e 2011
ANDALUCÍA INNOVA • especial BOSQUES
¿Cuál es la superficie total de bosques del planeta? ¿Qué tipos existen en la Península Ibérica? ¿Puede un bosque absorber la niebla? ¿Cómo les afecta la lluvia ácida?
100 PREGUNTAS
RESPUESTAS
Andalucía InNOVA. FEBRERO 2011
100 preguntas, 100 respuestas
e 100 Preguntas, 100 Respuestas Especial Bosques Programa de Divulgación Científica Consejería de Economía, Innovación y Ciencia Secretaría General de Universidades, Investigación y Tecnología Avda. Albert Einstein s/n 41092 Sevilla Tel.: +34 954 995314 / +34 954995317 Fax.: +34 954 995161 E-mail: info@andaluciainvestiga.com Web: www.andaluciainvestiga.com
100 PREGUNTAS, 100 RESPUESTAS
Consejero de Economía, Innovación y Ciencia
2011, Año Internacional de los Bosques
Antonio Ávila Cano Secretario General de Universidades, Investigación y Tecnología
Francisco Triguero Ruiz Directora General de Investigación, Tecnología y Empresa
María Sol Calzado García Directora General de Universidades
María Victoria Román Coordinador
Ismael Gaona Pérez Técnicos
Manuel Enrique Figueroa Clemente
E
vez más mermados, del Planeta
estructura y función, su papel glo-
puestas sobre los Bosques, una
mundial en la necesidad de con-
Tierra, pero también es cierto que
bal en la Sostenibilidad Terrestre,
relevante iniciativa del Plan de
servar y proteger los bosques,
nunca hubo más codicia en nues-
sus servicios a la comunidad uni-
Divulgación Científica de Andalu-
despertar la conciencia política
tro planeta que en el marco de la
versal, su relación con la cultura y
cía, dependiente de la Consejería
y pública en lo relativo a los recur-
globalización que nos invade. La
forma de vida diversa de la Tierra.
de Economía, Innovación y Cien-
sos forestales, identificar los facto-
destrucción de los bosques, con
Del conocimiento a la protección
cia de la Junta de Andalucía. Desde
l 20 de diciembre de
res que amenazan a estos recursos
todo lo que significa, es un expo-
real, decidida, que permita la
preguntarnos qué es un bosque a
2006, la Asamblea Ge-
forestales, poner de manifiesto su
nente de primera magnitud de la
persistencia de estas Catedrales
descubrir qué bosques representan
neral de las Naciones
papel en la conservación de la bio-
posición que determinados secto-
de la Vida, monasterios de bio-
los bosques élficos de El Señor de
Unidas aprobó la resolución (A/
diversidad global y sensibilizar a
res tienen con estos importantes
diversidad, reductos de la gran-
los Anillos, o poner en valor pelí-
RES/61/193) por la que se decla-
la población para que participase
ecosistemas. Una sociedad debe
deza de la Biosfera. No estamos
culas como Avatar, o preguntarnos
raba 2011 como Año Internacio-
en actividades orientadas hacia
ser consciente de si su modo de vi-
legitimados para dañar el Plane-
sobre el papel de los bosques como
nal de los Bosques. Esta celebra-
la protección de los mismos, para
da generará su colapso.
ta como lo hacemos. No estamos
sumidero de dióxido de carbono:
ción resulta indispensable para
lograr una Cultura de Sostenibili-
Cada año, se pierden más de
legitimados para tomar lo que
en estas Cien preguntas caben
tomar una conciencia real de que
dad de los Bosques encaminada a
150.000 km² de bosques debido a
queramos y donde queramos. Es-
muchas cuestiones que esperamos
los bosques son parte imprescin-
la preservación de las importantes
la deforestación, cada año se nos
ta situación nos debe causar una
ayuden a poner de manifiesto el
dible del desarrollo sostenible
masas forestales de la biosfera de
muestran con mayor crudeza los
indignación colectiva hacia la
crucial papel que tienen los Bos-
integral del Planeta Tierra, de-
nuestro planeta, esenciales para la
efectos de los Cambios Globales
Vida y los Pueblos dañados con la
ques en el mantenimiento de los
bido a los beneficios ecológicos,
vida en la Tierra.
web)
Carolina Moya Castillo (Publicaciones) Análisis y documentación
Carmen Gavira Han participado en la elaboración de esta publicación: Departamento de Biología Vegetal y Ecología, Universidad de Sevilla:
Enrique Figueroa Clemente, Sara Muñoz Vallés, Jesús Cambrollé Silva, Mª Teresa Luque Palomo, Enrique Figueroa Luque, Mª Cruz Díaz Antúnez-Barradas, Julia Toja Santillana, María Zunzunegui González, Luis Andrades Moreno, Aída Arroyo Solís, José Luis López Sánchez, Alejandro Ávila Villares, Alfredo E. Rubio Casal, Alfonso de Cires Segura, Antonio Puerto Marchena, Mª José Leiva Morales, Juan Manuel Mancilla Leytón, Ángel Martín Vicente, Rocío Fernández Alés, Jesús Castillo Segura. Departamento de Sociología, Universidad de Sevilla:
Inducidos: el Cambio Climático, el
destrucción de los Bosques. Los
Ciclos Globales Biogeoquímicos de
ambientales, económicos, socia-
Desde entonces hasta 2011 han
Calentamiento Global, la destruc-
Bosques de la Tierra constituyen
la Tierra y, en definitiva, en la Vida
les, culturales y paisajísticos que
pasado más de 25 años y hemos
ción de la Capa de Ozono, la pérdi-
un importante ecosistema gene-
y Cultura de un Planeta, el nuestro,
proporcionan. La Secretaría del
perdido miles de kilómetros cua-
da acelerada de Biodiversidad, la
rador de vida y mantenedor de
nuestra casa, en peligro por la ava-
Foro de las Naciones Unidas so-
drados de bosques. Esta resolu-
Desertificación, las Migraciones
procesos globales inherentes al
ricia y el desconocimiento.
ción de declaración de Año Inter-
Ambientales. Estos cambios en la
funcionamiento del Planeta como
Sirva esta publicación colectiva
nacional de los Bosques llega en
forma natural de vida del Planeta
un Sistema Ecológico. La toma de
para ayudar a la sensibilización
Carlos A. Antonietty Adame, Antonio Gallardo Cano, Agustina Jiménez Pino, Miguel Villagrán Pinteño.
un momento crítico ante muchas
Tierra se verán reforzados por la
conciencia y la ayuda a la sensibi-
global hacia la protección de los
Coordinación
cuestiones que no tienen ya tiem-
pérdida de nuestros bosques, de
lización universal del problema,
Bosques y la preservación de sus
po para ser demoradas. Estamos
nuestras grandes extensiones de
de las fortalezas naturales de los
Valores, una realidad que hay
ante un escenario de Cambios
árboles, auténticos custodios de
bosques como ecosistemas y de
que lograr si deseamos un Plane-
Globales Inducidos por el Ser Hu-
los ciclos globales de la Tierra.
las debilidades que generamos en
ta Sostenible, en su pura esencia,
Sara Muñoz, Jesús Cambrollé, Jon Jauregui.
bre los Bosques (FNUB) será el centro de coordinación para el desarrollo de los principios y acciones de este Año Internacional de los Bosques. Es la segunda vez que se asigna a las formaciones boscosas del Planeta Tierra su propio Año Internacional. La primera vez fue en 1985, cuando el Consejo de la FAO pidió un reconocimiento especial a los bosques del planeta, con la
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finalidad de centrar la atención
Lucrecia Hevia Bertrand (Contenidos) Ana María Pérez Moreno (Servicios
¡
Manuel Enrique Figueroa Clemente es catedrático de Ecología y Director de la Oficina de Sostenibilidad de la Universidad de Sevilla.
Mª Teresa Rojo López. Departamento de Biología Celular, Universidad de Sevilla:
Inmaculada Sánchez Aguayo. Departamento de Fisiología y Zoología, Universidad de Sevilla:
M. Enrique Figueroa Clemente, Sara Muñoz Vallés. Imágenes
mano como nunca antes hubo. Es
La celebración del Año Inter-
el planeta con nuestra forma de
desvestida de oportunismo y moda,
nacional de los Bosques nos debe
Diseño
cierto que hay mayor conciencia-
actuar sobre él son absolutamente
una Sostenibilidad Ecológica, Eco-
Servicio Telegráfico
ción y que se ponen medios polí-
hacer tomar conciencia de la ne-
necesarias.
nómica y Social. Nuestros Bosques
ticos, legislativos y económicos
cesidad de conocer y proteger los
Sirva como ejemplo esta publi-
para preservar los recursos, cada
bosques del planeta. Conocer su
cación, Cien preguntas, cien res-
nos necesitan hoy y nosotros necesitamos nuestros Bosques.
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¿Qué es un bosque ? DD Según el Diccionario de la Lengua Española de la R.A.E., un bosque es un “sitio poblado de árboles y matas”. Los Acuerdos de Marrakech definen el bosque como “la superficie mínima de tierras de entre 0,05 y 1,0 hectáreas (ha) con una cubierta de copas que excede del 10 al 30% y con árboles que pueden alcanzar una altura mínima de entre 2 y 5 metros en su madurez”. La definición concreta adoptada por España establece como parámetros básicos mínimos una cubierta de copas del 20%, una superficie mínima de 1 ha y una altura de los árboles en su madurez de 3 metros. Sin embargo, y partiendo de estas definiciones claras aunque simplistas, debemos construir una explicación más amplia que profundice en la realidad de lo que es un bosque desde el punto de vista ecológico. El bosque no es una simple extensión de terreno cubierta de árboles, sino un complejo ecosistema, imprescindible para la vida, con una rica biocenosis, en la cual se producen numerosas y variadas relaciones en equilibrio con los factores abióticos del medio. Las especies de árboles que dominan en cada bosque les da, muchas veces, el nombre con el que lo denominamos: pinar, pinsapar, encinar, etc. Aparecen bajo una amplia gama de climas, tanto fríos (Bosque Boreal o taiga) como templados (Bosque Caducifolio Templado, Bosque Mediterráneo) y tropicales (Bosque Tropical), y son responsables de gran parte de la biodiversidad del planeta. Constituyen el hábitat de multitud de seres vivos, regulan el ciclo del agua, conservan el suelo y la atmósfera y proporcionan multitud de productos y servicios útiles para el ser humano. Los bosques de la Tierra, con su complejidad sistémica y su funcionamiento natural, son, en gran medida, responsables y cuidadores del conjunto de la vida en ella.
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¿Qué son los bosques primarios? DD Una definición de bosque primario podría ser “aquel que persiste natural, no alterado por perturbaciones (humanas) significativas durante periodos
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que exceden el tiempo de vida normal de los árboles más maduros”. En contraposición, se llama “bosque secundario” a aquel que, aún siendo muy antiguo, sí presenta indicios evidentes de intervención humana. La principal diferencia entre unos y otros
es el elevado grado de complejidad (en estructura y funcionamiento) de los primeros frente a los segundos. Las principales áreas de bosque primario en el mundo se distribuyen por Brasil, Congo e Indonesia (bosques tropicales); en latitudes templadas,
algunos ejemplos se hallan en la Patagonia, Tasmania, Canadá o Polonia. Muchos de estos bosques deben su persistencia al amparo que les brindan diferentes figuras de protección. Sin embargo, la superficie planetaria de bosques primarios se ha
reducido mucho, en más de 40 millones de hectáreas durante la última década (especialmente en América del Sur, África y Asia). Este tipo de bosque es especialmente valioso, acoge gran parte de la biodiversidad mundial y son hogar de muchos
pueblos indígenas que prefieren vivir al margen del resto del mundo civilizado. Sin embargo, su superficie aún continúa disminuyendo, debido en gran medida a su conversión en terrenos agrícolas (p.e., soja y palma aceitera en América del Sur).
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¿Qué es un árbol? DD Los árboles son formas de vida vegetal que se desarrollan en el medio terrestre, compuestas de una raíz, un tronco (leñoso) más o menos uniforme, ramas que parten del mismo y que se desarrollan a cierta altura del suelo, y hojas de morfología variada que, junto con las ramas, forman una copa diferenciada. Además, y según diferentes criterios, deben alcanzar en la madurez una altura mínima que oscila entre los 2 y los 6 metros. Son las formas de vida vegetal más longevas del planeta, pudiendo vivir hasta varios miles de años. La estructura que poseen los árboles tiene un importante sentido funcional en el medio terrestre. El desarrollo de una verdadera raíz les permite anclarse al sustrato, explorarlo y extraer de él el agua y los nutrientes que precisan para vivir; la formación de tejidos conductores, de transporte de sustancias (xilema, floema), y de epidermis cutinizadas que los protegen de la desecación les permiten aumentar de tamaño, producir hojas y asimilar el dióxido de carbono del aire. Además, los tallos leñosos les permiten alcanzar grandes alturas y el desarrollo de sus ramas hacen de las copas verdaderas estructuras colectoras de luz. Los árboles son los principales responsables de la estructura de los bosques, son elementos valiosos en el paisaje, desarrollan el suelo, previenen la erosión, son refugio y/o alimento de fauna variada (incluida el hombre) y son capaces de determinar el establecimiento de otras especies vegetales, además de ser fuente de variados recursos para el hombre.
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¿Qué es la fotosíntesis? DD Probablemente sea el proceso biológico más importante que se dé en el planeta. Mediante la fotosíntesis, las plantas y algunos otros pocos organismos son capaces de
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¿Por qué no hay árboles en el Ártico? DD La palabra “tundra” es finlandesa y significa “tierra sin árboles”. No hay bosques en la tundra; quedan limitados hacia el norte ártico por el denominado Bosque Boreal, que se extiende como un anillo a lo largo de Norteamérica y Eurasia. Esto no se debe sólo a la congelación permanente del suelo sino, posiblemente, también a la brevedad de la estación de crecimiento vegetal, debido al corto periodo de verano ártico. Las plantas árticas subsisten con muy escasas provisiones, por lo que deben economizar el uso de sus calorías alimenticias. Esto puede resultar complicado para un árbol, que debe mantener un cuerpo de gran tamaño, en su mayoría improductivo para sí mismo. Pero, si en el Ártico existen estructuras horizontales… ¿por qué no las hay verticales? Durante el día, una planta se encuentra expuesta a la radiación solar, sin posibilidad de ocultarse o protegerse del calor, salvo por mecanismos fisiológicos y metabólicos tales como la irradiación y la evaporación; si no lo eliminara o disipara, se cocería. El mantenimiento de una temperatura adecuada, acorde con sus procesos biológicos, resulta vital para equilibrar su balance energético. Por otro lado, los arbustos y el resto de plantas de la tundra ártica viven pegados al suelo, inmersos en una delgada capa límite de aire inmóvil. Un poco más arriba están los fríos vientos árticos; mientras el arbusto esté pegado al suelo puede equilibrar su presupuesto calórico, si se yergue ya no. El presupuesto calórico no se equilibra si una estructura arbórea se eleva sobre el suelo en esas zonas heladas.
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¿Existen bosques en todos los continentes? DD Excepto en la Antártida, existen bosques en todos los continentes de la Tierra. Sin embargo, puesto que son necesarios ciertos factores como la presencia de agua líquida un mínimo de meses al año para que los árboles puedan crecer, más que de continentes debemos hablar de zonas climáticas. De esta forma, los árboles están ausentes en las regiones polares, donde el agua se encuentra en estado sólido la mayor parte del año, y en las zonas desérticas, donde las comunidades de árboles (que no llegan a formar bosques) se concentran en torno a los puntos con agua. Aparte de los límites latitudinales, existen límites de altitud que también dependen del clima, y que son más altos cuanto más cálido sea éste. Al ascender una montaña, las condiciones climáticas son demasiado duras para el desarrollo de los árboles y sólo permiten la supervivencia de plantas con unos requerimientos de mantenimiento menores, llegando a extremos donde sólo resisten las formas vegetales más simples (líquenes y musgos).
obtener compuestos orgánicos ricos en energía a partir de sustancias inorgánicas como el agua, utilizando la energía del sol. Prácticamente, todos los seres vivos del planeta utilizarán directa o indirectamente estos compuestos orgánicos para su crecimiento y desarro-
llo. En la fotosíntesis oxigénica, a expensas de la energía contenida en la luz solar, el dióxido de carbono es absorbido desde la atmósfera por las plantas y asimilado en compuestos reducidos de carbono que irán a parar a sus estructuras. Como subproducto de la reacción se
produce oxígeno. Ambos fenómenos son esenciales para la vida en la Tierra. Nuestros bosques, con millones de organismos fotosintéticos, actúan por tanto como grades sumideros de dióxido de carbono y una fuente de oxígeno esencial para la vida.
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¿Por qué se habla de las naciones-estado de los bosques? DD Los grandes viajeros de los siglos dieciocho y diecinueve trajeron de vuelta a las universidades europeas de sus respectivos países la noticia
de que los árboles del planeta, y con ello muchas especies vegetales asociadas, estaban organizadas en los continentes en algo que podría denominarse naciones-estado. Sobre grandes extensiones de cada parte de los continentes se extendían bosques cuyos miembros tenían formas similares. Cuando nuestros viajeros ilustrados recorrían el planeta de norte a sur, de zonas cálidas a gélidas, observaban formaciones vegetales distintas, que se fijaban en sus memorias como naciones ocupando, cada una, su región en el planeta. Fue entonces cuando se crearon los grandes mapas de formaciones vegetales del mundo, los mapas de biomas, y quedaron ubicados los grandes bosques del planeta. El mapa del mundo resultante tras estos viajes, bajo una óptica biológica, mostraba a todas las plantas de la Tierra percibidas como “árboles y sus matas acompañantes”, agrupadas en grandes divisiones que acabaron por ser denominadas formaciones. Éstas se fueron dibujando como naciones-estado en las que los individuos, parecían, se conformaban en algún plan común. Tal fue la visión de los viajeros y lo que nos transmitieron, como primera visión de los bosques del mundo. De igual forma se observó una relación igual con los suelos a nivel mundial y una dependencia entre suelos y grandes formaciones vegetales en cada zona estudiada. El clima es el gran árbitro de los suelos y de esas nacionesestado de los árboles que son los bosques, con toda su biodiversidad asociada. Nuestro planeta está cubierto de un enorme mosaico dinámico y complejo de climas y el dibujo de este mosaico se ve fielmente reflejado en la distribución de los bosques de la Tierra.
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cia un matorral, éste hacia un bosque joven y finalmente éste alcanzará el estado de bosque “maduro”, si el clima y otros agentes perturbadores (p.e. fuego, sobrepastoreo, deforestación, obras de ingeniería…) lo permiten.
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¿Qué animales dependen de los bosques para vivir?
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¿Cuáles son nuestras especies animales forestales más emblemáticas? DD De las especies que viven en los bosques mediterráneos y cantábricos, muchas de las más emblemáticas son, al mismo tiempo y por desgracia, las más amenazadas. Entre ellas encontramos al oso pardo o el urogallo, como especies más representativas de la costa cantábrica. En Andalucía podemos citar otras especies singulares como el lince ibérico, el águila imperial o la tortuga mora. El quebrantahuesos, el bucardo, el pico menor, el samaruc, la paloma zurita, el lirón careto o el tritón ibérico, son otras especies de gran singularidad faunística con un grado de protección considerable.
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¿Qué percibimos en el paisaje de los bosques? DD El paisaje que percibimos es un producto de la Naturaleza y de la percepción humana, y nos muestra una realidad múltiple, fuente de una gran riqueza de percepciones espaciales y temporales: hay tantos paisajes como observadores que lo admiren. El paisaje es una fuente de información acerca de la Naturaleza y de nuestra interacción con ella, así como una fuente de emociones, sensaciones, sentimientos, ideas y significados para el ser humano. Es un sistema de signos abiertos polisémico e incompleto. El Convenio Europeo del Paisaje lo considera un bien colectivo, perceptual, perceptible, dotado de carácter natural y cultural, que incardina la naturaleza material del espacio concreto, el territorio y la realidad física con la respuesta emotiva y estética que suscita su percepción. En este sentido, el paisaje de los bosques es la percepción multisensorial de su sistema de relaciones ecológicas subyacentes. El paisaje, como
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información que el ser humano recibe de su entorno ecológico, tiene dos componentes: el fenosistema y el criptosistema. El fenosistema es el conjunto de componentes del paisaje que son perceptibles por nuestros sentidos (formas, tamaños, color, textura, líneas). El criptosistema está constituido por los elementos imperceptibles del paisaje (microorganismos, flujos de energía, ciclos de materia, interacciones poblacionales, relaciones de explotación), cuyo conocimiento sólo se alcanza con instrumentos de medida u observación científica: nos permite comprender un paisaje, su pasado y su posible evolución. Nuestros bosques son un recurso paisajístico de primera magnitud que necesita ser conservado.
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¿Si abandonamos un trigal, se convertirá en bosque? DD En ecología se llama sucesión a la secuencia de cambios que transforman la estructura y función de un ecosistema a lo largo del tiempo, que son
ordenados, direccionales y predecibles, y que llevan al mismo hacia etapas avanzadas, más maduras. Eugene P. Odum, eminente biólogo americano, considerado uno de los padres de la ecología contemporánea, abordó la teoría de la sucesión ecológica desde un punto de vista funcional, no simplemente estructural. Según Odum, la madurez de un ecosistema implica una mayor estabilidad, mayor acumulación de la biomasa (los nutrientes se encuentran principalmente formando parte de la materia orgánica -p.e. árboles-, asimilados, más que en el medio en forma inorgánica) y mayor eficiencia en el uso de la energía (debido a una complejidad mayor de interacciones simbióticas). Estas cualidades aumentarán con el tiempo en un ecosistema que no sufra perturbaciones que lo hagan “retroceder” hacia estadíos más jóvenes dentro de esta evolución (es decir, sufrir “regresión”). Así, a través de un largo proceso inabarcable para la duración de una sola vida humana, hipotéticamente un pastizal evolucionará ha-
DD Entre los ecosistemas terrestres, los bosques (incluidos los tropicales lluviosos o selvas) constituyen los de mayor complejidad estructural. Desde la cima, a varios metros de altura, hasta el suelo, las hojas, ramas, troncos y raíces, así como la propia variedad de árboles, propician una gran diversidad de ambientes y condiciones de vida que ofrecen a la fauna un gran abanico de posibilidades de alimentación y refugio. En consecuencia, las comunidades de animales y plantas que conforman los bosques son variadas y hacen de los mismos sistemas de alta biodiversidad. Ya sea porque se han especializado a lo largo de su evolución adaptativa a vivir en ellos o de ellos, la existencia de ciertos animales depende de los bosques. En Andalucía podemos citar, como ejemplos, los pájaros carpinteros, que hacen sus nidos agujereando los troncos; el gavilán, especializado en la caza de aves en zonas boscosas; la jineta y el gato montés, depredadores especializados de los bosques; o el corzo andaluz, una subespecie de cérvido exclusivo de nuestros bosques.
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¿Cuál es la superficie total de bosques del planeta? DD Según datos del “Informe sobre bosques 2011” elaborado por la FAO, la superficie de bosques del planeta asciende a 4.000 millones de hectáreas. Esta cifra se corresponde con un 31% de la superficie total. Los cinco países con mayor
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¿Cuál es la biodiversidad de vertebrados de los bosques mediterráneos? DD La cuenca mediterránea, donde se incluyen nuestros bosques, está considerada uno de los llamados puntos calientes de biodiversidad mundial. En los más de veinte puntos calientes repartidos por todo el globo, que suponen tan sólo el 1,4% de la superficie terrestre, tenemos aproximadamente el 35% de los vertebrados terrestres conocidos, lo que supone más de 22.000 especies catalogadas. Sólo en la cuenca mediterránea existen unas 226 especies de mamíferos, 489 especies de aves, 230 de reptiles, 79 de anfibios y 216 de peces de agua dulce.
superficie de bosques son, por orden: Rusia, Brasil, Canadá, EEUU y China. Juntos representan más de la mitad de la superficie total de bosques en la Tierra. Europa posee un 25% de los bosques del mundo, cubriendo el 45% del continente y el 73% de algunos países como Finlandia. Esto contrasta con la situación del Principado de Mónaco, donde la superficie forestal es 0. Sólo Rusia ya posee el 80% de los bosques europeos y su superficie permanece relativamente estable. En los últimos diez años, en Europa se da
una particularidad; mientras la superficie total de bosques del planeta está en retroceso, los europeos aumentamos la nuestra a razón de 700.000 hectáreas por año. Aproximadamente una séptima parte de este incremento anual se debe a España (118.500 hectáreas por año). Aunque, claro está, estas cifras deben ser tomadas con cautela, puesto que no distinguen bosques primarios de secundarios, ni refieren la calidad ecológica o biológica de los mismos, su nivel de complejidad o la biodiversidad que acogen.
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Andalucía InNOVA. FEBRERO 2011
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¿De quién son los bosques del mundo? DD Se reconoce cada vez más que uno de los problemas clave causantes de la creciente degradación forestal es la inseguridad de los derechos de propiedad que caracteriza a la mayor parte de los bosques del globo. Según la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales de la FAO en 2010, el 80% de los bosques en el mundo son de propiedad pública, gestionados por las administraciones a diferentes niveles. Sin embargo, existen notables variaciones por regiones respecto a la proporción de bosques “no públicos” (que no “privados”), es decir, que están a cargo de comunidades (indígenas), individuos o incluso empresas privadas. Esta proporción es mayor en América del Norte y Central (algo más del 35%), América del Sur (en torno al 25%) y Oceanía (algo más del 35%), y es menor en África (en torno al 5%), Asia (algo menos del 20%) y Europa (excluida la Federación de Rusia; en torno al 10%). La cantidad de bosque “no público” está aumentando a nivel global, debido en muchos casos a la participación de propiedad pública en la ordenación y gestión de los bosques existentes.
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¿Qué tipos de bosque existen en la Península Ibérica? DD La vegetación que crece en un lugar concreto depende en gran medida del clima (además de factores como el tipo de suelo o la orografía). La Península Ibérica es rica en contrastes en este sentido, encontrándose un gradiente de humedad desde el noroeste (elevada precipitación: Galicia) al sudeste (muy baja precipitación: Almería). Nuestros principales bosques naturales son mediterráneos, bosques de árboles perennifolios con hoja endurecida, adaptados para soportar
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la acentuada sequía veraniega: encinares, alcornocales, quejigares, melojares, dominados por árboles del género Quercus (encinas, alcornoques, quejigos, robles melojos), acebuchales, enebrales, sabinares y pinares (p.e. de pino negro y albar). Siguiendo los cauces de los ríos, encontramos bosques de ribera (de hoja caduca): alisedas, saucedas, fresnadas, olmedas, choperas. En la costa (sobre suelos arenosos) se establecen sabinares y enebrales costeros
y pinares de pino piñonero. Principalmente en la zona norte atlántica (incluidos los Pirineos centrales y occidentales), encontramos bosques propios de ambientes más húmedos y fríos, todos ellos caducifolios: robledales, hayedos, abetales, abedulares; fresnadas y avellanares en los fondos de valles. Además, dos tipos de bosque únicos en la Europa continental se hallan en Andalucía: los pinsapares (abeto andaluz o pinsapo, una verdadera reliquia
botánica), en algunas Sierrras de Cádiz y Málaga, y los bosques en galería de los canutos (Cádiz), de tipo subtropical o laurisilva, con especies relictas de este clima existente hasta el final de la era terciaria.
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¿Qué es el bosque mediterráneo? DD El clima condiciona el tipo de vegetación de un lugar, tanto en cuanto a las especies como en cuanto a la estructura de
la misma formación vegetal. Las plantas que viven en clima mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y húmedos y veranos secos y cálidos, poseen una serie de adaptaciones que se relacionan principalmente con la resistencia a la sequía estival. Los bosques que se dan bajo este tipo de clima son, por lo general, diversos en especies vegetales, presentan varios estratos vegetales (son multiestratificados) y un desarrollo vertical
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¿Qué es un bosque de coníferas?
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DD Los bosques de coníferas pertenecen al grupo de los llamados “bosques templados”. Sin embargo, a pesar de su denominación, están presentes en ambientes muy rigurosos, aunque mantienen una alta productividad. Se llaman así porque los árboles que los forman (principalmente distintas especies de pinos y abetos) tienen un tipo específico de crecimiento que les da un porte característico en forma de cono. Estos bosques pueden presentar diferentes estructuras según las características de la especie predominante y su densidad. Estas diferencias pueden provocar que la bóveda de copas de árboles permita que la cantidad de luz que llega al suelo sea mayor o menor, lo que condiciona la existencia de sotobosque (arbustos), helechos y/o musgos. A los bosques de coníferas aparecen asociadas determinadas especies de aves como carboneros, herrerillos comunes, herrerillos capuchinos, zorzales, mitos, abubillas, jilgueros, picos picapinos, pitos reales, verderones, luganos, verdecillos o currucas de diferentes especies. Los bosques de pinos constituyen una de las principales fuentes de madera y muchos de ellos no son naturales, sino plantaciones simplificadas y monocultivos de origen antrópico. Muchos de estos bosques han sido fragmentados para construir pistas de esquí, carreteras y pistas de acceso. Estas actividades compactan el suelo, eliminan los árboles y destruy en el medio natural.
¿Qué es un manglar?
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DD En latitudes tropicales encontramos un tipo de bosque llamado manglar. Se encuentran en la zona de influencia de las mareas, en la costa. Sus árboles (mangles) apenas asoman la copa por encima del agua durante la pleamar, y sólo son visibles las partes inferiores de sus troncos y raíces durante la bajamar. La vegetación de los manglares está adaptada a tolerar la alta concentración de sal en el agua y las inundaciones recurrentes. De hecho, las especies se ordenan desde la costa al interior en bandas más o menos definidas según el grado de tolerancia que presenten. Las especies predominantes en estos bosques son las llamadas halotolerantes (tolerantes de salinidad) y halófitas (que necesitan cierto grado de salinidad para vivir), expertas en sobrevivir y competir por los recursos en medios con salinidad elevada. Estos mecanismos de tolerancia son objeto de estudio por la comunidad científica para desarrollar biotecnologías que permitan su aplicación al crecimiento de cultivos en zonas muy salinas, no aptas para cultivar. Los manglares presentan un elevado valor ecológico, una gran riqueza faunística y una singular combinación de vida marina y terrestre. Sin embargo, este tipo de bosque han sido y están siendo destruidos por actividades humanas de aterramiento y drenado para el desarrollo de puertos deportivos y apartamentos. La mayor destrucción masiva de manglar (100.000 hectáreas) se llevó a cabo durante la guerra de Vietnam por pulverizado de herbicidas; estos manglares jamás se han recuperado.
DSi Dnavegamos por el curso de ciertos ríos, arroyos o canales, veremos cómo la vegetación se concentra de forma más o menos frondosa en las orillas, formando bandas paralelas al cauce, y en muchas ocasiones nos podremos ver envueltos en un verdadero túnel verde. Esta vegetación, denominada riparia o ribereña, depende de la humedad del cauce para sobrevivir y da lugar a los llamados bosques de ribera o bosques en galería. Este tipo de bosque “lineal” es frecuente en climas con sequía estival, como el mediterráneo, y se desarrollan ceñidos a los cursos de agua. La vegetación se encuentra muy bien ordenada en sentido transversal al cauce, desde las zonas más cercanas al agua hasta las más alejadas, según la capacidad de las especies para tolerar las inundaciones temporales. Las alisedas, las fresnadas, olmedas, alamedas y tarayares son ejemplos típicos de formaciones boscosas que siguen este modelo en galería. El sotobosque lo forman especies de arbustos normalmente espinosas, juncos y carrizos, y la fauna en ellos es rica, sobre todo en especies de aves. Estos bosques son recursos paisajísticos de valor único, normalmente son enclaves de turismo en la naturaleza y de actividades recreativas en general, y cumplen funciones muy importantes para el ecosistema como prevenir contra la erosión del suelo y filtrar sustancias del suelo, mejorando la calidad del agua.
¿Qué es un bosque en galería?
limitado. En el territorio andaluz encontramos una gran variedad de bosques mediterráneos naturales, debido a las variaciones climáticas locales por la cercanía o lejanía al mar, la presencia de sierras, de ríos, la naturaleza geológica de los suelos y también la historia de manejo humano. Dentro de esta heterogeneidad, los bosques mediterráneos andaluces se pueden caracterizar por una especie de árbol predominante, aunque en la mayoría de los casos se trata de bosques multiespecíficos, donde existe más de una especie de árbol dominante. Así, encontramos encinares, alcornocales, quejigares, robledales, acebuchales, algarrobales, pinares, pinsapares, sabinares y bosques de ribera.
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¿Existen bosques en las costas andaluzas? DD No, no nos referimos a si algunos de los bosques de nuestras sierras acaban casi a pie de playa, sino a bosques específicos de los ambientes costeros, que se desarrollan sobre suelos arenosos y bajo condiciones duras de alta temperatura e insolación, escasez de agua y nutrientes e incidencia de la brisa salada del mar, con especies que viven ahí y no en otros hábitats. En nuestras costas encontramos los enebrales y sabinares costeros, también pinares de pino piñonero, con su típica copa en forma de paraguas (aunque muchos de éstos son el resultado de plantaciones históricas para frenar las dunas). En ellos viven animales de especies singulares como el camaleón, protegido por ley. Los enebros y sabinas costeros son especies amenazadas, protegidas actualmente por legislación estatal y autonómica. Entre las principales amenazas de estos bosques están su degradación y desaparición debido al desarrollo urbano y turístico.
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América, Europa y Asia. La taiga está dominada por un clima frío continental, con fuertes variaciones estacionales. En verano está coloreado de verde, gris y marrón; en otoño añade salpicaduras de amarillo y rojo; y el largo invierno norteño convierte el bosque en un paisaje de blanca soledad. En algunos de estos bosques, el suelo está influenciado por el permafrost, una gruesa capa de hielo que permanece helada durante parte del año, conservando la humedad del mismo pero disminuyendo la tasa de descomposición y la disponibilidad de nutrientes, por lo que suelen ser poco fértiles. El silencio de un bosque boreal se rompe por algunos sonidos de animales: el aullido de un lobo, el ulular de una lechuza, la estampida de un caribú y acompañado por el viento incesante que cruza los árboles. El hombre ha empezado a impactar de forma severa en este paisaje desde los últimos 2 siglos, extrayendo minerales y turba, deforestando y con el “saqueo” de especies animales.
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¿Por qué algunos bosques se visten de colores en otoño? DD Durante los meses de otoño, en latitudes templadas, gran cantidad de árboles pierden todas sus hojas: son las llamadas especies caducifolias. Por el contrario, otros las mantienen durante todo el año: son las especies perennifolias. Pero, ¿qué ventaja hay en desprenderse de materia que le ha costado a la planta conseguir, y que le sirve además para seguir “alimentándose”? Los bosques de hoja caduca, como los hayedos del norte de la Península Ibérica, tiran sus hojas durante el invierno como una defensa frente a las condiciones adversas de esta estación. Durante este periodo, los árboles crecen o se desarrollan poco, ya que no pueden “alimentarse” realizando la fotosíntesis. Sin embargo, durante la estación primaveral lo compensan produciendo hojas que suelen ser de mayor tamaño que las de las especies perennifolias, y presentando una actividad fotosintética mayor. Durante el otoño, los árboles caducifolios reabsorben toda la materia útil de las hojas antes de desprenderse de ellas. Las diferencias de color se deben a diferentes pigmentos, tales como los carotenoides, que provocan las hojas de color amarillo, o las antocianinas, principales responsables de los colores rojizos y anaranjados. Esto da lugar a la gran variedad y belleza de tonalidades que podemos observar en algunos de nuestros bosques, como hayedos, robledales, castañares o las choperas y otros bosques en galería. El paisaje se enriquece, además, con el gran contraste cromático entre especies caducifolias y las perennifolias en otoño.
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¿Funciona un bosque como una máquina? DD Según la RAE, las máquinas son un conjunto de aparatos combinados para recibir cierta forma de energía y transformarla en otra más adecuada, o para producir un efecto determinado. Sustituyendo “aparatos” por “elementos biológicos y no biológicos”, podemos observar bastante coincidencia entre ambos conceptos (máquinas y bosques), ya que en el bosque los elementos biológicos (hongos, bacterias, fauna del suelo, árboles y todo tipo de plantas, animales vertebrados e invertebrados, etc.) y los no biológicos (rocas, sales minerales disueltas en el suelo, agua, CO2, O2, N2 y otros gases) interactúan entre sí, recibiendo energía solar que se transforma en energía química (materia orgánica) y en calor. En realidad, el término que mejor define a ambos es el de siste-
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mas, biológicos y mecánicos respectivamente. Sin embargo, los bosques, al contrario que las máquinas, no están concebidos para producir “un efecto determinado”, aunque de su existencia derivan “consecuencias” de relevancia para la vida humana. Estas consecuencias trascienden de la simple existencia de una masa de árboles más o menos extensa a un sistema complejo de interacciones entre organismos de muchos niveles afectando a numerosos procesos vitales.
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¿Pueden nadar los peces en el suelo de los bosques? DD Cualquier habitante de nuestras latitudes contestaría que no, pero, si se lo preguntamos a un habitante de Manaus (Brasil), la respuesta sería bien distinta. En realidad, los peces no nadan en el suelo sino
sobre el suelo de los bosques inundados. Los ríos tropicales (Amazonas, Orinoco, Congo, etc.) tienen normalmente dos fases anuales marcadas por el caudal: las “aguas bajas”, en las que las aguas están dentro del cauce del río, y las “aguas altas”, en las que el nivel del agua sube e invade la selva adyacente. Ésta segunda dura varios meses y ha sido recurrente durante el tiempo suficiente para que muchas especies de peces (al menos en el Amazonas) se hayan adaptado a una dieta frugívora, en un proceso de coevolución con muchos árboles y arbustos. Así, los peces tienen un importante papel dispersor de la vegetación; las frutas caen al agua y son tragadas por los peces, y sus semillas, que son resistentes a los ácidos gástricos, son transportadas lejos. Lo llamativo es que muchas de estas especies de peces (p.e. muchas pirañas,
algunas otras especies enormes como el pirarucu, el tambaqui o el pacú) son depredadoras de otros peces durante el resto del año. Sin embargo, durante las “aguas altas”, el desbordamiento del río hace que las presas potenciales se dispersen tanto que sean difíciles de localizar. Sin embargo, el bosque pone a disposición de estas especies un nuevo recurso trófico, la fruta.
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¿Cómo son las últimas formaciones boscosas que veremos si caminamos hacia el Polo Norte? DD La formación vegetal más extensa de la Tierra es el bosque boreal o taiga. Se encuentra formando un cinturón que se extiende por las latitudes altas del hemisferio norte y cubre un 11% de la superficie del planeta, existiendo en tres continentes:
¿Puede un bosque frenar un huracán? DD En latitudes tropicales, la vegetación costera natural está caracterizada por una línea de dunas con plantas arbustivas y distintas especies de palmeras, que protegen a un sistema intermareal dominado por el manglar, formado a su vez por árboles muy resistentes a altas concentraciones de sal y encharcamiento. Este tipo de vegetación tiene una función clave de protección frente a los huracanes y tifones tropicales y ofrecen una gran resistencia y capacidad de regenerarse frente a este tipo de perturbaciones periódicas. La retirada o la destrucción parcial de la vegetación costera y la construcción de diques artificiales para la protección de los núcleos urbanos representan una amenaza potencial para las poblaciones costeras. El caso más conocido fue el de la ciudad de
Nueva Orleáns donde, además de sufrir una gran devastación a causa de los fuertes vientos, sus diques de protección no resistieron al paso del huracán Katrina, y el agua del lago y los canales cercanos inundaron la ciudad. El 2 de septiembre de 2005, el 85% de la ciudad de Nueva Orleans estaba bajo el agua, donde en algunas zonas llegó a 7 m de profundidad.
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¿Puede un bosque absorber la niebla? DD Los árboles presentan una estructura ramificada, con ramas y hojas orientadas en distintos ángulos y, a veces, pinchos o incluso otras plantas (epifitas) que pueden actuar como elementos condensadores de la humedad atmosférica y/o conductores de la niebla hacia el suelo, para ser usada posteriormente por la vegetación. En las islas macaronésicas como Canarias, la acumulación de nieblas en las laderas de las montañas, cuando los vientos alisios cargados de humedad ascienden por ellas, es un fenómeno típico. En estos lugares se pueden desarrollar bosques característicos, con vegetación provista de hojas anchas y brillantes que actúan como conductores de la niebla, y que producen “lluvia” en su interior. Existen además bosques y plantas que dependen de la niebla para subsistir. Los llamados bosques de niebla andinos que se encuentran en Colombia y Venezuela son ecosistemas frágiles que se desarrollan en zonas de alta montaña. Son áreas muy húmedas, cubiertas por un manto de nubes casi a diario, y se caracterizan por poseer una gran riqueza de plantas epífitas que absorben directamente el agua de la atmósfera. Por otro lado, se ha demostrado que las Sequoias (Sequoia sempervirens) utilizan diariamente la niebla que se acumula en las laderas de las montañas rocosas, sobre todo durante la estación estival.
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¿Atraen los bosques la lluvia? DD La respuesta sencilla es “sí”, aunque hay que explicarlo: Los bosques son en sí un gran almacén de agua, ayudan a retenerla y son importantes reguladores del ciclo hídrico de las regiones. Los suelos de los bosques son capaces de absorber 4 veces más agua de
vegetación, que la retiene sobre el terreno), forma los mantos freáticos y los acuíferos. El bosque permite la retención de agua y la bombea a la atmósfera a través de los árboles, desde sus profundos sistemas de raíces hasta las hojas que la liberan al aire, propiciando humedad y con ello la posibilidad de lluvia (dependiendo de la disminución de la temperatura
las arrastran lejos, reduciendo las posibilidades de lluvias. La humedad del bosque, la cubierta constante de nubes y la transpiración (pérdida de agua a través de las hojas), crean una intensa humedad local. Cada árbol del dosel transpira más de 500 litros de agua al año, que se traduce como 50,000 litros por cada hectárea, como valor de referencia, a determinar en cada
Los animales (heterótrofos), por ejemplo, los obtienen de formas biológicas ya construidas: los llamamos alimentos. Las plantas (autótrofos) los obtienen del suelo y, junto con el carbono proveniente del CO2 atmosférico, la luz y el agua, generan los hidratos de carbono, y con ellos su biomasa, que puede ser muy grande como en el caso de los árboles.
zal mediterráneo (fase inicial) y un bosque mediterráneo noble cerrado y denso (fase madura): en el primer caso, el ciclo de nutrientes es más abierto y se escapan más allá de los límites del sistema considerado (un pastizal o un matorral poco denso). Cuando el ecosistema evoluciona hacia una fase más madura (el bosque noble, cerrado, denso), el ciclo de nu-
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¿Cómo afecta la lluvia ácida a los bosques?
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¿Están conectados entre sí los árboles de un bosque? DD Efectivamente, los árboles de un bosque pueden estar interconectados a nivel de las raíces, ya sean o no de la misma especie. Ésta es una de las funciones más importantes que cumple el micelio micorricico, es decir, la red de tejido que forman las raíces de las plantas con la masa de hilillos que constituye el cuerpo vegetativo de los hongos en el suelo. La transferencia de carbono en especies de pinos (Pinus spp.), hayas (Fagus spp.) y alisos (Alnus spp.) a través de este micelio está comprobada, tanto entre especies similares como entre especies diferentes. Así, también se ha comprobado la transferencia de fósforo en pinos interconectados o la de nitrógeno en abetos conectados con hayas y alisos. La transferencia puede ocurrir de forma bidireccional, como se ha visto para el carbono entre árboles
lluvia que los suelos cubiertos por pastos o matorral, y 18 veces más que el suelo desnudo. Por ello, tienen la propiedad de retener grandes cantidades de agua. Además, son los ecosistemas que más agua producen: al caer, la lluvia es captada y asimilada por la espesa vegetación, cae al suelo como “agua madre”, se capta por la raíces y se evapora nuevamente para contribuir a formar nubes sobre la propia formación boscosa, si ésta es de envergadura y la dinámica de la atmósfera lo permite. Al filtrarse en el subsuelo (con la ayuda de la
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en bosques de abedules y abetos. En este último caso, se ha podido estimar que la ganancia neta de carbono del abeto, en comparación al abedul, representa el 6% de la cantidad que fija este último por fotosíntesis, y que la transferencia neta de carbono entre ambos varía según el grado de sombreado del abedul: a mayor cantidad de luz recibida, menor transferencia neta. Mediante este tipo de procesos, un bosque funciona como un todo; el carbono puede pasar de plantas bien iluminadas a plantas sombreadas, influyendo en la dinámica del ecosistema, ya que promueve la coexistencia y la diversidad de especies. Bajo esta óptica, las ectomicorrizas (micorrizas que se desarrollan sin penetrar en el interior de las células de las raíces de los árboles) son un importante elemento en el mantenimiento la biodiversidad vegetal en los bosques. Como dato curioso, en el año 2000 se descubrió uno de los organismos vivos más grandes que se conocen, un hongo micorrícico (Armilaria ostoyae) que se extiende unas 900 hectáreas en un bosque de Oregón.
con la altura en la atmósfera). Así, esta reserva subterránea y constante de agua es liberada lenta y gradualmente, ayudando a evitar las inundaciones y sequías estacionales. Este bombeo de agua es esencial en el ciclo del agua a nivel global. A mayor vegetación, mayor presencia de lluvia. Cuando se condensa la humedad generada por el bosque a baja altura, como sucede en las zonas selváticas y bosques de montaña, se incrementa la lluvia; en cambio en las zonas deforestadas, las nubes se forman a gran altura y son presa fácil de los vientos, que
enclave. Los grandes bosques lluviosos (y su humedad) contribuyen a la formación de nubes de lluvia y generan alrededor del 75 por ciento de su propia precipitación. El bosque lluvioso del Amazonas es el responsable de crear el 50 por ciento de su propia lluvia.
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¿Son egoístas los árboles de los bosques con los nutrientes minerales? DD Todos los seres vivos necesitamos nutrientes para construir nuestra biomasa.
DD Aunque generalmente hablamos de “lluvia ácida”, es más general usar el concepto de “deposición ácida”, que incluye además niebla, bruma o nieve con más acidez de lo normal (con un pH inferior a 5,5). Asimismo, se llama genéricamente “precipitación ácida” a la combinación de deposición y caída de partículas ácidas secas que también existen en la atmósfera. Se origina cuando las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno, generados fundamentalmente por la actividad industrial, reacciona con los radicales hidroxilos y el vapor de agua de la atmósfera, formando sus ácidos respectivos. Origina un problema transnacional, ya que sus desencadenantes se originan en un lugar pero pueden afectar a otros debido al movimiento de las masas de aire. Mucho del daño de la precipitación (lluvia) ácida a los bosques se debe a reacciones químicas en los suelos: la deposición ácida libera aluminio (tóxico) a los suelos al bajar el pH del suelo; el agua ácida disuelve determinados nutrientes minerales (como calcio y magnesio) y los arrastra consigo antes de que los árboles y otras plantas puedan usarlos para su crecimiento. Además, ocasiona la pérdida de nutrientes en las hojas y disminuye la resistencia de los árboles a los daños producidos por otros factores ambientales, por ejemplo, el frío del invierno o la sequía veraniega. Con mucha frecuencia, los daños que sufren los árboles son consecuencia no sólo de los efectos negativos de la lluvia ácida, sino de su combinación con uno o más factores agresores que los debilitan. La deposición ácida ocasiona el crecimiento retardado, el daño, degradación o muerte de bosques terrenos de muchas regiones industriales del planeta, y está muy relacionada con la declinación mundial de los bosques actuales.
Los bosques acumulan gran cantidad de biomasa y, por tanto, muchos nutrientes que no quedan a disposición de otros seres vivos. Por esto ¿debemos considerarlos egoístas? De forma natural, los ecosistemas evolucionan desde fases juveniles (p.e. un herbazal) hasta fases maduras (p.e. un bosque), en un proceso que puede durar cientos o miles de años. Con respecto los nutrientes minerales, existe un importante cambio en el funcionamiento del ecosistema desde una fase a otra. Por ejemplo, entre un matorral colonizador, incipiente, con pasti-
trientes es más cerrado y se escapan menos nutrientes hacia otros ecosistemas limítrofes. El bosque constituye un almacén de nutrientes que permite un procesado eficiente de los mismos, en equilibrio con una alta biodiversidad y una elevada estabilidad. La retención de nutrientes del bosque, tanto en la selva como en la zona mediterránea, permite un eficiente uso de los mismos y genera un “mercado sostenible” de ellos a largo plazo. Cuando un bosque se quema o tala, los nutrientes retenidos circulan por fases no biológicas y se pierden para
una gran parte de los ecosistemas, además de generar cantidades no procesables por los sistemas biológicos y con ello, un desaprovechamiento de nutrientes que irán a sumideros alejados en tiempo y espacio de la vida como, por ejemplo, los fondos oceánicos.
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¿A todos los árboles les “cuesta” lo mismo hacer una hoja? DD Las hojas constituyen un elemento fundamental en los bosques, son el gran aparato fotosintético. Sin embargo, no son gratuitas; exigen nutrientes para su construcción y tienen un gasto de mantenimiento. Por otro lado son sensibles a los factores ambientales, por eso existen especies de hoja perenne y de hoja caduca. Las especies caducifolias eliminan sus hojas tras recibir una señal preceptiva, antes del invierno, ya que no pueden mantener el gasto que supone su persistencia en una estación limitante para la fijación de carbono. Este tipo de plantas vuelve a generar todas las hojas que precisa tras el paso de la estación. En forma de carbono y nitrógeno, es más “barato” tirar las hojas cada año y hacerlas de nuevo que mantenerlas. Las especies perennifolias son capaces de fijar carbono sin perder agua ni sufrir por frío excesivamente durante el invierno, por lo que sí pueden permitirse el gasto de mantenimiento. Aunque no pierden el total de hojas una vez al año, las especies perennifolias también renuevan sus hojas, pero lo hacen poco a poco. La vida de las hojas no es igual en todas las especies y también varía con las condiciones limitantes del medio. Como ejemplo, en un bosque de pinos en las dunas de la cuenca mediterránea, donde el medio es escaso en nutrientes, la producción de hojas es “cara” y las acículas pueden durar en el árbol varios años para “amortizar” su construcción.
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¿De dónde obtienen nuestros árboles el agua?
¿Qué ocurre cuando se rotura la selva tropical?
DD En el complejo mundo del suelo, los árboles pueden obtener el agua de fuentes diversas: de la lluvia que se infiltra, de bolsas acumuladas, de niveles freáticos más o menos profundos, de la niebla o condensación del agua atmosférica, o de cauces de agua más o menos permanentes. En un mismo bosque pueden coexistir árboles que utilicen distintas fuentes de agua, pero ¿cómo hacen los científicos para conocer de qué fuente obtiene el agua una planta? La solución la dan las recientes técnicas de análisis de isótopos estables, es decir, de diferenciar elementos químicos de la tabla periódica que presentan el mismo número de electrones y protones, pero que difieren en el número de neutrones en su núcleo y, por tanto, en su peso molecular (las llamadas formas isotópicas de los elementos, o isótopos). Estos isótopos sirven de marcadores naturales, de forma que podemos comparar la proporción de isótopos de hidrógeno y oxígeno de las diferentes fuentes de agua del entorno con la del agua de los vasos conductores de las plantas (xilema), e identificar la fuente que la, planta utiliza en cada momento.
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¿Por qué en los bosques boreales hay mucha materia orgánica sobre el suelo y en los bosques tropicales muy poca? DD Resulta llamativo caminar por un determinado bosque boreal, o por ciertos bosques de montaña, o por los bosques sobre dunas de la costa oeste europea y percibir como nuestros pies se hunden en una masa de materia orgánica sin descomponer o en estadios variables de descomposición. Sin embargo, si caminamos por un bosque tropical no existe
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DD Para que exista un fuego forestal hace falta que coincidan tres elementos que son: calor (temperatura ambiente), comburente (oxígeno) y combustibles (biomasa forestal); juntos forman el denominado triángulo del fuego. En estas condiciones, basta un pequeño foco de ignición para que se desencadene un fuego. La forma de combatir el fuego es atacando alguno de estos tres elementos. Para combatir el calor se utiliza el agua, debido a su elevado calor específico y calor latente de evaporación, que se puede incrementar además mediante retardantes químicos. Para combatir el comburente se utilizan distintas técnicas de sofocación, como son arena, espuma y batefuegos y, finalmente, se trata de eliminar con medios manuales o mecánicos los combustibles cercanos al incendio, evitando así su propagación y extinguiéndose el incendio por falta de éste. El fuego se puede atacar de forma directa, por ejemplo, mediante el avión que vierte agua sobre el incendio, o de forma indirecta, por ejemplo, limpiando el monte y creando cortafuegos. Otra técnica de ataque indirecto es el contrafuego o utilización de un fuego controlado para sofocar el incendio.
DD INFOCA es el acrónimo de Plan de Prevención y Extinción de Incendios de Andalucía y pertenece a la Consejería de Medio Ambiente. Este plan conlleva tres tipos de acciones: prevención, extinción y labores complementarias a la extinción. Las principales acciones de prevención son las actividades vinculadas a la selvicultura preventiva, que es conveniente realizar en los terrenos forestales para manejar su combustible vegetal mediante la creación y mantenimiento de áreas o líneas cortafuegos y fajas auxiliares a lo largo de los caminos. El plan INFOCA posee una infraestructura especializada que le permite desarrollar labores de extinción muy eficaces, como son las instalaciones propias que realizan funciones de coordinación y movilización de los medios disponibles, así como la formación, adiestramiento y permanencia de los medios humanos, el almacenamiento de materiales y un sistema muy desarrollado de medios terrestres y aéreos. Dentro de las labores complementarias están la investigación de las causas del incendio y la participación en la restauración de zonas incendiadas.
¿Cómo se combate un incendio forestal?
tal sensación. Pero vemos los grandes árboles de las selvas y nos peguntamos, si no hay materia orgánica en el suelo, ¿de dónde sacan los nutrientes para su biomasa? La clave está en la rapidez del proceso de la descomposición en los bosques de los trópicos. Existe abundancia de nutrientes pero está concentrada en la biomasa de los grandes árboles. La materia orgánica en estos casos se descompone por una actividad enorme de organismos descomponedores y detritívoros, facilitada por la alta humedad y una temperatura alta y estable. Los árboles generan mucha materia orgánica, que va al suelo, se descompone y es captada de nuevo rápidamen-
te por los propios árboles del bosque a través de las raíces. De esta forma, el suelo no es fértil; la fertilidad se halla en los árboles, gracias a un rápido y eficiente reciclado de los nutrientes en el suelo. Este proceso de devolución de los nutrientes minerales al suelo es la mineralización, que es rápida en la zonas tropicales pero lenta en las altas latitudes. En las zonas de latitud más elevada, el frío impide tal proceso y la materia orgánica permanece en el suelo sin descomponerse, o con una descomposición lenta. La biodiversidad de descomponedores y detritívoros, así como su grado de especialización, es mucho menor en estas zonas, lo cual empobrece la capaci-
¿Qué es el INFOCA?
dad de procesamiento de la hojarasca y otros restos y su incorporación al suelo como nutrientes minerales.
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¿Por qué crecen setas en los bosques? DD Los bosques mantienen las condiciones de humedad y temperatura precisas que las setas necesitan para crecer, por lo que son más abundantes en ellos. Las setas no son más que el tipo de fruto que dan los hongos, los cuales viven dentro del suelo en forma de finos filamentos o hilillos llamados hifas, y que crecen como una red finísima que se alimenta descomponiendo la materia orgánica. Entre los
hongos productores de setas, los hay específicos de la madera, que crecen sobre los troncos en descomposición. Otros crecen sobre otros tipos de materia orgánica, tales como excrementos o simplemente sobre suelos orgánicos (humus). Otros son capaces de establecer relaciones simbióticas con las raíces de ciertas especies de plantas, formando lo que se llaman las micorrizas. Entre estos últimos, algunos establecen relaciones con una sola especie de árbol, por lo que las setas o frutos que producen sólo se encuentran debajo de ellos: es el caso del níscalo y los pinos, de los faisanes y los robles, o de las trufas y las encinas.
DLa D evolución de los suelos depende en gran medida del clima. En las zonas tropicales, de temperaturas elevadas y abundantes precipitaciones repartidas a lo largo de todo el año, se encuentran los llamados suelos lateríticos. Éstos se caracterizan por una intensa meteorización química (es decir, una fuerte desintegración y descomposición de la roca madre que forma el suelo como consecuencia de su exposición a los agentes atmosféricos y la participación de agentes biológicos) y una intensa actividad microbiana. Esto impide la acumulación de materia orgánica o humus. Así, estos suelos carecen de lo que se llama horizonte A, donde se acumulan los nutrientes, debido a un intenso lavado por las lluvias. En ausencia de ácidos húmicos, ciertas sustancias como los sesquióxidos de hierro y aluminio son insolubles y precipitan formando una costra rojiza muy dura llamada laterita en el llamado horizonte B (superficie de suelo que se forma bajo el horizonte A). Estos suelos lateríticos, donde se desarrolla la selva tropical, se caracterizan por su baja fertilidad y los nutrientes se encuentran retenidos fundamentalmente en las plantas. Cuando se rotura la selva para utilizarla como área de cultivo, la materia orgánica y los nutrientes que quedan se pueden aprovechar durante un periodo de tiempo muy corto. Pasados dos o tres años, como la cantidad de nutrientes es baja y la actividad microbiana es tan intensa, todo se ha perdido y donde existía una selva con multitud de estratos vegetales (árboles de diferentes altura formando grandes bóvedas, pequeños árboles y arbustos, hierbas de tamaño descomunal y otras más pequeñas, viviendo en el suelo o sobre los árboles) y rica en biodiversidad, se ha convertido en un desierto..
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¿Se estresan los árboles? DD Por supuesto, como cualquier otro ser vivo. La falta de agua o su exceso, las altas o bajas temperaturas, los niveles de iluminación, la disponibilidad de elementos minerales, el crecimiento conjunto con otras plantas y animales o las continuas agresiones que la actividad humana provoca sobre el medio natural, pueden convertirse en condiciones desfavorables para el crecimiento y desarrollo de las comunidades vegetales boscosas. Estas circunstancias negativas se consideran situaciones de estrés, ante las cuales los vegetales reaccionan poniendo en marcha diversos mecanismos de defensa que les permiten sobrevivir. Activar estos mecanismos le supone un alto gasto de energía a la planta y, por tanto, compromete su desarrollo. Actualmente se lleva a cabo un gran número de investigaciones que intentan arrojar luz sobre los mecanismos de defensa de las plantas frente a situaciones de estrés. Su conocimiento nos permite entender mejor el funcionamiento vegetal en su contexto comunidadecosistema-bosque y, además, permite aplicaciones prácticas como el desarrollo de cultivos más resistentes.
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¿Pueden vivir centenas de especies sobre un solo árbol? DD En la selva amazónica, uno de los puntos calientes de mayor biodiversidad del planeta, podemos encontrar árboles que ofrecen nichos para más de una centena de especies de escarabajos y arañas, específicas de cada especie de árbol, y que dependen estrechamente de la supervivencia de éstos. Estas especies llegan a ser casi mil si contamos las que pueden vivir sobre cualquier otra especie arbórea. Si a esto sumamos las especies de aves que anidan, los mamíferos, reptiles e incluso
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¿Cuántas hectáreas de bosque se destruyen al año? DD Actualmente se estima que cada año desaparecen más de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo. Según datos de WWF (World Wildlife Fund), solamente en la pasada década se produjo una pérdida neta de superficie forestal de 93,9 millones de hectáreas. Durante este mismo periodo se transformaron bosques naturales en plantaciones agrícolas y forestales a un ritmo de 16,1 millones de hectáreas al año, el 94 % en zonas tropicales, siendo las plantaciones agrícolas (p.e. monocultivos de soja y palma aceitera) las responsables del 70% de esta transformación. Imagen capturada por un satélite de observación de la NASA.
anfibios que desarrollan su vida sobre los árboles de la selva, además de otras especies de plantas (epífitas -como las bromelias o la costilla de Adán- y lianas), seguramente la cifra supere el millar (de especies, el número de individuos seguramente fuera mayor). Por tanto, la pérdida de árboles selváticos, no sólo supone un descenso en la masa forestal sino también, la pérdida de especies singulares que no se encuentran en ningún otro sitio.
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¿Qué puede hacer una pequeña planta en un bosque cerrado para alcanzar la luz del sol? DD Las plantas utilizan la luz como una fuente de energía para
convertir el dióxido de carbono y el agua en compuestos orgánicos de carbono. La cantidad de luz que llega al suelo de un bosque varía con la cantidad y la posición de las hojas en el estrato vegetal, principalmente de los árboles. Así, en cubiertas vegetales muy densas, las “lloviznas” de luz que llegan al suelo deben servir para que determinadas plantas sobrevivan. Las plantas a las que llega poca luz hacen más eficiente la escasa fotosíntesis que realizan y crecen más lentamente, pudiendo responder eficazmente durante cortos periodos de tiempo a salpicaduras de luz. En las regiones templadas, la luz que llega al suelo varía dependiendo de la caducidad de las hojas de las especies más altas. Si existe un aumento de la luz debido a la perdida de hojas de los árboles más grandes, las plantas pequeñas completan su ciclo vital en este tiempo. Sin embargo, existe una estrategia llamativa que cumplen las denominadas plantas epífitas. Éstas crecen sobre otras plantas, “trepando” sobre ellas para captar más luz, y por lo general no perjudican a la planta sobre la que viven. Es así como sobreviven el 90% de las especies de orquídeas en las selvas tropicales, o plantas trepadoras como las lianas, que buscan soporte en los troncos de los árboles para poder ascender a lugares más iluminados.
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¿Qué es un sumidero natural de carbono? DD El CO2 no es más que una de las formas que toma el carbono dentro de lo que se denomina el Ciclo Biogeoquímico del Carbono. Éste está compuesto por una serie de compartimentos o almacenes en los que el elemento puede aparecer en nuestro planeta (rocas, océanos, atmósfera, estructuras vivas, etc.) y una serie de circuitos o flujos de paso entre compartimentos (difusión entre atmósfera y océano, emisión de CO2 por volcanes y combustión de materia orgánica y fósil o
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¿Cuáles son los principales países del mundo involucrados en el comercio de madera? DD Anualmente, se cosechan en el mundo unos 1.600 millones de m3 de madera industrial. Este recurso proviene principalmente de bosques (y otras superficies forestales) de coníferas, que se procesa para obtener pulpa, madera aserrada y tableros. En la última década y según datos de la FAO, Japón ha sido el principal importador mundial de recursos madereros. Principalmente, los japoneses importan madera de la zona del sudeste asiático y su destino final suele ser la decoración del hogar. En la lista de principales importadores de madera, tras Japón, encontramos a la Unión Europea, Corea del Sur, Tailandia (país exportador hasta hace poco) y EEUU Estos países ejercen esta presión comercial sobre África, además de sobre América Latina en el caso de EEUU Algo más del 60 % de la exportación de madera procedente de los bosques tropicales tiene como destino diferentes países industrializados del hemisferio norte. En los últimos cuarenta años, este consumo de maderas tropicales se ha multiplicado en más de dieciséis veces. Los bosques tropicales proporcionan alrededor del 30% de las exportaciones en tronco, el 10% de tableros y el 60% de madera contrachapada. En los últimos años, estas corrientes comerciales se están viendo reguladas por ciertas normativas, cada vez más estrictas, sobre la ordenación forestal, así como por las fluctuaciones en los costes de producción, los tipos de cambio monetario y las inversiones en tecnología e infraestructura.
secuestro de carbono por seres vivos como corales u organismos fotosintéticos). Durante la fotosíntesis, las plantas toman CO2 de la atmósfera, asimilándolo en sus estructuras. El tiempo de residencia del carbono en la vegetación puede ser de decenas, centenas e incluso millares de años. En el momento actual, esta función tiene especial interés porque ayuda a frenar los efectos negativos del exceso de emisiones de CO2 de origen humano, que están provocando el efecto invernadero. De esta forma, se suele decir que los bosques son sumideros de dióxido de carbono, cumpliendo un importante papel en el ciclo de este elemento. El proceso de captación de carbono por fotosíntesis es además un proceso natural y sostenible, frente a otros modelos de captación artificial que implican importantes costes y riesgos ambientales asociados.
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¿Qué importancia tienen los bosques en el protocolo de Kioto? DD El protocolo de Kioto fue esbozado en la llamada Cumbre
de la Tierra de Río de Janeiro (1992), dentro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los países industrializados lo firman en 1997 y, en febrero de 2005, la mayoría de ellos (entre ellos España) ratifican los compromisos adquiridos y el protocolo entra en vigor. Su estrategia base es asignar a cada país firmante ciertos límites (a alcanzar antes de 2012) de emisión de gases de efecto invernadero de origen humano (principalmente CO2), responsables del calentamiento global. Así, uno de los mecanismos que propone es potenciar y mejorar los sumideros naturales de CO2 como forma de compensar el exceso de emisiones, evitando reducir el desarrollo económico y buscando un horizonte de sostenibilidad. Las plantas (y debido a su tamaño, especialmente los árboles) retiran cantidades de ingentes de CO2 de la atmósfera, liberando en cambio O2 en su proceso fotosintético. Los bosques son por tanto potentes sumideros de este gas de efecto invernadero, convirtiéndose en elementos vitales en la lucha contra el cam-
bio climático. Actualmente, una infinidad de estudios científicos indagan en las consecuencias presentes y posibles del calentamiento global a diferentes niveles, buscando cómo atenuar sus efectos y cómo potenciar aquellos factores que lo mitiguen. Entre estos factores se encuentran, sin duda alguna, los bosques en su función de sumideros naturales de CO2.
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¿Cuánto gas de efecto invernadero retiran al año de la atmósfera los bosques andaluces? DD Ciertos gases acentúan la capacidad que tiene la atmósfera para dejar pasar los rayos del sol hacia la superficie terrestre pero dificultar su salida en forma de radiación infrarroja (calor). El aumento de concentración de estos gases en la atmósfera conduce a un calentamiento global más acusado de lo natural (“efecto invernadero”). Aunque existen diferentes gases de efecto invernadero (metano -CH4- , óxidos de nitrógeno -NxOy-, también ozono -O3-, hidrofluorocarbonos -HFCs-, perfluorocarbonos -PFC- o derivados del azufre como el hexafluoruro de azufre -SF6-), la contribución del dióxido de carbono (CO2) a dicho efecto se estima en un 60% del total, por lo que se lo considera la estrella del calentamiento global. De la cantidad que se emite a la atmósfera cada año, el ser humano es responsable del 70%. Los bosques, como sumideros naturales de CO2, son capaces de absorber y retener en sus estructuras cantidades considerables de este gas. Se estima que las masas arbóreas forestales andaluzas (entre ellas los bosques) retiran anualmente alrededor de 7,5 millones de toneladas de CO2, lo equivalente a las emisiones de 1.386.501 coches que consuman unos 5,7 l de gasoil/100 Km, recorriendo un total de 100 Km todos los días del año.
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¿Existen bosques en las ciudades? DD Más bien, existen ciudades rodeadas de bosques, aunque sean reforestaciones como en el caso de ciudades alemanas como Frankfurt o Colonia. Sin embargo, la presencia de numerosos árboles y plantas en nuestras ciudades (lo que se denomina el sistema verde urbano) nos conecta de alguna forma con nuestra parte natural. Los parques urbanos, periurbanos, plazas y jardines se configuran como retales de pequeños “bosques” artificiales, en los que el arbolado viario se comporta como una red de “corredores verdes”, no sólo para la fauna urbana, sino para uso y disfrute de todos los ciudadanos: viandantes, ciclistas o usuarios de vehículos automóviles. Los sistemas verdes urbanos, bien desarrollados y articulados, nos proporcionan una importante fuente de oxígeno, son potentes sumideros de CO2 atmosférico (principal gas responsable del efecto invernadero), interceptan las partículas contaminantes del aire, conservan la humedad del ambiente y atenúan las temperaturas extremas, suavizando las consecuencias del cambio climático, conducen el agua de lluvia hasta el suelo, mejoran la calidad paisajística y estética de las calles y son importantes puntos de contacto con la naturaleza en la misma ciudad. En este argumento se basa la línea de acción del proyecto “Bosques por Ciudades”, de la Consejería de Medio Ambiente, que plantea la evaluación y mejora de los sistemas verdes de 8 municipios repartidos por toda Andalucía, como modelos de gestión para el secuestro de CO2 en términos de mitigación y atenuación de los efectos del cambio climático.
necesario asegurar el “pago por servicios ambientales” de los bosques y otros ecosistemas, de cara a frenar la pérdida de biodiversidad en Europa. Esta herramienta, que constituye una fuerte inversión pública en el sector forestal, se ha aplicado de forma pionera en Costa Rica y se viene desarrollando en muchos otros países. Se basa en “contratos” “voluntariamente” establecidos entre productores y administración con pagos “condicionados” a su cumplimiento.
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¿Son bosques las dehesas? DD La definición actual de bosque que acepta la mayoría de ecólogos trasciende la simple estructura de formación vegetal con una condición suficiente de cobertura arbórea y altura de árbol determinadas (donde se pueden incluir plantaciones y monocultivos pobres en estructura, diversidad y funciones). Así, la dehesa es un bosque manejado, transformado: han sido creadas por el hombre a partir de bosques mediterráneos originales, aclarando el número de árboles (principalmente encinas y alcornoques) y eliminando o minimizando el estrato arbustivo para poder aprovechar el sotobosque herbáceo (pastoreo y cultivo esporádico) y los propios árboles (fuente de leña y alimento para el ganado). Como resultado, las dehesas tienen una estructura similar a la de las sabanas (árboles dispersos y sotobosque herbáceo, que son en origen formaciones naturales pero no se consideran bosques). En este sistema agrosilvopastoral, modelo de gestión sostenible, está perfectamente integrado el aprovechamiento de los recursos naturales con la conservación de sus valores ambientales y ecológicos. Este aprovechamiento ha consistido, tradicionalmente, en la obtención de pastos y frutos para la alimentación de una ganadería extensiva (productora de alimentos) y de recursos cinegéticos. Además, proveen de una gran variedad de productos forestales como el corcho. Actualmente se están desarrollando otros usos como el agroturismo y la obtención de productos ecológicos (miel, polen, setas,...). La gestión y manejo de las dehesas ha generado, por un lado, renta y empleo en las zonas donde se encuentran, contribuyendo a evitar el despoblamiento de territorios en los que apenas hay otras alternativas productivas. Por otro, permite la conservación de la diversidad biológica, donde se incluyen algunas de nuestras especies más amenazadas tales como el lince, el buitre negro o el águila imperial ibérica. Las dehesas forman, inevitablemente, parte de nuestro paisaje y tradición. En 2002 se declararon Reserva de la Biosfera a las Dehesas de Sierra Morena que, con sus 424.000 hectáreas, se convierte en la mayor de España.
¿Qué papel tiene la ganadería en nuestros bosques? DD Nuestros bosques, al igual que el resto de nuestros ecosistemas, son el reflejo de una larga interacción entre el hombre y el medio natural. El aprovechamiento ganadero de los montes es una práctica ancestral y muy extendida en nuestro territorio. Se denomina cría extensiva cuando la mayor parte de la dieta proviene del pasto en el medio natural. Es lo que ocurre con los rebaños de ovejas o cabras que son conducidos por los pastores en busca de los pastos más adecuados, rotando entre unas parcelas y otras para permitir un aprovechamiento que no comprometa su regeneración. Su expresión más extrema lo constituye la trashumancia, que implica el recorrido de cientos de kilómetros, hacia el sur en invierno y hacia el norte en verano. La acción del ganado en los montes mantiene el pasto corto, reduciendo la cantidad de material inflamable en el verano. Bien dirigidos, los rebaños son una manera barata y eficiente de mantener los cortafuegos de las zonas forestales para que cumplan su función. También pueden ayudar a mantener controlada la vegetación del sotobosque para evitar la propagación del fuego en un eventual incendio. Aunque una presión de ganadera excesiva puede perjudicar a ciertas especies vegetales y a la calidad de los suelos, la ausencia de ganado en los montes y bosques obliga a realizar labores de limpieza de cortafuegos y de sotobosques.
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¿Qué son los servicios ambientales de los bosques? DD Los bosques producen múltiples beneficios a los seres huma-
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nos, reconocidos como servicios ambientales o servicios de ecosistema. Dichos servicios se pueden dividir en cuatro grupos: de provisión (alimentos,
madera y fibras); de regulación (del clima, inundaciones, enfermedades y calidad del agua); culturales (valores espirituales, estéticos, recreación y educa-
ción), y de apoyo (formación de suelos, producción primaria y reciclaje de nutrientes). Desde la Conferencia Europea de Biodiversidad (2007), se considera
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¿Qué recursos generan los bosques?
¿Qué relación existe entre la estructura microscópica de la madera y sus diferentes propiedades?
DD Las ventas de productos forestales son un indicador deficiente del uso total que las personas hacen de los bosques. A nivel mundial, las cuatro quintas partes de los ingresos de las comunidades a partir de los bosques proceden de productos que nunca entran en el mercado. Los bosques, además de la madera y de productos forestales comerciales no maderables, tienen otro valor no monetario o valor de consumo para la población local (leña, fruta, bayas, setas, frutos secos, hortalizas, forraje para el ganado doméstico, carne, productos medicinales...), ya para consumo personal o para un comercio muy local (ferias), que proporcionan apoyo diario a las familias que viven en las zonas próximas, llegando a ser en ocasiones un medio suplementario para la obtención de ingresos. Como ejemplo, los productos forestales vegetales que se extraen en China (fundamentalmente semillas aceitosas, nueces y brotes de bambú) suponen el 74% de su alimentación. En la India, la mitad de las extracciones de materias primas vegetales están destinadas a la fabricación de medicamentos o productos aromáticos. Según la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2010 de la FAO, durante el periodo 2005-2010
DD Las características que definen la madera como materia prima dependen en gran medida de la organización histológica del xilema, tejido leñoso encargado del transporte de agua y solutos formado por células muertas huecas (tráqueas) y fibras, que dan fortaleza al cuerpo de las plantas, con compuestos acumulables asociados (taninos, gomas y resinas). Entre las propiedades básicas de la madera podemos destacar la densidad, fortaleza, durabilidad y flexibilidad. La densidad depende de la proporción de células huecas, grosor de sus paredes y cantidad de fibras. Por ejemplo, el género Diospyrus (ébano) se caracteriza por tener una madera densa, y Ochroma (madera de balsa) sumamente ligera, con células de paredes muy finas y pocas fibras. La fortaleza se debe fundamentalmente a la abundancia de fibras leñosas. La durabilidad depende de la resistencia al ataque por bacterias y hongos determinada, en parte, por la presencia de resinas, taninos, etc. Así, las Secuoyas (Sequoia spp.) poseen madera muy resistente mientras que la de álamos y chopos (Populus spp.) es sensible a las infecciones. La flexibilidad se asocia a una estructura histológica (de tejidos) homogénea, con fibras largas y alta capacidad de retener agua.
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la leña constituyó más del 70% de la madera extraída en Asia y el Pacífico y más del 90% en África. La Organización Mundial de la Salud calculó en 2008 que en algunos países de África y Asia, al menos el 80% de la población depende de la medicina tradicional derivada de productos de los bosques y otros ecosistemas para su atención primaria.
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¿Qué importancia tiene adquirir muebles y productos procedentes madera certificada? DD Como respuesta a la preocupación sobre la presión a la que están sometidos los bosques y las comunidades dependientes de los mismos a escala mundial, surge el sistema de “certificación” de madera, un aval que garantiza al consumidor que los productos que adquiere han sido obtenidos de bosques bien gestionados desde un punto de vista económico, social y ambiental, asegurando que la compra de muebles, papel, tableros o carbón, no ha contribuido a la destrucción de las masas arbóreas o a la explotación laboral de otras personas. El sistema de certificación de madera más destacable es el de la organización internacional sin ánimo de lucro FSC (Forest Stewardship Council). El consejo surge en 1993 como un forum de consenso integrado por países del Norte y del Sur y organizaciones grandes y pequeñas (miembros representantes de grupos sociales y ambientales, de comerciantes de madera y forestales, organizaciones de pueblos indígenas, grupos comunitarios de forestales y organizaciones certificadoras de productos forestales de todo el mundo), y aplica las directrices de sus miembros para desarrollar sistemas de manejo y formas de custodia de los bosques. El FSC ratificó en 1996 los principios que definirían la gestión y uso responsable de este recurso natural. La etiqueta o marca registrada del FSC permite identificar el origen de un producto e incentiva la conciencia ambiental sobre la gestión responsable y preservación de los recursos naturales. Además, el Consejo desarrolla procedimientos de vigilancia y acredita a las agencias certificadoras a escala mundial que, a su vez, certifican bosques y plantaciones mediante técnicos especializados.
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Está representado en más de 50 países, entre ellos España, y es miembro de organizaciones de conservación de la naturaleza como la UICN.
túan juntos ni de igual forma sobre las diferentes masas de quercíneas enfermas, sin embargo, en ocasiones dan lugar a los mismos síntomas: defoliación, muerte de ramas, abundante emisión de renuevos, necrosis del sistema radical y, finalmente, la muerte del árbol completo.
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¿Qué es una plaga forestal? DD El concepto de plaga forestal, se refiere a todos los animales, plantas y microorganismos que tienen un efecto negativo sobre la producción de bosques y otras superficies forestales. Este concepto es antropocéntrico e incluye el elemento económico para determinar cuándo una especie puede ser considerada como plaga. Es decir, podemos tener en un bosque un millón de individuos de un insecto pero éste no será considerado insecto-plaga hasta que no ejerza un daño que percibamos desde el punto de vista económico. Según la FAO, una plaga es “cualquier especie, raza o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las plantas o productos vegetales”. Así, las plagas no siempre son insectos; existen muchos mamíferos y aves (p.e. el rabilargo) que son consideradas como tal. Directamente proporcional a la diversidad y cantidad de especies arbóreas que hay en el bosque mediterráneo es casi también la cantidad de plagas que habitan en ellos. Con respecto a las variedades de plagas forestales de insectos, la FAO, en su programa de Manejo Integrado de Plagas, registraba hasta 2002 que un 80% de los registros de intercepciones de plagas correspondía a insectos del orden Coleópteros (escarabajos), seguido en importancia por el orden Hymenópteros (avispas y similares).
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¿Qué es la seca o decaimiento de los Quercus? DD La seca es una enfermedad que sufren varias especies de árboles del género Quercus,
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¿Cuál es la madriguera preferida del lince ibérico? DD Los grandes huecos de troncos viejos de alcornoques y encinas, típicos del bosque mediterráneo, son los preferidos por este gran felino como zona de cría y descanso. Precisamente, una de las actuaciones más importantes que se están llevando a cabo para la recuperación del lince ibérico en la Reserva Biológica de Doñana, es colocar troncos de alcornoques huecos a fin de aumentar el número de madrigueras y favorecer así que más individuos consigan reproducirse a salvo, lejos de carreteras y cazadores furtivos. La colocación de este tipo de madrigueras posee una importancia capital, no sólo para el caso de Doñana, sino también para las gestiones de conservación llevadas a cabo en Sierra Morena, donde se encuentra el núcleo poblacional más importante de esta especie. El felino más amenazado del planeta se enfrenta hoy día a la prueba más difícil para su especie; evitar la endogamia causada por los pocos individuos que quedan, y conseguir que la cría efectiva de cachorros sea cada vez más común en la naturaleza, gracias en parte a este tipo de estructuras seminaturales.
principalmente la encina y el alcornoque. Se define como un síndrome cuyas causas son numerosas y complejas, resultado de la confluencia de factores bióticos y abióticos que producen, en fin, un debilitamiento de los árboles afectados que puede causar su muerte, ya de
forma gradual o súbita. Durante los últimos años se han realizado estudios para determinar los factores más importantes que actúan sobre los árboles y causan el decaimiento de las masas forestales. Entre estos cabe destacar: el ataque de hongos como Phytophthora
cinnamomi, que provoca la podredumbre radical; alteraciones climáticas (tales como sequías severas y recurrentes, encharcamientos estacionales y contaminación atmosférica) y cambios en el uso tradicional de las dehesas y montes. Todos estos factores no siempre ac-
¿Son todos los tratamientos fitosanitarios positivos para los bosques? DD La sostenibilidad de ciertos bosques depende del tipo de relación que establezcamos con ellos. En este sentido, debemos partir del hecho de que los tratamientos fitosanitarios (tratamientos para mejorar la salud de las plantas) se realizan en aquellos bosques sujetos a explotación o uso social. Así, el aumento de la rentabilidad de los bosques puede favorecer el desarrollo rural y el cuidado del propio ecosistema que genera los beneficios. El problema surge cuando intentamos gestionar únicamente la parte de bosque que nos interesa (es decir, sólo la ganadería, sólo la producción de madera, sólo la conservación de ciertas especies, etc.) sin considerar el ecosistema en su conjunto. Es entonces cuando cualquier decisión que tomemos sobre el manejo del bosque, por ejemplo la aplicación de tratamientos fitosanitarios contra determinadas plagas o enfermedades, puede generar cambios en el sistema. Sin embargo, ¿qué es un cambio positivo: aquél que sólo favorece la disminución de una plaga, aquél que únicamente beneficia a una especie protegida?, ¿tenemos suficiente conocimiento del medio forestal como para saber qué cambios son positivos o negativos, especialmente a medio y largo plazo? La sostenibilidad de los bosques depende de que sepamos responder a estas preguntas a través de la investigación y el conocimiento.
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¿Cuáles son los bosques más amenazados de nuestro planeta? DD La deforestación, la explotación incontrolada de recursos, el fuego, las plagas y enfermedades, la introducción de especies invasoras y los efectos derivados del cambio climático se encuentran entre las principales amenazas para los bosques que pueblan nuestro planeta. Un informe reciente de la fundación Conservation International destaca los diez puntos calientes forestales más amenazados del mundo (ecosistemas con gran diversidad, gran cantidad de especies únicas y fuertemente amenazados). En primer lugar se encuentran los bosques de Indo-Birmania, donde se hallan el lago Tonle Sap y el río Mekong, y cuyas amenazas principales son el avance incontrolado de los cultivos de arroz, la sobreexplotación del río y la transformación de los manglares. En segundo lugar se encuentran los bosques de Nueva Zelanda, que alberga una gran cantidad de fauna exclusiva de dicha zona y cuya principal amenaza es la proliferación de especies invasoras (comadrejas, cabras y conejos, entre otras). El tercer lugar entre los bosques más afectados lo ocupa La Sonda (un grupo de islas situado entre Indonesia y Malasia), que se hallan fuertemente amenazados por el avance de la selvicultura industrial, la extracción ilegal de madera y la comercialización de especies salvajes (como tigres, monos y tortugas). La destrucción de los bosques de La Sonda implica una importante amenaza para la conservación de las poblaciones de orangutanes y rinocerontes.
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¿Qué es un pinsapar?
¿Qué ocurre en un bosque tras un incendio?
DD Los pinsapares son uno de los bosques más amenazados del mundo. En todo el planeta, tan sólo podemos encontrarlo en el sur de la península ibérica, concentrado en pequeñas manchas en las serranías de Cádiz y Málaga. Según una parte de la comunidad científica también podemos encontrarlo en el norte de África. Estos bosques están compuestos por una de las joyas botánicas españolas, el pinsapo (Abies pinsapo). Los pinsapos son verdaderos supervivientes del periodo glacial y se encuentran en la tierra desde hace más de 15 millones de años, habiendo sobrevivido hasta nuestros días refugiados en las cumbres sombrías de algunas montañas de Sierra Bermeja, Sierra de las Nieves y Grazalema. Estos grandes abetos pueden alcanzar los 30 metros de altura y pueden vivir hasta 400 años. Los pinsapares son testigos de un lejano pasado más frío y húmedo, y constituyen una fascinante historia de supervivencia y adaptación.
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DD Tras un incendio forestal se pierde la capa vegetal y la fauna presente queda muy perjudicada, y se necesitará mucho tiempo para recuperar el sistema original que barrió el fuego. El suelo queda desprotegido frente a erosión y pérdida de nutrientes; además, las elevadas temperaturas alteran la composición química y biológica del suelo, y se favorece en ocasiones el establecimiento y expansión invasiva de ciertas plantas. La recuperación de la vegetación tras un incendio recibe el nombre de sucesión secundaria. En el bosque mediterráneo existen dos estrategias de respuesta al fuego: los árboles rebrotadores y los germinadores. Los primeros (p.e. alcornoques, encinas o madroños) son capaces de sobrevivir a los incendios regenerando la parte aérea (tronco, ramas, hojas), mediante la existencia numerosas yemas durmientes en lugares protegidos y a la acumulación de almidón (en órganos de reserva)
que les proporciona energía. Los árboles germinadores no resisten la acción del fuego; mueren pero sus poblaciones se regeneran gracias, exclusivamente, a la germinación de semillas que permanecen latentes en el suelo (formando un banco de semillas) que resisten (e incluso se activan) con el fuego. Entre éstas se hallan las denominadas especies serótinas, capaces de mantener las semillas en la propia planta hasta que un incendio provoca la apertura de los frutos (piñas) la dispersión de las semillas. En el mundo mediterráneo, Pinus halepensis es la única especie que presenta esta estrategia (muy común en Sudáfrica y Australia). Sin embargo, los árboles que no son capaces de rebrotar y sus semillas son sensibles al paso del fuego, terminan por desaparecer cuando los incendios son muy abundantes.
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¿Puede un alcornoque resistir un incendio? DD El corcho es la corteza del alcornoque (Quercus suber, árbol que se distribuye alrededor
del mediterráneo Occidental) y posee unas características únicas que protege al árbol frente a las condiciones adversas del clima mediterráneo, como son la sequía, las altas temperaturas estivales y los incendios. El corcho está formado por células muertas cuyas paredes están cubiertas fundamentalmente por suberina, un biopolímero cuyo interior se llena de un gas similar al aire. Esto confiere al corcho sus propiedades de baja densidad, baja permeabilidad a los gases y agua, baja conductividad del calor (por lo que protege al árbol frente a incendios), resistencia a plagas, alta elasticidad y estabilidad química. Tras un fuego, el tronco se mantiene vivo y es capaz de rebrotar a partir de yemas epicórnicas, característica única en nuestros árboles. Además, el corcho es uno de los principales recursos del bosque mediterráneo. Sólo tiene valor industrial cuando los árboles alcanzan 35-40 años y ee obtiene descortezando el árbol, con cuidado de no dañar el tejido que lo regenera (casca). La extracción o saca del corcho se produce en verano, causando un fuerte estrés hídrico a la
planta, la cual tiende a reponer el corcho extraído y aumentando enormemente la fijación de dióxido de carbono y, con ello, el papel de sumidero de gas de efecto invernadero del bosque mediterráneo. El corcho se regenera por completo al cabo de 9 años y su aprovechamiento, entre otros, permite mantener un tipo de paisaje mediterráneo, así como de especies amenazadas que tenderían a desaparecer con cultivos industrializados.
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¿Por qué los eucaliptos tienen tan mala fama? DD Los eucaliptos (Eucalyptus spp.) son árboles y arbustos pertenecientes a la familia Mirtáceas. Aunque la mayoría es oriunda de Australia, actualmente se pueden encontrar por todo el mundo, debido a su cultivo para aprovechar su madera para la obtención de pasta de papel y de sus aceites esenciales a partir de sus hojas. Son precisamente estos aceites esenciales los que, por sus propiedades bactericidas y fungicidas, pueden afectar negativamente a la composición de las comunidades microbianas del
suelo. También se ha asociado a la acidificación de suelos en relación a la descomposición de la hojarasca, aunque ciertos estudios desechan esta teoría. Sin embargo, la principal característica que ha dado mala fama a estos árboles es su alta capacidad de absorción de agua del suelo, gracias a su sistema radicular. Por esta razón, especies tan frecuentes en Andalucía como Eucalyptus globulus, fueron empleadas desde finales del siglo XIX para detener la erosión, regular los caudales de los ríos y desecar los humedales para evitar la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos. Posteriormente, comenzó a cultivarse para la obtención de pasta de papel.
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¿Favorece el fuego forestal el Cambio Climático? DD Todas las plantas verdes actúan como elementos que secuestran el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. En el caso de los árboles y el resto de vegetación que forma un bosque, este carbono puede quedar acumulado en la madera durante siglos en forma de biomasa forestal, reduciendo la acumulación de dióxido de carbono atmosférico, que es el principal gas que favorece el efecto invernadero. El fuego forestal produce una oxidación violenta de los compuestos reducidos (tales como el carbono asimilado por las plantas), liberando de forma rápida grandes cantidades de dióxido de carbono y vapor de agua a la atmósfera. Si el fuego alcanza unas dimensiones importantes, el efecto es doble: por un lado se eliminan de golpe grandes extensiones de árboles capaces de fijar el CO2 y, por el otro, se liberan grandes cantidades de gases con efecto invernadero que estaban secuestrados, y que incrementan la absorción de radiación infrarroja y, por consiguiente, contribuyen al cambio climático.
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¿Es siempre positivo repoblar los montes con árboles? DD De manera general se puede decir que sí. La cubierta vegetal arbolada proporciona servicios ambientales valiosos, como una mayor capacidad de secuestro de carbono, protección del suelo frente a la erosión, capacidad de retener agua de nieblas, refugio de biodiversidad, etc. Por otro lado, el bosque constituye el ecosistema de la máxima complejidad que puede alcanzarse en el medio terrestre y es el fin de los procesos de sucesión, lo que se llama el clímax. La repoblación acelera la sucesión natural, anticipando la implantación de las especies que constituirán esta estructura compleja. No obstante, una repoblación adecuada debe hacerse eligiendo las especies idóneas y con una determinada densidad y distribución de los pies, para que el resultado se acerque en lo posible a un bosque natural. Ciertas repoblaciones con especies exóticas, altas densidades y gran homogeneidad se parecen más a un monocultivo exento de diversidad, sin sotobosque por la falta de luz y con poca oferta de nichos para la fauna, que a un bosque sano.
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¿Cuáles son las mejores especies de árboles para reforestar? DD La elección de la mejor especie de árbol para una reforestación dependerá del objetivo que se persiga con ella. Si se busca una explotación comercial para producir pasta de papel o biomasa para producción de energía eléctrica, las mejores especies son las de crecimiento rápido, como el eucalipto, la paulonia o el chopo. Si se busca producir madera para muebles, la elección serán especies como el nogal, el roble, el cerezo, etc. Sin embargo, las repoblaciones realizadas con especies exóticas (euca-
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¿Qué es la ecofisiología de los bosques? DD La ecofisiología es una disciplina científica que estudia las adaptaciones fisiológicas de los organismos vegetales a su medio natural. Mediante el conocimiento de los mecanismos fisiológicos de las plantas que constituyen una comunidad boscosa, podemos explicar su distribución, abundancia e incluso los procesos de sucesión ecológica. La ecofisiología moderna es una ciencia de síntesis, puesto que hace uso de los conocimientos en ecología, botánica, fisiología, bioquímica y biología molecular o física para describir los mecanismos fisiológicos que subyacen a cualquier observación ecológica: “¿porqué las especies de un bosque de ribera no se encuentran en un bosque de encinas?”. La ecofisiología describe qué mecanismos poseen estas especies para soportar o no suelos encharcados, altas o bajas tasas de iluminación, etc. Pero además, se utiliza para “tomar el pulso” a las plantas y comparar su “estado de salud” bajo diferentes condiciones, de forma que podemos detectar los factores que las afectan negativamente e, incluso, adaptar y controlar dichas condiciones cuando se realizan actuaciones de restauración de bosques y recuperación de poblaciones de especies amenazadas y protegidas.
lipto, paulonia, pino insigne...) conllevan los riesgos asociados a la introducción de especies exóticas y generalmente también al del monocultivo, que implican una simplificación del ecosistema, reduciendo su
biodiversidad y haciéndolo más sensible a desequilibrios poblacionales de insectos-plaga. Una reforestación con fines de proteger una cuenca hidrográfica, una restauración tras un incendio o un fin paisajístico o recreativo debe utilizar especies autóctonas, por ser las de mejor adaptación al clima y suelo existentes, y también las que la fauna autóctona reconoce. En cualquier caso, debe utilizarse una variedad de especies, y no una sola, para buscar la mayor biodiversidad posible en el sistema.
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¿Cuánto cuesta reforestar un área de bosque que se ha perdido? DD Actualmente, se estima que el coste de una reforestación está entre los 1.000 y 3.000 € por hectárea de terreno en España. A esto habría que sumar el coste de mantenimiento tras la reforestación, que está alrededor de los 200 € por hectárea y año. Estos costes hacen frente a la mano de obra necesaria para realizar las diferentes fases de actuación, destacando la producción de las plantas o semillas (las cuales necesitan ser de calidad y riqueza genética), el desbroce o limpieza del área a reforestar (para eliminar la competencia entre especies de plantas), la preparación del suelo, mejorando las características del mismo, y la siembra (desde semillas) o plantación (desde plantas jóvenes o adultas), dependiendo esto último de las características del medio y del tipo de reforestación, además de las continuas labores de mantenimiento. Pero ésta es una aproximación exclusivamente económica y no contempla otro tipo de gastos, tales como el coste temporal hasta llegar a recuperar la madurez de un bosque, con toda la fauna y flora asociada, que puede ser de siglos, o la pérdida de los recursos que de él se extraían.
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¿Puede una flor criar ranas en su interior? DD Los fitotelmata (del griego fhyto = planta y telma = pantano; en singular fitotelma y en plural fitotelmata) son ambientes formados por algunas estructuras de plantas (como hojas modificadas, partes florales, axilas florales, etc.), capaces de almacenar agua (desde unos pocos mililiteros hasta, incluso, un litro) y materia orgánica, lo que permite el desarrollo de una compleja comunidad de organismos acuáticos (bacterias, algas, pequeños crustáceos, ácaros, larvas y adultos de insectos e, incluso, renacuajos de muchas ranas arborícolas), algunos de ellos exclusivos de estos ambientes. Aunque se pueden encontrar en todo el mundo, los fitotelmata son particularmente abundantes y diversos en las selvas tropicales (se han reconocido hasta 1.500 especies como posibles fitotelmata). Además de su capacidad de soportar una alta biodiversidad, son muy importantes en diversos procesos ecológicos, especialmente en la dispersión, colonización e interacción entre especies y, también, como elementos estructurales de los bosques tropicales. Con el metabolismo de todo estos ecosistemas, las plantas (casi todas epífitas, como las Bromeliáceas) obtienen nutrientes inorgánicos que les permiten sobrevivir en el ambiente extremadamente pobre en que se desarrollan (troncos de los árboles a muchos metros de altura sobre el suelo). Sin embargo, si se revisa la bibliografía sobre los fitotalmata, se obtiene una imagen muy negativa ya que, entre las muchas especies que se desarrollan en ellos, también lo hacen algunos mosquitos trasmisores de enfermedades como la malaria y el dengue.
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¿De verdad es importante reutilizar y reciclar el papel usado? DD Antes de hablar de papel reciclado, es importante mencionar que el papel es el resultado de un determinado proceso de fabricación que se inicia con la muerte de un árbol. Actualmente, los árboles que se utilizan para hacer papel son expresamente plantados para tal fin, esencialmente
pinos y eucaliptos debido a su riqueza en celulosa. Para hacer un paquete de 100 folios se necesitan alrededor de 300 litros de agua, unos 15 kilovatios de energía y unos 3 kilogramos de madera. En contraste, obtener un paquete similar de folios reciclados sólo requiere un 15 % del agua y un 50 % de la energía necesaria en la elaboración de papel a partir de pasta virgen, es decir, se ahorra el 85% del
agua, el 50% de energía y el 100% de los kilos de papel recuperados. Por esto es tan importante utilizar el papel de forma responsable y reciclar el ya usado: se salvan arboles, se reduce la necesidad de plantar grandes extensiones de monocultivo arbóreo que podrían sustituir a un bosque natural y se reduce el consumo de agua y de energía, así como la contaminación asociada a su fabricación.
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¿Cuántas hectáreas de bosque necesita un oso durante su vida? DD Al espacio que un mamífero ocupa o utiliza a lo largo de su vida, los científicos lo denominan área de campeo. Este área, en el caso de los osos, es muy extensa y varía en función de la edad y del sexo. Por ejemplo, un macho adulto posee un territorio más extenso que el de uno joven. Entre los osos pardos existen unos fuertes rangos de jerarquía cuyos puestos más elevados suelen ocupar, precisamente, los machos más fuertes y de mayor experiencia. Por otro lado, un solo macho puede además entrar y salir de varias áreas ocupadas exclusivamente por hembras, ya que los territorios de éstas suelen ser más pequeños y, en muchos casos, quedar dentro del territorio de un solo macho. Algunos datos recogidos de osos macho que viven en la Cordillera Cantábrica muestran una extensión
de su área de campeo de unos 2447 Km2 (casi toda la cordillera), pudiendo recorrer más de 80 Km2 en una sola estación del año. Esta gran necesidad de expansión de los individuos hace que esta especie sea sumamente sensible a la destrucción de los bosques.
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¿Nos dan los bosques una lección de sostenibilidad? DD Los ecosistemas naturales funcionan de una forma similar a una máquina en la que los elementos o piezas (seres vivos) interactúan entre sí y con el medio como si de engranajes se tratara, aprovechando los recursos y reutilizando los productos de su utilización de una forma más o menos eficiente. Por ejemplo, una flor, que es muchas veces un despliegue de diseño y color enfocado a atraer a los polinizadores que van a permitir la reproducción de la planta, deja de ser útil una
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¿Cómo afecta el bosque en galería a la diversidad y cantidad de fauna acuática? DD Se llama bosque en galería a la franja de vegetación (compuesta de árboles y arbustos), propia de las riberas de los ríos. Este ecosistema, en franca regresión en la mayor parte de nuestros ríos, es importantísimo para el funcionamiento correcto de los ecosistemas fluviales. Si visitamos un río estrecho que conserve este bosque de forma que cubra completamente el cauce con un dosel de ramas y hojas, observaremos que llega muy poca luz al agua. Debido a esto, observaremos que hay muy poca vegetación acuática (apenas una leve capa de algas encima de las piedras). Pero si levantamos estas piedras o pasamos una red adecuada, capturaremos una enorme cantidad de macroinvertebrados (gusanos, moluscos, crustáceos, larvas y adultos de insectos) que son las presas normales de los peces. La pregunta que nos haríamos sería: ¿Qué comen?. Pues más del 70% de la especies la hojarasca y las flores que caen de los árboles, unas masticándolas, otras filtrando las partículas que dejan escapar las primeras. El resto serían depredadores que se alimentarían de esta diversa y densa comunidad de comedores de hojas. Por lo tanto la desaparición de bosque en galería lleva consigo la desaparición de más de la mitad de las especies. Y desgraciadamente, en nuestro país, estos bosques han desaparecido de la mayoría de los ríos debido a la invasión de sus márgenes con diversas actividades humanas.
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vez esto ocurre. La flor se marchita y la planta se deshace de ella, pues no necesita invertir más materia y energía en mantenerla. Cae al suelo, donde los organismos descomponedores y saprófitos la procesan y descomponen, obteniendo energía y dejando la materia restante reducida en moléculas sencillas y nutrientes que quedan en el suelo para ser reutilizados. Las diferentes formas de vida han evolucionado ocupando “nichos” de aprovechamiento de recursos, es decir, si en algún lugar se acumula materia y energía, allí se asentarán y evolucionarán formas que consigan aprovecharlas. Cuanto más complejo y maduro es el ecosistema, más eficiente es además en el uso, recuperación y reutilización de sus recursos, y éste es el paradigma de funcionamiento de los bosques maduros, cuyo culmen lo exhiben los bosques tropicales primarios. El ser humano, en su relación con el medio natural,
se ha ido desligando progresivamente de este funcionamiento, creando formas de extracción de recursos a gran escala, que además no son eficientemente utilizados (¿cuántas lechugas deben producirse para que hayan lechugas frescas en los estantes de los supermercados todos los días, las compremos o no?). Devolvemos al sistema natural desechos (muchas veces no biodegradables) en cantidades y a una velocidad que no son asumibles por el funcionamiento natural de los ecosistemas de la Tierra. Quizá debemos aprender de los bosques, y adoptar formas de explotación de los recursos que no comprometan el bienestar de las generaciones venideras.
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¿Por qué conservar los bosques? DD Son muchas y variadas las amenazas que ponen en grave peligro la supervivencia de nuestros bosques y las princi-
pales son, sin duda, derivadas de las actividades humanas. Pero ¿por qué conservarlos bosques? Si nos paramos a pensar durante un instante, teniendo en cuenta que los bosques que hoy pueblan nuestro planeta son el resultado de millones de años de ajustes y evolución, podríamos acogernos exclusivamente a principios morales para contestar a esta pregunta. O, de manera más sencilla, podríamos responder a dicha cuestión con otra pregunta: ¿qué derecho tenemos a destruir los bosques? Además de los propios criterios morales, hemos de ser conscientes de que los bosques nos aportan innumerables beneficios: son una importante fuente de oxígeno y, a la vez, sumideros de CO2 atmosférico (principal gas responsable del calentamiento global); constituyen el hábitat de multitud de seres vivos y son capaces de determinar el establecimiento de otras especies vegetales, siendo por tanto responsables de una gran parte de la biodiversidad del planeta; son reguladores del ciclo del agua; producen y conservan el suelo y previenen la erosión; nos proporcionan multitud de productos como alimentos, recursos medicinales o madera, entre muchos otros; además, son enclaves de incalculable valor paisajístico y, por tanto, de gran interés para bel turismo de naturaleza, lo que supone un recurso potencial de gran valor para el desarriollo socioeconómico de muchas áreas.
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¿Qué instrumentos legales protegen nuestros bosques? DD Con el objetivo de preservar los valores y servicios que nos proporcionan los bosques, se ha creado una serie de instrumentos legales a diferentes niveles. Por un lado, existen leyes y acuerdos internacionales: por ejemplo, en octubre del año 2000 se creó el Foro
de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), que trata de promover la conservación, manejo y desarrollo sostenible de todo tipo de bosques. En el ámbito internacional es también destacable la Conferencia Ministeral sobre Protección de Bosques de Europa (Forest Europe), donde los Ministerios responsables de los bosques de 46 países europeos y la Comunidad Europea cooperan para emitir recomendaciones a favor de la protección y gestión sostenible de los bosques de Europa. Por otro lado, a nivel nacional y autonómico, existe una serie de leyes que contribuyen a la protección y conservación de estos ecosistemas. La actual Ley de Montes española designa a las administraciones autonómicas (como la propia Junta de Andalucía) como las responsables y competentes en materia forestal, de acuerdo con la Constitución y los estatutos de autonomía. Dicha Ley se constituye como un instrumento para garantizar la conservación de los montes españoles, así como para promover su restauración, mejora y racional aprovechamiento. Hay que destacar que una parte importante de la superficie boscosa del planeta tiene asignada alguna figura de protección legal, ya internacional, nacional o autonómica. Por ejemplo, una gran parte de los bosques andaluces se encuentra incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía (RENPA) y/o en la Red Natura 2000 (una red ecológica europea de áreas para la conservación de la biodiversidad). A pesar de todo, son muchas y variadas las problemáticas que amenazan nuestros bosques. Es por ello que, en muchos casos, no bastan los instrumentos legales de protección existentes en la actualidad y se hace necesaria la creación de nuevos instrumentos que regulen y dirijan de manera concreta el uso y manejo de las zonas boscosas.
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¿Es lo mismo un bosque de 100.000 hectáreas que 100 bosques de 1.000 hectáreas? DD Matemáticamente hablamos de la misma superficie, sin embargo, en términos ecológicos no son lo mismo. La relación existente entre la superficie y el perímetro de un área natural (p.e. un bosque) determina el grado de exposición a múltiples interferencias procedentes de los hábitats periféricos (mayor a mayor relación perímetro/ superficie), conocidos genéricamente como “matriz” (p.e., campos de cultivo o núcleos urbanos). Así, un bosque pequeño va a estar sometido a perturbaciones externas con mayor probabilidad que uno grande que tenga una forma similar. La fragmentación de los bosques se origina por la formación de claros, que pueden ir creciendo con el tiempo dando lugar a una matriz diferenciada. El tamaño de estos claros, su forma, la distancia entre manchas de bosque y el grado de conectividad entre éstas (que difiere según el tipo de matriz y la habilidad de las especies para cruzarla) son factores muy a tener en cuenta: sus efectos quedan reflejados en las condiciones microclimáticas de los fragmentos originados, sobre la flora, fauna e interacciones biológicas. Nuestra matriz natural ha ido transformándose a medida que han ido creciendo las áreas de cultivo, los núcleos urbanos e industriales y las infraestructuras como carreteras y autovías, quedando invertida: hemos pasado de unos cuantos núcleos rurales inmersos en una matriz natural poco explotada, a una matriz antropizada salpicada por manchas de vegetación natural y unos cuantos espacios naturales protegidos. En la actualidad, en términos de conservación, se ha avanzado un paso más y los esfuerzos se centran en conectar estos hábitats mediante lo que se llaman “corredores ecológicos”.
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pierdan su papel benefactor. La industrialización desmesurada y descontrolada es otro Cambio Global que afecta a los bosques a través de, por ejemplo, la lluvia ácida. El crecimiento urbanístico es otro Cambio Global en muchas regiones del planeta. Tala desproporcionada, incendios, carreteras innecesarias, salvo por intereses concretos, parciales e inicuos, son también Cambios Globales que afectan a los bosques. Nuestros bosques planetarios están en peligro, nos han cuidado hasta ahora, sabemos más sobre su funcionamiento, sabemos lo que implica su destrucción, ¿seremos capaces de protegerlos?
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¿Qué información nos dan los anillos de los troncos de los árboles? DD Los anillos de los troncos de los árboles no son más que círculos de crecimiento que representan un año de vida de la planta, formados fundamentalmente por el leño de primavera (de amplias traqueidas) y el de verano (más resistente, con elementos conductores de menor calibre y paredes más gruesas). En cada periodo vegetativo se produce la formación de una nueva serie de células, las cuales forman un círculo concéntrico alrededor de las del año anterior, por lo que en un corte transversal del tronco aparecen visualmente una serie de anillos concéntricos cuyo número se corresponde con los años de vida del árbol. Las capas o anillos no son iguales todos los años debido a las variaciones climáticas dentro de la estación. Así, un anillo ancho se identifica con ambientes cálidos y lo contrario significa que las condiciones idóneas de crecimiento duraron poco o bien se redujo significativamente el aporte de agua. Por ello, se considera que estos anillos tienen la capacidad de registrar información climática de su entorno. De hecho, proporcionan un registro anual que reflejan las condiciones climáticas durante el crecimiento del árbol.
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¿Cómo afectan los Cambios Globales a los bosques? DD Los Cambios Globales son aquellas alteraciones en los sistemas naturales, físicos, biológicos o sociales cuyos impactos afectan al conjunto de la Tierra, pudiendo tener además impactos localizados a escalas muy diferentes. Reflejan la creciente
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¿Se están regenerando nuestros bosques?
influencia de ciertas actividades humanas, en un marco globalizado, sobre las estructuras (formas, infraestructura) y procesos naturales y sociales (superestructura, ideología), percibida como negativa para la Naturaleza y para las propias sociedades humanas y los individuos que las integran. Esta influencia revela una realidad muy compleja. Los bosques,
aunque maduros y con un alto grado de estabilidad evolutiva, son frágiles ante la actividad destructiva del ser humano. Alguien dijo que la única forma de acabar con un bosque es destruyéndolo. El ser humano tiene esa capacidad. Algunos de los Cambios Globales que vivimos, iniciados por nuestra actividad depredadora alejada del bien común y del bienestar
del planeta, tiene una gran incidencia. El Cambio Climático es un buen ejemplo de Cambio Global y las consecuencias sobre los bosques han sido ya anunciadas y expuestas en todos los medios de difusión. El Cambio Climático podría acabar con bosques completos o disminuir la extensión de otros, acabar con su funcionalidad global o regional, hacer que
DD La regeneración de los bosques depende del éxito del reclutamiento de nuevos árboles que sustituyan a los más viejos. Para que esto ocurra de forma natural, deben cesar las perturbaciones que puedan impedir que jóvenes plantones lleguen a ser árboles adultos, entre las que se encuentran las cargas ganaderas excesivas, las roturaciones de bosques para agricultura o para repoblaciones, los incendios forestales o las urbanizaciones. La realidad en Andalucía es diferente según las zonas. En términos generales, podemos afirmar que en las zonas en las que han restringido u ordenado las actividades mencionadas, se está produciendo un avance del bosque. Así sucede en algunos espacios naturales protegidos, como los pinsapares de la Sierra de Grazalema, los alcornocales del Parque Natural de los Alcornocales o los pinares del Parque Natural de los Montes de Málaga. Por el contrario, en otros lugares, los bosques no se regeneran, como en algunas dehesas de Sierra Morena, que además de sobrepastoreadas se enfrentan a mortandades de árboles por la enfermedad de la seca.
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¿Cuántas especies de aves rapaces podemos encontrar en un bosque mediterráneo?
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¿Dónde podemos encontrar los bosques élficos que aparecen en El Señor de los Anillos? DD En la versión cinematográfica de la obra de J.R.R. Tolkien “El Señor de los Anillos”, y específicamente en la primera entrega, “La Comunidad del Anillo”, cuando los miembros del grupo abandonan Moria deprimidos por la pérdida de su amigo Gandalf, se ven obligados a atravesar el bosque de Lothlorien, dominado por los elfos, cuya reina es Galadriel. La pregunta del espectador curioso puede ser: “¿existen de verdad esos bosques tan densos y húmedos, llenos de árboles profusamente ramificados y de líquenes, o no son más que una fantasía virtual que el cine de hoy nos ofrece?”. Pues, efectivamente, esos bosques existen, desde latitudes templadas a frías, o en las montañas del hemisferio austral. Se trata de bosques de hoja caduca dominados por especies del género Nothofagus, el haya del hemisferio sur. El género Nothofagus comprende cerca de 35 especies distribuidas principalmente en Australia, Nueva Zelanda, Nueva Caledonia, Nueva Guinea, Chile y Argentina. Algunos como el N.pumilio (lenga) pueden alcanzar los 30 m de altura, otros como el N. antárctica (ñire), que es uno de los más australes, tienen un porte más arbustivo. Son árboles muy antiguos de los que se han encontrado bosques fósiles petrificados. Su distribución actual a lo largo del Pacífico sur hace pensar que se originaron en un continente único, Gondwana, cuando América del Sur, Australia y la Antártida estaban unidas.
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¿Qué relación existen entre el fuego y la vegetación de los bosques? DD El fuego, ya originado por causas naturales (favorecido por el clima, tormentas eléctricas y erupciones volcánicas), ya provocado, ha estado presente desde siempre y ha sido considerado en muchas áreas del mundo un elemento activo en la dinámica ambiental, así como regulador del crecimiento y renovación de múltiples asociaciones vegetales y ecosistemas naturales. En los bosques mediterráneos, donde los veranos son calurosos y sin lluvias, la acción del fuego queda patente principalmente en las plantas, las cuales han ido amoldando sus estructuras
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morfológicas y fisiológicas a lo largo del tiempo. Así, en los bosques mediterráneos aparecen plantas suculentas, como la pita, con un alto contenido en agua que le permite resistir las altas temperaturas; árboles de corteza gruesa, como el alcornoque, que protege de esta manera los tejidos vivos internos; arbustos con alta capacidad de rebrotar, como el enebro; plantas bulbosas con alta capacidad de protección de las yemas; plantas con alta capacidad de diseminar sus semillas, como la jara y el pino y otras muchas respuestas adaptativas que hacen que plantas con características similares se consideren pirófitas o plantas de fuego. Entre éstas se hallan las coníferas: muchos pinos (p.e. el pino carrasco -Pinus halepensis-), poseen piñas
que permanecen cerradas hasta que el calor de un incendio las abre, expulsando las semillas a veces a gran distancia; la gruesa capa del piñón supone además una buena protección frente al fuego.
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¿Disminuirá la diversidad de insectos de un bosque si disminuye el número de árboles? DD La pregunta que hemos formulado no tiene siempre una respuesta fácil y puede depender de cada caso concreto. En bosques de latitudes medias, una disminución de la densidad de árboles puede suponer el aumento de la diversidad del sotobosque, antes limitado por la falta de luz. Teniendo en
cuenta que la gran mayoría de insectos son consumidores primarios, una mayor diversidad vegetal fomentará un aumento en la diversidad de insectos ya que, al tiempo que se mantendrían aquéllas especies asociadas al estrato arbóreo, aumentaría el número de especies asociadas al nuevo sotobosque. En el caso de los bosques tropicales, cada árbol de forma individual puede constituir un ecosistema único que puede albergar tanto plantas (epífitas) como animales. Un sólo árbol puede alojar hasta 400 especies de insectos diferentes, por lo que resultaría difícil cuantificar si la pérdida de diversidad asociada a una deforestación podría ser compensada por la asociada a la regeneración del espacio liberado.
DD Debido al gran tamaño de sus alas, muy pocas aves rapaces diurnas son capaces de volar por el interior de los bosques mediterráneos. Aún así, existe una especie, de vuelo maniobrable, que es capaz de cazar a sus presas y perseguirlas mientras repliega y extiende sus alas con asombrosa habilidad, para pasar entre los huecos de los árboles. Se trata del azor, un ave de gran tamaño y fuertes garras. El gavilán es otro ejemplo de cazador habilidoso. Sin embargo, podemos también encontrar otras especies que, si bien no son capaces de volar de esta forma, sí que las podremos ver sobrevolando los bosques, como los busardos ratoneros, las aguilillas calzadas, las águilas culebreras, los milanos o los elanios azules. No obstante, por la noche existen otros cazadores, algunos de ellos de gran tamaño, como los búhos reales, que cazan desde los riscos verticales que rodean los bosques; o el ave de sonidos fantasmagóricos nocturnos, el cárabo. El mochuelo, por otro lado, de mucho menor tamaño, usa las zonas de bosque más dispersas.
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¿Para qué recolectan hojas las hormigas cortadoras de hojas? DD Muchos piensan que estas hormigas recolectan hojas para luego llevárselas al hormiguero y comérselas. Nada más lejos de la realidad. Lo más asombroso de esta cuestión es que se trata de uno de los pocos invertebrados agricultores del reino animal, cuya tarea difiere muy poco a la nuestra en lo que respecta al cultivo de un huerto o a la recolección de los frutos. Se trata de hormigas agricultoras de hongos, que usan las hojas de la misma for-
ma que un agricultor humano usa la tierra para hacer crecer sus frutas y hortalizas. Los hormigueros de estos insectos suelen disponer de una cámara húmeda y resguardada de la luz, donde son depositadas las hojas cuidadosamente. Con el tiempo, diversas especies de hongos crecen sobre los lechos de hojas y es entonces cuando las hormigas pueden disponer de alimento seguro, protegido y casi ilimitado. Se puede decir que esta cámara es una despensa tan grande que puede ser comparable a un supermercado.
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¿Por qué no hay árboles en las zonas abiertas de océanos y mares? DD La vida vegetal en zonas de mar abierto es, en general, de pequeño tamaño. En áreas costeras poco profundas, en contacto con la tierra y bajo régimen de mareas, existen árboles y otras plantas de gran tamaño (formando bosques como los manglares). Sin embargo, en mar abierto donde las especies se verían obligadas a flotar, las condiciones cambian y la ventaja de la pequeñez es determinante. Una planta que flote sufrirá una deriva por viento o corrientes y se alejará de su nicho natural. Sin embargo, las plantas diminutas son capaces de dejarse hundir y dejarse arrastrar por las corrientes, ya para permanecer en sus “aguas familiares”, ya para recorrer los océanos y regresar a ellas de nuevo. Una planta grande, incluso un tipo de árbol, flotando por bolsas de aire o aceite, no lograría volver a su comunidad cuando fuese alejada de la misma por alguna fuerza de los fluidos donde está inmersa (océano y atmósfera). De esta forma, no es la escasez de nutrientes lo que limita la existencia de las grandes formaciones vegetales en el mar, sino el incansable movimiento del fluido oceánico que las arrastrarían lejos para no volver jamás.
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¿Existen parejas, tríos o cuartetos de interdependencia en un bosque? DD Algunos hongos componentes de las micorrizas no salen a la superficie terrestre para dispersar sus esporas, sino que forman sus cuerpos fructíferos bajo tierra, como por ejemplo las trufas. Por otro lado, existen animales que se sienten atraídos por este hongo y que se convierten en distribuidores de esporas; éstas llegan al intestino de los mismos y son expulsadas en sus excrementos (dispersión), como ocurre con las ardillas voladoras en los bosques de coníferas de la costa del Pacífico. Este dúo de interdependencia (coníferas/ trufas) se convierte en un trío: la ardilla consigue agua y nutrientes del hongo y cobijo del árbol (las coníferas); el hongo consigue hidratos de carbono (entre otros compuestos) del árbol y transporte de esporas por las ardillas. En ocasiones este trío armonioso puede convertirse en un cuarteto, por ejemplo, en el caso de la planta herbácea Monotropa uniflora (Familia Pyrolaceae), con un pálido tallo fantasmal, que vive en las partes más oscuras del bosque. Esta planta está tan falta de pigmentación que a veces se le llama flor cadáver (más común, pipa india). Al carecer de clorofila no puede realizar la fotosíntesis; sus raíces se unen a la estera fúngica, de la que absorben todo el alimento que, por supuesto, no ha producido el hongo sino que proviene de las coníferas (sin dar nada a cambio ni al hongo ni al árbol).
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¿Cuáles son los bosques más antiguos del mundo? DD Los primeros bosques de la Tierra se desarrollaron en el Devónico superior (Era primaria o Paleozoico, unos 380 millones de años atrás), formados por helechos arborescentes de hasta 30 m de altura. Muchas de estas especies desaparecieron a final del Paleozoico, quedando únicamente representantes de pequeño tamaño. Los grupos más antiguos de árboles, supervivientes de esta Era, son las ginkgoáceas y pináceas (Carbonífero superior), a las que pertenecen especies como el actual ginkgo o las actuales coníferas (pinos, abetos). En el Ártico canadiense existen los restos de un bosque fósil datado de unos 55 millones de años atrás, cuando Norteamérica, el norte de Groenlandia y Europa se encontraban unidas formando parte de un mismo continente bajo un clima mucho más cálido. Algunos de los árboles petrificados se encuentran todavía en pie como cuando tenían vida y formaban una densa selva. En la actual estepa patagónica encontramos los bosques petrificados de araucarias que se extinguieron con la actividad volcánica que levantó la cordillera de los Andes: hablamos de más de 50 millones de años. En el norte de España se han hallado bosques fósiles de secuoyas de hace tres millones de años, similares a las del litoral de California, al oeste de Norteamérica, o en los bosques de China. Pinos de especies que ya no existen en la cuenca mediterránea, cipreses y hasta gigantescas secuoyas poblaban entonces la cornisa cantábrica. Pero el árbol vivo más antiguo identificado en el planeta lo encontramos en Dalarna (Suecia): se trata de una pícea (Picea abies) cuya parte aérea, de apenas 4 m de altura, está datada en 600 años de edad, mientras que sus raíces presentan una edad de 9.550 años y la capacidad de producir nuevos troncos cuando los viejos mueren.
poder de penetrabilidad en el aire que el agudo, pudiendo ser oído desde mayores distancias. Los sonidos agudos, en cambio, rebotan con mayor asiduidad contra los árboles y arbustos del bosque, siendo más utilizados por los animales que habitan zonas abiertas. Como ejemplo de este fenómeno podemos citar el grave canto de la paloma torcaz, el urogallo o la perdiz.
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¿Cómo son generalmente los sonidos de los animales que viven en los bosques?
¿Desprenden los bosques un aroma especial?
DD Los animales de ecosistemas boscosos densos emiten, generalmente, sonidos graves. Este tipo de sonido tiene un mayor
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DD Los olores que desprenden los bosques se deben, entre otros motivos, a la gran diversidad de compuestos volátiles que pueden desprender las plantas que los componen. La emisión
de estos compuestos volátiles representa un gran tesoro de la biodiversidad de nuestros bosques. Entre estos compuestos aparecen sustancias tales como terpenos, isopreno, ácidos orgánicos, metanol o acetona. Este tipo de compuestos son producidos en una gran variedad de tejidos vegetales y en procesos fisiológicos distintos. Entre las funciones que pueden tener, destacan las de defensa frente a patógenos o herbívoros, reconocimiento entre plantas o con diferentes animales y microorganismos, o defensa frente a fenómenos que les causan estrés. Incluso se ha comprobado que algunos de estos compuestos, como los terpenos, pueden estar íntimamente relacionados con el desarrollo de incendios forestales.
¿Cómo se formó el carbón? DD El carbón procede de restos vegetales leñosos del período geológico denominado Carbonífero, hace entre 360 y 286 millones de años. El material que permitió a las plantas formar estructuras que las levantaran del suelo y competir por la luz es la lignina, un polisacárido complejo que constituye el leño o madera. Se conoce que el desarrollo evolutivo de la lignina se produjo hace 400 millones de años. Sin embargo, los primeros organismos con herramientas químicas (enzimas) para degradar eficientemente la lignina (hongos) no se desarrollaron en cantidad suficiente hasta hace 200 millones de años, es decir, unos 100 millones de años después del periodo de máxima deposición de carbono orgánico. Debido al lapso de tiempo que pasó entre el periodo en que el contenido en lignina de la materia vegetal era máximo y la aparición de estos orga¬nismos capaces de degradar estas ligninas, se formó una inmensa reserva de materia orgánica. Esta reserva se transformó, con el tiempo, en combustibles fósiles que constituyen la mayor parte de los recursos actuales de carbón.
muchos problemas a las especies. Son productos generados en el gran laboratorio de la vida que no entiende patentes ni multinacionales, ni de accionistas: sólo de salud. Los bosques son un paradigma de biodiversidad, madurez y estabilidad, su equilibrio se ha logrado en un largo proceso evolutivo. A lo largo de dicho proceso, especialmente en las selvas ecuatoriales (hoy en peligro por la actividad humana), se han generado, de forma evolutiva, los mayores supermercados farmacéuticos del planeta. Deberíamos conocerlos, respetar a sus moradores y legítimos dueños y establecer con ellos una cooperación que permita conocer sus recursos farmacológicos de forma cohesiva y solidaria, generando riqueza para ellos, compatible con el mantenimiento de sus ecosistemas y salud para el resto del planeta sin codicias.
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¿Existe una mística relativa a los árboles?
La duración en el ambiente de estos compuestos, desde que una planta los produce, puede ser desde unos pocos minutos hasta incluso horas.
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¿Por qué se dice que los bosques son el supermercado farmacéutico del planeta? DD Los bosques son un ejemplo de estadio climax de la sucesión ecológica, es decir, constituyen una etapa madura de la evolución de los ecosistemas. Por ello, muestran una compleja y rica y estable red trófica, ordenada en compartimentos (compartimentación). De acuerdo con su clima (climax climácica), su madurez representa la máxima comple-
jidad del enclave natural. En el bosque, la biodiversidad, el nicho, el mutualismo, la compartimentación han generado una compleja comunidad con muchas especies. Esto significa que hay una multitud de soluciones metabólicas para solucionar el “problema ambiental” de cada especie en un marco de máxima diversidad posible, especialización, utilización temporal compartida de recursos, minimización de la competencia y sus efectos, control depredativo y un largo etcétera de procesos ecológicos. Las especies responden metabólicamente con lo que se llaman productos de metabolismo secundario. Por ello, es posible encontrar muchas formas químicas generadas biológicamente que solucionan
DD Desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad, el árbol ha sido fuente de beneficios y misterio. Hay una mística alrededor del árbol. Por ejemplo, todos los dioses griegos y romanos tenían un árbol o un tipo de bosque dedicado a su mayor gloria. A Júpiter, la encina, y a Baco, la higuera. Los más antiguos santuarios germánicos eran los bosques naturales. Entre los celtas, es familiar el culto de los druidas a los bosques de robles. En el África Oriental, la cultura wonika imagina que cada árbol, especialmente los cocoteros, tienen su propio espíritu, de modo que “la destrucción de un árbol es equivalente a un matricidio, pues el árbol les da vida y alimento igual que una madre a su criatura”. Los monjes de Siam creen que hay almas por todas partes, por lo cual “no hay que romper una sola rama de un árbol, como no se rompería el brazo de una persona inocente”.
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posible, es extensible al conjunto de los bosque del planeta: una vida mejor para todos de una forma gratuita y solidaria: el oxígeno que nos dan es gratis para todos, la biodiversidad que nos suministran no es objeto de control multinacional, está en el jardín y es para todos.
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¿Cómo contribuyen las grandes masas arbóreas a nuestro bienestar personal? DD El efecto que la naturaleza ejerce sobre cualquier persona, ya sea un bosque, un río, una cadena montañosa o todo un ecosistema marino, repercute positivamente sobre su salud física y mental. Tal es la hipótesis de la biofilia, enunciada por el sociobiólogo E. O. Wilson (1984): difícilmente alcanzaremos la felicidad mientras vivamos sumergidos en un entorno artificial que nos separe o aliene de la naturaleza. Así, una humedad relativa y concentración de oxígeno adecuadas o un ambiente libre de partículas nocivas son ejemplos de factores que, desconozcamos o no, influyen positivamente en nuestra salud y bienestar. Las grandes masas arbóreas, nuestros bosques, nos aportan oxígeno, purifican nuestro aire, regulan los ciclos del agua y la temperatura en el planeta aunque no los visitemos. La conservación de los bosques, con toda su complejidad y biodiversidad, nos aportan además toda una exposición de vida natural al alcance de cualquier visitante. De esta forma, cualquier persona que camine por un lugar así, notará que se siente bien por el mero hecho de estar allí: la naturaleza nos atrae de forma consciente y/o inconsciente porque éste es el entorno en el que nos hemos desarrollado como especie durante cinco millones de años.
Los ilocanos de Luzón, piden perdón a los árboles que cortan, siempre por necesidad. En Australia, en la tribu Dicri, se consideran muy sagrados ciertos árboles en los que se suponen se han transformado sus padres. En Corea, las almas de los cuerpos que han muerto de una determinada forma van a habitar los árboles, mientras que en China se plantan árboles sobre las tumbas para fortalecer las almas de los fallecidos. En Europa también tenemos ejemplos del misticismo sobre los árboles: el culto al “árbol mayo” está muy generalizado. Se trata de una especie de ofrenda de primavera para pedir bendiciones, que se materializa con la plantación de un árbol joven en un lugar de honor en las aldeas. Por tanto, desde tiempos inmemoriales, todas las culturas del mundo profesan un respeto reverencial al árbol. Hoy en día sabemos, de forma científica, algo que otras culturas intuyen desde hace miles de años, es decir, que los árboles nos cuidan. ¿Si nosotros lo sabemos científicamente, por
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qué tenemos tan poco respeto por nuestros árboles?
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¿Jardín del Edén o Bosque del Edén? DD El Jardín del Edén o Paraíso Terrenal era mostrado, en aquella Enciclopedia Álvarez con la que muchos estudiamos, con un dibujo que no era exactamente un jardín, sino algo parecido a una selva ecuatorial, tanto por la riqueza de la flora como por los animales mostrados (incluidos algunos de sabana como alarde imaginativo). En las ilustraciones se erguían imponentes los árboles de la Vida y, entre ellos, el Árbol del Bien y del Mal. El Jardín Simbólico de toda la literatura universal nos evoca algo ordenado, protector, el premio definitivo, el hortus conclusus, aislante de turbulencias externas: el Paraíso se representa como un Jardín Deseable. Sin embargo, su representación (como la de la entrañable Enciclopedia Álvarez) era una selva, un bosque, quizás un complejo bosque
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¿Qué películas son una epopeya a la defensa de los bosques?
tropical. Resulta interesante la conjunción de la riqueza de la selva con ese deseable Jardín Eterno, ese Paraíso Perdido: riqueza y biodiversidad, seguridad y premio. Al margen de lecturas más espirituales, el mensaje, cercano y material, es que el Paraíso se encuentra en la Tierra, nuestro Jardín del Edén, representado en forma material por nuestros bosques, verdaderos protectores de la vida en el planeta y también del bienestar humano. Encontramos la misma idea en la magnífica película “Los últimos días del Eden”: un lugar de paz y abrigo, con todo lo que se necesita, incluido el remedio contra el cáncer. A pesar de todo, nuestra civilización lo destruye (en el caso de esta película, con la construcción de una carretera). El protagonista (un formidable Sean Connery) expone que la avaricia humana va a destruir el supermercado farmacéutico más grande del planeta. Esta idea de “Jardín del Edén” donde, si no es posible la vida eterna, al menos la hace
DD La protección de la selva amazónica y de sus tribus indígenas frente al avance de la deforestación, movida por los intereses económicos, son el tema de dos películas muy significativas: “La selva esmeralda” y “Los últimos días del Edén”. En esta última se realza también el valor terapéutico de algunas plantas desconocidas, a través del Doctor Robert Campbell, que vive con una tribu nativa de Brasil y descubre accidentalmente un extracto de una flor que cura el cáncer. Si destruimos la selva, esa riqueza potencial, desconocida hasta la fecha, se perderá para siempre. Un mismo similar, la defensa del bosque frente a las potencias industrializadas, se puede trasladar a un planeta imaginario, Pandora, habitado por tribus indígenas de humanoides azules y animales extraños, en la película “Avatar”. En ella, estas potencias ambicionan explotar un mineral valioso cuyas minas están situadas por azar exactamente por debajo del árbol sagrado que establece conexiones con los habitantes del planeta. Pero el himno al bosque también se puede contar de una forma mucha más sencilla en “Dersu Uzala” de Akira Kurosawa. En el inicio de la película, 1910, el capitán ruso Arseniev vuelve a la taiga en busca de la tumba de su amigo. Al llegar encuentra que el bosque ha sido talado y se ha instalado en su lugar un poblado en nombre de la civilización. Entonces hace un viaje en la
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¿Qué relación existe entre una mesa de caoba y un chimpancé? DD Se calcula que, a principios del siglo XX, había dos millones de chimpancés salvajes distribuidos por 25 países africanos: actualmente apenas quedan unos 200.000 ejemplares en una veintena. El hábitat principal del chimpancé y otros primates (gorilas, bonobos…) son las selvas tropicales centroafricanas, la mayor superficie de bosque tropical después de la Amazonía (172 millones de hectáreas) y el lugar de África con mayor biodiversidad. A pesar de su enorme importancia, sólo el 8,5% de estas selvas, que se extienden a lo largo de Camerún, República Centroafricana, Congo Brazzaville, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón, cuentan con algún tipo de protección. Según Greenpeace, esta desprotección legal ha permitido que las empresas madereras hayan conseguido concesiones forestales en unos 50 millones de hectáreas de selva, un área del tamaño de España. Las autopistas que se construyen en mitad de la selva para la extracción selectiva de maderas nobles, como la caoba, son la punta de lanza de la deforestación y la caza comercial furtiva de grandes mamíferos. Los chimpancés se ven así doblemente afectados por el comercio de madera: destruye su hábitat y favorece su caza indiscriminada e ilegal. El Instituto Jane Goodall (célebre primatóloga y activa ecologista) denuncia la responsabilidad de los países importadores de madera de bosques tropicales, entre los que se encuentra España. De este modo, el consumo irresponsable de muebles de caoba termina afectando a la extinción de los chimpancés.
memoria y recuerda cómo en una expedición cartográfica conoció a Dersu, el viejo cazador, que le enseñó a comprender la naturaleza, a amar el bosque que ya no existe y a sobrevivir en las condiciones más adversas.
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¿Quién dijo “Hispania puede ser cruzada de punta a punta por una ardilla sin pisar el suelo”? (267 palabras) DD Una de las primeras descripciones de la Península Ibérica se la debemos al geógrafo e historiador griego Estrabón quien, basándose en escritos de otros autores que sí nos visitaron, la refiere como “una gran extensión de montañas y bosques” (“Geografía” III, Siglo I a.C.). Más tarde, Plinio el Viejo la describe en parte como montes “áridos y estériles y en los que ninguna otra cosa crece” (“Historia Naturalis” XXXIII, 67). Pero ni Estrabón, ni Plinio el Viejo ni su sobrino, Plinio el Joven, dejaron al pare-
cer en sus escritos frases que relacionasen ardillas y bosques hispanos: la famosa cita sobre una ardilla que es capaz de cruzar la península saltando de árbol en árbol parece ser apócrifa. Pero ¿pudo ser realidad? Algunos estudios indican que la etapa de la cultura de los Castros (siglos V a.C. - I d.C.) fue presumiblemente la de menor masa forestal en el noroeste peninsular de los últimos diez mil años. Por otro lado, parece que el clima húmedo y templado de la fachada atlántica en el Bajo Guadalquivir, algunos milenios a.C., era propicio para grandes extensiones forestales, habiéndose encontrado restos polínicos de especies poco propias de la zona como fresnos, serbales, robles, alisos y chopos. Al margen de la situación pasada, la mayoría de nuestro territorio se halla deforestado en la actualidad, ocupado por pueblos, ciudades, carreteras y extensiones de monocultivo. Sin embargo, según los datos del III inventario Forestal Nacional, la superficie arbolada
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Andalucía InNOVA. FEBRERO 2011
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en España ha aumentado al menos en los últimos 20 años. Pero hemos de ser cautos: no todas las áreas forestales son bosques naturales ni poseen las cualidades de éstos (complejidad, longevidad, funcionamiento, biodiversidad…).
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¿Cómo podemos disfrutar de nuestros bosques?
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¿El bosque es cultura? DD Si tenemos en cuenta la definición de tradición como noticia de cosa antigua que se trasmite de padres a hijos, vemos que actualmente en los bosques existen pocos usos que se puedan llamar “tradicionales”. Si además tenemos en cuenta que el concepto de tradición se suele basar en análisis elaborados por élites cultivadas, habitualmente con poca atención al sentido que pudiera tener entre los propios agentes de la tradición, los usos tradicionales de los bosques es pura entelequia. Los bosques se han usado para cosas harto diversas y unos usos han perdurado más que otros, pero en todo caso han ido variando a lo largo del transcurso del tiempo. Por ejemplo, la extracción de madera es uno de los usos más claros y típicos de un bosque. Sin embargo, ésta ha pasado de ser una extracción de combustible y material de construcción a la extracción de pasta de papel o, más recientemente, de biomasa para obtención de energía (que en el fondo también es combustible pero gestionado de otra manera muy diferente). Por otra parte, ciertos usos tradicionales han llevado a la destrucción de los bosques, frente a otros que los han conservado más o menos bien. Actualmente los bosques han pasado a ser uno de los símbolos de “Naturaleza” digna de ser conservada a toda costa. Es más, se han creado nuevos bosques con el objeto de conservar esa “Naturaleza”, consiguiendo en muchas ocasiones lo contrario. Actualmente se piensa que es preciso “reinventar” tanto los bosques como sus usos tradicionales, es decir, transformar sus especies en
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especies en peligro de extinción y, sus espacios, en valores positivos para la identidad del ser humano. Es decir, para ser conservados, los bosques necesitan ser construidos como “invenciones” culturales; más allá de éstas, no hay ninguna ética universal que sea capaz de asegurar su conservación.
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¿Qué profesionales cuidan de los bosques? DD Aunque no hay una disciplina específica para el estudio de los bosques, existe una variedad de especialidades dentro de la biología que estudia los bosques desde diversos puntos de vista: por ejemplo, la ecología, ecofisiología, biogeografía, fitosociología, botánica, etc. Además, una ingeniería específica (de montes o forestal, según la universidad), los estudia desde el punto de vista de su aprovechamiento y regeneración, sobre todo en lo referente a técnicas de manejo. Desde el punto de vista práctico de la actividad cotidiana, los agentes forestales se encargan de la vigilancia y labores de mantenimiento, especialmente en lo relativo a los incendios. En este sentido, también los pastores pueden considerarse respon-
sables de cuidar bosques por cuanto dirigen los rebaños que controlan el crecimiento del pasto en cortafuegos y sotobosques. Finalmente, aunque no de manera remunerada, todos podemos cuidar de nuestros bosques, manteniendo actitudes responsables y sostenibles con ellos y con el medio natural en general.
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¿Moriríamos si talásemos todos los bosques? DD Para contestar a esta pregunta necesitamos plantearnos la función de los bosques a nivel global y local, y si esta función puede ser sustituida por el resto de los ecosistemas o por nuestra tecnología. “Moriríamos” es un término globalizante conjugado en tiempo futuro, ¿a quién nos referimos? Pensemos que razonamos sobre el ser humano, entonces ¿qué seres humanos? Por otro lado, ¿qué es morir?¿es perder la vida o cambiar a niveles míseros un tipo de calidad de vida? Retomemos la pregunta inicial: ¿moriríamos si talásemos todos los bosques? Una comunidad local, por ejemplo, de la selva ecuatorial, es absolutamente dependiente de
su bosque. Si se lo talamos, su calidad de vida desaparece; podríamos decir que mueren como humanos y quizá como seres vivos. Y existen muchos otros casos en el planeta de dependencia de poblaciones locales de sus bosques. Pensemos ahora en las funciones globales de los bosques: generar oxígeno, secuestrar dióxido de carbono, almacenar nutrientes, estabilizar los ciclos hídricos, retener la erosión, mantener la biodiversidad, estructural como paisaje, recursos directos, suministradores de nutrientes alóctonos a ecosistemas acuáticos, atenuación de extremos climáticos, almacén farmacológico. Si deforestamos el planeta ¿cómo se sustituirían estas funciones? No hay sistema tecnológico ni artefacto humano que pueda hacerlo. La sustitución de funciones por otros ecosistemas es más que dudosa. Por ello podemos decir que si destruimos los bosques podríamos morir como individuos. Recordemos los versos de J. Doone: “por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti”. Con que una sola comunidad muera o desaparezca por la pérdida de sus bosques, todos morimos con ella. Quizá no desaparecié-
semos como especie si talamos los bosques pero ¿en qué condiciones viviríamos?
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¿Qué puedo hacer yo para ayudar a conservar nuestros bosques? DD Aparte de los esfuerzos realizados por la comunidad científica, los gobiernos, administraciones, agencias estatales, organizaciones y comunidades locales, debemos ser conscientes del papel individual que podemos desempeñar en la conservación de nuestros bosques: Trata de comprar muebles, papel, tableros y otros productos derivados procedentes de madera certificada, lo cual garantiza que los bosques de los que proceden dichos productos han sido bien gestionados desde un punto de vista económico, social y ambiental; minimiza el consumo de agua y energía, contribuyendo así a disminuir los efectos del calentamiento global; recicla y reutiliza tu papel; participa activamente en la protección de los bosques, manteniéndolos limpios y extremando precauciones contra el fuego en tus visitas, y contribuye directamente a su conservación a través de grupos de volunta-
DD Muchos de nuestros bosques se hallan incluidos dentro de espacios naturales protegidos, pertenecientes a la RENPA (Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía). En estos casos, es la administración autonómica la encargada de gestionarlos y protegerlos. Cada espacio protegido contempla un PUP (Plan de Uso Público), que tiene como finalidad acercar a los visitantes a los valores naturales y culturales, de una forma ordenada y segura, que garantice la conservación y difusión de tales valores a través de la información, la educación y la interpretación ambiental. Las ofertas de uso público relacionadas con nuestros bosques son numerosas: senderos, puntos de información, observatorios, miradores, campings… La accesibilidad a nuestros bosques puede estar a veces restringida, debido por ejemplo a que se trate de zonas de reserva dentro del espacio protegido. En estos casos, si el ciudadano desea disfrutar de estos valores naturales, puede dirigirse a las oficinas de los parques y obtener un permiso especial de visita. Los beneficios más palpables de nuestros bosques (frutos, madera, esparcimiento y otros) no nos deben hacer olvidar que son sistemas que mejoran nuestra calidad de vida, ya que sus constituyentes vegetales purifican el aire que respiramos, entre otros beneficios. No debemos olvidar que hemos recibido un legado que debemos mantener heredable para generaciones venideras.
riado (reforesta, informa y educa a los más jóvenes). “Al final, solo protegemos lo que amamos; solo amamos lo que entendemos; y solo entendemos lo que nos ha sido enseñado”. Así resume el conservacionista senegalés Baba Dioum la importancia del conocimiento en la conservación. Sólo a través de la información y la educación se podrán alcanzar los objetivos de conservación en el futuro. Seguramente el primer paso para conservar nuestros bosques sea conocerlos.
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