Necesitamos volver a una idea donde las personas no estén concentradas en una tarea determinada o una actividad aislada sino en un resultado. Y ¿qué produce ese resultado? Un proceso, no una tarea individual sino un conjunto de tareas.
Como los procesos no los puede llevar a cabo siempre una sola persona, debemos volver a la idea del equipo. No una línea de ensamblaje, sino un conjunto de individuos, un grupo de personas con la responsabilidad colectiva de crear algo para llevar a cabo el proceso completo, no trozos de él, y para llevar el resultado al cliente.