Agua: Un problema creciente en el Mundo Desde una perspectiva bíblica
- Adecuaciones al Material proporcionado por el Dr. José Arturo Gleason Espíndola, Representante en México de la Asociación Internacional de Captación de Agua de Lluvia, recientemente nombrado en Malasia-
Una lectura obligada
INDICE
I.
INTRODUCCIÓN
II.
SITUACIÓN DEL AGUA EN EL MUNDO
III.
UN PANORAMA GENERAL DEL AGUA EN LA BIBLIA
IV.
ANALISIS DEL PROBLEMA DEL AGUA BAJO UNA PERSPECTIVA BIBLICA
V.
EL PAPEL DE JESUCRISTO
VI.
CONCLUSIONES
LA
IGLESIA
DE
Fotos: Puente Zaragoza. Monterrey, NL. México
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EL PROBLEMA DEL AGUA EN EL MUNDO BAJO UNA PERSPECTIVA BÍBLICA
Introducción Durante los últimos años la humanidad a visto con desesperación como los problemas del agua se han ido incrementando, estos se presentan desde la falta de abasto para suplir las necesidades mínimas del ser humano hasta su contaminación. No podemos ignorar las voces de algunas organizaciones como Tearfund que mencionan: La escasez puede provocar conflictos armados, "sobre todo entre aquellos países que dependen del agua 1 de ríos que se originan fuera de sus fronteras" . Comentario que algunos rechazan, pero que
sin embargo, si nos invita a considerar que existe una gran preocupación por el futuro del mundo y la poca disponibilidad del agua potable y su contaminación. El problema es complejo, ya que envuelve una serie de factores que no permiten que el vital líquido pueda tener un manejo adecuado. El Instituto de Investigación y Desarrollo en Agua Potable, Saneamiento Básico y Conservación del Recurso Hídrico en Colombia establece que: “Hoy existe una crisis del agua. Pero ésta no radica en que sea insuficiente para satisfacer nuestras necesidades. Se debe a que se maneja tan mal que miles de millones de personas, y el medioambiente, sufren enormemente.”2. Como se menciona el problema esta en el mal manejo que el ser humano hace del vital líquido mas que en su insuficiencia. Al tener el ser humano parte fundamental en la causa del problema, podemos preguntarnos: ¿por qué el hombre no lleva a cabo este buen manejo? ¿de donde viene el problema del ser humano? ¿qué podemos hacer para remediarlo?. El asunto central de este escrito es brindar una perspectiva bíblica sobre el problema del agua en el mundo, la cual consiste en conocer el papel del hombre en la creación y la encomienda que Dios le hace de ser mayordomo de su creación, en el rompimiento de su comunión con Dios, sus semejantes y la naturaleza, así como apreciar la oportunidad que tiene al ser redimido por medio de Jesucristo para obtener una nueva naturaleza, y su esperanza en la restauración de su cuerpo y la naturaleza. Además propondremos algunas acciones que como Iglesia de Jesucristo podemos hacer para la solución del problema. En primer termino analizaremos la situación actual del agua en el mundo, escucharemos algunas voces reconocidas, resaltando los desafíos derivados de la cumbre del Medio Ambiente en Johannesburgo 2002. Enseguida haremos un viaje por la Biblia para conocer las diferentes referencias que hace sobre el agua que nos permitan por el momento solamente tener una panorámica general. Prestaremos especial atención a la encomienda que Dios dio al hombre como mayordomo de la creación y a la caída del hombre reflejada en su conflicto personal con Dios y el medio ambiente. Veremos la redención del hombre a través de Jesucristo que le permite al ser humano tener un cambio desde lo profundo de su ser y lo coloca en la creación como un factor de cambio y restauración del medio ambiente. Después podremos ver la esperanza que tenemos en la consumación de todos los tiempos, al darnos Dios la esperanza que todo cambiará y 1
TIERRAMERICA, Medio Ambiente y Desarrollo Sánchez T Luis Darío,. y Sánchez Arlex Ponencias sobre una perspectiva general temática Torres CINARA Instituto de Investigación y Desarrollo en Agua Potable, Saneamiento Básico y Conservación del Recurso Hídrico. 2
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tendremos una situación mejor. Por último plantearé algunas propuestas como alternativas reales y terrenales para la solución del problema en el presente y la manera en que la iglesia de Jesucristo puede influir para que este problema pueda ser resuelto y de esta manera ser sal y luz en el mundo. Situación del agua en el mundo La Tierra, con sus diversas y abundantes formas de vida, que incluyen a más de 6.000 millones de seres humanos, se enfrenta en este comienzo del siglo veintiuno con una grave crisis del agua. La escasez de agua, los conflictos relacionados con este elemento y la contaminación son problemas que agobian a los gobiernos nacionales y las comunidades locales. Se trata de una calamidad que ha tenido muchas causas y efectos. El crecimiento de la población, el riego indiscriminado, la degradación de los ecosistemas, la pobreza, la contaminación y el cambio climático ejercen mayor presión sobre los escasos recursos de agua dulce. Así como recién comenzamos a reconocer la magnitud de la crisis que estamos presenciando, también nos damos cuenta de que estos problemas pueden agudizarse. En los próximos 20 años, el uso del agua por los seres humanos aumentará en alrededor del 40%, y se requerirá entre un 17% y un 50% más de agua dulce para cultivar alimentos en cantidad suficiente. A menos que se produzcan cambios fundamentales en la manera de gestionar nuestro recurso más valioso, los ecosistemas y fuentes de agua que ya se encuentran sometidos a perturbaciones se verán expuestos a mayores presiones aún. Actualmente, 500 millones de personas ya enfrentan problemas de escasez de agua. Para el año 2025, más de 2.500 millones de personas, en su mayoría de naciones en desarrollo, carecerán de un abastecimiento de agua adecuado. La escasez es un problema que va más allá del abastecimiento total del recurso, puesto que puede intensificarse por la contaminación y otras actividades que degradan la calidad del agua disponible. Cuando los usuarios compiten por un recurso cada vez más limitado, comienzan a producirse tensiones entre países y en el interior de éstos, lo que crea situaciones que pueden desembocar en un conflicto. El acceso al agua ha dado lugar a migraciones masivas, disturbios e incluso guerras. Las reservas subterráneas suministran la tercera parte del agua dulce del mundo. El nivel de dichas reservas desciende hasta un metro por año en partes de China, India, México y Yemen. Prácticamente todas las principales masas de agua dulce del mundo en desarrollo están expuestas a la contaminación procedente de diversas fuentes. Esto pone en peligro no sólo las fuentes de agua para beber, sino también el estado sanitario de los recursos pesqueros, el agua para uso industrial y las poblaciones humanas que dependen de ellas. En algunas cuencas, los reducidos niveles de circulación o de reposición del agua significan que la contaminación puede seguir siendo una amenaza muchos años después de haberse producido. En la Cumbre Mundial para el Desarrollo social (World Summit on Social Development
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(WSSD) en Johannesburgo en 2002, los países acordaron comprometerse a reducir para el 2015 a la mitad la cantidad de personas que no tienen acceso a los servicios sanitarios de agua. El otro compromiso es disminuir a la mitad la cantidad de personas que no tienen acceso al agua limpia No se trata de un tema menor: casi 1.100 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso adecuado a agua potable, mientras 4.000 millones carecen de saneamiento, según datos de la ONU. Los niños y niñas pobres son los que llevan la peor parte: más de 7 millones mueren cada año, 6.000 cada día, por enfermedades relacionadas con la falta de agua limpia, como cólera y diarreas, agrega la ONU. En América Latina y El Caribe, apenas 13 por ciento de las aguas residuales recibe algún tipo de tratamiento. Según el Banco Mundial “Para reducir a la mitad la cantidad de personas sin servicios de agua, habría que duplicar la inversión mundial en desarrollo hídrico, de 15.000 millones de dólares por año”. Ante los retos mundiales en la problemática en el sector del agua, surgen preguntas ¿De que manera la iglesia de Jesucristo puede colaborar para resolver los problemas del agua a nivel mundial? ¿Qué cosas puede la iglesia proponer en la solución de los problemas mundiales, nacionales y locales del agua? ¿Qué propone la iglesia en cuanto a mejorar los sistemas y la gestión del agua? ¿Qué pasa si no hace nada? Pero antes de responder estas preguntas, necesitamos ir a la Biblia para conocer a fondo las causas y el remedio para lograr una solución. Algunas voces que opinan del problema Las Naciones Unidas en su Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo3 establece lo siguiente: Se trata de una crisis de gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados. La verdadera tragedia de esta crisis, sin embargo, es su efecto sobre la vida cotidiana de las poblaciones pobres, que sufren el peso de las enfermedades relacionadas con el agua, viviendo en entornos degradados y a menudo peligrosos, luchando por conseguir una educación para sus hijos, por ganarse la vida y por solventar a sus necesidades básicas de alimentación. La crisis pesa asimismo sobre el entorno natural, que cruje bajo la montaña de desechos que se vierten a diario y por el exceso de uso o uso indebido que de él se hace, con aparente desinterés por las consecuencias y por las generaciones venideras. En realidad, se trata fundamentalmente de un problema de actitud y de comportamiento, problemas en su mayoría identificables (aunque no todos) y localizables. Actualmente poseemos los conocimientos y la pericia necesarios para abordarlos y hemos elaborado excelentes herramientas conceptuales, tales como la equidad y la noción de sustentabilidad. Sin embargo, la inercia de los líderes y la ausencia de una conciencia clara sobre la magnitud problema por parte de la 3
WATER FOR PEOPLE, WATER FOR LIFE Executive Summary of the UN World. Water Development Report First published by the United Nations. Educational, Scientific and Cultural. Organization (UNESCO), Paris, France.© UNESCO-WWAP, 2003. © UNESCO/Mundi-Prensa Libros, 2003 para la edición española.
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población mundial (en muchos casos no suficientemente autónoma para reaccionar), resultan en un vacío de medidas correctivas oportunas y necesarias y en una incapacidad para infundir a los conceptos de trabajo una resonancia más concreta. Más adelante comenta el informe: Resolver la crisis del agua es, sin embargo, sólo uno de los diversos desafíos con los que la humanidad se enfrenta en este tercer milenio y ha de considerarse en este contexto. La crisis del agua debe situarse en una perspectiva más amplia de solución de problemas y de resolución de conflictos. Tal como lo ha indicado la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible [Commission for Sustainable Development (CSD)] en 2002: «Erradicar la pobreza, cambiar los patrones de producción y consumo insostenibles y proteger y administrar los recursos naturales del desarrollo social y económico constituyen los objetivos primordiales y la exigencia esencial de un desarrollo sostenible.» Aún así, de todas las crisis, ya sean de orden social o relativas a los recursos naturales con las que nos enfrentamos los seres humanos, la crisis del agua es la que se encuentra en el corazón mismo de nuestra supervivencia y la de nuestro planeta. Por otra parte según un estudio realizado por la agencia cristiana Tearfund, radicada en Londres4, comenta que El mundo en desarrollo agota sus reservas de agua a un ritmo alarmante. Dos de cada tres personas en el mundo sufrirán carencias de agua en 2025, a menos que se tomen medidas drásticas. Esas personas vivirán, además, en el Sur en desarrollo. Durante la década de 1990 el mundo padeció 143 sequías que afectaron a 185 millones de personas, sostiene el informe publicado el día 22, en coincidencia con el Día Mundial del Agua. "El aumento de la población, el mal manejo del agua, el uso indiscriminado de las reservas subterráneas y el recalentamiento planetario se combinan para crear el espectro de millones de personas, las más pobres del planeta, ancladas en la pobreza debido a la falta de agua", advierte el estudio. Hasta aquí podemos darnos una idea que estas organizaciones importantes en el mundo mantienen una preocupación seria por el asunto, por su complejidad y la falta de voluntad de los seres humanos para resolver el asunto. Un panorama general del agua en la Biblia En la Biblia se hacen diferentes referencias al agua. Para tener un panorama general presento las referencias y sus connotaciones con Dios. En la Biblia se le da al agua varios usos, como para aseo (Rut 3:3; Génesis; 43:31; 18:4; Juan 13:4-5) y para purificación ritual (Éxodo 19:10-14; 30:17-21; Marcos 7:3-4). También se menciona al agua para beber (Génesis 24:1-19, Jueces 7:4-5) sobresaliendo ejemplos cuando Dios la proveyó a los israelitas de agua en el desierto (Génesis 21:15-19) y a Agar e Ismael (Génesis 21:15-19). 4
Revista Electrónica Tierramérica. http://tierramerica.net
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Existe una fuerte relación entre Dios y el agua. Se menciona a Dios(Salmos 23:2, Jeremías. 2:13) y a Cristo (Juan 4:10-14; 7:37-38; Apocalipsis 21:6; 22:1-2) como la fuente del agua viva.. No podemos olvidar al agua usada por Dios como un medio de juicio como en el caso del diluvio (Génesis 7:17-24, 1ª. Pedro 3:20), la destrucción de los egipcios (Éxodo 14:26-30). De esta manera hemos planteado algunas referencias importantes que nos ayudarán a tener un panorama más general del papel del agua en la Biblia, el cual nos prepara adentrarnos en el problema del agua y su relación con ella.
Análisis del problema del agua bajo una perspectiva bíblica Si pudiéramos hablar del mensaje general de la Biblia en pocas palabras, podríamos sintetizarlo de la siguiente manera: la creación, caída, redención, consumación. En la creación podemos ver el momento en que Dios creo el universo y al ser humano, dándole sus encomiendas. En la caída se ve el momento en que el hombre le da espalda a Dios y se rompe su relación de compañerismo y entra en conflicto con su semejantes y la naturaleza. En la redención podemos ver la obra de Jesús realizada en la cruz del calvario al morir por los pecados de la humanidad y ofrecer una nueva oportunidad de vivir en comunión con él, encontrando de esta manera no tan solo el compañerismo con Dios que ya gozaba antes, sino también la redención de la Tierra. Por último en la consumación tenemos la esperanza gloriosa de que en algún día podemos ver la restauración completa de la naturaleza y el reinado pleno de Dios sobre el hombre y su creación. A través de estos cuatro elementos queremos plantear una perspectiva bíblica que nos permita dar una opinión sobre este problema contemporáneo que nos desafía como cristianos a profundizar más y a tener una participación activa tanto en el debate mundial y en la búsqueda de soluciones concretas en donde quiera que estemos.
La Creación Nos remitimos al libro de Génesis en su capítulo uno, que cuenta la historia de la creación y por lo tanto esta incluida la creación del agua. En el verso dos se cita que Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas, siendo ésta la primer aparición de este término. Enseguida en el verso seis Dios crea el firmamento separando las aguas que están abajo, de las aguas que están abajo, llamando al firmamento cielo. En el verso nueve Dios llama al conjunto de aguas “mar”, apareciendo lo seco, que le llamó “tierra”. Continuando, en el verso veinte Dios crea los seres vivientes marinos, y les ordena que sean fructíferos y que se multiplicaran. Hasta aquí vemos que el agua forma parte fundamental de la creación y que es algo que Dios vio que era bueno (Génesis 1:31). En el verso veintiséis vemos que Dios crea al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza y les dos varias encomiendas: le da el dominio sobre la tierra y sus criaturas, y además le manda llenar la tierra. Así pues, desde el principio los seres humanos fuimos dotados con una doble unicidad: tenemos la imagen de Dios (que comprende cualidades racionales, morales, sociales y espirituales que hacen posible nuestro conocimiento de él) y ejercemos de dominio sobre la Tierra y sus criaturas. De hecho, el carácter único de nuestro dominio sobre la tierra se debe al carácter único de nuestra
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relación con Dios. Dios estableció un orden, una jerarquía en la creación. Colocó hombre a mitad de camino entre él mismo como Creador y el resto de la creación, animada e inanimada. En términos generales, el hombre ha obedecido el mandato de Dios de llenar la tierra y sojuzgarla. Al principio empezó recolectando los frutos y luego aprendió el oficio de la agricultura y la domesticación de los animales. Más adelante aprendió los secretos del poder que Dios había encerrado en el mundo creado: en el fuego, luego en el agua y el vapor, en el carbón, el gas y el petróleo. Siendo parte el agua de la naturaleza, podemos apreciar que el hombre tiene la responsabilidad de llevar a cabo un adecuado manejo. Podemos apreciar las grandes obras hidráulicas que ha construido para satisfacer la necesidades básicas de la humanidad, los sistemas de purificación, estrategias para su reuso, los sistemas de distribución, ha creado instituciones para una mejor administración, las tecnologías de punta para su desalinización, así de esta manera vemos que el hombre ha usado su capacidad que Dios le dio para cumplir con el encargo que le Dios le hizo de ejercer dominio sobre la creación.
La Caída Como resultado de la desobediencia del hombre contra Dios en el capítulo tres de Génesis vemos que afecta todas sus relaciones, primeramente su relación con Dios mismo, con sus congéneres y con el medio ambiente (Génesis 3:17) The breakdown of relationships between God, humanity and crearon. “Cursed is the ground because of you” Gen. 3:17 donde Dios maldice la tierra por culpa del hombre. También podemos ver que el daño ecológico tiene una relación directa con la crisis espiritual (Jeremías 12:4 y Oseas 4:1-3). Se puede apreciar que al hombre estar en conflicto con Dios, su prójimo y el medio ambiente, el deterioro y la degradación se presentan Es evidente que este conflicto lo vemos reflejado en un abuso del aprovechamiento del agua, la falta de disponibilidad de agua potable para todos, el alto grado de contaminación y su escaso tratamiento para el reuso. No solo en este nivel se presenta este conflicto, sino también con sus semejantes al no tener una justa distribución para satisfacer la necesidades mínimas del ser humano. En este sentido el conflicto espiritual que el hombre tiene desde la caída, persiste aún en la problemática actual del agua, al no poder resolverla aun a pesar de las tecnologías e infraestructuras más avanzadas.
La Redención Ante esta problemática espiritual, Dios no se quedó quieto. Uno de los grandes hechos vendría a cambiar la situación: la venida, muerte y resurrección de Jesucristo. Su misión queda clara en Juan 3:16, cuando enfatiza “que de tal manera amó a Dios al mundo que dio a su hijo unigénito para que todo el que crea en él tenga vida eterna”. Es importante considerar aquí, que no tan solo Dios se preocupó por la salvación de las almas de los seres humanos, sino también por su creación. En Colosenses 1:15-20 cuando se habla de la supremacía de Jesucristo, vemos que lo siguiente “Porque Dios le agradó habitar con él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las
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que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo paz mediante la sangre que derramó en la cruz”. Podemos observar que la solución al conflicto que mencionamos en el apartado anterior, solo a través de la obra redentora de Jesús en el calvario queda resuelta, y que no solo abarca la dimensión espiritual de la humanidad sino que lleva consigo las cosas que están en la tierra, lo cual incluye al agua. Es a partir de que el hombre acepte esta obra redentora, por medio del arrepentimiento y la fe en Jesucristo, es como resolverá su conflicto espiritual, obteniendo como resultado su reconciliación de Dios reflejado en un cambio de vida profundo y radical. No obstante, esta reconciliación según este pasaje abarca “todas las cosas”, en donde están incluidos los recursos naturales, y por ende el agua. Más adelante veremos de qué manera las personas que han aceptado esta obra redentora en sus vidas y han cambiado, pueden ser parte de la solución del problema del agua, siendo de esta manera parte de la reconciliación con todas las cosas. Consumación Hay esperanza, las cosas no permanecerán como están ahora. En el pasaje de Romanos 8:19-22 resaltan las siguientes palabras: “Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para sí alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. En este pasaje Pablo habla acerca de vivir en el espíritu, sin embargo podemos notar que el tema de la naturaleza es mencionado como parte de la redención, no tan solo del cuerpo (v. 23), y en esperanza hemos sido salvos, y por lo tanto debemos esperar con paciencia. Sin embargo entiendo que esta espera no significa que no hagamos nada como hijos de Dios ahora. Creo como dice el verso 19, la naturaleza espera la manifestación de los Hijos de Dios. El problema del agua es uno de los mas importantes para la humanidad actualmente y lo será con mayor grado en los próximos años, por lo que con la esperanza de que algún día el agua será redimida, debemos hoy comenzar a que la manifestación de los hijos de Dios no sea tan solo un deseo, sino un compromiso en el presente.
El papel de la iglesia de Jesucristo Ante los retos mundiales en la problemática en el sector del agua, la certeza de nuestro encargo de ser buenos administradores de la creación, y nuestro llamado a manifestar la redención del agua a partir de nuestras vidas renovadas, surgen preguntas ¿De que manera la iglesia de Jesucristo puede colaborar para resolver los problemas del agua a nivel mundial? ¿Qué cosas puede la iglesia proponer en la solución de los problemas mundiales, nacionales y locales del agua? ¿Qué propone la iglesia en cuanto a mejorar los sistemas y la gestión del agua? Como estamos Desgraciadamente para la gran mayoría de los cristianos en el mundo, el problema del agua no es algo que realmente les preocupe. La participación ha sido escaza, salvo la que algunos países desarrollados como Inglaterra a través de organizaciones como Tearfund y Arocha, se esta haciendo esfuerzos importantes para paliar la situación. Pero fuera de ellos, la participación activa de la iglesia no se ha reflejado en el análisis, discusión y mucho menos en la solución a estos problemas. Pareciera que la iglesia solo se interesa por asuntos del alma y no es un problema esencial en términos del Evangelio.
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¿Qué podemos hacer? Necesitamos primeramente concientizarnos del problema, y estar conscientes que Dios se interesa también por estos asuntos. Este escrito busca precisamente eso, concientizar a la iglesia del problema y dar a conocer que Dios nos demanda una respuesta comprometida ante esta situación, ya que somos mayordomos de su creación. A continuación mencionaré las acciones concretas que como cristianos podemos llevar a cabo. A nivel iglesia El liderazgo de la iglesia debe estar convencido que la problemática del agua es un asunto serio para la humanidad y para Dios. Una vez convencido puede promover la importancia del problema entre los miembros de la iglesia y su llamado de Dios a ser sal y luz en la tierra, a través de una enseñanza bíblica que refleje nuestro deber como cristianos de interesarnos y participar en la solución. Por otro lado se pueden abrir espacios de discusión para reflexionar entorno al problema y diseñar propuestas de acción en los hogares y colonia. También dentro de nuestras iglesias existen cristianos involucrados en la problemática del agua a nivel profesional y político, quienes necesitan apoyo espiritual, entrenamiento y cuidado pastoral. La iglesia puede ser un soporte invaluable para un profesional cristiano que quiere influir en los problemas del agua en su comunidad con la presencia santa de Dios. A nivel social En este nivel considero que hay varios niveles. La participación a nivel personal, nivel comunitario, nivel intelectual, servicio social y acción política. Muchos de nosotros no tenemos una cultura del ahorro del agua. Es aquí donde debemos empezar a cuidar el agua en nuestros hogares. Podemos aquí promover el cambio de algunos dispositivos que ahorren agua, como el cambio de regaderas que gasten menos agua, de escusados con menor capacidad, tipo de llaves de agua que aseguren que estén cerradas cuando no se usen. Algunos teólogos pueden estudiar más a fondo el problema y puedan proveernos de reflexiones y herramientas para encarar el problema con una profunda mente cristiana. En un segundo nivel, algunos miembros de nuestras iglesias pueden proponer alternativas de solución para un buen manejo del agua, esto puede darse entre los vecinos y participación en las juntas de vecinos. En un tercer nivel, los cristianos pueden organizarse para realizar primeramente estudios sobre la problemática del agua y su relación directa bajo una perspectiva bíblica que se reflejen en estudios, reflexiones y propuestas de solución. Estos estudios y opiniones podrían difundirse entre los miembros de la sociedad, a través de libros, manuales, entrevistas con servidores públicos, conferencias y foros de divulgación. En un cuarto nivel creo que las ideas pueden concretarse en proyectos concretos que resuelvan de manera directa con los problemas, a través de organizaciones no gubernamentales con fundamentos bíblicos. A través de ellas se pueden implementar
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proyectos de abasto y saneamiento de agua en poblaciones pobres, incentivar tanto a la investigación y aplicación de innovadores proyectos para resolver problemáticas concretas buscando alianzas estratégicas con organizaciones con mayor experiencia en otros países. En un quinto nivel, dada mi experiencia en este rublo creo que vale pena mencionar que hay más información al respecto, pero por el momento seré breve. En el ámbito político necesitamos una visión renovada sobre la gestión del agua. El propósito fundamental de la gestión del agua es dar un excelente servicio de agua a la comunidad. Como sabemos como producto de la caída, el hombre esta corrompido y por lo tanto la mayoría de los servidores públicos buscan su propio interés, dejando de lado las mejores acciones que ayuden a la sociedad. Creo que a través de cristianos redimidos y con el compromiso de participar en este nivel, se puede pugnar por una visión renovada de la gestión del agua. Esta visión renovada consiste, en comprometerse con la sociedad a buscar lo mejor para ella, sin dañar de manera irracional al medio ambiente, y lograr un gasto eficiente de los recursos públicos. Como resultado de esta visión, se deben buscar los mejores mecanismos de dialogo y toma decisión entre los miembros de la sociedad para concretar acciones consensadas y ampliamente aceptadas por la mayoría, para que de esta manera puedan implementarse de manera participativa y comprometida. La facilitación de las mejores alternativas tecnológicas, apropiados sistemas de gestión, debe ser un soporte para la mejor toma de decisiones. Si no hay la correcta información y las condiciones de participación, lo mas seguro es que será un desorden y se impondrá la voluntad de algún actor. Los cristianos podemos ser una bendición tremenda cuando participamos en el movimiento político ya que podemos ser medios para facilitar el diálogo, la reconciliación y las ideas apropiadas.
Conclusiones El problema del agua es un problema serio para la humanidad y tiende agravarse en los próximos años Dios nos otorgó la responsabilidad de ser mayordomos de la tierra y por lo tanto del agua. La caída del ser humano, rompió la comunión del Hombre con Dios pero también con sus semejantes y la creación. Siendo el problema del agua una manifestación de esta ruptura espiritual. La naturaleza espera la manifestación de los hijos de Dios para ser restaurada desde hoy. La iglesia local debe concientizarse a si misma del problema y promover entre sus miembros la participación en la solución del problema. El problema del agua en el mundo necesita una visión renovada de su manejo, el cual puede verse reflejada en una gestión pública del agua renovada y fundamentada en los valores bíblicos.
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