Subir corriente a punta de canalete

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Querido lector: Lo que encontrará a continuación serán olores, sabores, colores, paisajes, emociones y saberes contados por las voces de sus protagonistas. Por tanto, antes de iniciar su lectura dispóngase a entenderlas en los acentos, susurros y silencios correspondientes a quien proviene del Pacífico. En ellas se imprimen las añoranzas, remembranzas y anhelos de ocho mujeres provenientes de las zonas rurales de Nariño y Buenaventura. Cada una de las mujeres nos permite vivir su pasado en el campo y su presente en la ciudad a través de anécdotas y opiniones. Por tanto, cada lectura será una conversación que no se adhiere necesariamente a una temporalidad lineal. Esperamos que la lectura le permita encontrarse con el otro que, como ha ocurrido con nuestra escritura, realiza un viaje en el cual escucha en cada una de estas voces la relación con la selva y con el origen, pero también la transformación y el progreso en la ciudad.


Indice 3

Presentación

Punto de partida... 10

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CAPITULO I

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lideresas, si uno ha venido a pará aquí pue ¿qué más? se ayuda uno y ayuda a la que pueda.

Matronas, la memoria arrastra lo que en la tierra se queda.

Relatos:

Relatos:

Erlendy Cuero Bravo

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Martha liliana Vallecilla Cuero

Filomena Cuero de Vallecilla “tengo un delirio de pena que me viene niquilando. de noche causando vela, la comida no me cuela cuando me pongo a pensá”

“Yo soy la que toco el bombo con el tabaco encendido, yo soy la que no conciente corrinches con mi marido.” 17

CAPITULO II

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Luz Marina Viáfara “Al infiero no bajé, solo con mi escapulario. Al diablo le i he rezá el santísimo rosario”

“Mi tierra es muy rumbera, dicen que somos ruberos y perezosos, pero mentira, somos muy trabajadores.”

Punto de llegada... 44 47 57

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..........................................................Epilogo .........................................................Glosario ....................................................Bibliografía


Presentación En la región Pacífico las historias, así como la vida de su gente, se tejen en las cuencas de los ríos. En esta selva reconocida en el mundo por ser una de las más lluviosas y con mayor diversidad de fauna y flora nacieron los personajes de este libro: envueltas en sábanas prestadas por los vecinos, arrulladas por los cantos de sus abuelas, sobrinas de todo el pueblo. Allá donde ellas vivían no había que pagar servicios, no había rejas ni se cerraban las puertas, al chontaduro no se le echaba miel sino que se lo servía con café y cuando los niños se morían se los lloraba en medio del canto y la danza, paseándolos en los brazos de sus mayores. Ese sistema no sólo alberga al desplazado que todos conocemos, es decir, el que lo perdió todo y salió intempestivamente de su hogar, sino que también incluye a personas que de maneras menos abruptas se fueron desapegando de sus lugares de orígen. Se vino un hermano o un primo, luego mandaron a los nietos o a los sobrinos y así cuando en el campo la situación fue peligrosa llegaron los demás familiares a una ciudad previamente visitada. Las familias ven en el ingreso al sistema la posibilidad de subsistencia no sólo de los implicados en el desplzamiento sino también de todos aquellos miembros de la familia que necesiten apoyo en su manutención. La estructura dada victimiza más allá de las generaciones y hace del desplazado una figura dependiente de ella.

El Pacífico que nos contaron es una tierra soñada, donde el agua es cuna y fuente ilimitada de dicha y alimento, donde el hambre se calma bajando un racimo de plátano o hundiendo la catanga. Allá, la abuela, matrona y patrona, dueña de la tierra y hacedora del tinto en las tardes, era el eje de la familia y venía a entregar en sus hijas la responsabilidad de hacer crecer la herencia, de ser fértil, fuerte y laboriosa. Las hijas se hacían mayores en encuentros furtivos y los hijos venían a ser el futuro de los frutos de la finca. El hombre iba y venía, bailaba como el viento en la montaña, pero la mujer era el árbol, en sus raíces descansaba el pasado y el futuro de la familia. Eran tantas cosas bellas, tantos recursos, tanta alegría que vino a ser foco de la violencia y se pasearon por allí, en sus rincones lluviosos, hombres con botas y fusiles, llenos de grandes ambiciones.

En la supervivencia se reescribe su historia. En este espacio de caos y bullicio que viene a confundir a los recién llegados con direcciones y trámites, las mujeres son quienes mejor se desenvuelves. Van y vienen, caminan, preguntan y se ‘rebuscan’ la manera de sostener a la familia. La adaptación torna espacios como el distrito de Aguablanca y Alto Polvorines en un pequeño Pacífico en la ciudad. En cada cuadra ha venido a vivir algún pariente o conocido, en las esquinas los niños van a jugar con sus primos y el perro de una se pasea por las casas de todas. Ya no son dueñas de casas y finca, son empleadas domesticas. Ya no recogen su comida ahora deben conseguir el dinero para pagarla o anotar en una libreta todo lo que sacan fiado en la tienda. Han venido a decirles, aunque se quedaron sin nada, que no deben preocuparse porque el gobierno tiene proyectos que las apoyan, han confiado y aprendido. Las defraudaron pero ahora son más fuertes, hablan con propiedad de sus derechos y de sus necesidades, a la vez que transmiten sus saberes a la comunidad. Ahora se reconocen afrodescendientes, se peinan con turbante y bailan currulao en los festivales, montaron empresas con los frutos de su tierra, se han hecho lideresas.

¡Y el negro otra vez a resistir!1 Aguantando balacera cada rato, aterrado de perder a sus muchachos en el monte, enterrando a sus amigos y familiares, esperando y esperando hasta que tocó salir. Y huyendo de lo que había sido su hogar, lo suyo, lo heredado de los mayores viene a parar a Cali, una selva nueva llena de peligros, una selva en la que no tiene tierra, ni posición, en la que su único chance de subsistir es ser un número en la lista de un sistema.

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Frase de Yeny Castro Rodríguez.

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Lo que se perdió… Tenían la tranquilidad de saber que la tierra les daba los alimentos y era la fuente principal del sustento económico. No se preocupaban por pagar arriendo o los servicios básicos, el agua era traída del río y la energía se brindaba por cortos plazos, lo cual hacía que su ritmo de vida fuera muy sereno.

El liderazgo es el canal por el cual reflejan sus antiguas tradiciones, son las matronas de los que no conocen la ciudad, de los que no saben redactar un derecho de petición, de los que no conocen la sede de la UAO2 . ¿Qué significa ser líder? Seguramente no tiene respuesta aquí pero sí podemos que la historia de este país, en los flagelos terribles que el conflicto le causa a sus habitantes, empuja no sólo al nacimiento de grupos armados, partidos políticos o equipos de fútbol sino que también construye individuos y grupos en los barrios, para recordar de dónde vienen, para trazar estrategias de inclusión y para buscar la manera de recuperar algo de lo que perdieron, aunque sea jugando ajedrez con la gran maquinaria del estado. Sin embargo, al comenzar el proceso todas tenían ideas y proyectos mucho más esperanzadores. Ellas mismas reconocen que sus sacrificios y esfuerzos eran mayores pero con el paso de varias decepciones y la deserción de miembros del grupo, entre muchos conflictos que se presentan en sus comunidades, el manejo de los asuntos a su cargo se transformó, ahora deben pensar primero en ellas y en quienes las han apoyado, es una instancia ‘meritocrática’. Las ocho mujeres que hacen parte de este conjunto de historias se encontraron con nosotras a lo largo de los últimos dos años. Andábamos buscando la manera y el motivo por el cual debíamos sentir, ejercer y terminar esta carrera3 . Y pensamos en la mujer, en las que somos y en las que había afuera, en las que veíamos en la calle. En ¿cómo se habían integrado a esta ciudad? Y después de esa pregunta se dieron poco a poco las intuiciones, las comunidades necesitan alguien que sobresalga, que haga las veces de guía, alguien a quien responsabilizar y en alguna medida de quien depender. Estos relatos no se ocupan únicamente del carácter de víctima del desplazamiento sino que se preguntan ¿Qué pasa después? ¿Cuál es la reacción que ha desencadenado este fenómeno en las comunidades? Y obtiene como primera respuesta anécdotas, recuerdos, sueños y desencantos.

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Nuestro acercamiento a estas mujeres fue un proceso de reconocimiento que posteriormente se hizo una amistad entrañable, mediante la cual pudimos entrar a observar y compartir momentos íntimos. Este acercamiento nos permitió ser críticas frente a lo que se producía al interior de las organizaciones. Es decir, nos permitió hablar con ellas de su trabajo y ofrecer una opinión. Existen una gran cantidad de condiciones que permean el ejercicio del liderazgo. Cada una de ellas nos fue alejando de la idea de la justicia o del equilibrio pero nos enseñó que hay una intención en estas mujeres de hacer por el otro, de responsabilizarse. Y en virtud de ello nosotras correspondimos. En la medida de lo posible fuimos un vehículo de su voz y tratamos de perfilar aquello que hace su labor más elevada, pero también aquello que la muestra más humana. Las lideresas proyectan sus relaciones familiares dentro de sus grupos de trabajo comunitario. Cada una, es el eje principal de las decisiones de su organización, las clausulas legales que la rigen y quien va en búsqueda de todo tipo de recursos. Por ser ella la cara visible, adquiere un empoderamiento y un reconocimiento por encima de las demás. Las opciones propuestas por el Estado para la población vulnerable son fundamentales en la forma en la que ellas moldean su rol. Cada mujer, de acuerdo a las necesidades propias y de sus compañeras, establece unos estatutos y acarrea responsabilidades que terminan por proyectar las deficiencias y corrupciones gubernamentales. Es imposible negar que aquellas que se mueven mejor en las entidades de apoyo o tienen buenos amigos en el gobierno de turno, reciben mucha más atención.

Unidad de Atención y Orientación a la población desplazada. Comunicadoras sociales de la Universidad del Valle.

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En el campo todo es más seguro y aún con la llegada de los grupos armados, no existía la angustia de un robo ni mucho menos el apego a los bienes materiales como electrodomésticos y dinero, por tanto las puertas de las casas permanecían abiertas y no había necesidad de poner rejas. Los límites del espacio que habitaban estaban dados por lo que trabajaban de él, no se tenía la idea de propiedad territorial y por ese motivo no se establecían fronteras. El trato cordial y cercano con vecinos, familiares y compañeros de trabajo que permitía que los hijos llamaran tío a cualquier mayor sin necesidad de un lazo sanguíneo. Por supuesto, los bienes heredados de sus mayores, las tierras, el conocimiento aplicado en ellas, enseres y recuerdos. Todas las relaciones referenciales de paisaje cambiaron, sonidos, olores, texturas e imagen se quedaron en el campo con el correr del río, el olor a pescado en fogón de leña, las puyas de la ‘palma e chontaduro’ y las líneas de la montaña. La vida de los mayores se convierte en una constante añoranza de lo que ha dejado atrás, no sólo se han desplomado sus rutinas diarias de pesca o de recolección de agua y frutos, sino que se rompió la relación física y emocional que había tejido con su entorno. En la ciudad su sistema de vivencias, de valores y de significados no tiene cabida.

Lo que se adaptó al contexto urbano…

Lo que entrega la ciudad… La ciudad les da la posibilidad de educarse tanto en su formación secundaria o incluso primaria y de aprender carreras técnicas, tecnológicas y profesionales, es decir entran al sistema educativo propuesto por la nación. A quienes estudian se les posibilita ejercer en oficios más elevados y dejar atrás el aseo doméstico, la venta en almacenes o ambulante, ser platoneras, etc. No obstante, todo esto proviene de la supervivencia y del reconocimiento de que sólo aquel que estudia y obtiene ingresos económicos mayores adquiere un estatus y unas comodidades de vida, cosa que en el campo no reconocían. Es en la ciudad donde se definen como mujeres afrodescendientes lo que les permite la búsqueda de su identidad a través del conocimiento no sólo empírico sino teórico-histórico de las razones por las cuales tienen esa fisionomía, vienen de un determinado lugar y ejercen o ejercían ciertas costumbres. La ciudad las llena de nuevas tareas, el sostenimiento, el aprendizaje, las luchas de carácter identitario, etc. Por esa razón el hogar y la crianza de los hijos se complican, sus días se llenan de compromisos y capacitaciones. La vida en un contexto urbano permite que sus horizontes se amplíen en el sentido en que inicialmente su referencia es Cali, pero con el nuevo aprendizaje y el establecimiento de relaciones de trabajo y amistades se crea una nueva expectativa, la disposición de viajar o de interactuar con otros espacios. Los seminarios y eventos sobre género y cultura afro han permitido que conozcan activistas, teóricas, trabajadoras sociales, fotógrafas, etc. de África, Estados Unidos y Europa con las cuales mantienen un contacto y han redactado documentos para establecer particularidades de la etnia afro en esta región del mundo. Su universo adquiere nuevas dimensiones.

Las viviendas de la familia, recrean la tendencia social de matrilocalidad en donde a través de la abuela o matrona se restablecen los núcleos de los hijos, siendo las mujeres el eje primordial de cada grupo. Se crea una red de comunicación entorno al ‘voz a voz’ y a las visitas constantes a la casa de la tía, prima, hermana o abuela. Hay solidaridad, no sólo con la información, sino también que ayuda a que cada uno lleve algo para compartir a la casa del otro, “ay le traje el almuecito” o heredar coches u objetos de un niño ya grande, al bebé de la prima, etc. Son costumbres adaptadas del campo a la ciudad. La responsabilidad compartida de la crianza de los hijos, se refleja en el hecho de que tías o abuelas se encarguen de los niños mientras la madre trabaja. Si bien los niños están mucho más solos, a través de la cercanía de las residencias algún familiar puede ir y ‘darles vueltica’.

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Punto de partida... Existe un nivel de olvido que se evidencia porque entre los miembros de una misma familia las historias, personajes, fechas y lugares son incongruentes. El testimonio de cada una tiene diferencias que muestran el protagonismo de la subjetividad. La edad que cada una tenía en el momento del desplazamiento y la que tienen a la hora de contar la historia sin duda repercuten en la precisión del relato. Las incongruencias nos llevan a crear un panorama a través de los medios de comunicación de la zona, no obstante los relatos se construyen partiendo de lo que declara cada individuo pero en una consciencia plena de que por fuera de ellos hay una gran cantidad de información, de fuentes oficiales (Periódico El País, Diario de Occidente, Caracol Radio, Armada Civil Colombiana) y de los otros miembros de la familia que conocemos. Seleccionamos de acuerdo a la perspectiva con la cual se proyectó cada historia.

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Capitulo I

lideresas, si uno ha venido a pará aquí pue ¿qué más? se ayuda uno y ayuda a la que pueda.

Relatos: Erlendy Cuero Bravo “Yo soy la que toco el bombo con el tabaco encendido, yo soy la que no conciente corrinches con mi marido.” Martha liliana Vallecilla Cuero “Mi tierra es muy rumbera, dicen que somos ruberos y perezosos, pero mentira, somos muy trabajadores.” 11


Capitulo I

Capitulo I

Relatos:

Erlendy Cuero Bravo “Yo soy la que toco el bombo con el tabaco encendido, yo soy la que no conciente corrinches con mi marido.”

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e su crianza de temprana orfandad saca la fuerza que la ha llevado a ser presidenta, representante, madre y empresaria, todo al mismo tiempo, dentro de la misma jornada. Erlendy es oriunda de la vieja ruta al puerto de Buenaventura, hija del chontaduro y la citronela. Camina hoy por las calles de un barrio en el Distrito de Aguablanca con el porte que tienen las princesas de las sabanas africanas, con un perro que hace guardia junto a sus pasos y el sol que la persigue en los callejones. Antes de sus cuarenta años es abuela y se ha posicionado en espacios de toma de decisión respecto al desplazamiento forzado, a al tema de género y a los derechos de las

Cuando empezamo era una cosa que yo no sabía de nada: ¿desplazado? ¿y eso con qué se come? Pero cuando llegué aquí en el 2000, ya mi tío Hernán tenía una organización y él manejaba muchas cosas. Ofrecía eventos, es muy vivo y él sabe cómo convencer a la gente. Pues yo me volví la secretaría, Fruto Paz se llama. Ya luego me salí buscando darle otro manejo. Sí, hacer las cosas para la gente, y con varia mujere decidimo hacer una organización donde pudiéramo trabajar en eventos y así nació El Camino Propuesto. A vece es muy duro porque uno no siente que las cosas salgan como quisiera, la población se va rindiendo y todavía no tenémo espacio en la toma de decisiones. Y pue, con el proyeto de los carrito nos fue bien por una parte porque las mujeres cumplieron, se capacitaron en lo que la Alcaldía exige y Acción Social mandó a hacé los cien carrito, con su sombrilla y platone y todo.

“Yo soy la que toco el bombo con el tabaco encendido, yo soy la que no conciente corrinches con mi marido.” El lúne llego de Bogotá pero no me voy a quedar mucho porque el miércoles hay un encuentro en Buenaventura y me encargaron realizá una ponencia. Luego el jueves que llegue nos podemo reunir con las mujeres a vé cómo hacemo para sacar dos carrito más. Necesitamo hacé un documento para llevar a la Corte Constitucional en marzo, entonces vamos a recoger testimonios de cómo vive realmente la población afro en esta ciudad. Siempre me la paso liderando los procesos, sobre todo en la parte de comunidades negras, porque pues ya soy delegada nacional. Normalmente pué desde las ocho de la mañana estoy en esas funciones y hasta…darle hasta donde más pueda. Y también repartiendo, porque hay momento donde también toca empalmá eso con el trabajo, donde me resulta trabajo pué tengo que ir a hacé porque pues ¿de qué voy a vivir? Entonces con la organización El Camino Propuesto y las mujere vendedora de chontaduro, atendemo evento público y privado con todos los derivados, en traje típico y con los chontomóviles. De todas formas, no es suficiente porque pues más es el tiempo que dedico al fortalecimiento del proceso que a trabajar, entonces los ingresos son poco pero…ahí vamo.

Pero a la hora de salir a la calle, no tenemo permiso y en la Secretaria de Gobierno ya nos han dicho “si los veo por ahí los recojo”. De todas formas hay dos en plaza pública porque las mujere necesitaban trabajar y si se lo van a llevar pue ¿qué má? Hay otros seis en supermercado pero pagando un arriendo y los demás están en un casa allí a dos cuadras. Con lo que se ganan las que están trabajando y unas cuotas, pagamo pero pue muchas se retiraron y yo las entiendo…uno se siente decepcionada. Imagínese, dos años capacitándose y dos años los carritos guardados, desde el 2007 que comenzamo.

¿Usté ha oído eso que dicen dizque: unas por otras? Mis hijos pue han aprendido a cuidarse solos, desde pequeñito,entonce mientras yo trabajaba a mi hija le ha tocado asumir quedarse en la casa, madrugar a hacerle la comida y que ella de allí se quedara con el hermanito. Y ahora, pué que ya están grandes, yo dejo todo listo y ellos saben que tienen que hacerse comida, cuidarse, estar en la casa. Aunque de todas formas, uno no vive tranquilo porque este lugar es muy lleno de peligros y cosas, y pues pa uno que no creció acostumbrado a todo eso de las drogas y los vicios es muy horrible viví aquí. A pesar de que hay familia nosotro siempre hemos estado los tres, porque con el papá de ninguno de los dos pudimos estar y a pesar de que hay familia, yo sí he preferido que vivamos solos.

Uno sabe que no puede rendirse porque las que ya tenemo formación y un camino vemos que realmente hay que hacer algo más para ser escuchado. Ahora que le entregue a la corte voy a ver si paro, así no me toca viajá a Bogotá sino una vez al mes a mis clases de la carrera. Es que es mucha cosa. Quisiera estudiar sociología pero por ahora no se puede hasta que no termine esto de gerencia para la gobernabilidad, con eso espero tener oportunidad de conseguir un trabajo estable donde se pueda influir de una buena manera en la toma de decisiones y ayudar a la gente diretamente con proyectos grandes. Es que hay tanto, tanto que a vece eso también lo desanima a uno porque sí se denuncia y se discute, lo llevan a uno a dormir en esos hoteles tan lujosos y a comé cosas que uno ni sabe nombrá, pero ¿y la gente? ¿Cuánto se podría hacer por la gente con eso que nos dan, me digo yo? Entonces, ahí está la cosa y uno trata de no prometer nada pero la gente se ilusiona porque pue la misma necesidad los llena de expetativa y cuando ven que no llega nada…

“La jovencita de ahora, oí ve No saben asar plátano y oí ve Y dicen mamita mía y oí ve Yo ya quiero marido y oí ve…” (En Motta, 2005: 85) Pero yo no sé Jhina qué le pasó, ella no se parece a mí. Alexo más bien sí hace las cosas de su mamá, él me acompaña y si no es conmigo prefiere quedarse en la casa. Ella, pué yo no sé…tendrá que ceñirse a lo que se le diga porque si ya se dio por tené hijos, en mi casa no se va a quedá sin hacer nada. Ya dentro de poquito llega Kenia Yajhaira4 y ahí sí que le va a tocá ponerse las pilas.

He estado pensando que a lo mejó me devuelvo pa mi tierra, a Buenaventura. Allá al menos sabe uno que si no tiene comida pues por ahí están los tíos y los primos y puede ir a tocá la puerta, está uno más tranquilo, entonces no está la pensadera de decir ¿yo qué voy a hacer? Mientras que acá si usted no tiene, se jodió. Allá quedó el lote de la casa donde yo vivía con mi papá, uno de estos días que me dé el arranque voy y levanto unas paredes y un techito pa tené ahí, al menos para irme de vez en cuando a pasá unos días. Yo trato de está en la casa y sentirme tranquila pero a vece hasta eso es complicado.

En todo caso, a vece me da mucha angustia, se sabe que uno de mujer se preocupa más por todo. Pero qué vamó a hacé, hay que seguir liderando los procesos y tratando de que aquí en la casa todo se mantenga lo mejor posible.Y con esa viajadera, que llevo casi un año sin estar aquí en la casa al meno una semana completa.

Kenia, según Erlendy, es de origen marroquí y significa princesa, aunque en otras búsquedas y en referencia al país africano

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Capitulo I La formación que a uno le dan influye mucho en que uno pueda salir y despertá de cualquier situación difícil que sea, es como una casa, cuando tiene unos buenos cimientos la casa no cae, por mucha cosa, tempestá que haya o terremoto se sostiene allí. Yo pude aguantá tantas cosas cuando estuve a punto de uno prostituirse, de hace cualquier demencia que se le ocurra por sobrevivir. Pero yo hoy agradezco una formación y fue mi papá, él lo mataron los paramilitares pero siempre tuvo una posición de decir: Usté no se puede dejar, usté tiene que salir adelante y usté sí es capaz. El papá que en un momento me protegía pero después me dejaba sola y me decía: usté tiene capacidad y usté no se va a dejar, entonce mi papá me preparó que yo podía asumir un rol como tal…Cuando lo mataron a él a mis trece años, yo podía ser una persona mayor, pensar como persona adulta La formación que a uno le dan influye mucho en que uno pueda salir y despertá de cualquier situación difícil que sea, es como una casa, cuando tiene unos buenos cimientos la casa no cae, por mucha cosa, tempestá que haya o terremoto se sostiene allí.

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Yo pude aguantá tantas cosas cuando estuve a punto de uno prostituirse, de hace cualquier demencia que se le ocurra por sobrevivir. Pero yo hoy agradezco una formación y fue mi papá, él lo mataron los paramilitares pero siempre tuvo una posición de decir: Usté no se puede dejar, usté tiene que salir adelante y usté sí es capaz. El papá que en un momento me protegía pero después me dejaba sola y me decía: usté tiene capacidad y usté no se va a dejar, entonce mi papá me preparó que yo podía asumir un rol como tal…Cuando lo mataron a él a mis trece años, yo podía ser una persona mayor, pensar como persona adulta Imagínese en un pueblo donde vivíamos moverme sola en carro. Él era un hombre que no escribía porque no tuvo mucho estudio, entonce en ese tiempo yo estaba como en cuarto o quinto de primaria y él todo lo que necesitaba me decía: tome usté escriba y haga estas sumas así y ponga esto aquí y esta plata. Entonce lave su ropa, muévase sola, no dependa de nadie y asumí un liderazgo así desde muy pequeña. Esa fuerza que yo vía a él que caía y que levantaba, y que tenía momentos muy difíciles porque mi mamá se murió y que tenía momentos muy difíciles porque mi mamá se murió y él quedó desfigurado, yo lo vía con unos ganchos que a él le pusieron porque se le cayó la mandíbula y se le salió un ojo. Y le metieron el ojo con platina y le colgaron la mandíbula pero él no podía masticá y yo lo vía mi papá que tenía la función de que fuéramos a la finca y él cogiera chontaduro, y con todo, andaba con una toalla aquí en la boca porque él no podía retené nada o sea ni la boca cerrada. Y así era capaz de mover chontaduro de Buenaventura para Cali y así se la pasó hasta el día que lo 5mataron .

La fotografía corresponde al lugar donde estaba la casa que Erlendy compartió con sus padres. Tomada el 03 de marzo de 2012 en el actual barrio Uribe, Buenaventura.

Mi mamá también, mi mamá era una mujer muy fuerte porque no tuvo más hijos. Imagínese una mujer de campo que no quiso tené más hijo y un marido responsable. Mi mamá podía asumir el rol de “yo me quedo en la casa, yo no trabajo” pero ella se murió trabajando. No era una mujer dada a decir: es que yo me espero aquí a que el marido busque. Yo la conocí a ella de pie y lo que yo me acuerdo mi mamá era un mujer que luchaba y al paso que mi papá caía a un lado, ella caía al otro acompañándolo. Pero era una verraca, ella se mató a los 28 años pero nunca la vi en la posición que en el campo se encuentra mucho que deja que el marido la golpee y que él decida todo, ella no. Simplemente también marcaba la pauta y si él llegaba bravo, ella estaba más brava aún y si él decía una, ella le salía con tres.

“Mi padre es una cometa Y mi madre un rayo cruel Hijo de cometa y rayo Dime yo quién pueda ser… …Mi padre es una cometa Soy presidente en La Habana Que manejo un gran gobierno No le hablo de los infiernos No libero de Castilla Del mundo soy maravilla… Llevo a los elementos Y si no me quiere creé Mi padre es una cometa Soy el palomo derretido Que de chispas me desahogo Soy más liviano que un rayo Pariente de la sesión Sobrino de la ascensión Hijo de cometa y rayo” (En Motta, 2005: 198-199)

Y cuando me acuerdo e mi papá lo que recuerdo eran las palabras que él me decía: Usté no se puede dejar porque usté tiene que tené la mente clara, usté no va a ser una más de aquí, usté tiene que ser diferente y usté tiene que ser esto… marcándome como con pautas y era de hacerme así ¡pam, pam! Y hágale por aquí, y no se deje y aún si a mí me pegaba un niño yo le tenía que pegar porque él no me permitía vení a chillar. Él se sentaba con un látigo, y vaya y le da bien duro a ese niño y si usté se deja pegar yo le pego a usted. Entonces es decir uno no tiene forma de volverse débil, de pronto no fue la mejor crianza pero sí la que yo agradezco porque si no hubiera sido por esa fuerza yo no estaría hoy o estaría allí tirada, no sé…la vida sería totalmente diferente.

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Capitulo I

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Marta liliana Vallecilla Cuero “Mi tierra es muy rumbera, dicen que somos ruberos y perezosos, pero mentira, somos muy trabajadores.”

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uando el cuero del cununo resuena, los guazás se sacuden y una desentonada voz agita las partículas del viento, Martha zarandea su cuerpo, que moldeado para el baile y el encanto se vuelve uno con la música. Ella se encuentra a sí misma en sus raíces africanas y en las otras mujeres negras. Persigue un beneficio para aquellas con quienes trabaja hombro a hombro, esperando que algún día sus hijos se nutran de su experiencia y se forjen un futuro mejor. A sus 32 años, Martha trabaja con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo a través de AFRODES, verificando la situación de vivienda de personas en condición de desplazamiento para facilitar a su vivienda recursos para un hogar digno. Sale durante todas las tardes, desde su casa en Marroquín II, a caminar una ciudad que con los años reconoce como suya.

“Mi tierra es muy rumbera, dicen que somos rumberos y perezosos, pero mentira, somos muy trabajadores”

Estaba la luna clarita cuando llegué a donde mi abuela Filomena que estaba sola, y le dije “¿abuela y mi tía?” y me dijo “ellos están en la otra vereda en una fiesta”. Yo cogí y le dije a Palomino “ay llévame hasta allá” y entonces me llevó. Nosotros que llegamos cuando escuchamos que venía el carro de Polo, me dijo “yo no sé, pero ese tipo la va a matar”. Entonces me bajé le dije a María Reyes “tía me mató” y Erlendy (que estaba allí) “¿por qué?” y yo “Polo me está buscando pa matarme”.

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Entonces Erlendy me dijo, “metete a esta pieza”. Ese día había un show de maricas, entonces yo llegué a donde estaban los maricas y ¡fun! debajo de la cama. Ahí es cuando Polo llegó, entonces ‘pis’ y prendió las luces. “Prendan las luces y apaguen la música” y de ahí a todo el mundo quieto, que “¿dónde está Liliana?”, gritó él, y todo el mundo “hm”, luego dijo “o aparece o se mueren”, hasta que alguien por allí dijo“ella pasó por aquí con un man en una moto”. Cuando escuché que arrancaba el carro, salgo y yo mal de los nervios. El marido de mi tía María, Héctor López, él canta, me puso un chaleco y un gorro que él tenía, cómo un sombrero, una boina y me lo puse del desespero, la angustia que me mataba. En esas la gente me daba trago y yo tomaba, lloraba y decía “¡ay yo me voy a morir y mi mamá y mi hijo!”, y tome y tome. Entonces sentí que volvía el carro y me volví a esconder, bueno me volvieron a esconder, porque yo ya en la rasca que tenía yo ya no, ni sentía. Cuando él vino ya dijo como que “ya no la voy a cazar más”, pero de una veredita a otra yo tenía que bajar por esa misma carretera porque no había más.


Capitulo I

Capitulo I

Años sin volver

“El día en que yo la vea con alguien, la mato…” Ya el sol alumbraba el camino, pues iba yo de esa vereda hacia la casa de mi abuela cuando él estaba en una moto en toda la orilla de la carretera con el fierro así y me decía “hola niña buenos días” y yo venía en la borrachera, hablando y en un escándalo, porque uno viene en la mañana con esa bulla. Entonces me dijo “niña ¿quién corre más, la moto, el arma o usted?”, y yo “no, no me vaya a matar” y me arrodillé y todo el mundo “no, no la vaya a matar”, y él lloraba y decía “yo la amo mucho, pero algo le tengo que hacer”, entonces cogió el arma y le dio vueltas y le dio así y me dio tenga en la cabeza, cuando reaccioné ya estaba en el Hospital Departamental de Buenaventura y estaba era él. Yo fui novia allá de un chico, o sea costumbres de mamá que desde pequeñita le decían a uno es que fulano va a ser su novio. Al peladito le decían ‘Maravilla’, era gordito y mi novio desde pequeñito, pero a mí no me gustaba. Cuando él creció, recién se había metido a la guerrilla. Era muy analfabeta, el 100% de los pelados que se metieron a esa ley eran analfabetas en su totalidad, no sabían ni siquiera firmar su nombre. Él me decía “no, usted no puede tener novio” y yo “¿y por qué?”, “porque usted es mi novia”. Una vez hicieron unos quince donde mi prima. Cuando él llegó a los quince hizo apagar la música y dijo “con ella nadie baila, y el que baila, se muere”, le tenían tanto pavor, que yo me quedé toda la noche en la fiesta así (sentada), sin bailarme un disco, él les decía “la dejo media hora y ya vuelvo” y verdad, se iba y volvía. Polo tenía cuatro mujeres, la propia esposa y nosotras que éramos tres amantes, era tan animal que nos vestía a todas iguales. Todas teníamos la misma cadena, como la marca y en el anillo decía “Polo y fulana”, todos decían lo mismo y el mismo anillo. Es más él tenía tanto poder, que la gente dice que él tuvo mucho que ver con la muerte del papá de mi hijo mayor. Te cuento que cuando Polo murió yo hice una fiesta, yo me acuerdo tanto que tenía 200.000 pesos que no eran ni míos. Era algo que íbamos a hacer y fui y compré torta, y compré arroz, hice arroz con pollo y prendí música, la felicidad. A él lo mataron un viernes y yo eje día hice una fiesta por todo lo grande. Después me arrepentí, pero fue una alegría lo que sentí de haberme quitado esa pesadilla de encima. Y me dio tristeza porque me contaron que fueron cinco personas al entierro, no fue más.

Guaimía tiene harta montaña, unos ríos divinos, deliciosos, ¡ah, qué ríos! Pero pues es un pueblito pequeñito, una vereda pequeña pero muy acogedora. Tiene una carreterita destapada con casas de material, que antes eran 100% de madera. Ahora hay como unas veinte casitas, antes habían menos, habían como unas doce. Pero allá las familias como son tan grandes, tan numerosas, las casitas no son casitas sino casotas.

“Aquí vine a identificarme realmente. Ahora no digo que soy negra, yo digo que soy afrocolombiana”

En mi tierra se ha vuelto tradición que a las 7:00 p.m. todo el mundo está en su casa. Todo el mundo se acuesta y ahora que hay más violencia, a las 6:00 de la tarde. Cómo las vías no están iluminadas en su totalidad, sino donde está la población, entonces para dirigirse de una vereda a otra hay que caminar por una carretera oscura en su totalidá, entonces ninguno sale de noche.

Allá todo el mundo es tía, tío, primo, prima, sin ser familia. Entonces todo mundo se da la mano con todo mundo, a diferencia de la ciudad. Allá todo éramos negros, acá ya hay diferencias, allá ya teníamos unas costumbres, acá hay otras. Por lo menos en Guaimía nosotros hablamos muy duro, nunca la gente cree que uno lo está gritando. Aquí uno le está hablando, y son “¡ay pero no me grite!”.

El problema siempre existió, sino que no se vía como tan notorio. Lo que pasa es que cuando esa gente llegó a Agua Clara y Zabaletas muchos jóvenes se metieron a trabajar en eso y como casi todos eran de esas veredas, por eso siempre se vió el conflicto más en esas dos. Guaimía queda como a unos dos, tres kilómetros de Zabaletas, uno llega caminando en media hora, pero lo duro estaba allá, entre más jóvenes más conflicto.

Yo tengo dos hijos, el mayor tiene dieciséis y el otro tiene nueve, va a cumplir diez. A ellos les he enseñado a hacer la crema de viche, saben hacer jugo de borojó, de chontaduro, el tapado de pescado, que es tradicional, aunque yo y mi hijo mayor ya no nos gusta, pero el pequeñito es fanático al pescado.

El desplazamiento fue por la guerrilla. Porque al llegar la fuerza pública hubo enfrentamientos con ellos, mas con la comunidad nunca se metieron. En el primer desplazamiento salimos en unas volquetas y después la Cruz Roja nos volvió con unos mercados y todo eso, unas gallinas. Como a los siete meses volvió y eso ya… horrible, entonces salimos a pies porque ya no habían carros ni nada.

Para la música, el mayor toca la marimba y el cununo, él aprendió mucho a tocar en Batuta y a mí me gusta todo, bailarlo, cantarlo, es que uno se conecta de lo lindo con eso. O sea eso es como una transformación, si tú vas a Petronio… es que es como un festival, donde los que no estamos allá, nos sentimos… es una cultura que allá en Buenaventura se ha perdido bastante. Ya no es como antes, que antes uno iba a una fiesta y al otro día por la mañana eso era el bombo, el cununo… en el currulao, eso antes uno hacía una fiesta y no faltaban los cinco, siete currulaos, ahora ya no se ve. Esa es la tradición de allá, en la madrugada, todo el mundo va alistando su pañuelo porque arrancó todo el mundo a bailar, a saltar, a brincar porque esa música lo coge a uno y lo llama, lo atrae, de verdad que sí.

Nos tocó caminar desde el pueblo hasta Buenaventura, a pie, todo mundo buscó su camiseta blanca y pañoletas. Ahora, si en carro es casi una hora ¿te imaginas a pata?, como cinco horas y media porque veníamos con niños. Allí sí fue efectivo, ya allí no volvimos, eso fue el ocho de marzo del 2000, ya no volvimos a regresar más… en ese último desplazamiento nos vinimos todos. Yo duré cinco años sin ir, después de esos cinco años, a los cinco años fui, pero fue horrible, era un temor horrible dormir, los nervios me querían comer, tanto que llevábamos plata dizque pa quedar veinte días y a los dos días no, yo ya me quería volver… y oía una moto a la noche y como la mayoría de las casas eran así en madera, uno escucha.

Ahora estoy en la este de poner una microempresa de muffis de chontaduro, de transformar el chontaduro a otra cosa que no sean pepas, sino transformado en torta, mermelada, a ver cómo nos va con ese proyecto.

La gente dejó de divertirse, ya no se hacen las fiestas como se hacían antes porque pues siempre en las masacres aprovechaban que hubieran fiestas donde se reunían todos, para sacar a los que les debían y ahí asesinarlos. En diciembre por lo menos, todo el mundo se sale de las veredas. No se queda nadies porque todo mundo le da miedo hacer una fiesta y que empiece una masacre o maten a alguien, entonces por eso… antes celebrábamos hasta el nacimiento de un pollito.

Lo enterraron en unas tablas, después de tener tanto dinero, pegaron cuatro tablas y así murió.

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Capitulo I

A ritmo de canalete

Una líder tiene que estar preparada en todos los sentidos. Psicología debería de ser una de las primordiales porque es lo que más necesita una comunidad. Porque cuando una mujer viene desplazada viene insegura, le da pena hablar, le da pena de todo. Se olvida de quién es ella,viene con sus problemas.Yo creo que la psicología sería lo mejor para enseñarles quién son, pa dónde van y de dónde vienen.

Ahora tengo una fundación que se llama Mujeres Desplazadas Unidas para el Trabajo. Ahí, tengo todas las responsabilidades porque soy la que la creó, soy la que tiene el manejo de todo. En la organización yo tengo a cargo exactamente unas ochenta personas, hombres y mujeres. Hay sesenta mujeres y veinte hombres. Son muy diferentes de las que hacen parte de El Camino Propuesto, no es que todas son afro, sino que hay indígenas también. Me motivé a fundar Mujeres Unidas para el Trabajo del querer ayudar a los demás. Me pareció buena idea y que vi que uno solo no hace nada. Hay que unirse. Hay que formar un grupo para poder hoy en día lograr algo y que lo escuchen a usted. Unitario hoy en día no escuchan a nadie. Ya tenemos año y piquito y hemos entendido que nosotros fuera de ser una organización, somos como una familia, uno comparte con su gente. Si hay una reunión “vamos, para que tú aprendas”, porque uno de los demás es que aprende. Nosotras estamos donde estamos y aprendimos porque en las reuniones uno va escuchando, va aprendiendo, va cogiendo el liderazgo. Y así como uno aprendió, puede darle al otro la oportunidad que aprenda también. Porque en que una organización que siempre esté sólo el representante legal en un sitio, entonces los demás ¿qué son? Están sólo en papeles allá en la Cámara de Comercio registrados ¿y lo demás? Entonces no me parece. Me parece que en una fundación, no es sólo la secretaria, el representante legal ni nada, somos todos. A pesar que unos aparezcamos en los papeles cualquiera puede ir a representarla, porque igualmente pertenece a la fundación. Para la formación como lideresa he hecho un poco de cursos. He hecho marroquinería, pastelería, culinaria, estuve en el CDT del pueblo aprendiendo a hacer calzado, he hecho de máquinas planas, filetiado, todo eso… Todavía tengo que aprender muchas cosas para así mismo enseñarles a las mujeres.

Me gustaría entrar a la universidad a estudiar psicología, para desarrollar la profesión al interior de la fundación. Creo que es bastante importante, es mucho lo que uno puede ver en una persona, con sólo la persona actuar y hacer, además para enseñarlas a que se valoren, que se quieran ellas mismas, darles a entender que valemos mucho a pesar de ser negros, o del color que seamos. Una líder debe ser parada y sepa quién sea ella también, porque si la líder no sabe quién es ella, imagínate cómo va a arrastrar el barco… También debe ser sincera, amigable y respetuosa, es muy importante porque sin comunidad no hay liderazgo y si te ponés a tratar a las patadas a los que están dándote el liderazgo entonces no estás haciendo nada. Además tiene que ser humilde, tiene que ser abierto a la comunidad. No es hablarle más duro a los demás, no… siempre ser humilde y no tratar de creer que porque yo aprendí a leer este libro, soy más que tú. Cuando uno le habla a la gente con amor, todo con amor dentra más fácil. Yo me presto mucho cómo líder para la comunidad, me gusta mucho apoyar y servirle a la gente. Por eso espero de la fundación que crezca muchísimo más. Pero que crezca con gente que realmente sí lo necesite. Ahora estamos buscando cómo armar una microempresa de muffins de chontaduro para darle empleo a las madres cabezas de familia que sean desplazadas. Vender el producto en sí, tener su plan y un punto de venta. Los demás serían como asesores que vayan a los almacenes de cadena. Como para eventos o reuniones o algo. Tener puntos estratégicos de venta, pues que no fuera tan aparatoso, pero algo bonito. Entonces estamos buscando cómo fortalecer esa parte. Ya está hecha la propuesta pero no hemos conseguido para el apoyo. Y como éste Alcalde no se abre mucho las puertas entonces está durito. No es como Jorge Iván que le abría la puerta a todo el mundo. Esto está bastante trancadito.

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Compartiendo el proceso Lo de víctimas se habla muchísimo y eso que estamos esperando del proceso que van a hacer de reparación para que salgamos de ser desplazados. Pero es muy poquito, a mí me parece que nueve millones no compensan, no, para nada. Además que nueve millones coge todo el núcleo familiar. Es decir, por lo menos en mi grupo familiar está Esther, está mis dos hijos y mi persona. Al hacer esa reparación nos darían nueve millones a todos ¿y si ya Esther es una familia y yo otra? No puedo llevar la misma reparación que Esther. Ahora qué tal un núcleo familiar de siete, ocho personas, no les va a servir de nada. Esa Ley que sacó el gobierno no me parece que compense para todo el trajín y todo el problema y todo el proceso que la gente ha vivido. Porque uno a veces dejar de vivir bien en su tierra, venir a empezar a pesar que uno ya se recuperó pues algo. Pero de todas maneras las secuelas quedan. Y ya uno queda señaladito, “el desplazadito”. Ahora también voy a participar de otro proceso en Buenaventura. Hay un problema de tierras en que la EPSA, la represa se robó un 100% de tierras y están demandaos. Es más, en éstos días vamos a ir a Buenaventura, vamos a hacer una huelga para ver si la EPSA paga esas platas porque ya hace rato que están que hoy, que mañana, que hoy, que mañana, se firman los convenios y nada. La protesta es en el puerto,en la carretera nueva, o sea taponar la carretera y no dejar entrar carros a Buenaventura ni de Buenaventura a Cali. Eso lo organizaron todos los concejos comunitarios de Buenaventura. Los concejos lo llaman a uno, uno llama también y está pendiente.

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Capitulo II

“Matronas, la memoria arrastra lo que en la tierra se queda.”

Relatos: Filomena Cuero de Vallecilla “tengo un delirio de pena que me viene niquilando. de noche causando vela, la comida no me cuela cuando me pongo a pensá” Luz Marina Viáfara “Al infiero no bajé, solo con mi escapulario. Al diablo le i he rezá el santísimo rosario” 25


Capitulo II

Capitulo II

Relatos:

Filomena Cuero de Vallecilla “tengo un delirio de pena que me viene niquilando. de noche causando vela, la comida no me cuela cuando me pongo a pensá”

N

o sólo cautivan sus ojos y su rostro que dice tanto del dolor y de la vida, también su tamaño que es demasiado para su silla mecedora, que es demasiado para las rejas de su ventana. Ella habla sin necesidad de decir nada, de la fortaleza que vive en el campesino, de esa fortaleza que depende con un hilo frágil de la tierra, del paisaje, del río, de los animales. Su salud y su ser se van quebrando cada día en la ciudad. Se ha despojado de sus ganas de vivir y por momentos parece que la matrona ya no vive con su cuerpo sino que se ha transportado de regreso a las orillas de su amado Anchicayá, para servirle un plátano con pescado a su marido, para fumarse un pucho en aguacero.

“Tengo un delirio de pena Que me viene aniquilando De noche causando vela La comida no me cuela Cuando me pongo a pensá” (En Motta, 2005: 189).

Las mujeres arreglábamo cocina y almabamo corrinche y los hombres buscaban su rincón pa dormí un ratico. Había unos animalitos pa atendé, meno la gallina, esa era de todo porque andaban po ahí regada en el caserío. Afuera e la casa había una guaduita pa ponerle plátano madulo a lo pájalo, había mucho y de mucho colore. Una tiela muy glande que me dejalon mis mayoles, mi papá y mi mamá. La casa quedaba en una loma, despejaba un lote y aledeó cultivaba mis cosas pa viví yo y mi familia. Pa atrá tenía mi papa china, una mata e plátano y de ahí al fondo chontadulo que mandabamo pa aquí a vendé. Pa il al lío lecogíamo la atarraya y los guasá y barríamo el río despacito pa no ir a asustá lo pece, si había ropa pa lavá pué también y así iba la tarde hasta que volvíamo a la casa a jugá parqué. Tenía ahí en la casa cerveza y gaseosa pa cuando los amigos iban a jugá brindarle, ellos la pagaban pero yo se las tenía flía.

“Siemple me acuesto con doló pero cuando me duermo ya no siento más naa..”

La casa mía era glande, glande allá en Anchicayá, tenía un techo así alto pa combatí el caló y po eso mismo el pisito era de minelal. Yo lo limpiaba bien y quedaba como un espejito, en la talde me sentaba descalza a tomá tinto y comé chontaduro. Me levantaba hacé desayuno. Con el malido mío, íbamo a olganizá la finca, a sembrá y a recogé. Po ahí a las dié y media volvía a la casa a poné un tapao e pescao y un arró. A vece pa nojotro do y a vece pa los hijos y los nieto.

“La vida mía era muy diferente allá en Anchicayá”…

Allá no había que il al médico ni pa tené a los hijo. A Esther Julia la tuve sola en la casa y así ayudé a nacé mis nietos, si se enfermaban yo me iba pal monte y lecogía unas yerbitas que me enseñó mi mamá, las machacaba, las ponía herví o se las ponía debajo e la lengua, hasta encima de la herida, a según como juera el mal que tenían. Y si le juera a da hamble pue rapidito va y coge un racimo e plátano y lo pone al fogón o lo flita y con eso calma. Cuando uno se nos moría, no era como aquí tan callado y tan flío, allá le cantábamo pa que se juera contento y no extrañara esta tierra humeda de dolore -y ahora me pone muy triste que me vaya yo a morí tan lejos de la tierra- y entonce el muerto como escucha su alabao y ve a sus sere querido riendo y tomando café con pan o jugando dominó pues pasa pa allá y no vuelve pero si no se le canta entonce el muerto se queda penando. Todo eso muertos que empezaron a bajá po el río no descansan tranquilos, ni esos que dejaron tanto día sin enterrá.

El marido mío? Él se quedó allá…

“Amores más ardientes de mis amores ¿Por qué desde muy lejos huyes de mí? Traerá consuelo de mis amores Vuelve ya que no puedo vivir sin ti” (En Motta, 2005: 159).

Lo que paó jue que él no quería dejar la finca, entonce como yo ya taba mala e lo nervio pué me trajeron él quedó po ahí… má no lo he vuelto a vel. Yo fui mandando los hijos pa Cali, pa que no se los juerán a llevá pal monte Primero, mandé a Hernán que fué a pará a una casita por ahí por Mariano Ramo, luego a los otros varones. Luego se vino Esther Julia y mi otra hija, que se trajero a lo nietos. A lo último, ahí llegué yo cuando me trajelon pa acá.

Pero mientra, estaba sola en la finca. Porque no iba a dejá mis animalitos y mi casa sola. Tons me ponía a desyerbá o echá azadón, descolgaba mi gajo e plátano y así no má seguía tranquila, pero uno sí sabía que lo miraban desde el monte, po ahí entre las hojitas sentía los ojos poniéndole cuidao. Y así pasé dos años más.

Po la talde me fumaba un tabaco pero eso ya no puedo fumal aquí poque me da mucha to, po ahí plendo un pucho a vece peo eso ya lo tengo que dejá poque me hace daño.

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Capitulo II

“Aquí estoy considerando Eso no lo dude nadie Ni dé su brazo a torcer Ya aquí está considerando Y el fin que podrá tener. Y el fin que podré tenerlo Solamente Dios lo sabe Con su infinito poder Dios te salve reina y madre” (En Motta, 2005: 163).

Hasta que un día a Esther Julia la llamaron a decirle que juera por mí, que poque me andaban pistiando pa llevarme, dizque poque yo tenía plata. Ese día que ella me trajo pa acá, desde por la mañanitica se volvió a formá la balacera, era la segunda que me tocaba sola y ya tenía los nervio malos. Entonce, yo me desperté en el estruendo y me quedé quietica en la casa, encerrada porque ¿qué má puede hacé uno? Y me va agarrando un desaliento, como un malestá, me sudaban las manos, un mareo y escalofrío de tanta bulla. Ya como a las dos de la tarde, Esther Julia llegó con un señor en un carro y me sacó y ahí derechito pa Cali, y eso hace que no voy a mi casa. Eso jué un solo corre corre, yo no má alcancé a salí así no má con lo que tenía encima y con un millón de peso que guardaba debajó e la cama. Cuando uno queda manco no le quedan ganás de hacé nada má A los días de yo llegá aquí me fue agarrando el mal -eso dicen que todo es por la diabete pero no, esto que tengo es de todo ese despero que viví allá - Como tenía los nervios de todo lo que pasé en Anchicayá pue la enfermeda me cogió ventaja y ya no me deja hacé nada. Me llevan pal médico cada rato pero yo lo único que quisiera es volvé pa mi casa. Por las mañana me sientan aquí y me paso el día no má mirando así por la ventana y ya.

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Luego, que se fue poniendo feo el dedito, el médico me lo cortó y ya yo manca casi no puedo caminá 6 y con este desaliento pué me toca esperá a que me traigan la comida. Pero no juera malo que yo pudiera volvé pa llá el ploblema es que yo no creo que se pueda. No, yo ya no vuelvo a ve Anchicayá. Ahora días me mandalon a decí que la cosa está como calmada pero ¿quién va creé pue? Siemple salen con el cuento que ya todo pasó, luego vaya usté a ve y mentira. Es que yo hace mucho tiempo que no etoy má viva, no yo ya estoy muerta…poque desde que me trajelon pa acá, ya yo no puedo hacé nada.

Doña Filomena perdió el dedo pulgar de su pie izquierdo a causa de sus problemas de diabetes.

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Capitulo II

Luz Marina Viáfara “Al infierno yo bajé Solo con mi escapulario Al diablo le i he rezá El santísimo rosario”

Del orgullo y de la dignidad siempre pueden hablar sus manos, gruesas y fuertes, cariñosas con los suyos, hechas para el trabajo y para el gobierno de una familia. Las calles de esta ciudad no le son amables porque en ellas no siente la acogida del pueblito, la cercanía, las amistades, sólo le transmite el afán. Está cansada, cada vez que toca a las puertas de un empleo recuerda sus actividades, sus tardes en el Calima, cuando era compañera, propietaria, dueña de su tiempo.

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“Al infierno yo bajé Solo con mi escapulario Al diablo le i he rezá El santísimo rosario”

o volví, como al año o bueno no sería el año sino unos 6 meses, como todavía trabajaba con Bienestar ellos habían ubicado los programas en Buenaventura y yo me iba a trabajar allá mis tres días que me tocaban, -entonces yo dije: Ay no me aguanto, voy para Calima. -Aquí clarito me dijeron: No vaya a tratar de irse para Calima. -Y dije: ¡Noo!, yo no voy por allá -mentira que ante la tentación- ¿yo aquí cerca? Yo tengo que ir a Calima y me juí. La casa estaba…no había nada, todo lo que había se lo llevaron hasta el techo lo rompieron que era eternit, todo, todo se lo llevaron, ya no había nada, ni animales, ni nada. Apenas entré se formó esa balacera, ¡No, Dio mío! Como que me estaban esperando. Entonces yo pa salir de allá hasta coger la chiva fue una odisea. Sola, una odisea. Llegué, salí corriendo y no mucha balacera y me metí en un casa y ahí cuando paró salí corriendo y me metí a otra, y así hasta que salí allá a coger el carro.

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Capitulo II

Capitulo II A veces me acuerdo…

Yo me levantaba, me iba a bañar al río, si tenía ropita la lavaba de una vez y subía me arreglaba, y ya me ponía a hacer los quehaceres de la casa y si tenía costura me ponía a cocer en la mañana. Luego, hacía el almuerzo y después de almuerzo me iba para el PAMI (Programa Nacional Materno Infantil) y ahí trabajaba de dos a tres y media.

¡¿Señor yo qué vine a hacer acá Dio mío, perdóname que yo dije que no iba a venir?! Finalmente, no dejaban salir, el único transporte que había allá era chiva, iban a salir y le colocaron armas. Y no me pude venir, me quedé en esa casa donde estaba con la otra gente que había llegado. ¡Jum! y yo en ese tiempo no tenía ni celular y allá no había como comunicarse porque pue había un coso de Telecom pero cuando eso se formaba no dejaban ni arrimarse allá. Al otro día madrugamos a coger la chiva y la pararon otra vez en carretera porque hubo otra balacera y se había metido otra vez el ejército, se enfrentaron con los paramilitares y mataron unos y entonces tampoco dejaban salir a nadie.

Y bueno, ya como a las cuatro de la tarde la chiva iba saliendo y la pararon otra vez. Y dijeron que los que eran de un viaje urgente los dejaban salir.- ¿Y yo ahora qué digo Dios mío?- Unos decían, muchos estudiantes, yo voy a estudiar y le decían ¡no usté ya no estudia hoy, mañana se va!; otro que yo tengo una cita médica, ¡pue usté mañana se va porque hoy ya no hay citas médicas! y todo el mundo pa abajo. Cuando llegaron onde mí, yo pensaba: Yo me tengo que inventar la manera de salir de aquí, porque allá se van a morir pensando qué me va a poder pasar. Me dijeron: ¿Usté por qué se va señora? -Dio mío, perdóname pero yo tengo que mentir. Entonces en ese tiempo estaba embarazada mi hija y dije: Yo voy para Cali. ¿Qué va a hacer a Cali?, dije: Yo tengo mi hija hospitalizada y debo llegar a Cali hoy porque ella la única persona que tiene, que ve por ella soy yo, así que tengo que irme. Y me dijeron: súbase -¡ay a mí el corazón me volvió! Dije: Gracias Dio mío- y me subí. Y llegué tarde como a las 10 de la noche acá a Cali, ¡ay! casi me pegan, pero eso fue muy horrible.

Luego salía y me iba para un taller de confecciones que teníamos con el cura que había en ese momento en el Bajo Calima. Trabajaba de tres y media a cinco y media, trabaja onde el cura. Confeccionábamos camisetas, ropa interior y hacíamos cosas, que nos llevaban para que hiciéramos arreglos. Era un grupo de compañeras que nos entendíamos muy bien. Por ejemplo, yo era la que diseñaba porque a mí me gusta mucho inventar, entonces salía a la calle y miraba un modelo de algo, una blusa, una falda, una pantaloneta y venía y ahí mismo los dibujaba y les decía: Miren que yo vi este modelo en tal parte. Y ellas decían pue si usté es capaz de reproducirlo, hágale. Inmediatamente sacaba el molde, cortaba y mis compañeras cocían. Y en la tarde por ahí cinco y media, salía a vendé chance, porque a mí no me ha gustado quedarme como quieta, yo me enfermo cuando no tengo nada que hacer. Entonces a esa hora yo vendía chance, de sei y media a ocho que entregaba, ese era durante la semana lo que yo hacía. Y el fin de semana pues nos íbamos pa la finca, nos íbamos a pescar, nos íbamos pa la playa, una playa muy hermosa. Allá uno cogía la albahaca negra, unos clavos dulces, nacederos y ponía a herví eso con un pedacitico e panela y le echaba un puntico de sal… ¡Ah! Y pimienta y les daba eso a tomar para limpiar, para que les salga toda esa sangre que no les sirve de nada ya.

En verdá el niño ya estaba pa nacé y la ayudé, nació y yo que coloqué el niñito ahí en el suelo ¡cuando ella se desmayó!. Y eso era por allá onde había que cogé una canoa pa llegar a conseguir ayuda.Y eso yo le hacía una cosa a esa muchacha y otra y nada…hasta que al fin, y eso ya decía un poco de disparates y yo asustadísima. Sentía esa desesperación, ya había hecho lo que yo había aprendido y nada, y tenía la placenta adentro. Yo decía ¡no, Dio mío se va a morir esta muchacha! le dije a mi suegro que miráramos para sacarla pero todos estaban como atortolados ¡y me acordé! Que me habían dicho que cuando la placenta no salía que había que soplar en una botella y juí busqué la botella. Volví y le hablé, ya ella estaba más consciente y la puse a soplar en una botella y de ahí ¡pum! salió la placenta. Y empecé a echarle alcohol y vino blanco en la cabeza con un huevo de gallina criolla ¡Ay bendito qué no hice! Después ya que estaba consciente me ocupé del niño le corté el ombligo, lo bañé y lo organicé porque el niñito lo había dejado tirado porque estaba pendiente de la vida de la mamá. Y es una felicidad cuando uno ve un niño que uno lo ayudó a veni a mundo. Al principio me parecía feo pero ya después uno ve que eso es una alegría cuando uno ayuda. El niñito ahora ya está muerto, lo mataron ¡que pecado! Lo mataron en el 2009, ese donde me veía me abrazaba, todas las veces que me veía. Nada de bañarse con agua fría porque le da pasmo. Se recogían hierbas olorosas como la nazca, el nacedero, el varejón, la venturosa y se picaban luego se echaban en una vasija, de ahí a calentar al sol y con esa agua se bañaban. Y se prepara chucu, con aguardiente, viche, nuez moscada, clavos, canela, azufre, cuando salen del parto todos los días se toman un trago de eso.

Y después volví, como hace dos años pero eso ya no es nada, una casa abandonada llena de unos caracoles dizque africano y eso es cantida. Y entonces, no, Calima pa nojotros se murió. Tenemos ahí los terrenos que eso sí están a nombre de uno, pero ¿qué?

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A mí la mayoría de vece me llamaron cuando ya iba a nace el bebé. El parto más largo que me tocó fue el primero, yo había acompañado a una señora que era partera pero nunca me había tocado sola. Había una sobrina de mi esposo que estaba embarazada y un día a la madrugada llegó mi suegro: que vamos que Juana está dando a luz y yo dije ¿y a mí pa qué me llaman? Y dijo: No pues camine que usté es la única que nos puede ayudar ¡Ay Dio! Me juí para allá…

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Capitulo II

Capitulo II Pa Zaragoza ya yo estaba aquí, y de aquí me fui pa allá. Pero…a mí me fue mal.

“Baten la tierra bien batida Buscando el oro que aquí estará Cuando lleguemos a nuestra tierra Llevamos perlas para gastar.

Usted llegaba allá y era como irse para el centro de Cali un 24 de diciembre, eso era. Yo el día que llegué allá dije: Poder, poder, en el nombre e Jesú. Mi esposo ya se había ido, él me dijo: usté cuando se baje ahí en la bomba ya se da cuenta que llegó porque empieza a ver el gentío. Y verdad, eso era ¡Ay Dio mío!

Todos nosotros trabajamos En las orillas de este rosal Cuando lleguemos a nuestro pueblo Llevamos perlas para gasta” (En Motta, 2005: 146).

Ya habían muchos huecos pero todavía no había tantos como al final. Y eso había restaurantes, había tiendas, había billar. No había que salir a buscar nada a otra parte porque ya todo había allá.

El oro se encuentra en la arena, debajo de la tierra. Se hace un hueco y hay puro barro. De ahí llega a cierta parte, ya no es más barro sino arena y balastro, ese balastro lo lava uno en una batea y de ahí sale… Hay veces hay que hacer huecos profundos a mano con pala, pica, barretón. Eso lo hacíamos unas veces con mi esposo, otra vez que él estaba por allá haciendo otras cosas porque él tenía moto sierra entonces el cortaba madera, yo me iba con otras compañeras y abríamos los huecos nosotras. En un día, uno se hacía hasta 5 gramos de oro pero eso era antes cuando mis hijos estaban pequeños, como en el 80 más o menos. Pero nosotros no sabíamos ¡el valor que tenía el oro, lo regalábamos! Eso lo sacábamos, lo guardábamos y el día sábado lo íbamos a vender y eso nos daba cualquier peso que pa el mercadito y cualquier cosita nos quedaba. Nunca, nunca pensamos en eso. Inclusive cuando mis hijos estuvieron más grandes fue un profesor que nos capacitó en enfermería y nos ofreció, éramos como 5, capacitar un hijo de cada una de las parteras para que aprendiera cómo tratar el oro, ¡agh! nosotras no le paramos bolas a eso. Quería traerlos acá a Cali para que aprendiera pero no quisimo.

“Cuando vuelvo de la mina, cansado del barretón Encuentro a mi negro triste y abandonado de Dios. Y a mis negritos con hambre, dónde está pregunto yo Y aunque mi amo me mate, a la mina yo no voy …Yo no quiero morirme en un zocavón” (En Motta, 2005: 96).

Muchas personas se tiraban el aventón y trabajaban, por decir algo estaban bajando un hueco entonces decían: Vea le ayudo a trabajá ahí, pa que me dé mi bataita de tierra. Y verdá empezaba a botar y a botar y por la tarde le daban un baldaito e tierra y en ese baldadito muchas veces se hacía lo de toda la semana y sino pue… allá había mucho, demasiado oro en Zaragoza hubo. Yo estuve allá como tres meses pero desafortunadamente a nojotros no nos tocó, hacíamos sí, había días que nos tocaba cien mil peso, setenta mil peso y así. Había unos que trabajaban con draga, con retroexcavadora, nojotros no porque todo lo hacíamo artesanalmente, lo único fue que conseguimos la motobomba pa achicar el hueco. Y decían que trabajan con químicos, yo nunca vi pero eso decían. Allá hubo personas que por la mañana iban así no más, sacaban su cosa y por la tarde iban a comprar camionetas cuatro puertas.

Hay un refrán que dice que la plata está hecha lo que hay es que buscarla…

Yo no estoy enseñada a vivir de lo que me den, yo estoy enseñada a vivir de lo que producen mis manos, de lo que yo me gano ¿Y qué tal yo irme a sentar a esperar lo que me den, y si no me dan? No, yo no estoy acostumbrada a vivir así sino que pues la gente acá le gusta explotar a la operaria quieren es que trabaje, trabaje y trabaje… A mí me pasó así, trabajé un diciembre, estábamos peladas y me dijeron que fuera a trabajar y trabajé hasta de noche, trasnoché dos semanas, me iba y no volvía hasta el otro día, y a la hora de la verda no me pagaron. Me jueron a dar algo que no valía la pena y yo no lo recibí, preferí que se perdiera eso y no les recibí nada. Si usté me dice a mí, hágame estas diez camisas que le voy a pagar 1000 peso por cada camisa pero cómo es que después de que yo ya le he hecho las diez camisa usté me va a decí le voy a dar 3000 peso. Y después que no que recíbalo, que aquí le estamos pagando, que se perdió que un poco e cuento y no pues para darme a mí eso mejor no me dé nada y quedo más conforme que no me dio nada y no dicen que me pagaron.

Uno se iba por ahí a las cinco de la mañana y llegaba por ahí a las siete, ocho de la noche. Como había tanta gente era muy difícil el transporte, nosotros nos juimos, vivíamos en Buenaventura, pue dormíamos en Buenaventura y hay vece como había tanta gente eran las díe, once de la noche y no había transporte pa uno regresar, a lo último nos fuimos a dormir allá en la playa.

Y se enojaron conmigo y hasta mis compañeras porque ellas recibieron la migaja que le estaban dando y yo no lo quise recibir, no volví más a trabajar por allá.

Y los hijos como ya estaban grandes pues acá, eso fue hace como 3 años no más, la niña que era la más pequeña la dejé con los hermanos y a Juan Ramón, que ahora está prestando servicio, me lo llevé y le tocó trabajar duro allá. ¡Uy eso era muy duro! le tocaba a veces ver morir a los compañeros porque muchos huecos se derrumbaban y las personas quedaban allá atrapadas y no había formas de sacarlos.

En todo caso, yo sí duermo porque yo no le debo nada a nadie…

No eso no es mi pago, a mí me ofrecieron pagá tanto ¿y me están dando esto? y para mí eso y nada son dos cosas iguales, así que quédese con eso.

Allá todas, bueno la mayoría de las persona que estábamos trabajabamo manualmente. Y cada quien, a su riesgo y por decir algo, allá había huecos que tenía más de 7 metros de profundidad y si un hueco de esos se derrumba ¿quién lo saca a uno? Si el hueco había que tener uno o dos motobombas achicando el hueco porque eso nunca quedaba seco. Y si el hueco se derrumba, se llena de agua y la persona que está allá, pues se ahoga. Se ahoga, muchos murieron así, otros les caía una piedra encima, ¡Ay no, Dio mío!

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Erlendy, Martha, Esther, Carmen Elisa, Francisca, Yeny, Filomena y Luz Marina se sitúan en dos grandes sectores de la ciudad de Cali: el Distrito de Aguablanca y el sector de Alto Polvorines. Cada una de las mujeres trabaja en un barrio diferente, por lo tanto las diferencias no son sólo económicas sino también del entorno y el paisaje donde viven y realizan sus actividades. El Distrito de Aguablanca corresponde al sector oriental de Cali, compuesto por las comunas 6, 7, 13, 14, 15, 16 y 21. Es un área amplia, de terrenos por debajo del cauce del Río Cauca, razón por la cual sufre de inundaciones ocasionales, pese a que en la orilla fue levantado el llamado jarillón, con el objetivo de hacerle barrera al río. En los últimos años los fuertes inviernos han hecho las inundaciones más frecuentes y producen desplazamientos internos en los barrios. Es decir, los habitantes de los sectores más próximos son sacados de sus viviendas y terminan viviendo en zonas comunes como polideportivos o casetas comunales.

Punto de llegada... 37


Comuna 14 Sector que inicialmente estaba conformado por terrenos de explotación agrícola y ganadera, se convierte en el año 1979 en lotes para la creación de vivienda. Durante los primeros años careció de servicios públicos o seguridad social. Todas las necesidades se suplían a través de trabajos comunitarios. El agua y la electricidad fueron inicialmente llevadas al sector por cooperación entre sus mismos habitantes. Lo anterior es de suma importancia dado que las mujeres que viven en este sector (Martha, Erlendy, Esther y Filomena) llegan a asentarse en un lugar de constante desarrollo comunitario, que con la llegada de familias desplazadas del Pacífico y otras regiones, genera la necesidad de una red de liderazgo.

En este sector vive Erlendy Cuero Bravo en el barrio Villa San Marcos, ubicado en medio de los dos únicos polideportivos de la zona, cerca de la Clínica Versalles. Según Erlendy: un sector de difícil acceso, donde no se siente segura pero camina con más calma porque al menos ya conoce. Martha Liliana Vallecilla reside A mediados del siglo XX fueron originarios de Cali los en el barrio José Manuel Marroquín II, al que se trasladó recientemente desde Villa San Marcos puesto que poblaron este sector. No obstante, posteriormente que en este último sentía comprometida la educación llegaron muchas familias de Cauca y Nariño y luego o formación moral de sus hijos, sobre todo de su de otros sectores del Pacífico. Actualmente, según hijo adolescente. Esther Julia vive en la urbanización el Departamento Administrativo de Planeación Puertas del Sol, con su esposo y en la casa continua a Municipal de Cali (cifras correspondientes al año 2010) cuenta con una población de 169.941 habitantes la de su madre Filomena Cuero de Vallecilla. Como es evidente, dentro del sector que comprenden estos tres en 6 barrios, para un área total de 454.33 hectáreas barrios, el que las mujeres sienten más amenazante es desarrolladas, correspondientes a estrato 1 y 27 . Las Villa San Marcos. muertes violentas son la primera causa de mortalidad, además es un sector con elevados índices de desempleo. Existen además otras organizaciones de carácter Las complicadas situaciones económicas y sociales comunitario que trabajan con población vulnerable, llevan a que en su interior se identifiquen varias distintos grupos de la tercera edad, dos comedores pandillas sectorizadas8 . infantiles y grupos de madres cabezas de hogar. Estos grupos se conocen y en ocasiones crean interacción con las organizaciones de estas mujeres, en paseos, bazares y eventos sociales.

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Departamento Administrativo de Planeación Municipal (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://planeacion.cali.gov.co/dapweb/index.asp. Alcaldía de Santiago de Cali (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://www.cali.gov.co/sil/sil.php?id=1580&Buscar=aguablanca&Tipo=A&Por=

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Comuna 21 Sector que inicialmente estaba conformado por Aquí reside Francisca Castro Cuerú. Este sector se constituye a través de la propuesta de Ciudadela Desepaz, establecida para la construcción de viviendas de interés social, bajo el concepto de “Ciudad dentro de la ciudad” 11. El proyecto da inicio el 2 de septiembre de 1993 y para marzo de 1994 llegan los primeros pobladores, comprende población de estrato I al cual pertenecen los reubicados y estrato II. Este sector se ha convertido no sólo en espacio de recepción para los desplazados de la región sino que cuenta con la particular característica de ser receptor de los “reubicados” o desplazados internos de la ciudad.

Comuna 15 Lugar de residencia de Yeny Castro. La comuna 15 se constituye a partir del nacimiento del barrio El Retiro, uno de los más antiguos que tiene el Distrito de Aguablanca. Comprende una extensión de 411.86 hectáreas con una población aproximada de 145.847 personas 9 de estratos 1, 2, 3. El barrio Comuneros I, donde se ubica la fundación SocialAfro, es entregado y entra a ser parte de la comuna 15 el 30 de noviembre de 1980, cuenta con los servicios públicos básicos. La fundación se ubica en un local, en el cual se implementa la unidad productiva de tortas, cocadas y derivados del coco. Yeny reside en el asentamiento de predios sin legalizar llamado Brisas de Comuneros, construido sobre un terreno ciénaga, espacio rellenado. En donde muchas familias desplazadas de la Costa Pacífica invadieron en el año 2007. El asentamiento no cuenta con los servicios públicos básicos, aunque la comunidad se las ingenió para hacer una distribución de un sistema de alcantarillado en letrinas. El abastecimiento de energía se da a los hogares a través del alumbrado público. La comuna está delimitada por canales de aguas residuales.10

Al interior de la comuna 15 la Junta Administrativa Local y la Junta de Acción Comunal tienen una amplia representación y han establecido distintos programas de apoyo a la comunidad, comedores infantiles y para el adulto mayor, guarderías y actividades culturales, entre otros. Para las actividades de carácter recreativo, lúdico y deportivo el ejercicio del liderazgo adquiere una particular importancia, puesto que en esta zona sólo se cuenta con una unidad deportiva en el barrio El Vallado, lo que quiere decir que la gestión para esas actividades tiene mayor importancia debido a la urgencia que existe.

En Mayo del año 2011, se trasladan cerca de 25 familias al polideportivo de este barrio para unirse al grupo de 22 que ya estaban allí. Estas familias son desalojadas del asentamiento Brisas de Nuevo Amanecer, por la administración de Jorge Iván Ospina y reubicadas temporalmente en este espacio con la promesa de un proyecto de vivienda que generaría no sólo su nuevo lugar de residencia sino también empleo para aquellos que estuvieran capacitados para trabajar en construcción. Las familias, que llevan allí un año, no recibieron ningún tipo de ayuda humanitaria y a la fecha el proyecto no se reconoce, ni ha dado inicio.

Gracias al carácter gubernamental que dio inicio a este proyecto, actualmente cuenta con una cantidad favorable de instituciones educativas y espacios de recreación y deporte, además de que la mayoría del sector, a excepción de los asentamientos, cuenta con servicios públicos básicos.

El acompañamiento a estas familias es una de las labores más importantes que a la fecha realizan las protagonistas de este libro, incluso aquellas que no residen en este sector. Cabe aclarar que gracias a este tipo problemáticas del contexto se evidencia el hecho de qué la población que reside en el polideportivo está dirigida y apoyada por estas mujeres, en la medida en la que son desplazados afrocolombianos, es decir las familias mestizas que residen pasan a necesitar de la representación de otro líder.

Las declaraciones de Yeny sobre su vida y la de su familia en el asentamiento contienen un tono de absoluta decepción por el cambio radical que ha significado en su nivel de vida y la exposición de su familia a problemáticas sociales como la drogadicción, los abusos sexuales (dado que es madre de seis niñas), los conflictos propios de un asentamiento (luchas de territorio, inconvenientes por los servicios públicos compartidos, los chismes, etc).

Departamento Administrativo de Planeación Municipal (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://planeacion.cali.gov.co/dapweb/index.asp Alcaldía de Santiago de Cali (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://www.cali.gov.co/sil/sil.php?id=1581&Buscar=aguablanca&Tipo=A&Por=

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La escuela Ser quien soy es un proyecto de construcción de un tejido cultural a través de la oralidad, encabezado por Francisca Castro, cuenta con un espacio para desarrollar sus actividades al interior del CALI 21 caseta comunal y sitio de operación de Junta de Acción Comunal del barrio Desepaz.

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Alcaldía de Santiago de Cali (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://www.cali.gov.co/sil/sil.php?id=1587&Buscar=historia%20comuna%20 21&Tipo=A&Por=

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Comuna 18 Alto Polvorines (Sur occidente) Aquí residen Carmen Elisa Benítez y su madre Luz Marina Viáfara. El sector se pobló a partir de 1930, con la progresiva ocupación de predios para el aprovechamiento de las tierras en agricultura y crianza menor de ganado. Se divide de dos formas debido a sus características geográficas, de oreinte a occidente, el espacio de la base de los farallones hacía la calle 5 y el sector de ladera que se extiende sobre la montaña. Al sur y al norte según la división que en él significa la Tercera Brigada. El barrio Alto Polvorines se encuentra ubicado sobre la ladera, en zonas en las cuales el terreno es inestable y según el gobierno departamental y local se hace necesario realizar obras de mitigación de riesgos para lograr la estabilidad de los terrenos12 . Hoy es un espacio de recepción para los desplazados que llegan de la Costa Pacífica, con la particularidad de que allí muchas de las familias logran hacerse a un lote de tierra en invasión, sea para trabajar o para construir su vivienda. Gracias a la cercanía con el río Meléndez y el sector de La Buitrera, en algunos casos los hombres de las familias recién llegadas trabajan en las fincas o casas campestres o se apropian de un pequeño lote en el que suelen cultivar caña o plátano. El sector cuenta con todos los servicios básicos de manera ilegal. Actualmente, Carmen Elisa y su familia se encuentran en espera de la legalización de sus predios. Según cuenta ella, la vida en ese sector es bastante tranquila y las condiciones de seguridad no la hacen sentir amenazada, ni a su familia. Los inconvenientes que afronta son referidos sobre todo a las condiciones de vivienda, a la pobreza y a la falta de oportunidades. En cuanto al sector, a la indefinición de la propiedad y a la vulnerabilidad del terreno.

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Alcaldía de Santiago de Cali (Mayo 12 de 2012). Disponible en: http://www.cali.gov.co/sil/sil.php?id=1584&Buscar=historia%20comuna%20

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Nos dimos cuenta

Epílogo Este proyecto comenzó en el año 2010 y su proceso de recolección de testimonios culminó en febrero del año 2012. El trabajo fotográfico se extiende desde agosto de 2011 hasta junio del presente año. Por ésta razón en las historias hay referencias a momentos y fechas que ya están lejanas. El proceso mediante el cual recogimos las historias de las ocho mujeres nos llevó a entender el liderazgo de una manera completamente distinta a la que inicialmente imaginamos. Éste quehacer que responsabiliza a una persona por el bienestar de un grupo se halla en la maternidad, pero también se enseña y surge de las necesidades. El emprendimiento, que es una de las particularidades que compone al líder, vive muy especialmente en el género femenino. Por tanto, es la mujer la que transmite los saberes, la que cuida, la que protege, pero también es la que aprende de direcciones, de rutas de buses, y además, es quien le da tanta importancia a la memoria. Por eso nace de dos mujeres el deseo de darle historia a otras ocho, que nos abrieron sus puertas, toleraron y contaron su vida, en dicha y en pena, para poder converger en este libro.

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Ésta fue una experiencia de viaje. Cada uno de los encuentros nos permitía la enajenación de nuestro contexto y el tránsito, marcado por el cambio de paisaje y de entorno social. Salir de la universidad y del barrio al sur de Cali para adentrarnos de mano de estas mujeres a determinados sectores de Aguablanca y Alto Polvorines nos construyó como sujetos. Visibilizamos y rompimos prejuicios al tiempo que nos hicimos respetuosas frente a la realidad del otro y a los motivos por los cuales procede de determinada manera. Así como ellas transitan la ciudad de su casa al colegio, del barrio a las entidades del gobierno, del hogar al trabajo, nosotras nos incluimos en un acompañamiento que nos hizo viajeras. También fue puente de acercamiento a cómo un proceso tan doloroso como el desplazamiento forzado, condiciona y moldea no solamente a un individuo y a su familia, sino también a una comunidad. Y en ese orden sucesivo, afecta a una cultura. Debido a esa transformación que implica venir a la ciudad, las almas de los habitantes del Pacífico se desgarran; para unos implica una tendencia a vivir en el pasado, con sus recuerdos y añoranzas, mientras que en otros surgen nuevas motivaciones, aprenden y se adaptan a fuerza de supervivencia. Estos relatos ejercen en alguna medida un papel no sólo de desahogo y testimonio, también denuncian lo que que sucede dentro y fuera de las organizaciones. El acercamiento permite observar situaciones que proyectan problemas de índole superio. Por ejemplo, el hecho de que una ley rija los procesos de una comunidad. El estado colombiano y sus sistemas de atención a población desplazada y vulnerable establecen unos requisitos para entrar a formar parte de los listados de beneficiarios. Los tiempos de entrega de las ayudas oscilan entre uno y tres meses para las que son de carácter humanitario y urgente; y entre seis meses y un año para las que son monetarias. Dada esta estrategia precaria, mediante la cual las personas pasan grandes períodos de tiempo desempleadas y sin ayudas. Someten su manutención a la dependencia de ese dinero, el Estado actua como un dador caritativo a los civiles y no es una entidad protectora y responsable de las situaciones que han desencadenado estos problemas. En este momento de coyuntura, en el cual se transforma la legislación, sobre las víctimas en Colombia, la problemática del desplazamiento debe ser prioritaria no sólo como un asunto social sino también cultural, político e histórico.

Sentimos la necesidad, como profesionales y como ciudadanas, de no registrar y contar únicamente los eventos trágicos, sino de hacer seguimiento a cómo surgen nuevas formas de crecer y adaptarse. Se trata de una memoria de la transformación. Y de hacer visible que lo que estamos narrando, ha ocurrido en esta nación, rompe las almas de sus habitantes y hace heridas muy profundas en sus recuerdos y anhelos. ¿Cómo es un país en donde el campesino no tiene hogar, donde la mujer afrodescendiente aún vive para ser empleada doméstica? Sí, hay capacitaciones. Sí, hay microempresas. Pero no hay garantías de ejercicio, ni acompañamiento hasta la consolidación de los proyectos. Nuestra mentalidad sigue viciada por el hecho de que se les hace un favor al darles y ellos deben agradecer. Es falso lo que han perdido (territorio, costumbres, familia, cosmovisión) y los agravios a sus vidas existen y no deben ser ‘reparados’ con dinero y ayudas humanitarias, sino con nuevos proyectos de vida que se comprometan con las necesidades de cada familia, que conozcan su pérdida y respeten en primera medida a la persona que les habla. Nuestra mayor lección, sin duda, es la gran importancia que tiene escuchar y convivir con el otro para entender cuál es realmente su identidad y su búsqueda. Valoramos personalmente este ejercicio por tanto enseña que el trabajo sobre género, etnia y conflicto no debe tomarse a la ligera y puede ser explorado de muchas formas. En nuestro caso fue un acercamiento directo e ‘inocente’ que terminó por la transformación del proyecto y de nuestra posición frente a la sociedad. Hemos escuchado y visto cosas que no olvidaremos y que nos responsabilizan con las experiencias de aquellos que nacieron en otras condiciones. Es decir, la vida de los otros no puede ser tan ajena a la nuestra.

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Glosario En el camino recorrido durante tantas tardes a trav茅s de la ciudad de Cali, coleccionamos muchas palabras que eran desconocidas, aprendimos del Pac铆fico a la distancia, probamos sabores con la descripci贸n que ellas hicieron para nosotras y tomando pedacitos de su experiencia les contamos ahora c贸mo vemos y describimos lo aprendido.

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Caimito:

Catanga: Cocadas:

Remo corto de pala muy ancha, con el cual se boga y se gobierna la canoa.

Corrinche:

Bombo o tambora, es un instrumento de percusión fabricado con el tronco de un árbol llamado banco, de forma cilíndrica con parches en piel de venado.

Artesanías para bogar, utilizadas por las mareñas, aquellas mujeres que en su canoa se desplazan a los mercados situados en los muelles de los poblados para vender diversidad de productos.

Fruto redondo de cascara violeta y pulpa blanca. Crece muy bien en zonas de altos niveles de humedad. Su fruto es similiar al de la guanábana aunque su forma y contextura se asemajan más a la ciruela.

Instrumento de pesca artesanal en las comunicades negras, la correcta elaboración de la cantanga es un saber que se entrega de los mayores. La catanga se compone como una canasta de varios segmentos de madera que dividen dos cajones, se sumerge en el agua con carnada y los peces entran a comer pero no encuentran la salida gracias a su estructura de puas de madera en espiral.

Fruto popular en el Chocó y el Valle del Calima. El fruto es del tamaño de un puño y se utiliza para la preparación de sorbetes y bebidas.

Canalete:

Barretón:

Borojó:

Pequeña pala metalica que sumada a un palo o a un trozo de madera largo y delgado se utiliza en agricultura para picar la tierra y ablandarla.

Bombo:

Arrullo:

Ceremonia de velación del cadáver de un niño menor de siete años en el sector centro-sur de la costa del Pacífico.

Banqueta:

Una de las variaciones de los cantos de exaltación religiosa propios del Pacífico colombiano. Especialmente usado para recrear a los niños mitos de la raza afrodescendiente y en una connotación religiosa para alabar al niño Jesús. También es usado en los chigualos para despedir a los niños de este mundo.

Chigualo:

Alabao:

Una de las variaciones de los cantos de exaltación religiosa propios del Pacífico colombiano. Se describe como un canto ofrendado a los santos que con el tiempo su uso se hizo extensivo a los velorios. Se entregan en el canto los sentimientos hacia el difunto para acompañar con alegría su paso al otro mundo.

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Dulces tradicionales hechos a base de coco combinado con panela. De textura grumosa y tonalidad canela.

Chisme, forma de pasar comunicación de vecino a vecino, entre primos, amigos, etc.


Chucu:

Chivií o chivo, plátano pequeño verde que se come frito y también se usa en la preparación del tapado de pescado. Este fruto se puede conseguir en centros comerciales bajo el nombre de bocadillo.

También conocido como ‘corroño’, es un pez que se obtiene de los pozos y los ríos. Tiene la cabeza más ancha que el cuerpo, boca grande, caparazón de color café y tiene poca carne. El guasapo se cocina en el tapado de pescado con chivo y se le extrae la caparazón.

Carrito diseñado para la dignificación de las vendoras de chontaduro y otros frutos del Pacífico, para que la venta de estos se hiciera con mejores condiciones y comodidad. Es un carro de aluminio que cerrado se asemeja a la forma del chontaduro, al abrirse deja espacio para que la vendedora se siente entre dos naves con varios cajones, estos cajones son ideales para guardar los platones, las frutas y elementos como cuchillos, miel, sal, su ropa de trabajo (vestuario típico). Con el fin de ubicarse en espacios abiertos el chontomovil trae una sombrilla de colores y por supuesto rodachines.

Chuchulapa:

Los hay de dos variedades: cununo macho y cununo hembra, que se distinguen por su tamaño y por los efectos sonoros. El macho tiene 120 centímetros de alto y la hembra 60. El sonido del cununo macho es bajo y ronco, mientras el de la hembra es alto y claro. En general ambas variedades producen notas de carácter melancólico propias de la música surgida en contextos de esclavitud.

Danza patrón de las comunidades afro del litoral Pacífico, es un baile de pareja suelta de temática amorosa y de naturaleza ritual. Presenta características que sintetizan las herencias africanas de los esclavizados traídos en la época colonial en cuya ejecución existen características de rito sacramental con fuerza ancestral y contenido mágico.

Chontomóvil: Chivirí: Chanul:

Currulao:

Material acartonado con el que se cubren los techos de las casas en el pacífico. Es utilizado por su economía y porque su acumulación de calor equilibra la frescura que mantienen los demás materiales de las casas.

Eternit:

Cununo:

El uso del cununo está circunscrito en esencia a los conjuntos de marimba. Es de características netamente africanas. Se construye empleando el tronco de un árbol llamado balso, previamente desocupado hasta dejar sólo el armazón cónico, que es sellado con madera en la boca de menor diámetro. La membrana es de cuero de venado, tratada con la mancha de las hojas del plátano.

Bebedizo que se da a las mujeres “recién paridas” para que tengan la fuerza de expulsar de su cuerpo todos los residuos del embarazo. También las purifica de malas energias, fríos, desganos, etc. Contiene albahaca negra, clavos dulces, hojas de nacederos hervidos con un pedacitico de panela, un puntico de sal y pimienta.

Madera utilizada para las partes más densas de la construcción. El piso de las casas cuyo armazón, en el Pacífico debe levantarse entre 80 centimetros y un metro del suelo, debido a las constantes lluvias.

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Dulce a base de chontaduro traido del producto extranjero. Nace de la mezcla de la fruta exotica y escencia de vainilla sumados a leche, huevos, polvo de hornear azucar y mantequilla. Es una alternativa de transformación pensada para el aprovechamiento de los frutos del Pacífico (con el chontaduro se producen también mermeladas, tortas, galletas, yogurth, jugo, crema, etc).

Nacedera:

Planta utilizada para controlar los cólicos o entuertos, o para los cólicos de la menstruación. Se recogen sus hojas y se ponen a hervir luego se retiran y se le da el agua a la paciente.

Instrumento representativo de la región Pacífico elaborado de manera artesanal a las orillas del Guapi. La marimba es de elaboración compleja puesto que la perfección de su sonido se asocia a la madurez de la madera no sólo al corte de la chonta sino también en el secado. Se asemeja a la composición de xilófono sólo que al cambio en los materiales el sonido producido atañe directamente a la zona donde se crea, la selva Pacífica colombiana.

Muchillá:

Tiene aspecto de camarón y es de color negro. Se obtiene de las peñas de los ríos, lo que quiere decir que cuando el nivel del agua baja, deja al descubierto unos huequitos en donde se aloja el animal. Para sacarlos se inscrutan en una vara de madera unos chuzos y se entierra en el huequito, así sale el guasapo de su escondite. Se come frito o cocinado.

Palma reconocida por sus nombres comunes “dompedrito” o en Huila, caqueta y la costa Pacífica se conoce como “mil pesos”. Los frutos reciben el mismo nombre y son de tonalidad café con algunas rayas de tono más claro, se ponen a cocinar, se pelan y luego quedan aptos para el consumo, se recomienda cocinarlos con dos cucharadas de sal y un pedazo de panela para que el fruto agarre mejor sabor.

Muffins de chontaduro:

Milpeso:

Machimbre:

Madera de contextura delgada similar a la esterilla que tratada adquiere un brillo particular. Es utilizada para los revestimientos de las casas, paredes, el entremado del piso, las ventanas, las puertas, etc. Muy solicitada por su frescura.

Camarón de río muy apetecido por su sabor, cocinado en tapao con limón y mantequilla. De aspecto un poco desagradable.

Fruto redondo de color negro que hervido, luego de revolverse y colarse queda como una bebida chocolatosa.

Naití:

Guayacán:

Guasapo:

Marimba:

Guasá:

El guasá es un instrumento característico del contexto musical de la costa Pacífica. Se utiliza en los conjuntos de marimba y en las ceremonias sacras denominadas arrullos. Se fabrica con una sección de tubo de guadua al cual se le agregan semillas vegetales secas o piedrecillas. Este es el instrumento que acompaña a las cantaoras, es decir suele ser particularmente usado por las mujeres afropacífico.

Árbol de altura considerable del cual se extrae madera para hacer muebles e instrumentos musicales. El guayacán cuando está en temporada echa muchas flores y el piso queda como con una alfombra de colores.

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Potrillo: Pipa: Sato:

Fruto que se da en racimos de apariencia rígida. Se cocinan y después de hervidos se pelan para el consumo. De su textura viene su nombre pues pasa de ser la “pepa” de una nuez a convertirse en un fruto blando como el pan.

Canoa de pequeñas dimensiones y poca profundidad con la que se movilizan los habitantes del Pacífico por el río, de un caserío a otro.

Es similar al banano con contextura más delgada y de mayor cantidad de pecas en su madurez, además su textura suele ser más blanda.

Tipo de preparación del pescado o las verduras en la región Pacífico en la cual se mantiene la olla tapada a fuego lento para que no sólo se cocine con el calor sino también con el vapor y los ingredientes que junto a pescado se ponen en la olla.

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Varejón:

Producto a base de coco, con leche, azucar y harina que lo convierte en un alimento muy nutritivo para el desayuno o en un buen dulce para después del almuerzo. De textura blanda y esponjosa. Su exterior es de un tono canela pero en su interior adquiere un color grisaseo. En su sabor se siente junto al coco un leve sabor a canela y vainilla.

Mal que ataca a las mujeres después del parto con síntomas como escalofríos, cólicos, imposibilidad de lactar, etc. El pasmo no sólo se sufre inmediatamente después del alumbramiento sino que puede venir con los años debido a una dieta mal cuidada.

Coco biche, sin término de maduración cuyo centro tiene un sabor ácido y su textura es mucho más suave que la del coco maduro.

Planta medicinal que ayuda a las mujeres a quitar el pasmo después del parto..

Zinc: Venturosa:

Pan de coco:

Pepa e´pan: Pasmo:

Pacó:

Fruto parecido al melón, de piel suave y tono amarillento.

Tuberculo que se produce en tierras de constantes lluvias. La papa china es de gran tamaño y con una pueden comer varios, tiene un tono morado y viene de una planta con hojas grandes con forma de corazón. Después de cortar el fruto se vuelve a tirar la planta a tierra y se espera alrededor de un mes para que vuelva a prender.

Tapao:

Nayo:

Papachina:

Nayi o sardineta pescado pequeño, de aproximadamente 15 cm y de color blanco. Se obtiene en los pozos o charcos que deja el río luego de que baja el nivel del agua. Es usado para preparar el ‘pando’ que consite echarle al pescado cebolla, cilantro y albahaca, envueltos en hoja de plátano como si fuera un tamal y se cocina.

Arbusto ramificado, oloroso. Crece rápidamente a veces alcanza un metro y medio de altura. La venturosa se usa en distintos remedios para los males respiratorios y del embarazo.

Material utilizado para forrar el techo de las casas en el Pacífico. Se usan grandes láminas principalmente por su economía y durabilidad, además por su ligereza. El zinc igual que el eternit guarda el calor acumulado en el día y equilibra la temperatura de las casas en las noches.


Bibliografía


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Fin...


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