ARCHIVOS, MEMORIA Y MOVILIZACIÓN Archivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
Archivo y Centro de Documentación FECh 2012
ARCHIVOS, MEMORIA Y MOVILIZACIÓN Ar∂ivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
Archivo y Centro de Documentación FECh 2012
Primera edición 2012 Registro de propiedad Intelectual: 224.238 Archivos, memoria y movilización: Archivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile es publicado gracias al apoyo de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos – Dirección de Bienestar Estudiantil de la Universidad de Chile y al Archivo y Centro de Documentación Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile - AFECh Leonardo Cisternas Zamora Directora Archivo: Pilar Díaz Ellis Encargado Fondo Azul 2011: Leonardo Cisternas Dirección: Pasaje Periodista José Carrasco Tapia # 9, Santiago Teléfono: 02 - 29771932 Contacto: archivo@fech.cl Página Web: www.archivofech.cl EDICIÓN Diseño: Yovely Díaz Cea Fotografía portada: Decreto de disolución de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Santiago, 1980. Archivo Fech Tipografías: Australis. TSTAR Mono. IMPRESO EN ANDROS LTDA. Santiago. Noviembre de 2012.
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ÍNDICE
PRÓLOGO. Gabriel Salazar _______________________________________________________________________________
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A modo de introducción _______________________________________________________________________
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LA FECH Y SU ARCHIVO El archivo como herramienta para la construcción de la memoria de las organizaciones estudiantiles. Pilar Díaz Ellis _____________________________________________________________________________________________________ 15
Génesis y breve historia del Archivo y Centro de documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Equipo archivo y centro de documentación Fech ______________________________________________________________________ 21
La fech a lo largo de un siglo de historia. Fabio Moraga Valle _________________________________________________________________________________________________ 25
Enfrentando una dictadura que silencia dos veces. Los archivos, las fuentes y el estudio del movimiento estudiantil entre 1973 y 1989. Víctor Muñoz Tamayo ______________________________________________________________________________________________ 35
ACERCAMIENTO A LOS FONDOS DOCUMENTALES Un abordaje teórico de la memoria colectiva del movimiento estudiantil: la federación de estudiantes de la universidad de chile, 1973-1990. Leonardo Cisternas Zamora _________________________________________________________________________________________ 41
Uso de fuentes primarias en educación media: una forma de abordar la educación en derechos humanos desde nuestra historia reciente. Natalia Toledo García __________________________________________________________________________________________________ 55
Agrupación Cultural Universitaria, manifestación artística o necesidad política? ?
Martina Venegas Griffero _______________________________________________________________________________________________ 59
EL MUNDO Y LA FECH: LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN TIEMPOS DE DICTADURA, 1983-1986 Leonardo Cisternas y Fernando Molina _________________________________________________________________________________ 69
A la comunidad nacional y universitaria.1996: la toma de la radio Universidad Chile: declaraciones públicas. Vistas de una tentativa de venta y su protesta. Camila Espejo __________________________________________________________________________________________________________ 77
Asociatividad y resistencia en defensa de los derechos humanos: Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile durante la dictadura militar, 1984-1987. Leonardo Cisternas Zamora ____________________________________________________________________________________________ 91
LA VISIÓN DE LOS ARCHIVOS DESDE OTRAS EXPERIENCIAS Archivos y Derechos Humanos. Pilar Díaz Ellis ______________________________________________________________________________________________________ 109
Archivo de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Viviana Díaz Caro __________________________________________________________________________________________________ 115
Guía del Fondo Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile _________________________________________________________________________________________________________ xxx
DOSSIER DE FUENTES, DOCUMENTOS E IMÁGENES
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P R Ó L O G O
Es un hecho verificado innumerables veces que las movilizaciones estudiantiles cuentan, en general, con la simpatía de la opinión pública. A fines del 2011, el 80 % de la población concordaba con los objetivos y la forma del movimiento universitario-secundario, y a lo largo del 2012 sobre 70 % mantiene ese apoyo. Y así ocurrió también entre 1906 y 1927, lo mismo que durante las “revoluciones de la chaucha” y la reforma universitaria de 1968. ¿A qué se debe esa simpatía? “Me gustan los estudiantes jardín de las alegrías son aves que no se asustan de animal ni policía y no le asustan las balas ni el ladrar de la jauría”
Pues, cuando los estudiantes se han movilizado (o se movilizan) lo hacen con alegría, y normalmente por causas y objetivos que no han sido (ni son) del agrado de las elites que manejan desde arriba el sistema de dominación. Tanto así, que éstas desatan sobre los jóvenes jaurías de policías y, a menudo, balas. Fue así a mediados del siglo XIX. Lo mismo hacia 1920. De modo brutal entre 1973 y 1990. Y cínicamente durante el siglo XXI. ¿Cómo no simpatizar con la alegría cuando llueven las balas? “¡Que vivan los estudiantes que rugen como los vientos cuando les meten al oído sotanas o regimientos pajarillos libertarios igual que los elementos!”
- Violeta Parra-
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Tras 200 años de historia, Violeta Parra tenía razón: los estudiantes han sido, a lo largo de todo ese tiempo, “pajarillos libertarios”. Pues han cantado y cantan libertad primero que nadie, de madrugada. Como quien oye de lejos, al filo de la aurora, los vientos de cambio que refrescan la historia. Fue así a lo largo de la década de 1820, cuya ilusión fue aplastada a sangre y fuego por el golpe mercenario de Diego Portales. Lo mismo en la década de 1850, contra el “tirano” Manuel Montt. Y contra la oligarquía parlamentarista y corrupta de comienzos del siglo XX. ¿Y quiénes sino ellos derribaron la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo en 1931? ¿Y los que plantearon la necesidad de poner fin al inocuo populismo constitucionalista del período 19381973? ¿Y los que salieron 22 veces a la calle entre 1983 y 1987 para arrinconar políticamente al dictador Pinochet? ¿Y no son los mismos los que están proponiendo hoy poner término a las burbujas mercantiles que dejó como herencia la dictadura neoliberal de Pinochet, lo mismo que la democracia neoliberal de la Concertación y la Alianza? Hace 200 años que, al despuntar el día, los “pajarillos libertarios” recorren el país cantando los vientos de cambio que necesita la sociedad chilena para salir del marasmo que la ha asfixiado ya ha dos siglos. Una y otra vez. Puntualmente, a la hora exacta en que es preciso despertar. Y Violeta Parra sigue cantando: “me gustan los estudiantes… ¡que vivan los estudiantes!”… Pero ¿no es eso mismo un contrasentido? La libertad, el cambio… ¿es sólo un trinar alegre de “pajarillos”? Pues ¿por qué la historia no ha cambiado aparentemente en nada estructural, tanto como para que los estudiantes sigan desfilando?... ¿Qué ha fallado, qué ha faltado para que el cambio efectivamente se produzca, por obra y gracia de los estudiantes o de todos los chilenos con corazón de futuro? ¿Por qué generación tras generación de estudiantes han cantado, desfilado y luchado, para luego caer semi-vencidos o envejecer acomodados en algún nicho del sistema? ¿Cómo es que se ha gastado tanta rebeldía, tanta creatividad y tanta juventud en luchas y movimientos que han reventado – majestuosamente o no – en la roca acantilada del mismo sistema (mercantil) de dominación? Sería preciso hacer un serio y sistemático balance histórico. Evaluar lo hecho y lo no hecho. La suma de déficits y el rastrojo de saldos. Porque, a veces – mirando atrás con detención – cuando se tuvo poder armado (1829, 1851, 1859), falló la suerte o la convicción políticorevolucionaria de algunos dirigentes. Porque otras veces – como entre 1918 y 1925 –, cuando los estudiantes (FECH) se asociaron políticamente con otros actores sociales rebeldes (la FOCH, la Asociación General de Profesores, y otros) para ejercer su inalienable poder constituyente, hizo falta un factor de fuerza claro y decidido y un líder preclaro capaz de orientar el camino (L.E.Recabarren había sido marginado y se había suicidado). O porque, como entre 1970 y 1973 el movimiento popular se dividió por razones político-partidarias e ideológicas… ¿Qué necesita hoy el movimiento universitario-secundario para no correr el riesgo de repetir los fracasos del pasado? ¿Tiene, por ejemplo, clara y nítida, la convicción político revolucionaria necesaria para no titubear y retroceder? ¿Ha logrado superar ese viejo divisionismo políticopartidario y esa eterna tentación de integrarse a la política convencional de la Constitución vigente? ¿Ha logrado establecer alianzas tácticas y estratégicas con otros actores sociales
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importantes – como en 1920 – o cree, como en 1968, que por sí solo puede “tomar el cielo por asalto”? ¿Es consciente de la enorme importancia política que tiene la emergencia de actores sociales territoriales, como las asambleas regionales o comunales de Aysén, Magallanes, Calama, Freirina, etc.? Es sorprendente que, cuando el movimiento estudiantil irrumpe en el presente – como espuma burbujeante de futuro maremoto – trae toda la frescura de lo nuevo, de lo joven, y no la rabia acumulada y marginada de lo viejo. No el reguero – fresco pero también doloroso – de su historia pasada. Que es una historia, preciso es decirlo, de frustraciones y también de envejecimiento en retroceso (es bueno seguir la historia de los universitarios hasta su vejez). Es como si el movimiento estudiantil no tuviera memoria de sí mismo. Y sólo la voz y el cantorejuvenecido de problemas viejos. Bicentenarios… Y es preocupante que los historiadores profesionales que han escrito la “historia de la FECH” (Manuel Antonio Garretón, Javier Martínez, Fabio Moraga, Víctor Muñoz, Leonardo Cisternas, etc.), pese a la calidad de sus trabajos, parecen no haber logrado hasta ahora levantar, constituir y moldear la necesitada memoria estudiantil. Como tampoco los historiadores de los otros actores han logrado constituir, en plenitud, la memoria de los que debieran articularse con el movimiento universitario-secundario para realizar, entre todos, y de una vez por todas, las tareas de cambio que el país necesita desde hace 200 años… Por eso no cabe sino celebrar la formación y formalización del Archivo Documental de la Federación de Estudiantes de Chile, la más antigua y activa del país. Pues significa el inicio de un proceso de sistematización de luchas que llevan ya dos siglos de esfuerzos notables, pero infructuosos. Revisar, ordenar y re-proyectar la memoria de cada uno, de cada actor relevante de la sociedad chilena parece hoy una tarea no sólo necesaria, sino urgente y obligatoria. Porque los movimientos sociales que están en curso – entre los cuales sobresale nítidamente el de los estudiantes universitarios y secundarios – no pueden permitirse ningún descuido, ningún error, ninguna debilidad. Y ese deber se inicia, precisamente, por revisar a fondo la memoria de todos.
Gabriel Salazar La Reina, 14/10/12
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A MODO DE INTRODUCCIÓN
Hace ya casi un año nos aventuramos en un proyecto sería la culminación de una primera etapa, proceso iniciado el año 2008 con la fundación del Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. El propósito, dar a conocer a la sociedad los fondos documentales y el trabajo que se ha realizado al interior de esta institución, comprendiendo que tenemos la necesidad y la responsabilidad de difundir los documentos que conservamos en el Archivo que son parte importante de la historia de la FECh y, en general, del país. Durante estos cuatro años hemos desarrollado un trabajo arduo y dedicado. Nuestro primer objetivo fue la conservación y organización de cada una de las cajas con documentos que se habían ido recopilando en el tiempo y que contienen parte importante de la vida de la Federación para así abrir el acceso y poder poner estos documentos a disposición de toda la comunidad interesada en nuestra historia. También, realizamos trabajos de difusión a través de los cuales se puso en valor la identidad y la memoria del movimiento estudiantil chileno, y recalcamos la importancia de los archivos para la conservación de la Memoria Histórica y la defensa de los Derechos Humanos. El Archivo FECh es el primer archivo patrimonial documental de los estudiantes chilenos. Sus fondos documentales son una valiosa fuente de investigación para la reconstrucción de parte importante la historia de los estudiantes – ya que los estudiantes de esta Universidad a lo largo de décadas han marcado y liderado el movimiento estudiantil- su evolución en movimientos sociales amplios y de cómo el Estado se ha relacionados con éstos a lo largo del tiempo. Es así como, la existencia del Archivo nos permite ver la historia desde el otro punto de vista, no el oficial sino de quienes, convencidos de sus derechos como protagonistas de la historia, han jugado un rol activo en la construcción de la Federación y la sociedad.
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Dada la necesidad del Archivo de ofrecer todo el acervo documental que posee a la comunidad resulta indispensable que la documentación esté disponible de forma simple y entendible y que la comunidad reconozca su importancia y los usos que puede darle. Hoy, cuando nuevamente afloran conflictos y tensiones sociales que, en forma similar, ya han ocurrido anteriormente, ¿cómo hacer un análisis tomando elementos de otras etapas álgidas del movimiento estudiantil?, ¿cómo hacer una investigación y valoración de las políticas educacionales del Estado y cómo han sido recibidas por la comunidad estudiantil? El Archivo nos puede servir como base para la formación de una actitud informada y critica en el intento de hallar respuestas a estos temas. La Historia y la Memoria están formadas por rupturas, cambios y continuidades, pero sólo con una base sólida de análisis –posible gracias a la conservación de nuestros archivos- es posible hacer este ejercicio. Y es que como nos señala Ramón Alberch “En los archivos reconocemos parte de nuestro patrimonio histórico y nuestra identidad. Existe la necesidad de construir el futuro sobre las sólidas bases de un conocimiento amplio y crítico del pasado y gracias a la conservación de nuestros documentos y al conocimiento y acceso a éstos es que podemos lograrlo” 1. En este contexto, la publicación “Archivos, Memoria y Movilización: Archivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile” es un proximidad, no solo con investigadores e historiadores sino con un universo más amplio de actores interesados en la historia, la memoria, la identidad, los Derechos Humanos y abre la posibilidad amplia de su utilización en docencia en todos los niveles. Esta publicación, que a continuación se presenta, se encuentra dividida en cuatro partes. La primera, destinada a relatar la génesis del Archivo y Centro de Documentación FECh, cómo el Archivo es una herramienta útil para la sociedad escrito por el Equipo del Archivo FECH, la historia y los momentos claves de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile2 de manos del historiador Fabio Moraga Valle y, por último, un análisis sobre los archivos, las fuentes y el estudio del movimiento estudiantil entre 1973 y 1989 por el también historiador Víctor Muñoz Tamayo. El siguiente capítulo tiene como objetivo demostrar que es posible una investigación, a partir de un trabajo de archivo, de los movimientos estudiantiles y, en especial, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Los artículos de este segmento son escritos por estudiantes que se han comprometido con el rescate de la memoria histórica de la Universidad de Chile y, específicamente, de la FECH. Una tercera parte destinada a artículos que versan sobre el valor de los Archivos en la sociedad. Pilar Díaz Ellis, presidenta de Archiveros sin Fronteras Chile y Directora de nuestro Archivo, nos describe la relación existente entre estas instituciones y los Derechos Humanos para cerrar con el relato de Viviana Díaz y su experiencia en el Archivo de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
1 Alberch i Fugueras. Ramón. Archivos y cultura. España, Editorial TREA, 2001. p.14 2 Sin lo cual nos sería imposible comprender la importancia del Archivo FECH.
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Finalmente presentamos un dossier de fuentes, documentos e imágenes que es posible encontrar al interior del fondo documental del Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile que fueron utilizadas en su mayoría como fuentes en la elaboración de los textos que contiene este libro. En Chile, actualmente, no existe ningún tipo de publicación similar por lo que, esta puesta en valor que con esfuerzo mostramos a continuación, es de real importancia como fuente para la historia, la memoria y el patrimonio. En otras palabras, a través de este libro se busca posicionar al Archivo FECh como eje articulador de la construcción de archivos en otras Federaciones de Estudiantes que recién comienzan este camino; y al ser elemento aglutinador y líder en estas instancias, se refuerza el rol señero que lleva nuestra Universidad en diferentes ámbitos académicos y sociales. En definitiva, el rescate de este patrimonio documental es de suma importancia, debido a que “un país sin memoria, es un país que esta condenado a repetir su historia”. Agradecemos, desde ya, a todos los que hicieron posible que este proyecto se llevase a cabo. En primer lugar a la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile por confiar y apoyar este libro, a María Eugenia Horvitz –quien apoyó desde un inicio este proyecto- a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, - a Camila Vallejo y Gabriel Boric, al destacado historiador Gabriel Salazar, a los académicos Fabio Moraga Valle y Víctor Muñoz Tamayo, a aquellos que desde sus espacios contribuyen a mantener vivos archivos como Viviana Díaz, a la Presidenta de Archivos sin Fronteras Chile Pilar Díaz Ellis y a la directora del Archivo Andrés Bello Alejandra Araya. Por último, a todos aquellos, que desde sus inicios, confiaron y aportaron a la conformación en Archivo y Centro de Documentación FECH, a Rocío Villalobos, María Loreto Rodríguez, Gabriela Andaur, Tomas Catepillan, Martín Renom, Santiago Ormazábal, Marcelo Gómez, Sergio Alegría y a todos aquellos que quizás se nos quedan en el tintero.
Equipo Archivo y Centro de Documentación FECH 2012 Santiago, 2012
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LA FECH Y SU ARCHIVO
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EL ARCHIVO COMO HERRAMIENTA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA DE LAS ORGANIZACIONES ESTUDIANTILES ACCESO, DIFUSIÓN, TRANSPARENCIA Y DEMOCRACIA
Pilar Díaz Ellis3
Para hablar de este tema podríamos enfocarlo desde cualquiera de las áreas temáticas existentes, ya que el archivo no sólo se relaciona con la cultura si no da soporte y fundamento al trabajo en todas las áreas, públicas o privadas, a todos quienes tengamos conciencia del pasado y reconozcamos que solo a partir de éste podemos extender líneas seguras hacia adelante. Para comenzar citaremos a Andrea Norro cuando nos señala que debemos repensar los archivos como espacios que posibiliten o faciliten una nueva construcción de memoria obliga a desnaturalizar el concepto que se tiene sobre los archivos, como un lugar de abandono, de depósito, de desecho, de castigo, para pensarlo como un lugar de aprendizaje, investigación, historia, conocimiento, memoria colectiva, identidad, ciudadanía y por qué no el archivo como fuente de derecho. Si no cambiamos en nuestro imaginario, nuestras internalizaciones, es muy difícil que construyamos verdaderos archivos. Para partir, lo esencial ¿qué es un archivo? Seguro muchos tienen ideas difusas sobre lo que es un archivo. El concepto archivo tiene variadas acepciones, sin embargo para simplificar señalaremos que el archivo es un conjunto orgánico de documentos que reflejan las funciones y actividades de una institución, persona o familia. En el caso del Archivo FECh, se encuentra ubicado en su sede, donde tiene destinada una sala donde están depositados los documentos que fueron generados producto de su funcionamiento y las actividades que ha ido desarrollando a lo largo del tiempo. Esos documentos –únicos y originales- que conserva son testimonio de su actividad, de su pensamiento, de su devenir en el tiempo, reflejan cómo se ha relacionado con los mismos estudiantes, con autoridades universitarias, con diferentes autoridades políticas, con organizaciones de diferente tipo, y las decisiones que se han tomado, entre otras. Es posible leer propuestas realizadas a los diferentes comités de educación, ver documentos generados como Confech, y así podríamos seguir. 3
Licenciada en Historia. Máster en Archivística. Directora del Archivo FECh 2012.
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¿Hacia dónde apuntamos? Que en el archivo se encuentra la historia de la FECh, que cualquier buen investigador puede acudir al archivo y revisar in situ las fuentes primarias para escribir sobre, no solo la FECh, sino sobre el movimiento estudiantil en Chile. Todo ese bagaje informativo no lo tendríamos sino existiera el archivo. Tendríamos –en ese caso- que estudiar el movimiento estudiantil desde el punto de vista de otras fuentes informativas, como por ejemplo de los medios de comunicación con el sesgo que ello implica. Cuando revisamos los documentos vemos que en la historia hay muchos visos de continuidad, al revisar documentos de 1986 y documentos de ahora nos sorprende la similitud de las demandas, cómo hay conflictos claramente no superados, cómo hay propuestas y debates que se repiten una y otra vez. Pero ese análisis solo podemos hacerlo teniendo la historia frente a nuestros ojos y eso lo logramos conservando nosotros nuestros propios archivos. Por lo tanto los documentos que genera la Federación de Estudiantes, que se generan en sus secretarías, en su mesa, en el pleno, en las distintas instancias de participación estudiantil, en la Confech en tanto instancia donde participa activamente la FECh, son parte del archivo, son parte del patrimonio de todos los estudiantes de la Universidad de Chile y es nuestra responsabilidad el conservarlos. Si nosotros no somos capaces de conservar nuestra memoria directa, de primera fuente, esta se perderá y las futuras reconstrucciones de la memoria histórica del movimiento estudiantil estará atravesado por interpretaciones de otros protagonistas, sin posibilidad de oponer nuestro propio punto de vista y nuestra realidad. En el Archivo somos consientes de la importancia de los documentos que resguardamos, en la línea de comprometernos con el acceso a la información, de la apertura a toda persona que quiera consultar, porque sabemos que la historia pasa por nuestras manos hemos optado por: > Acceso público, libre. No es un archivo cerrado solamente a estudiantes o investigadores de la misma universidad ni a personas de la dirigencia, es un archivo abierto a estudiantes secundarios y universitarios de otras universidades, a investigadores de la amplia gama de la ciencias sociales, a todo aquel que quiera ver y revisar directamente los documentos que marcaron la historia del movimiento estudiantil, ya sea un hito particular o un proceso de larga duración. > Facilitar los documentos en forma gratuita para la investigación. No cobramos por la consulta ni por la entrega de documentos escaneados (de ahí la portada del texto Libre y Gratis) > Utilizar un software libre para poner online algunos documentos del archivo. No nos amarramos con software propietarios, creemos que el acceso a la información debe ser amplio, independiente y adaptarse a nuestras necesidades y no al revés.
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Sin embargo no es la única arista de análisis que queremos destacar. El archivo nace cuando nace la institución y es algo vivo, dinámico, que no debemos ligarlo única y exclusivamente al pasado. Los documentos que se están generando en este momento formarán parte del archivo, los documentos que registran los acuerdos, las actas, los discursos que se están diciendo hoy, son parte del archivo… ¿por qué nos importan estos documentos tan recientes? Porque son parte de un ejercicio de transparencia primordial, continuamente la ciudadanía le está pidiendo a sus autoridades transparencia en la toma de decisiones, probidad, que no haya secretismo ni ocultismo en las decisiones y acciones que se realizan y esa probidad me la da el tener un archivo, donde el acceso sea libre. Debe haber una coherencia entre el discurso y las acciones ¿queremos información transparente de nuestras autoridades? Partamos por casa, transparencia en la gestión de la FECh, transparencia que se prueba a través de los documentos. El vínculo entre archivos y transparencia es fundamental en las organizaciones de hoy, cuando ya la tendencia es ir desde el secretismo y ocultismo en los archivos de antaño a la apertura, acceso y comunicación que exige la ciudadanía hoy nuestros archivos no pueden quedar fuera. Un archivo organizado es una eficaz herramienta contra la corrupción y favorece la buena gestión. Entonces nos encontramos con que los archivos nos sirven como Patrimonio, nos permiten reconstruir la memoria histórica y armar o rearmar identidades locales, sociales, comunitarias y en nuestro caso, una identidad propia del movimiento estudiantil y de los estudiantes de la Universidad. También nos sirven como ejercicio de transparencia y buena gestión administrativa, mostrar con hechos que la democracia de la cual hablamos es parte en nuestras propias instituciones y agrupaciones. Otro ámbito al que el archivo está estrechamente ligado es al de los Derechos Humanos, entendidos éstos como los Derechos que el Estado debe garantizar a los ciudadanos en cuanto éstos se relacionan con él. De acuerdo a la definición del Instituto de Derechos Humanos, éstos son “las facultades que tienen las personas, por una parte, para vivir libres de la intervención arbitraria del Estado, y por otra, para solicitar al Estado que realice determinadas acciones destinadas a permitirles desenvolverse en sus vidas” 4. A través de la conservación, organización y acceso a los documentos la ciudadanía encuentra una herramienta. Según Luis Joinet, en un informe entregado a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, reconoce como derecho colectivo el “derecho a saber” entendiendo por tal no sólo como el derecho individual que toda víctima o sus familiares tienen a conocer lo que ocurrió con ellas, que sería el simple derecho a la verdad, sino a que además el derecho a saber es un también un derecho colectivo que hunde sus raíces en la historia, para evitar que puedan reproducirse en el futuro estas violaciones. Implica tanto el derecho inalienable a la verdad(…) acerca de los acontecimientos sucedidos y las circunstancias y los motivos que llevaron, mediante la violación masiva y sistemática de los derechos humanos, a la perpetración de crímenes aberrantes- como el deber de recordar, que incumbe al Estado. En efecto, el
4 Instituto Nacional de Derechos Humanos. Informe Final 2010, Chile, pág. 23.
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conocimiento por un pueblo de la historia de su opresión forma parte de su patrimonio y debe por ello conservarse. Tales son los principales objetivos del derecho a saber como derecho colectivo” 5. Sin embargo esta responsabilidad no recae solamente en los archivos del Estado, sino en nuestros propios archivos, durante el período de la dictadura muchos estudiantes fueron perseguidos y detenidos. Esa realidad también se refleja en los documentos, que quedan como evidencia de las persecuciones, pero si desaparece ese “derecho a saber”, el “deber de recordar” será imposible y caerá en la nebulosa del olvido. Pero ese derecho a saber también abarca a las generaciones futuras, a quienes vienen después de nosotros, y para conservarles ese derecho debemos generar archivos. Debemos promover una construcción de una cultura de derecho desde los archivos. Si bien hubo una época en que éstos fueron utilizados como herramienta de dominación, represión y violación a los derechos humanos nuestro objetivo es que pasen a ser vistos como instrumentos de liberación, garantía y soporte de nuestros derechos. El tener vacíos, espacios de tiempo sin documentos, es reflejo de las diferentes épocas y cómo nos hemos tomado el tema de archivo, es decir, hay períodos de la historia donde se le ha dado poca importancia, donde estos documentos fueron extraviados, hubo momentos donde por motivos de seguridad muchos de ellos fueron escondidos o resguardados en lugares seguros donde no existiera el peligro de que fueran encontrados por manos peligrosas que le costara la vida a algún estudiante o docente. Pero en la actualidad no conservar los archivos –cuando su puesta en valor es evidente- reflejaría el no tener asimilados los conceptos de patrimonio, memoria, identidad y transparencia. Pero conservar un archivo solo por conservarlo no nos sirve, debemos sacarlo de las cuatro paredes e insertarlo en la comunidad a donde pertenece, lograr que los estudiantes y docentes de la Universidad sepan que existe, que los ex alumnos puedan consultarlo para encontrar información o fotografías de cuando fue su tiempo universitario y así puedan rehacer períodos de su historia. Debemos preocuparnos de nuestra memoria el movimiento estudiantil no funciona en el aire, cada paso que se da deja registro, en un acta firmada en papel o en un acta creada digitalmente, pero es lo mismo, deben conservarse esos documentos que al estar firmados dan prueba de su autenticidad y las decisiones que se tomaron. Cada propuesta realizada, cada carta mandada, cada declaración pública y discurso dicho, en conjunto van formando, como granos de arena la historia, y no debemos perderla, insistimos es nuestra responsabilidad conservarla. El tener un archivo sienta las bases y posibilita los procesos de continuidad con los otros actores del panorama sociopolítico y cultural.
5 Joinet, Luis. Informe Principios para la Protección y Promoción de Derechos Humanos para combatir la impunidad. Naciones Unidad, 1996.
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Las universidades, los colegios, los liceos, en las organizaciones sociales de diferentes ámbitos se han formado grupos o asociaciones, formales o informales, que van dejando huella en diferentes ámbitos de acción, locales, regionales, sindicales, gremiales, estudiantiles… ¿qué pasará cuando esos grupos desaparezcan? O evolucionen hacia otro tipo de organización, quizás más grande o con otra estructura, si no queda registro de su existencia pasarán al olvido cuando han sido parte de la historia. Existen muchas agrupaciones estudiantiles dentro de la universidad, alumnos que se reúnen con las mismas ideas políticas o con los mismos intereses, que hacen actividades y acciones, que dejan documentos tras su paso, se forman colectivos, todos forman parte de la historia de los estudiantes. ¿Qué pasa con los documentos de los Centros de Alumnos? Dónde están las actas de 5 o 10 años atrás, las decisiones de las plenarias, las votaciones, la correspondencia, los acuerdos con las firmas estampadas? Estamos perdiendo documentos, estamos perdiendo pedazos, fragmentos de memoria. Si hoy estuviéramos en 1970 u 80 no importaría, pues en esa época en nuestro país aún los archivos no eran conocidos ni valorados. Pero hoy ya no tenemos excusa, debemos hacernos cargo de nuestros documentos, debemos reconocer en ellos el registro de nuestras acciones y decisiones. Cuántos de ustedes quieren saber la historia de su centro de alumnos o de su facultad y no hay dónde buscar. No podemos seguir con esa desidia, el no tener nuestros documentos nos puede jugar en contra, aunque las directivas sean temporales, aunque haya una alta rotación año a año, debemos asumir que los documentos que se generan al amparo de una institución u organización son de esa organización, no puedo llevármelos a casa, no son míos sino de los estudiantes y por lo tanto debemos conservarlos. ¿Qué pasa con los documentos de la propia Universidad? Tiene la universidad un sistema de archivo que garantice la conservación de los documentos fundamentales de su funcionamiento, más allá de lo que mande la ley, porque la ley no considera el factor histórico en sus normas, no considera que estos documentos serán fuente de investigación. ¿Tiene la Universidad de Chile una política responsable, consiente, integral con sus propios archivos? ¿Ustedes saben dónde están sus archivos? ¿Sobre qué bases podríamos proyectar el movimiento estudiantil? El archivo es historia, es memoria, pero como sabrán los historiadores, no es la historia por la historia ni el pasado por el pasado, sino para sentar las bases de procesos que permitan la continuidad o el cambio planificado en un futuro próximo, no olvidar las palabras que se dijeron, los acuerdos que se tomaron y quiénes fueron los protagonistas, si algo sabemos los archiveros es que la memoria es frágil y está a la vuelta de la esquina, por eso nuestro afán por conservar estas herramientas fundamentales para nuestro futuro. Uno de los grandes problemas de los procesos de largo plazo es la continuidad, que solo puede existir en forma real si vamos conservando los registros de cada fase, de cada etapa que se ha pasado, sin esa continuidad que debe estar basada en documentos escritos, que no permitan tergiversación de acuerdo a intencionalidades o intereses políticos del momento, debemos volver a empezar una y otra vez, muchas veces sobre bases erróneas o supuestas.
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El archivo es una herramienta política y debemos verlo así, el que –en primer lugar- exista un archivo implica una intencionalidad de conservar la memoria, que en determinadas épocas falten documentos implica también una voluntad política, el archivo le habla al historiador desde los documentos que existen como desde los que no existen…. Cuando ingresamos a un archivo, ya sea privado o público, debemos preguntarnos ¿están todos los documentos que deberían estar? Si faltan algunos ¿por qué no están? Salvo la existencia de algún tipo de desastre natural o siniestro, cabe preguntarse a que se debe esa carencia de documentos… cuantas veces hemos visto, sobre todo relacionados con archivos de procesos judiciales en la Araucanía, causas donde mapuches exigen sus derechos de tierras, cuando los archivos judiciales extrañamente desaparecen o son quemados en algún incendio “casual”. Finalmente podemos identificar dos aspectos esenciales de los archivos, por una parte –a través de su acceso- nos permiten hacer un buen ejercicio de transparencia, apertura a la comunidad y democracia. Y por otra, asegurando la existencia de éstos, podemos garantizar la persistencia de la memoria que nos da la base para analizar la evolución del movimiento estudiantil y no perder fuentes únicas para el estudio de éstos, permitiendo que cada cual haga su propia interpretación de la historia y los procesos que conlleva asociados, siendo en el fondo nosotros mismos quienes entregamos las fuentes para la investigación y evitando la manipulación de la información por parte de otros actores. Para ir finalizando, es importante hacer un alcance, no nos confiemos que porque tenemos todos los documentos subidos a la web, ya sea blog, página web o lo que sea, esos documentos estarán ahí por mucho tiempo más, está probado que en estos tiempos digitales y mediáticos estamos produciendo mucha más información pero a la vez la estamos perdiendo en volúmenes inimaginables, nos compramos la quimera de que en la era digital todo era más simple, más barato y todo recuperable, sin embargo nos hemos dado cuenta con el tiempo que no es así. Es cierto que nuestro país no tiene tradición archivística, pero ya no podemos eludir nuestra responsabilidad por ello.
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GÉNESIS Y BREVE HISTORIA DEL ARCHIVO Y CENTRO DE DOCUMENTACIÓN DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE
Equipo Archivo y Centro de Documentación FECH
Desde los inicios de la Fech en el año 1906 los estudiantes desarrollaron diversas actividades y propuestas que dejaron un registro, tanto en nuestra memoria colectiva como en una huella física: los documentos, que en este momento se encuentran formando parte de un proyecto de preservación para que la memoria no sea borrada y permanezca en la identidad del estudiantado. Desde su creación, la Federación fue considerada una organización relevante de la nación, se caracteriza desde sus inicios por defender las ideas progresistas de aquella época teniendo así un rol importantísimo en muchos acontecimientos de la historia de Chile. Es por ello que cada documento que ellos generaban era resguardado por el Archivo Nacional, diferentes bibliotecas, archivos regionales y el Archivo Central Andrés Bello, que permitieron la conservación de muchos documentos pertenecientes a los primeros años del funcionamiento de la Federación y que hasta el día de hoy se encuentran intactos. Con el pasar de los años esta práctica se fue perdiendo generando que la misión de preservar la memoria fuera realizada por los estudiantes de la Universidad. Es así como, en la dictadura del General Pinochet, fueron destruidos un sin número de documentos que habían sido resguardados en las diferentes dependencias de la Fech a lo largo del país, es por ello que muchos de los estudiantes e integrantes de la Federación protegieron de manera clandestina en sus propios hogares, un buen número de material documental sobre las diferentes luchas contra el régimen militar. El Archivo y Centro de Documentación Fech nació gracias a un cúmulo de ideas que se fueron desarrollando a lo largo de un buen tiempo; en un principio era solo un proyecto de crear un centro de documentación, un museo, o una biblioteca que resumiera el patrimonio de los estudiantes, que se vino forjando desde la vuelta de la democracia, cuando José Ancan junto a un grupo de estudiantes de bibliotecología formaron un centro de documentación, pero no pasó más allá de eso. La idea fue más acotada y más fuerte para el centenario de la creación de la Fech, en el cual se conglomeraron ex dirigentes y diversas generaciones
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de estudiantes pertenecientes a los años 50` en adelante. Fue ahí cuando el encargado de crear las actividades de conmemoración, Mauricio Torrealba, habló sobre dicha iniciativa, entregándole mucho más peso y una consistencia definitiva a la conformación del proyecto. Del 2006 en adelante Fabio Moraga y Antonia Rosas postularon esta propuesta con el nombre de Biblioteca y Museo de la Fech, pero no tuvo mayor éxito, entre otros motivos, por la falta de financiamiento Una estudiante de periodismo, Rocío Villalobos, poco tiempo después, potenció esta iniciativa y postuló al Fondo del Desarrollo Institucional del Mineduc, destinado a financiar su propuesta, ya que pensaba que la creación de este archivo sería de gran importancia para la investigación. Este proyecto de rescate de memoria obtuvo los recursos solicitados, logrando obtener acceso al material e infraestructura mínima para comenzar a crear este Archivo y Centro de Documentación FECh en el año 2008. Comenzó con entrevistas a varios dirigentes e integrantes de la Federación y utilizó como base principal un cúmulo de cajas donde había material en documentos que había sido custiodado por la Secretaría de la Fech y otros funcionarios de la Universidad por mucho tiempo. Toda esta información dio el impulso inicial para la formulación concreta del proyecto. Cuando este estuvo planteado, se le presentó en primera instancia a Loreto Rodríguez, que había sido delegada en el área de Bienestar Estudiantil, quien al ver el proyecto ya bien definido, decide apoyarlo y se encarga de la parte logística y el manejo de recursos. Una de sus tareas fue la gestión de comunicación y extensión del Archivo con el fin de que éste fuera conocido por la comunidad universitaria. La creación del archivo era un proyecto macro que también contó con el apoyo de un grupo de estudiantes que brindaron su ayuda en el aporte de ideas y manos para todo lo que fuera necesario a la hora de poner en marcha la construcción del centro. Es así como un equipo -con más ganas que conocimiento especializado en levantar un centro documental- lograron hacer que esta idea se concretara. En este proceso de creación, hay que destacar la participación de Rodrigo Roco y la generación a la cual él pertenecía, ellos recolectaron documentos que tenía relación con la Federación de Estudiantes y dejaron también como legado esta idea de preservar la memoria a la comunidad estudiantil universitaria. Mauricio Torrealba, que en ese entonces era estudiante de la Facultad de Filosofía y Humanidades fue una persona fundamental al hacer pública la idea de la creación del Archivo, entregándole importancia a nivel de Federación y Universidad al proyecto. Por último no se puede olvidar la gran ayuda de, ese entonces secretaria de la Fech, Liliana Troncoso, que guardó las cajas con documentos para evitar que se destruyeran, manifestando siempre su idea de preservar el material histórico y así conservar la memoria colectiva, que en este caso pertenecía a la memoria del estudiantado de la Universidad de Chile. En cuanto a la asesoría especializada de archivos agradecemos a Patricia Huenuqueo del Archivo Nacional de la Administración, Rodrigo Sandoval, del Archivo de Música Popular
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Chilena de la Pontificia Universidad Católica de Chile y a María Luisa Ortiz del Museo de la Memoria, con su orientación y guía se sentaron sólidas bases para avanzar hacia el futuro. A lo largo de estos años se han ido recopilado documentos de diferentes Presidentes de la FECh y ex alumnos que han valorado esta iniciativa y han donado parte de sus documentos, vaya a todos ellos nuestro reconocimiento. Además destacar a Federico Huneeus que fue Presidente en el momento de la fundación del Archivo y a Julio Sarmiento que como Presidente de la Fech otorgó el espacio físico y financiamiento para materializar la iniciativa. Las siguientes presidencias han seguido en el apoyo, tanto Camila Vallejo como Gabriel Boric. Entre grupos de estudiantes que siempre estuvieron dispuestos a ayudar en lo que fuera necesario se encontraban el Centro de Estudiante de Ingeniería y los ex integrantes de los Trabajos Voluntarios Aconcagua 85’ y quienes formaron parte de la Agrupación Cultural Universitaria. Los propósitos del archivo eran preservar el patrimonio estudiantil, organizarlo y ponerlo a disposición de la comunidad. Había que generar espacios de difusión tanto a la comunidad universitaria -académicos, funcionarios y estudiantes- como al exterior de la Universidad para que algún día el Centro sea reconocido como un espacio de investigación del movimiento estudiantil, teniendo en cuenta de que este no solo es el portador de la memoria del movimiento sino que parte del mismo. Se ha potencializado la difusión, haciendo que poco a poco la comunidad –universitaria y extrauniversitaria- se vaya interesando por este resguardo de memoria. El Archivo ha llegado a conformar una entidad única, una estructura sólida que ahora es parte fundamental de la Fech, llenando un vacío muy importante como es la preservación del legado histórico del estudiantado, siendo una institución modelo para los estudiantes de la Universidad y para los estudiantes de otras universidades. En la actualidad los documentos que conservamos abarcan diversas áreas del quehacer estudiantil como movilizaciones estudiantiles, trabajos voluntarios, Derechos Humanos, conflictos políticos dentro y fuera de la Universidad, trabajos y proyectos de extensión, etc. Los documentos se han ido organizando con mayor exactitud con la ayuda de una especialista en el área de archivos y Directora del Archivo desde fines del año 2011, Pilar Díaz Ellis, que ha modernizado el Archivo con la ayuda de los voluntarios y difundido éste por diversos medios y redes de archivos a nivel regional. Todas las semanas es visitado por personas pertenecientes a diversas instituciones y un gran número de estudiantes extranjeros. El Archivo FECh - primer centro patrimonial documental de estudiantes chilenos- se proyecta en muchos aspectos, en primer lugar rescatar la mayor cantidad de documentos que aun no han sido recopilados y están en las diversas facultades de la Universidad y en los hogares de diversos integrantes de la FECh. Seguir postulando a fondos de financiamiento para su desarrollo y adecuado funcionamiento y por último lograr un mayor compromiso institucional por parte de la Universidad, ya que al ser parte del patrimonio de ésta, el Archivo debería ser valorado como tal y contar con el respaldo que corresponde. En la actualidad hemos ganado diversos fondos entre ellos el Premio Azul por la Creatividad Estudiantil 2010 y 2011 y un Fondo Harvard para Archivos Latinoamericanos el cual cubre financiamiento en equipos y materiales.
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El Archivo y Centro de Documentaci贸n Fech tiene sus puertas abiertas a la comunidad sin distinci贸n, solo basta tener las intenciones de conocer un poco m谩s sobre nuestra historia y nuestro patrimonio.
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LA FECH A LO LARGO DE UN SIGLO DE HISTORIA
Fabio Moraga Valle
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La génesis de un movimiento y una organización
Las organizaciones de representación del movimiento estudiantil latinoamericano: centros y federaciones de estudiantes, nacieron en el cono sur a principios del siglo XX. Primero surgieron centros de estudiantes por facultades o carreras, y luego éstos se federaron en cada universidad; luego estas federaciones, en un movimiento que las articulaba para lograr una mayor representatividad, a lo largo de la década de 1910, comenzaron a formar federaciones nacionales que abarcaban a los estudiantes de varias universidades metropolitanas y regionales. Así, en la Argentina, en 1908 se organizaron los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires y a fines de la década surgió La Federación Universitaria Argentina, FUA, al calor del movimiento reformista en ese país, en 1918; la Federación de Estudiantes del Perú, FEP, surgió en 1919 cuando, ayudada por la misma ola reformista, logró unificar criterios de sus varias federaciones regionales bajo el liderazgo de los estudiantes de San Marcos; el movimiento estudiantil uruguayo, pese a haberse iniciado en 1897, solo en 1929 dio vida a la FEUU o Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Pero ninguna de estas organizaciones es tan longeva como la Federación de Estudiantes de Chile, antecedente histórico de la actual FECH. Durante el siglo XIX en varios países del continente habían primado los clubes y asociaciones, un tipo de organización estudiantil y juvenil, ligada a los partidos liberales de los distintos países. Éstos, seguían los lineamientos de las organizaciones partidarias adultas, no poseían una agenda juvenil o estudiantil propia y luchaban por las mismas demandas: libertad y limpieza electorales, separación entre Iglesia y Estado y secularización de la sociedad. El primer centro de estudiantes fue el de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, creado en 1904. Era una organización elegida democráticamente por voto universal de sus miembros, de carácter legal, con libros de inscripción de socios, pago de cuotas y rendición de cuentas anual. A éste le siguieron los de las facultades de Leyes, Ingeniería, Agronomía
6 Doctor en Historia, Colegio de México. Académico UNAM
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y Pedagogía. Desde el principio los estudiantes de Medicina practicaron la solidaridad con los más necesitados; por ello, a fines de 1905 un grupo de estudiantes y profesores fueron a combatir una epidemia de viruela en el puerto de Valparaíso, con mucho éxito por lo que el gobierno de la época decidió premiarlos. Sin embargo, cuando fueron a recibir sus merecidos reconocimientos en el Teatro Municipal, los principales y más lujosos asientos habían sido reservados para los miembros de “familias distinguidas” y a los estudiantes y sus parientes se les relegó a las galerías lejanas y oscuras. Ante semejante discriminación los estudiantes iniciaron una ruidosa protesta que generó un gran escándalo social, y la inconformidad fue creciendo con los días. Luego de una elección presidencial y de un terremoto que afectó a la zona de Valparaíso, El 21 de octubre de 1906, los centros de estudiantes decidieron formar la Federación de Estudiantes de Chile que no solo agrupó a los estudiantes de la Universidad, sino también del Instituto de Comercio, de la Escuela de Artes y Oficios y rápidamente se extendió a todos los secundarios de los liceos del país. Pero no se puede entender a este movimiento, ni al liderazgo de los estudiantes de la Universidad de Chile en la creación de la Federación, sin entender la institución que los albergaba. Primera universidad moderna del continente, que había nacido después que el gobierno cerró la Real y Pontificia Universidad de San Felipe, en 1836. La universidad de Chile fue creada en 1842 y abierta al año siguiente bajo un sello ilustrado y moderno, en un proceso que lideró el venezolano, avecindado en Chile, Andrés Bello. Su creación significó una fuerte ruptura con la tradición colonial; sin embargo, su planta inicial de profesores fue integrada por todos los intelectuales que existían en Chile en esa época, ya fuesen liberales, conservadores o los profesores tradicionalistas provenientes de la clausurada institución colonial. Pese a esta amplitud política, solo se llenaron los dos tercios de los cupos que necesitaba la universidad para funcionar normalmente y cubrir las necesidades de la novel nación chilena. Por ello, cada vez que llegaba un intelectual extranjero a las costas chilenas, rápidamente era contratado para que colaborara en este proyecto en fuerte expansión. Al principio fue organizada como una “academia científica y literaria”, siguiendo la impronta de las instituciones similares de la ilustración francesa: la formación básica para una profesión se otorgaba en los liceos de provincias y en el Instituto Nacional, la Universidad solo otorgaba títulos y grados después de un examen de conocimientos. Pero pronto, las necesidades del Estado fueron imponiendo a la Universidad nuevos retos y de ser una academia, pasó a formar profesionales y ser una universidad docente que formaba los profesores que el país necesitaba en los liceos de provincia. Además, el Estado le asignó el papel de superintendencia de educación, es decir, un organismo encargado de supervisar el funcionamiento de todo el sistema educacional chileno. En las últimas décadas se ha extendido la tesis de Mario Góngora según la cual en Chile fue el Estado el que creó a la nación, a diferencia de las naciones Europeas donde las nacionalidades antecedieron a los estados, después de un largo proceso histórico. Si bien esto es cierto, también lo es que fue la Universidad la que creó al Estado chileno, lo nutrió y fortaleció no solo cumpliendo con el papel de superintendencia de la educación, también con la formación de sus principales cuadros burocráticos; ministros, jueces, parlamentarios. Incluso los
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presidentes de la República surgieron todos –a lo largo de casi 200 años de historia, casi sin excepción- de las aulas de la Universidad de Bello. Esta impronta la tenían muy clara los estudiantes quienes, en una soleada tarde de octubre de 1906, se reunieron frente a la Universidad, a los pies del monumento de los hermanos Amunátegui –dos intelectuales liberales nacidos a la sombra de la casa de Bello-, en el acto fundacional de la Federación de Estudiantes de Chile. En los años siguientes la Federación desarrolló tanto una lucha al interior de la Universidad, por los derechos estudiantiles, como hacia el país, por la renovación del sistema político para que atendiera a los sectores más necesitados de la población. Además, tomó contacto con otras organizaciones y movimientos estudiantiles con los que organizó varios congresos internacionales como el de Montevideo, en 1908; el de Buenos Aires, en 1910, y el de Lima, en 1912. En esos eventos se elaboró un programa continental de lucha estudiantil que planteaba el cogobierno de las universidades, con participación de los estudiantes; la limpieza en las elecciones para que se respetara el voto de los ciudadanos y no se cometiera cohecho y la preocupación por los derechos de los trabajadores y su educación. Estos puntos serían, pocos años después, parte fundamental del programa del movimiento reformista iniciado en la Universidad de Córdoba en 1918. Un cuarto evento de este tipo se realizaría en Santiago, pero el estallido de la guerra mundial lo aplazó indefinidamente.
La etapa mítica: 1918-1923 A partir del aislamiento impuesto por la guerra, la Federación chilena siguió un camino propio. Cuando estalló el movimiento reformista en cordobés, pese a estar geográficamente cerca, los estudiantes chilenos tomaron contactos muy puntuales solo con las organizaciones estudiantiles de La Plata y Buenos Aires. Por ello, el movimiento reformista influyó más en el Perú, e incluso en México, y en nuestro país su impronta fue superficial. Además, Chile comenzaba una etapa de grandes conflictos sociales y políticos protagonizados por las clases medias y el proletariado a lo que la Federación de Estudiantes, entonces la organización social más poderosa e influyente del país, respondió en forma protagónica. La primera década de vida fue liderada por estudiantes liberales y radicales, partidos que si bien eran parte del sistema político oligárquico y excluyente de esa época, tenían alas juveniles presentes en el movimiento estudiantil que compartían críticamente sus programas y su lucha contra el conservadurismo y la Iglesia Católica. Pero a partir de 1918 y con el fin de la Guerra Mundial y el nacimiento de la Revolución Rusa el movimiento estudiantil se radicalizó y surgió al interior de la universidad el “anarquismo estudiantil”, una corriente ecléctica, que si bien compartía los principios fundamentales de los padres del socialismo libertario, era proteica y estaba compuesta por diversas corrientes estudiantiles que iban desde los anarquistas puros, hasta los que militaban simultáneamente en el Partido Radical. Ellos gobernaron o compartieron el liderazgo de la organización durante esta “etapa mítica” y su impronta quedó en la Universidad, el movimiento estudiantil y el país durante muchos
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años; entre sus protagonistas estaban Juan Gandulfo, Manuel Rojas, Waldo Urzúa, José Domingo Gómez Rojas, Eugenio González, Daniel Schweitzer, Alfredo Demaría, Federico Carvallo, Roberto Meza Fuentes y muchos otros; eran futuros médicos higienistas, abogados, poetas, escritores, en definitiva, hombres que marcaron el siglo XX. Destaca entre esta lista, donde es difícil de encontrar a uno más grande que otro, José Domingo, quien comenzaba a ser conocido continentalmente cuando en 1918 entró simultáneamente a estudiar Leyes y Pedagogía. Poeta que escribió entre el modernismo y las vanguardias, empresario teatral popular, improvisado crítico de arte, agitador político, anarquista y cristiano que simultáneamente militaba en la Juventud Radical y en las organizaciones obreras socialistas y anarquistas. Gómez Rojas era un ser proteico e imaginativo. Fue apresado en julio de 1920 en el “proceso contra los subversivos”, una ola gobiernista que desató la persecución tanto de líderes obreros como estudiantiles ligados a la izquierda de la época. Durante esta época la Federación de Estudiantes abarcaba a la mayor cantidad de centros estudiantiles, mantenía contacto con los trabajadores a través de escuelas nocturnas, universidades populares, clínicas obreras y consultorios jurídicos. Sus centros de estudiantes mantuvieron alrededor de seis medios de prensa entre boletines, periódicos y revistas de las cuales destacan Juventud y Claridad; la primera una revista literaria y vanguardista, la segunda un periódico surgido al calor de la Revolución Rusa y el movimiento pacifista que había nacido en Francia a partir de 1918, liderado por Henry Barbusse y Anatole France. La Federación sostuvo un principio de participación que salvaguardaba la autonomía de la organización estudiantil: la “acción política no militante”; éste propugnaba el activismo estudiantil, pero en él estaba prohibida la intromisión de los partidos, con el fin de que no instrumentalizar a la organización. Pero ni los altos ideales que propugnaba la corriente anarquista en la dirección de la Federación, ni la colaboración con el mundo obrero organizado, fueron suficientes para que estos triunfaran en su lucha contra la oligarquía. Enfrentaron enemigos muy poderosos: el sistema político, la iglesia y la prensa oficial, que se alinearon en contra de los estudiantes organizados y los acusaron de ácratas, subversivos y “vendidos al oro del Perú”, cuando buscaron llevar a cabo sus ideales pacifistas y propusieron terminar con las diferencias con los vecinos, devolviendo al Perú los territorios ocupados desde el fin de la Guerra del Pacífico en 1883 recibieron duros golpes represivos. La oligarquía que dominaba en el Senado y en el Poder Judicial, inició el citado “proceso” por el que encarceló a cientos de dirigentes obreros y estudiantiles sin ninguna otra acusación que ser “enemigos de la patria”. Entre los estudiantes estaba el joven quien con su poesía y su accionar cultural unía a centros estudiantiles y obreros. Gómez Rojas atrajo hacia él todo el odio del juez que siguió la causa y no solo fue encarcelado, sino también torturado y acosado hasta que se trastornó en la Cárcel Pública; derivado a la Casa de Orates adquirió una meningitis que en pocos días acabó con su vida. Una enorme multitud lo despidió en el Cementerio General, en medio de la rabia y el estupor que causó la saña del sistema político para con una víctima inocente. Los estudiantes federados y el movimiento obrero e intelectual, tuvieron a un mártir en medio de la transición de un sistema político oligárquico, corrupto y decadente que fue el gobierno de Juan Luis Sanfuentes, a otro que se expresaba la llegada a La Moneda de un líder populista que representaba a las clases medias como Arturo Alessandri.
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Muerte y renacimiento Pero no fue el moribundo régimen oligárquico el que derrotó a la más poderosa organización social de Chile y el continente, fueron las divisiones internas de las fuerzas políticas al interior del movimiento estudiantil: los anarquistas que se dividieron entre los más puristas y otros que trataron de llevar los principios del movimiento reformista y las conspiraciones de los estudiantes alessandristas y conservadores que terminaron creando otra federación. En 1925 la última directiva de la organización fue presidida por el poeta Meza Fuentes, en los momentos en que el régimen oligárquico se hundió entre conspiraciones militares y la presidencia de Alessandri llegaba a su fin. Desde la Guerra Civil de 1891, que había inaugurado el régimen oligárquico, no había llegado a La Moneda un militar. Esta vez lo hizo mediante el apoyo de casi todos los partidos del sistema y solo con la oposición de los comunistas. Carlos Ibáñez del Campo ganó la presidencia en 1927 con el 97% de los votos y, pese al origen democrático de su mandato, pronto se transformó en dictador. Pese a que implementó una serie de cambios institucionales anhelados por el movimiento antioligárquico, reprimió también a las organizaciones populares y a los opositores a su régimen por medio de la cárcel, el exilio, la desaparición y la tortura. La federación había desaparecido, pero los centros de estudiantes permanecieron y siguieron activos y organizaron una última gran movilización en 1926. Después fueron reemplazados por un Club de Estudiantes afecto a militar. El movimiento estudiantil solo renació en 1930, al calor de las protestas contra la dictadura de Ibáñez y la crisis económica mundial. Los jóvenes opositores al régimen se refugiaron en las revistas estudiantiles y en el nutrido movimiento cultural y desde allí se prepararon para la lucha antidictatorial que de todos modos golpeó a la renacida organización y, mediante la represión, los obligó a dispersarse. Pero esta derrota fue parcial y para mediados del siguiente año la actividad conspirativa de casi todos los partidos, de los mismos militares y de los profesionales, y las protestas callejeras de estudiantes y los pobres de las principales ciudades, se unió a la crisis económica y la pauperización de la sociedad. Ibáñez se exilió en 26 de julio de 1931 dejando al país sumido en una profunda crisis política de la que le costó salir un año y medio y una de crisis económica que se prolongó hasta fines de la década. En esta victoria democrática los estudiantes tuvieron un papel protagónico y para la sociedad chilena quedó instalada la imagen que habían sido los jóvenes los que habían sacado a Ibáñez del poder. Con lo anterior, a inicios de la década de 1930 se cerró la etapa de una federación que representara a todos los estudiantes chilenos y se crearon dos organizaciones de carácter universitario: la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile y la de la Universidad de Concepción. Los estudiantes de la Universidad Federico Santa María eran muy pocos y su federación tardaría años en surgir con verdadera fuerza. Las organizaciones que representaban a los estudiantes de las universidades católicas estaban bajo la tutela de la Iglesia y no tenían y sus formas de elegir representantes eran democráticas y los estudiantes secundarios recién ensayaban organizaciones propias que los representaran.
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Pero había una diferencia fundamental con la etapa anterior: ahora las juventudes políticas eran las organizaciones que, al interior del movimiento estudiantil, encausaban las preocupaciones sociales e ideológicas de los jóvenes. Esta legitimidad la habían conseguido gracias a la participación en la lucha antidictatorial; además, los jóvenes buscaron en la militancia política una forma de canalizar sus inquietudes y de buscar contactos y respaldo a sus demandas más allá de los muros universitarios. Así nacieron dos grandes movimientos ideológicos encausados por los “grupos universitarios”: Avance, que reunió a los estudiantes de izquierda y Renovación, que agrupó al movimiento de renovación de la juventud ligada a la Iglesia Católica. Al inicio de la década las organizaciones estudiantiles eran débiles, pero con el correr de los años se fortalecieron y ampliaron sus propuestas programáticas e ideológicas. Muchos estudiantes militaron en los partidos políticos; en el plano gremial, varios líderes surgidos de las filas estudiantiles participaron en congresos internacionales y mundiales en los que promovió el pacifismo ante el avance del nazismo y la inminencia de una nueva guerra mundial. El más importante de éstos fue el Congreso Latinoamericano de Estudiantes celebrado en Santiago en 1937, y al que asistieron representantes de casi todos los países del continente con propuestas latinoamericanistas, pacifistas, antiimperialistas y nacionalistas contra la intromisión de los Estados Unidos en la región. Allí también se forjaron futuros liderazgos políticos y sociales que nutrieron después al Congreso Nacional, a los gremios profesionales y al Estado y la sociedad en su conjunto. Junto con ello nacieron los primeros intentos de generar una confederación que uniera a todas las federaciones estudiantiles del país. Pero la guerra sobrevino con inusitada violencia y el exterminio se impuso. Finalizada la conflagración una nueva generación juvenil fue influida por el proceso de posguerra liderado por los Estados Unidos y la instalación de la Organización de las Naciones Unidas diseñadas para regular las relaciones entre las naciones y así evitar un nuevo conflicto internacional. Muchos líderes estudiantiles latinoamericanos fueron convocados a este nuevo proceso internacional y surgió una generación de intelectuales provenientes de las universidades públicas del continente que tomaron contacto y dieron vida a una serie de organizaciones internacionales que buscaban consolidar tanto los lazos de amistad y colaboración como a generar instituciones para salir del subdesarrollo económico. De esta manera, uno de los presidentes de la FECH, Felipe Herrera, fue el primer presidente del Banco Interamericano del Desarrollo, BID, que nació para financiar proyectos que permitieran a los países salir del atraso económico. Pero la articulación del mundo en dos polos, surgidos después de la guerra, separó también a los estudiantes. Por todas partes surgió la división entre los países capitalistas y los de la órbita socialista y los movimientos sociales y sus líderes se definieron frente a la disyuntiva. América Latina estaba bajo la influencia de los Estados Unidos y frente a ello no había más alternativas que plegarse a los esfuerzos que se hicieran en conjunto para sacar a los países de la región del subdesarrollo económico, bajo la vigilancia y el financiamiento que pudiera o quisiera der el país del norte. Esta “alineación” pervivió hasta que surgió, en el lugar menos
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pensado, una revolución democrática que al poco tiempo se declaró socialista. La herejía histórica que significó lograr una transformación política de este tipo en un país periférico y subdesarrollado y a escasos kilómetros del principal país capitalista del mundo, transformó todos los parámetros que habían regido las relaciones internacionales hasta entonces. A partir de 1962 la Revolución Cubana abrió, para los países latinoamericanos, la posibilidad de construir un camino propio, un tránsito acelerado a las transformaciones sociales sin el seguimiento de las recetas provenientes de la primera revolución socialista del mundo, efectuada ya en un lejano 1917, ni la del país a la vanguardia del capitalismo.
La revolución y los estudiantes Con el inicio de la década de 1960 las preocupaciones fundamentales de los estudiantes cambiaron conforme la época fue inundada de una ola revolucionaria. Si en los años anteriores el mundo occidental estaba bajo la égida del capitalismo, ahora el mundo entero parecía marchar hacia el socialismo: no solo en Cuba, sino también en Vietnam, los países árabes, y el corazón mismo del capitalismo. En Europa occidental y los Estados Unidos, multitudinarias movilizaciones estudiantiles cuestionaron no solo a la universidad y la educación sino sentido mismo del sistema capitalista, la sociedad de consumo, la dominación política y económica e incluso la dominación generacional. Innumerables organizaciones y grupos de jóvenes luchaban por la libertad política y cultural, el fin de la explotación, la igualdad entre hombres y mujeres, la libertad sexual y la liberación de los oprimidos en cualquier parte del mundo. La capacidad creativa de los estudiantes se propagó desde los muros de París al resto del mundo, la imaginación tomaba el poder. En las universidades chilenas los estudiantes respondieron a las influencias revolucionarias mundiales y la rebelión juvenil se desató contra todo lo que tuviera relación con el dominio y la sociedad. Pero los cauces por los que se activó la transformación de la sociedad y la educación comenzaron por las universidades confesionales; primero la Universidad Católica de Valparaíso y luego la de Santiago protagonizaron una rebelión generacional y política contra las autoridades universitarias y la propia jerarquía eclesiástica y los partidos que los representaban. En la Universidad de Chile los cauces fueron más institucionales y, retomando la iniciativa de la reforma de 1918 se desató la lucha por la participación estudiantil en las elecciones de las autoridades universitarias. La politización que esta democratización de las estructuras universitarias implicó la instalación del cogobierno y puso en jaque a las viejas jerarquías académicas y sociales al interior de la Universidad del Estado. Dictaduras y resistencias en América Latina En los años setenta se inició una profunda contrarrevolución en todo el continente. El primer país en que un golpe de Estado terminó con la democracia, fue Brasil en 1964, les siguió Chile en 1973 y Argentina tres años después, hasta que todo el continente estuvo bajo la bota militar y el control de los Estados Unidos. Las organizaciones y todos los organismos democráticos de representación estudiantil fueron clausurados, sus líderes encarcelados, asesinados o hechos desaparecer. El movimiento estudiantil continental se sumergió por una década y sus
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organizaciones fueron suplantadas por “federaciones” construidas desde el régimen militar y sus aliados estudiantiles que actuaban a la par de los organismos de seguridad, que espiaban a los estudiantes opositores y cualquier intento de reactivar la política al interior de la universidad. De esa forma numerosos estudiantes unieron sus nombres a la larga lista de víctimas de la dictadura. Pese a la represión, la resistencia estudiantil no fue menor. Desde fines de la década de 1970 distintos jóvenes con inquietudes políticas reagruparon al interior de la universidad y, al igual que a fines de la década de 1920, comenzaron a reactivar la lucha estudiantil desde el plano cultural. Así nacieron revistas culturales y organizaciones como la Agrupación Cultural Universitaria, ACU, y distintas asociaciones que paulatinamente buscaron refundar la desaparecida Federación. Pero la dictadura pasó a la ofensiva y no solo reprimió fuertemente cualquier tipo de organización, también comenzó una profunda transformación del sistema universitario y promulgó la Ley General del Universidades en 1981. La normativa daba un fuerte golpe a la Universidad de Chile: la privó de sus sedes de provincia, le quitó su tradicional papel de universidad docente y en cambio dejó en la cercenada sede central, las deudas de todas esas nuevas instituciones. Además, creó las universidades privadas y comenzó a cobrar aranceles a los estudiantes con lo que terminó con la histórica gratuidad de la educación en Chile, que había caracterizado no solo al modelo económico desarrollista, sino a la institución a lo largo de toda su vida. Entonces, a casi diez años del golpe de Estado y sin conducción política, una oleada antidictarorial se desató en la sociedad chilena y al calor de las“protestas nacionales”: miles de personas atormentadas por la crisis económica y por la falta de libertades políticas, salieron a las calles con la idea de terminar con la dictadura. En este marco, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile surgió de sus cenizas. Para la gestación de la renacida organización colaboraron la mayoría de las juventudes políticas opositoras que comenzaron tomándose los centros de estudiantes dominados por los dirigentes designados por la dictadura y, por medio de elecciones libres, democratizaron sus directivas. Así, en el transcurso de pocos años lograron copar la mayoría de los centros y efectuar elecciones para tener una nueva Federación de Estudiantes en octubre de 1984. La nueva FECH abarcó no solo a la Universidad de Chile, sino también a los centros de instituciones que le fueron desgajadas por medio de la imposición dictatorial como el Instituto Pedagógico, transformado en Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, y el Instituto Profesional de Santiago, surgido de las carreras técnicas que la universidad había creado durante el proceso reformista de 1968. El extenso movimiento antidictatorial se vio fortalecido con la participación del movimiento estudiantil organizado. El renacimiento de la FECH fue seguido por muchas otras federaciones estudiantiles que se sumaron a la lucha, hasta que sobrevino el conflicto más importante de los últimos 15 años. En la Universidad de Chile académicos y estudiantes habían conquistado grandes espacios políticos: en ciertos niveles las autoridades eran elegidos por el voto de sus pares, y los centros de estudiantes tenían un grado de reconocimiento y capacidad de negociación con la rectoría. En agosto de 1987 el dictador decidió que era momento de darle
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el golpe final a la institución educacional que encabezaba el movimiento opositor y nombró a un interventor con el fin de dividirla y privatizarla. El intento tuvo la respuesta de toda la comunidad universitaria: académicos, trabajadores y, por supuesto, estudiantes paralizaron durante tres meses la universidad y la hicieron ingobernable hasta que el militar en el poder retrocedió y sacó al cuestionado rector. Fue una victoria pírrica. El nuevo rector designado intervino la Universidad y enajenó gran parte de sus propiedades y no repuso a las autoridades que habían sido electas democráticamente en sus cargos. Pero el ejemplo dado por la comunidad universitaria no cayó en saco roto. La clase política, que aspiraba a conducir al indómito movimiento antidictatorial, tomó nota del tipo de alianza social que se había tejido para propinar la primera derrota política a la dictadura y la llevó al plano nacional. Así, en el momento en que las protestas nacionales comenzaron a declinar en intensidad, dibujó un camino bajo la legalidad impuesta por la dictadura, que le permitió apostar a ganar el plebiscito de 1988 y formar una coalición política que gobernara el país bajo el modelo económico e institucional ideado por los militares y conducir una transición democrática pactada y limitada. La FECH en democracia El impulso que restauró la en plena dictadura no alcanzó para que el movimiento estudiantil se articulara en la nueva etapa con una mínima unidad y políticas coherentes que defendieran los derechos estudiantiles y permitiera democratizar la universidad y la sociedad. En el país se había logrado la democracia después de años de lucha, pero el proceso había sido fruto de una negociación entre los representantes de la dictadura y una parte de la clase política, los mismos que habían precipitado el quiebre del sistema en 1973. En 1993 tanto la FECH, como las federaciones de provincia entraron en una fuerte crisis producida porque las directivas eran, casi en su totalidad, de los mismos partidos que gobernaban. Las organizaciones dejaron de representar a los estudiantes y se transformaron en meras secretarías de las juventudes políticas de gobierno. Ello llevó a su disolución y al reemplazo durante dos años por un consejo de presidentes de centros de estudiantes. Fue una crisis profunda: no solo estaba en cuestión la capacidad de alguna organización social o política de representar al movimiento estudiantil, estaba en juego la posibilidad misma de construir una organización que pudiera representar a los estudiantes y sus demandas y anhelos y la acción saboteadora proveniente del gobierno. En ese marco, refundar la Federación una vez más era una tarea difícil. Se había conseguido la democracia solo a nivel institucional, quedaba una fuerte institucionalidad y legislación dictatorial que permaneció inamovible y lo que es más, la sociedad chilena no se había democratizado. Pero las urgencias de los estudiantes impulsaron un nuevo renacimiento de la organización, las necesidades eran generales y tenían que ver con el sistema en su conjunto, algo muy difícil de enfrentar desde las realidades locales que abarcaban los centros de estudiantes.
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Esta nuevo renacer surgió de la voluntad y el empuje de las fuerzas de izquierda del movimiento estudiantil. Desde entonces la FECH ha enfrentado una nueva etapa en que ha crecido conforme la conciencia sobre la necesidad de cambiar el sistema económico, político y social heredado de la dictadura ha ido creciendo entre el movimiento estudiantil y la sociedad chilena. Los gobiernos democráticos que siguieron a la dictadura se dedicaron a administrar el modelo, y cuando pudieron, profundizaron sus mecanismos y la privatización de la educación pública, surgida con la ley General de Universidades de 1981. El endeudamiento producido por los cobros de la educación pública no solo a nivel universitario, sino también secundario y primario han colocado a la sociedad en una disyuntiva crucial: o se siguen aceptando las bases del sistema o se lo cambia desde sus raíces. Este es el nuevo desafío que enfrenta la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y, en general, el movimiento estudiantil chileno. Surge entonces la pregunta si serán capaces de triunfar. Habría que hacérsela al devenir de su más de un siglo de vida, a los dirigentes que le dieron vida, a sus héroes, a las luchas que enfrentaron, a sus poderosos enemigos, a los desafíos que se impusieron en los momentos más difíciles por los que ha pasado Chile, a su propia historia como la principal organización estudiantil chilena y latinoamericana.
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ENFRENTANDO UNA DICTADURA QUE SILENCIA DOS VECES. LOS ARCHIVOS, LAS FUENTES Y EL ESTUDIO DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ENTRE 1973 Y 1989.
Víctor Muñoz Tamayo
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Cuando me solicitaron del archivo FECH un texto que hiciera referencia a la importancia del acervo documental que recopila, preferí que éste fuese un testimonio personal de un historiador que ha estudiado el movimiento estudiantil de la Universidad de Chile. En tal caso, me dispondría a poner de manifiesto tanto el vínculo profesional que a uno lo une con una iniciativa como ésta, como el vínculo afectivo que un reconstructor de historia tiene con los documentos y con los espacios en que ellos se conservan. Efectivamente, para un historiador un documento no es sólo una fuente de información, es un contacto directo con el pasado y los sujetos de aquel, su racionalidad, sus afectos y sus emociones, lo más parecido a viajar en el tiempo que alguien puede experimentar. Ello convierte al espacio en donde los documentos se conservan, en un lugar en donde, a la vez que se trabaja, se sienta el goce de tal conexión. Por ello, los investigadores se alegran en extremo ante el descubrimiento de una fuente del mismo modo que se frustran ante un texto mutilado. De más está describir la desazón e impotencia ante su destrucción, sea esta cercana en el tiempo o tan remota como el incendio de la biblioteca de Alejandría; a escala pequeña como una página arrancada de una revista o tan grande como la hoguera en que terminaron los códices mayas. Un investigador se encuentra a diario con este tipo de alegrías y frustraciones. Recuerdo, por ejemplo, que hace unos años, en medio de un estudio de historia local en Santiago, era común ver que los habitantes de la localidad que investigaba, atesoraban pequeños archivos personales, recortes de diarios que, lamentablemente, solían ser eso, recortes, sin fecha, sin referencia de fuente, pues una impertinente, aunque no mal intencionada tijera, había dejado la información sin una parte fundamental de ella. Eso produce desazón. Pero claro, ello es posible remediar preguntando y buscando hasta llegar a la fuente completa. En el caso de la historia reciente del movimiento estudiantil chileno, hay momentos frustrantes en que ausencias de ciertas fuentes nos enfrentan al temido silencio del olvido. Me refiero a aquello que se produce cuando vemos el espacio vacío del documento que nunca existió porque fue censurado antes de existir. Tal realidad espeluznante es la que sufre cualquier
6 Historiador, Doctor en Estudios Latinoamericanos, docente e investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile.
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investigador y lector inquieto que intenta reconstruir, por ejemplo, sucesos entre noviembre de 1984 y junio de 1985, cuando en el marco de un estado de sitio se sacó de circulación a los medios opositores: Fortín Mapocho, Análisis, Cauce, APSI, La Bicicleta y Pluma y Pincel. Situaciones como ésta hacen que se vuelva complejo obtener información de prensa de hitos del movimiento estudiantil como los trabajos voluntarios de la FECH en 1985, en donde los universitarios sufrieron una violenta detención por parte de la policía, la que trajo como consecuencia la muerte del estudiante de ingeniería Patricio Manzano8. Si uno hace el ejercicio de preguntar a un bibliotecario por este material, la respuesta será “esos diarios y revistas no circularon en esa fecha por Estado de Sitio”. Entendible es que se produzca una mezcla de rabia e impotencia en quien solicita la información ausente, pues pareciera que la dictadura vuelve a estar presente en el momento en que su labor de mordaza se actualiza, silenciando dos veces, primero en su momento, y luego para la posteridad. Del mismo modo, más complejo todavía es el estudio del movimiento estudiantil en momentos previos a la aparición de cierta prensa opositora, entre 1973 y 1980. Con esto no quiero decir que uno deba estudiar la dictadura sólo desde los medios de la oposición, sino que para cualquier periodo histórico lo óptimo es contar con una amplia gama de fuentes y eso se ve limitado por la censura y las condiciones propias de la dictadura. Para el estudio de aquel periodo, junto con la necesidad de recurrir a los testimonios y las técnicas de historia oral que iluminan aquello que el déficit de textos escritos oculta, se vuelve necesario indagar en aquellas publicaciones estudiantiles que no siendo autorizadas por las prohibiciones a nivel nacional y en los campus universitarios, circularon de mano en mano y no llegaron en su momento a archivos oficiales. Tales publicaciones, cuando no terminaron en la basura o quemadas por temor a que fueran descubiertas en continuos allanamientos, formaron parte de archivos personales de quienes porfiadamente las conservaron. Ese fue, para mí, un material primordial para escribir la historia de la Agrupación Cultural Universitaria ACU9 , aquella organización estudiantil existente entre 1977 y 1982 que reunió a los talleres artísticos culturales de la Universidad de Chile, cuando la representación estudiantil había sido intervenida, la FECH había sido prohibida y el régimen y las autoridades delegadas sólo reconocían a los centros de alumnos designados por ellos mismos. Aquel fue un momento en que la organización estudiantil se volcó a las artes y a la ACU como un modo de expresarse, reunirse y organizarse en medio de la represión y la censura, produciendo una cantidad importante de documentos que burlaron el control dictatorial pero que no fueron acogidos, en su momento, por ningún archivo formal. Recuerdo que el trabajo de campo de ese estudio implicó, por tanto, llegar a las casas de los ex miembros de la ACU y pedir que éstos me facilitaran aquel acervo documental que no estaba en las bibliotecas y archivos públicos, sino en sus baúles, closet, cajas, envueltos en bolsas plásticas para protegerlos de la humedad. Entonces aparecían ante mis ojos las revistas, los afiches, las fotografías, los panfletos, los dípticos, trípticos y cuanto formato a uno se le puede imaginar, pero que contenían esos textos a los que no era posible acceder de otra manera.
8 En el verano de 1985 la FECH, en desacato al estado de sitio, organizó los “Trabajos Voluntarios de Verano”. En esa oportunidad, cerca de 300 universitarios alcanzaron a estar una semana en Aconcagua desarrollando labores de ayuda social a las comunidades, hasta que el Ministro Secretario General de Gobierno Francisco Javier Cuadra ordenó su detención y traslado a Santiago. Luego de ser golpeados y expuestos al sol, uno de ellos, Patricio Manzano, sufrió una insuficiencia cardiaca. La policía no permitió que los alumnos de medicina le prestaran los auxilios necesarios en el traslado a un centro de salud, por lo que falleció en el trayecto.
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Si bien el ejemplo de la historia del movimiento estudiantil de fines de los años 70 es un caso extremo de ausencia de material a disposición en archivos oficiales por razones de censura, lo cierto es que siempre se está produciendo material impreso que no llega a los archivos y se mantiene resguardado por particulares. Recientemente estudié el periodo de construcción de la FECH de los años ochenta y su desarrollo en la posdictadura10 y ocurrió que también fue de suma utilidad recurrir a ese tipo de material. Desde entonces, he sido un convencido de la necesidad de que tales materiales sean protegidos y resguardados por una institución que los ponga al servicio de quien desee consultarlos. Qué mejor para quienes estudian y estudiarán al movimiento estudiantil universitario el que sea la centenaria Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile la que tome la iniciativa de levantar un archivo que reúna todo tipo de material en torno a su historia y la de sus estudiantes. En ese sentido, y en lo que respecta al estudio del movimiento social universitario del periodo dictatorial, creo que el archivo FECH, al realizar esta labor, ayuda a iluminar todas esas dimensiones de nuestra historia que se encuentran oscurecidas por las dificultades de acceso a fuentes que nos contacten directamente con ese pasado y esa historia. Archivando y ordenando afiches, revistas, diarios y fotografías de los estudiantes organizados durante la dictadura, el Archivo FECH y la FECH vuelven a dar una batalla contra ese régimen, y al igual que en los caupolicanazos de la ACU, las jornadas de noviembre de 1980 en el pedagógico, los trabajos voluntarios de 1985 y la larga batalla contra la racionalización privatizadora del rector Federici en 1987, la labor del archivo FECH rompe las mordazas de aquella dictadura, permitiendo, que una vez más, la memoria pueda ganar su batalla contra el olvido.
9 Muñoz Tamayo, Víctor. ACU. Rescatando el asombro. Historia de la Agrupación Cultural Universitaria. Editorial Calabaza del Diablo. Santiago de Chile. 2006. 10 Muñoz Tamayo, Víctor. Generaciones. Juventud universitaria e izquierdas políticas en Chile y México. (Universidad de Chile- UNAM 1984-2006). Editorial LOM. 2011.
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ACERCAMIENTO A LOS FONDOS DOCUMENTALES
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UN ABORDAJE TEÓRICO DE LA MEMORIA COLECTIVA DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL: LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE 1973-1990 Leonardo Cisternas Zamora
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Introducción Las manifestaciones marchas y tomas acaecidas, durante todo el año 2011 y continuadas este 2012, por estudiantes en que, de cierto modo, se cuestiona la institucionalidad establecida y, a modo general, se exige cambios estructurales en el sistema educacional rompiendo con las barreras socio-económicas que históricamente lo han afectado, nos plantea el siguiente cuestionamiento: ¿son estas marchas simples hechos coyunturales o son el correlato de acontecimientos que han acaecido y quizás sigan ocurriendo en el tiempo? La capacidad del hombre de recordar, pero al mismo tiempo de olvidar ciertos hechos coloca en constante jaque la durabilidad de procesos y, peor aún, de la memoria histórica de un pueblo, ya que como nos señala el historiador chileno Sergio Grez, la memoria “está formada por la retención de muchos hechos, pero igualmente ha sido modelada por innumerables ‘olvidos’ en un eterno proceso de conservación y preservación [...]” 12. Respecto a lo anterior, llevándolo al plano de los movimientos estudiantiles, los autores Manuel Antonio Garretón y Javier Martínez nos señalan que estos: “movimientos [estudiantiles] parecen destinados a volver una y otra vez sobre esos grandes temas, acumulando una escasa ‘memoria’ sobre sus predecesores, su propio recorrido histórico y las grandes definiciones que lo han caracterizado” 13. Estos movimientos, como veremos más adelante, son difusos, en ocasiones inconstantes, su documentación suele ser escasa, dispersa y, en algunos casos, deteriorada con el tiempo. Lo anterior dificulta el trabajo entre la memoria y la historia, la reconstrucción de sucesos, el análisis social, político y cultural de estos movimientos, lo que determina que gran cantidad de historiadores y, en general, investigadores de las Ciencias Sociales prefieran los registros orales antes de aventurarse en la búsqueda incierta de fuentes escritas que, como mencionamos anteriormente, suelen ser dispersas. 11 Estudiante de Licenciatura en Historia. Voluntario en el Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 12 GREZ, Sergio. “Historiografía, memoria y política. Observaciones para un debate”, en Cuadernos de Historia, Nº 24, 2005. 13 GARRETÓN, Manuel y MARTÍNEZ, Javier. El movimiento estudiantil: conceptos e historia. Santiago, Ed. Sur. 1985. P.6
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Los relatos orales son de suma importancia y, en cuanto los protagonistas de sucesos vivan, deben ser utilizadas, pero el problema se plantea en cuanto estos sujetos no nos pueden entregar sus testimonios o los acontecimientos no puedan ser descritos en plenitud. No obstante, no se puede negar la existencia de Archivos que puedan ser usados por los investigadores, pero estos, en su mayoría, son de carácter privado en donde sus dueños actúan como “albaceas” de estos verdaderos fondos documentales. Además, para un estudio acabado sobre la memoria del movimiento estudiantil aún podemos encontrar dirigentes y estudiantes de sucesos emblemáticos como la Reforma Universitaria del 68’, la federación de estudiantes durante la Unidad Popular, manifestaciones político-culturales de fines de los 70’ y de los 80’, la FECECh y la FECh durante la dictadura, el movimiento estudiantil durante la transición, entre otros tantos. El objetivo de este abordaje teórico no es reconstruir la historia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, ni tampoco hacer una apología de los movimientos estudiantiles, más bien, realizar una propuesta metodológica, por medio del campo académico de la memoria, para el estudio del movimiento estudiantil y particularmente, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, mediante sus permanencias y quiebres; su homogeneidad y su heterogeneidad; pero, principalmente, por medio de la historicidad e identidad que los universitarios han logrado a través del tiempo, especialmente, entre 1973 y 1990. Esta investigación se enmarca dentro del pasado reciente, el cual “no está hecho sólo de representaciones y discursos socialmente construidos y transmitidos, sino que, además, está alimentado de vivencias y recuerdos personales, rememorados en primera persona” 14 , en definitiva, de un pasado en constante actualización. Por memoria comprendemos aquella colectiva que, según nos define Maurice Holbawchs, presta atención en “los individuos que componen el grupo y a las memorias individuales cuya armonía supone la existencia de una memoria colectiva” 15, es decir, para el objeto que propone esta investigación, las memorias individuales de los estudiantes que fluyen tanto en el movimiento estudiantil como, más específicamente, en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Es necesario realizar un matiz a esta acepción propuesta por el autor, en cuanto el término ‘armonía’ no es apropiado para el estudio de los movimientos estudiantiles y de la FECH, en cuanto estos no son homogéneos bajo ningún punto de vista. La memoria colectiva de esta Federación se encuentra enmarcada en continuidades y rupturas relacionadas directamente con el contexto político y social nacional, en especial, en momentos de álgida crisis. Las omisiones, el olvido, lo ‘no-dicho’ y los errores son fundamentales para el análisis. Debemos entender que la memoria no se opone totalmente al olvido, Todorov señala que
14 FRANCO, Marina y LEVÍN, Florencia (comp.). Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Paidós, Buenos Aires, 2007. p.32. 15 LAVABRE, Maire-Claire. Maurice Halbwachs y la sociología de la memoria. En: Anne Pérotin-Dumon (dir). Historizar el pasado vivo en América Latina, www.etica.uahurtado.cl. P.7 16 TODOROV, Tzvetan, Los abusos de la memoria. Pidós, Barcelona, 2000. P.16
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los términos adecuados son supresión y conservación y que “la memoria es, en todo momento y necesariamente, una interacción de ambos” 16, el restablecimiento completo del pasado es imposible, debido a que la memoria es una selección. Respecto al no dicho es necesario comprender que “según las circunstancias, se da la emergencia de ciertos recuerdos, y el énfasis es puesto sobre uno u otro aspecto” 17. Sin embargo, Holbawchs nos es pertinente en cuanto es el primero en plantear a la memoria como colectiva señalando que esta se basa en criterios de selección y descripción 18 , utilizando como eje fundamental el lenguaje socialmente construido; afirma que esta memoria ayuda a la creación de identidad; y, además, propone marcos sociales a través de los cuales esta memoria debe actuar: tiempo y espacio19. La investigación del movimiento estudiantil en los diversos enfoques históricos y, en general, en sus variados sentidos disciplinarios nos plantea la necesidad de un estudio‘desde abajo’, es decir, no desde la institucionalidad, sino desde el sujeto mismo portador de una historicidad digna de ser relatada. La (re)construcción de memoria es apremiante en cuanto nos permite crear tejido social al interior de grupos que han perdido identidad producto de diversas políticas que institucionalizan y unifican la memoria nacional. Es el estudio de la historia oral, como expone Michael Pollak, el que “resaltó la importancia de minorías subterráneas que, como, parte integrante de las culturas minoritarias y dominadas, se oponen a la ‘memoria oficial’, en este caso a la memoria nacional” 20 . A lo anterior debemos agregar la función, no menos importante, que han cumplido una serie de archivos y centros de documentación al desempolvar viejos documentos ‘no oficiales’ en donde es posible reconstruir la historia desde abajo en épocas tales como la dictadura. En este sentido, si bien los relatos y testimonios orales fueron el puntapié inicial para reconocer a las ‘minorías subterráneas’, es el Archivo el que debe terminar de otorgar armonía a esta construcción de conocimiento en cuanto es el encargado de seguir descifrando la Historia que no se ha contado. El Archivo no debe ser comprendido como la institución oficial que custodia documentos, sino como todo ente capaz de almacenar, preservar y difundir documentos de distintos actores sociales en diferentes contextos históricos. Por movimientos estudiantiles comprenderemos “un concepto meramente abstracto, teórico, que sólo tiene valor para fines analíticos. Lo que existe en realidad son múltiples movimientos estudiantiles, plenos de peculiaridades y diferencias” 21 . Son las relaciones con el poder, la cultura y la sociedad las que determinan su carácter y dinamizan su estudio. Los rasgos fundamentales de estos movimientos están definidos, según José María Aranda Sánchez para el caso latinoamericano, por medio de las siguientes características: por la presencia significativa tanto en “el periodo de cambios político-sociales de finales de los sesenta, como en plena embestida del neoliberalismo en los ochenta, y ahora en que los países y gobiernos se replantean la política económica, y la sociedad civil a nivel mundial ha re-iniciado el camino por consolidar su participación” 22. Su accionar se relaciona con determinados ciclos de crisis y de protesta para lograr una mayor trascendencia; 17 POLLAK, Michael. Memoria, olvido y silencio. Al Margen, Argentina, 2006. p.24 18 RAMOS, Ramón. Maurice Halbwachs y la memoria colectiva. Revista Occidente nº100, Septiembre, 1989. P.67 19 Ibíd. P74 20 Op. Cit; POLLAK. P.18 21 Op. Cit; GARRETÓN Manuel y MARTÍNEZ, Javier. P.5 22 ARANDANA, José María. El Movimiento Estudiantil y la teoría de los movimientos sociales. Revista Convergencia nº 21, eneroAbril 2000. P.248
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como un actor central en las demandas por un cambio social; y con una “orientación política en la medida que cuestiona y demanda el uso de recursos y condiciones manejadas por el Estado, ya sean reivindicaciones gremiales o cambios sociopolíticos” 23 . En este sentido Gabriel Salazar nos señala que “no deben confundirse, con todo, los conceptos ‘juventud partidaria’ y ‘juventud estudiantil’, porque esta última actuó ‘gremialmente’ a través de la FECh y no bajo signos o banderías partidarias” 24. A lo anterior debemos agregar lo que describe Víctor Muñoz al establecer que las generaciones “no tienen un ritmo predeterminado con raíz en lo biológico, sino que la irrupción y cambio de generaciones depende de la vivencia sociohistórica y de la interpretación subjetiva de tal vivencia” 25 . Para el caso específico de la FECh es posible señalar que es el espacio de la Universidad la que permite, de cierto modo, la“conciencia social”de los estudiantes, tal y como nos relata Gabriel Salazar y Julio Pinto, entre “1906 y 1973 la Universidad fue, pues, el lucus institucional del protagonismo histórico de las juventudes chilenas (estuvieran o no matriculadas en ellas). Una trinchera legitimada y protegida por la majestad de la ciencia, pero impulsada a gritos por la vieja cuestión social” 26. Es este lanzamiento el que dará fuerza al movimiento, sin embargo, bajo ningún punto de vista debemos restringirlo sólo a la Universidad, ésta es una de las tantas aristas de un movimiento estudiantil. El marco temporal a abordar se encuadra en, la tercera etapa de los movimientos estudiantiles, lo que Fabio Moraga denomina crisis y confrontación con los sistemas políticos dictatoriales, que abarca desde 1970 a 1990. Este período se caracteriza por la derrota histórica de los movimientos estudiantiles que se replegaron “en sus demandas estratégicas y sus proyecciones hacia fuera de la universidad y se dedicaron a defender, sin mucho éxito, los embates del neoliberalismo en la estructura institucional y el financiamiento estatal, especialmente en la educación superior” 27, estas luchas estudiantiles defendieron el proyecto revolucionario planteado en décadas anteriores que consistía en “autonomía universitaria, gratuidad, educación pública y estatal, libertad de cátedra, etc” 28. Al interior de este periodo, crisis y confrontación con los sistemas políticos dictatoriales, para el caso de Chile podemos definir cuatro sub-etapas. La primera va desde el golpe de Estado de 1973 a 1977 con el nacimiento de la Agrupación Cultural Universitaria; la siguiente, de 1977 a 1983, año de la refundación de la FECH); una tercera, que va desde 1983 a 1986; y la última, de 1985 a 1990 con el retorno a la democracia. I.
1973-1977: el quiebre de la federación de Estudiantes de Chile.
El 11 de Septiembre de 1973, producto del golpe militar, Chile ve truncado su proyecto político socialista por vía democrática y, además, se frenan todos los movimientos políticos, sociales y culturales universitarios con alguna vinculación de izquierda. La Universidad de Chile, que hasta aquel entonces se caracterizaba por un fuerte rol intelectual, social y político a nivel nacional fue silenciada y apagada. En el ámbito político los dirigentes
23 Ídem 24 Salazar V., Gabriel y Pinto Julio. Historia contemporánea de Chile: Niñez y juventud. Santiago, LOM Eds. 2002. P.113 25MUÑOZ, Víctor. Juventud y política en chile. Hacia un enfoque generacional. Ultima década nº35, CIDPA Valparaíso, diciembre 2011. P.135 26 Op. Cit Salazar V., Gabriel y Pinto Julio. P.111 27 MORAGA, Fabio. Hacia un análisis global y comparativo de los movimientos estudiantiles latinoamericanos. Perspectivas de estudio, periodificaciones e intentos teórico-metodológicos. Congreso Internacional: “Ciencia y Tecnología”. Santiago, 2008. 28 Ídem
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fueron acallados y se les prohibió hacer cualquier acto político al interior de los diferentes Campus de la casa de estudios. Pero este silencio no fue tan sólo de los dirigentes, sino de los estudiantes de la universidad, en general, que por miedo a represalias no se manifestaban. Junto con las voces acalladas, los lugares que antes eran suyos, y donde realizaban actividades de diversa índole, fueron cerrados y prohibidos. Es en este periodo en el cual la memoria de la FECh pasa a la clandestinidad. Los rectores designados también imponían ciertos estatutos que se referían a la imposibilidad de realizar actividades extraprogramáticas. Al respecto, concebían la Universidad de Chile como un lugar hecho estrictamente para estudiar, siendo las únicas posibilidades de recreación, cultura y artes aquellas que canalizaran los diversos Centros de Alumnos, organismos que eran intervenidos y elegidos por el Gobierno Militar. Es así como el año 1976 se publica la “circular número 63” que establece, entre otras cosas: “1. Se reitera la prohibición más estricta de la edición, publicación, distribución o circulación de todo texto escrito [...] Los centros de alumnos que deseen editar folletos o revistas, deberán previamente contar con la aprobación del consejo superior estudiantil quien examinará el diagrama del contenido. 2. Se prohíbe estrictamente la celebración de reuniones de estudiantes, cualquiera sea la causa o motivo de ella, sin autorización expresa del decano [...] 3. Se prohíbe estrictamente el colocar carteles, letreros, distribuir panfletos, firmados o anónimos, que contengan alusiones a problemas universitarios, de política de gobierno o relacionados con cualquier punto, materia o dictamen [...]” 29 Esta es la fase inicial de nuestro estudio, en la cual se restringen las libertades políticas del estudiantado y, con ello, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, que hasta aquel entonces había cumplido un importante rol como un actor político en la escena nacional, se ve silenciada. En definitiva, con este quiebre, iniciaré mi estudio. El hito importante que dará un giro a esta situación lo marca la rearticulación política que nos planteará la Agrupación Cultural Universitaria en el año 1977, como veremos a continuación. II. 1977-1983: Del silencio a la rearticulación cultural y política, Agrupación Cultural Universitaria (ACU) La Universidad de Chile, en estos espacios restringidos por las diversas normativas del Gobierno Militar, ve nacer a la Agrupación Cultural Universitaria (ACU) en el año 1977 como respuesta y, a la vez, como una forma de rearticular políticamente al estudiantado. El surgimiento de la ACU no es espontáneo, sino derivado de la unión de diversas agrupaciones culturales que tenían espacio, con anterioridad, en la Universidad de Chile. Como antecedente inmediato de la formación de la ACU esta el primer festival del cantar universitario realizado por la AFU (Agrupación Folclórica Universitaria):
29 ILLANES, Claudio, vicerrector de Asuntos Estudiantiles. Instructivo respecto de reuniones, publicaciones y comunicación de estudiantes universitarios. “Circular número 63”. 7 de octubre de 1976 30 MONGE Diego; ISLA, José; TORO, Pablo. Los muchachos de antes: Historias de la FECH 1973-1988. Santiago, Editorial Universidad Alberto Hurtado, 2006. P 90
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“En la AFU se había producido una primera coordinación artística estudiantil interfacultades, especialmente bajo el impulso del grupo folclórico de la facultad de ingeniera, que convocó al festival, y del ballet folclórico Antumapu”. Tal fue el éxito de dicho festival, que de inmediato se empezó a formar una organización que tuviera continuidad en el tiempo” . Los estudiantes que dan vida a la ACU “son sujetos que en un contexto de miedo y represión, mantuvieron las esperanzas de recuperar una vida perdida, un pasado prohibido que, siendo muy jóvenes, adolecentes y niños, alcanzaron a conocer y a identificarse con él”31 . Son jóvenes que, quizás teniendo una corta edad, lograban comprender lo que sucedía, pero no consiguieron reflejarlo hasta ser universitarios. Es posible que los recuerdos de los acontecimientos acaecidos en aquella época hayan sido recepcionados por medio del traspaso generacional de la memoria y por las pequeñas reminiscencias de infancia o, tal como define Tzvetan Todorov, de imágenes que posee del pasado, el “yo presente es una escena en la cual intervienen como personajes activos un yo arcaico, apenas consciente, formado en la primera infancia, y un yo reflexivo, imagen de la imagen que los demás tienen de nosotros” 32 Las actividades que realizaran estos estudiantes en muy escasas ocasiones se reflejan en discursos directos en contra del régimen militar, sino que se realizaban por medio de metáforas y/o eufemismos, donde además se utilizó una forma propia y particular de enfrentar la realidad. De esto existen registros documentales como revistas, actos de seminarios, panfletos, entre otros. Un punto importante de discordia en torno a la memoria, que dará inicio a la segunda etapa de nuestro estudio, es lo que se recuerda de la FECh, es decir, las batallas de memoria entre los años 1980-1983 entre la Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECECh) y el alumnado que buscaba la refundación de la FECh de manera democrática. El periódico ‘Dadis Revinu’, perteneciente a la FECECh, señala en su segundo número, en un artículo denominado La FECH no volverá, lo siguiente: “LA FECH NO VOLVERÁ Qué era la FECH Era una agrupación de los estudiantes de la Universidad de Chile organizada y dirigida por los partidos políticos para obtener organizaciones estudiantiles en su “tienda”. Es fácil recordar que un ex-presidente de la república se jactaba en su campaña antes de las elecciones “de controlar la mayoría de las organizaciones estudiantiles”. El triunfo de la FECH era importante por varias razones 1. Porque los beneficios de la organización eran sólo para los militantes del partido. 2. Por ser la “U” la universidad más grande e importante del país, era un triunfo político importante [...] 4. Permitía preparar los futuros dirigentes y “cuadros” profesionales del partido [...]
31 MUÑOZ, Víctor. ACU rescatando el asombro. Santiago, Editorial Libros La calabaza del Diablo, 2006, p.21 32 Op. Cit; TODOROV, Tzvetan. P.26 33 Periódico Dadis Revinu, año 1, nº 2, 1983.
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En este clima no era difícil ver a la Universidad parada por semanas o meses con motivo de “la guerra de Vietnam”, apoyando o rechazando contingencias extrauniversitarias y generando caos y destrucción tanto al interior de la “U” como fuera de ella y permitiendo bajo el alero de la FECH, la formación de grupos paramilitares de tan triste incidencia por la escuela del terrorismo y muerte que generaron tanto en la “U” como en el país, ejemplos “Espartacos, MIR, FER, P. Comunista Revolucionario, etc.”.” .33 La Agrupación Cultural Universitaria, por otra parte, no frecuentaba hablar directamente de una refundación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, pero defendía decididamente la propuesta de sustituir a la FECECh por un sistema de elecciones parecido al de antaño mucho más inclusivo y democrático, lo que se ve reflejado en la revista “La Ciruela” que señala: “Es evidente que Fecech camina con pasos agigantados hacia su desaparición. No fue capaz de satisfacer las aspiraciones de participación de los estudiantes, de defender sus intereses, de interpretar sus demandas. Nunca fue la organización estudiantil, sino un brazo de las autoridades que involucró a algunos estudiantes. Estas son las razones por las que Fecech se viene abajo [...] Corresponde ahora, levantar la verdadera organización estudiantil”34. Son estas proclamas las que plantean la imperiosa necesidad de una rearticulación política al interior de la Universidad de Chile, ligado a la unión y el sentimiento de pertenencia de los estudiantes con FECH, ya que entre los elementos constitutivos de la memoria se encuentran los ‘vividos indirectamente’ que se caracterizan por ser “acontecimientos vividos por un grupo o por la colectividad a la cual la persona se siente pertenecer” 35. La necesidad por abrir mayores espacios democráticos, por parte de los estudiantes, plantea el establecimiento de otras organizaciones que canalicen estas instituciones, esta vez no sólo desde una óptica más cultural, sino desde una visión más, directamente, política al interior de la Universidad de Chile. Lo anterior, sumado a que la dictadura militar vuelve a reprimir con fuerza la vida universitaria con el Decreto con Fuerza de Ley n°1 del 30 de diciembre de 1980, que dictaminó la eliminación de todo acto político: “Art. 6: La autonomía y la libertad academica no autoriza a las universidades para amparar ni fomentar acciones o conductas incompatibles con el orden jurídico, ni para permitir actividades orientadas a propagar, directa o indirectamente, tendencia político partidista alguna”. “Art. 7: Los recintos y lugares que ocupen las universidades en la realización de sus funciones no podrán ser destinados ni utilizados para actos tendientes a propagar o ejecutar actividades perturbadoras para las labores universitarias [...]” 36 .
34 “La Ciruela” revista número 7 ½. 35 Op. Cit; POLLAK. P. 34 36 Decreto con fuerza de ley nº 1 de 30 de diciembre de 1980, Ministerio de educación pública fija normas sobre universidades 37 BRODSKY, Ricardo, Conversaciones con la FECH, Santiago, Ediciones Chile y América cesoc, p.49.
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III. 1983-1985: Refundación y consolidación de la FECH en dictadura. El alumnado universitario de tendencias de izquierda, posterior a 1978, decide no influir directamente en esta federación de estudiantes, ya que esta se encontraba intervenida por el régimen militar a través de la FECECH. Estos estudiantes deciden guiar su eje de acción mediante los delegados de curso de cada carrera, ya que “la participación efectiva a nivel de los cursos permitió la posibilidad de generar interlocutores estudiantiles democráticos” 37. Posteriormente, a partir de 1983, un conjunto de organizaciones y partidos políticos se plantearon como objetivo la refundación de la FECh. En aquel año se incrementaron los centros de alumnos democratizados a través de votaciones“los que conformaron la “Coordinadora de Centros de Alumnos Democráticos” [...] donde la mayoría de las facultades se pronunció por el método universal y directo de elección” 38. Finalmente, en el año 1984, se realizan elecciones independientes a la FECECH, cuyo fin es el retorno de la democracia interna. En noviembre de aquel año el resultado fue el siguiente: “1. El carácter absolutamente democrático del proceso que culminó con la elección de Directiva y Consejo de Vocales de a Federación; 2. El nivel de participación del alumnado, que en la Universidad de Chile superó el 70.; y en el universo total superó el 65%; 3. La participación en igualdad de condiciones de todos los sectores del movimiento estudiantil, incluyendo su participación en el Tribunal Calificador de Elecciones; y 4. Lo establecido en el estatuto de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, aprobado por la mayoría absoluta de los estudiantes [...]” 39 . En este mismo documento, en que se da cuenta de la exitosa refundación democrática de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, se exige a las autoridades universitarias de la época que reconozca a dicha federación en los siguientes aspectos: “1. El reconocimiento expreso de Rectoría a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) como organización única y representativa de los estudiantes, lo que implica la derogación del decreto de libre asociación dictado a mediados de este año; 2. En base a lo anterior, la entrega a la FECH del local de la organización estudiantil (Santa Lucía 240) y del financiamiento necesario para la administración de la Federación y sus Centros de Alumnos y de las actividades de la Federación debe implementar, el que se estima en 8.000.000 anuales; y 3. El reconocimiento expreso de Rectoría en cuanto a que el destino de la Universidad de Chile radica soberanamente en los miembros de la comunidad universitaria [...] 40 .
38 Muñoz, Víctor. http://www.facso.uchile.cl/pregrado/2011/1_sem/programas/socio/soc_juvenil.pdf <revisado el 26 de noviembre del 2011> P.103. 39 Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, 5 de noviembre de 1984, Santiago, P.2. Archivo y Centro de Documentación FECh 4o Ibídem. P.3
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Sin embargo, esta refundación y posterior consolidación de la FECH en sus inicios no estuvo exenta de problemas, por el contrario, durante el mismo mes las autoridades militares prohíben cualquier elección estudiantil al interior de todas las universidades del país. Frente a lo anterior la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile declara: “1. Rechazamos terminantemente la prohibición de realizar elecciones para elegir democráticamente a los dirigentes estudiantiles. Los estudiantes, como todos los chilenos, hemos vivido durante más de una década privados de hasta los más elementales derechos como ciudadanos; las elecciones democráticas de los Centros de Alumnos ha sido una conquista que pertenece a todos los estudiantes, y es un derecho al cual jamás renunciaremos voluntariamente. 2.- Llamamos a todos los estudiantes de los Centros de Alumnos que deben realizar elecciones en este período a no dejarse amedrentar y a dar un nuevo testimonio de conciencia y de responsabilidad cívica, ante este nuevo intento de atropellar nuestros derechos. Instamos a los estudiantes a que participen masivamente en las elecciones reafirmando con ello su decisión de ser hombres y mujeres libres [...]” 41. De este modo, podemos observar como los estudiantes se aferran cada vez más a la idea de terminar con la intervención militar en la universidad y a la necesidad de democratizar sus espacios. Los integrantes de ACU y, con mayor razón, los estudiantes de la refundación de la FECH vivieron a muy corta edad el golpe militar y su vida, en parte, estuvo guiada en torno a sucesos de la dictadura que los fueron marcando, directa o indirectamente, hasta la llegada a la Universidad en donde plantearon el rearme de espacios políticos, que con anterioridad, habían sido desarticulados. Debemos comprender que “es perfectamente posible que, por medio de la sociabilización política, o de la sociabilización histórica, ocurra un fenómeno de proyección o de identificación con determinado pasado” 42 hablando, así, de una‘memoria casi heredada’que actúa como articuladora de reivindicaciones posteriores. Es así que tenemos el caso de Gonzalo Rovira, vicepresidente de la FECH, que señala: “Creo que pudo influir más la actitud de ellos ante la vida, la actitud que tomaron ante la decisión de salir del país, la decisión para sobrevivir. Mis padres estaban siendo buscados y ellos se negaban a abandonar el país, hasta que la salida fue una cosa irremediable, momento en el cual, si mal no recuerdo, vi por primera y única vez en mi vida llorar a mi madre” 43. Es importante destacar que la rearticulación política de la fase anterior permite una consciencia respecto a la realidad país y una organización de ésta mediante la Federación. A través de diversas instancias como manifestaciones, charlas, trabajos voluntarios, entre otros se intentará dar inicio a una democratización de los espacios internos propiciando mayor
41 Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. frente a la prohibición expresa decretada por las autoridades militares de realizar elecciones estudiantiles en diversas universidades del país, y ante el hecho que en la universidad de chile corresponde renovar las directivas de varios centros de alumnos, la FECh declara. 19 de noviembre de 1984. Archivo y Centro de Documentación FECh 42 Op Cit; POLLAK. P.34 43 Op. Cite. BRODSKY, Ricardo. P.84 44 En extenso en el capítulo del libro denominado “Asociación y resistencia en defensa de los Derechos Humanos: Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile durante la Dictadura Militar, 1984-1987”. 45 Carta de la FECH a los trabajadores portuarios en huelga. 13 de noviembre de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación FECh
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participación. Las expresiones anteriores se dan en conjunto con sindicatos y organizaciones en defensa de los Derechos Humanos, como deja en evidencia la extensa documentación existente en el interior del Archivo y Centro de Documentación FECH44 . Es así como podemos mencionar distintas manifestaciones de apoyo a huelga de distintos sectores sindicales como por ejemplo a los trabajadores portuarios en 1985: “Les hacemos llegar la presente carta con el objeto de manifestarles nuestra solidaridad y admiración por el Movimiento Huelguístico que exitosa y unitariamente están llevando a cabo para defender sus derechos laborales y obtener salarios dignos” 45. Esta experiencia vivida por dirigentes de la época, como Yerko Ljubitic o Gonzalo Rovira, en la actualidad es posible verlas canalizadas de tal forma que puedan ser o servir como un modelo para futuras generaciones de estudiantes. En este sentido, su memoria sobre los hechos acontecidos hace casi treinta años calzaría en la categoría de memoria ejemplar que nos propone el autor Todorov46 . Lo anterior se ve reflejado en lo siguiente relato: “Me gusta recordar y compartir con los dirigentes actuales [...] porque me gusta demostrarles a los dirigentes de ahora – que a veces se deprimen cuando hay momentos difíciles, de reflujo – que para nosotros las cosas fueron muy difíciles y no como algunos pueden creer, que envidian la capacidad de convocatoria que tuvimos cuando estuvimos en la FECH” 47 Esta fase, en general, se caracteriza por una disputa política entre los grupos abanderados por la dictadura y una izquierda que actuaba en bloque con el fin de unir fuerzas. Estos jóvenes de izquierda, del mismo modo, al intentar trabajar en conjunto sufrieron una serie de conflictos tanto en planteamientos de carácter ideológico como práctico. El empoderamiento de los Centros de Alumnos sobre temas de contingencia nacional fue fundamental, como señala Yerko Ljubetic en el acto de constitución de la FECH: “La FECH es el fruto de aquellas escuelas que lograron democratizar sus CCAA pese a las sanciones de todo tipo. Es la victoria de todos los CCAA que coordinaron sus esfuerzos y dieron vida al consejo de presidentes, expresión orgánica que tuvo a su cargo la conducción de la etapa final del camino a la FECH” 48 En definitiva, este periodo es importante, para un análisis por medio del campo académico de la memoria, en cuanto plantea una unidad, pero al mismo tiempo un quiebre ya sea internamente entre tendencias de izquierda o entre éstas y los estudiantes que apoyaban la dictadura, resaltando, por sobre todo, la refundación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, actor fundamental en las posteriores luchas reivindicativas por la democracia y los Derechos Humanos. Además, el estudio actual permitiría establecer el carácter que la memoria adopta en los dirigentes y en los estudiantes de aquella época, es
45 Tzvetan Todorov la define como aquella en que como sujeto “sin negar la propia singularidad del suceso, decido utilizarlo, una vez recuperado, como manifestación entre otras de una categoría más general, y me sirvo de él como modelo para comprender situaciones nuevas, con agentes diferentes”. Op. Cit. TODOROV, Tzvetan. P.31 47 Op. Cit; BRODSKY P.46 48 AGURTO, Irene; DE LA MAZA, Gonzalo, CANALES, Manuel. Del casino a la calle, de la calle a la federación. En Juventud chilena: razones y subversiones. Ed. ECO, Santiago, 1985. P.159 49 HUNNEUS, Carlos. Los chilenos y la política. CERC – ICHEH. Santiago de Chile, 1987, p. 114.
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decir, ejemplar o literal según los términos utilizados por Tzvetan Todorov. Esta etapa ve su fin en instancias en que el país vive uno de los momentos de mayor represión. IV. 1985-1990: Represión y búsqueda de la democracia. Este último periodo es uno de los de mayor crudeza y, al mismo tiempo, en el cual se pacta el retorno a la democracia entre partidos políticos de distintas tendencias. Los movimientos sociales ven durante esta etapa un auge notorio, pero todas estas alzas disminuyen notoriamente una vez que se negocia el fin de la dictadura de Augusto Pinochet. Durante 1985 se llevó a cabo el Acuerdo Nacional, que sentó las bases para lo que sería la salida pactada de la Dictadura, pero el año 1986 este pacto fracaso por diversas razones. Este año también significó, para el movimiento estudiantil, un apoyo de un 5,4 de un total de 7, solo por debajo de instituciones como la Iglesia y la Vicaria de la Solidaridad 49 . Para Marcela Campos, estudiante durante la dictadura, el periodo de 1985-1986 significo, al interior de la Universidad de Chile, uno de los periodos de mayor dureza durante el régimen, en el que describe que: “[...] No salíamos de una para entrar de otra, salimos del funeral de Patricio Manzano y esa mañana detienen a Gonzalo [Rovira], luego mataron a los hermanos Vergara, y después degollan a los tres profesionales [...]” 50. Ricardo Brodsky en una carta dirigida a los estudiantes51 en 985, en la cual se escusa de su nula participación al interior de la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile, producto de la persecución que él y Gonzalo Rovira han sido víctimas, señala lo siguiente: “En el marco de la situación actual del pais, defender a la FECH no es una tarea sencilla. Sé con qué angustia muchos de ustedes estarán viviendo los momentos actuales. El reciente asesinato, cobarde y alevoso, de Manuel Guerrero, José Parada y Santiago Nattino (y no olvidemos que Manuel Guerrero tenía hasta hace poco una orden de detención del M. del Interior, que había sido anulada) muestran que la locura y el odio siguen siendo las grandes realidades que describen nuestra tragedia. Pienso, sin embargo, que no debemos dejarnos arrastrar por la desesperación” 52. Con respecto a la detención del dirigente y Vicepresidente de la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile, Gonzalo Rovira, encontramos la siguiente declaración de la Federación que relata que: “Alrededor de las 12:30 Hrs- del día de ayer fue, detenido frente al local del Centro de Estudiantes de Ingeniería, por personal de Investigaciones, el Vicepresidente de la FECH, Gonzalo Rovira, quien actualmente se encuentra en las dependencias de Investigaciones y se espera la determinación oficial del Ministerio del Interior. El hecho se produjo mientras los estudiantes se dirigían a los funerales de Patricio Manzano [...]” 53.
50 MOLINA Fernando, CISTERNAS Leonardo. Una aproximación, desde la documentación chilena, a las relaciones bilaterales entre las federaciones de estudiantes de Argentina y la federación de estudiantes de la Universidad de Chile en la Dictadura Militar de Pinochet. Santiago, 1983-19861. Ponencia XI Seminario Argentino Chileno y V Seminario Cono Sur de Ciencias Sociales y Relaciones Internacionales. Centro de estudios Trasandinos y Latinoamericanos. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, 2012. 51 Revisar anexo I. 52 Carta de Ricardo Brodsky a los estudiantes de la Universidad de Chile. 1 de abril de 1985, Santiago. C31 C2 53 Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Detenido Vicepresidente de la FECH. 12 de febrero de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación FECh
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En este sentido es interesante realizar un análisis de los diversos acontecimientos, en especial, ahora que los hechos comenzaron a ser difundidos y existen causas judiciales abiertas. El Colectivo Patricio Manzano, creado el año 2011, actualmente es partícipe de una serie de conmemoraciones respecto de la muerte del voluntario Patricio Manzano en los trabajos voluntarios de 1985 organizados por la FECH. Dicha agrupación se ha puesto como uno de sus objetivos el esclarecimiento judicial y una serie de conmemoraciones sobre los hechos acaecidos en dicha actividad en el verano de 1985. El año 1987 el régimen vio “la necesidad de poner un rector que dejará hacer los cambios necesarios para la Universidad” 54, de esta manera nombro a José Luis Federici para la racionalización universitaria, lo que provocó la molestia de todos los estamentos. Jaime Andrade señala que “se va gestando así una plataforma común de todos los estamentos en que el primer insalvable punto es la renuncia de Federici; se consolida la posición de una comunidad universitaria, que muestra el poder y desarrollo acumulado en todos estos años de reconstrucción” 55, finalmente afirma que los universitarios esta vez logran articularse y resistir, lo que los diferencia a lo ocurrido en 1973 y en 1981. El plebiscito de 1989 y la democracia pactada de 1990 plantearán nuevos objetivos al movimiento estudiantil de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en cuanto ésta será centro de disputa entre los distintos partidos políticos y, nuevos desafíos, en tanto necesita, apremiantemente, consolidarse como un actor social y político relevante en la escena nacional. En definitiva, el estudio de la FECH durante este periodo, al igual que en los anteriores, es un análisis de las batallas por la memoria, del cómo y el qué se dice de los acontecimientos. Esta etapa se caracterizará por un enfrentamiento directo y constante con las autoridades universitarias, del mismo modo, en discusiones internas entre los estudiantes y sus intereses políticos. Existen una serie de acontecimientos que pueden ser estudiados mediante el marco teórico que nos entregan estudiosos de la memoria siendo los casos más resaltantes la detención de Gonzalo Rovira y la muerte del voluntario Patricio Manzano. Ambos dentro de un espaciotiempo determinado y con omisiones, silencios y abusos. Es importante, del mismo modo, realizar el contraste con lo dicho y escrito por los medios oficiales enriqueciendo, de este modo, la investigación. Finalmente, comprender que estos sucesos, actualmente, son construidos a través del presente y de los hechos que siguieron acaeciendo durante la dictadura, de ahí la complejidad de un estudio de un pasado reciente y mediante los conceptos de la memoria.
54 MARCHANT, Pedro. Movimiento Estudiantil Universitario en Chile, 1982- 1988: De la organización a la fragmentación. La experiencia de militantes de las Juventudes Comunistas de Chile. Informe Final de Seminario de Grado para optar al grado de Licenciado en Historia, Universidad de Chile, Santiago, 2006. P.69 55 Op. Cit; BRODSKY
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Conclusiones La fragmentación del movimiento estudiantil nos plantea la dificultad en cuanto a que fuentes utilizar, pero al mismo tiempo, la riqueza del estudio a través del campo académico de la memoria. Las tres etapas, anteriormente identificadas, nos permiten hacernos un panorama general de cómo estudiar a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile durante la dictadura. Una primera etapa ligada a una rearticulación por medio de la cultura de un movimiento político; la siguiente caracterizada por la consolidación del movimiento que se venía planteando en décadas anteriores; y, finalmente, una época donde el principal norte fue la búsqueda de un país y una universidad más democrática. Dichas etapas no creemos que sean rígidas como, en ocasiones, pueda parecer en el estudio, más bien pretenden servir de base para posteriores determinaciones temporales en análisis más acabados respecto al tema. La importancia de las etapas, más allá de ser un marco temporal, radica en cómo los hechos confluyen y como ciertos actores se van asociando entre ellos y con otros sujetos. Para un estudio teórico acabado del campo de la memoria de los movimientos estudiantiles o de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile es necesario llevar a la práctica los conceptos a través de registros orales y fuentes escritas. La conformación de un Archivo y Centro de Documentación FECH se encuentra dentro de esta misma lógica: la de ser un espacio de permanente construcción, resguardo, difusión y de posibles investigaciones en torno a la identidad y la memoria del movimiento estudiantil chileno, en donde existan fondos documentales que permitan analizar y (re)descubrir la historia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 56. La instauración de la democracia, al contrario de lo que se podría pensar, no significo un alza para este movimiento estudiantil. El año 1993, después de una serie de conflictos, no existió quórum suficiente para la elección del futuro presidente con lo que, durante un año, la federación quedo acéfala. La memoria en torno a este actor social parece, aún en ese entonces, muy débil, la historicidad e identidad de la FECH no se logró articular, la democracia, al igual que en otras agrupaciones, provocó una disminución importante en la intensidad en sus intereses. Creo que es fundamental, en definitiva, otorgar relevancia a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile como un sujeto histórico en constante interacción con los problemas sociales que afectan a Chile, tal y como fue comprendido en algún momento en 1986, con motivo del Paro Nacional Estudiantil 57: “Nuevamente la FECH se constituyo como en 1906 con su creación; como en 1931 como impulsora del Paro que concluyó con la Dictadura de Ibáñez; como en 1954 cuando se crea la C.U.T.; como en 1968 con la reforma Universitaria, nuevamente la FECH se contituyo, deciamos en motor, líder y base del proceso de caminos que nuestro País desea y anhela y que se sintetiza en una palabra: DEMOCRACIA PARA CHILE” 58.
56 Página oficial del Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile fundado el año 2008 gracias a la iniciativa de estudiantes de la misma casa de estudios y provenientes de distintas carreras con la misión de resguardar el patrimonio documental de esta Federación. Ubicado actualmente en dependencias de la FECH, Periodista José Carrasco Tapia N°9, Santiago de Chile.<<www.archivofech.cl/mision-y-objetivos/>> [revisado el 16 de septiembre del 2012] 57 Revisar anexo II. 58 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a los Estudiantes. 17 de Mayo de 1986, P.6
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Actualmente vemos como la memoria en torno a lo acaecido durante la dictadura militar en la Universidad de Chile sale a la luz. Lo que se ve reflejado en dos movimientos actuales y de relativo rol activo, ambos pudiendo ser examinados por medio de los postulados de Todorov. El primero es la (re)agrupación, por parte de sus integrantes, de la ACU con el fin de conmemorar sus aniversarios e hitos fundamentales. A esta agrupación, en el marco de un circuito de conmemoración histórica de la FECH59 en el 2012, se le preguntó si podían hacer una comparación entre las manifestaciones de su época y las que se vivían actualmente y su respuesta fue negativa argumentando que ellos no son quien para hacer paralelos y que ambos procesos tampoco son asimilables totalmente. La Agrupación Cultural Universitaria actual, en definitiva, la podríamos agrupar en la memoria literal 60 que nos plantea el autor. Por el contrario, el colectivo Patricio Manzano, creado hace un par de años, debe su origen a la necesidad de conmemorar al compañero fallecido en los trabajos voluntarios del 85’ y se plantean el objetivo, a partir de su experiencia, de aportar al presente. Lo anterior, se ve reflejado en su participación en marchas y en charlas, a los jóvenes que participaron durante el 2012 en los trabajos voluntarios, con el fin de demostrarles el sentido de este voluntariado. Este colectivo pertenecería a lo que Todorov denomina memoria ejemplar o lo que Henry Rousso denominaría ‘generación moral’ 61. En conclusión, uno de los puntos más rescatables, de esta aproximación desde un poco de vista teórico, es el abanico inmenso de oportunidades que nos entrega la Federación de estudiantes universitarios más antigua del país para su estudio a partir tanto en sus fuentes escritas como en sus registros orales. A futuro debería plantearse la necesidad de realizar una investigación sistemática y acabada de los movimientos estudiantiles chilenos con el fin de encontrar y analizar directrices comunes para su análisis. Por último, es necesario que este bordaje teórico de la memoria colectiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile no se restringa tan sólo a las fechas mencionadas, 1973 a 1990, sino también se analicen etapas anteriores y posteriores con el fin de lograr una panorámica general de la FECH durante sus más de cien años de vida.
59 Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Identidad y Memoria: Circuito de Conmemoración Histórica del Movimiento Estudiantil de la Universidad de Chile. Santiago, LOM Ediciones, 2012. 60 El suceso es preservado en su literalidad “permaneciendo intransitivo y no conduciendo más allá de sí mismo”. Op Cit. TODOROV, Tzvetan. P. 30 61 ROUSSO, Henry. El duelo es imposible y necesario. Entrevista por Claudia Feld, revista Puentes, año 1, número 2, diciembre. P. 35
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USO DE FUENTES PRIMARIAS EN EDUCACIÓN MEDIA: UNA FORMA DE ABORDAR LA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS DESDE NUESTRA HISTORIA RECIENTE.
Natalia Toledo
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La educación en Derechos Humanos se convierte en un vigilante del recuerdo para que nunca más se repitan sucesos tan deleznables y terribles como los vividos. Su rol no es ni de control ni de censura, sino que de acogida, de hacer del aprendizaje de la memoria histórica un acontecimiento ético existencial, un acto de apertura hacia la historia de los ‘Otros/Otras’ en sus penas y sufrimientos 63. El currículum oficial chileno actual, que tiene un carácter obligatorio para todo el sistema educacional nacional, se ha realizado en base lo que denominamos la historia oficial de Chile, esa que se fundamenta en los manuales de historia de Francisco Antonio Encina, Leopoldo Castedo, Diego Barros Arana y últimamente de Francisco Frías Valenzuela y Sergio Villalobos. Es una historia que obvia a los vencidos, las particularidades regionales y la diversidad cultural y política de la Nación. En este contexto, sin duda, uno de los contenidos más difíciles de abordar en aula es la sub unidad: Régimen Militar y transición a la democracia64 y la consiguiente educación en derechos humanos desde la disciplina histórica, establecido según los planes y programas de Mineduc (1999), para ser estudiado durante las últimas semanas del año lectivo de Segundo medio. En el presente ensayo, intentamos presentar al docente una forma para que, desde el uso de fuentes primarias contenidas en archivos particulares65 , logren cumplir con la tarea de hacer que sus estudiantes comprendan el valor del resguardo de los derechos humanos desde el estudio de su violación durante la Dictadura.
62 Estudiante de Licenciatura en Historia de la Universidad de Chile y voluntaria del Archivo FECh. 63 Magendzo, A. (2004). Alteridad y diversidad: componentes fundantes de la educación en Derechos Humanos. En A. Magendzo (ed.). De miradas y mensajes a la educación en Derechos Humanos. Santiago, Chile: Editorial LOM. pp. 73-91. 64 En: MINEDUC, Historia y Ciencias Sociales Programa de Estudio, Segundo Año Medio, Formación General Educación Media, Santiago 2004. 123 paginas 65 Es decir que no cuentan con una relación de dependencia directa del Estado de Chile. Todos los ejemplos citados, corresponden a archivos que se encuentran custodiados y administrados por organizaciones no gubernamentales o, en el caso del Archivo FECh, por una organización estudiantil sin personalidad jurídica.
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El docente se ve enfrentado a enseñar a sus alumnos un proceso histórico en desarrollo, pues según lo señala el mismo Currículum del Ministerio de Educación, es durante el Régimen Militar donde se sientan las bases de una política económica de corte Neoliberal, en donde el Estado pierde participación en la industria nacional y la consecuente liberalización de los mercados que marcan el devenir del Chile de hoy. El Ministerio de Educación advierte en sus planes y programas: Dada la cercanía temporal de estos procesos, y el drama humano implicado, es especialmente importante la conducción de los docentes; resulta clave que los jóvenes conozcan lo ocurrido de un modo amplio, identificando las distintas visiones en juego, a la vez que puedan reflexionar sobre ello, en un marco de valoración de la democracia y de respeto a los Derechos Humanos, en estrecha relación con los Objetivos Fundamentales Transversales definidos en el marco curricular 66. A pesar de esta dificultad, y de las restricciones que pudiesen provenir de los modelos educativos de una escuela, corporación o liceo, es imperativo que el docente desde un punto de vista ético-valórico, aborde la educación en Derechos Humanos y de la Vocación Democrática de una República. Vincular ambos elementos con la historia reciente permite a los estudiantes comprender cómo los procesos desarrollados a través del tiempo dan forma al presente, facilitan la comprensión de la realidad que les toca vivenciar y entrega una mirada de futuro más esperanzadora67. La dificultad del análisis del Gobierno Militar, no está dado necesariamente por su proximidad al momento presente, sino por la profundidad de los procesos sociales traumáticos68 que allí se produjeron. Es imposible que hoy la sociedad chilena permanezca indiferente al Terrorismo de Estado, a la intolerancia a la diversidad política e ideológica, a la tortura, entre otras formas de violaciones de los Derechos Humanos perpetradas entre 1973 y 1989. Los acontecimientos de este pasado próximo generaron un trauma social que se traduce en incomodidades para unos y en otros la exaltación de las pasiones. Aún está fresca en la memoria de nuestra sociedad el recuerdo del Golpe de Estado y la Dictadura de Pinochet, por eso el docente se ve enfrentado a un importante desafío, dar cuenta de un tiempo histórico que aún genera controversias, pues la Historia, no ha logrado aún destruir los recuerdos que los hombres y mujeres tienen sobre lo que han vivido.
66 MINEDUC, Historia y Ciencias Sociales Programa de Estudio, Segundo Año Medio, Formación General Educación Media, Santiago 2004. Pagina 69-70. 67 Magendzo y Toledo. Educación en Derechos Humanos: Currículum Historia y Ciencias Sociales del 2º año de Enseñanza media. Sub unidad ·régimen Militar y transición a la Democracia. En: Estudios Pedagógicos XXXV, Nº 1: 144, 2009 68 Figueroa e Iñigo. Reflexiones para una definición de Historia Reciente. En: López, Figueroa y Rajland (Comp). Temas y procesos de la Historia Reciente en América Latina.Ed. Arcis Santiago 2010. pág. 14
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La incorporación en el currículum de los Derechos Humanos se establece como un eje fundamental para la formación ciudadana de los jóvenes y permite relacionar el mundo de la escuela con su contexto histórico-políticosocial y con lo cotidiano de cada estudiante. Por su parte, vincular la educación en Derechos Humanos con la historia reciente permite a los estudiantes comprender cómo los procesos desarrollados a través del tiempo dan forma al presente, facilitan la comprensión de la realidad que les toca vivenciar y entrega una mirada de futuro más esperanzadora 69. Durante los últimos años numerosas organizaciones70 relacionadas con Derechos Humanos se han propuesto abrir al público en general bibliotecas, museos o archivos, con el fin de aportar a la reconciliación nacional y contribuir, mediante la exposición del recuerdo vivo de la violación de los derechos humanos durante la Dictadura a una educación social para el “Nunca Más”. Estas organizaciones, con grandes esfuerzos han logrado hacerse cargo de inmuebles que durante la Dictadura fueron utilizados como Centro de Detención y Tortura, y a su vez de resguardar numerosos objetos, testimonios y, en particular, de documentación que da cuenta de la situación política y social del país durante esos años. En ellos se reflejan los esfuerzos realizados por familiares u otras organizaciones por evitar las detenciones arbitrarias o para dar cuenta de la desaparición de algún compañero, etc., así como también se pueden encontrar testimonios (en escrito y audio) de aquellos hombres y mujeres que fueron detenidos y/o torturados. Gracias a estas iniciativas el docente tiene nuevas herramientas de acercamiento a esta sub unidad. Una de las actividades recomendadas por Mineduc para abordar esta sub unidad es: Analizar los efectos personales y sociales involucrados en la transgresión a los derechos humanos durante el gobierno militar 71. Esta puede lograrse mediante el acercamiento del alumno a fuentes documentales resguardadas por las instituciones a la que hago mención anteriormente. Si coincidimos en entender la Dictadura Militar como un proceso histórico en desarrollo del que se ha constituido un relato mediante la sumatoria de memorias colectivas e individuales que recuerdan estos acontecimientos traumáticos, y de la que aún la comunidad académica no ha logrado generar una Historia oficial, no hay “cuento” que pueda contar el profesor en el aula que tenga mayor valor que lo que sus alumnos han oído de sus padres, de la televisión o en internet. En este contexto cito a Diana Veneros y a María Isabel Toledo, quienes en su trabajo Del uso pedagógico de lugares de memoria: visita de estudiantes de educación media al parque por la Paz Villa Grimaldi, señalan: La falta de un trabajo regular de memoria ha determinado, a su vez, que la mayoría de los jóvenes sólo reciba
69 Magendzo y Toledo. Op. Cit. Pág. 144 70 Entre ellas encontramos: Parque por la Paz Villa Grimaldi (2006), Colectivo Londres 38, Agrupación de Derechos Humanos, Fundación Víctor Jara, Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, Archivo FECh. 71 MINEDUC, Op. Cit. Pág. 82
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las narraciones mitificadas que sus ascendientes han construido, siendo entonces receptores de una sola versión de lo acontecido –la de las víctimas o la de los victimarios. Si a ello se agrega que en la cultura occidental la transmisión intergeneracional se interrumpe en la tercera generación, se torna evidente que la transmisión de la memoria-testimonio de lo acontecido con posterioridad al 11 de septiembre de 1973 se encuentra en riesgo de desaparecer al momento, ya iniciado, en que sus portadores comienzan a morir- 72. La dificultad aquí se convierte en una oportunidad, ya que le permite al profesor plantear a sus alumnos el debate en torno a las formas y medios por las que se legitiman los modos y medios para asegurar un buen relato histórico y, de este modo, acercarlos al uso de fuentes en la construcción un relato propio en torno hechos sucedidos durante el Gobierno Militar bajo las normas y métodos de legitimación que la comunidad científica impone para estos casos. Es aquí donde se enmarca nuestra propuesta a los docentes: Entendiendo que la Historia se construye de diversas memorias que rondan el saber social, les invitamos a enfrentar a sus estudiantes con la amplia gama de documentación disponible en los archivos del Parque por la Paz Villa Grimaldi, Archivo Vicaría de la Solidaridad, Colectivo Londres 38 y en particular, desde donde los invitamos, el Archivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, con el fin de que cada alumno y alumna sea capaz de analizar y reconstruir un periodo de la Historia de Chile mediante documentos de la época y contrastarlo con lo que ha visto en la TV, en el cine, lo que dicen sus libros de historia, lo escuchado y lo que le han contado. Es muy importante que parte de la actividad consista en que el alumno o alumna visite el lugar donde se encuentran emplazados los archivos que recomendamos, ya sea mediante una visita guiada o particular, pues al igual que el Parque por la Paz Villa Grimaldi, el Archivo FECh73 y Londres 38 funcionan hoy en dependencias que fueron durante parte o la totalidad de la Dictadura Centros de Detención y Tortura. Asimismo, el alumno logrará poner a prueba sus habilidades de búsqueda y selección de información, siguiendo la Guía del Archivo o, bien, algún otro sistema de catálogo que el Archivero a cargo haya diseñado. Los documentos que encontramos en el Archivo FECh agregan además otro valor, en tanto sean utilizados por alumnos de enseñanza media en educación en Derechos Humanos, pues los productores de dichos documentos, en su mayoría fueron producidos por jóvenes estudiantes con preocupaciones similares a las que se plantearon en la revolución pingüina del año 2006 y con el movimiento estudiantil del año 2011, aunque en un contexto sociopolítico con mayores restricciones a las libertades personales. No hay duda que los alumnos sentirán una empatía especial cuando lean los testimonios de estos jóvenes de los 80’s.
72 Veneros, Diana y Toledo, María. Del uso pedagógico de lugares de memoria: visita de estudiantes de educación media al parque por la Paz Villa Grimaldi, En: Estudios Pedagógicos XXXV, Nº 1: 199-220, 2009 DEL USO PEDAGOGICO DE LUGARES DE MEMORIA. Pagina 207 73 El Archivo FECh se encuentra emplazado en la Casona FECh, en calle Periodista José Carrasco Tapia 9, Santiago, Chile. Segundo piso Oficina 4.
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Al final de este libro, podrán revisar una selección de documentos que se encuentran en el Archivo FECh. Una vez seleccionados los documentos, el alumno deberá, mediante el formato de ensayo, contar un hecho que él considere relevante apoyado por las fuentes reunidas anteriormente. Inevitablemente en dicha construcción, los alumnos y alumnas echarán mano a todos sus conocimientos sobre el periodo estudiado, es así como algunos consultarán libros en bibliotecas, otros echarán mano a los recursos que se pueden encontrar en internet, y/o consultarán a sus padres, amigos o familiares sobre el periodo o el hecho estudiado. Con esto logramos el segundo objetivo de esta actividad, permitir que el alumno sea capaz de entender, mediante su propio ejercicio como se construyen los relatos de carácter histórico mediante la sumatoria de memorias colectivas e individuales, y entenderá cual es el rol que le cabe a sí mismo (individual y socialmente) el resguardo de la memoria (sea cual esta fuese) y la defensa de los derechos humanos.
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AGRUPACIÓN CULTURAL UNIVERSITARIA MANIFESTACIÓN ARTÍSTICA O NECESIDAD POLÍTICA?
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Martina Venegas
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Introducción
Después del golpe de Estado del año 1973, Chile se sumió en una dictadura militar, provocando en la sociedad un profundo terror, no solo terror al poder de los militares en el gobierno, sino que también a cualquier persona que estuviera cerca, llenando así la vida de los integrantes de la nación un claro individualismo y desconfianza hacia los demás. Había que estar en silencio, no preguntar ni decir nada. Inmediatamente comenzó una clara intervención militar en la Universidad de Chile. Esto se vio reflejado, entre otras medidas, en el despido de un buen número de profesores y en la expulsión de una gran cantidad de alumnos75 - no se sabe con exactitud cuál fue el numero de expulsados, pero se estima que fue un 25% del plantel docente, de un 10 a 15 % del personal no académico y de un 15 a un 18% de los estudiantes, completando un total estimado de más de 20.000 personas76 -. Toda reunión o manifestación política estaba prohibida dentro o fuera del recinto, provocando un tendido descontento, descontento que dio origen a la ACU, conocida como Agrupación Cultural Universitaria. Esta agrupación a través del arte y las diversas manifestaciones culturales mostró su malestar sobre al accionar político del gobierno, motivada por el llamado “apagón cultural”, en donde nadie podía ejercer su derecho a la libertad en todo ámbito, así crea diferentes modos de expresión impregnado de un sentimiento de tener y el deber de decir a través de los códigos artísticos lo que pensaban, superando de alguna manera la barrera del miedo.
74 Estudiante de Licenciatura en Historia. Voluntaria del Archivo FECh. 75 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 29, testimonio de Juan Pérez, estudiante de Medicina 76 Pozo Hernán, Garretón Manuel Antonio, Programa FLACSO n° 213 Santiago de Chile, 1984, Pp 14
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Varios talleres folklóricos sobrevivieron al Golpe de Estado que configuraron tiempo después la AFU, conocida como la Agrupación Folklórica Universitaria que daría paso a la creación de La Agrupación Cultural Universitaria en el año 197777 , con mayor variedad de temáticas artísticas, abarcando el arte plástico, la danza, el teatro, la poesía, la literatura, la música, etc. Pero siguiendo el ideal de manifestarse y de crear una identidad en común de una generación. En un comienzo la ACU fue aceptada por las autoridades de la Universidad, pero poco a poco fueron poniendo trabas para la configuración de la misma, lo que conllevó que tuvieran muchos problemas para expresarse. Pese a esto encontraron la forma para manifestarse mediante diversas modalidades artísticas, como lo fue la creación de talleres, logrando al año de su fundación, contar con más de 70 talleres en toda la Universidad. Además debemos sumar el órgano oficial que fue la revista La Ciruela, los “Caupolicanazos” –en donde se realizaban grandes conciertos de la música emergente de la época- exposiciones artísticas, festivales, congresos y seminarios. A pesar de las constantes restricciones por las autoridades de la Universidad y las discordancias con la FECECH – Federación de Centros de Estudiantes de Chile- , que fueron múltiples, la ACU no dejó de existir hasta 6 años después con la rearticulación política de los Centros de Alumnos, proclamando siempre el ideal de libre expresión, actuando de manera democrática cada vez que tomaban decisiones, y por sobre todo haciendo valer su identidad como conjunto. La ACU rompe con la severa prohibición de reunión que los hacía desconfiar de ellos mismos, ruptura que tuvo cara de artes. Pues, insertos en un contexto donde cualquier actuar político estaba prohibido, creó el escenario para que se pudiera desarrollar un debate y una crítica social, no tan solo en los mensajes subliminales de las presentaciones, sino que también en su forma de organización que tiene toda una tonalidad de acción en contraste a la constante prohibición de la opinión. Si bien la agrupación era un ente cultural, potenciando el desarrollo colectivo e individual de las creaciones de la entelequia, su accionar político era evidente. La crítica, impregnada en su actuar y en cada actividad que creaban, dejaba al descubierto su descontento provocado por la forma en que se restringían las relaciones de la nación por parte del Gobierno y a su vez por parte de las autoridades de la misma Universidad. Es así como hicieron nacer su propio lenguaje para no concebir que estuvieran mudos y poder decirle al mundo lo que pensaban, “casi como una necesidad para poder sobrevivir”, dicen los testimonios de los propios alumnos que se desarrollaron en el movimiento.
77 Sitio web: Memoria Chilena: Biblioteca Nacional Digital de Chile
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¿Por qué se crea la ACU? Ese Chile dictatorial que suprimía toda manera de interacción entre las personas, generó en algunos, una búsqueda de identidad, una necesidad de sentirse parte de algo y poder encontrar un espacio donde hablar y pensar sin culpas ni temores. Es así como surge la ACU, estimulada por esta necesidad de relacionarse con las personas, y volver a sentir que se pertenece a una colectividad, rompiendo con la individualidad que había generado el régimen. La ACU que sigue con los ideales de la AFU, se confronta a las ideas del régimen, es por ello que a través de múltiples acuerdos decide reunirse cada cierto tiempo para crear poco a poco diversos talleres artísticos, integrados no solo por el alumnado que en su mayoría eran estudiantes de la Universidad de Chile, sino que también por administrativos y académicos. Es así como en el año 1977 nace la Agrupación Cultural Universitaria, la cual es desarrollada por la falta de espacios culturales y por el poco apoyo que existió para la creación de sitios donde se pudiera tener contacto con otros artistas y compartir experiencias78. En este contexto se crea el primer festival del Cantar Popular Universitario, compuesto de diversos grupos, tanto de música como de artistas plásticos y teatro. Es así como se conjugaron diversas disciplinas conformando un desfile de creatividad que se fueron desarrollando para mostrarse a la comunidad universitaria en diversas instancias. “pensamos que formar y mantener hoy la ACU es la expresión de una necesidad. Una respuesta organizada ante una consecuencia inevitable de la universidad. Porque el producto de la reflexión y el estudio de la creación; de otro modo ambos serían estériles. Y la universidad no puede ser estéril ni estática debe ser creativa, vital, dinámica como el hombre que le da vida” 79 Las artes… “Entendemos Cultura como el resultado de la interacción dinámica de los hombres entre sí y con el mundo material que los rodea, lo cual tiene como consecuencia una transformación, tanto del hombre como su medio ambiente” 80 La cultura en todas sus formas de manifestación, ese era el objetivo de la ACU. Crear e inventar de diversas maneras y a través de múltiples canales, como era la música, la danza, el arte plástico, el teatro, etc. Estas disciplinas se transformaron en actividades masivas, es decir, que ya no solo pertenecían a un grupo selecto, sino que a todo el conjunto universitario. Había una capacidad muy grande para crear, todo podía convertirse en arte, o todo podía ser una expresión sin tener que ser “un artista”, es por ello el éxito de la ACU, de conformar una entidad que posea identidad, marcando así a toda una generación.
78 Agrupación Cultural Universitaria, informe I seminario, , Santiago de Chile, año 1979, pp 1 79 Ibidem 80 La Ciruela, edición nº7, art. “Arte, Cultura y Universidad”, Santiago de Chile, 1980
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“Estamos por una Cultura que nazca de todos, que pertenezca a todos en su génesis y en su práctica diaria” (Revista La Ciruela) 81 “(...) donde no era necesario ser un músico para estar ahí, llegamos a tocar con tapas de olla, con botellas rellenas de agua, con lápices, con piedras, con todo lo pudiera emitir sonido. 82” (Juan Carlos Cárdenas, estudiante del campus Antumapu) En poco tiempo ya había diversos talleres en todos los campus de la Universidad de Chile, era un festival de creatividad en todas partes, que cada vez sumaba más integrantes. Así una actividad que comenzó despacio y con miedo se convirtió en una instancia cotidiana de creación. Estos talleres fueron iniciados con el propósito de estar en contacto con el mundo adulto, lo que ellos denominaron como un mundo nuevo. El fin de estos era reivindicar el derecho del hombre a jugar y recrearse y ser un creador y constructores de una nueva cultura, ya que todos son artistas por el simple hecho de ser hombre. “los talleres son un lugar de forja [...] ¿Qué es lo que conformamos? Nuestra creatividad, los talleres somos en ese sentido una escuela donde se aprende, no es un solo criterio que sirva de ley y regla a la que atenerse, sino que todas las sumas de las identidades particulares y distintas son las que forman identidad” 83 Loa talleres estaban en cada campus, con diversas temáticas, pero todos compartían un elemento en común, que era desarrollar el pensamiento crítico; se hacía evidente dicha característica en los seminarios que organizó la ACU, en donde se daban a conocer cada problema que acontecía tanto a la agrupación en general como por disciplina y campus. La Ciruela La Ciruela fue la revista, y ente fundamental en la vida de la ACU, definida por ellos mismos como “Cuasi-revista, intento de asesinato periodístico-cultural que publica la ACU”. Esta fue publicada por primera vez en agosto de 1979 y siempre con el lema de “la Ciruela florece siempre antes que la primavera”, dejando sumamente claro la necesidad de democratizar las organizaciones universitarias y proteger el derecho a expresión. Esta revista traía diversos contenidos, entre ellos diferentes tipos de artículos sobre las manifestaciones artísticas y culturales, pero sin dejar de lado en sus composiciones una
81 La Ciruela, edición nº 3, Art. “Acerca de los Talleres”, pp 16, Santiago de Chile 1979 82 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 44 83 La ciruela, edición nº 3, Art. “Acerca de los Talleres”, pp 16, Santiago de Chile 1979
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carga de expresión y libertad importante. La Ciruela estaba llena de homenajes a escritores, músicos y grande poetas así como también entrevistas a personajes importantes de la época, profesores y alumnos destacados, encabezadas por la editorial, que abría paso al ingreso de la revista, en donde todo elemento de expresión y enojo se hacía notar en aquel espacio. “Caupolicanazos” Cómo no mencionar un elemento fundamental dentro de las manifestaciones culturales: los “Caupolicanazos” .Estos eran parte importante del proyecto cultural de la ACU, en donde se realizaba el Festival del Cantar Universitario en el Teatro Caupolicán, mostrando las diversas representaciones artísticas que se desarrollaban en el año y algunos artistas invitados, que tomaron este espacio como un lugar de expresión no tan solo cultural sino que también para manifestarse contra el régimen militar. “la Universidad vive y crea, tiene algo que mostrar y a través de este festival lo hace” 84 Los objetivos del festival eran variados, desde el desarrollo de cada solista o grupo, hasta la creación de nuevos talleres, así como también un canal de expresión política y social. “Más que un Festival, este encuentro significa una mirada al camino recorrido [...] Cuando naciera en Octubre en 1977, la ACU se planteó como un canal sólido de expresión de los universitarios, funcionarios docentes y alumnos. A través de ella ha tenido salida lo que tantas veces es impedido por otros canales: el derecho a expresión. 85”
¿Arte o política?
Todas las exposiciones artísticas que creó la ACU estaban cargadas de elementos políticos muy fuertes, tanto en su configuración, es decir, en como ellos se reunían y tomaban decisiones, como en los mensajes que entregaban a la hora de utilizar cada espacio generado por la misma agrupación. En un comienzo la AFU, con su iniciativa sembró la semilla de la confianza, que el régimen había destruido, logrando que renaciera ese elemento fundamental para la conformación de lazos que con el pasar del tiempo se hacían cada vez más fuertes. Es así como con los años, se fue perdiendo el miedo y creando una comunidad que se comunicaba, de distintas maneras, pero que ya hablaba y generaba conciencia, rompiendo con el individualismo al que estaba sometido el país. “había que romper los esquemas (…) los cabro se asustaron, pero luego dejaban de asustarse, fue eso romper el miedo, el estado de anestesia” (Isabel Lipthay, integrante del taller 666) 86
84 Boletín Agrupación Cultural Universitaria, Macul, nº 1, Octubre 1978. 85 La Ciruela, edición nº 2, art. “Y dos años van Festival de Música será marco para el 2º aniversario”, Santiago de Chile 1979, pp 2 86 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 42
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La política, eso tan prohibido para todos los que habitaban en Chile, comenzó a ser poco a poco un ente en la cual ya podían alcanzar algunos integrantes de la nación a través de este espacio, ahora bien la cultura fue la base para la construcción de una expresión política y esta con el tiempo se fue llevando a la acción de forma mucho más directa, pues los mismo integrantes de la agrupación la definen como el mejor elemento para la formación de ellos mismos, que abrió sus mentes y conformaron así un pensamiento crítico 87 . Si bien ellos protegen la cultura también protegen el libre pensamiento, la democracia y evidentemente la libertad. No era capricho hacer política, sino que era una necesidad de sentirse ser humano, de volver a tener derechos y poder ser parte activo de la nación, no un simple numero sin identidad. Una colectividad o una comunidad donde todos los integrantes tienen algo que decir o pensar, ese era el objetivo de la ACU, generar identidad a través de la expresión y utilizando como mejor herramienta la cultura. “Lo que antes era cambio de sociedad y el hombre nuevo, poco a poco empezó a cambiar por el derecho a ser persona, finalmente fue bastante más básico, queríamos cambiar el mundo y después tratamos de defender la vida 88” (Gregory Cohen, estudiante de Ingeniería) En la revista La Ciruela, tanto su lema como su misma producción es una protesta a la contingencia nacional, con su iconografía y sus burlas explicitas a los entes gubernamentales. En su editorial declara todos su disgusto en el actuar gubernamental, la manera en cómo las autoridades administran la Universidad, las injusticias sobre los profesores y alumnos y por su puesto hacen un llamado a la libre expresión, a la libertad de conciencia, a hacer política sin miedo, y a exigir que se respeten los derechos humanos. La revista mostraba en cada uno de sus artículos las obras artísticas de los alumnos y cada una de ellas tenía una denuncia sobre el acontecer de la época o una burla al sistema en el que estaban atrapados. La libre expresión es un gran elemento para entender como ellos conciben la política, pues este elemento relacionado con la necesidad de decir y pensar con libertad ya pasó a ser básico en las relaciones humanas. Había que recuperar lo simple, lo más mínimo que era el respeto y la confianza, que desde el primer momento en que se crea la Agrupación, es planteado como fundamental en el desarrollo de las creaciones culturales. “la expresión y el diálogo son las bases que sustentan, en conjunto con la creatividad transformadora, el desarrollo cultural e intelectual de un pueblo y permiten al agente cultural empaparse de su tiempo y buscar la síntesis históricas que luego transforma en universales. Sin libre expresión y diálogo, el arte y demás manifestaciones del proceso cultural tienden a tornarse intimistas, etéreas y unilaterales, reflejando solo realidades parciales y caducando en su carácter transformados, como poderoso vehículo de comunicación y consenso entre los hombres. La censura es la aliada del oscurantismo; la prohibición es la antesala del atraso. 89”
87 Entrevista en Conversatorio de AFECH, Mayo 2012 88 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 31 89 La Ciruela, Edición nº 1, Santiago de Chile, 1979. Pp 1
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Como olvidar a la banda de música Santiago del Nuevo extremo o Schwenke y Nilo que fueron parte del Canto Nuevo, lo que continuó a la Nueva Canción Chilena desarrollada en los años 60’s. Esta fue parte importante de la identidad universitaria haciéndose presentes en los diversos festivales que creaban los mismos estudiantes. Esta generación de músicos llenaba sus letras de metáforas y homenajes a personajes que fueron consumidos por la dictadura y así conjugar la denuncia al régimen militar. Con esto, no solo expresaban ideas políticas, sino que también rompieron el miedo a la represión por parte del Estado. “En mi ciudad murió un día El sol de primavera A mi ventana me fueron a avisar Santiago, quiero verte enamorado Y a tu habitante mostrarte sin temor En tus calles sentirás mi paso firme Y sobre de quien respira a mi lado.” - Santiago del Nuevo Extremo- A mi Ciudad-
A mi Ciudad, fue una de las canciones más reconocidas del grupo de música Santiago Del Nuevo Extremo, el cual era conformado por tres estudiantes de la Universidad de Chile y participantes activos de la ACU. Esta canción es una muestra concreta de las denuncias que hace la agrupación, pues ésta hace mención al toque de queda, al apagón cultural, al terror vivido en las calles de Santiago de Chile y el llamado explicito a sumarse a esta carrera cultural, expresando los abusos dictatoriales. Estas bandas comúnmente se presentaban en el Festival del Cantar Universitario, que si bien dije que se hacían actividades culturales y configuró una vía de protesta contra el sistema, el rol político era aun más fuerte, pues este era masivo, la conciencia dejó de ser de unos pocos y fue el modelo para que se crearan otros canales de protesta parecidos a estos, siendo así una vía de difusión muy importante a la hora de hacer política y generar conciencia acerca de la violación de los derechos humanos y hacer hincapié de la necesidad a la protección de la libre expresión. “Nosotros llenamos el Caupolicán varias veces, que era prácticamente algo que no solo llamaba la atención, sino que inédito, de esos tiempos, digamos 77, 78, 79, por lo tanto se empezó a generar en torno a esta actividad cultural, una actividad masiva de participación, y ese fue el gran logró que tuvo la ACU, y todas las otras organizaciones que fueron aparecieron fueron estimuladas por esta instancia. 90” (Gregory Cohen, estudiante de Ingeniería)
90 Entrevista a Gregory Cohen, Ahora TV Ultratelevisión, Santiago de Chile, diciembre del año 2011
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Relación con las autoridades: En un comienzo la ACU, nacida de la AFU, tuvo un apoyo casi inesperado por muchas autoridades de la Universidad y la completa aprobación del vicerrector de la época, pero poco a poco este apoyo se fue desintegrando, siendo remplazado por impedimentos y coartación. La ACU en pocos meses fue capaz de auto organizarse y tener el apoyo de cientos de estudiantes para la generación de espacios. A pesar de estos impedimentos, que consistían en suspensiones de permisos, en llamados de atención y amenazas, fueron capaces de esquivar el intento de manipulación generando redes por toda la Universidad de Chile, fuera de ella incluso fuera del país 91. Es por ello, que ya no solo se contaba con el apoyo de muchos funcionarios y obviamente gran parte del estudiantado, sino que también se conformaron relaciones a nivel nacional e internacional con centros culturales y artísticos que tuvieran objetivos en común con la Agrupación. El humor La mejor manera para poder contrarrestar el sentir de estar coartado todo el tiempo, fue creando a costa del humor y la burla. La lucha no solo era con la protesta sino que también había que reír, y que mejor a costa de lo que tanto repudiaban, que era el sistema en donde estaban insertos. Cuenta Lía92, la esposa de Gregory Cohen, que las obras de teatro, los musicales y mucha iconografía estaban cargados de bromas. Las revistas estaban llenas de iconografía burlesca además de las diferentes obras en la cual se imitaban a los diferentes integrantes del gobierno. “Fue lo que nos salvo” cuenta Lía, de esa gran presión que era vivir con la boca cerrada. La clandestinidad No todo podía ser cultura, ya que la ACU fue un arma importante para la consolidación de la confianza que terminó en la militancia en mucho partidos político de izquierda –inclusive mucho de sus integrantes son ahora políticos reconocidos por la prensa oficial-. Esta forma de participación fue cada vez común pero siempre secreta, ya que cualquiera podía ser sorprendido por la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional). La ACU, ya no solo era un espacio para hacer política desde la cultura, sino que también hacer política desde la misma acción, a través de folletos y discursos políticos para movilizar a la gente. Era normal vivir en secreto siempre, además de saber conllevar la angustia y saber que en cualquier momento podías ser descubierto93. La DINA conocía la ACU, desde su comienzo, requisando material artístico que fue creado en los primeros talleres94. El gobierno suprimía la necesidad de pensar, haciendo uso de la represión y la violencia, ya que todo mínimo movimiento podía ser peligroso. La persecución
91 Agrupación Cultural Universitaria, informe I seminario, , Santiago de Chile, año 1979, pp 5 92 Entrevista en Conversatorio de AFECH, Mayo 2012 93 Entrevista a Gregory Cohen, Ahora TV Ultratelevisión, Santiago de Chile, diciembre del año 2011 94 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp37
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de estos militantes fue alta y muchos de ellos terminaron desaparecidos. Relaciones con la FECECH La FECECH, órgano creado en 1978, que siguió la línea de los Centros de Alumnos designados, declarándose así misma como no continuadora de la FECH siendo una institución con objetivos muy distintos al momento de representar al estudiantado. Los integrantes de la FECECH, en un comienzo, eran designados según promedio de notas, pero con la certeza que aquellos integrantes pertenecieran a sectores de derecha y muchas veces gremialistas, aun así ellos siempre se definieron como apolíticos95. Esta organización era la menos democrática que existió en la Universidad de Chile, que debía otorgar los espacios de expresión, pero era una de las más coartadoras, ya que cuando creaban espacios para hacer algún tipo de actividad este era pobre y limitaba aun más la cultura. Esta federación impulsó medidas contra cualquier organización que promoviera ideas democratizadoras, convirtiéndose en enemiga de la ACU, impidiendo cada vez que podía la realización de alguna actividad. La FECECH y la ACU siempre estuvieron en contraposición, la FECECH por un lado tratando siempre de coartar las actividades culturales, poniéndoles trabas en su ejecución y deslegitimando su actuar llamándolos peyorativamente “Agrupación Comunista Universitaria” 96. Las trabas cada vez fueron más evidentes, la FECECH estaba totalmente en contra del actuar de la agrupación, no solo no ayudaba a la generación de espacios culturales, sino que también acababa con muchas de las actividades, culminando así con la publicación n° 37 donde se prohíbe cualquier organización como la ACU. La ACU por su parte criticaba el actuar de la FECECH, defendiendo siempre el ideal democrático, la protección de la cultura, la libre expresión y por sobre todo denunciando en todo momento las violaciones a los derechos humanos y las detenciones por supuestos delitos, recalcando la gravedad de estos hechos, que no eran situaciones aisladas, sino que más bien una práctica muy frecuente del gobierno central para coartar la libertad de expresión. Los reproches de la ACU a la FECECH fueron más recurrentes en medida que esta ultima limitaba cada día más el espacio de integración e interacción, tratando de impedir el pensamiento crítico del alumnado a toda costa. “La creación del Departamento de Cultura de FECECH, sería una buena iniciativa si tuviera como objetivo ser un canal más de expresión estudiantil. Pero por desgracia, pretende ser el único y por tanto, monopolizar la actividad cultural en la Universidad” 97
95 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 134 96 Muñoz Tamayo Víctor; ACU: Rescatando el Asombro, Santiago de Chile, 2006. Pp 136 97 La Ciruela, nº 5, Santiago de Chile, 1980. Pp1
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Es así como la ACU sin ser una entidad elegida democráticamente, ni tampoco impuesta por las autoridades, logró ser representante del conglomerado universitario, otorgando un sentido de pertenencia al ser defensora de la opinión de los mismos estudiantes.
¿Era política o artes? La ACU fue la que rompió con el miedo en la búsqueda de la dignidad y el estar con los demás, el poder de relacionarse que conllevó a esta mezcla de sentimientos, dejando un poco la incertidumbre de lado para poder tener un objetivo al cual llegar. Pero este era ¿Cultura o Artes? Una no se podía desligar de la otra, pues la cultura nació gracia a la necesidad de hacer política y toda la cultura tenía contenido político, pero a su vez la política no podía haberse desarrollado sin la cultura, debido al espacio que esta constituyó. Es por ello que no las podemos desligar. La política era el norte que la cultura protegía, sin ella no se habrían creado los lazos de confianza ni menos desarrollado una identidad en común que le dieron una base a la ideología. Las actividades culturales por su parte tampoco fueron un juego y mucho menos podemos decir que tuvieron poca cabida dentro de la sociedad chilena, pues bien aun están en nuestro recuerdos muchas de las obras que se crearon en aquella época. “Lo que había que hacer era la fachada, tal como decían ellos era la fachada. Pero lo curioso es que esta fachada también tuvo su contenido. Cuando nosotros hablábamos de cultura no era precisamente, no era necesariamente, un paraguas al cual tú te ocultabas e hicieras un gesto demostrativo o de desafío a la dictadura, era de un gesto cultural y de calidad. Entonces lo que primero apareció como una reafirmación, de una dignidad y de un deseo de rebeldía, fue generando contenido (...) aparecieron personas que además de tener un discurso político tenían un discurso en su talento personal o en su talento colectivo, por lo tanto ese gesto era automáticamente político” 98(Gregory Cohen, estudiante de Ingeniería) Esta mascara cultural fue realmente buena, nacieron poetas, actores, músicos, que aportaron mucho a nuestra historia, que ayudaron a cambiarla y a combatir el régimen que se estaba viviendo Chile. Torturas, exiliados, represión, desaparecidos, asesinatos, etc. Eso fue lo que combatió la ACU, a través de la belleza, las formas, los gestos y los cantos, creando lazos que Chile creía perdidos.
98 Entrevista a Gregory Cohen, Ahora TV Ultratelevisión, Santiago de Chile, diciembre del año 2011
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EL MUNDO Y LA FECH LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN TIEMPOS DE DICTADURA 1983-1986
Leonardo Cisternas, Fernando Molina99
La siguiente investigación, tuvo como objetivo principal determinar las relaciones entre las federaciones de estudiantes de Chile y otros países durante la dictadura de Pinochet. En este sentido es importante señalar el gran rol que tuvo la Federación de Estudiantes de Chile a la oposición al régimen militar en Chile y desde ahí nace la inquietud por establecer las relaciones de dicha federación con otras instituciones estudiantiles y, en especial énfasis, con las de la Argentina. Es preciso esclarecer que el tema a tratar ha sido poco o nulamente trabajado por investigadores, por lo que, la mayoría del conocimiento que se expondrá a continuación no contiene precedentes ni bases bibliográficas solidas de las cuales afirmarnos. Las fuentes utilizadas para nuestra investigación fueron la correspondencia entre la Federación de Estudiantes de Chile y las federaciones de estudiantes extranjeras; y relatos, tanto orales como escritos, de dirigentes estudiantiles chilenos de aquel período. Como hipótesis de investigación, las relaciones las federaciones estudiantiles extranjeras con la Federación de Estudiante de la Universidad de Chile fueron en dicho periodo (1984-1986), una red, frecuente pero no estable ni consolidada, solidaria y probablemente económica y sin embargo, de carácter más simbólico que trascendental o efectivo en diversos temas durante parte de la Dictadura de Pinochet.
99 Estudiantes de Licenciatura en Historia de la Universidad de Chile. Voluntarios del Archivo FECh.
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Como contexto general, el 11 de septiembre de 1973, producto del golpe militar, en Chile se llevó a cabo un proceso de extrema violencia, que duro un período de 17 años, en el cual se restringieron las libertades, a través de mecanismos censura, toque de queda, restricción de actividades sociales, y la eliminación de los partidos políticos. La Dictadura nombro nuevas autoridades al interior de las Universidades y esto trajo consigo nuevas leyes, con las cuales se pretendió acallar a la comunidad Estudiantil. Se pierde abruptamente toda articulación política, se acallan los dirigentes y desaparecen por completo las agrupaciones, por miedo a las medidas represoras del gobierno a través de la Dirección de Inteligencia Nacional. Tal y como nos relata Jeni Jofré: El golpe hizo que la Escuela (Escuela de Artes) que una tenía gran participación de gente de izquierda en todos los niveles, hizo que el 60% no permaneciera.100” La FECh (Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) fue reemplazada por la FECECh (Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile) creada en 1978 bajo el mandato de los rectores militares delegados, que funcionaba a través de los Centros de alumnos autorizados por los decanos, sin elecciones con participación de los estudiantes. El alumnado de tendencias izquierdistas decide no intervenir directamente en esta federación y guiar su eje de acción en los delegados de curso de cada carrera, ya que “la participación efectiva a nivel de los cursos permitió la posibilidad de generar interlocutores estudiantiles democráticos” 101 Posteriormente, en 1983 un conjunto de organizaciones se planteó la refundación de la FECh. En aquel año se incrementaron los centros de alumnos democratizados a través de votaciones directas y universales “los que conformaron la “Coordinadora de Centros de Alumnos Democráticos” (...) donde la mayoría de las facultades se pronunció por el método universal y directo de elección”102 . Finalmente, en el año 1984, se realizan elecciones independientes a la FECECH, cuyo fin es el retorno de la democracia interna. Es en el contexto anterior que las diversas federaciones universitarias de Argentina generaran múltiples y variadas relaciones con la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
I. Documentación. Correspondencias a través de los Andes Para iniciar nuestro trabajo de investigación fue necesario recopilar la correspondencia de dicha época, teniendo en cuenta que en ese periodo no habían instituciones dedicadas al salvaguardo de dichos documentos. Asimismo vale la pena recordar que en el periodo de dictadura podía ser comprometedor almacenar y firmar cierto tipo de documentación y con ello se dificulta aún más la preservación de los mismos y, por ende, su posterior análisis.
100 Víctor Muñoz Tamayo. ACU rescatando el asombro. Santiago, Editorial Libros La calabaza del Diablo, 2006, p. 21 101 Ricardo Brodsky, Conversaciones con la FECH, Santiago, Ediciones Chile y América cesoc, p.49. 102 Muñoz, Víctor. http://www.facso.uchile.cl/pregrado/2011/1_sem/programas/socio/soc_juvenil.pdf <revisado el 26 de noviembre del 2011> P.103.
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Análisis Preliminar Las temáticas de estos documentos son acotadas siendo la ANEUS (Asociación de Estudiantes Sancionados) uno de los temas más frecuentes. Le siguen el Terremoto de Santiago del año 1985, y la solidaridad mostrada con la detención del vicepresidente de la FECh, Gonzalo Rovira por los militares. También con encontramos invitaciones a diversos encuentros latinoamericanos de estudiantes. Es importante consignar que una carta puede tener más de un tema. Reconstitución de ciertos hechos a partir lo escrito. Sin duda el tema que más destaca en toda la correspondencia es lo que tenga relación con la Asociación de Estudiantes Sancionados. Ésta fue una agrupación encargada de defender los Derechos Humanos y con especial énfasis, el destinado a derecho al estudio103, el cual fue denegado a miles de estudiantes a lo largo de Chile producto, entre muchas cosas, de su militancia política. A través de los documentos podemos enterarnos que la ANEUS gestionó con diversas universidades argentinas, canadienses, cubanas, ecuatorianas y, en general, europeas becas de culminación de estudios para universitarios chilenos de modo que pudiesen finalizar sus carreras. En el sentido anterior se hace mención al Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires que otorgó 8 becas dobles para estos propósitos más un aporte de US$100 mensuales que serían destinados a financiar a los becados104. El Centro de Estudiantes de Arquitectura de la misma universidad aportaría otros US$ 50 con el mismo propósito. El siguiente tema en frecuencia es el del terremoto que afecto a Chile en 1985. Dicho evento telúrico provoco la movilización de variados grupos de voluntariado para hacer frente a la grave situación nacional. Es así como los documentos giran en dos ejes, por una parte dando apoyo y solidaridad en la distancia pero también se refieren a la conformación de una “Delegación Argentina”. En documentos generados por dicho grupo queda constatado un numero de 40 personas, entre estudiantes y trabajadores de Mendoza, San Juan y Buenos Aires, donde habrían estado dirigentes de la Federación Universitaria de San Juan, FUA, FUBA, Federación Juvenil Comunista, Juventud Socialista Argentina y Juventud Demócrata Cristiana. También se menciona que participaron gente del Comité Nacional Preparatorio del XII Festival Mundial de la Juventud, de la Juventud Radical Argentina y de la Juventud Peronista105. La situación de Gonzalo Rovira también fue un tema recurrente en la correspondencia y fueron variadas las palabras de apoyo durante su detención por parte de los militares. Sin embargo, el apoyo no fue solamente postal sino como queda consignado en una carta de la
103 ANEUS. “Documentos de proposiciones de los Estudiantes Sancionados al Tercer Ampliado Nacional de Federaciones”. 14 de Marzo de 1986. Biblioteca FLACSO – Chile. 104 Carta de la FECh al Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. 29 de Agosto de 1985. Fondo FECh del Archivo y Centro de Documentación FECh, Santiago. 105 Anónimo. “Información de prensa” Fondo FECh del Archivo y Centro de Documentación FECh, Santiago.
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FECh al Sindicato Nº 1 de Chuquicamata, dos dirigentes estudiantiles de la FUBA y de San Juan viajaron hasta el norte para poder visitar a Gonzalo Rovira en el lugar de su detención. La carta solicita todo el apoyo posible de los trabajadores para con los dirigentes trasandinos y que puedan lograr su objetivo. Los tópicos de las invitaciones son variados. Desde invitaciones a colaborar en los Trabajos Voluntarios FECh hasta invitaciones y su confirmación para asistir al Encuentro de Federaciones Universitarias del Cono Sur que debía realizarse en Buenos Aires por la FUA. La FECh confirmó la presencia de dos representantes que viajarían hasta Mendoza en donde la FUA se haría cargo del resto del viaje y sus gastos106 . Por último, al analizar las palabras de apoyo de las diferentes federaciones argentinas, ecuatorianas, cubanas, entre otras, con respecto a la situación chilena encontramos una constante al llamado de la unidad latinoamericana, así como a la evocación de la figura de San Martin, sobre todo por parte de la Federación Universitaria de San Juan. En general todos reconocen la necesidad de la vuelta a la democracia y la reivindicación de los Derechos Humanos. Además se individualiza como enemigo al Fondo Monetario Internacional y las políticas económicas que promovía en dicha época y según ellos denuncias, eran aplicadas sin escrúpulos en Chile. Un ejemplo de palabras de apoyo son las que otorga el movimiento estudiantil cubano al chileno: “En nombre movimiento estudiantil latinoamericana y el caribe repudiamos nueva escala represiva del regimen de pinochet contra estudiantes y pueblo chileno en lucha por derrocar dictadura facista exigimos inmediata libertad de docentes y estudiantes detenidos reciban toda. La solidaridad” 107 Para concluir, basados en el análisis documental que las relaciones bilaterales fueron basadas en temas específicos, coyunturales, de solidaridad hacia Chile, con alcances económicos en el mismo sentido y con una fuerte necesidad de buscar lazos de apoyo y de respaldar el trabajo realizado en Chile.
II. Testigos de una hermandad. a. Presentación de los protagonistas. Para el análisis de las relaciones bilaterales entre las diversas federaciones de estudiantes y la FECh, fue apremiante escuchar las voces de los diversos actores y comprender la memoria colectiva existente entorno a lo que fueron las experiencias compartidas con los universitarios trasandinos. Cuando hablamos de memoria nos referimos a “recuerdos y olvidos, narrativas y
106 Carta de la FECh al Sindicato Nº 1 de Chuquicamata. 18 de Marzo de 1985. Fondo FECh del Archivo y Centro de Documentación FECh, Santiago. 107 Carta del Secretario General de la OCLAE a la Confederación de Estudiantes de Chile. S/F. Fondo FECh del Archivo y Centro de Documentación FECh, Santiago. 108 JELIN, Elizabeth. Los trabajos de la memoria. Madrid, Siglo XXI España Editores, S.A., 2002. 1p.
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actos, silencios y gestos. Hay en juego saberes, pero también hay emociones.” 108. Existe tanto una memoria individual como colectiva, pero para efectos de nuestra investigación, es pertinente abocarse en la memoria colectiva, entendiendo que “Las memorias son simultáneamente individuales y sociales, ya que en la medida en que las palabras y la comunidad de discurso son colectivas, la experiencia también lo es” 109. La selección de testimonios intento ser la más heterogénea posible considerando a estudiantes, dirigentes de la FECh y un dirigente de otra universidad que vivió y compartió el proceso. Además, consideramos importante la incorporación del estimonio de Claudia Korol110 que refleja, tal y como ella comenta, “lo que vi, oí, hablé y leí en los viajes que hice entre noviembre del 83’ y febrero del 86’” 111. El tipo de entrevista a utilizar fue de carácter estructurada, donde “el entrevistador/a prepara previamente un conjunto de preguntas que luego formula a su entrevistado/a”112 . Dicho tipo de entrevista se justifica en cuanto lo que queremos analizar son preguntas muy acotadas sobre determinados temas. b. Análisis El análisis se realizará bajo tres ejes de articulación: la ANEUS, DD.HH y la democracia. A nivel general, podemos apreciar ciertas premisas que nos permitirán entender el proceso. Lo primero es señalar que todos los entrevistados coinciden en que existieron relaciones a través de “Denuncia, apoyo por cartas, declaraciones, manifestaciones solidarias” 113. Además, podemos deducir que uno de los primeros nexos entre universitarios argentinos y chilenos se da, según coinciden varios entrevistados, debido a que muchos estudiantes partieran al exilio “obligados a continuar sus carreras a Argentina, muchos llegaron a la Universidad de Montevideo, universidad de Buenos Aires a través de becas (...)”. Por otra parte, estos ex universitarios relataban que gran parte de las relaciones se debían al encuentro académico entre carreras universitarias similares, como nos describe María Paz Santibañez o Humberto Abarca. En el caso concreto de la Asociación Nacional de Estudiantes Sancionados, todos los entrevistados coinciden en que existieron relaciones de solidaridad por medio de becas para estudiar en diversas universidades de Latinoamérica y Europa a los estudiantes expulsados de sus casas de estudios, estableciéndose constantes relaciones apoyo económico. De este modo María Paz Santibañez nos relata el caso de Jorge Zuñiga, estudiante de del pedagógico, que al ser expulsado de la universidad logró ir a estudiar a la ciudad de Praga en el año 1988. En general, esta fue una iniciativa que tuvo gran éxito, que fomentó un apoyo entre estudiantes chilenos y extranjeros, ya que, como nos describen diversos protagonistas, en especial Jorge Dueñas, podemos inferir que tanto la Unión Internacional de Estudiantes con sede en Praga y la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) realizaban múltiples actividades para que estudiantes terminaran sus estudios. Sin embargo, en los documentos examinados destaca la presencia de la ANEUS, que examinaremos con mayor detención más adelante, y de la WUS (Servicio universitario mundial)114 por sobre las otras dos organizaciones
109 Ibid. 16p. 110 Escritora del reportaje “Rebelión: reportaje a la juventud chilena”. Dirigente de la FUA, mimbra de las JJCC e integrante de la Brigada General José de San Martín. 111 Korol, Claudia. Rebelión: reportaje a la juventud chilena” editorial Anteo, Buenos Aires 1986. 11p. 112 GARCÉS, Mario. Recreando el pasado: guía metodológica para la memoria y la historia local. Eco, Santiago, 2002. 27 113 Entrevista a María Paz Santibáñez 114 También se conoce con las siglas SUM.
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mencionadas por los entrevistados. El Servicio Universitario Mundial es “una organización no gubernamental que actúa en las áreas de la educación, los Derechos Humanos y el desarrollo. A mediados de los 70, el SUM inicio un masivo programa de becas para asistir a los refugiados que, al principio, llegaban desde el Cono Sur y, más adelante, de los países andinos y centroamericanos” 115. En este sentido, como apreciamos en la siguiente carta, la WUS ofrece un máximo de $ 100.000 para actividades al interior de la Federación: “La Directiva de la Federación a recibido les formularios del Wus (Servicio Universitario Mundial), para solicitar su aporte financiero a determinados proyectos con fines de carácter universitario. Con el objetivo de lograr este aporte financiero para las actividades de la FECH, es que les solicitamos elaboren un proyecto, a ser financiado por el W.U.S, en esta comisión. El proyecto podrá ser para la actividad general o para una actividad específica, de la comisión. Pudiendo ser de un monto máximo de $ 100.000 [...]” 116 En cuanto a las violaciones a los Derechos Humanos se refiere, es preciso establecer que los dirigentes latinoamericanos y, en especial, argentinos planteaban la solidaridad a todos los hechos de lesa humanidad sucedidos en Chile, tal y como relata constantemente Claudia Korol al establecer casos específicos de violación a los D.D.H.H y visitas a los presos políticos chilenos. Uno de los hechos más emotivos para los entrevistados es lo acaecido entre los años 1985 y 1986, en el cual muchos estudiantes universitarios mueren en manos de militares y otros servicios a cargo del General Augusto Pinochet. Humberto Abarca menciona que: “Concurren en el año 85’ con las muertes de todos estos jóvenes, se creó un movimiento de solidaridad, y que significo más que cartas, la venida de estos compañeros, una venida donde prestaron solidaridad, discursos, a la participación de los brigadistas en trabajos voluntarios.” 117 Se mencionan, también, casos como el aprisionamiento de Gonzalo Rovira, la muerte de uno de los hermanos Vergara y de Patricio Manzano en los trabajos voluntarios del 85’. En 1986, un año después del fallecimiento de Patricio Manzano, los trabajos voluntarios se efectuaron en honor a su persona. En dichos trabajos, una delegación de la Federación de Universitaria Argentina viajó a prestar su solidaridad por medio de la Brigada de Solidaridad con Chile, como nos señala Jorge Maturana “Se expresó además esta solidaridad en activa participación de brigadistas universitarios argentinos en las Jornadas de Trabajo Voluntario en Chile” 118. En este contexto Claudia Korol nos describe un comunicado de la Federación Universitaria Argentina: “Durante veinte días cincuenta y cinco estudiantes argentinos de la Federación Universitaria Argentina (FUA) compartimos con los estudiantes y pobladores de Chile, en el marco de los trabajos voluntarios ‘Patricio Manzano’” 119
115 LENNART, Carlos. Servicio Universitario Mundial (WUS) en América Latina. Programa de becas para refugiados. WUS, 1997. P.4 116 Carta de Gonzalo Rovira a Estudiantes de la Comisión. Santiago, 14 de enero de 1985. Fondo FECh del Archivo y Centro de Documentación FECh, Santiago. 117 Entrevista a Humberto Abarca 118 Entrevista a Jorge Maturana 119 Korol, Claudia. Rebelión: reportaje a la juventud chilena” editorial Anteo, Buenos Aires 1986. 213p
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Respecto a la lucha a favor de la democracia120, los entrevistados, en general, coinciden que la presencia y apoyo de estudiantes extranjeros si bien no fue determinante en el proceso democratizador chileno, sirvió de inspiración, tal como expone María Paz Santibáñez al relatar que “de todas maneras que era inspirador. Pero aquí la cosa era un día a día” reflejando que fue una ayuda el hecho que ellos hayan logrado derrocar la democracia en su país, pero que en ningún momento fue más que una ayuda “moral”. Por otra parte Humberto Abarca plantea que la solidaridad respecto al proceso democratizador fue significativo en tanto que fue un respaldo internacional importante: “ya que permitía eliminar el aislamiento político del régimen de Pinochet. El aislamiento político internacional de Pinochet fue un elemento clave para lograr presionar a las movilizaciones sociales (...)” 121. Un caso particular, y que merece ser mencionado, es lo acontecido con la detención del dirigente Gonzalo Rovira en el año 85’, que como fue indicado en la correspondencia, universitarios argentinos intentaron llegar al lugar de detención. Según nos describe “Intentaron ir a verme a Conchi y les fue absolutamente imposible (...) los pararon en Calama, es que Conchi era un recinto militar”. Sobre las muestras de apoyo demostradas por los estudiantes a su persona, menciona que “más allá de que fue solamente discursivo, fue valioso, pero discursivo” 122. Es importante recalcar que las diferencias existentes entre los entrevistados se basa principalmente en la cercanía con los hechos acontecidos, considerando ante todo, tal como considera Portelli, que “el evento histórico no es contado desde arriba, sino desde adentro”123 . Para Humberto Abarca la cercanía con las delegaciones argentinas fue mayor, compartiendo varias experiencias; en cambio, para Maria Santibañez el contacto no fue directo, pero sí recuerda los sucesos según lo visto; en el caso de Jorge Maturana, dirigente de la FEUCV y vicepresidente de la Unión Internacional de Estudiantes, los ve desde una óptica distante, pero de igual forma, participando en agrupacines afines; finalmente, para Yerko Ljubetic y Gonzalo Rovira, en su calidad de ex presidentes de la FECh, la cercanía con los argentinos fue mucho menor, restándole importancia a a los acontecimientos. Ljubetic señala al respecto que “desde el punto práctico tuvo poco efecto por el contexto de represión (...). Pero si lo tuvo desde el punto de vista político simbolico, (...) la Radio Beauchef eso para la gallia era importante, se les leía noticias y apoyo internacional.124”
120 Una de las reivindicaciones máximas planteadas por la FECh una vez refundada. 121 Entrevista a Humberto Abarca 122 Entrevista a Gonzalo Rovira 123 Op. Cit. 38p. 124 Entrevista a Yerko Ljubetic
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Conclusiones Las relaciones multilaterales entre las Federaciones Estudiantiles y otras organizaciones internacionales durante la Dictadura Militar de Pinochet tuvieron un rol más importante de lo que ha sido documentado. Luego de contrastar los documentos disponibles y analizar los diversos dichos de los protagonistas de muchos de los hechos de esta época podemos afirmar que las relaciones tuvieron un carácter esporádico, coyuntural, es decir, nunca fueron una constante armónica. Sin embargo podemos ver que los temas que protagonizaban dichas relaciones eran con referencia a la defensa de los Derechos Humanos, tanto como el de la vida y el de la libertad de expresión como el del estudio. Es así que se generaron lazos de solidaridad consiguiendo becas, oportunidades para los estudiantes exonerados para finalizar sus estudios en distintas partes del mundo. También los imprevistos de la naturaleza como el terremoto de Santiago en 1985 generaron lazos de solidaridad para ayudar a levantar a Chile. Una característica bastante singular de estas relaciones fue la valoración que tenía dentro de los actores de la época. Es así como vemos que para las bases, para el estudiantado militante estas relaciones y sus consecuencias fueron y siguen siendo altamente valoradas y recordadas mientras que a nivel de dirigencias las valoraciones son más matizadas y sin querer quitarles protagonismo, no dudan en clasificarlas como algo simbólico. En resumen, las relaciones fueron una red que dentro de sus posibilidades intentó tener una estabilidad que nunca alcanzó, sino más bien fue motivada por los aconteceres de Chile. De carácter fuertemente solidario y con alcances económicos comprobados. Tuvieron tanto un carácter simbólico como un carácter concreto y efectivo, pero que dicho rol no está bien definido por todos los actores de la época y puede ser tema de un debate más profundo. El estudio es sólo una aproximación, la documentación utilizada corresponde, mayoritariamente, a Argentina y otros países de latinoamerica, sin embargo, creemos que es posible realizar un trabajo mayor, comprendiendo que existe documentación de la CONFECH y relatos de otros actores tanto nacionales como extranjeros.
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A LA COMUNIDAD NACIONAL Y UNIVERSITARIA.1996 LA TOMA DE LA RADIO UNIVERSIDAD CHILE: DECLARACIONES PÚBLICAS.VISTAS DE UNA TENTATIVA DE VENTA Y SU PROTESTA.
Camila Espejo
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1. Pretensiones del presente trabajo. A través de sus comunicados, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), es decir sus variables directivas en pretendida –o deseable, si se quiere– representación del alumnado, han expresado sus lineamientos ideológico-discursivos y sus estrategias de acción, coligadas a dar solución a los problemas, demandas o agravios –en letras de Víctor Muñoz Tamayo, entendiendo el término como: ofensa o perjuicio de sus derechos e intereses–sufridos por sus representados en momentos de continuidad o discontinuidad histórica, es decir en persistencias o novedades de la contingencia. El presente trabajo pretende analizar un específico grupo de documentos: los comunicados que elevaron FECH y Prorrectoría, en el año 1996, durante la toma de la Radio Universidad de Chile y antes de esta, cuando autoridades trabajaban en su licitación. Estos documentos nos hablan de un conflicto extremadamente particular, pequeño, de rápida y, a la luz de los hechos, sencilla resolución. Sin embargo el muy puntual suceso no se retrae, no es un fenómeno aislado; muy por el contrario reside, se genera, en el centro de cruzadas, interrelacionadas, complejas y amplias realidades, tales como, y por lo pronto, la local y contemporánea refundación de la Federación –proceso que buscaba terminar con la herencia dictatorial manifiesta en los procederes del gobierno universitario, en sus estatutos y gestión general, en la relación entre estamentos y la elección de autoridades–,y la progresiva desafección de los bienes de extensión de la Universidad, justificada en la crisis presupuestaria que fue consecuencia, indiscutible, del autofinanciamiento impuesto en los 80, en el contexto macro de la también progresiva privatización de la educación en sus tres niveles y de la privatización general de los sectores productivos y de suministro de servicios en todo el país. Estamos, entonces, frente a
125 Egresada de Licenciatura en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile
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un tema que en su pequeña escala se enlaza con fenómenos históricos, políticos, económicos y socioculturales de gran escala, vinculados a la modernidad de libre mercado que se instaló en el Chile post golpe militar. Se pretende así realizar un doble ejercicio: por un lado reconstruir el pasado que generó y entrañó los documentos seleccionados, a través de la recopilación-reconstitución bibliográfica –esta será la primera parte del trabajo–, para luego, con este antecedente inicial, iluminar, interrogar, el contenido de los documentos. Finalmente, en un segundo momento, se tomará la letra original, el discurso, la información, de ciertas declaraciones trabajadas y se confrontará, se volverá a mirar, la historiografía usada. Resulta útil y necesario decir, en este momento, algunas cuestiones y tomar algunas prevenciones respecto de la naturaleza del documento escrito en general y de estos documentos en particular, puesto que comportan parte central de la siguiente investigación. Estos son residuos materiales de una realidad (que ha ido a pérdida en tanto pasado), tienen un carácter fraccionario pero a la vez vinculante, pues como las piezas de un rompecabezas, guardan una importante potencialidad reconstructora al enlazarse unos con otros. Reconstruyen, pues son portadores de un discurso, de una redacción que, en tanto tal, comunica una determinada lectura de lo ocurrido. Comunican y son en cada caso resultado de un raciocinio que ha generado puentes analíticos y que busca establecer coherencias de sentido al constituirse como asimilaciones de la realidad, de la contingencia histórica. En este caso específico se levantan como intentos de comprensión y de penetración ideológica, en el conflicto gremial de los estudiantes de una universidad pública y de su relación con coyunturas de tipo nacional. Así, estos documentos conforman una escritura útil para la historiografía, en tanto construcciones discursivas que analizaron su época, que pusieron en relación acontecer y pensamiento, realidad material contingente y realidad discursiva contingente, en un cruce entre lo percibido y las lecturas de eso percibido y entre el dato duro –la fecha en que se inició tal toma, por ejemplo– y las reflexiones políticas que de ella se desprendieron. Si bien todo documento posee un cierto carácter fraccionario, en el sentido de que es una parte que ha sobrevivido de un amplio momento histórico, en los escritos aquí estudiados se extrema esta condición. La caja de Comunicados de Prensa del Archivo FECh, la cual contiene declaraciones de la propia Federación, de la Asociación de Académicos, de la Asociación de Funcionarios, de los Centros de Alumnos y Colectivos, del Tricel, del Consejo Universitario, de la propia Universidad y de organizaciones o personas privadas o públicas ajenas a la institución. El Archivo que los resguarda ha pretendido organizar y conservar los documentos existentes, y al ordenarlos se ha hecho evidente el perfil no institucional o institucionalizado de la FECH, pues los documentos no tienen una serialidad devenida de una actividad o labor mecanizada, repetida. No pesa sobre la Federación una dura regulación que norme su funcionamiento de manera estricta, por lo tanto no es obligatorio guardar registro de cada
126 Brunner, José Joaquín. Educación superior en Chile. Instituciones, mercados y políticas gubernamentales (1967-2007). Ediciones Universidad Diego Portales, 2009, p. 191. 127 Muñoz Tamayo, Víctor. Generaciones. Juventud universitaria e izquierdas políticas en Chile y México (Universidad de ChileUNAM 1984-2006). Ediciones Lom, 2011, p. 96.
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uno de sus quehaceres, a pesar de que es examinada por la Contraloría General de la República y de que debe, por lo tano, rendir cuenta a través de la documentación requerida o necesaria; esta documentación, la mayoría de las veces, ha pervivido el tiempo preciso, es decir mientras ha tenido vigencia, vida útil en términos administrativos y peso legal, para luego desaparecer, pues en general no ha habido conciencia de la necesidad, de la conveniencia, de resguardar esta memoria. La Federación realiza ciertas actividades que por su carácter de colectividad gremial se reiteran cada año o cada mes, como por ejemplo la semana “mechona”, la correspondencia, los trabajos voluntarios, los discursos, y, sin ir más lejos, los mismos comunicados, pero la reproducción de estas actividades responde a la contingencia de una determinada necesidad, al cumplimiento de una labor relativamente cambiante, no a un ejercicio obligadamente reiterado, por lo cual muchos de estos documentos sin carácter legal se han perdido. Es así como su particularidad fraccionaria se acentúa. Insisto: la serialidad de sus documentos no se desprende de por sí, de una orgánica, un funcionamiento institucional reiterado y maquinalmente puesto en práctica, sino que de una muy humana y cambiante gestión. Para este trabajo se seleccionaron solo dos documentos, de particular índole, pues para los efectos y pretensiones del mismo, que se ensaya como un análisis de discursos, más que como una reconstitución o confirmación de hechos y sus fechas –a través de primeras fuentes–, solo ellos resultaban idóneos. Ambos se consideraron de mayor valor por guardar discursos, opiniones y perspectivas de cada lado del conflicto. Se trata de la declaración pública del Prorrector Nassir Sapag Chain con fecha del 27 de febrero de 1996, y de la declaración realizada por la FECH el 11 de marzo de 1996, fecha del inicio de la toma.
2. Algunas cuestiones respecto del proceso de privatización de la educación universitaria. Durante la Unidad Popular se practicó una política de apropiación de los capitales productivos privados en favor del Estado. La dictadura militar subvirtió el proceso devolviendo las empresas, industrias y campos que habían sido expropiados e implementando, gradualmente, una política neoliberal que promovía, que deseaba, el manejo privado de todas las fuentes productivas, de movimiento de capitales y de servicios, entre ellos la educación, y para nuestros efectos, de la educación universitaria. a. Intervención de las Universidades. Pero antes de la instalación de estas políticas de libre mercado las universidades fueron profundamente intervenidas, nombrando y removiendo autoridades–incluyendo a los rectores–, con vigilancia policial en los campus, deteniendo a estudiantes incluso al interior de ellas. “El decreto ley N° 50 del 2 de octubre de 1973 anuncia que la Junta de Gobierno designará, en su representación, rectores-delegados en cada una de las universidades del país (…), interventores que empezarían a ser nombrados durante las semanas siguientes con amplias atribuciones entre las cuales destacan:
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• Suprimir, disolver o declarar en receso los cuerpos académicos colegiados superiores; modificar su composición o sus acuerdos; asumir todas o parte de sus facultades o delegarlas en otras autoridades. • Crear o suprimir cargos, fijar o modificar sus atribuciones o deberes; designar, remover, destituir, crear o suprimir autoridades unipersonales. • Crear, modificar, refundir o suprimir unidades académicas, departamentos, programas y demás formas de trabajo de la respectiva universidad. • Aprobar, modificar y derogar las normas internas relativas a otorgamiento de títulos y grados académicos y a planes y programas de estudio. • Dictar o modificar los estatutos, reglamentos y demás cuerpos normativos de las respectivas universidades y de las entidades dependientes de ellas” 126 Así, a través de las dilatadas atribuciones dadas a los rectores, designados por el régimen militar, y el nombramiento o mantención de autoridades unipersonales, la supresión de académicos colegiados, el cambio de los programas de estudio, etc., se instala un gobierno totalitario también en la universidad, constituyéndose como la extensión–tentáculo– de la Junta de Gobierno, haciendo desaparecer toda oposición y asegurando la lealtad y sumisión al régimen en las instaladas autoridades y en la vigilancia policiaca de las mismas, así como de la totalidad de los estamentos y componentes de la universidad. Las universidades se intervienen: se espejea en ellas el mismo ordenamiento sistemático instalado, con violencia, por el régimen en todo el país, se les reduce el presupuesto anual –pues el nuevo gobierno disminuye gastos en todas partes–, se reduce la cantidad de profesores como consecuencia evidente del nuevo ordenamiento, y sus supresiones, disoluciones, remociones, disminuye la oferta de matrículas en todo el país. b. Trasformaciones económicas. Se termina, gradualmente, con la subvención total del Estado. Hasta antes de 1975 “los estudiantes debían solo cancelar algunos costos de salud, deportes y ‘cuotas de solidaridad’ voluntarias y de bajo costo” 127, instalándose en el corto plazo una“matrícula diferenciada por tramos”en la que cada cual paga de acuerdo con sus capacidades económicas, personales y familiares, lo que en 1977 deriva en el pago de un “arancel diferenciado”, en el contexto de la política del autofinanciamiento. A partir de 1981 se termina con este régimen y se instala un sistema en el que todo alumno debe pagar igual monto de arancel y matrícula, sin diferenciaciones socioeconómicas, creándose entonces los primeros créditos y becas destinados a financiar los estudios de aquellos que por su situación económica no consiguen financiar parte o la totalidad del arancel, los que serán asignados diferenciadamente de acuerdo a las capacidades de pago y el puntaje conseguido en una prueba única de selección universitaria, la entonces Prueba de Aptitud Académica,
126 Brunner, José Joaquín. Educación superior en Chile. Instituciones, mercados y políticas gubernamentales (1967-2007). Ediciones Universidad Diego Portales, 2009, p. 191. 127 Muñoz Tamayo, Víctor. Generaciones. Juventud universitaria e izquierdas políticas en Chile y México (Universidad de ChileUNAM 1984-2006). Ediciones Lom, 2011, p. 96.
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actualmente Prueba de Selección Universitaria. Ya no recae exclusivamente en el Estado el deber de financiar las instituciones universitarias; la Universidad de Chile debe ser capaz de autofinanciarse a través del cobro de aranceles y matrículas, del reducido Aporte Fiscal Directo y de los inventos asociados al Aporte Fiscal Indirecto, y a incentivar la competencia entre instituciones (Convenios de Desempeño), ideados por los técnico-burócratas (concepto de Brunner) asociados al gobierno dictatorial. Este proceso de alojamiento del modelo neoliberal en Chile, bastante ejemplar en su radicalidad, se instala ya formalmente, en la educación superior, “a partir de la promulgación del decreto ley 3.541, de 1980, que otorgó al jefe de Estado facultades especiales para reestructurar las universidades del país (…) Los principios orientadores del nuevo régimen pueden sintetizarse en los siguientes conceptos fundamentales: a) Apertura de la educación superior al mercado sobre la base del principio de libertad de enseñanza entendida como libertad para crear y mantener establecimientos educacionales (…); b) Diversificación de la enseñanza superior inducida mediante la consagración legal de tres niveles institucionales diferenciados según una jerarquía de los certificados educacionales expedidos [universidades, institutos profesionales, centros de formación técnica] (…); c) Facilidades para la creación de nuevas instituciones privadas mediante un sistema con bajas barreras de entrada al mercado (...); d) Competencia como condición para aumentar la calidad (...); e) Nuevo sistema de financiamiento universitario (…) A este efecto se establece que las instituciones creadas dentro del marco de la nueva legislación no recibirán aportes directos del Estado (…) En cambio, en el caso de las universidades que hasta la fecha obtenían recursos del Estado, se determina que los aportes irán modificándose en el tiempo, de manera tal que al final de cinco años el aporte fiscal directo (AFD) se vería reducido a la mitad (…) mientras que iría en progresivo aumento un nuevo aporte fiscal indirecto y el monto de recursos destinado a financiar un crédito fiscal universitario (…); f) Reestructuración de las dos universidades estales. Tanto la Universidad de Chile como la Técnica del Estado son obligadas a desligarse de sus sedes en regiones, y en el caso de la Universidad de Chile de todas sus Escuelas Pedagógicas. En el contexto de la implantación de este nuevo programa nacional de educación, se genera una explosiva expansión de la cobertura, a cargo de las instituciones privadas recientemente creadas que se financian a través del cobro de aranceles y matrículas asumidos por las personas, sin AFD, que a su vez financian estos emprendimientos personales por medio de becas y créditos –particularmente de estos últimos–, endeudándose los estudiantes y postulando a las universidades que su capacidad de endeudamiento y puntaje en la prueba única de selección les permita –en el caso de que en la institución a la que se postule se exija al menos el rendimiento de la misma o un puntaje mínimo necesario–, generándose la reproducción de un sistema desigual. Para Raúl Atria: “Aminorada la presión demográfica, es más notorio, en esta fase avanzada, el arrastre inercial que proviene de la educación media, y que cuestiona gravemente la equidad efectiva en el acceso al sistema. Mientras persista la porfiada correlación entre el puntaje de la prueba nacional de ingreso (PSU) y la condición socioeconómica del postulante, el sistema seguirá con un embudo de acceso discriminado que bien puede poner en entredicho su sostenibilidad social” 129.
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c. La política de autofinanciamiento, sus efectos en la Universidad de Chile. Todo esto referido a la educación superior en términos generales, en el caso particular de la Universidad de Chile una de las mayores dificultades generadas por este nuevo sistema es el autofinanciamiento que ha puesto en entredicho su condición de universidad pública. Si se considera que el carácter público de una universidad se lo da exclusivamente su financiamiento, es decir, que sea sostenida en términos económicos por el Estado, se está por supuesto realizando una peligrosa reducción del significado de lo público. Una universidad es pública cuando se hace cargo, por una parte, de la educación de todo aquel que quiera y tenga los méritos para recibirla, méritos que deben provenir de un igualitario acceso a la educación básica y secundaria de calidad, y por otra, de la capacidad de estas instituciones de garantizar la transmisión cultural, pues “ellas han tenido desde siempre la misión de cultivar el saber como bien público y trasmitírselo solidariamente a las nuevas generaciones para la sustentabilidad de la sociedad. (…) las universidades no deben reducirse a ser un vehículo de movilidad social ascendente, sino que deben cuidar la calidad de la vida humana en todas sus dimensiones materiales y espirituales, personales, sociales y ecológicas130” . Es en este punto que se justifica el financiamiento de estas instituciones por parte del Estado, es decir, si toda la nación desea que sus hijos tengan la posibilidad de educarse en la universidad y que contribuyan, por medio de lo aprendido y generado en estas, al desarrollo de todo el país, y que además estos centros de pensamiento crítico resguarden la transmisión abierta, libre y plural de este pensamiento –fuera de la mera mercantilización empresarial de las ideas y tecnologías, que las vuelven intransparentes e incomunicables para así lograr un valor de cambio al interior de un mercado: se posee un conocimiento, una información, que se desea, que se necesita para los emprendimientos privados de una u otra compañía, y para asegurar la venta de esta información y de sus posibles aplicaciones, se la debe mantener oculta, evitando de este modo el natural discurrir de las ideas–, evidentemente es el fisco, es decir, el dinero de todos los chilenos, quien debe financiarla. Si bien este estado ideal de las cosas nunca se dio en Chile, es esta la lógica original detrás de la idea de educación pública. En el actual contexto de educación de mercado todo se complejiza de un particular modo. Se ha instalado un intrincado sistema conformado por instituciones que son en pequeña medida financiadas por el Estado directa o indirectamente, y en gran medida costeadas por quienes ingresan al sistema, en el corto o largo plazo, lo cual nos habla de un sistema donde finalmente hay una “Distinción cada vez más tenue entre la educación superior pública y la privada(…) la distinción privado/público es en este campo cada vez más retórica que real, y ya no permite observar diferencias fundamentales en un sistema de educación terciaria con segmentación de instituciones, donde todas ellas se adaptan de manera similar a un entorno altamente privatizado en el mercado académico y de las profesiones. En buenas cuentas, el componente público de un sistema como el que se ha configurado en Chile está quedando cada vez más nítidamente referido a las 16 universidades estatales. El problema crucial respecto de ellas
129 Atria, Raúl. “Chile, la débil distinción público/privado en un sistema de educación superior de modernización avanzada”, en Brunner, José Joaquín, Peña, Carlos (compiladores). El conflicto de las universidades: entre lo público y lo privado. Ediciones Universidad Diego Portales, 2011, pp. 182-183. 130 Morandé, Pedro. “Lo público y lo privado en el sistema universitario chileno: visión desde la cultura”, en Brunner, José Joaquín, Peña, Carlos (compiladores). El conflicto de las universidades: entre lo público y lo privado. Ediciones Universidad Diego Portales 2011, p. 81.
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es cómo y en qué medida pueden darse las condiciones necesarias para su sustentabilidad académica, social y financiera, para permitir que ellas no se vean irremisiblemente empujadas a adoptar en su gestión y desarrollo criterios propios de instituciones privadas (…) Por otra parte es también propio de esta educación hacerse cargo de modo preferente de la producción de bienes públicos, lo cual implica, también en concreto, resolver la tensión entre programas de alta valoración en el mercado de las profesiones, y actividades y programas con alto retorno social pero con bajo retorno económico, fuera de ese mercado. El Estado debe proveer reglas y recursos para el logro de esas orientaciones fundamentales” 131. En este punto se vislumbra el amplio conflicto en el que se enmarca el de la licitación de la Radio, el cual también se enmarca paralelamente en la refundación de la federación de estudiantes de esta universidad.
3. La refundación de la FECH. Luego del plebiscito del 89, y con la llegada de Aylwin y de la Concertación de Partidos por la Democracia al poder ejecutivo, en contrariedad a lo pretendido por los estudiantes organizados y movilizados con la perspectiva de derrocar el gobierno totalitario establecido tanto en sus universidades como en el país, el nuevo gobierno no cambió ninguna de la políticas, leyes y reformas realizadas en dictadura; la coalición de partidos se limito a administrar lo heredado. Al interior de la universidad se fue desmantelando la vida política y militante de sus estudiantes, sufriendo profundas modificaciones de lo que hasta entonces se había venido dando.“En un contexto de pasividad de las administraciones de la federación respecto de los temas pendientes de la transición en la Universidad, las directivas Fech, en ese entonces en manos de núcleos de la concertación gobernante, fueron perdiendo legitimidad y creciendo la abstención en las votaciones. En el año 1993, en medio de acusaciones de corrupción en el manejo de los recursos, la Fech colapsó luego de no poder realizarse la elección de un nuevo ejecutivo que remplazara a la directiva presidida por el socialista Álvaro Elizalde, puesto que prácticamente no hubo listas inscritas para la votación” 132. Se cambia la mayoritaria militancia en partidos políticos, por la militancia en pequeños colectivos independientes de izquierda; al interior de estos comienza a surgir la idea de refundar la Fech, en pos de convertirla en un organismo de carácter más democrático y participativo. Finalmente son los militantes de las Juventudes Comunistas quienes protagonizan esta refundación, pero asociados, entre acuerdos y desacuerdos, a colectivos de izquierda con estructura asambleísta. Comienza un largo proceso de votaciones y referéndum en los que se pretende normar a la Federación y su participación en la Universidad, en las decisiones respecto del rumbo de la misma. Todo esto en el marco de constantes conflictos con el primer rector desde la vuelta a la democracia y los primeros años de transición (de 1990 a 1998), Jaime Lavados, a propósito del costo de los aranceles y la participación de los distintos estamentos, y con el Gobierno de Chile, respecto a la necesidad de aumentar el gasto público en educación terciaria, en favor de las instituciones públicas. 131 Atria, Raúl. Op. Cit, pp.181-182. 132 Muñoz Tamayo, Víctor. Op. Cit., p. 219.
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Como se ha expresado, es en estos contextos que ocurre la licitación y posterior toma de la Radio Universidad de Chile.
4. Análisis de la licitación de la Radio Universidad de Chile en sus comunicados. Dos son los comunicados que consideramos de mayor valor, como se dijo al inicio de este texto, pues presentan los argumentos de uno y otro lado de manera extensa, expresa y detallada. Ambas, Federación y Prorrectoría, juzgan necesario, en el discurso, mantener al espacio radiofónico, pues lo valoran como un instrumento de difusión cultural. Las posiciones se confrontan, aparentemente, respecto del modo más adecuado de mantener y potenciar esta función. Para Prorrectoría no es necesario que la Universidad mantenga un vinculo estrecho y directo con la Radio, basta con que se realice un contrato de arriendo de licitación en el que el financiamiento provenga desde un privado y que al mismo tiempo la institución no pierda el beneficio de tener un espacio de difusión, es decir, que un privado page, resolviendo así las dificultades económicas, pero que no intervenga de manera autónoma en la programación, sino que esta dependa de la Universidad. En palabras del prorrector: “La Radio Universidad de Chile no se venderá sino que se buscará una asociación con el sector privado que permitirá desarrollar en mejor forma su gestión sin que pierda su identidad ni los principio básicos que hoy la orientan (…) se optó por evaluar la alternativa de una asociación con el sector privado para llevar conjuntamente la tarea de desarrollar la radio, sin perder los beneficios del espacio de difusión que hoy tiene y sin destinar recursos frescos (…) En una asociación con los privados la Universidad no solo ahorra el gasto que debe desembolsar anualmente, de sobre los $700.000.000, sino que percibe, además, un ingreso por el arriendo de la concesión y la modernización de la infraestructura y el equipamiento que no está en condiciones de enfrentar”. El prorrector relata una realidad en la que la licitación aparece como única salida plausible a la crisis de financiamiento de la Radio; para él, como hemos afirmado, es substancial la existencia de una radio de la Universidad pero la situación llegó a un punto en el que solo la venta, bajo ciertas condiciones, hace viable su existencia. A lo que la Federación responde el 11 de marzo con la toma de la Radio:“Frente a la decisión de la Rectoría de la Universidad de Chile de llevar a cabo la licitación de la administración de la radioemisora de nuestra casa de estudios, y tras haber desarrollado múltiples conversaciones, tanto con la Rectoría como con la Prorrectoría, en función de proponer vías alternativas que evitaran tal decisión próxima a consumarse, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Fech, reunida en su último Pleno de dirigentes, resolvió por unanimidad llevar a cabo la ocupación pacífica de la radioemisora para exigir a la Rectoría la revocación inmediata de la medida de licitación (…) El rector Lavados ha convocado para mañana martes al Consejo Superior de rectores para abordar éste y otros temas ligados a la reestructuración general de la Universidad (…) considerando que la medida ya está ejecutada casi en un 100%, hemos estimado absolutamente justo y necesario defender nuestra radio (…) por ello proponemos
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que los Decanos en el Consejo Superior exijan la revocación plena de la medida, al mismo tiempo que den inicio a un camino de debate y proyección de la Radio en función de potenciar la misión cultural que la Universidad tiene hacia la sociedad”. Para la Fech no es necesaria la intervención de privado alguno, pues si se considera que este podría convertir a la Radio en un negocio rentable, bien podría hacerlo la propia Universidad: “No obstante, si la Rectoría argumenta la factibilidad de que un privado pueda lucrar con esta emisora y con ello pagar a la Universidad ¿por qué la propia Universidad no puede generar un proyecto radial capaz de potenciar la pluralidad y el acervo cultural nacional, y además proponerse generar algún grado de recursos que le permitan avanzar en su misión de recrear, generar y difundir cultura?” La Federación asume que la salida correcta al problema es una transformación de carácter amplio, que debe cambiar la política del Estado en relación al financiamiento de sus universidades, pues es el sistema de autofinanciamiento el responsable de las dificultades económicas de la Universidad y por extensión de la progresiva desafección del patrimonio asociado a las actividades de extensión:“Queremos decir por último, que los estudiantes ya estamos cansados de tener que lamentar el desmantelamiento paulatino y constante de nuestra Universidad, sin que nadie haga frente a ello. Ayer fueron la venta del Canal de Televisión y la eliminación del Coro de Madrigalistas; la concesión a manos de la Isapre Colmena Golden Cross de parte del importante Hospital Clínico de nuestra Universidad, el que antes atendía en excelentes condiciones a pobladores de la zona norte de Santiago. Hoy es la Radio Universidad de Chile”. Este sistema, el autofinanciamiento, como ya se ha relatado, obliga a la Universidad a gestionar sus propios fondos, a contentarse con el aporte directo cavilado anualmente – sometiéndola a un presupuesto variable que dificulta la proyección, la racionalización en el manejo de esos recursos en perspectivas de largo plazo, pues no se sabe con qué dineros se contará al año siguiente y en los próximos–, las platas provenientes del cobro de aranceles, el financiamiento indirecto del Estado procedente de becas y créditos –ya sea a través de su función de garante frente a la banca privada o de dineros propios–, los convenios de desempeño ylas asignaciones de recursos a investigación a través de concursos: “El grave deterioro de la radioemisora y sus dificultades financieras no son más que el resultado de la nefasta política de autofinanciamiento universitario que fue impuesta en nuestro país a principios de la década de los 80. A ello se suma la escasa preocupación de las actuales autoridades por ésta área de nuestro quehacer como Casa de Estudios”. El prorrector asegura que se ha hecho todo lo posible por no llegar a este punto:“La propuesta para viabilizar la Radio se origina en la situación en que se la encontró en agosto de 1994, al asumir como prorrector, y que se puede resumir en las tres características principales: a) Equipos sin mantenimiento, con paralización inminente, sin repuestos ni presupuesto para adquirirlo.
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b) Mínima sintonía, ocupando el lugar 26 entre las 27 emisoras FM. c) Infraestructura en pésimas condiciones, mal aprovechadas y sin presupuesto para recuperarlas. d) Mínimos ingresos propios, sin política comercial definida y sin ninguna acción de venta de publicidad. “Las recomendaciones efectuadas por este Prorrector para enfrentar más agresivamente la acción comercial, (…) no fueron implementadas por el Director de la Radio de ese entonces, aduciendo que no tenía la capacidad para enfrentar un estilo de gestión diferente al histórico, donde los recursos provenían de los fondos centrales de la Universidad y de los escasos ingresos por venta de publicidad (…). En cuanto a la gestión interna, no adoptó las medidas que permitieran disminuir los costos de funcionamiento y adecuarlos a los efectivos requerimientos exigidos por el volumen de actividades realizado. “Esto determinó la decisión de entregar la gestión a un ingeniero comercial (…) el cual presentó un programa de desarrollo (…) El proyecto proponía iniciar un esfuerzo comercial sobre la base de un financiamiento inicial para hacer las inversiones necesarias y contratar personal calificado en lo radial y comercial. El presupuesto presentado alcanzaba a la suma de $120.000.00 que, obviamente, la Universidad no estaba en condiciones de invertir. El nuevo Director aceptó hacerse cargo de la radioemisora, conociendo la no aprobación del presupuesto solicitado”. La situación mejora: aumenta la representación de las distintas facultades de la universidad, de los departamentos, incluso de los alumnos, mejora la sintonía: “El esfuerzo de los 11 meses transcurridos desde ese momento posibilitó aumentar fuertemente la presencia, siempre difícil, de la Universidad en la programación, logrando realizar dos programas con la Facultad de Filosofía y Humanidades, dos con la Facultad de Artes y uno con el Instituto de Ciencia Política, con el Centro de Estudios Árabes, con la Editorial Universitaria y con el Hospital J.J. Aguirre. Además se crearon dos programas que difunden diariamente las diversas actividades de la Universidad. También se incorporó la radio juvenil de la Universidad de Chile, Antares, que se entrega, de 23:00 a 01:00 horas, a los estudiantes que mantienen la Radio Integral en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas”. Pero para el Prorrector: “A pesar de estos logros radiales, proporcionalmente importantes, pero insignificantes en términos de impacto, los ingresos económicos se mantuvieron en los mismos niveles que durante 1994. Los gastos, por otra parte, aumentaron por sobre los del 1994, en términos reales por el esfuerzo de Prorrectoría de apoyar el mejoramiento de la Radio”. “En consideración de que a) los esfuerzos realizados no han prosperado, b) no se tienen argumentos para estimar que en 1996 la situación será distinta, y c) no parece prioritario destinar mayores recursos para estos fines dada la cantidad de necesidades que enfrenta el resto de la Universidad; se optó por evaluar la alternativa de una asociación con el sector privado para llevar conjuntamente la tarea de desarrollar la Radio, sin perder los beneficios del espacio de difusión que hoy tiene y sin destinar recursos frescos que, obviamente,
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deben ser disminuidos de otra actividad de la institución”. (…) “En una asociación con los privados la Universidad no solo ahorra el gasto que debe desembolsar anualmente, de sobre los $700.000.000, sino que percibe, además, un ingreso por el arriendo de la concesión y la modernización de la infraestructura y el equipamiento que no está en condiciones de enfrentar”. De las palabras del prorrector se desprende la problemática de la baja audiencia; esta realidad puede ser achacada al tipo de programación emitida por la Radio, de índole cultural, sin embargo para él este no es el problema, pues piensa que un privado podría recibir utilidades manteniendo el perfil editorial universitario. Para la FECH, la condición cultura de la programación de la Radio tampoco es problemática. Sin embargo al evaluar la pertenencia de la emisora a la llamada industria cultural, industria publicitaria y de entretención, podemos cuestionar el pensamiento de ambos. La economía neoliberal ha generado una industria que se enriquece a través de la productivización mercantil del ocio. El tiempo libre de la mayoría de las personas en el mundo, es dilapidado por esta industria, que nos entretiene sin hacer mayor esfuerzo que escuchar y/o mirar con atención disipada. Esas son las reglas del juego, y este pacto no debe ser quebrado: si se quiebra, cambio el canal, en este caso cambio de emisora. Las masas parecen no desear ser educadas, no desear ser realmente informadas, por los medios de comunicación, pues eso implicaría esfuerzos comprensivos que solo estamos dispuestos a emprender en el tiempo eminentemente productivo, frente a la obligación dela faena laboral. La sociedad de mercado ha capturado el ocio y le ha impuesto un carácter unidimensional, ha mecanizado, aunque resulte anacrónico decirlo, no solo el trabajo, sino que también los tiempos en que nos liberamos de él. Tiempos que pudiésemos utilizar para el ejercicio de un pensamiento libre, privado y auto-reflexivo y posteriormente socializado, hablado con quien, o quienes, nos guste hacerlo, por ejemplo por medio del espacio radiofónico. Doble hostilidad parece recibir entonces el proyecto de una radio universitaria en Chile. Por una parte ya no puede ser sustentada por fondos de la propia universidad pues estos son escasos: frente a la realidad del autofinanciamiento, la educación superior pública se va progresivamente administrando como si fuese privada, relegando sus deberes comunitarios, participativos y de extensión, en pos de otras prioridades; por otro lado, su proyecto radiofónico de transmisión cultural es contrario a los rumbos y lineamientos del mercado de la industria cultural, no logrando financiarse a través del avisaje supeditado a la sintonía. Según el prorrector: “A raíz de esto también se ha criticado al prorrectorpor no creer que el gobierno deba dar recursos a la Universidad. Una lectura seria de mis declaraciones permite observar con total claridad que efectivamente no creo que el gobierno deba asignar recursos para financiar actividades subsidiarias o donde es posible conseguir inteligentemente los recursos para cumplir con los mismos fines. Este es el caso de la Radio y por esto no aprobé la propuesta que se me hiciera en el sentido de solicitar recursos estatales para ello. No caben dudas de que el Estado debe apoyar a las actividades culturales cuya importancia nadie discute, pero siempre y cuando estas no puedan ser provistas privadamente ¿Por qué todos
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los chilenos tendrían que financiar una ineficiencia que un privado está dispuesto a superar y financiar?”. Califica a la Radio de actividad subsidiaria, y ve en el privado y su administración al actor primero, y más idóneo, para salvar su descompuesta economía, desestimando, probadamente, la capacidad de gestión de su propia institución, conjeturando el más absoluto desinterés de los chilenos por financiar una actividad como esta, pretendidamente fracasada. Para la Federación:“Declaramos entonces que ya no queremos seguir llorando sobre la leche que derrama la mala gestión de autoridades que han olvidado que se deben a la comunidad universitaria. Ya no queremos ser mudos testigos del desmantelamiento de la Universidad, la que ha servido y debe seguir al servicio de los intereses superiores del desarrollo social, democrático, cultural y económico de nuestro país. Queremos decirle a todos los chilenos que la destrucción de o jibarización de la Universidad de Chile es un problema nacional y no tan sólo de quienes hoy día trabajan o estudian en ella”. En el siguiente recorte de la declaración de Nassir Sapag, se observa otro conflicto presente entre Fech y Rectoría. El deseo de la Federación de construir una Universidad con gobierno democrático, participativo, versus la visión autoritaria –que, sin embargo, se ve posteriormente matizada– en la idea de que la posibilidad de participación en la autoridad debe responder a méritos anteriores: “La crítica del ex Director de la Radio de que este Prorrector no consultó a los funcionarios la decisión que iba a tomar es una clara muestra de la no comprensión del más básico principio de autoridad. Mis decisiones no son colegiadas. Menos aún consultadas a quien demostró una total incapacidad para dirigir anteriormente la radioemisora. Para pedir participar de la autoridad hay que asumir primero el sentido de la responsabilidad funcionaria de sus actos. La decisión sí fue informada, analizada y evaluada con el Director actual de la Radio, quien no compartió mi decisión”. A lo que la Federación responde:“El silencio que se le impone a la Universidad al despojarla del último de los medios con los que ella se relaciona masivamente con la sociedad, contrasta con la ausencia de democracia y participación a la hora de llevar a cabo medidas que involucran su esencia misma (…) Las medidas que se están adoptando desde el gobierno y el parlamento, coherentes con las que está imponiendo el rector Lavados y su equipo, no se corresponden con los cambios que requiere nuestra Universidad. Frente a ello nos preguntamos: ¿Esta es la reestructuración en la cual nos quiere embarcar señor Lavados? ¿Una reestructuración que implica el desmantelamiento y la enajenación de la Universidad? ¿Un proceso en el cual el debate y la deliberación democrática no sólo no es útil, sino que resulta molesto para sus objetivos? Esta y otras señales nos hacen pensar que cualquier reestructuración que se lleve a cabo sin participación de la comunidad universitaria, sin contar con un Proyecto de Desarrollo para la U, y sin considerar la actual legislación nacional sobre las universidades, carece de todo sentido y solo apunta a dilapidar a esta Casa de Estudios, haciéndola sucumbir a los vaivenes del mercado y alejándola de su misión histórica hacia Chile y los Chilenos”.
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5. Conclusión. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, durante los 90 se organiza y actúa en la búsqueda de hacer retroceder los logros, la herencia, del reciente régimen totalitario al interior y fuera de la Universidad, en contra de las autoridades, que no demuestran ningún interés por cambiar el estado de las cosas. Dentro de la institución los desaires provienen de la instalación y permanencia de un gobierno universitario totalitario y dictatorial, profundamente jerarquizado, que otorga excesivos poderes a autoridades unipersonales, quienes, como declara Nassir, no toman “decisiones colegiadas”. Dentro de los agravios a los que se sometió a la institución está el autofinanciamiento, y sus efectos, que obligan a actuar a la Universidad, en muchos momentos, como si fuera una institución privada. Como consecuencia de esta política, los estudiantes protestan por el alza en los aranceles, los montos de asignación de créditos, por el financiamiento anual del fisco y la desvinculación del patrimonio, de los bienes de extensión de la institución. La Radio Universidad de Chile es uno de estos bienes de extensión–de extensión cultural– que se pretendió desvincular. La Radio es una herramienta útil para cumplir el mandato a la institución universitaria pública: “La universidad (…) es una cultura construida dentro de la cultura, que permite registrar, rememorar y transmitir las pautas de valoración de la experiencia del habitar humano que esa cultura había hecho familiar y habitual, como también explorar, anticipar y proyectar su continuidad y cambio hacia el futuro133” . La actividad universitaria es un bien público en el sentido de que reflexiona respecto y a partir del devenir cultural, de la vida en el mundo, de la relación y compresión de las cosas, la materia y sus fenómenos, y para contribuir al desarrollo de la cultura misma debe publicitar el resultado de estas reflexiones, socializarlas. En síntesis, la Federación se posiciona en resistencia, con mayor o menor éxito, con mayor o menor compromiso, con mayor o menor lucidez, al sistema de libre de mercado y su acción profundamente destructiva de la pretendida, y por muchos deseada, universidad pública. Una universidad pública para Chile, y particularmente en el interés, la voluntad, laque la propia universidad, la Universidad de Chile, se construya o reconstruya como un ente de verdadero y efectivo carácter público. En esta resistencia al interior de la Universidad, la Federación, se enfrenta a sectores con un poder de carácter hegemónico, se trata de los sectores gerenciales (El Prorrector Nadal por ejemplo) de la Universidad, con acuerdo, en algunos casos silencio y cómplice en otros, de ciertos académicos, frente a los cuales tanto la Federación, como los Centros de Alumnos y sectores de académicos operan como una inorgánica y en muchos casos reaccionaria (en el sentido de tener una mediana capacidad de respuesta y una nula suficiencia para adelantarse los procesos y acciones generados por el sector al que resiste) resistencia.
133 Morandé, Pedro. Op. Cit., p. 67.
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ASOCIATIVIDAD Y RESISTENCIA EN DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS: FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE DURANTE LA DICTADURA MILITAR 1984-1987 Leonardo Cisternas134
“Nosotros pretendemos expresar un compromiso efectivo en la defensa de los derechos humanos, los que han sido violados sistemáticamente durante este régimen [...] Además, nosotros queremos que la FECH sea un instrumento de lucha, y no tan sólo la representación ingenua de los intereses estudiantiles” 135.
- Ricardo Brodsky -
Introducción La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), a partir de 1984, con su refundación, comienza a jugar un rol relevante en torno a la defensa de los Derechos Humanos. Los hechos acaecidos durante la dictadura militar en contra de los estudiantes y, en general, de los detractores al régimen provocaron, para el caso de los movimientos estudiantiles y sindicatos según nos señala Manuel Garretón, que los elementos que los constituían como sujetos históricos desaparecieran y quedaran reducidos a una dimensión netamente corporativista136 . Al interior de la Universidad de Chile, la dictadura significo, durante el primer año, la pérdida del 25% del personal docente, el 10% del personal no académico y el 18% de los universitarios137. La hipótesis de investigación que planteo se basó en una rearticulación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, en 1984, que conllevó a que se desarrollo como un actor político relevante en la escena nacional durante un periodo de álgidas tensiones como lo fue la dictadura militar. Esta refundación significo una asociatividad con y entre distintas agrupaciones, como por ejemplo diversos sindicatos, que habían perdido, con la dictadura militar, un protagonismo importante restringiéndose solamente a un ámbito corporativista.
134 Estudiante de Licenciatura en Historia. Voluntario del Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 135 Revista Apsi, 15 al 28 de octubre de 1984. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 136 GARRETON, Manuel. El proceso político chileno. Santiago, ediciones Flacso, 1983. 137 GARCÍA, D; ISLA, J; TORO, P. Los muchachos de antes. Historias de la Fech 1973-1988. Santiago de Chile, Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2006, p. 23
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Estas uniones y asociatividades con otros actores adquieren una dimensión especial que se encuentra estrechamente ligada con el contexto nacional de represión y violación a los Derechos Humanos. Por lo tanto, comprendo la rearticulación de la Federación desde una necesidad de denuncia y resistencia a los acontecimientos de lesa humanidad, pero ésta no se restringe a un actuar individual sino a una asociatividad con otros sujetos políticos contrarios al régimen militar. Antes de comenzar el análisis, debemos señalar que, bajo ningún punto de vista, esta investigación pretende ser un estudio acabado del papel que cumplió la Federación en la defensa de los Derechos Humanos, por el contrario, el objetivo principal es realizar un examen exploratorio de la documentación existente respecto al tema y obtener conclusiones generales que sirvan como base para un análisis más profundo posteriormente. Las fuentes a utilizar son las encontradas al interior del Archivo y Centro de Documentación FECH (AFECH) y se restringen, fundamentalmente, a correspondencia, recursos de amparo y declaraciones públicas entre los años 1984 y 1987. El estudio se dividirá sistemáticamente en dos partes. Primero, analizaremos las distintas manifestaciones de denuncia y resistencia a los actos de lesa humanidad acaecidos al interior de la Universidad de Chile. Luego, estableceremos el apoyo y asociatividad existente entre la FECH y los distintos actores detractores de dictadura militar. 1) Denuncia, manifestaciones y resistencia: el accionar de la FECH en la Universidad de Chile durante la Dictadura Militar. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en noviembre de 1984, una vez llevada a cabo “la realización de la Asamblea Constituyente y del posterior plebiscito de aprobación de los Estatutos” 138, da inicio a la refundación de la FECH por medio de elecciones universales. En el año 1983 los estudiantes de la Universidad iniciaron un proceso de democratización de la organización estudiantil “lo que culminó en el primer semestre de este año [1984] con 16 de los 17 centros de Alumnos democratizados” 139. Fue en 1984140 cuando culminó dicho camino de articulación política con la refundación de la FECH por medio de elecciones universales y con una participación de un 70% del alumnado. El proceso, anteriormente enunciado, conllevó a que ya en junio de 1984 la organización existente, la FECECH141 se autodisolviera. A días de ganar las elecciones la directiva de la Federación comienza a empoderarse de la misión de resguardar la integridad de los estudiantes de la Universidad de Chile. Para lo anterior envían correspondencia a las distintas autoridades de esta casa de estudios sobre ciertos acontecimientos que están acaeciendo al interior de la Universidad: 138 Ibíd. P.177 139 Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, 5 de noviembre de 1984, Santiago, P.2. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 140 Op cit., MONGE Diego, ISLA José; TORO Pablo. P.199. 141 La Federación de Centros de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECECH) fue creada el 29 de septiembre de 1978 bajo mandato de los rectores militares designados de dicha casa de estudios y estaba compuesta por universitarios partidarios del régimen militar. Un instructivo, emanado desde el Rector de Asuntos Estudiantiles, establecía restricciones respecto de reuniones, publicaciones y comunicación de estudiantes universitarios, denominado “Circular 63” el 7 de octubre de 1976, señalaba en su artículo número 2 que “se prohíbe estrictamente la celebración de reuniones de estudiantes, cualquiera sea la causa o motivo de ella, sin autorización expresa del decano […]”
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“El pleno de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH, compuesto por el Consejo de Vocales, el Consejo de Presidentes y la mesa Directiva, ha estimado necesario dirigirse a Uds. para expresar su preocupación por la situación de represión y amedrentamiento que afecta a los estudiantes y dirigentes de nuestra Federación.” 142 Pronuncian su descontento frente a la detención del presidente del Centro de Estudiantes de Computación, de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Flavio Cárcamos, por agentes de la CNI; el arresto de más de 60 estudiantes de la misma Facultad por Carabineros y el atentado terrorista en el hogar del presidente de la Federación de Estudiantes Yerko Ljubetic; y, por último, el Estado de Sitio impuesto en el país por la dictadura militar. Frente a lo anterior anuncian que “la decisión del Pleno de nuestra Federación de iniciar un Paro indefinido de actividades en caso que ocurran nuevos atentados contra la seguridad de los dirigentes de la FECH o contra su libertad” 143. Respecto al Estado de Sitio, la Federación elaboro un informe general sobre la violación a los Derechos Humanos. Este documento señala, primeramente, la situación universitaria en general. Dicha fuente establece numéricamente a los estudiantes, que a nivel nacional, fueron víctimas de: “I.- Amedrentamientos: 55 2.- Ataques de Fuerzas Especiales de Carabineros (lacrimógenas, balines, otros): 27 3.- Heridos por proyectiles: 25 4.- Violaciones de recintos de Ues.: 13 5.- Suspensión de actividades: a) Cierres parciales: 9 b) suspensión del semestre: 4 6.- Procesados: a) Fiscalía Militar: 54 b) Juzgado Policía Local: 3 7.- Expulsiones: 74 8.- Relegaciones: 48 9.- Detenciones: a) Masivas: 532 b) Individuales: 31 Total detenciones: 563” 144 En la lista de los 40 dirigentes afectados durante este mes, destacan dos de la Universidad de Chile, los ya mencionados Flavio Cárcamo y Yerko Ljubetic. El informe establece que hubo “un promedio de 17 detenidos por día; más de un relegado por día; más de dos expulsados por día; casi dos procesados por día”145. Concluyen que el Estado de Sitio agudizo la carencia de autonomía en
142 Carta de la FECH a la Junta Directiva de la Universidad de Chile. 5 de noviembre de 1984, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 143 Ídem. 144 Departamento de Derechos Humanos FECH. Universidad: un mes de Estado de Sitio. 14 de noviembre de 1984, Santiago. P.2-3. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 145 Ibídem., P.3
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las universidades y a generado un clima de tensión mayor al existente. Monge, Isla y Toro analizan que el incidente, refiriéndose al Estado de Sitio de noviembre de 1984, permite ilustrar una situación que se hizo más particular. Señalan que a partir de este acontecimiento la FECH “al igual que las restantes federaciones de estudiantes democráticas del país, declararon una ‘guerra’ de la civilidad contra dicho régimen de excepción” 146 Es necesario señalar que este documento contiene una discordancia no menor. El informe plantea un estudio entre el 7 de noviembre y el 10 de diciembre, pero la fecha de data de emisión del documento es del 14 de noviembre de 1984. Por lo tanto, no podemos asegurar la fidelidad de la fuente y todo lo que se pueda pensar de esta desavenencia es una mera especulación. No obstante, este informe retoma los nombres de Flavio Cárcamo y Yerko Ljubetic lo que hace pensar, que quizás, el documento encontrado era un borrador o simplemente existió un error al momento de datar la fecha. Otro punto importante, que es posible desprender del informe, es que deja constancia de un departamento de los Derechos Humanos, lo que nos permite deducir que las violaciones a los DD.HH es un tema, de alta relevancia, para la directiva de la Federación de Estudiantes comprendiendo que esta organización no alcanzaba más de un mes de vida. El departamento anterior sin embargo no es el único, se sabe de la existencia de otros organismos de estudiantes al interior de la Universidad de Chile cuya función era la defensa de los Derechos Humanos, como es el caso de la Facultad de Filosofía, Humanidades y educación con el Comité de Base de Derechos Humanos147 fundada en 1984 “por la iniciativa de un grupo de jóvenes resueltos a defender los derechos fundamentales del hombre” 148. Los estudiantes de dicha facultad definen de la siguiente forma su organización y establecen los siguientes objetivos: “Ser Comité de Base de los Derechos Humanos significa ser una organización autónoma e independiente relacionada con la Comisión Chilena de Derechos Humanos [...] para este año nos hemos planteado grandes exigencias. Ya contamos con un estatuto interno y estamos en la elaboración de un proyecto de financiamiento. Para continuar y afianzar las actividades y lazos realizados el año pasado, hemos elaborado un proyecto de trabajo anual y trabajamos continuamente en el reforzamiento de nuestra organización” 149 Volviendo al tema anterior, para un panorama general sobre la situación en las universidades chilenas encontramos una tabla que nos indica la cantidad de exonerados en las distintas Universidades del país:
146 Op cit., MONGE Diego, ISLA José; TORO Pablo. P.246. 147 Revisar anexo I. 148 Comité de Base de Derechos Humanos, Facultad de Filosofía, humanidades y educación. Presentación e invitación a formar parte del Comité de Base de Derechos Humanos. Universidad de Chile. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 149 Ídem.
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1984 TOTAL
1982
1983
U. del Norte
-
-
-
-
U. de Antofagasta
-
-
-
-
U. de La Serena
-
-
-
-
U. Católica de Valparaíso
1
5
-
6
U. Federico Santa María
1
-
8
9
U. de Chile
-
2
-
2
U. Católica de Chile
3
2
21
2
U. de Santiago
7
3
18
28
Acad. Sup. Cs. Ped. Stgo
1
5
-
6
Inst. Profesional de Chillán
-
-
-
-
U. de Concepción
-
-
-
-
U. del Bío Bío
-
-
1
1
I. Profesional de Valdivia
-
-
-
-
UNIVERSIDAD
U. Gabriela Mistral
-
-
-
-
TOTAL
12
18
51
81
De la tabla anterior, se puede deducir que las expulsiones de estudiantes en la Universidad de Chile, en contraste con otras universidades, fueron menores, llegando tan solo al 2,5% del total de las exoneraciones entre los años 1982 y 1984152. Sin embargo, respecto a los años que se encuentran en blanco no se con exactitud si no existieron datos sobre expulsiones o bien la cantidad es igual a cero. Además, sigue siendo una incógnita los periodos anteriores y posteriores a los reflejados por esta estadística, no obstante, más allá de los datos que pueda otorga la tabla, puedo dar cuenta que existe una estrecha relación entre la ANEUS (Asociación de Estudiantes Sancionados) y la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, reflejado en la correspondencia encontrada en los fondos documentales del Archivo y Centro de Documentación FECH. Esta Asociación fue creada, por lo que podemos deducir de los documentos, con el fin de apoyar a los estudiantes exonerados durante la dictadura militar. La ANEUS entablaba una serie de relaciones con otras universidades latinoamericanas y europeas con el fin de que los estudiantes lograsen terminar sus estudios. Estas mismas casas de estudios ofrecían ayuda monetaria para el traslado y mantención de los universitarios, siendo un ejemplo claro de la asociatividad que logro la FECH con otros actores emergentes durante la década de 1980. Una muestra de lo dicho, es la siguiente carta dirigida a la Federación de Estudiantes de la
150 Síntesis de Boletín de Realidad Universitaria AHC. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 151 Siete reintegrados tras apelaciones. 152 Revisar informe completo en anexo II. Carta de la Agrupación de Estudiantes Sancionados a la Federación de Estudiantes de la 153 Universidad de Chile. 19 de noviembre de 1985. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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universidad de Chile en que se invita al dirigente Yerko Ljubetic a participar en la Comisión Seleccionadora de Postulantes a dos universidades latinoamericanas: “La Agrupación de Estudiantes Universitarios Sancionados junto a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, se encuentra realizando el proceso de postulaciones para la continuación de estudios en Argentina (U.T.N.) y Uruguay (Universidad de la República) 153. Por lo tanto invitamos a Uds. a participar en la Comisión Seleccionadora de postulantes, la cual será compuesta por representantes de organizaciones académicas, estudiantiles y de Derechos Humanos” . La Asociación de Estudiantes Sancionados no se restringe al envió de universitarios a otras universidades extranjeras, por el contrario, parte de su trabajo está destinado a denunciar las injusticias académicas de las distintas facultades de la Universidad de Chile. Un ejemplo de lo anterior se ve ilustrado en un circular que denuncia la sobrecarga académica en la Facultad de Ciencias económicas y Administrativas que significó que muchos de sus estudiantes no tuviesen tiempo para otras actividades que no fueran netamente académicas. Además existe un intento reiterado, por parte de las autoridades, de expulsar a ciertos estudiantes como lo señala el siguiente comunicado: “Durante este año además fue suspendido 2 veces Roberto Madrid, acusado de escribir frases antigubarnamentales en el computador, la primera vez en Abril de 1985 y la segunda vez el 3 de Septiembre de este mismo año” 154 La ANEUS no ha sido la única institución que se ha preocupado por los estudiantes sancionados de la Universidad de Chile, la Embajada de Canadá, por medio de la Vicaria Pastoral Universitaria, ofreció ayuda a estos universitarios permitiéndoles el ingreso a cualquier universidad de este país contemplando, a su vez, traslado y mantención155. Lo anterior, que veremos más adelante con mayor profundidad, demuestra la preocupación de diversos actores sociales por los problemas internos de la Universidad de Chile. Otro aspecto de gran importancia era informar a los estudiantes de lo que significaban detenciones y como debiesen enfrentarlas. En un panfleto denominado DETENCIONES MASIVAS del Comité Pro Derechos Humanos Campus La Reina, sin fecha ni firma, se pone de manifiesto lo anterior, definiendo los distintos procedimientos y las formas en que se debe actuar. Señala, entre otras muchas cosas, a las posibles comisarias que el detenido puede ser llevado. Respecto al registro establecen que: “En la Comisaría, los detenidos son registrados. Deben dar a Carabineros sus datos personales: nombre, edad, profesión o actividad, estado civil y la dirección. Además, se les obliga a entregar sus bolsos personales y carteras para que se los
154 Circular de la Asociación nacional de Estudiantes Sancionados sobre la situación en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. P.3. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 155 Circular del Arzobispado de Santiago Vicaria de la Solidaridad a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 6 de noviembre de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 156 Comité Pro Derechos Humanos Campus La Reina. Detenciones Masivas. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 157 Ídem.
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revisen, al igual que sus bolsillos. Mientras dura el arresto, Carabineros les retiene los documentos de identificación y los artículos de valor. El detenido no debe olvidarse de recuperar sus pertenencias al abandonarla Comisaría.” 156 En relación a los interrogatorios, el documento describe que este procedimiento es realizado “En la Comisaría, los arrestados por carabinaros y por civiles que pueden pertenecer a la C.N.I” 157, señalan que es fundamental que los detenidos ante todo mantengan la calma; exijan la identificación de él o los interrogadores; que no se reconozcan culpables de lo que no han hecho, aún cuando existan amenazas de por medio; y que por ningún motivo firmen un papel sin previamente leerlo y estar completamente de acuerdo en lo que allí se estipula. Por último, este comité describe como se debe enfrentar la detención de otra persona para que esta no peligre su integridad: • “Primero hay que verificar que la persona fue realmente detenida, con testigos del arresto o porque se comprobó su permanencia en una camisería. • Concurrir a las camiserías hasta que un funcionario policial reconozca el detenido. (que se encuentra en el lugar). • Averiguar sobre las horas de visita y llevar al detenido sus efectos personales, lo más pronto posible. • Es indispensable visitarlo todos los días. • El familiar debe hacer los trámites legales correspondientes y presentar un Recurso de Amparo, reclamando la ilegalidad del arresto y pidiendo que carabineros informe al Tribunal en virtud de qué orden o decreto el detenido permanece privado de libertad” 158 El documento anterior, si bien no es emanado directamente por la Federación de Estudiantes, representa el pensamiento y accionar de los universitarios durante la dictadura. Esto se ejemplifica en el plan de acción programado en caso de una detención y en la serie de organizaciones e instituciones que se formaron con el fin de defender y resguardar sus derechos ante cualquier posible atentado. A un año de su refundación, en junio 1985, la FECH reafirma el compromiso anteriormente pronunciado: “Estos son ejemplos del números record de muertos, detenidos, desaparecidos y sancionados que lleva el Régimen Militar en nuestra Universidades y que traducen fielmente el clima en que se desenvuelve el movimientos estudiantil chileno. Por ello, la Directiva de la FECH ha decidido asumir como su objetivo fundamental durante este período la recuperación de la dignidad de los estudiantes, la recuperación de la dignidad de nuestra Universidad en un movimiento que involucre a todos los sectores y que conduzca al término de las condiciones que permitan que hoy se detenga, se asesine y se sancione impunemente a los estudiantes y a sus dirigentes por el solo hecho de discrepar de los políticos impuestos por el Régimen Militar” 159.
158 Ídem. 159 Carta de la directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a los estudiantes. Junio de 1985, Santiago. p.19. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 160 Lo mismo puede encontrarse en: Revista Apsi, 15 al 28 de octubre de 194. 161 Declaración pública de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 3 de junio de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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Este documento sintetiza, en gran parte, lo que hemos relatado a lo largo del estudio: la búsqueda por la democracia y el fin de los abusos en contra los Derechos Humanos. El documento finaliza señalando que pretenden un movimiento que involucre a todos los sectores para que se logre el fin de las detenciones masivas y que no exista sanción hacia los estudiantes, tema que veremos en el siguiente punto y que, al parecer, fue una constante en la FECH de los años 80’. En una declaración pública del 3 de junio de 1985, la mesa directiva de la FECH llama a paro universitario por “la defensa de la autonomía universitaria y la seguridad de los estudiantes” para el día 6 del mismo mes160. En dicho documento se rechaza rotundamente los hechos acaecidos durante el Estado de Sitio donde se realizó: “[...] la detención de 171 estudiantes que, realizaban. Trabajos Voluntarios y la consecuente muerte de uno de ellos, Patricio Manzano en dependencias de la Primera Comisaria de Santiago; el arresto y detención en un campo militar en Conchi del Vicepresidente de la FECH, Gonzalo Rovira; la persecución por más dedos meses del Secretario General de la FECH, Ricardo Brodsky; la designación, en contra de la opinión del Consejo de Facultad, del Sr. Poblete como Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas; la desaparición de la estudiante de primer año de Sociología, Tatiana Fariña y el ingreso de Carabineros al recinto de la Escuela de Ciencias Sociales, que implicó la detención de 35 estudiantes [...]” 161 El 15 y 16 de abril de 1986 se realiza otro paro estudiantil, cuyo objetivo, al igual que el anterior, era el fin de la intervención militar en dicha casa de estudios, entre otras cosas, tal como nos relata el siguiente documento: “Ha sido claro en rechazo tajante a los allanamientos que han sufrido los Campus Universitarios y a las detenciones violentas de que son objetos los Estudiantes, Funcionarios y académicos. En resumen, hemos logrado poner en el centro del problema el gobierno universitario, estableciéndose, ademes, que la solución a los problemas del Pedagógico e I.P.S. pasan por su reincorporación a la Universidad de Chile” 162. El desafío más importante fue, tal y como ellos nos señalan, canalizar en un breve periodo esta realidad, especialmente entre los estudiantes nuevos que ingresan a la Universidad. Los resultados, que se obtuvieron de este paro, los resumen en una masiva respuesta de más del 70% de los estudiantes de la Universidad y donde fueron apresados alrededor de 700 estudiantes incluido el presidente de la Federación. La FECH, el 17 de mayo de 1986, señala que: “El M.E. [Movimiento Estudiantil] Nacional ha dado pasos importantes en el camino de terminar con la Intervención Militar. En el Paro de Abril de la Universidad de Chile, hemos sido capaces de hacer tambalear a la Estructura interventora y demostrar las contradicciones insalvables que en ella existen” 163.
162 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a los Estudiantes. 17 de Mayo de 1986, P.5. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 163 Ibídem. P.4-5. 164 Declaración pública de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 12 de julio de 1989, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
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Los documentos, anteriormente expuestos, me permiten afirmar que la intervención militar al interior de la Universidad de Chile es una de las causales de más repudio dentro de la Federación, lo que se refleja en las diversas manifestaciones que se realizaron entre 1985 y 1986 que son parte, al mismo tiempo, de un contexto mayor de movilizaciones que acontecieron durante estos años en Chile. Desde este punto de vista, creo que la FECH se instala, a partir de estos años, como un interlocutor válido entre los estudiantes para la defensa de los Derechos Humanos y de las decisiones que se tomen al interior de dicha casa de estudios. Proyectando nuestro estudio, más allá de los márgenes previamente establecidos y a modo de ejemplo, en el año 1989 la Federación de Estudiantes expresa su pleno repudio al nuevo proyecto de Estatutos presentado por el Rector Delegado Juan de Dios Vial. Respecto al tema declara: “[...] Este rechazo se fundamenta básicamente en que el procedimiento utilizado por el señor Vial continúa sin contemplar la consulta a la Comunidad Universitaria y está dirigido a lograr una rápida aprobación por parte del actual Consejo Universitario, cuyos miembros son en su mayoría designados por el propio Rector y han demostrado en la práctica, salvo horosas excepciones, ser totalmente obsecuentes a la voluntad de éste” 164. Pero no sólo mediante cartas y declaraciones públicas es posible ver las manifestaciones de la federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Los distintos recursos que denuncian frente a los organismos del Poder Judicial nos demuestran acciones concretas para evitar cualquier atentado en contra de los dirigentes y, en general, de los universitarios. Es así como podemos mencionar los Recursos de Amparo declarados a favor de Ricardo Brodsky, Yerko Ljubetic, Gozalo Rovira o a los estudiantes de los trabajos voluntarios de Aconcagua del año 1985. Uno de los métodos más efectivos que utilizó la FECH para que no se afectase la integridad de los universitarios, como mencionamos anteriormente, fue dejar constancia de los sucesos que acontecían al interior de la Universidad de Chile. Es así como podemos mencionar una serie de recursos de amparo interpuestos por la directiva de la Federación en contra de ciertos acontecimientos: “Que venimos en recurrir de Amparo en favor de las personas que se señalaran, quienes fueron detenidas el día de hoy Viernes 24 a las 12,30 hrs. desde el interior de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile [...] Los amparados, todos estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, se encontraban, algunos de ellos, participando en el interior su Escuela en una vigilia motivada por la situación, de desaparecimiento de la estudiante de Sociología Tatiana Fariña; y otros se encontraban en las inmediaciones del local de dicha escuela [...] fueron subidos a los vehículos policiales y conducidos a un lugar que desconocemos” 165 A este suceso que fue puesto de manifiesto por la Federación, lo suceden otros de similares características en los cuales se declara la detención ilegal de estudiantes y se solicita el estudio del caso. Otro de los acontecimientos que tuvo lugar durante la dictadura y que son recordados con gran interés fue la confinación de Gonzalo Rovira, dirigente comunista de la
165 Recurso de Amparo, 24 de mayo de 1985. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 166 Recurso de Amparo, 21 de febrero de 1985 167 Recurso de Amparo, 21 de febrero de 1985
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FECH, y otros estudiantes en la localidad de Conchi abalándose la dictadura militar en las facultades que le confiere el Decreto Supremo N°138 del 31 de enero de 1985 que prorrogo el Estado de Sitio en todo el país 166. Ante lo anterior se interpuso un Recurso de Amparo que buscaba dejar sin efecto la medida y “solicitaba el alzamiento inmediato de la medida de incomunicación que afecta a los amparados” 167. Asociatividad: redes entre los distintos actores políticos de los 80’. La documentación existente respecto al tema es variada y dispersa, como ha sido la constante en la historia de los movimientos estudiantiles. Si realizamos un mirada general sobre los documentos vemos, precisamente, que existe una relación entre los distintos actores sociopolíticos de la época y la FECH durante la dictadura, sin embargo, no logramos establecer lazos de continuidad entre estos sujetos, ya sea porque las fuentes existentes no están completas o simplemente debido a que consideramos que, en su mayoría, son cartas de apoyo a los distintos sucesos coyunturales por los que tuvo que pasar la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y no, necesariamente, se resume una relación mutua y constante. Por lo tanto, tal y como señale al principio del artículo, este punto pretende ser una mirada sólo exploratoria entre las redes entre los distintos actores políticos de los 80’ que vieron su surgimiento en esta época. Por lo antes dicho, se nos hace difícil armar un relato coherente, fluido y cronológico, por lo cual la división sistemática de este punto será, primero, establecer las relaciones con organismos internacionales; luego, revisaremos los lazos con agrupaciones nacionales; y, finalmente, analizaré un caso emblemático para la fecha en estudio: el fallecimiento de Patricio Manzano en los trabajos voluntarios de la FECH de 1985. El estudio de las relaciones con organismos internacionales será analizado en dos partes, una destinada a las instituciones defensoras de los Derechos Humanos (ONU, Comisión Nacional de Derechos Humanos, WUS, entre otros) y, otra, a relaciones con otras universidades del cono sur. Respecto a estos organismos internacionales defensores de los Derechos Humanos, se puede señalar que fue muy escasa la documentación encontrada al respecto y, que en su mayoría, se limitaba a cartas de denuncia enviadas desde la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a las instituciones con el fin de dejar registro de los abusos de los que estaban siendo víctimas. No encontramos, al interior de la correspondencia, respuesta a estas cartas enviadas por los estudiantes lo que deja la investigación abierta a cualquier tipo de especulación. Un ejemplo de lo anterior es el documento que envía la FECH a Fernando Vollio, relator especial de Organización de las Naciones Unidas para el caso Chile, en la que Humberto Burotto, en diciembre de 1985, expresa:
168 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile al Relator de la ONU para el caso de Chile. 9 de diciembre de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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“Vengo a solicitarle a Ud. la concesión de una entrevista para exponer la realidad universitaria en cuanto a las dificultades que ha debido afrontar nuestra organización. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH para lograr y mantener su sepervivencia. Así como los hechos de represión que han sufrido numerosos estudiantes y dirigentes de esta organización” 168. De la carta recién expuesta no fue posible encontrar respuesta a la petición de entrevista por parte del presidente de la FECH, por lo que creemos que una investigación más profunda requiere, inevitablemente, la utilización de otros archivos y de testimonios orales que permitan establecer una consistencia argumentativa, por lo que, actualmente, no estamos en condiciones de ofrecer. Sin embargo, es posible continuar encontrando, a nivel internacional, correspondencia de apoyo tanto de países como Cuba, Francia, Canadá y de partidos políticos extranjeros, como el socialista de Francia que, en la siguiente carta denominada “Acerca de los eventos en Chile”, apoya y repudia los hechos acontecidos en Chile durante la dictadura militar: “A propos des événements au Chili Manifestations dans les universités et les “poblaciones”, gréves, désobéissance civile, tout un Peuple se bat contre la dictature au Chili [...] [...]Le gouvernement Pinochet, qui a peur de voir des éléments de l’armée l’abandonner, réplique par des expédients et une répression toujours accrue [...]” 169 Las relaciones con otras universidades del Cono Sur son identificables y, en general, se concretizan en manifestaciones de repudio a las dictaduras latinoamericanas y, en especial, a la chilena que aún, en ese entonces, tenía vigencia170 . Ya mencione el caso de la Asociación de Estudiantes Sancionados, la cual actúa como eje articulador entre los universitarios expulsados de sus universidades y otras casas de estudios internacionales. La ANEUS, por ejemplo, crea lazos asociativos con una organización argentina que se constituyó fundamentalmente para prestar apoyo a nuestro país durante la Dictadura, el denominado Frente Universitario de Solidaridad con Chile. Mediante diversos mecanismos ayudan al financiamiento de la CONFECH en la cual la FECH participa activamente: “La Agrupación Nacional de Estudiantes Universitarios Sancionados nos ha informado de las gestiones realizadas junto al Frente Universitario de Solidaridad con Chile (FUSCH) respecto a un aporte financiero de los Centros de Estudiantes de Arquitectura e Ingeniería para la CONFECH, consistente en USD 100 y USD 50 mensuales, respectivamente” 171. Bajo esta misma lógica, está el caso de la Federación de Estudiantes Universitarios de la 169 Comunicado del Parti Socialiste. 1 de julio de 1986, París. 170 El tema ha sido tratado en extenso el capítulo de este libro denominado “El Mundo y la FECh: Las Relaciones Internacionales en tiempos de Dictadura”; y en CISTERNAS, Leonardo; MOLINA, Fernando. Una aproximación, desde la documentación chilena, a las relaciones bilaterales entre las federaciones de estudiantes de Argentina y la federación de estudiantes de la Universidad de Chile en la Dictadura Militar de Pinochet. Santiago, 1983-1986. Ponencia XI Seminario Argentino Chileno y V Seminario Cono Sur de Ciencias Sociales y Relaciones Internacionales. Centro de estudios Trasandinos y Latinoamericanos. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, 2012. 171 Carta del Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile al Frente Universitario de Solidaridad con Chile. 29 de agosto de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 172 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a la Federación de Estudiantes Universitarios de la Universidad Católica de Cuenca. 28 de mayo de 1986, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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Universidad Católica de Cuenca, a la cual se recurrió para que tres estudiantes sancionados pudiesen terminar sus estudios universitarios, según peticiona Humberto Burotto: “Quien suscribe, Humberto Burotto Guevara, Presidente de la Federación de Estudiantes le la Universidad de Chile, FECH. En conocimiento de que tres Compañeros sancionados de la Universidad de Santiago, están postulando a las Becas de vuestra prestigiosa Universidad de Cuenca en Ecuador, he creído necesario que ustedes conozcan a estos tres compañeros [...]” 172 . Para culminar con el tema de la asociatividad en defensa de los Derechos Humanos a nivel internacional, me parece necesario señalar que, si bien no existe una red de apoyo constatable entre la Federación y los países vecinos, es verificable como hay universidades extranjeras que entregan apoyo tanto moral como monetario y universitario a los estudiantes en Chile. En este sentido, me parece pertinente mostrar a continuación un extracto de la carta firmada por diversas organizaciones políticas, sociales, sindicales y estudiantiles de la Juventud Argentina173 enviada a Arturo Fontaine, Embajador de Chile en Argentina, con motivo del paro prolongado organizado por la CONFECH en junio de 1986. En este documento se le exige el pronunciamiento a favor de la demanda democrática levantada por Chile y, además, sobre los hechos de lesa humanidad acontecidos en el país: “La Juventud argentina ve con preocupación la situación de los Derechos Humanos en Chile, los cuales se encuentran altamente deteriorados, ase mismo expresamos nuestra más enérgica protesta por la situación a que ha sido llevada la Juventud chilena, quien ante la falta de expectativas exige libertad, justicia , paz, trabajo, etc..., y sólo encuentra como respuesta la Más violenta y abyecta represión: ¿ Es acaso un delito luchar por el derecho a la educación a la participación, formar una familia, a trabajar dignamente ? no señor Fontaine, no es un delito; entonces, ¿Por qué hay jóvenes presos ? ¿por qué se hallanan las poblaciones?, ¿ porqué se prohiben las reuniones y congresos estudiantiles? ¿por qué se condena a los jóvenes a la virtual esclavitud mediante los programas PEN y POHJ ?” 174. Si a nivel internacional se encuentran huellas de apoyo, por parte de diversas organizaciones y agrupaciones, a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en su lucha contra de lo acontecido en Chile, a nivel nacional es aún más evidente esta (re) articulación entre los distintos actores políticos que vuelven a aparecer en la arena chilena. Este apoyo se da tanto entre universidades, sindicatos, agrupaciones políticas y sociales que nacen con algún fin específico casi siempre relacionado con Derechos Humanos. Las redes, por
173 Firmantes en la declaración al embajador chileno en Argentina: 1.- Unión Cívica Radical; 2.- Movimiento Ecuménico de Derechos del hombre; 3.- Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; 4.- Juventud Demócrata Cristiana; 5.- Juventud Intransigente; 6.- Federación Juvenil Comunista; 7.- Peronismo Revolucionario; 8. Partido Socialista Popular; 9.- Liga Argentina por los Derechos del Hombre Dto, Juvenil; 10.- Serpaj.; 11.- Centro de Ex-Combatientes en Malvinas; 12.- Federación Agraria Argentina; 13.Asociación de Periodistas de Buenos Aires Dto. Juvenil; 14.- Asociación Argentina de Actores; 15.- Federación Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina; 16.- Asociación de Trabajadores del Estado; 17.- Federación de Estudiantes Secundarios; 18.Federación Estudiantes Terciarios; 19.- Federación Universitaria Tecnológica; 20.- Federación Universitaria argentina; 21.- Peronismo de Base; 22. Familiares de Detenidos-Desaparecidos por razones políticas. (Dpto, Juvenil). Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 174 Carta de agrupaciones de juventudes argentinas al embajador de Chile en Argentina. 16 de junio de 1986, Buenos Aires. 175 Invitación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos a la exposición “por la vida, la justicia y la libertad de los presos políticos”. Junio de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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lo demostrado en las fuentes, son para conmemorar, manifestarse o dar apoyo a situaciones de represión. Respecto a lo anterior, podemos verificar por medio de la comunicación existente entre la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la FECH dos ocasiones en que se envían cartas. En junio de 1986 esta comisión invita a la Federación de estudiantes de la Universidad de Chile a la inauguración de la exposición “por la vida, la justicia y la libertad de los presos políticos” en la casa de los Derechos Humanos. En tal oportunidad, señalan, se ha “elaborado, en conjunto con la Agrupación de Familiares de Presos Políticos, un acto en el que participan abogados y familiares para dar testimonio de la situación actual de los Presos Políticos en nuestro país ” 175. La fuente anterior es un claro ejemplo de los documentos de conmemoración y está organizado por dos actores sociales y políticos que nacieron por la necesidad de defender los Derechos Humanos y a los presos políticos durante la dictadura. La mesa directiva de la FECH el 21 de julio de 1985 le envía una carta a la Comisión Nacional de Derechos Humanos señalando la detención de Gonzalo Rovira, Vicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, quien fue confinado a Conchi por cuatro meses, luego relegado a Maniña y, en el momento en que se redacto el documento, fue trasladado a la localidad de Toconao en la segunda región. Ante lo que ellos consideran una injusticia y una arbitrariedad solicitan a esta comisión lo siguiente: “Por esto recurrimos a Uds, con el objeto de que, por su intermedio comunicarnos teléfonicamente, al más breve plazo con Gonzalo y así virificar su estado de salud y condiciones de habitación y alimentación. Esto debido a que no contamos, en este momento, con los recursos necesarios” 176 La asociatividad y apoyo mutuo puede verse reflejado en otro actor político relevante en la época, la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH)177 . A la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile le hacen presente su apoyo al nuevo evento que emprenden que, según señalan, va a aportar a recuperar la democracia y la libertad. La solidaridad planteada por la FECH a esta asociación gremial se diseña debido a que: “No podía ser de otro modo puesto que hemos esta junto a Uds. en los duros momentos vividos cuando secuestraron y asesinaron a Manuel Guerrero junto a otros dos destacados profesionales; del mismo modo como la AGECH estuvo junto a la FECh cuando murió Patricio Manzano, víctima de la negligencia y los malos tratos recibidos por Carabineros” 178.
176 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a la Comisión Nacional de Derechos Humanos. 21 de julio de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 177 Asociación Gremial de Educadores de Chile se inicio en el año 1981 y concluyo en 1987. “La AGECH se caracterizó por su participación en los movimientos más globales de protesta nacional y su constante colaboración y solidaridad hacia el resto de las organizaciones de trabajadores y de resistencia a la dictadura militar […] ella destinara enormes esfuerzos hacia la defensa de sus derechos laborales en desmedro de la construcción de una propuesta pedagógica propia, inquietud que pese a todo existió a lo largo de toda su historia”. REYES Leonora (Coord.), “la cuestión docente en América Latina. Estudio de caso: Chile”. <<http://www.opech.cl/inv/ investigaciones/FLAPE%20FINAL%20Y%20ENVIADO.pdf>> [revisado: 21 de septiembre del 2012]. 178 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a la Asociación Gremial de Educadores de Chile. 20 de julio de 1985. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 179 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) a la Asociación Gremial de educadores de Chile (AGECH). 20 de julio de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 180 Convocatoria a la participación en el “comité por la vida”. 29 de marzo de 1985, Santiago. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 181 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a los Estudiantes. 17 de Mayo de 1986, P.3, Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile
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Nuestra unión se ha testado en el sufrimiento y en la lucha común por nobles ideales” 179. La asociatividad no tan sólo se presenta como un diálogo entre dos actores, es decir, de forma bilateral, sino en ocasiones se desarrolla multilateralmente. Un ejemplo de esto lo encontramos en la convocatoria al “comité por la vida” que tiene como objetivo “hacer conciencia y convocar al pueblo de Chile a movilizarse en defensa de la vida de los cinco compatriotas que serán llevados a Consejo de Guerra en fecha próxima” 180. Este comité estaba organizado por distintas agrupaciones, entre las que destacan la Comisión Chilena de Derechos Humanos, CODEJU, CODEPU, Coordinadora de Agrupaciones Víctimas de la represión, CUP —Comité Unitario de Pobladores -, organizaciones de cristianos y organizaciones sociales de diferentes zonas de Santiago. Esta asociatividad con distintos actores políticos nacionales no es sólo cosa del azar o por coyunturas determinadas, está planeada a través de un “proceso de concertación social” con los más amplios sectores de la vida nacional. Este proceso iniciado y encabezado por la FECH tenía como objetivo: “La conformación de una MULTIGREMIAL que superando los simples esquemas particulares, buscaba organizar a la civilidad, definiendo objetivos y acordando medidas que cumplirán con el requisito de sumar y no restar voluntades para enfrentar a la dictadura” 181. Este proceso fue iniciado en enero de 1986 con lo que ellos denominaron “acuerdos de enero”. Posteriormente, en marzo del mismo año, se concretan diversos encuentros bilaterales entre la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y distintas organizaciones sociales entre las que destacan, según ellos señalan, camioneros, comerciantes, trabajadores y profesionales. Estas relaciones bilaterales se transformaron en multigremiales. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile señala, sobre estas asociaciones, que están seguros que “la historia ubicara el nacimiento de lo que hoy es la ASAMBLEA DE LA CIVILIDAD” 182 Una de las expresiones más grandes de apoyo, que podemos encontrar en el Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, fue la del fallecimiento de Patricio de Manzano183. El 9 de febrero, en los trabajos voluntarios Aconcagua 85’, fueron detenidos 170 universitarios producto del Estado de Sitio en que se encontraba el país, Patricio Manzano estudiante de ingeniería es llevado a la Primera Comisaria de Carabineros de Santiago. Aquel voluntario, según señala un relato, manifiesta “dificultad respiratoria importante, lo cual llama la atención de su compañero más cercano” 184. Fue atendido por estudiantes de Medicina y constatan que tiene un paro cardiaco-respiratorio, 25 minutos más
182 Carta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a los Estudiantes. 17 de Mayo de 1986, P.3-4. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 183 Revisar Anexo III 184 A la Comunidad Universitaria. Relato del asesinato de Patricio Manzano. Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Sin datar. Archivo y Centro de Documentación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile 185 Entre las cartas destacan: Familiares de Presos Políticos de San Felipe y Los Andes; Coordinadora Nacional sindical; Coordinadora de Organizaciones de la Enseñanza Media (COEM); Comando de Pobladores “Cristo Presente”; Ingenieros por la Democracia; Vicaria de la Solidaridad; Movimiento Liberal; Asamblea “Pedro Aguirre Cerda”; Colegio de Matronas; Colegio de enfermeras; Coordinadora Metropolitana de Pobladores; entre otros. Correspondencia Archivo y Centro de Documentación FECH 1985. 186 Carta de la Coordinadora Nacional Sindical a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. 11 de febrero de 1985, Santiago.
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tarde llegan camilleros al lugar de detención, pero se les prohíbe a los estudiantes que le daban atención acompañarlos en la ambulancia. Horas más tarde se enteran de su fallecimiento, ocurrido mediante su traslado a la asistencia pública. Respecto a este trágico acontecimiento, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile es testigo de los múltiples testimonios de los acontecimientos y las condolencias, de distintas agrupaciones nacionales, que fueron recibiendo con el transcurso de los días. Es posible constatar la presencia de, a lo menos, 15 cartas de apoyo a la federación de estudiantes. Lo interesante de esta correspondencia es la variedad de actores sociales pasando desde trabajadores y pobladores de la localidad en que realizaron los trabajos voluntarios a coordinadoras, comandos, Colegios, sindicatos y la vicaría de la solidaridad185. Bajo esta lógica, la Coordinadora Nacional Sindical (CNS) el 11 de febrero de 1985 envía una carta a la Federación de Estudiantes señalando que: “Rechazamos la arbitrariedad y las medidas de amedrentamiento de que han sido objeto, y nos sumamos a la denuncia de ante tan irreparable consecuencia; lo que compromete nuestra irrenunciable línea de avanzar unidos trabajadores y estudiantes, junto a todos los sectores sociales de la comunidad, por el restablecimiento de la libertad, justicia y democracia para nuestra patria”186 .
Conclusiones generales y finales La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile a partir de su refundación, en 1984, pasa a jugar un rol activo como actor político en temas tales como Derechos Humanos y democracia. Su accionar, bajo ningún punto de vista, se plantea en solitario, más bien siempre acompañado de distintos agrupaciones sociales antiguas y recientes que nacen a partir de la necesidad de denuncia y fortalecimiento de los derechos. Entonces, la rearticulación de la FECH no es espontanea sino nace de un contexto social y político determinado con objetivos, como fue posible apreciar en los documentos, de antemano determinados. También su surgimiento se encuentra enmarcado en un descontento generalizado del estudiantado universitario. Al interior de la Universidad de Chile se denuncian los hechos de lesa humanidad, pero no sólo se queda en ese aspecto, también exige y presiona sobre los acontecimientos que acontecen a los distintos estudiantes. Estas pretensiones se concretizan en instituciones de dedicación exclusiva a temas de Derechos Humanos formadas por los estudiantes y para los estudiantes. Estas comisiones formulan documentos que permiten, por ejemplo, actuar frente a las detenciones. No sólo son organizaciones internas, también existen asociaciones externas, formadas también por universitarios, como la ANEUS, que tiene como objetivo la continuación de estudios, para los expulsados de las universidades durante la dictadura, en otros países. Además, es un ente
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de denuncia al pronunciarse sobre los abusos acaecidos en distintas facultades de la Universidad. Respecto a la asociatividad con otros actores sociales y políticos, a nivel de organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos no encontramos fuentes que nos permitan llevar a cabo un estudio acabado, sólo encontramos pequeños registros que nos permiten comprender, a grandes rasgos, el empoderamiento de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en los temas ya mencionados. Para una investigación más acabada es necesario recurrir a otros archivos y a registros orales de testigos de la época. No todas las asociatividades internacionales se encuentran poco documentadas, sin embargo, para el caso de las universidades extranjeras, evidenciamos un registro no menor de fuentes que permiten deducir un apoyo no sólo de palabra, sino económico. También evidenciamos agrupaciones de jóvenes, como en el caso argentino, que denuncian y exigen al embajador chileno en argentina que se termine con los hechos de lesa humanidad en Chile. A nivel nacional, las redes son mucho más frecuentes y se pueden documentar mucho mejor. Lo anterior se ve ejemplificado con relativa claridad en las relaciones que se plantean entre la Comisión Nacional de Derechos Humanos y La asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH) con la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. La FECH establece como objetivos la asociatividad con múltiples organizaciones sociales y políticas. Estas relaciones en un principio se plantean de modo bilateral, pero con el tiempo van adquiriendo un carácter multigremial asociando a distintos actores, como, por ejemplo, camioneros, comerciantes, trabajadores y profesionales. En este sentido Gonzalo Rovira, en relación al Paro Nacional de 1984, señala que “Esta federación no sólo debe quedarse en lo universitario, debe ir más allá […] no se trata tan sólo que se adhiera sino que lo trabaje y convierta al estudiantado en actor y participe de él, junto con los trabajadores, porque ésta es una federación que se incorpora a la lucha junto con el resto del pueblo [...]” 187 Existen dos casos que destacan por la cantidad de documentación que podemos encontrar al respecto, uno es la detención y la confinación del vicepresidente de la FECH Gonzalo Rovira y, otro, es el fallecimiento de Patricio Manzano en los trabajos voluntarios de 1985. Este último, por las características del acontecimiento, fue el que decidimos estudiar. Para este caso encontramos una serie de documentación de diversas agrupaciones sociales y políticas apoyando a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. En conclusión, la investigación todavía plantea una serie de interrogantes que no pueden ser respondidas sólo con la correspondencia y los expedientes judiciales que se encuentran al interior de los fondos documentales del Archivo y Centro Documentación FECH, también debe ser utilizada prensa y, dentro de lo posible, registros orales. Sin embargo, se puede constatar la importancia de la refundación de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile en cuanto denuncia, exige y se asocia con distintos actores sociales y políticos durante la dictadura.
187 Revista Análisis, 26 de octubre al 6 de noviembre
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LA VISIÓN DE LOS ARCHIVOS DESDE OTRAS EXPERIENCIAS
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ARCHIVOS Y DERECHOS HUMANOS Archiveros sin Fronteras Chile /
Pilar Díaz Ellis188
Archiveros sin Fronteras es una O.N.G. internacional que nace en España –el año 1998- y que con el paso de los años y gracias a las iniciativas de archiveros de los diferentes países que la componen se ha ido ampliando cada vez más en pos de un objetivo común. Actualmente está compuesto por 11 países miembros, entre ellos Chile parte integrante a partir del año 2011. Como nos dice Mariana Corominas, ex – presidenta internacional de ASF : “desde el punto de vista de la archivística, Archiveros sin Fronteras, ha consolidado su papel entorno a la cooperación en lo que se ha asumido como la vertiente más social de los archivos: la defensa de los derechos humanos. En este marco, AsF es una entidad sin ánimo de lucro que trabaja para poner al alcance de la ciudadanía la documentación que se conserva en los archivos con el fin de que le sirva para la defensa de sus derechos” 189. Entre sus principales objetivos -relacionados con el tema que nos convoca- podemos señalar: 1. Los Archivos y la Defensa de los Derechos Humanos • Garantizar y defender los derechos humanos mediante la protección y conservación de los archivos y los documentos que conforman los fondos documentales de los organismos públicos y privados. La información contenida en los documentos proporciona el conocimiento de la verdad, las pruebas testimoniales de los hechos acaecidos y la identificación de los bienes patrimoniales, entre otros valores, y asimismo, facilita el reconocimiento de la identidad cultural y conforma la memoria histórica de los pueblos.
188 Licenciada en Historia, Máster en Archivística. Presidenta de Archiveros sin Fronteras Chile y Directora Archivo FECh. 189 Archiveros sin Fronteras Internacional. Archivos y Cooperación 10 años de AsF. España, 2009, pág. 8.
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2. Colaboración con los archiveros y profesiones afines y asimismo, favorece las relaciones con las entidades de derechos humanos. • Colaborar y promover la colaboración con las entidades sociales comprometidas con la defensa de los derechos humanos para impulsar programas de actuación conjunta que favorezcan un beneficio más grande y una mayor eficiencia con el trabajo de cooperación. Dentro de los países de Latinoamérica hemos sido uno de los últimos en incorporarnos, hecho que nos demuestra la poca importancia que se le ha dado a los archivos en nuestro país y más aún al estrecho vínculo existente entre archivos y derechos humanos. Vínculo que aún hoy para muchos es poco evidente. La visión más común de los archivos es la que los asocia a Patrimonio e Historia, se suele pensar que los archivos son aquellos documentos históricos que datan de siglos pasados y que se encuentran en depósito en alguna institución que se preocupa de desempolvarlos ocasionalmente, especialmente para el día del Patrimonio. Sin embargo y aunque los archivos efectivamente tienen una importantísima dimensión histórica que le dan un valor esencial para la historia de los países –pueblos, ciudadanías, gobiernos, Estados- no hemos visto ni asumido en ellos de forma clara esta relación con los derechos humanos. Para partir debemos clarificar el concepto de Derechos Humanos que usaremos para este escrito, no es nuestra intención perdernos en un debate largo sobre este concepto ni su evolución histórica. La primera relación que se nos viene a la mente, producto de nuestra historia reciente, es asociarlo al período de la dictadura militar (1973 – 1990), a todas las violaciones a los derechos de las personas sufridas por quienes se opusieron al régimen. Sin embargo el concepto no está limitado temporal ni espacialmente. Si tomamos el uso que le da el Instituto de Derechos Humanos de nuestro país en un informe de 2010, podemos definir DDHH como “las facultades que tienen las personas, por una parte, para vivir libres de la intervención arbitraria del Estado, y por otra, para solicitar al Estado que realice determinadas acciones destinadas a permitirles desenvolverse en sus vidas” (CITAR Informe pág 23). Podemos distinguir tres áreas donde vemos claramente la relación entre archivos y DDHH: • Dictadura/Justicia y reparación para las víctimas y sus familiares • Relación Estado/Administración Pública y Ciudadanía • Organizaciones Locales/Historia y Patrimonio Dictadura/Justicia y reparación para las víctimas y sus familiares.- Los archivos son testimonio y registro tanto de las acciones y decisiones de los gobiernos como de los ciudadanos. No voy a entrar a detallar lo que significó la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, cuya brutalidad ya por todos debe ser conocida, sin embargo sus consecuencias siguen estando presentes: entre quienes vivieron en carne propia la represión, desde aquellos que fueron despedidos injustificadamente de sus trabajos, detenidos, relegados y/o torturados, también están los familiares de aquellos que fueron ejecutados y quienes finalmente fueron detenidos desaparecidos, que buscan incansablemente la verdad, justicia y que el Estado les debe reparación.
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Han pasado casi 40 años desde el inicio de esa etapa y sabemos que la memoria es frágil, sin embargo lo peor es el olvido alevoso, el querer dar por superada una época a cambio de bienestar económico y un mal llamado sentido de la reconciliación. Sin embargo ¿cómo acredito la violencia que sufrí si esos documentos testigos de mi detención los tiene bajo su amparo ese mismo aparato estatal que ordenó mi represión? Que tuvo años para hacerlos desaparecer. Ha existido un amplio peregrinar de personas buscando estos registros de institución en institución, pidiendo por favor el acceso a esos documentos y aquí hay dos simples alternativas: • Los encuentra luego de seguirle la pista por distintas instituciones • Esos documentos no se encuentran porque fueron eliminados, están extraviados o no se sabe donde están. Lo que implica no solo su no reconocimiento por parte del estado de los abusos sufridos, sino muchas veces por su propio círculo familiar o social, el acreditar mediante archivos lo vivido, mediante algo material y concreto, hace que esa experiencia exista y sea reconocida, y como la memoria es frágil, solo así podemos no olvidar. Como decía una persona miembro de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos solo con los documentos logramos reconocimiento de lo que pasó con nuestros familiares, recordamos, hacemos memoria, verdad y justicia en medida que las instituciones nos acompañen, y recién ahí comienza el proceso de sanación, pues ya sabemos que nunca olvido. La problemática presentada es simple ¿cómo logramos que los documentos que testimonian las acciones y decisiones del estado y del gobierno de turno queden a salvo de su intencionalidad política? Cómo evitar que ellos sean juez y parte en la conservación y acceso de los documentos? Al no existir una ley de archivos en Chile, acciones como la eliminación de éstos sin toma de razón de nadie fue una práctica común, en algunas ocasiones porque fueron eliminados por personal incapacitado para esta labor y en otras por el expreso interés de las autoridades de hacer desaparecer registros. Lo peor es que en este momento no hay ningún instrumento que permita en forma real evitar que esta destrucción masiva de documentos se vuelva a repetir, y de hecho pasa todos los días en nuestras instituciones públicas con archivos más recientes. Los archivos, nuestros archivos, siguen desamparados. “La obligación de preservar la memoria encierra, sin embargo, la complejidad de desarrollar respecto del pasado las insoslayables tareas de verdad, justicia y reparación y, al mismo tiempo, comprender que los derechos humanos no se circunscriben ni agotan allí. El recuerdo debe fortalecer el compromiso para asumir e integrar las dimensiones del presente y del futuro, como parte ineludible de nuestra identidad” (Informe Anual Instituto de Derechos Humanos 2010)
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Relación Estado/Administración Pública y Ciudadanía En Chile ya es conocida la evolución que ha sufrido el ámbito de los archivos, de un ocultismo y secretismo propio desde mediados del siglo XX, el considerarlos como parte de lo restringido , como fuente de información y poder, como parte un mundo desconocido donde el poder acceder a ellos dependía desde el funcionario que nos atendía en el mesón hasta las políticas institucionales de las diversos organismos públicos, el archivo como feudo, no solo de las autoridades de las instituciones, sino de los encargados del archivo, donde eran amo y señor y el acceso a estos documentos dependía –en ocasiones- de su criterio y voluntad. Afortunadamente esto ha ido variando, en un proceso lento donde han influido varios factores, principalmente externos –Resolución de la Corte Interamericana de la Haya y el interés de nuestro país por formar parte de la OCDE- que nos han llevado en el camino de la transparencia de la información pública como forma de mostrar a la ciudadanía la probidad en la toma de decisiones y procedimientos en la Administración Pública. Precisamente como punto detonante de esta tendencia se encuentra la dictación de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LEY N°20.285). Donde se redefine la relación entre la ciudadanía y los archivos generados por la administración pública y aquí entramos nuevamente en el ámbito de los derechos humanos como el derecho de las personas a que el Estado y las instituciones públicas transparenten procesos y procedimientos que los afectan directamente en sus vidas, lo que llamamos comúnmente Derechos Ciudadanos. El punto es que esta Ley de Transparencia queda desequilibrada sin una Ley de Archivos que regule precisamente la conservación, organización, selección, valoración y conservación permanente o eliminación de estos documentos que día a día se generan en las diferentes reparticiones públicas y que son –finalmente- los que conservan la información que será solicitada por la ciudadanía a través de las instancias determinadas en la Ley –en un primer momento- y posteriormente pasarán a formar parte de nuestro patrimonio, fuente vital para el estudio de la historia y toda la amplia gama de las ciencias sociales, de la historia de las instituciones, base para evaluar decisiones y generar nuevas políticas públicas. Los DD.HH estarán resguardados mientras la Administración Pública conserve en forma organizada los documentos que registran y testimonian su actuar. Otros puntos a considerar son las regiones ¿qué pasa con los archivos de las regiones? ¿Existe un real sistema de archivos en nuestro país integral que garantice que los documentos de todos los chilenos estarán accesibles, no solo en Santiago, sino desde Visviri a Puerto Williams?; ¿es la Contraloría General de la República la llamada a decidir que documentos debemos conservar y cuáles no? Ellos pueden valorar su valor primario, pero pueden evalúar su valor histórico y testimonial? ¿Está dentro de sus atribuciones? …todos estos puntos los dejamos para la reflexión. A modo de cierre podemos de este punto podemos señalar que si bien en un comienzo Archiveros sin Fronteras en Latinoamérica nace con el fin de rescatar y acceder a los archivos de los regímenes represivos y dictaduras de la región, con el fin de asegurar el derecho a
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las víctimas y familiares de estas violaciones a los Derechos Humanos de acceder a estos documentos con el fin de lograr justicia y reparación. A medida que ha avanzado el tiempo, en ASF hemos ido ampliando el ámbito que abarca el concepto de DDHH, más allá de los períodos de las últimas dictaduras militares, sino a la relación entre los ciudadanos y sus respectivos Estados.
Archivos y organizaciones sociales Nuestra mirada como ASF Chile va más allá. Va hacia la contingencia, hacia lo que sucede día a día en nuestra comunidad, nuestra ciudad, país e incluso a nivel global. Sabemos que los derechos humanos no se limitan al campo de la represión política producto de nuestras dictaduras, AsF no permanece impasible ante estos movimientos ciudadanos que algo nos están indicando. No es nuevo el señalar que el mundo está cambiando, estas grandes manifestaciones callejeras en diferentes partes del mundo, si bien son originadas por diferentes causas, son reflejo de la nueva relación que los ciudadanos están teniendo con sus autoridades. Nuevos grupos sociales se están formando, resistidos algunos y directamente rechazados otros, pueden ser minorías o grandes movimientos que terminan organizándose. Como sea ahí tenemos que estar, atentos, vigilantes, dispuestos a cooperar, si reaccionamos a tiempo evitaremos un descalabro archivístico en cinco o diez años más, porque esos movimientos están haciendo historia, están reflejando la dinámica social, política y cultural de diferentes grupos con las autoridades, esos archivos que están generando son parte de las identidades locales, serán registros que reflejen la diversidad existente en nuestro país, que mejor ejemplo que el fuerte movimiento estudiantil que existe hoy. Por lo tanto podemos cuando hablamos de la relación entre Archivos y Derechos lo hacemos desde una doble lectura: el rescate y acceso a los archivos generados durante la dictadura militar, tanto por parte de las víctimas como por parte de los diferentes organismos del estado que fueron protagonistas de las sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos (archivos que por cierto, aun no aparecen en su totalidad) y en segundo lugar, una lectura más amplia y actual donde el tener archivos organizados y accesibles a la ciudadanía garantiza a los mismos ciudadanos una probidad administrativa, mayor eficiencia en la gestión y una tercera arista es la de conservar los archivos que han sido registro de asociaciones sociales, gremiales y sindicales que se han desarrollados en nuestro país, principalmente desde finales del siglo XIX a la actualidad, es el derecho que tenemos de conservar nuestra historia, no perder nuestra memoria e identidad local. Finalmente indicar que dentro de este contexto se comprende claramente el afán de Archiveros sin Fronteras Chile por pedir –ya en forma urgente- una Ley de Archivos para nuestro país e insistir en la necesidad de colocar a los archivos en el lugar que les corresponde, no con un afán obstinado per sé, si no reconocerlos como herramientas vitales para la construcción de la memoria histórica y sentar las bases para que a través del estudio del pasado reciente podamos construir un país sólido que avanza sin olvidar los procesos históricos que ha vivido y aprendiendo lecciones de su pasado. En este sentido el Archivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile es un buen ejemplo del trabajo que debiera realizarse, de cómo los
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estudiantes de esta universidad han tomado conciencia del valor de sus documentos y que al estudiarlos dan cuenta no sólo de la íntima relación de la Universidad de Chile con la historia del país sino de cómo la historia del movimiento estudiantil, sus procesos y ciclos, van y vienen, eventos y protagonistas se repiten, pero eso solo es posible verlo cuando contamos con el Archivo para que nos recuerde en forma constante lo que hemos vivido.
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El ARCHIVO DE LA AGRUPACIÓN DE FAMILIARES DE DETENIDOS DESAPARECIDOS Conversación con Viviana Caro Díaz. Fundadora, Ex Presidenta de la AFDD y encargada del Archivo.
En el año 1987 Sting, conocido por ser el vocalista del grupo inglés The Police, compuso una canción en honor al dolor de muchas mujeres que se vieron en la realidad de perder a un familiar en manos de la dictadura y posteriormente no encontrar ningún vestigio de su paradero. En el Festival de Viña de 1990, fue presentado el tema con el nombre “Ella Danza Sola”, que hacía alusión al baile de cueca, la cual era bailada sin pareja por un gran número de mujeres que habían perdido a su ser querido. Pero retrocedamos en el tiempo después del golpe de Estado del año 1973, ocurrió algo en la historia de Chile que no había tenido precedente alguno. En esta época no solo hubo represión, exilio y relegación, sino que también se generó una práctica que consistía en la detención no reconocida por parte de un ente gubernamental encabezado por la Junta Militar, se informaba que las personas que tenían paradero desconocido no habían sido detenidas debido a que simplemente no había registro de su existencia. A pesar que en muchos de los casos había presencia de testigos en el momento de la detención, el gobierno insistió en mantener su postura durante un tiempo. Ya en el año 1974 se comenzó a utilizar el término de “detenido desaparecido”, que era muy distinto a cualquier otro tipo de detención, ya que el peso de esta categoría estaba en la pérdida de la identidad, viéndose esta característica en la negación de los certificados de nacimiento a los familiares de las víctimas. Ese mismo año se crea el Comité de Cooperación para la Paz, conformado por diferentes entes religiosos, que entregaba protección jurídica, moral, espiritual y económica a los perseguidos por la dictadura. Esto fue lo que impulsó a que comenzaran las primeras búsquedas de manera colectiva por parte de los Familiares de Detenidos Desaparecidos. Anteriormente esta búsqueda había sido de forma individual, recorriendo cada campo de concentración en búsqueda de los parientes. Sin embargo, producto de las presiones de la Junta Militar hacia el organismo fue suprimido el 31 de diciembre de 1975. Pero el 1° de Enero de 1976 el Cardenal Raúl Silva Henríquez funda la Vicaría de la Solidaridad, que dependía tan sólo de la Iglesia
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Católica, teniendo su espacio físico en el centro de Santiago, para que cualquier persona pudiera encontrar ayuda jurídica y asistencial en forma gratuita. En el año 1975 el Gobierno pública la lista de Los 119, documento que identificaba a ciento diecinueve personas que habrían muerto en enfrentamientos en el exterior y en las fronteras, pero que con el tiempo se supo que el término de sus vidas había sido por las torturas y asesinatos de la dictadura. Este hecho impulsó diversas acciones de los familiares en forma colectiva, formando así un grupo que exigía respuesta concreta y satisfactoria por parte del Régimen, sin embargo, la única contestación conocida fue “no hay registro de su detención”. Viviana cuenta que fue así como se fueron recopilando documentos, en un intento de comprobar incansablemente las detenciones de cientos de personas de la cuales el Gobierno se “lavaba las manos” y no reconocía culpabilidad alguna. Los familiares en su búsqueda realizaron diversas acciones, siendo una de las más importantes el envío exhaustivo de cartas a diferentes autoridades de la dictadura, entre ellos el Ministro de Justicia y del Interior. Las respuestas fueron negativas, por lo cual la forma particular de búsqueda se hizo cada vez más recurrente, en dónde los familiares reunían la mayor cantidad de documentos posibles para comprobar la existencia de sus parientes. En 1977 se conforma definitivamente la Agrupación de Familiares Detenidos Desaparecidos (AFDD), encabezando la presidencia Sola Sierra, que un año antes había perdido a su esposo Waldo Pizarro, capturado por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Los familiares cansados de esperar respuesta y reconocimiento de los arrestos ocurridos en los años anteriores, deciden actuar de manera más directa a través de protestas públicas, como el gran número de encadenamientos al Congreso Nacional, las diversas huelgas de hambre que podía reunir hasta 90 familiares y ya no tan solo el envío de cartas a nivel nacional sino que también al exterior, principalmente a Amnistía Internacional, que creó grupos de trabajo para el apadrinamiento de cada caso, de parte de estudiantes universitarios ingleses, que también escriben a las autoridades para exigir el reconocimiento de todos los Detenidos Desaparecidos que se tenía noción. Viviana Díaz junto con otro grupo más de familiares, comienzan a reunir material, como cartas recibidas por parte del Gobierno y autoridades del exterior, fotos y fichas sobre el seguimiento y la búsqueda de cada víctima además de afiches y recortes de prensa de la época. Tal como cuenta Viviana esta recolección de material fue de manera rudimentaria que con el tiempo y con ayuda de algunas amigas periodistas que las fueron asesorando, el Archivo comenzó a hacerse más grande y complejo con los datos de cada una de las víctimas que los familiares iban aportando. De forma paralela se fueron reuniendo también artículos de prensa que entregaban información sobre algunos hallazgos y sobre las mismas protestas y huelgas de hambre contra el actuar del Régimen. Todos estos documentos pertenecientes a la Agrupación fueron guardados debido, principalmente, a que eran las pruebas tangibles de esta larga incertidumbre que combatieron con la esperanza de encontrar respuestas.
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Ya en el año 1985 el trabajo era mucho más completo, tenían los documentos clasificados y usaban diversos métodos para ordenar, aunque aun eran formas de clasificación simple y no en forma profesional. La ayuda internacional a la protección de estos archivos fue fundamental, ya que fueron estas organizaciones las que permitieron conservar todo este material gracias a las diferentes aportaciones que hicieron a lo largo de los años. En cuanto a la reacción del gobierno por la creación tanto de la Agrupación como de su archivo, fue hostil, los archivos que eran las pruebas tangibles de una época fueron resguardados por el Cardenal Raúl Silva Henríquez, que era una figura muy importante a nivel nacional. Pero fuera de la Vicaría dónde las personas no sentían protección, existía una persecución de parte de la Dictadura a los integrantes de la Agrupación, siendo detenidos en muchas ocasiones, provocando el miedo a la misma lucha, una lucha que ellos llevaban haciendo por ya mucho tiempo impulsados por la angustia de no saber cuál había sido el destino de un centenar de personas. A pesar de esto los familiares siguieron con su objetivo teniendo grandes logros, el principal de ellos fue detener esta práctica y hacer que el Estado se hiciera cargo del centenar de detenciones y luego ejecuciones de maneja ilegítima. En la actualidad se habla de“desaparición forzada de persona”, la cual sólo se puede establecer luego periodo determinado. Esto se debe a que, después de 1977, la práctica es cambiada realizando, desde ese momento, una incomunicación de veinte días a los detenidos y luego un juicio ante un tribunal. La Agrupación no sólo cambió la historia sino que previno la existencia aún de más víctimas, otorgándole al país un pequeño alivio. En la década de los 80’ los familiares se adhirieron a cada acto contra el régimen siguiendo la consigna que la lucha era como país por lo tanto, de cierto modo, todos estaban involucrados. La Agrupación jugó un papel muy importante en la campaña del Plebiscito del NO, a esto se suma cada protesta, como las diversas huelgas de hambre en las iglesias de Santiago; las salidas masivas de trabajadores; el apoyo a la Asamblea de la Civilidad, formando parte a diversas otras organizaciones con documentos que denunciaba las constantes violaciones a los Derechos Humanos. Uno de los principales problemas en esos años para la AFDD fue la falta de un espacio propio donde poder conservar y trabajar adecuadamente su archivo, afortunadamente contaron con el apoyo de la Fundación de Ayuda Social de Iglesias Cristianas (FASIC) quien les facilitó espacio por un lapso de ocho años. En el año 2000 llegan a su actual dependencia en el barrio Brasil, en AV. Cumming 1161. Dos años después se comenzó a forjar lazos con otros archivos, tales como el mencionado FASIC, CODEPU –Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo- y Fundación Archivo Vicaría de la Solidaridad. En estas dependencias actuales deciden fundar el centro documental y trabajar en él según las normas archivísticas guiados por Patricia Huenuqueo, jefa de la Oficina del Sistema Nacional de Archivos (perteneciente al Archivo Nacional). Posteriormente deciden postular al Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO,
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siendo así reconocidos formalmente como parte de los Archivos de los Derechos Humanos en el año 2003, permitiéndoles postular a un fondo ADAI de los Archivos Iberoamericanos para el financiamiento de materiales y logística en la construcción del archivo. Todo se ve más concreto en el año 2008 con la ayuda de Casa América Cataluña, que les permitió financiar por completo el proyecto del depósito documental que hasta ahora tiene su normal funcionamiento. En un comienzo hubo mucha ayuda en el trabajo de archivo por parte de los mismos familiares, pero luego fueron desertando, rotándose con nuevo grupos e incluso con grupos de estudiantes extranjeros. En este año 2012 aún queda mucho trabajo inconcluso en un Archivo que pertenece a la memoria de los chilenos y en que trabajan tan solo tres personas ya que la mayoría de los familiares que lucharon por sus seres queridos son de edades muy avanzadas y se ven imposibilitados a obrar en el lugar. Después de más de treinta años de trabajo aun quedan muchos casos abiertos y es acá donde estos archivos son fundamentales para exigir justicia, teniendo en cuenta que a pesar del tiempo transcurrido aun quedan archivos por reunir, siendo percibida como una tarea de larga duración el desentrañar por completo lo que la dictadura trató de esconderle a Chile y al mundo. Se han enfrentado a un gran número de problemas, el principal de ellos fue en plena dictadura, dónde no sólo había que luchar en contra la incertidumbre y el dolor, sino también tenían que combatir contra el miedo de ser en cualquier momento víctima de represalias por parte del régimen opresor y tener que cuidar cada acción que como integrante de la Agrupación se hacía. Ya en época de democracia los problemas continuaron pero enfocados en otros aspectos, la lucha seguía y la búsqueda también, enfrentados a problemas económicos, el proceso tan largo para el reconocimiento, la falta de conocimiento logístico y experticia para crear un archivo según las normas y últimamente la carencia de mano de obra en el mismo trabajo de clasificación dentro del depósito. Estos archivos son la huella de un pasado de gran dolor en Chile, sobre todo a los familiares aún en la espera infinita, donde la palabra olvidar no tiene cabida debido a que se sabe que los acontecimientos pueden repetirse en cualquier momento. Es por lo anterior que la Agrupación como organización tienen el desafío de guardar y preservar la memoria para defender continuamente los Derechos Humanos, estableciendo esto como una tarea del futuro y no encasillarla en algo tan lejano como el pasado que ya ha concluido, ya que sin quererlo, de alguna u otra manera, la historia siempre vuelve a nosotros. La mantención de archivos y monumentos siempre juegan roles en el resguardo de la memoria, pero en este caso los documentos que fueron juntando los familiares de los detenidos desaparecidos no tienen trascendencia sólo por el resguardo de la memoria, sino que dicho material es prueba concreta y esencial de más de mil víctimas y muchas de ellas aun en espera de justicia. Estos hombres y, sobre todo, mujeres en una amplia labor por defender los Derechos Humanos, arriesgaron todo, inclusive la vida para obtener esa tan anhelada justicia, es así como en este
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proceso encararon a muchas autoridades de la época, ganándose así el odio de muchos, lo que, sin embargo, nunca impidió que se suspendiera su misión que era reforzada en cada una de sus batallas y que hasta el día de hoy sigue intacta. Este tributo que hizo Sting a cientos de mujeres que lucharon de manera visceral en la búsqueda de justicia y de verdad, muestra como gran parte del país se vio enfrentado a una dictadura que marcó la historia de Chile, donde se espera que nunca más el temor vuelva a ser un sentimiento colectivo y que ninguna mujer vuelva a danzar sola.
Basado en entrevista a Viviana Díaz Caro Ex Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos Premio Nacional de los Derechos Humanos 2012
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GUÍA DE FONDO PRODUCTOR: Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile TÍTULO: Fondo Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) FECHAS EXTREMAS: 1968 NIVEL DE DESCRIPCIÓN: Fondo VOLUMEN Y SOPORTE: 7 metros lineales papel, VHS, disquetes, casetes, CD, DVD. HISTORIA INSTITUCIONAL: La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile se erige como la más antigua organización estudiantil del continente. Creada en 1906, se sitúa como un relevante actor en la historia social, cultural y política de nuestro país. En sus inicios, la FECh se caracterizó por levantar las causas más progresistas de su tiempo y ser un núcleo de producción intelectual, vinculándose a distintos procesos de la historia nacional, tales como el derrocamiento de Carlos Ibáñez del Campo y la Reforma Universitaria. Luego de haber apoyado el proceso revolucionario durante la Unidad Popular, es clausurada tras golpe de estado del 11 de septiembre de 1973, mientras sus principales dirigentes son acusados de atentar contra el gobierno. En reemplazo de ésta se estableció la Federación de Centros de Estudiantes de la U. de Chile (Fecech). En 1979, en un congreso clandestino de dirigentes universitarios se restableció la Federación y compitió de forma paralela con la organización oficialista, hasta superarla a comienzos de 1980. En 1987 convoca a paro general de la Universidad, incluyendo a la casi totalidad del claustro académico, de los funcionarios y de los estudiantes, contra el rector designado José Luis Federicci, hasta que el gobierno militar se vio forzado a reemplazarlo por Juan de Dios Vial. Al regreso de la democracia, la FECh cayó en un período de profunda crisis, culminando en su cierre en 1993 por falta de quórum en las elecciones generales, siendo refundada al año siguiente. Desde entonces la FECh ha tenido una presencia permanente, y ha encabezado procesos como la democratización interna de la U. de Chile, el cambio a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza y la demanda de un financiamiento estatal para las universidades públicas chilenas. ORGANIZACIÓN: El Archivo se encuentra organizado en 6 secciones:
Dirigencia, Administración, Participación Estudiantil, Extensión, Trabajo Universitario y Centros de Alumnos. Las principales series documentales son: Recursos Judiciales, Correspondencia, Declaraciones Públicas, Propuestas y Documentos de Trabajo, Proyectos, Informes, Leyes Decretos y Reglamentos, entre otras.
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RESUMEN DE CONTENIDO: Los documentos que componen el Archivo FECh son producto de su gestión, principalmente, desde la década de 1980. Una parte de la documentación es de tipo administrativa (finanzas, correspondencia, convenios), aunque la mayor parte corresponde a la función política y social de la Federación. Dentro de esta categoría, pueden encontrarse documentos vinculados a procesos eleccionarios, instancias de debate (como plenos y asambleas), movilizaciones, trabajos voluntarios, derechos humanos, conflictos políticos internos y externos y actividades de extensión. FORMA DE INGRESO: Depósito y donación. NUEVOS INGRESOS: Se esperan nuevos ingresos constantemente, debido a donaciones de particulares (principalmente ex alumnos/ex dirigentes) así como transferencias internas al finalizar cada año. Condiciones que rigen el acceso: El Archivo FECh es un Archivo abierto a la comunidad, por lo cual no es necesario presentar credenciales académicas para poder acceder a este Fondo. Sólo se exigirá la inscripción en el registro de usuarios y presentación de cédula de identidad. No obstante, algunos documentos alusivos a estudiantes víctimas de actos represivos por parte del gobierno militar, tales como persecución, detención o tortura, pueden tener restricciones de acceso, de las que advertirá al encargado del Archivo al momento de la consulta, si procediere. CONDICIONES QUE RIGEN LA REPRODUCCIÓN: Se entregan reproducciones de documentos previa solicitud, las cuales se obtienen mediante escáner y consisten en imágenes de baja resolución, con marca de agua del Archivo FECh. Reproducciones de alta resolución para publicaciones pueden ser entregadas en casos especiales, previa solicitud. Está prohibido el uso de cámaras fotográficas al interior del Archivo FECh. NOTAS: La documentación se concentra principalmente en el periodo entre 1980 y la actualidad, con numerosas lagunas al interior de sus series. Esta se explican tanto por la ausencia de políticas de resguardo documental en el pasado, como por la historia reciente de la Federación, principalmente la clausura de la misma durante el Gobierno militar (y la subsecuente destrucción u ocultamiento de documentos que se habían conservado en sedes de la FECh), y la crisis institucional por la que atravesó la organización estudiantil en 1993, que mantuvo cerrada la FECh hasta el año 94. Código de referencia: CL-AFECh-01
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DOSSIER DE IMÁGENES Y DOCUMENTOS ARCHIVO FECH
I-
Un abordaje teĂłrico de la memoria del movimiento estudiantil
II-
Uso de fuentes primarias en educaci贸n
III-
Agrupaci贸n Cultural Universitaria
IV. A LA COMUNIDAD NACIONAL Y UNIVERSITARIA. 1996
V.- Asociatividad y resistencia en defensa de los derechos humanos
A G R A D E C I MI E N T O S
Nuestros agradecimientos a todos quienes nos colaboraron en los contenidos e hicieron posible la construcción de este libro
Leonardo Cisternas Viviana Díaz Caro Pilar Díaz Ellis Camila Espejo Fernando Molina Fabio Moraga Víctor Muñoz Tamayo Natalia Toledo Equipo Archivo FECh 2012