El espíritu en las mariposas preview

Page 1



El espĂ­ritu en las Mariposas


漏 2013. Natalie A. Mart铆nez Valles Colectivo Editorial La Liga de Poetas del Sur 2009

Sello Personal Primera Edici贸n ISBN-13: 978-1492286127 ISBN-10: 1492286125

Prohibida la reproducci贸n de este trabajo a no ser que el autor lo autorice.


Por los que me inspiran y me enseĂąan la magia de las cosas simples. Por los que han escuchado mis historias versadas y los que se llevan una parte de mĂ­ en sus memorias. Por los que saben que una palabra puede cambiar el mundo y aquellos que creen que un suspiro puede revelar una historia de amor. Por todos los que he conocido hasta el momento y los que he de conocer. Les dedico estos versos tan mĂ­os, como de aquellos que pueden verse en ellos.


Porque en el inmaculado papel se posan pequeñas mariposas negras que juntas forman un camino de letras y allí descubren el espíritu que en mí se revela.


Antes de llegar a mi camino versado, tengo que pedirles un favor. Lean este cuento primero para que puedan entender el significado de esta inspiración.

Metamorfosis… Volver a creer Ellos caminaban hacia mí, todos vestidos con trajes negros. Intenté evadirlos y me di cuenta de que no me tocaban. Ellos me atravesaban como fantasmas, ¿o acaso era yo el fantasma? Seguí sin rumbo fijo por este lugar desconocido… Caminé y caminé y no llegaba a ningún lado, sólo a la misma acera donde ellos volvían atravesarme. Quise atraparlos con mis manos y detenerlos, pero sólo alcanzaba a agarrar al aire. Rendida y muy triste, confundida y muy sola, me acurruqué en el suelo y comencé a llorar. Entonces, una gota de lluvia tocó mi rostro y la sentí. Sentí su humedad fría y me emocioné, fue maravilloso y tuve que danzar entre la lluvia demostrando mi felicidad. Quizás, no estaba sola, la lluvia me acariciaba, estaba conmigo. Luego salió el sol y sentí su calor sobre mi rostro y supe -no hubo duda- que no estaba sola, la madre Lluvia y el padre Sol, estaban conmigo. Pero pronto llegó la noche y volví a estar sin rumbo, en el olvido. Tenía frío y hambre. Le grité a ellos, pero solamente andaban entre mí de un lado a otro, ignorándome, sólo ignorando. Tuve miedo y quería salir de allí, que la oscuridad desapareciera, que volviera la lluvia y el sol. ¿Cómo saldría de allí si ni siguiera recordaba haber llegado, o si siempre había estado ahí? No sabía cómo me llamaba o si alguna vez tuve nombre.


Entre preguntas sin respuestas y temores llenos de inseguridades quedé profundamente dormida. No supe si pasaron horas o sólo minutos, pero un tintineo y una luz que parpadeaba en mis ojos me despertaron. Cuando pude enfocar bien vi una pequeña hada volando a mí alrededor que pedía con insistencia mi atención. La miré y ella saltaba y aplaudía de la emoción. Le pregunté que dónde estaba y ella me contestó que estaba dentro de mí misma. -¿Cómo es posible? – pregunté. -Tú has estado tanto tiempo guardando tus sentimientos que tu mente se encerró en este lugar llamado “Nada” – contestó ella. -¿De qué manera puedo salir de aquí? – pregunté. -Para poder salir debes invocar a las mariposas negras, ellas conocen la salida de “Nada”. Debes invocarlas; para ello tienes que encontrar dos cosas: la primera, un carbón del Árbol Encendido en el Bosque de los Versos Nuevos y lo segundo, un pergamino del Castillo de la Palabra Escrita. -Intenté salir de aquí caminando y volví a este mismo lugar. – le dije muy triste. -Eso pasa porque no estás deseando con fuerza salir. Debes cerrar tus ojos y desearlo y llegarás a donde quieras, a fin de cuentas este lugar es tu propio mundo interno. - Quise preguntarle por los que me atravesaban, pero ella ya no estaba. Cerré mis ojos y deseé estar fuera de mi mente, pero no sucedió nada. Luego deseé estar en el Bosque de los Versos Nuevos, y al abrirlos estaba allí. Caminé entre los árboles hasta que vi el Árbol


Encendido. Tomé un pedazo de carbón de los muchos que habían a su alrededor, pero el hada apareció de nuevo y me dijo que debía tomar uno directamente del árbol. -¡Imposible!- dije. El hada contestó: -Para hacerlo debes hablar con él y cuando lo apruebe te dejará tocarlo sin quemarte. -¿Qué debo decirle? – pregunté -Cualquier cosa que sientas. – Me dijo el hada. Me senté frente al árbol y le dije…

Continuará



Mapa de las mariposas Primera Parte: Desde el corazón La Batalla La Carta de Julieta Guíenme Al Cerrar Mis Ojos Aún Estoy Viva Borracho

Segunda Parte: Desde la existencia Páginas Blancas Volvió Hombre Para Isaac Sombra Invente un Mundo

Tercera Parte: Desde los sentimientos Muñeca de Porcelana Si Yo Pudiera Verdades Falsas Quiero Adicta a la Confusión

9


Cuarta Parte: Desde el orgullo Florecer Dime ÂżExento? Soy Sentimientos SerĂĄ

10


Primera Parte



La batalla Cómo se destruye una pasión, una llama que invade todo mi ser. Cómo podría resistirme a estos sentimientos que te pertenecen sólo a ti. Cuanto más intento olvidarte más caigo en las redes de tu amor y mi corazón se rebela contra mí deseándote fuera de toda razón. Me he convertido en mi propia guerra sin victorias ni glorias, sólo batallas destinadas a perderse, por cuanto más lucho y más quiero tenerte fuera de mi existencia, más irrevocable se vuelve esta sentencia. Ya no puedo negar que eres tú la fuerza que me mantiene, el elixir que me sostiene y me sujeta a la vida. No puedo seguir luchando contra esto que me invade toda.

61


Yo quisiera no querer sentir tus caricias, tus labios junto a los mĂ­os y por siempre quedarme allĂ­ entre el sabor de tu boca y el aliento cĂĄlido de tus labios. Reconozco la derrota y acepto tu conquista, me proclamo tierra tuya. Solo tuya.

62


3 de octubre de 1597 Queridos míos: Mis padres se han determinado a casarme con París, mas mi corazón ya tiene dueño y su nombre es Romeo. Me invade el desaliento de no ver a mi amado de nuevo, cuyo destino lo ha mandado lejos. Tan sólo espero volver a tenerlo junto a mí. Sus labios y su calidez volver a sentir. Los suspiros se me acaban y la esperanza parece lejana. ¿Acaso no entienden que no quiero continuar con este falso casamiento?, ¿acaso no merezco tener una vida junto al que quiero? Fui donde el fraile, llena de desesperación y rogando al cielo él pudiera ofrecerme una solución. El no vaciló en darme lo que a seguras ciertas era la salvación, un dulce veneno que daría fin a mi angustiosa desolación, a este mundo sin salidas y sin mi Romeo, mi eterno amor. Embotellado y atrapado en cristal estaba mi elíxir de sueño profundo. El brebaje que me llevará a él y al despertar, la muerte falsa se habrá acabado y él estará de nuevo entre mis brazos. Entonces, jamás estaremos de nuevo lejos, lejos de nuestras mutuas miradas, del calor emanado, de nuestras caricias… oh, grata libertad que no sabrá de sueños sino de verdades, de apasionado desenlace.

63


Ahora tomo mi esperanza y esa hermosa visión de él y yo en un lejano campo viviendo felices eternamente, donde no nos descubrirá el pasado, ni la muerte de nuestro amor. Entonces tomo este brebaje y duermo. Duermo esperándole. Firma, una eterna enamorada

Julieta

64


Guíenme Guíenme, sé que ustedes pueden. Guíenme, porque he perdido el camino y mi maltrecho cuerpo ya no puede más. Guíenme, luciérnagas del cielo como guiaron a miles de hombres en alta mar para volver con sus amadas. Guíenme, para yo volver con mi amado y mi odisea dejar atrás. Guíenme, observadoras en la noche que no dejan de la tierra admirar. Si nos admiran tanto, les suplico, déjenme volver a mi hogar. Guíenme, pequeñas destellantes, anunciadoras de la oscuridad. No me desamparen en mi naufragar. Sean ustedes mis ojos y mi vereda a seguir. Sean ustedes, estrellas, mis migajas de pan porque quiero volver al camino y a mi amado poder abrazar

65


66


Al cerrar mis ojos Al cerrar mis ojos puedo ver con mayor claridad tu rostro detrás de mis párpados. Una cara de perfecta simetría, envuelta en familiar cercanía que jamás desaparece, que no muere, se niega a desvanecerse. Me carcome la interrogante de tu posible, de mi imposible; razones que simplemente no entiendo y verdades que ya no quiero y es que no puedo dejar que te vayas sin sentir que me asfixio en tu ausencia tan presente. Y siento que me condeno ante la triste melodía de notas que hacen bailar tu fantasmal presencia. Ante mis ojos cansados de pensarte y más cuando vuelvo a la realidad agónica de que existes sin mí. Ya no consigo comprenderte en mi memoria al tratar de dejarte ir. Me resto a mí misma ante los intentos fallidos de arrancarte de mi piel, de mi espíritu, de esta mente que sólo sabe de tu risa de los recuerdos de un dos 67


sin par, que era nuestra conexión. Y es que estoy agotada de tener entre mis labios el abecedario de tu nombre, cada letra, cada consonante, cada sufrida sílaba. Recordándome la perturbadora verdad de que me dejaste y que no encuentro la manera de hacerte huir de mi mente tan consciente. Entonces, decidí conservar viva la esencia de tu todo conmigo… Cuando aún te tenía. Ya no lucharé, dejaré que fluyas en el dolor de esta alma. Es más confortable la muerte en vano de mi yo con tu fantasma, que mi yo sin tu nada, peleando siempre con la danza de la tristeza que me compone. Tu voz, tan real en mi mente, dejaré que sea el arroyo de mi lamento. Haré de mis ganas de vivir el arriesgar mi propia alma tan sólo por conservarte vivo en este espíritu roto que dejaste atrás. Y aun cuando el mundo corriera la voz de que morí en tu recuerdo, siempre diré que viví en la sombra de lo que pudo haber sido si tan sólo te hubieras quedado. 68


69


Aún estoy viva Sostengo un metal en una mano y un corazón vivo en la otra. Tómalo - te digo- tómalo Porque, latiendo, en su calor te pertenece. ¿Por qué me miras con espanto? Aún estoy viva, mientras vomito desde mis entrañas tus palabras vendidas, tus caricias de muerte. Tómalo, aún late. Lo arranqué de mí sólo para dártelo. Ya no lo necesito pero tú sí… Tal vez puedas remplazarlo por la podrida masa que carga tu pecho. No llames a la ambulancia, aún estoy viva y sigo deshaciéndome de tus besos siniestros, de tus bruscas manos. Tómalo, tómalo ya, porque si aún lo conservo en mi mano, 70


lo exprimiré con todas mis fuerzas, imaginándote morir. ¿Por qué miras el vino derramado en mi pecho? Aún estoy viva, borrando de mi alma la verdad de tu cama, repeliendo tu olor. Aún estoy viva y ya no moriré por ti.

71




Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.