Publicación Nosotres 2015

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Más que a orientarse, quisiera invitar a desorientarse en el recorrido de este cuerpo-publicación, a transitar sus capas y voces, y a tejer nuevas miradas y tactos sobre lo que ha sido, está siendo y podrá ser el proyecto Nosotres y, en general, todo proceso de creación e investigación con sus múltiples repercusiones, potencialidades y afectos. Es una invitación a recorrer parte de un trayecto que, desde el 2011, se viene manifestando como un gesto elástico de preguntas, donde muchos cuerpos y mentes han volcado su creatividad para ir transformando una pregunta inicial en una deriva de experiencias y posibilidades que no termino de comprender. Me parece importante reconocer desde el hoy, cómo un gesto en el tiempo se sigue modificando y es un propulsor de otros más. Esta publicación es un cuerpo de impresiones. Es un cuerpo incompleto, sí, móvil, donde variadas subjetividades se ponen en tensión, se encuentran, se contradicen, se raspan; subjetividades que traducen y comparten generosamente sus propias experiencias a partir de Nosotres. Es un cuerpo extendido, amorfo, que no busca ser lineal ni comprender o ser comprendido, sino más bien seguir preguntándose y develar posibles maneras de ser, hacer, pensar, aprender y compartir. Es un cuerpo que también se fuga y está lleno de agujeros, pelos, extensiones, imágenes, imaginarios, ficciones, materia, iluminación propia, olores, letras, dígitos, puños, ideologías, contradicciones, crítica, proyecciones, pieles, referencias, amores, dibujos, papel, colores, memoria, inconsciencia, lenguas, lenguajes, fisuras, normas, procesos, saliva, líquidos, temporalidades, movimientos y repeticiones, que reiteran una multiplicidad de investiduras. Es una invitación a deslizarse entre textos, imágenes y notas movedizas. Esperando que en su recorrido este cuerpo vibre y respire! Javiera Peón-Veiga

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Cyber-destellos transcontinentales (entre corpus y pie de página)1 sobre NOSOTRES Por Adeline Maxwell y Lucía Egaña Rojas

1 NOSOTRES es el nombre de una pieza de danza contemporánea o el título de un proceso creativo desencadenado por el proyecto de realizar una pieza de danza. Nosotres.cl es la interfaz que nos permite entrar al cuerpo documental de NOSOTRES, donde el código de producción se abre a partir de tecnologías de comunicación e información ya naturalizadas (Internet). La web hace accesibles los materiales que se han cocinado durante el proceso de producción de la pieza. ¿Es posible acceder a NOSOTRES omitiendo esta documentación? ¿Cómo analizar o pensar NOSOTRES más acá de sus archivos? ¿Es NOSOTRES una obra de arte, una hipótesis de trabajo o una investigación científica? ¿Cómo navegar hoy la pieza sin navegar su web? 2 (Espacio) CAMA y RING2 El cuadrilátero es utilizado como espacio binario3 donde se reconfigura (en lugar de una anulación completa) el encuadre tradicional del proscenio para exhibir los cuerpos en un centro rodeable, un panóptico invertido, expuesto al voyeurismo4 del espectador. La utilización de un espacio escénico pequeño y delimitado por cuatro costados genera intimidad, aunque en este caso se trate de una intimidad expuesta, escenificada como tal.

1 Allá está el corpus, aquí está el pie Tu eres el cuerpo, yo soy tu pie. 2 Tanto cama y ring serán leídos como espacios de interacción entre 2 o más sujetos. Esto no significa que no exista sexualidad (o lucha) ejecutada por un sólo sujeto, caso que en este texto no será considerado. 3 El cuadrilátero es una forma geométrica que opone dos lados (x2) en paralelo, figura potencial de lo binario como réplica de sí misma. 4 Según la clasificación de trastornos mentales bajo criterios de la OMS el voyeurismo es una conducta caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual. 23


El cuadrilátero leído como una cama, alude a la condición de este espacio como construcción cultural de lo privado (tradicionalmente feminizado). La cama, como espacio privado, sale a la representación pública como escenario del sexo, como el gimnasio sexual en el cine, en el teatro y en todo lo demás. La cama, como lugar de construcción de la sexualidad, espacio de elipsis, de colonización fálica, un sitio privilegiado para el control social5. El cuadrilátero es un ring, un espacio de lucha (en general de representación de la masculinidad), relacionado con la potencia física y el sometimiento de un otro. La lucha que se da en el ring6 se homologa a la lucha de poder que se da en la cama. Las dinámicas generadas en el cuadrilátero como escenario cama-ring son configuraciones corporales, la plataforma espacial está definida por los cuerpos que la ocupan7. Se puede hacer un paralelo entre la construcción del género y la sexualidad y la construcción del cuerpo “especializado” del boxeador. A partir de categorías morfológicas y facultades físicas, este sistema de construcción se aplica a la práctica corporal y espectacular del boxeo, como sucede también en la danza con el cuerpo “especializado” de la bailarina. El ring es el proscenio de la práctica escénica de la lucha libre8 y del boxeo9, como actividades estructuradas en torno a su principio de visibilidad. Asimismo la sexualidad, o su representación a través de cualquier medio tecnológico o artesanal, también puede concebirse como práctica escénica: primero en su representación, luego en su reproducción, en las prácticas repetitivas que constituyen una performance, el cómo “hacer sexo”10.

5 En la pornografía la cama es el espacio donde se representa la potencia del falo. 6 Cf. Aprendizaje de un truco teatral para manipular el pelo y cuero cabelludo en situaciones de ficción de luchas y peleas empleada en NOSOTRES: http://nosotres.cl/nosotres/?p=554 7 La representación hegemónica de la pornografía, así como la de la lucha libre o el boxeo, asigna categorías a los cuerpos que se organizan exclusivamente a partir de dichas categorías (por ejemplo en la pornografía: “racial”, “milf”, “baby”, etc.; y en el boxeo: “peso pluma”, “peso mosca”, “peso pesado”, etc.). 8 La lucha libre leída como un kamasutra de la fuerza debido a sus acrobacias de la violencia. Verlas, por ejemplo, en la figura del “estrangulamiento sanguíneo”. 9 Cf. WACQUANT, Loïc. Habitus as Topic and Tool: Reflections on Becoming a Prizefighter, Londres: Routledge, 2011. 10 Respecto a la repetición y la performance ver BUTLER, Judith. El Género en disputa: Feminismo y la subversión de la identidad, Barcelona: Paidós, 2006. 24


El cuadrilátero está hecho para dotar de un máximo de visibilidad al espectador. Tanto en la lucha libre, en la danza y en las representaciones (más o menos) descarnadas del sexo el espectador es central; el discurso, en otras palabras, está construido espacialmente11 para él y el eje central de estas prácticas incluso ha sido fijado en el ojo12. 3 La representación de la carne: el “color piel”13 El efecto que buscan las vestimentas “color piel” es el de volver liso, el de homogeneizar14 (como las panties15), es decir invisibilizar “defectos”, deshacer distinciones16, siendo que las distinciones son las que definen al género17. El des-género18 problematiza los límites del imaginario: ¿Cómo sería una instancia donde no hay clasificación de género?19 11 Sin olvidar que el espacio también puede ser deconstruido, dada su doble condición: la de su “realidad” y la de sus posibilidades. 12 PRECIADO, Beatriz. Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en “Playboy” durante la guerra fría, Barcelona: Anagrama, 2010. 13 Cuando era chica siempre andaba con cicatrices, moretones y picadas en las piernas. Un día descubrí las panties “color piel” que vendían en el almacén. Rápidamente me volví adepta a éstas porque tapaban las imperfecciones de mis piernas cuando quería ponerme falda. A mí me quedaban regio, porque tengo la piel blanca, esas panties “color piel” eran color Barbie. 14 “Hacer homogéneo, por medios físicos o químicos, un compuesto o mezcla de elementos diversos.” Antónimos: “Distinguir, separar”. Homogéneo: “Perteneciente o relativo a un mismo género, poseedor de iguales caracteres.” (RAE) 15 Homogeneizar LA PIEL, las cicatrices, las picadas. Homogeneizar LAS PIELES, o más bien el imaginario de lo que debieran ser las pieles. El “color piel”, el color estándar de panties e ideales de “piel” es pálido, no es de piel morena (para eso están las panties color “caramelo” o “chocolate”). 16 El problema de las distinciones (diferencia) y de la igualdad será el debate fundamental entre las teorías feministas de los años 70. 17 Según Joan Scott, el género comprendería 4 elementos interrelacionados: símbolos y mitos; conceptos normativos, instituciones y organizaciones sociales; y la subjetividad e identidades de género. Cf. SCOTT, Joan W. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en AMELANY, James, NASH, Mary. (eds.). Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Valencia: Ediciones Alfons el Magnánim, 1990. 18 Des: Pérdida total o parcial de lo que se expresa, negación o privación, propicia la inversión del significado (o del estado precedente), vuelta atrás, eliminar, proceso (a diferencia de “in”). Género: El conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el que se satisfacen esas necesidades humanas transformadas. Cf. RUBIN, Gayle. “El tráfico de mujeres. Notas para una economía política del género”. Nueva antropología, Nº 30, noviembre-diciembre, 1986. 19 “[…]a veces me parece que es imposible hacer lo que digo que quiero hacer: salir de lo dual, porque está tan impregnado en nuestras células, nuestra cultura, que puede ser un proyecto utópico; pero a la vez, también me doy cuenta que se puede proponer y generar situaciones donde sí se logran estados y presentaciones del cuerpo más ambiguas, menos definidas como esos cuerpos flotantes que nunca están en una identidad… pero me lo pregunto ¿se puede…? Y en ese trayecto estoy y estamos en la investigación.” Entrevista a Javiera Peón-Veiga realizada el 15 de mayo del 2012: http://nosotres.cl/nosotres/?p=1139 25


Un cuerpo des-generado no es un cuerpo que nació y permaneció sin género; es un cuerpo de género des-hecho (requiere de un contexto para entender desde dónde se habla de esta condición), donde el género está roto, es un cuerpo con cicatrices porque lo único sin daño, sin mácula, es el género binario hegemónico, su “color piel”. El traje “color piel” es entonces una prótesis, de la misma manera que el género es una prótesis -cultural-. Con el “color piel” no hay caramelos ni chocolates, no hay cicatrices, ni moretones. 4 La progresión narrativa aristotélica puede asemejarse a la “evolución” de la cultura, como proceso civilizatorio20 en el que van de la mano la construcción de los cuerpos y la de las identidades. A través de la reconstrucción de una poética narrativa, como estrategia de representación utópica: ¿Será posible la creación de un estado “0”21 en el que no exista la domesticación22, y por ende la generización, ejercida por la sociedad? El proceso de generización, es decir de incorporación de principios sexuantes, se escenifica y se cuestiona a través de juegos de estructuración del tiempo basados en el “clímax” y en la aceleración rítmica23, así como en el uso del espacio “progresivo”, por ejemplo en el paso del contacto con el piso a la posición erguida24. En ese sentido, en NOSOTRES, la aparición del rostro también supone la aparición de una identidad dejando atrás el estado utópico de pre-identidad, pre-diferenciación, pre-cultura y pre-civilización25. Con la emergencia de la identidad, luego del destape, del “sacarse las máscaras”26, aparecen los actos de violencia27 explícita28 20 Cf. ELIAS, Norbert. El proceso de civilización, Madrid: FCE, 1987. 21 Por estado “0” puede comprenderse un estado de des-individualización donde no se encuentren los ejercicios de generización, de racialización y de culturación realizados por la sociedad. 22 Como aquella de los “niños salvajes”, situación que confirma la hipótesis del cuerpo como construcción cultural. Cf. LE BRETON, David. Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones, Buenos Aires: Nueva Visión, 1999, pp. 15-23. 23 Que hacen referencia al acto sexual. 24 Donde se puede interpretar la relación entre los conceptos de evolución y civilización. 25 Y no des-identidad, des-diferenciación, des-cultura y des-civilización. 26 O ponerse las máscaras. 27 Lo que en un estado “0” implicaría la liberación de energías a través de acciones desgastantes. Cf. MARCUSE, Herbert. Eros y Civilización, Paris: Ed. De Minuit, 1963. 28 Elias evoca la evolución de la agresividad en el proceso de civilización como una interiorización del control de pulsiones. Cf. ELIAS. op. cit. 26


y simbólica29, es decir, con la aparición de la noción de identidad, el acto sexual se vuelve el “juego de poder” que conocemos. 5 De alguna forma NOSOTRES nos deja con hambre, quisiéramos ver cómo se hace real (aunque en escena) el postgénero, cómo una tergiversación performativa puede reconfigurar la realidad. El espacio de “la cultura y las artes” no tendría por qué ser el campo de batalla donde estas luchas se dieran. De hecho, la mayoría de las veces no lo es y ésta es también una repetición sostenida por el campo del arte: su inocuidad. Pero lo que deja con hambre en NOSOTRES es que la promesa de la mutación dure sólo un cuarto de hora, constatar que no hay posibilidad de alterar el orden establecido por la ficción de la desidentidad llevada al límite. Lo frustrante es la condena de la humanización30, el no poder salir de allí, el tener que volver al mito del eterno retorno, como si la pulsión que desestabiliza la performatividad hegemónica no diera resultado ni siquiera en la ficción posible de imaginar en el arte. En NOSOTRES interaccionan 3 cuerpos-ameba “color piel” hasta que la coreografía les hace salir de esta condición humanizándoles. En tanto reproducción de la realidad, NOSOTRES confirma que la indiferenciación de los cuerpos es una ficción. Lo que propone NOSOTRES es la posibilidad de pensar en un pre-género, pero un “pre” siempre supone que algo sucede después, en este caso un género que se perpetúa en vez de reconfigurarse a través de un “post”.

29 La violencia simbólica según la teoría Bourdieusiana define una forma de violencia no ejercida directamente mediante la fuerza física, sino a través de la imposición de una visión del mundo, de los roles sociales, de las categorías cognitivas y de las estructuras mentales. Constituye por tanto una violencia invisible, que viene ejercida con el consenso y el desconocimiento de quien la padece y que esconde las relaciones de fuerza que están por debajo de la relación en la que se configura. Cf. BOURDIEU, Pierre. “Capital simbólico y clases sociales” en BOURDIEU, Pierre, WACQUANT, Loïc. Estrategias de reproducción social, Buenos Aires: Siglo XXI, 2011, pp.199-211. 30 La vuelta a la figuración. 27


Referencias bibliográficas: BOURDIEU, Pierre. “Capital simbólico y clases sociales” en BOURDIEU, Pierre, WACQUANT, Loïc. Estrategias de reproducción social, Buenos Aires: Siglo XXI, 2011. BUTLER, Judith. El Género en disputa: Feminismo y la subversión de la identidad, Barcelona: Paidós, 2006. ELIAS, Norbert. El proceso de civilización, Madrid: FCE, 1987. LE BRETON, David. Las pasiones ordinarias. Antropología de las emociones, Buenos Aires: Nueva Visión, 1999. MARCUSE, Herbert. Eros y Civilización, Paris: Ed. De Minuit, 1963. PRECIADO, Beatriz. Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en “Playboy” durante la guerra fría, Barcelona: Anagrama, 2010. RUBIN, Gayle. “El tráfico de mujeres. Notas para una economía política del género”. Nueva antropología, Nº 30, noviembre-diciembre, 1986. SCOTT, Joan W. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”, en AMELANY, James, NASH, Mary. (eds.). Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Valencia: Ediciones Alfons el Magnánim, 1990. WACQUANT, Loïc. Habitus as Topic and Tool: Reflections on Becoming a Prizefighter, Londres: Routledge, 2011.

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Sobre Nosotres y su gesto, su volumen, su tacto Por Víctor Ibarra B.

Por más que se exile tal o cual palabra (“dentro”, “fuera”, “exterior”, “interior”, etc.), por más que se quemen o se encierren las letras de luz, el lenguaje, todo el lenguaje se ha despertado ya como caída en la luz. Es decir, si se prefiere, que se levanta con el sol. Jacques Derrida

o Nosotres. Su belleza reside en la equivocidad de las señales que constituyen el intervalo hasta la puesta en marcha: en la presentación y sobreexposición de una frase corporal con vistas a reflexionar –en palabras de los realizadores– sobre “los conceptos de género y sexo, interrogando la naturalización de sus usos a través de la práctica de movilización de la pelvis, sus repercusiones en el cuerpo”, etcétera. La gráfica: unos genitales alterados, camuflados y sin embargo, a la vez, puestos de relieve en gesto híbrido y floral preparan al espectador para una aplicación burda y trabajosa de las categorías desarrolladas (en el mejor de los mundos posibles) por los así llamados Queer, Women’s, LGBT o Gender Studies (y, en el peor de ellos, la simple escenificación de una lectura primera o cándida de El género en disputa y de Vigilar y castigar, de nuevo). Esta apreciación preliminar, esta circunscripción que precede a la danza, inscrita en su publicidad gráfica y textual, delimita a priori el trabajo de la escena, le resta sensualidad y me hace recordar las novelas de tesis, sumergidas y obligadas a probar un punto, no a ser literarias. Sin embargo, Nosotres (la obra, no su publicidad) recuerda la fe que los formalistas rusos demostraron en la estructura y su independencia con respecto a cualquier autoría; la fe en la precisión del gesto entonces literario, ahora coreográfico, pero siempre –siempre– corporal, material. Materia que trae consigo, en sí, la posibilidad de significar de manera autónoma, al margen del horizonte que se nos propone, en la develación inconsciente –el rapto místico– de Javiera Peón-Veiga. 40


Nosotres escapa en el movimiento a esta circunscripción intelectualista en la rigurosidad del gesto, en las horas de ensayo que aparecen tras los cuerpos hic et nunc. Más bien, en la verdadera profundidad de su equilibro, la obra se desentiende de los enunciados sobre el género y escenifica el drama último de un antirracionalismo conocido, que emerge silencioso casi al final de la frase y enmarca el horror omnicomprensivo del que incluso hemos sido víctima Nosotres con toda esta publicidad engañosa (la obra, tras esta apariencia evidente, nos invita a cuestionar la naturalización de otras categorías). Nosotres se erige como una investigación que, en último término, da vueltas confusas en torno a una forma de resistencia distinta y particular, que encuentra en la ceguera de Edipo uno de sus representantes más antiguos. La violencia que ejerce sobre sí mismo el anciano rey de Tebas preludia el tímido rechazo que la historia grecolatina ha mostrado frente al primado de la visión, antes bien, del ojo como fuente, como sentido privilegiado frente a otras formas de relación, alternativas al racionalismo de la vista. La aproximación a este rechazo solo puede ser confusa: la claridad del día no haría más que obstruir la frase corporal, y nos devolvería una serie de términos sexo-genéricos, teóricos, no una experiencia estética. La danza nos recuerda, como nos lo recuerda la literatura, que el signo se equivoca; siempre. Opaca, Nosotres nos lleva (nos toma de la mano, nos desplaza silenciosa y grácil) hasta los límites de la mímesis, más allá del hábito de interpretación cotidiana de los signos, más acá del presentismo de un significado por encontrar, develar, recorrer, pesquisar. El gesto adquiere sentido dentro del sistema; todo nuevo, de nuevo; en Nosotres no daremos nada por supuesto. El movimiento cobra vida si y solo si traza un vector con potencia, con fuerza suficiente como para significar sin referente alguno fuera del universo que se construye. La danza, en síntesis, resiste a la lectura informativa, explicativa, narrativa, judicial. Este pequeño excurso sobre el hermetismo inscrito en el desplazamiento (entendido como suficiencia, esto es, independiente de la palabra como sonido articulado) solo pretende aclarar que el gesto en la escena no corresponde, de manera necesaria (ni en su locuacidad, deformación, sublimación o exaltación), al gesto en el mundo. Tres cuerpos desnudos no quieren decir un trío, ni orgía, ni celo. Al menos no necesariamente. Dicen, antes bien, lo que sus relaciones –en ese mundo antimimético– son capaces de mostrar (acá el querer resultará, del todo, prescindible). Estas líneas peregrinas pretenden desmarcar los problemas de la vista y del tacto y del gesto que emergen en Nosotres de cualquier predeterminación discursiva: la cuestión antirracionalista aparece, de manera clara, en 41


la materialidad que propone el universo de la obra, en la evolución de los movimientos en escena, en el encuentro de los sentidos de esos tres cuerpos puestos en tensión, en respiración, en ocultación tras sofisticado traje y no en lo que, al parecer, ha delimitado la recepción de la obra. De aquella publicidad que no quiere sino engañarnos.

I Yo soy anti blanco y negro. No creo en los dioses de barbas blancas. Creo que es necesario comer luz. Tan pronto como una sociedad deje de comer luz, se muere. Y lo tremendo es que la mayoría está aún alimentándose de desperdicios. Roberto Matta

Lo que adviene con Nosotres es la denuncia del horror numeral, condena a la que nos ha confinado el ojo en tanto saber, entendimiento y totalidad (se nos muestra, se nos recuerda, que el contacto puede prescindir todavía de esa aprehensión tan habitual, tan inscrita en la forma de nuestras relaciones; que todavía, antes bien, tocamos, nosotros). El universo se constituye preadánico: sus integrantes no han mascado aún la manzana que dotará a la vista del conocimiento que nos hará esclavos de la comprensión. Este estado primigenio emerge velado por la indumentaria divina que oculta a los hombres la desnudez que los sobrecoge luego, en el afuera –pese a las prevaricaciones derridianas–, cuando se miran a los ojos y saben y se saben y se avergüenzan1. Tres hombres indistinguibles, tres hombres sin género o, más bien, sin conocimiento del género. La pregunta todavía no emerge. Están cubiertos por un traje color piel que no deja lugar a fisuras (el ser es entonces lo que aparece). No hay, en realidad, nada adentro por descubrir; la caída traerá consigo el surgimiento de la conciencia que condenará las relaciones entre los hombres, esos tres hombres que solo por causa del saber serán hombres y mujeres y se matarán. Porque antes, no hay elemento suficiente, no hay rodeo, ni pliegue, ni marca 1 Le debo en este punto a Ronald Bahamondes la advertencia de un quiebre, de un límite en mi pequeña crónica que colinda con la noción de dique sexual freudiana, sin quererlo, sin saberlo, sin avisarlo. En sus palabras, “reconocer la desnudez del otro y la propia, y avergonzarse de ello, es de alguna forma una muestra de la perversión presente en la sexualidad humana y la lucha del yo contra estas pulsiones que fueron despertadas”. Que la ontología de esos diques corra subterránea, entonces, a mi pesar. 42


que les miente, bajo la superficie –en la superficie–, identidad alguna. Podemos dividir, en consecuencia, la obra de Javiera Peón-Veiga en dos partes: antes y después de la caída. Asimismo, a priori, diremos que en la primera de estas partes los cuerpos de los actores, completamente cubiertos, son indistintos; mientras que, en la segunda, aparecen el rostro, las manos, la singularidad y la diferencia en la desnudez. Una evidencia. Esta lectura de Nosotres sería de una ingenuidad absoluta solo si no pusiera de relieve el problema de la vista como el problema también del tacto, de la superficie, del volumen y de nuestra incapacidad tras la expulsión del paraíso. En la primera parte, los tres bailarines se desplazan de manera progresiva, con movimientos concisos pero inconspicuos: carecen de la vista que aseguraría la pertinencia de cada paso. La interacción entre ellos se desata con base en el tacto, reconocimiento tímido, que no logra integrar precepciones sino parciales de la superficie del otro, de la textura del traje de ese otro, que es una desnudez verdadera, libre de las diferencias que saltan a la vista. El drama que poco a poco comienza a instalarse, y que culmina con el descubrimiento del rostro, es precisamente la totalidad que posibilita la mirada, momento culminante que se dilata en la frase, que llega tarde, casi a sabiendas de la irreversibilidad implicada, i.e., que la verdadera condena en la expulsión del paraíso reside en la soberanía visual, en la aprehensión del cuerpo del otro, de los otros dos, en el olvido del tacto, del volumen; en el rechazo de una dimensión. La cuestión de la vista ha sido –desde la teología medieval y, quizá, desde la Antigüedad– la de una supremacía sensorial sin adversario alguno. La visión previene, sobre todo, el éxtasis del tacto; nos aleja de esa confusión con el otro en la ambigüedad del umbral, indistinción de los tres bailarines de Nosotres (en un primer momento), quienes librados a la conciencia de su desnudez desesperan en el intento por escapar a la claridad de sus límites y diferencias. La desesperación de los cuerpos en la segunda parte de la obra, caídos en la luz del autoconocimiento, nos recuerda que no todas las sensaciones son diurnas. Hay, así como algunos sentidos de luz, otros de oscuridad. El tacto, que intenta permanecer pese a la claridad de las fronteras de estos tres participantes, trae consigo la oscuridad antirracional que precedió, armónica, la caída en la luz. Entonces, el frenesí deviene histeria, compulsión en movimiento por retornar a lo alto, al centro del paraíso descentrado ya para siempre. Retorno al tocar y al escuchar perdidos, en participación absoluta, antes de la separación y la condena de la mirada que se apropia de. 43


Si oír es, como señala Quignard, “ser tocado a distancia”, la música de Nosotres pareciera conducir la dirección de los movimientos (o del gran movimiento) desde una suspensión horizontal entre los actantes, oscura, hasta una caída libre desatada por la remisión musical a la naturaleza en su versión arquetípica: pájaros cantando y árboles mecidos por el viento, sonido que deviene conciencia de sonido, ruido descifrable, por parte de los bailarines que comienzan a quitarse el desnudo –el traje– para convertirse en cuerpos individuales con cara y con sexo. Caída también del acorde en precipitación progresiva, en irreversibilidad de la inocencia que, perdida, se afana. Al verse aparece la subsunción: la percepción panorámica de una totalidad lumínica, despojada de toda pregunta y resuelta en su claridad. Blanchot dirá que “ver es hacer la experiencia de lo continuo, y celebrar al sol, es decir, más allá del sol: lo Uno”. La visión es siempre revelación de luz, de sabiduría pentecostal que nos permite conocer. La indagación de la mirada tiende a un objetivo trazado en el horizonte, un punto de llegada (y un punto de vista). El trayecto que se dibuja desde el ojo al objeto y luego de vuelta es ignorado; ese recorrido será el lugar eminente en que se desarrolle Nosotres. La segunda parte de la obra, ya caído el hombre al saber de la luz, desata la persecución de ese centro divino que se escapa. El movimiento de los bailarines será como el desplazamiento, como el esparcimiento del habla blanchotiana que inaugurará un movimiento distinto al de la mirada que pretende comprehender y explicar lo que acontece. A diferencia de la visión –que describe una línea recta, seca, y abarca rápidamente al objeto, le da un nombre y continúa su trayecto panorámico– la danza dibuja una curvatura sobre sí misma, curvatura en torno a un centro inaprehensible, desorientado, que rehúye. En la claridad posibilitada por el ojo de los bailarines de Nosotres, surge la histeria, la búsqueda de la experiencia extática que resulta, a fin de cuentas, irrealizable. No es posible hallar el centro que, si bien clama de manera sistemática, se esconde en alguna de las múltiples volteretas que describe el cuerpo. Lo que se encuentra es el sustrato manifiesto en el recorrido, la danza misma que se reproduce, descoyuntada, tal y como el movimiento del habla que será curvo, y que llegará hasta nosotros para tocarnos en la oscuridad. Para recubrir el centro que, según Blanchot, “permite encontrar y dar vueltas, pero (…) [que] no se encuentra. La búsqueda ¿tal vez sería esta búsqueda temeraria que siempre quisiera alcanzar el centro, en vez de contentarse con actuar respondiendo a su referencia?” Nosotres aparece como la producción de un acoso –en el rechazo de la vista, en la recuperación del tacto– de la 44


ceguera primera. En la totalidad que presenta a los participantes su propia mirada, el recuerdo de ese paraíso parcial e intuitivo, recién abandonado, los obliga a perseguir sin descanso el ocultamiento perdido. Entonces los cuerpos se agitan; se golpean; se entorpecen, desesperan. Hay una fotofobia evidente en su movilidad. Toda seducción se ha sacrificado a la revelación de la luz. La repetición es incapaz de invocar, como el mantra, el recubrimiento de la noche primera. La luz oscila en la manifestación de su primado. Los hombres se rinden a la limitación de los cuerpos; ceden, palidecen, añoran lo que, según Guadalupe Santa Cruz, “vibra por las superficies”. Los hombres se olvidan del ansia. Se olvidan que un día no supieron. Saben, para siempre, su condición. Se saben víctimas en vigilia, incapaces de dormir.

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Magma

Por Natalia Ramírez Püschel Mi experiencia en documentar y acompañar teóricamente la realización de Nosotres, devino en mi universal polética1 sensible henos ¡e! felices, cuerpos libres creativos, ¡democráticos íncreibles!

Lo descubrí en el movimiento de una bailarina. Y tiempo después también lo descubrí en el movimiento de otros cuerpos. Y en mi cuerpo. Y podría descubrirlo en todos los cuerpos. Y podrían todos los cuerpos descubrirlo en su movimiento. Y aquí mismo en el tuyo. Le escuché, como un sentido m infinito A... Le escuché –similar a la escucha en el agua-, y me inspiró a sirenas que ilustra Klimt2, y las dibujé nadando como sirenas en sentido m, que en nadas y nados, entre nades, infinito A… su sirenidad, ya eran todo un; y aunque no fueran su…, podían serlo y no hacerlo, y también podían, ser ello y esto u otro, o ni eso, podían… ¡pues ya lo eran todo un; sentido m infinito A…! Lo descubrí también en el movimiento de mis ideas, intuitivas del movimiento de la bailarina, que movilizaba su imaginario pélvico. Y tiempo después también lo descubrí intuitiva en el movimiento de otros cuerpos, movilizando sus imaginarios pélvicos. Y en mi cuerpo. Y podría descubrirlo en el movimiento de mis ideas intuitivas en otros y en todos los cuerpos; y aquí mismo en el tuyo.

1 Con “ele” digo mi neologismo explicativo del Magma: lo poético y lo político, que dedico a Elucindo Ramírez Vera, mi abuelo. Elucindo fue abogado y eximio rimador “ético perético perimpimplético…” Así apareció con ritmo -sin traba- mi lengua polética. A su memoria y en respuesta a su inquisitiva pregunta de ilustre licenciado, he aquí cómo soy periodista y bailarina; y nadadora sincronizada del oráculo de mi oreja izquierda. 2 …que interpreté así tal vez porque les vi bailar, pero en real no eran sirenas, pero las recuerdo como tales, tal vez porque podían… Ver aquí. 53


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Y le seguía escuchando, similar a la escucha en el agua. Y le seguía descubriendo, en mis ideas, que dibujaban intuitivas con forma de arco, de planeta, de universo, de xy, de X, de punto, de puntitos, de iceberg, de fondo del fondo, de núcleo… la cuestión de lo meta, lo supra, del pre, del pro, del proto, del trans, del topos, del cronos, de la memoria, del prefijo “a”, del a. de C, de la pose, de la posición, del discurso, de lo subjetivo, del lenguaje, de la acción, de la actualidad, de lo sensible… Y me pregunté, acerca del nadar así…3. Y le seguía escuchando, similar a la escucha en el agua, pero no era agua. Y tampoco era arriba ni abajo ni atrás ni detrás ni tras, ni frente ni dentro ni fuera, ni lejos ni cerca, ni abierto ni cerrado, ni previo ni después… era todo un: Mezcla que volaba, reptaba, flotaba, vibraba, pulsaba, fluía… nadecía; todo un, sentido m infinito A… mmm… esta cuestión que descubrí, no se enuncia metáfora, teoría poética u obra de arte. Esta cuestión semeentreaparezco y punt● En los nades de esta escritura, nades en el imaginario del sentido m infinito A… mmm… esta cuestión que descubrí, no se enuncia metáfora y sí, teoría poética y sí, u obra de arte y sí... y manifiesto político de las libertades de los cuerpos ¡sí! ¡Pues ya lo eran todo un; sentido m infinito A…! En los nades de esta escritura, sementreaparezco y punt●… Y eso es todo. mmm…¡y ay…!mmm…........ Aaaay……. . 3 Estos primeros descubrimientos suceden en marzo de 2012 cuando comenzamos los ensayos de Nosotres, inclusive la interpretación teórica del Magma. Esta cuestión fue avanzando. Aquí presento su comienzo en mi parto a su devenir… una introducción nadadora a mi trabajo en esta natación copiosa, de braceos y flotaciones incesantes, que tiene varias prácticas y participaciones en espacios de investigación académica y creativa, y filosofías de mañana mediodía medianoche, y paradas intermedias (por eso se me ocurre…). 55


y ● ¡y! es todo… …aaaaaaaa..…

. … …mmm… aaaaaaaa..… ¡si!...mmm…ttt… …aaaaaaaa.. mm

aaaaaaaa..… ……aaaaaaaa..… …mmm… e… eee……………… …… … … …… …………………m… m m …Lo intento, lo intento todo un, lointentoló. IntentolointentO, lo. Intento; y gritO ¡hay! tttt… ygolpeo. Ypunto...mmm y, gritOgolpeó… ¡Aáh!…Intentoamás, peroentreaparezconosé, nosénoséeee e. Eee ee e… eeentreaparecermenos. Y no sé… e. Mecer…e …e…………ess…….eeeeeeeso es ss sss eee e. Heme aquí porque me repito. Es punteo del (sin) sentido del movimiento… y me canso. Y ya descanso, o no… nO ¡Aáh!... mmm………... ¡y sí!...mmm ¡Aáh!

Y punct

…mmm… ¡y cuando acabe! ¡Uf!... … ¡¿que cuando acabe?! 56


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…mm… …m… Que cuando acabe se me ocurre preguntar: ¡Oh Volcanes! ¿Qué vocales bailaremos…?4.

Se me ocurre preguntarle a los volcanes sobre el universo, cómo entre nades y nades y nades y… Magma es el espacio y tiempo condición existencial corporal: potencia en movimiento sentido m… devenir infinito A… la escucha nada a más, y a menos la vista… mmm, no se siente un fácil y ¡sí!… nades y nades y nades y… ¡fenómeno íncreible! En tanto, lo que tanto creemos, tiene que ver -más que escuchar-, con lo que identificamos, y el fenómeno del Magma no es, necesariamente, una necesidad identificada; es más perdida de vista, o invisible. Es ¡sí! todo un; a. de C de la necesidad. Todo un…Y nade nuevo. Y nada silente5. 4 Desboques. Ya mis polivoces en nades, algo más mudes. Cansada, descansada y sí, ya. Y nades… ya suaves. Y sí, ya; y si sé puede parecer contradictorio después de un arrebato agresivo de nada ¡Aáh! pero ya entrecomo mis polivoces, y comparezco en mudeces. ¡Discúlpense a mi nadesa frágil de reacción! La reacción magmática aturde en veces, golpea y patalea a veces, ahoga a veces, se enfría a veces, se cristaliza a veces, se fractaliza sentido m infinito A… mmm, aparezcomenos y e, mecer más, meser m e ...mmm mesereno…eee eso…es eso…desnades. Y nades… ya suaves. Y entre nuevo; todo un…viaje a lo absurdo del destino gobierno del mundo (Kleist). ¡Sí, Kleist! Se me apareceéntesis H.V. Kleist a (in)quietar la respuesta del volcán a mi pregunta: cuando acabe y qué, ¡cuando acabe un sentido m infinito A…! ¿qué? Y dice el autor alemán que escribió en 1807 El Terremoto de Chile, sobre esta cuestión (sin) fin: “En cualquier caso (dice el autor alemán cuyo primer trabajo filosófico se llama Ensayo para encontrar el camino seguro de la felicidad y disfrutar de ella tranquilamente, hasta en las mayores contrariedades de la vida), es el último capítulo de la historia universal”. 5 “(…) cuando Cage esperaba escuchar el silencio, percibía todavía dos sonidos: su sistema nervioso y los latidos de su corazón y la sangre corriendo por sus venas”. Sergio Rojas en Sonido en espacios intermedios Ediciones DAV Universidad de Chile. 58


Magma es el espacio y tiempo condición existencial corporal: Potencia en movimiento sentido m… devenir infinito A… Experienciatodounadenuevo¡fenomenoincreíble!corporalexistencialoceánicotrópicaldesiertaestepaselváticapolarmediterráneasabanacontinetalcontenido; un todo, denuevonade…¡e! ¡Fenómeno íncreible!6 Escuchar este cuerpo Magma puede ser una catástrofe del sentido, pues el “sin” sentido m infinito A… nadeceunentre, no identificable. Es decir, nosedices… Y nade nuevo. Y me pregunté, acerca del nadar así… Nadece Lo pélvico como universo ¡sí! corporal materialidad y sensorialidad, imaginario de todo un. ¡Y sus derivaciones!... ¡Nataciones increíbles! a lo innecesarias independientes inasibles invivibles como identificables nadeces de “la historia” (pero todo un, ¡universal, sí!) magmática. Nataciones (in)notables (in)agotables (con)notables cada vez, en sentido del sentir y en sentido del sentido, nadece y nadece y nadece y… ¡e! subjetive y sensible. Nadar así, sea… el imaginario pélvico de una bailarina, sea… aquí mismo el tuyo. Sea, y punct●.

6 El magma se ha encontrado in situ únicamente tres veces al realizar perforaciones en la tierra. Generalmente, es estudiado científicamente en su manifestación como lava, es decir, en su fenomenología expresiva; generalmente, catastrófica. 59


La bailarina punctum7 al temporal, condicionalser posibilidades de conformaciones multimateriales multisensoriales multidimensionales, imaginarios de todo un, nadece roces, sorbos, humedeces, aguadeces y hielos. Lengua fría labia corta que dispensante sin pensarseacontece corporalidad todo un, magmática un libre cualquiere altura llama y nieve. Y todo, y eso es todo. Nadar así, sea… el imaginario pélvico de una bailarina, sea… aquí mismo el tuyo. Sea, y punct●. La práctica de este infinito, el Magma ¡fenómeno íncreible!, es momento presente en presencia a, de un cuerpo fenomenológico y movilidad humana queseaennadece… encontradenade… encontradaen ¡e! La bailarina punctum al temporal, ocupó su espaciedad infinita a su… imaginario pélvico sentido m infinito A… antes de necesitarse(r)citade… e, y he aquí, porque repítese existencial a su… sirenidad, todo un. Hela, nos pon e bailando aquí mismo en tuyo, lo universal… sin capítulo final. And theend ¡e! mmm… esta cuestión que descubrí, no se enuncia metáfora y sí, teoría poética y sí, u obra de arte y sí... y manifiesto político de las libertades de los cuerpos ¡sí! ¡Pues ya lo eran todo un; sentido m infinito A…! mmm… esta cuestión que descubrí, esmetaforadelosufisilenteparavolarunapelvismandibularfrotadaenelaireexitadaenlaorejaqueescuchasusonidozonalpelvicohumectantedeldeseogeogobiernodelmundoqueesunomagmayquepuedesertodosmundosoleajesquebranenplayaslejanas¡fenómenoíncreible!todounimprescindiblesdesentirensentidosdelsentiryensentidosdelsentirloentrenosandroginiatresvecesinsitumagma. Metáfora inguinal e ígnea, experiencia corporal que dispon¡e!.. eee.. ee. e. … .. . 7 Experiencia pulsiva del evento mismo del hacer y vivir la particularidad, concepto que Roland Barthes desarrolla en sus apuntes semióticos sobre fotografía para comprender la imagen en sus “improbables” e inciertas connotaciones... 60


Pon e… ..

. . . … .. .

. …

. . ..

.

. mmm… esta cuestión que descubrí, es teoría poética que pon e la sensibilidad corporal a la realización de conoceee res, sentido m infinito A… participaciones de la corporalidad magmática ¡derecho humano íncreible! a entreaperecerser y punctum. Supernada ¡e! solo nada nadeces; todo un. mmm… esta cuestión que descubrí, es mi teoría poética que se me entreaparezco y punct● Y descubrí, en sentido del sentir y en sentido del sentido, en el movimiento de mis ideas cuerpo intuitivo al movimiento de la bailarina… (y en otros y en todos los cuerpos y aquí mismo podría en el tuyo…). Y lo comprendí, sensible de lo suficiente a liberarse de las prácticas identitarias a nadecer serloqueeres reine. mmm… esta cuestión que descubrí, es en una obra de arte que inspira y desarrolla el universo del Magma en la configuración de su creación8. Sólo podría habersementreaparezco así, in situ tres veces ¡Magma! en la Corporalidad Nosotres, auscultada en su creación como obra de danza: Manifestación artística mezcla que volaba, reptaba, flotaba, vibraba, pulsaba, fluía… nadecía; todo un, sentido m infinito A…

8 Creación de obra de danza Nosotres en cuya metodología de autoreflexibilidad corporal surgen configuraciones a partir de la activación de la zona pélvica, creando un lenguaje coreográfico, que en mi interpretación, actúan universales a todo cuerpo, y que pueden escucharse indagando en la puesta en atención soma-semántica que realiza esta práctica: activando la atención al imaginario pélvico, movilizaciones subjetives y sensibles que considero suficientes para desarrollar la magmacidad de un cuerpo y entonces, ¡existir entre sus libertades íncreibles! Ver aquí. 61


…entre nades y nades y nades y… temporales amnióticos todo un, nadenuevo. Y nada silente. Nadar corporal así… en la danza9, es unrealizable de la bailarina punctum al temporal. Es unrealizable que nos pon e bailando aquí mismo en tuyo, lo universal, sin capítulo final…and theend ¡e! Su aparecerser magmática es, aparecerser potencia imaginaria pelvidesestabilizaciones ¡nataciones (in)notables (in)agotables (con)notables cada vez! sin duales ¡e! femenino-masculino/ hombre-mujer, experienciando un cuerpo como potencia en su presencia implicada, conjunta, nadada. La bailarina exploré la presencia como presencia a… en sus, ¡nataciones íncreibles!... omnipresencia sexual y desmaterialización de la identificación10. Generalmente una catástrofe. Un sin catastro un sin fe. Tela de nades. Tela sin género. Generalmente un thelos. Universo pélvico imaginario corporal que exploré una performatividad magmática desarrollante en aparecerser posibilidad de aparecerser una y mil veces, “la historia” nada, fenómeno que

9 “(…) permite habitar la competencia discontinua de las energías y las materias hacia su trascendencia para una aprehensión completa de su significancia, y vuelve posible acercarse a la unidad epistémica unificadora de su práctica: un cuerpo contemporáneo abierto, imperfecto, pulsional y vibrante, cuya puesta en poética hiperboliza como huellas expresivas que establecen un horizonte reflexivo, proyectivo y recursivo del cuerpo, permitiendo sumergirse en su corporeidad sinestésica y polisensorial que discurre participando siempre irresoluta, conflictiva e inesperada; y cuya semiotización, potencia su carácter político en tanto participación y movilización profunda y extensa que escénicamente, sobre impresiona”. Natalia Ramírez en Semiótica e interdisciplina. Perspectiva de investigaciones en curso. Editorial Centro Estudios Avanzados Universidad de Córdoba, Argentina. 10 Fenomenología que no funda a modo del Cartesianismo las ideas en práctica del cuerpo, y que nadeciendo todo un, más devendría un corporal a modo del Taoísmo, como realidad superior del Uno; pero que es Magma: Todo Un. 62


hace en el movimiento de todos los cuerpos libertades ¡sí! ¡Pues ya lo eran todo un; sentido m infinito A…! mmm… esta cuestión que descubrí, es teoría polética ¡e! queentre relacioné, intuitiva, a La Chora . Pero y no, pues Magma nosedices solo en mecer meses después, y entonces ¿cuándo acabe qué? Pues ¡e! Magma es todo un, ¡fenómeno increíble! A serloqueeres reine: Ni queer ni ominoso ni differance nicontrapracticante ¡de qué! Si ya eres todo un12. 11

mmm… esta cuestión que descubrí, es mi teoría polética13 que pon e la sensibilidad corporal a la realización de conoceee res, sentido m infinito A…14 Magma escuché ¡e! sentido m… infinito A… ...micavidadcabemeacabalidad todo un; nadecer m contacto A ¡Sí!

Cuerpo libre manifieste ¡e! 11 Concepto de Julia Kristeva sobre experiencia prelingüistica: espacialidad sin dicotomía temporal, no fragmentada, hecha de movimientos y articulaciones… 12 Magmacidad libre: Ni teoría queer, ni psicoanálisis, ni autonomía artística, ni contra-práctica de una performatividad ¿respecto de qué?... ¡e! Magma: Referencia descorrida de qué, desbordaje de qué, de dónde… Y si fuese agua… ¿Desborde de qué? si es un todo; y eso es todo (y en relación a eso). 13 Mi neologismo contemporáneo con “ele” ligamentosa, pool nadecida en el ritmo de lo poolítico de lo pooético del sentido m infinito A… ¡un nadecer superior! 14 ¡Nataciones íncreibles! desarrollantesnadeceslibres teoría magmática mi universal heme aquí magmante a mi descubrimiento, que nade y nade y nadece y… todo un, a su sincrónica desarrollantés ¡e! …sin capítulo final, deviniendo bola blanca pool parte fiesta de todo: así, desde este imaginario nado en la corporalidad económica, social, culinaria, danzaria, sexual, geopoética…tierra de nado que nadece y nadece y nadece y... celebrantes corporal alquimia política eros ¡e! albricias transformaciones del pensamiento de todo… 63


Todo un, ¡fenómenoíncreible!15

15 Y eso es todo… 64


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Apariciones: BARTHES, Roland “La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía”. Barcelona, Paidós. FELLUGA, Dino módulo sobre Kristeva: “On Psychosexual Development “Introductory guide to Critical Theory”. Recuperado desde: http://www.cla.purdue.edu/english/theory/psychoanalysis/kristevadevelop.html KLEIST, Heinrich Von “Sobre el teatro de Marionetas” en El terremoto de Chile. Girona, Atlanta. RAMIREZ PÜSCHEL, Natalia “Producción de sentido en danza contemporánea: semióticas del cuerpo como presencias poéticas” en M.T Dalmasso, P. Aran, H. Ponce de la Fuente, B. Amman (editores): Semiótica e Interdisciplina. Perspectivas de investigaciones en curso. Córdoba UNC-CEA. RAMIREZ PÜSCHEL, Natalia “Nosotres: investigación / creación coreográfica que indaga la corporalidad respecto la heteronormatividad de género”. Séptimo Congreso de Sociología PreAlas GT Cuerpo y Emociones. Recuperado desde: http://nosotres.cl/nosotres/?attachment_id=1898 ROJAS, Sergio “El ruido de lo in-mundo” en Sanfuentes, Francisco (editor): Sonido en espacios intermedios. Chile. DAV Universidad de Chile.

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CUERPOS IRREALES Por Nuri Gutés

“(…) y con ellos a cuesta, me encontré en la penumbra de la relación carnal de construir mi propio puente entre la obra y mi condición de espectadora”1.

Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición. Cuando nada hacía pensar que los cuerpos de látex quietos y expectantes podrían entrelazarse, una y otra vez, para destinar toda su potencia de ciegos antrópodos a un territorio aún más lejano (anterior a lo que en un comienzo nos impulsó a un magma de existencia difícil y unicelular), al igual que ellos, y con ellos a cuesta, me encontré en la penumbra de la relación carnal de construir mi propio puente entre la obra y mi condición de espectadora. Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición. Los seres de Nosotres no son sujetos a una acción en particular, sino a una trascendencia de los sujetos que están allí tratando y provocando su propia existencia y su propia realidad, como obra de cuerpos reales en que se podía apreciar una gruesa irrealidad de goce y éxtasis infinito. Y me conmovió como conmueve una nueva realidad: una manera de entablar todo aquello que decimos en forma inacabada por necesidad de imitar una verdad, entre el movimiento ciego y la construcción del arte de lo irreconocible, para tener así, que construir el puente de un protolenguaje… En mi asiento, yo me impulsaba cada cierto tiempo a cruzar una zona aterradora de placer, de animalidad y de fuga. Al igual que ellos, y con ellos a cuesta, me encontré en la penumbra de la relación carnal de construir mi propio puente entre la obra y mi condición de espectadora.

1 Memoria de las impresiones provocadas por Nosotres en la coreógrafa Nuri Gutés. Este relato surge en una sala de ensayo, cuando ella recuerda la obra en su cuerpo: apoyada en el suelo meciendo su pelvis, su voz encarna palabras de aquella movilidad de sensación infinita, “tiempo umbral pasando de una cosa a otra como amanecer y atardecer”. Texto de Natalia Ramírez. 70


Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición, en que Nosotres me proporciona la imagen de mi propia comprensión de sujeto involucrado en sentarme a mirar y mirar. Me llevarían ellos, los tres seres disonantes, a diversos paisajes. Mi ojo alimentaba mi cerebro y también me sumergía buscando una nueva vida fuera del cuadrilátero; y ellos, los cuerpos sin imagen, sin historia, lucharían hasta lo inimaginable para poder sacar, revelar y doblegar la carne hasta que por fin apareciera, y que deseábamos ver y casi tocar, y que lentamente, con desgarro, se mostraría de adentro hacia fuera, despegando las piezas de un traje siniestro. Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición, nuestro mundo en la medida de nuestros sentidos y, sin embargo ellos, con boca tapada, con nariz tapada, con oídos tapados y sin ojos, permitían que los miráramos en su exasperación de ritmo frenético al borde de cualquier devenir. Cada ser se encuentra con su propia ceguera de estado de profunda soledad, se comporta en un atardecer o en un amanecer a la manera del tiempo, es decir, solo por oscilaciones y vibraciones, por el sonido y por el paisaje que escucho, y que en lo virtual me hace construir un Yo, un Tú, y un Otro. Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición, en que la luz haría todo virtual, impregnando de artificial y concreto todo, como un cuadro teñido, como una foto revelada con más tiempo que lo normal, impregnando los cuerpos de una textura-color, casi para decirnos que este virtual momento, podría ser más rico que la realidad, más emocionante y enajenado y violentado que la realidad, y entonces ¿qué es la realidad? Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición, en la operación escénica en que el cuerpo real se desrealiza, y ese nuevo real que aparece es más encantador lleno de otra realidad, una nueva carne de un nuevo nacimiento: es una potencia para entrar en una especie reflexiva de lo estando, viendo otra cosa; una no ve una realidad concreta… Es como lo obtuso. No ves directamente el real… es un puente carnal a ese laboratorio. Esa artificialidad -tan típica de ciertas películas en que sucede algo lateralmente-, en la escena uno la veía en los focos, pues no pasaba en otro lado: el teñido, el color se reflejaba ahí… La luz como catalizador, como viaje obtuso a esta otra realidad, holograma virtual-real, puente carnal. Al igual que ellos, y con ellos a cuesta, me encontré en la penumbra de la relación carnal de construir mi propio puente entre la obra y mi 71


condición de espectadora. Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición en ser espectadora fenomenológica en mi experiencia corporal, en que seríamos autónomos pero no independientes a la movilidad que se construye. Pareciera que todo ese proceso de movimientos y el estado pulsivo es para un algo más… Todo sucedía como historia en fuga cuyo hito en caminar es como la punta de un iceberg. Holograma encarnado lumínico, que está ahí para desaparecer, como una realidad que está y no está… es otra realidad. Tiempo umbral pasando de una cosa a otra como amanecer y atardecer. Ahora recuerdo los momentos, cada uno inacabado y al mismo tiempo listo para entrar en violentas relaciones con la congruente y sin sorpresa atmósfera del ritmo y la repetición. Al igual que ellos, y con ellos a cuesta, me encontré en la penumbra de la relación carnal de construir mi propio puente entre la obra y mi condición de espectadora. Pasando de una cosa a otra, como amanecer y atardecer.

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Participan en esta publicación: Lucía Egaña/ Trabaja en entornos artísticos y activistas a través del video, las tecnologías low-fi, la escritura y las pedagogías no regladas. Ha estudiado Artes Visuales en Chile, Documental Creativo en Barcelona y actualmente desarrolla una investigación doctoral (UAB) sobre pornografía y representaciones feministas de la sexualidad. Ver aquí. Nuri Gutés/ Coreógrafa chilena, pedagoga e intérprete en danza. Creadora escénica y directora de más de 20 piezas escénico-coreográficas junto a compañías independientes de danza contemporánea. Formada en la Escuela de Danza de la Universidad de Chile; C.N.D.C de Angers, Francia; American Dance Festival, U.S.A. Agregando en sus experiencias las diversas miradas de profesores, coreógrafos y artistas de la danza nacional e internacional. Víctor Ibarra/ Licenciado en Literatura y Magíster en Pensamiento Contemporáneo: Filosofía y Pensamiento Político por la Universidad Diego Portales. Doctorando en Filosofía por la Universidad Diego Portales (Chile) y la Universidad de Leiden (Holanda). Se ha desempeñado como editor y director de la revista de literatura Grifo; actualmente es editor en Cuadro de Tiza Ediciones. Ha concentrado su trabajo en el cruce entre filosofía y literatura, estética y poesía, tragedia y ley. Adeline Maxwell/ Doctora en Artes, Diplomada en Investigaciones Sociales sobre el Cuerpo y en Historia del Arte. Ha participado en numerosos congresos internacionales y obtenido becas/premios por sus trabajos de investigación y creación. Es autora/editora de diversos artículos y libros. Actualmente es docente universitaria y en colectivos independientes, investigadora en CTEL (Unice, Francia), coordinadora del Núcleo de Investigación sobre Corporalidad y Artes Escénicas (N.I.C.E., Chile), editora de contenidos del proyecto Danza Sur Escena Contemporánea (Chile) y directora del proyecto Cartografías Imaginarias. Ver aquí. Javiera Peón-Veiga/ Directora y creadora de Nosotres. Psicóloga, luego se titula de la London Contemporary Dance School (The Place) en Inglaterra, y posteriormente se especializa en el Centro Nacional de Danza Contemporánea de Angers (CNDC), y en el Centro de Investigación y Composición Coreográfica (CRCC) de Angers. Ver aquí. Antonia Peón-Veiga/ Co-creadora diseño integral de Nosotres. Master en diseño de iluminación arquitectónica de Parsons The New School for Design en Nueva York y arquitecta de la Universidad Católica de Santiago. A la fecha además de trabajar en estudioPAR donde se ofrecen servicios de iluminación de arquitectura y paisaje, realiza diseño y creación de iluminación para artes escénicas. Ver aquí.

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Natalia Ramírez/ Realizadora de documentación y acompañamiento teórico de Nosotres. Periodista Licenciada en Comunicación Social postitulada en Semiótica del Arte en la Universidad de Chile, especializada en estudios de la corporalidad. Intérprete de danza. Trabaja en docencia, en creación artística y participa en diversos espacios de investigación académica y gestión en danza. Ver aquí. Felipe Rivas/ Artista Visual chileno y activista intelectual Queer. Fundador de la CUDS (Coordinadora Universitaria de Disidencia Sexual), grupo altamente representativo del movimiento de disidencia sexual en Chile. Su trabajo contribuye al desarrollo de una intensa escena política y artística crítica respecto cuestiones de la hegemonía de sexo y género. Ver aquí. Creadores de imaginarios pélvicos/ Intérpretes de Nosotres y participantes del Taller Imaginario Pélvico1.

1 Al comienzo del proceso creativo de Nosotres, los intérpretes dibujaron cómo imaginaban su pelvis. Las imágenes gráficas fueron elocuentes de la percepción de la zona pélvica y la corporalidad, y el ejercicio de diálogo entre sensación, movimiento, imaginación e imaginarios, fértil en desplegar un método para profundizar en las experiencias. Esta y otras prácticas fueron desarrollando lenguajes de movimiento traducidos luego en la puesta en escena. Todo esto compuso un corpus sensible, reflexivo y metodológico. Más adelante, a propósito de una actividad teórico-práctica realizada junto al Centro de Estudios de Género y Cultura Latinoamericana (CEGECAL) de la Universidad de Chile, Javiera Peón-Veiga y Natalia Ramírez diseñaron un taller para compartir el universo de Nosotres. En esa oportunidad, se pensó especialmente para estudiantes de postgrado en temas de género, filosofía y estudios críticos. La experiencia fue muy interesante así como enriquecedora y, desde entonces, el proyecto realiza el “Taller Imaginario Pélvico” tanto para personas del campo teórico y de la danza, como para público en general; a la fecha adquiere cada vez más profundidad y contribuye a difundir y compartir la investigación, brindando su metodología para distintas búsquedas y poéticas. En cada taller, la creación de imágenes gráficas sirve como estrategia de expresión e integración de la exploración, y permite reflexión y sistematización de la misma. Sorprende cada vez, y a pesar de los diferentes contextos y la diversidad de participantes, la similitud del fenómeno que provoca: percepción de un cuerpo más libre en sus posibilidades de transitar entre estados de no-identidad, y en su abierta disposición al devenir y la indefinición. Así, la práctica destaca como método de exploración de movilidades de la pelvis y sus posibles derivaciones, invitando a reflexionar sobre performatividad de género e identidades en la cultura, así como impulsando un espacio para la autopercepción corporal que abre el cuerpo al presente y a sus manifestaciones entre. Sobre la práctica de este Imaginario Pélvico, hemos testeado y comprobado que puede desencadenar transformaciones en las corporalidades en general, y no solo en la indagación de lenguaje, acción y discurso en la danza, la performance, la investigación teórica o el pensamiento crítico, siendo una experiencia que tiene el potencial de ser atravesada por toda persona. Tal como hicieron quienes iniciaron el universo Nosotres, a través de esta publicación estamos compartiendo los dibujos de Imaginarios Pélvicos creados a la fecha, tanto en el proceso de investigación como en el taller ofrecido en: CEGECAL Universidad de Chile, para estudiantes del Magíster de Género y Cultura Latinoamericana, Santiago, Chile/ MAC Valdivia, para estudiantes de la Universidad Austral de Chile y público general, Valdivia, Chile/ Departamento de Danza Universidad de Chile, para estudiantes de danza y música, Santiago, Chile/ FIDCU Festival Internacional de Danza Contemporánea de Uruguay, para estudiantes y profesionales de danza, Montevideo, Uruguay/ All Tomorrow´s Dances –Festival for New Choreographies, Künstlerhaus Mousonturm, para público general en instancia previa a la función, denominada “Warm-Up for Spectators”, Frankfurt, Alemania. 89


Proyecto Nosotres/ Concepción y dirección: Javiera Peón-Veiga Investigación y creación: Macarena Campbell, Johnatan Inostroza, Aische Schwarz Interpretación: Macarena Campbell, Johnatan Inostroza, Javiera Peón-Veiga Diseño integral: Claudia Yolín, Antonia Peón-Veiga Creación sonora: Angélica Vial Documentación y acompañamiento teórico: Natalia Ramírez Püschel Diseño web y video promocional: Andy Dockett Registro audiovisual y video promocional: Paulo Fernández Fotografía: Fabián Cambero, Sebastián Vial Producción general: Anne Reungoat Comunicación y prensa: Vc Comunicaciones

Concepción y coordinación editorial/ Javiera Peón-Veiga y Natalia Ramírez Püschel Diseño y diagramación/ Antonia Peón-Veiga Publicación Nosotres by Proyecto Nosotres es licenciada bajo Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License. Creada a partir de la obra en www.nosotres.cl. © de los autores 2014

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