La historia sobre la pila del parque Nicolás Ulloa Lic. Pompilio Segura Chaves /Historiador.
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a fuente que adorna el parque Nicolás Ulloa Soto y que hábilmente ha embellecido la experta Ana Moraleda, es del año 1878 y la pila que la rodea, es de 1886, y ambos elementos son símbolos que recuerdan la inauguración de la primera cañería de hierro que tuvo la Ciudad de Heredia. El interés por dotar a Heredia de una cañería de hierro se inicia el 1 de abril de 1864, cuando en la sesión municipal el regidor Pedro Zamora Rodríguez expuso que el súbdito inglés Archivaldo Montgomery le ofreció la construcción de una cañería y una fuente en la plaza principal. Ante esta oferta, la municipalidad acordó levantar una suscripción voluntaria en la cantidad de 1.100 pesos, suma que consideraba suficiente para iniciar ese trabajo y comisionó a Zamora, en unión con el regidor José María Morales Cervantes que se encargaran de la organización de la suscripción. Dotar a un pueblo de un acueducto es tarea difícil y mucho más en tiempos antiguos y esto obligó a los heredianos a esperar durante mucho tiempo para poder obtener este anhelo. En la sesión municipal del 1 de setiembre de 1866 los comisionados Zamora y Morales reclamaron que en 1864 la municipalidad los había autorizado para recoger una suscripción voluntaria para construir una fuente en el centro de la plaza y que habían recolectado la suma de
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645,2 pesos, pero que por la muerte de Rafael Moya no se había vuelto a hablar nada de esto. Rafael Moya Murillo había sido nombrado Goberna-
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dor de Heredia en 1856 y en el desempeño de este cargo, súbitamente falleció el 15 de noviembre de 1864. Una nueva inquietud sobre la necesidad de dotar a Heredia de una fuente surgió en la sesión municipal del 1 de octubre de 1868, pero lo que se acordó fue que se solicitara al gobierno el auxilio necesario. El interés por emplazar una cañería se mantuvo en la municipalidad por muchos años y como siempre con muy débiles avances, sin embargo, en la sesión del 1 de diciembre de 1873 se conoció una situación muy importante, pues el ingeniero A. L. Saugy se comprometió a instalar la cañería, construir las dos pilas y poner los cogedores de agua, ofrecimiento que fue aceptado mediante contrato firmado por el oferente y por el gobernador Juan Vicente Gutiérrez. Los planos elaborados por Saugy fueron enviados al gobierno cuya aprobación ocurrió en 1876. Aprovechando estos planos, en la sesión del 15 de marzo de 1877 acordó la municipalidad: “Que se construya en esta ciudad, cuanto antes sea posible, la cañería expresada conforme al plano que este cuerpo mandó levantar y que se haya aprobado por el supremo gobierno.” Y considerando que esta obra era de urgente necesidad, el 15 de mayo de 1877, la municipalidad conoció las siete propuestas recibidas y aceptó la presentada por John H. Brealey porque ofrecía más comodidad para hacer los
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pagos. Brealey cobró 60.000 pesos. Brealey, súbdito inglés, radicado en Heredia, adquirió todo el material, incluyendo las dos fuentes, en Inglaterra y en diciembre de 1877 inició sus trabajos, excavación de calles, colocación de tubos, acople de las tuberías en los estanques y en la sesión municipal del 2 de noviembre de 1878 avisó que había terminado la obra y entregado el agua en corriente por todas las calles conforme a los planos. Dudando la municipalidad acerca de la calidad de este trabajo, comisionó al ingeniero Locklin para que lo inspeccionara y enviara el informe respectivo. Locklin encontró algunas carencias: el tazón de la fuente de la plaza principal tenía un diámetro de 4 pies menos que el indicado en el plano, a la fuente le faltaba la llave para tomar el agua limpia, según el dibujo que tenía el plano, y debía poner 6 llaves contra incendios conforme a detalles en los puntos convenientes, y por este informe, la municipalidad se negó a recibirle el trabajo y a no pagarle los últimos 16.000 pesos. Brealey, muy astuto, no discutió con la municipalidad, acudió directamente a don Tomás Guardia, quien consideró que el gobierno era moralmente responsable del problema y con el deseo de fortalecerla, el 27 de noviembre de 1879, emitió el acuerdo siguiente: “Que por el tesoro público sea pagado a Juan Brealey de la acreeduría que tiene contra la municipalidad, quedando la liquidación y establecimiento de los terminos de
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pago a cargo del Secretario de Hacienda.” (Colección de Leyes, 1879) En la sesión del 15 de diciembre de 1879, quizá en Santa Paz, y sin inauguración alguna, la municipalidad recibió la por tantos años anhelada cañería, con sus dos fuentes. Las plantas ornamentales, con su exuberante crecimiento, provocaron en parte la ocultación de pila y fuente, la que sin sólida base parecía que se hundía en el suelo y para corregir este problema y darle realce al conjunto, el vicepresidente municipal Juan Vicente Gutiérrez se entendió con el ingeniero Manuel Víctor Dengo Bertora, sin embargo, en la sesión municipal del 16 de agosto de 1886, la municipalidad rogó al gobernador que buscara un constructor competente que sacara del anonimato a la fuente, porque Dengo no había presentado ningún plano. Quien se encargó de este complicado trabajo fue el bisabuelo de Eduardo Villalobos Yannarella, don Eulalio González Céspedes, auxiliado por Nicolás Hernández Campos. En su libro “Muy cerca de mi tierra” el Lic. e investigador Marco Tulio Fonseca Chaves, dice de Eulalio: “Albañil de los de mayor fama de entonces. En compañía de Nicolás Hernández (Rana), construyeron la pila del parque Central y la acera de piedra que lo circunda.” La base que sustenta la fuente fue elaborada en San José y el 2 de mayo de 1887, la municipalidad pagó 209,48 pesos que se debían a la Fundición San José, por el resto del valor de dos secciones y un plato para pila de la plaza, fundidos en hierro.
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Finalmente, en la sesión municipal del 16 de abril de 1957, los Lic. Víctor Manuel Elizondo Cerdas y Miguel Ángel Sáenz Flores, en representación del Club Rotario de Heredia, presentaron solicitud para que la fuente fuera bautizada con el nombre de Centenario, para conmemorar la rendición de William Walker, acontecimiento ocurrido el 1 de mayo de 1857. En esta misma oportunidad, el empresario José (Chepe) Gamboa Alvarado, le instaló a la pila un agradable sistema de iluminación que se mantuvo por varios días. Cuenta su hijo Pedro que cuando su papá viajó a Europa, logró ver en algunos parques, fuentes iluminadas y observando cuidadosamente su funcionamiento, pudo adquirirlo, con la intención de aplicarlo en Heredia, en la ocasión en que se necesitara. Él compró los proyectores que lanzaban hacia los surtidores de agua rayos de luz de colores rojo, azul y blanco. Por su trabajo nada cobró. (Entrevista del 4-1-2022)
____ Nota del autor: Este trabajo está fundamentado casi en su totalidad, en las Actas del Concejo Municipal de Heredia.
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