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Los poderes de Julio
Susan Herrera Pamela Escobar Andrés Prieto
Alejandro Gamboa Janeth Osorio Liliana Escobar Gabriela Luna
Equipo técnico: Asesora de Género Asesora Empoderamiento Económico Asesor Empoderamiento (E) Económico Comite editorial: Presidente Fundación PLAN Directora Implementación Programática Gerente de Comunicaciones Gerente Proyecto Liderando por la Paz Diseño diagramación e ilustraciones: Naturaleza Creativa www.naturalezacreativa.org
Impreso ISBN: 000-000-0000-00-0 E-book ISBN: 000-000-0000-00-0 Fundación PLAN Mayo de 2018
Este material hace parte de los módulos de formación en Habilidades para la Vida con enfoque transformador de género del Componente de Empoderamiento Económico en el marco del proyecto Liderando por la Paz financiado por el Gobierno de Canadá.
3 Cuando Julio tenía 20 años, decidió hablar con su padre de algo muy importante para él, pues su padre era la persona con quien siempre había vivido, junto a su abuela y su hermana pequeña, en una vereda de la zona.
- ¿Entonces qué le pasa? ¿Está enfermo?
Esperó que su padre terminara de comer y luego de lavar los platos, le dijo que si podían salir y caminar un poco. Así lo hicieron, mientras su abuela y su hermana se quedaron en la casa preparándose para dormir.
- ¿Dejó embarazada a una pelada usted?
-Papá, le dijo Julio, hay algo que quiero comentarle porque usted es la persona que yo más quiero y a la que más respeto en la vida. - ¿Qué pasa Julio, le está yendo mal en los estudios?, ¿se metió en algún problema? - No. No señor. Todo lo del Instituto va bien, usted sabe que con todo y el tiempo que me demoro en llegar, eso no lo descuido porque eso nos va a ayudar mucho para montar nuestra microempresa y, no, no estoy metido en ningún problema.
- Papá, no, ya. Lo que pasa papá es que yo ya desde hace un tiempo estoy saliendo con alguien y siento que me gusta mucho.
- No papá. No es eso. - ¿Se va a ir y nos va a dejar para casarse con ella? Usted sabe que yo ya no estoy igual de joven y su abuela cada vez está más enferma y su hermanita… - Papá, no. Déjeme hablar. No los voy a dejar, como le dije, toda mi formación la estoy haciendo con la intención de poder aportar más en la casa y tecnificar los procesos de nuestra producción. Papá estoy saliendo con un compañero del Instituto.
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APRENDER A TOMAR DESICIONES
Por primera vez desde que habían empezado a caminar, el papá de Julio guardó silencio. Se calló y se detuvo.
mi mamá. Se larga Julio. No lo quiero volver a ver. Váyase a pecar lejos de mí y olvídese de que alguna vez tuvo familia. Y, ni se le ocurra coger un solo peso.
-Papá… -dijo Julio. - No me hable –fue lo único que dijo.
El papá volvió a subir su puño y le amenazó con pegarle de nuevo…
Julio dio dos pasos más, pero su papá se quedó en el mismo lugar, quieto y mirando al piso, luego subió su puño y lo dirigió hacia Julio, pero se detuvo y le dijo:
-Papá…
-Julio, yo a usted le he dado lo mejor que he podido y cuando su mamá murió hice lo mejor que pude para que no le faltara cuidado, usted es un malagradecido y desvergonzado. No puedo creer que usted sea mi hijo y me esté diciendo esto. Usted sí está enfermo, no puedo creer la decepción tan grande que me está causando. Usted que era mi orgullo…
Solo le dijo mientras se alejaba –Si mañana me levanto y usted está, lo mato Julio.
-Usted no es mi hijo. Dio la vuelta y se fue. No volvió para mirar atrás.
Julio salió en la noche con dos maletas, después de darle un beso en la frente a su abuela y otro a su hermana. Lloró de camino no solo porque no pensó que su papá fuera a reaccionar así, sino porque no tenía idea de lo que iba a hacer ahora.
-Mire papá eso no cambia nada…yo… -Cambia todo, dijo el papá y le pegó una cachetada a Julio. Cambia hasta el hecho de que usted sea mi hijo. Va a volver y va a coger sus cosas y se va a ir, cómo cree que yo voy a dejar que un depravado viva con mi hijita y
Sin embargo, también pensaba que eso era algo que él quería compartir con su papá porque era parte de su identidad, de algo que lo estaba haciendo feliz y porque su papá era alguien importante para él. Lo que sentía era frustración. Después de una hora de camino llegó al pueblo cuando estaba amaneciendo. Llegó a una esquina de un parque y se sentó. Estaba cansado y muy triste. Durante el camino se había arrepentido y juzgado por haberle contado a su papá, se culpó y se sintió mal. Él solo quería ser sincero y compartir algo que lo hacía feliz con alguien que era muy importante para su vida. Pero ahora se sentía solo, triste porque quería mucho a su familia,
5 preocupado porque él sabía que en la finca había mucho trabajo y su abuela y su papá no daban abasto. Pasadas algunas horas, llamó a Luis, su compañero del Instituto con quien estaba saliendo, le contó lo que estaba pasando y él le dijo que se vieran en la cafetería que quedaba cerca a su casa. Cuando se encontraron, Luis le dijo a Julio que era importante que no fuera a salirse del Instituto, que mientras tanto él podía ayudarlo a conseguir trabajo cargando cosas en un almacén que estaban abriendo en otro barrio. Ante la situación, Luis también le dijo que tuviera paciencia y le diera tiempo a su papá, que quizás era muy duro para él comprender que otras formas de amor existían y que, por ahora, lo importante era no deprimirse. Siguiendo el consejo de Luis, Julio empezó a trabajar en el almacén y en las noches asistía al Instituto, los fines de semana, se veían en la casa de Luis para hacer trabajos, él vivía con su mamá y ella les preparaba alimentos para que se pudieran concentrar solo en estudiar. Luego de un mes, un sábado en la tarde, mientras estudiaban, la mamá de Luis le preguntó a Julio si había hablado con su papá, él le dijo que no, que desde que le contó que salía con Luis él lo había echado de la casa y que ni a él, ni a su abuela, ni a su hermanita las había vuelto a ver.
La señora le dijo a Julio que si quería ella podía ir e intentar hablar con su papá, que estaba segura que él también lo extrañaba mucho, pero quizás no sabía cómo acercarse. A Julio no le pareció tan buena idea, pero Luis le dijo que quizás su mamá lograba hablarle desde su posición de madre. También sugirió que fueran a una organización que quedaba cerca del hospital del pueblo, que ahí daban atención psicosocial y quizás alguien podía apoyar a la mamá de Luis cuando fuera a hablar con su papá. Los tres se fueron hacia allá, le contaron la historia al psicólogo de la organización y él dijo quería acompañar a la mamá de Luis a hablar con el papá de Julio, pero, además, invitó a Julio y a Luis a participar en un grupo de jóvenes que se reunían todos los domingos en las tardes. El día que fueron a la casa del papá de Julio, él no quería recibirlos ni que le hablaran de Julio, entonces el psicólogo le dijo. ¿A usted no le importaría saber si su hijo se ha muerto? El papá se dio la vuelta y preguntó ¿Julio está bien?, ¿qué le pasó?
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APRENDER A TOMAR DESICIONES
La mamá de Luis le dijo, -Don Andrés, su hijo está bien. Solo lo extraña mucho a usted y a toda su familia. Él sale con Luis, que es mi hijo, es un buen muchacho y ellos se quieren, eso no tiene nada de malo. -¿Su hijo también es enfermo? Le preguntó el papá de Julio a la señora. -Señor, con todo el respeto que usted se merece, le pido que le dé el mismo a mi hijo. Él no es ningún enfermo, es una persona maravillosa y ama profundamente a su hijo. Quien también es un joven muy inteligente, respetuoso y que extraña mucho a su familia. El psicólogo le pidió a don Andrés que por favor los dejara seguir para que pudieran hablar de manera más calmada en la casa. Sin estar del todo convencido, pero un poco avergonzado de haber ofendido al hijo de la señora Ana, los dejó seguir. Hablaron toda la tarde.
En la noche, la mamá de Luis llegó a la casa y encontró a los jóvenes viendo una película en el computador. -¿Qué pasó? Le preguntó Julio apenas la vio entrar. - Luis, dijo la señora, ven conmigo por favor a traer algo para comer. Inmediatamente, entró por la puerta el papá de Julio, y él se paró inmediatamente… -Papá… -Julio… Luis y su mamá se fueron y dejaron a Julio con su papá. -Julio, ¿cómo está? -Papá, que bueno verlo. Los he extrañado mucho. ¿Cómo está mi abuela y mi hermana?, ¿cómo está usted? -Ellas están bien, lo extrañan mucho. Mire Julio, hoy estuve hablando harto rato con un doctor y la mamá de Luis. Ellos me hablaron mucho y me hicieron darme cuenta que usted no está enfermo y pues que lo importante es que usted está feliz y es un muchacho responsable. Mire Julio, lo que pasa es que para un hombre como yo entender eso no es fácil, yo soy un hombre de campo y a mí me enseñaron que los hombres de verdad no salen con esas cosas, pero la verdad
7 es que yo lo he extrañado mucho y quiero que vuelva a la casa. -Papá, papá –dijo Julio-… y se lanzó a abrazarlo. -Julio, téngame paciencia. Para mí no es fácil. -Papá, mire que yo estoy asistiendo a un espacio donde he aprendido muchas técnicas para sobrellevar conflictos tanto personales como familiares. Para mí lo único importante es saber que usted me quiere, porque para mí mi familia es mi gran motor. Con el tiempo va a empezar a conocer a Luis y a darse cuenta que es una persona muy especial. -No puede dejar de estudiar Julio. -No papá, estoy trabajando en un almacén y no he faltado ni un solo día al Instituto. De hecho, me acaban de entregar las calificaciones y me fue muy bien, me dijeron que puedo ya aplicar a la beca para el próximo semestre y con eso, ya tendría el tiempo para ponerme en lo del negocio que habíamos hablado de las naranjas y el café. -Qué bueno hijo, no solo la familia, sino la finca también lo necesita mucho. Perdóneme por haberlo golpeado. Creo que las pruebas que le pone a uno la vida para cambiar son muchas. -Vamos a aprender juntos papá.
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APRENDER A TOMAR DESICIONES