uso de combustibles fósiles para el transporte o el del gas natural para la calefacción y la industria. La política energética debe, en este contexto, buscar el bienestar para la comunidad y favorecer el interés general y hacerlo de una manera objetiva e independiente.

Existen diferentes fuerzas o “drivers” que van a guiar este cambio pero los principales tienen que ver con el cambio climático, los costes del proceso y la soberanía energética (esta última deriva en otros muchos factores como la calidad de vida o la competitividad de las empresas entre otros).

Los impactos ambientales de las distintas fuentes de energía plantean importantes matices a la creencia generalizada de que las soluciones renovables (fotovoltaica, eólica o hidroeléctrica por mencionar alguna) tienen menor o nulo impacto ambiental.

Acudimos a la taxonomía de la UE para intentar aclarar conceptos. La taxonomía de la UE es un sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas ambientalmente sostenibles. La taxonomía aborda más cuestiones que únicamente la acción climática o ambiental (incorpora criterios geopolítico-energéticos o de competitividad territorial, entre otros) aunque la idea que subyace es contribuir a “crearseguridadparalosinversores,protegeralos inversoresprivadosdelgreenwashing,ayudaralas empresasasermásrespetuosasconelclima,mitigar lafragmentacióndelmercadoyayudaratrasladarlas inversionesadondemássenecesitan”.En concreto, la taxonomía distingue tres tipos de actividades: bajas en carbono (Artículo 10(1)), transitorias (Artículo 10(2)) y facilitadoras (Artículo 16).

En febrero de este año la Comisión Europea presentó un acto delegado complementario a la taxonomía climática sobre la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo . En dicha disposición se incluyeron específicamente las actividades relacionadas con el gas y la energía nuclear como actividades que formaban parte de la taxonomía de actividades ambientalmente sostenibles. En el caso del gas y la energía nuclear, fueron incluidas dentro del artículo 10(2), como transitorias . Es decir, se espera que su inclusión sea temporal y sirvan para desviar esfuerzos de otras fuentes más contaminantes como el carbón. La polémica poco tardó en acudir a su cita. En el caso del gas es complicado dar con argumentos convincentes para su incorporación a la lista de tecnologías verdes. El principal argumento a favor de su incorporación ha sido la necesidad de desviar financiación de otras fuentes energéticas mas contaminantes como el carbón. Pero lo cierto es que en estos momentos no se observa un sustento estratégico para dicho impulso ni desde el punto de vista económico/costes (tanto a nivel de construcción de infraestructuras como en operativa existen soluciones más atractivas), ni desde el punto de vista geopolítico (dependencia de países con situaciones inestables) ni desde el punto de vista medioambiental (existen soluciones provenientes de otras tecnologías que presentan menores impactos).

Parece comprensible que deba continuar usándose en el mercado, y más en procesos industriales muy intensivos en energía donde quizás las renovables aún no sean capaces de dar respuesta (por ejemplo, cementeras que necesitan altas temperaturas en sus procesos productivos), pero de ahí a facilitar su escalabilidad parece no estar muy justificado desde el punto de vista de la planificación y puesta en marcha de políticas públicas energéticas. Si bien puede desviar fondos destinados al carbón, también puede hacerlo de energías renovables con menor impacto ambiental.

El caso de la energía nuclear es un debate mucho más complicado y controvertido, si cabe. El principal argumento que se le achaca a la energía nuclear es que no cumple con uno de los tres criterios necesarios para ser catalogada como sostenible. Concretamente, el de no dañar significativamente otros objetivos medioambientales. Este ha sido el argumento histórico contra este tipo de energía, además del propio de las alertas de seguridad y el coste de producción.

Sin embargo, encontramos relevantes estudios de impacto ambiental que avalan el atractivo de esta solución porque el tratamiento de los residuos y el decomisado de las plantas (su seguridad en general) ha mejorado considerablemente en los últimos años. Así, en el estudio de análisis de ciclo de vida llevado a cabo en 2021 por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNEC por sus siglas en inglés), se apunta a la nuclear como una de las deja un legado de costes innecesarios a la ciudadanía cuando a priori podrían existir otras tecnologías que, combinadas con la eficiencia energética (aspecto crucial este último que no va a tratarse en este artículo), podrían evitar la necesidad de invertir dinero público en una tecnología que genera residuos contaminantes a gestionar y costes a futuro. que implica una inversión inicial alta que generalmente debe ser parcialmente soportada desde el ámbito público (es muy difícil encontrar agentes privados dispuestos a apalancarse en esas dimensiones en un proyecto con tanta incertidumbre) tanto en su construcción como en el decomisado. Esto financiero (los costes) puede llegar a justificar el mantenimiento de las plantas nucleares en activo donde la inversión principal (la inicial) ya se ha realizado pero no parece dar vía libre a nuevas plantas nucleares con permiso de construcción previos a 2045 como recoge la taxonomía

Desde un punto de vista de soberanía energética, la energía nuclear pudiera tener un pase a su favor aunque no sin grandes dificultades para implementarla sin oposición de la ciudadanía, lo que retrasaría operativamente una tecnología ya de base con unos tiempos de implantación lentos. Este factor tiempo es importante a nivel geopolítico pero especialmente a nivel medioambiental, ya que los gases de efecto invernadero pueden causar efectos irreversibles si no se logran los objetivos de reducción de emisiones a tiempo.

Hannah Ritchie, Max Roser y Pablo Rosado (2022) explican en un estudio sobre la energía nuclear cómo las energías impactan sobre la salud humana a través de la contaminación del aire, de las emisiones de CO2 y de los accidentes. No sería raro pensar que la energía nuclear tuviera la peor prensa precisamente por este ultimo aspecto. La ciudadanía europea en general está muy sensibilizada con los dos principales accidentes de Chernobyl en 1986 y Fukushima en 2011. Tampoco es nada descabellado ser desconfiado con esta tecnología teniendo en cuenta que el último accidente ha sido hace solamente 12 años.

Lo cierto es que prácticamente el conjunto de las soluciones renovables tienen impactos ambientales negativos (o producen daños sociales irreparables2). Una realidad dura de escuchar pero con cierta evidencia científica. Exagerando un poco, la única solución que cumpliría todos los criterios de la taxonomía europea sería la eficiencia energética. Es decir, no existe por el momento una única solución energética milagrosa libre de impacto en la salud o el medioambiente. De hecho, es probable que a medida que aumenta la implementación de muchas de las energías renovables, aparezcan nuevas problemáticas ambientales, sociales o económicas no contempladas hasta la fechas.

Desde este escenario de incertidumbre donde todas las soluciones tienen “costes” y “beneficios”, una opción estratégica necesaria (que no suficiente) es la diversificación de fuentes. Al igual que desde el punto de vista económico o de soberanía energética, la diversificación parece ser un buen método para afrontar y reducir la incertidumbre, lo mismo puede aplicarse a la dimensión ambiental.

Aún así, los autores del estudio aportan también datos donde se puede observar como la energía nuclear es, tras la solar, la que menos muertes causa (las tasas de mortalidad se miden en función de las muertes por accidentes y la contaminación del aire por teravatiohora, TWh, de electricidad.). Por supuesto, datos no libres de polémica, ya que las muertes absolutas estimadas relacionadas con los desastres nucleares siempre han sido cuestión de debate. Sin embargo, sí que parece razonable pensar que la energía nuclear es más cercana a las energías renovables que a los combustibles fósiles en cuanto a seguridad y salud se refiere1 .

Lo que parece estar más claro a la vista de indicadores ambientales y de seguridad y salud (otra cuestión es el coste) es que la energía nuclear tiene mayor cabida que el carbón o el combustible fósil, y de hecho, ese es el principal argumento de sus impulsores. Otra cuestión muy diferente es si su incorporación en la taxonomía puede asegurar una generación de energía nuclear óptima . Los propios autores del estudio lanzan también una conclusión muy reveladora en su artículo: “Ningunafuentedeenergíaescompletamentesegura. Todastienenimpactosenlasaludhumanaenelcorto plazo,bienatravésdelacontaminacióndelaireobien atravésdeaccidentes.Ytodastienenimpactosalargo plazoalcontribuiralcambioclimático”.

Pero si la diversificación es una posible solución, ¿es la taxonomía un instrumento adecuado para asegurarla? Quizás no sea suficiente con catalogar las energías y dejar que el mercado ejecute a su criterio. Este puede generar descompensaciones e inversiones considerables difíciles de revertir. De hecho, un instrumento como la taxonomía no está muy claro hasta qué punto aporta flexibilidad e inmediatez en las actuaciones, ya que como bien se sabe, los mercados tienen rigideces y no necesariamente responden de inmediato a señales que se emitan a través de este tipo de instrumentos. Por ello, debe tratarse como lo que es, un instrumento complementario que debe apoyar a otra serie de instrumentos e incentivos.

En definitiva, es imprescindible el control exhaustivo de la evolución del mix de fuentes de generación energética para asegurar que se minimizan los impactos medioambientales que acarrean.

Diversificar las fuentes de energía renovable y hacer un seguimiento exhaustivo de los impactos ambientales, asegurando que estos también se diversifican y se mantienen en niveles aceptables (o razonables) puede ser un enfoque prudente y que se alinearía con lo que nos dice la ciencia. Todo ello, por supuesto, acompañado siempre de una premisa y compromiso con la reducción del consumo energético a través de la eficiencia y la suficiencia.

(1) De hecho, la energía hidroeléctrica, está considerablemente menos estigmatizada que la nuclear y muestra mayor tasa de mortalidad. Este hecho se debe, al igual que en el caso de las nucleares, a un gran accidente como fue el de Banqiao Dam en 1975. La menor estigmatización de esta energía probablemente tenga que ver con su lejanía en el tiempo y el lugar donde tuvo lugar.

(2) Un buen ejemplo es la electrificación del vehículo y la presión que está poniendo sobre ciertos materiales críticos. Y ya no solo desde un punto de vista ambiental, sino también relacionados con los derechos humanos y las condiciones en las que se trabaja en las minas de cobalto del Congo, uno de los minerales necesarios para la producción de las baterías de los vehículos eléctricos.

COMUNIDADES ENERGÉTICAS, UNA MANERA PARTICIPADA DE GENERAR ENERGÍA

La transición energética que necesariamente ha de producirse tiene que ir más allá de la incorporación de energía renovable en detrimento de los combustibles fósiles. No se trata tan sólo de incrementar el porcentaje de renovables en el mix energético, sino también de introducir otros modelos de producción y gestión de la energía. La transición energética debe evolucionar desde un sistema de producción centralizado hacia un sistema de generación distribuida y de consumo local. Más allá de las grades instalaciones eólicas o fotovoltaicas que son propiedad de grandes compañías energéticas, poco a poco van estableciéndose otro tipo de instalaciones de menor dimensión y en las que la ciudadanía adquiere todo el protagonismo.

Hace años, en especial antes del famoso impuesto al sol de 2015, proliferaron en España los llamados huertos solares, muchos de ellos participados por pequeños inversores que además de una oportunidad en términos económicos veían una forma de contribuir a la descarbonización de nuestro sistema energético. En 2018 este impuesto al sol fue eliminado, y a la vez la Comisión Europea regulaba vía Directiva las comunidades energéticas. Esta figura, además de contemplar el concepto de generación distribuida, hace referencia al consumo energético de proximidad y a la incorporación de las personas en la gestión del sistema energético. Así, el RD 23/2020 define las comunidades energéticas como “entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por socios o miembros que están situados en las proximidades de los proyectos de energías renovables que sean propiedad de dichas entidades jurídicas y que estas hayan desarrollado, cuyos socios o miembros sean personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios y cuya finalidad primordial sea proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus socios o miembros o a las zonas locales donde operan, en lugar de ganancias financieras.” transición hacia un enfoque integral que ponga en valor todas estas variables. Hablamos de un espacio clave para el cuidado de las niñas y niños al ser espacios que asumen un enorme protagonismo en sus vidas, tanto por el tiempo que permanecen en ellos, como por el papel crucial que juegan como espacio educativo y socializador, el cual se hace extensivo también a los propios vecinos y vecinas de los barrios en los que los colegios se encuentran ubicados. Y a las familias, ecosistemas laborales y generaciones futuras en última instancia; he aquí el efecto mariposa. Nos encontramos ante un claro ejemplo de un ecosistema

Se invita así a la ciudadanía a participar en el sistema energético para, además de favorecer la transición energética, garantizar el derecho de acceso a la energía. Según los últimos datos facilitados por Red Eléctrica Española, el parque de generación fotovoltaico es el que más ha aumentado en 2022. Lo ha hecho hasta el punto de que, por primera vez en la historia, hay más potencia fotovoltaica vertiendo a red que potencia hidroeléctrica. Así, el año pasado se conectaron a la red 3.400 megavatios de nueva potencia, a los que hay que añadir los más de 2.000 que se esperan de autoconsumo, con lo que se establece un nuevo récord histórico de potencia instalada en un año. Gran parte de esos 2.000 megavatios de autoconsumo van a estar gestionados bajo la figura de comunidad energética, la cual puede ser de naturaleza ciudadana y más vinculadas a entornos rurales o edificios residenciales y/o públicos de ciudades; pero también vinculadas a polígonos industriales donde las grandes naves ofrecen una gran superficie para la instalación de placas fotovoltaicas, configurando comunidades energéticas participadas por empresas de la zona. En términos de potencial y de competitividad de las empresas, estas son las comunidades energéticas que más pueden contribuir a la descarbonización de nuestro sistema energético.

Como se ve, un panorama favorable para el incremento de instalaciones energéticas bajo la figura de comunidad energética, aunque para ello todavía se debe hacer una gran labor de información y sensibilización, no sólo hacia la ciudadanía, sino también hacia las entidades municipales que, en el ámbito local, son las que deben liderar las comunidades energéticas para dar seguridad y confianza a las personas socias que se quieran adherir a la iniciativa.

Dependiendo de dónde pongamos los límites geográficos de este entorno escolar, los elementos e interacciones a considerar se amplían, diversifican y complejizan. Qué elementos los definen y su distribución en el espacio son factores que repercuten directamente en la salud y el bienestar de la comunidad y condiciona los distintos usos que se le atribuirán, como espacio de socialización, aprendizaje, lúdico, deportivo y curricular.

Además, son espacios desde donde también poder transformar e incidir en las relaciones de género que se han perpetuado históricamente desde la infancia a través de la configuración y diseño de estos patios escolares. Así, en los últimos años ha comenzado un proceso de reflexión y redefinición de estos ecosistemas complejos, intentando transformar estos espacios grises, duros y homogéneos en espacios vivos, diversos e integrados en el entorno necesidad de seguir repensando y transformando cada uno de nuestros ecosistemas bajo el prisma de la mirada holística. Así pues, los entornos escolares saludables se presentan como un espacio estratégico con gran potencial transformador de relaciones y conductas sociales, educativas y ambientales de nuestra sociedad

Hablamos por tanto de espacios integrados en la trama urbana que fomenten la actividad física, mental y el juego en diversas formas e intensidades; que ofrezcan espacios confortables térmicamente y que estén integrados en la naturaleza; que ofrezcan espacios de esparcimiento heterogéneos y agradables estéticamente; espacios seguros desde el punto de vista físico y emocional.

Los entornos escolares deben entenderse como espacios promotores de salud, deben ser entornos escolares saludables. La infancia es una etapa crucial en el desarrollo humano marcada por los continuos cambios biológicos, psicológicos y sociales que van a condicionar su salud en la infancia y la etapa adulta. Intervenir en los patios escolares y sus entornos ofrece, por tanto, una oportunidad estratégica para abordar los retos sobre salud y desarrollo infantil a los que nos enfrentamos, además de ser espacios donde fomentar la convivencia e interacción entre las distintas generaciones de la sociedad. En este concepto de salud volvemos a la importancia del enfoque integral y ecosistémico. Un espacio que ofrece salud debe considerar todas las variables que inciden en la salud, tanto física como emocional.

REGENERACIÓN URBANA: EL PAPEL DEL PLANEAMIENTO URBANÍSTICO EN LA REVITALIZACIÓN DE BARRIOS DEGRADADOS

Edurne Astaburuaga | Socióloga-urbanista relación social, la modificación del viario con el fin de reducir el tráfico motorizado y favorecer los modos de movilidad activa, y la transformación de espacios públicos desaprovechados en espacios funcionales y habitables.

El planeamiento urbanístico es a menudo entendido como una serie de instrumentos orientados a ordenar y transformar el uso del suelo. A través de los planes urbanísticos se conciben y articulan nuevos barrios, que están condicionados por las características que se establecen en dichos planes: a qué se va a destinar el suelo y de qué manera, cuál va a ser la tipología edificatoria, o qué forma y superficie van a tener los espacios libres y los equipamientos públicos, entre otros.

Uno de los instrumentos de planeamiento de desarrollo a escala de barrio más conocidos es el Programa de Actuación Urbanística, comúnmente conocido como PAU. Los PAU, que ejecutan la ordenación y urbanización de suelo clasificado como urbanizable no programado, tienen la capacidad de desarrollar barrios completamente nuevos en las ciudades. Algunos ejemplos son Las Tablas, Sanchinarro y Valdebebas, los tres en la ciudad de Madrid, planificados en los años 90 y caracterizados por ser enormes terrenos periféricos con manzanas cerradas, escasos bajos comerciales, avenidas infinitas destinadas al tráfico motorizado, rotondas desmesuradas y ausencia de equipamientos públicos.

Este modelo de desarrollo, basado en el crecimiento de la ciudad y en la máxima ocupación de suelo urbanizable, no era sostenible en su día, pero hoy lo es aún menos. Por una parte, se crean barrios donde se privatiza la relación social: no hay presencia de equipamientos públicos, y el modelo de vivienda cerrada favorece que el día a día se lleve a cabo de puertas para adentro. Por otra parte, se apuesta por la expansión y la construcción masiva de viviendas, olvidando que el suelo no es infinito, y que existen muchos barrios ya consolidados en riesgo de degradación y situación de vulnerabilidad que requieren intervención.

Ejemplo de estos barrios son aquellos construidos en los años 60 a lo largo del territorio estatal, destinados a albergar familias migrantes españolas de clase obrera que se desplazaban a las grandes ciudades para trabajar. Son barrios que se caracterizan por las construcciones de bloque abierto con bajos residenciales, la densidad y la ausencia de equipamientos, comercios y zonas verdes. A su vez, debido a la actividad especulativa y a la indisciplina urbanística de la época, la calidad edificatoria y la accesibilidad de las viviendas se desarrollaron de manera deficiente, resultando en viviendas sin ascensor, de escasa superficie y con severos problemas de eficiencia energética.

Además, en la mayoría de las ocasiones, las características sociodemográficas de estos barrios evidencian situaciones sociales vulnerables. Por una parte, la mala calidad edificatoria y la creación de nuevos barrios más atractivos provocan una bajada de precios en las viviendas, atrayendo a población con bajos recursos y en riesgo de exclusión social. Por otra parte, la antigüedad de los barrios da como resultado altos porcentajes de población envejecida, población cuyas viviendas no se ajustan a sus necesidades vitales debido a la inaccesibilidad física de éstas.

Algunos ejemplos de estos barrios son Las Margaritas, en Getafe, La Mina, en Sant Adrià de Besós, Zaramaga, en Vitoria-Gasteiz, Las Viudas, en Valladolid, y Las Tres Mil Viviendas, en Sevilla.

En definitiva, los planes urbanísticos de desarrollo como los PERI, destinados a la rehabilitación de suelo consolidado, pueden ser una gran herramienta para la regeneración urbana, junto con actuaciones a escala edificio y vivienda que persigan la mejora de la accesibilidad física y la eficiencia energética1, y políticas públicas que garanticen el bienestar social de aquellas personas en situaciones de vulnerabilidad. En la situación económica, social y ambiental en la que nos encontramos en la actualidad, regenerar en lugar de construir resulta crucial para la sostenibilidad de nuestras ciudades.

En este sentido, los instrumentos de planeamiento tienen el potencial no sólo de crear nuevos espacios, sino también de modificar aquellos ya existentes y necesitados de reformas y mejoras en pro de sus habitantes. Por ello, el papel que el planeamiento urbanístico puede jugar en esta tipología de barrios es muy relevante.

Un ejemplo de esto es el Plan Especial de Reforma Interior (PERI), que tiene la capacidad de reconfigurar y rehabilitar espacios y construcciones existentes a través de la creación de equipamientos públicos y la mejora de la circulación, entre otros.

Así, un barrio como los anteriormente mencionados podría beneficiarse de las actuaciones públicas de un PERI, incidiendo especialmente en la transformación del espacio público y dotacional, a través de la creación de nuevos equipamientos destinados a la

La Inminente Redristribuci N Del Espacio P Blico En La Ciudad

Juan Iglesias | Urbanista Ambiental

Las ciudades se han ido planificando y creciendo en paralelo a unos tiempos de boom industrial acompañado por el movimiento migratorio de las zonas rurales a la ciudad. Las urgentes demandas residenciales de entonces eran apaciguadas mediante desarrollos urbanos pensados para albergar a una masa poblacional deseosa de encontrar oportunidades laborales y de cubrir sus expectativas vitales.

Las urbes crecían así en altura y densidad por un lado, y con grandes ejes viarios por otro, dos variables hermanadas por una idea de entonces: un lugar para dormir y otro para desplazarse en coche. En el otro extremo, los centros urbanos aglomeraban la actividad, los equipamientos y servicios, los bienes culturales y de ocio, el dinamismo y atractivo de la ciudad en su conjunto actuando como centro de gravedad para la población que no disponía de esos servicios ni posibilidades en su entorno más cercano.

De manera simplicista, se podría decir que esta dualidad urbana ha dominado la ciudad, generando una elevada ocupación del espacio público por carreteras y un desequilibrio urbano en cuanto al dinamismo y la actividad de barrio.

Estas deficiencias o debilidades urbanas pueden combatirse, gracias a que la ciudad se comporta de alguna forma como un organismo vivo por su capacidad de crecimiento, pero sobre todo por su capacidad de regenerar sus tejidos internos. Esta cualidad regenerativa de la ciudad da pie a plantear nuevas oportunidades de transformación para incorporar aspectos de creciente importancia otrora olvidados como la contaminación, el ruido, la salud humana, la actividad económica, la interacción social, la calidad medioambiental, entre otras.

Esta viveza de la ciudad posibilita poder “reparar/ madurar/ evolucionar/ metamorfosear” esos tejidos existentes que no han tenido o no han podido tener en cuenta importantes claves desde el punto de vista urbanístico y de creación de ciudad.

Para ello, el primer paso es recuperar nuestras calles de los automóviles. Según la OCDE, el 50% del espacio público de las ciudades europeas está dedicado a los coches, estando estacionados de media el 95% del día. Es la hora de terminar con la constante pugna por la conquista del espacio público entre el coche y el peatón.

A medida de que vayamos quitando los coches de las calles para devolver el espacio público a la ciudadanía podremos recuperar una superficie hasta hora inexistente y abordar las problemáticas identificadas partiendo desde una mayor capacidad de intervención.

Los aparcamientos podrían convertirse en "lugares para estar" con unas aceras el doble de anchas que fueran lugares más seguros para caminar, hablar y socializar, así como bancos, fuentes, juegos infantiles, zonas de reunión, entre otras. También se podría abrazar la posibilidad de que apareciesen usos esporádicos de la calle, con conciertos, camionetas de comida callejera, exposiciones de arte, mercados de segunda mano, actividades deportivas entre un sinfín de posibilidades.

El nuevo diseño urbano centrado en las personas puede verse enriquecido además si se combina con la aparición y/o densificación de zonas verdes y arbolado, así como con la introducción de soluciones basadas en la naturaleza como elementos pensados para mejorar la calidad del aire, regular la temperatura, aumentar el bienestar en general, reducir los niveles de estrés, y avanzar en el proceso de reconciliación entre el medio urbano y el medio natural.

Europa está empujando esta necesaria transformación mediante Directivas Europeas como la ZBE; fondos europeos para la implementación de NBS; o el movimiento Bauhaus; lo que demuestra que estamos ante el momento idóneo para rediseñar nuestras calles y espacios públicos y actualizar el espacio urbano de acuerdo a los nuevos estándares de ciudad y calidad de vida.

Salud Ambiental Un Desaf O Para La Gesti N Urbana En Los Pr Ximos A Os

Mirari Otero | Ingeniera ambiental

Los enfoques tradicionales del medio ambiente y la salud se han centrado predominantemente en peligros individuales en medios naturales compartimentados. En la actualidad, se reconoce que la dinámica entre el medio ambiente, la salud y el bienestar es compleja, destacando la importancia de un tema emergente dentro de la salud pública: la salud ambiental.

La contaminación de nuestro entorno o los eventos climáticos extremos tienen grandes repercusiones en nuestra salud. Entre los principales riesgos para las poblaciones urbanas se incluyen una mayor exposición a la contaminación del aire, altos niveles de ruido o el efecto isla de calor

Esta relevancia se hace aún más presente cuando se cuantifica el peso de los determinantes ambientales en la salud. Según la OMS, se estima que en 2012 los factores ambientales fueron causantes del 13 % de las muertes en la UE, y, según la OCDE, la contaminación atmosférica en las ciudades será para 2050 la principal causa ambiental de mortalidad Algunos datos publicados por la AEMA dejan clara la importancia de la salud ambiental:

• La contaminación del aire es el principal factor ambiental que contribuye a la morbilidad y mortalidad, con alrededor de 400.000 muertes prematuras cada año en la UE.

• Las olas de calor son el clima extremo más mortífero en toda Europa, y las áreas urbanas se ven particularmente afectadas por el efecto isla de calor. Bajo los escenarios climáticos actuales, las muertes adicionales debido a las olas de calor podrían llegar a más de 130.000 por año.

• En Europa se estima un incremento en la mortalidad entre 1-4% por cada grado de temperatura que aumente, es decir, un aumento de más de 30.000 fallecimientos anuales en la década de 2030.

• La exposición al ruido ambiental causa 12.000 muertes prematuras al año y contribuye a 48.000 nuevos casos de cardiopatía isquémica anuales.

Asimismo, se subraya que dichas muertes podrían prevenirse revirtiendo la degradación ambiental y eliminando los riesgos ambientales para la salud. Las soluciones ecológicas, como la ampliación de los espacios verdes y azules de alta calidad en zonas urbanas, ofrecen una triple ventaja, al mitigar la contaminación ambiental, abordar impactos del cambio climático y fomentar la biodiversidad, mejorar la salud y el bienestar de la población y, a su vez, fomentar la cohesión social.

Otro aspecto destacable es que estas variables ambientales presentar sinergias y relaciones entre sí, por lo que, conocer las relaciones que existen entre los diferentes factores ambientales, la salud y la calidad de vida es fundamental para desarrollar soluciones conjuntas. La evidencia sugiere que normalmente es una combinación de factores lo que impacta en la salud e intensifica los efectos sobre personas vulnerables.

En cualquier caso, el enfoque de la salud desde la perspectiva medioambiental muestra un gran potencial, lo que deja margen para seguir mejorando la comprensión, estudio y desarrollo de variables e interrelaciones. Para este análisis del efecto de los determinantes ambientales en la salud de las personas se deben diseñar protocolos de trabajo que pongan el foco en la biomonitorización y la medición de indicadores como los Años de Vida Ajustados por Discapacidad o AVAD, riesgo relativo, mortalidad prematura o años de vida perdidos, entre otros.

Con todo esto, lo que se busca es transmitir que para luchar contra los crecientes datos de morbilidad y mortalidad en salud ambiental, resulta crucial implementar una perspectiva integradora, definida a través de políticas y planes de acción que tengan el propósito común de proteger la salud de la ciudadanía y, en particular, de aquellos segmentos de población como la infancia y las personas mayores, que resultan más vulnerables.

DIFERENCIA ENTRE LA RESTAURACIÓN DE ECOSISTEMAS Y LAS SOLUCIONES BASADAS EN LA NATURALEZA: ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?

La necesidad de restaurar los ecosistemas para detener la degradación de los ecosistemas, mitigar los efectos del cambio climático y detener la pérdida acelerada de la biodiversidad global no es algo nuevo. Las soluciones basadas en la naturaleza (NbS), por el contrario, son un concepto más novedoso y que ha entrado con mucha fuerza en la conversación sobre cómo enfocar los problemas ambientales actuales.

La diferencia principal radica en que en la restauración de los ecosistemas el foco central de la restauración es la naturaleza misma. El objetivo es la mejora de los parámetros naturales: calidad del agua, biodiversidad, conectividad, etc.

Por otro lado, las soluciones basadas en la naturaleza tienen como objetivo gestionar los procesos naturales para brindar beneficios tanto a las personas como a los ecosistemas. Su objetivo principal por tanto, si bien debería incluir ganancias en términos de biodiversidad o mejora del ecosistema, se centra en la mejora de los servicios que el ecosistema ofrece al ser humano: Reducción del riesgo de inundación, captura de contaminantes atmosféricos, reducción de ruido, etc.

Ambos conceptos son similares y se apoyan mutuamente, pero en el caso de las soluciones basadas en la naturaleza, el punto central son las necesidades y los objetivos de la sociedad. Esto, por supuesto, convierte a las soluciones basadas en la naturaleza en herramientas muy valiosas para hacer frente a los retos que tiene la sociedad frente a la crisis ambiental actual. Y, sin embargo, este enfoque centrado en las necesidades de la sociedad conlleva a su vez unos riesgos inherentes que no se pueden ignorar. interno a un enfoque más abierto y colaborativo. Hace años la innovación se llevaba a cabo dentro de los límites de la propia organización, con una perspectiva de investigación y de desarrollo internos. Las empresas invertían en sus propios equipos de I+D y se basaban en su experiencia y recursos internos para generar nuevas ideas y soluciones a problemas existentes.

El mayor de estos riesgos es sin duda caer en la tentación de centrarse en aquellos aspectos de la naturaleza que nos garanticen unos servicios ecosistémicos claros, útiles para la sociedad y fácilmente cuantificables, como pueden ser el suministro a agua o la regulación del clima. No obstante, la naturaleza es raramente tan sencilla, es más, tiende a ser compleja y dinámica, y existen diferentes procesos interconectados debajo de estos servicios. Esto implica que existe un riesgo importante de pasar por alto numerosos servicios ecosistémicos insustituibles que la naturaleza genera, y que no responden directamente a las necesidades de la sociedad. Además de no tener en cuenta que la naturaleza tiene un valor intrínseco significativo y es digna de conservación y restauración por derecho propio.

Por todos esto, es importante diferenciar qué está implícito cuando hablamos de restauración frente a cuando planteamos soluciones basadas en la naturaleza. Las necesidades y circunstancias marcarán cuál es más adecuado, pero no deberíamos olvidar el papel central de la naturaleza en ninguno de los dos casos.

Con el paso de los años, las organizaciones se vieron obligadas a buscar soluciones fuera de la propia empresa. Esto se debe al creciente entorno competitivo y a la poca eficiencia de los procesos internos a pesar del gasto incurrido por parte de las organizaciones.

Acuñado por el profesor Henry Chesbrough en 2003, el término Open Innovation hace referencia a la estrategia de innovación empresarial basada en la relación y cooperación con el entorno para la búsqueda de soluciones ambiciosas. De esta manera las empresas se abren a colaborar con agentes externos para el desarrollo de soluciones y consecución de objetivos de manera más eficaz que mediante el proceso tradicional.

Pese a que en un principio la innovación abierta se puso en práctica en forma de colaboraciones entre solamente dos organizaciones, en la actualidad abundan ejemplos en los que un gran número de actores participan en un mismo proceso de innovación.

La eficacia de la innovación abierta no se limita a unas pocas multinacionales. Es un proceso que hace un uso más eficaz del conocimiento interno y externo de todo tipo de organizaciones, veteranas o jóvenes, grandes o pequeñas, públicas o privadas.

Danobatgroup o CAF llevan años poniendo en marcha proyectos de Open Innovation con el objetivo de mejorar su competitividad empresarial.

En el caso de CAF, por ejemplo, han desarrollado una plataforma denominada CAF Startup Station. Este instrumento tiene como fin la colaboración con diferentes startups y personas emprendedoras para desarrollar soluciones innovadoras para el sector ferroviario. La plataforma ofrece a estos agentes externos el acceso a los recursos económicos y conocimientos técnicos de la empresa, permitiéndoles testar sus nuevos productos en condiciones reales. En los últimos años la innovación abierta ha ido evolucionando y se pone cada vez más énfasis en la colaboración. Así, se están estableciendo ecosistemas de innovación. Los ecosistemas de innovación son redes o comunidades compuestas por diferentes empresas y agentes que colaboran entre sí para impulsar la creación y adopción de innovaciones. Para ello comparten recursos, conocimientos y experiencias, fomentando la innovación y el desarrollo de nuevas ideas. Estas alianzas suelen estar centradas en un sector industrial o en un área geográfica específica, impulsando así la innovación de manera más efectiva.

Algunos ejemplos de ecosistemas de innovación en el mundo son Silicon Valley en Estados Unidos, Estocolmo en Suecia o Shenzhen en China. Estos ecosistemas albergan multinacionales como Google, Spotify o Huawei, respectivamente.

En conclusión, la evolución de estos procesos refleja la creciente concienciación por parte de las empresas de que la innovación requiere de la participación de diferentes agentes y de una apertura a nuevas ideas y enfoques

Inteligencia Artificial

Las expectativas vs. La realidad

Desde la disruptiva aparición de Chat GPT de OpenAI, el término Inteligencia Artificial (IA) parece haber ganado un extremo protagonismo en portadas y artículos de actualidad. Esto se debe principalmente a que Chat GPT es la primera gran herramienta de Inteligencia Artificial diseñada para el uso masivo y que para muchos usuarios/as ha sido la primera experiencia con las capacidades de la IA. Esta misma exposición al gran público ha generado grandes debates tanto éticos como funcionales acerca de las capacidades de esta tecnología. Estos debates generan al mismo tiempo una percepción de estos sistemas alejados de la realidad, donde su capacidad se sobrevalora y se malinterpreta.

No cabe duda de que Chat GPT es uno de los mayores desarrollos tecnológicos de los últimos años, este modelo de lenguaje diseñado para mantener conversaciones con cualquier persona y proporcionar respuestas coherentes y precisas a través de los algoritmos con los que ha sido entrenado, ha sorprendido a sus usuarios/as posicionándolo como un posible competidor de Google como buscador. Con el fin de entender el funcionamiento de esta herramienta es importante destacar que se trata de una red neuronal de aprendizaje profundo o Deep Learning , y por consiguiente comprender el funcionamiento y capacidad de una red neuronal es tambien importante.

El objetivo de una red neuronal es simular el funcionamiento del sistema nervioso, el cual tiene la capacidad de autoaprendizaje en base a experiencias previas. En este sentido una red neuronal se compone de neuronas artificiales, las cuales se expresan en forma de funciones matemáticas, y que tienen como labor la recepción de la información, su procesamiento y la elaboración de un resultado. Estas neuronas se distribuyen normalmente en capas en función de su labor; entrada, procesamiento o salida.

Volviendo a Chat GPT, son muchos los usuarios/as que han manifestado la incapacidad de esta herramienta de dar respuestas precisas a sus peticiones. Este problema no sorprende cuando uno comprende el funcionamiento del sistema. Una red neuronal depende en sus totalidad del acceso a información y de la calidad de la misma. Esta tecnología no razona, aprende, y para ello necesita acceso a una cantidad de datos masiva donde cualquier inexactitud afecta fuertemente a su capacidad de dar respuestas adecuadas en temáticas muy precisas. En esta misma línea, cualquier sesgo, prejuicio o estereotipo que contenga la información a través de la cual aprende tambien podrá afectar a la calidad de las repuestas que otorga. La corrección de estos escenarios requiere de un alto número de especialistas y recursos que escenifican la falta autonomía de la tecnología. Cuando se le pregunta al propio Chat GPT sobre esto su repuesta es:

“Cabedestacarquemimejorayactualizacióntambién dependendelacalidaddelosdatosylainformaciónque semeproporcionaduranteelentrenamiento.Porlo tanto,esimportanteasegurarsedequelosdatosylas entradasquesemeproporcionanseanprecisosy confiablesparaquepuedamejoraryproporcionar mejoresrespuestasenelfuturo.”

“Encuantoalacorreccióndemissesgos,estoesun procesoqueinvolucraaunequipodeexpertosen diversidadeinclusión,queseencargandeanalizarmis respuestasydetectarposiblessesgosquepuedanhaber sido introducidos durante mi entrenamiento.”

Existen otras muchas limitaciones que nos indican que la capacidad de esta tecnología (IA) de replicar un cerebro humano esta todavia lejos de ser realidad como lo es la falta de conciencia propia. Las IAs actuales solo hacen lo que se les enseña a hacer, y en cierto modo, es para lo que están programadas. En este sentido, sin desprestigiar el potencial uso de esta tecnología, es importante equiparar las expectativas a la capacidad real del sistema.

Industrias Culturales Y Creativas Y La Irrupci N De La Inteligencia Artificial

Según el informe “Creative Economy Outlook 2022” publicado por UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, por su sigla en inglés), las Industrias Culturales y Creativas (ICCs) son uno de los sectores de más rápido crecimiento en el mundo. Estas industrias se definen como aquellas que producen bienes y servicios basados en la creatividad y la expresión cultural, incluyendo artes, cine, música, literatura, moda, diseño, artesanía, patrimonio cultural, juegos y medios de comunicación.

Las ICCs son fuente de ingresos, crean empleo, fomentan la innovación y contribuyen al bienestar de las sociedades. A nivel global, las exportaciones de bienes creativos representaron 524 millones de euros en 2020, mientras que las exportaciones de servicios creativos alcanzaron los 1.1000 millones de euros. Además, en 2020, los bienes y servicios creativos representaron el 3% y el 21% del total de las exportaciones de mercancías y servicios, respectivamente.

Al igual que está sucediendo en otros campos la Inteligencia Artificial (IA), también ha irrumpido en las ICCs. Programas como GPT-3 y Dall·e han sido ampliamente comentados en los medios de todo el mundo, incluso se ha especulado si sabríamos diferenciar algo hecho por una persona o una IA. Pero más allá de especulaciones y debates, la IA puede ser una herramienta valiosa para el desarrollo del sector.

La IA está transformando la forma en que las industrias creativas trabajan y crean. Permite automatizar tareas tediosas y repetitivas, mejorar la eficiencia en la producción y liberar tiempo para centrarse en tareas más importantes y críticas, analizar datos para tomar decisiones, o personalizar la experiencia del usuario. Estos y otros aspectos permiten que las ICC se beneficien del potencial de la IA y den lugar a nuevos modelos de negocio.

Además, se prevé un solapamiento cada vez mayor entre las industrias digitales y creativas, y es probable que esto aumente con el papel de la IA, los nuevos enfoques de los efectos visuales (incluido el uso de plataformas de juegos en la creación de nuevas películas y televisión) y las herramientas de colaboración en la producción.

También se espera que la IA tenga un impacto en la distribución y comercialización de productos culturales y creativos, como la recomendación de contenidos basados en la creación de plataformas de comercio electrónico más efectivas y eficientes. Además, la IA también puede ayudar a resolver algunos de los desafíos a los que se enfrentan las industrias creativas, como la protección de derechos de autor y la lucha contra la piratería.

Sin embargo, es importante abordar los desafíos éticos y de privacidad que surgen del uso de la IA y asegurarse de que se utilice de manera responsable para maximizar su impacto positivo y minimizar su impacto negativo en las ICCs.

La IA está teniendo un impacto significativo en las ICCs, tanto en términos de desafíos como de oportunidades. Es importante que los profesionales de estas industrias adopten y aprovechen la tecnología de la IA para mejorar sus procesos y mantenerse a la vanguardia en un mercado cada vez más competitivo y con gran proyección.

La ciudadanía no termina de sentirse cómoda con los trámites en línea de las administraciones públicas. La gente no tiene muchos reparos en comprar en sitios como Amazon, resulta sencillo para una amplia diversidad de personas, pero la e-administración, con sus excepciones, continúa por detrás en cuanto a usabilidad y experiencia. Es el momento de que los servicios públicos online se coloquen en primera línea de la innovación y excelencia, a la altura de su relevancia.

La pandemia ha contribuido a acelerar la digitalización en todo tipo de ámbitos, incluido el de los tramites públicos. El INE señala en su “Encuestasobre EquipamientoyUsodeTecnologíasdeInformacióny Comunicación(TIC)enlosHogares”del último año que la administración electrónica aumentó su penetración en un 11% entre 2021 y 2022. El uso mayoritario, no obstante, se ciñe a tareas sencillas como imprimir formularios, y menos de un cuarto de la población ha solicitado un certificado oficial o una ayuda vía online. Las razones parecen evidentes: más del 60% de las personas usuarias de internet declaran haber tenido problemas en el uso de la eadministración en el último año, y cerca del 7% ha desistido de realizar un tramité que tenía necesidad de hacer.

El asunto no es menor, en un entorno en el que cada vez más servicios se trasladan a lo digital, una gran parte de la ciudadanía no procede a ejercitar sus derechos y obligaciones por medios en línea, aún cuando lo necesita.

Si a una ciudadana le faltan indicaciones o ayuda cuando acude a un e-commerce, puede decidir abandonar la transacción, haciendo que la empresa pierda una oportunidad de negocio. Sin embargo, si perciben que los trámites de una plataforma pública son inaccesibles, confusos o inservibles, no pueden dirigirse a una web alternativa. Lo que la Administración pierde, en este caso, es confianza y legitimidad por parte de la ciudadanía.

La userexperiencees un concepto más que trabajado en el diseño de productos y servicios interactivos: ¿está pensado para las personas usuarias, sus percepciones, contextos y necesidades? No hay que indagar mucho en las plataformas de las distintas administraciones para encontrarse con servicios que claramente no se han diseñado centrándose en la ciudadanía, poniéndose en su lugar. Están más bien estructurados para atender escrupulosamente los requerimientos normativos y las lógicas administrativas internas, dejando a la usuaria en un papel secundario, cuando se trataría de fomentar su autonomía en el ejercicio ciudadano

Al priorizar el diseño centrado en el usuario, la idea no debería ser tampoco pensar en un usuario medio tipo único, si no dar accesibilidad a todo tipo de personas, diversas en alfabetización digital, funcionalidad, etc. Es la primera política clave recomendada por el el informe “eGovernment Benchmark 2022” de la Comisión Europea.

En esa misma línea, otra de la políticas recomendadas es racionalizar la entrega de los servicio de forma que las usuarias puedan acceder a todos los trámites relacionados con un hito vital a través de una ventana, rompiendo silos departamentales. Más que de animar a invadir competencias entre las distintas administraciones, se trata de acompañar al usuario, abrir vías para colaborar, o compartir datos para facilitar el trabajo.

Quizá las administraciones tampoco deban limitarse a que la usuaria llegue a su ventanilla virtual. Si los ecommerce de referencia son capaces de personalizar sus recomendaciones para cada persona, puede que las administraciones también debieran conseguir ser proactivas a la hora de informar sobre ayudas, subvenciones, cada vez que ocurre uno de esos hitos en la vida del ciudadano: maternidad, escolarización, demanda de empleo, emprendimiento, jubilación, etc.

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